Las manifestaciones artísticas en la Edad Contemporánea - Pearson

Las manifestaciones artísticas
en la Edad Contemporánea:::.
Las artes plásticas
El estilo neoclásico
En la segunda mitad del siglo XVIII las formas barrocas y rococó habían entrado en
decadencia, y se produjo una reacción academicista y antibarroca que buscaba un
retorno a las formas plásticas clásicas, tanto de la antigüedad grecorromana como del
Renacimiento y que dio origen al estilo Neoclásico, que cronológicamente abarcó
hasta la tercera década del siglo XIX y se caracterizó por la búsqueda de armonía y
equilibrio.
El neoclásico se ha dividido en dos etapas: la primera surgió inmediatamente
después del rococó, en el contexto de la Ilustración y el pensamiento racionalista que,
al despertar la inquietud por el conocimiento de otras culturas, llevó a algunos países
europeos a emprender expediciones arqueológicas que produjeron importantes
hallazgos de objetos artísticos de Grecia y Roma. El orden racional de las formas grecorromanas
se ajustaba singularmente a las ideas de la Ilustración, por lo que fueron
adoptadas como modelo para el surgimiento del estilo neoclásico.
La segunda etapa corresponde a la era napoleónica cuando, por instancias de
Bonaparte, se realizaron expediciones arqueológicas con el propósito de conocer las
grandes civilizaciones de la Antigüedad, admiradas por este personaje. Así, durante
el gobierno de Napoleón se construyeron en Francia numerosos edificios y monumentos
que buscaban imitar las obras del arte antiguo, ya fueran egipcias, griegas
o romanas.
Aunque el estilo neoclásico manifestó sus rasgos esenciales en casi toda Europa
e incluso en América, cada país le imprimió un sello particular. En Francia, España e
Italia se impusieron las formas romanas, mientras que en Inglaterra, Alemania y Estados
Unidos se produjo una tendencia a imitar las formas griegas.
Arquitectura. En la arquitectura Neoclásica se retoma el repertorio formal de
columnas clásicas, frontones triangulares y frisos con relieves escultóricos, así como
la forma del templo griego o romano para erigir iglesias o edificios públicos. Los monumentos
conmemorativos de origen romano, como la columna y el arco, se tomaron
como modelos para rendir homenaje a personalidades importantes de la época.
En Francia, las obras arquitectónicas más importantes son la iglesia de Santa Genoveva
de Soufflot y la iglesia de la Magdalena de Pedro Vignon, ambas en la ciudad
de París, donde Chalgrin y Raymond erigieron el Arco del Triunfo de la Estrella, que
completa el paisaje urbano junto con el Arco de Triunfo del Carrusel, obra de Percier y
Fontaine. Además, en el centro de la Plaza Vendôme en París, se levantó una columna
conmemorativa en honor de Napoleón, conocida como Columna Vendôme, réplica
de la columna trajana del foro romano.
En Inglaterra sobresalen El Museo Británico, obra de Robert Smirke, el Palacio de
Buckinham, de los arquitectos John Nash y Edward Blore, y la Galería Nacional de Arte,
de William Wilkins. En España las obras más importantes son La Puerta de Alcalá y
el Museo del Prado. En Alemania la arquitectura tendió hacia las formas griegas, en
obras como: Museo Antiguo de Berlín, la Gliptoteca de Munich y la Puerta de Brandenburgo
en Berlín.
En Estados Unidos el neoclasicismo en la arquitectura es introducido por Thomas
Jefferson, quien a través de las formas griegas de la arquitectura clásica buscaba
Al decaer los estilos barroco
y rococó, se produjo en el arte
europeo una reacción
academicista y antibarroca
que buscaba un retorno a las
formas clásicas de la
Antigüedad y del Renacimiento,
dando origen al estilo neoclásico.
.:::Iglesia de la Madeleine
en París Vignon

.:::Venus itálica, Cánova
.:::Familia de Carlos IV, Goya
.:::2 El mundo moderno y contemporáneo. Vol. I:::.
plasmar en la nueva nación los ideales republicanos. Se construyeron en esa época el
Capitolio de la ciudad de Washington, la Rotonda de la Universidad de Virginia y
el Capitolio de Richmond en Virginia. Estas dos últimas obras son de Jefferson.
Escultura. Los artistas neoclásicos se inspiraron en los modelos griegos en mayor
medida que en los romanos y les interesó la belleza de la forma antes que lo expresivo.
En Francia, el escultor más importante fue Jean Antoine Houdon, autor de la
Diana Cazadora y de los retratos dedicados a Moliére y a Voltaire. Durante la época
napoleónica, los escultores más destacados fueron: Chinar, quien realizó el retrato de
Madame Récamier, y Pradier, autor de las Victorias del Sepulcro de Napoleón. El escultor
italiano Antonio Cánova trabajó para Napoleón en la ciudad de París, donde realizó
el famoso retrato de Paulina Bonaparte, presentada como diosa griega. El sentido helénico
y mitológico se muestra también en obras como Venus y Amor y Psiquis; asimismo,
Cánova encumbró a Napoleón como héroe mítico en su Emperador Bonaparte.
Pintura. La temática de la pintura neoclásica se centró en la historia y la mitología.
En Francia los pintores más reconocidos fueron Jacques-Louis David, autor de
obras como Juramento de los Horacios, Madame Récamier, La coronación de Napoleón, y
Jean Augusto Dominique Ingres, quien realizó los magníficos desnudos clasicistas en
El baño turco y La odalisca.
En el contexto de la pintura neoclásica debe de incluirse al pintor español Francisco
de Goya y Lucientes, pues no obstante que algunos críticos sitúan su estilo dentro
del romanticismo, cronológicamente la obra inicial de Goya se ubica en el periodo
neoclásico, como la serie de grabados conocidos como Los caprichos. Las obras que
marcarían el inicio de la pintura romántica de este pintor son Los fusilamientos del 3
de mayo y Los desastres de la guerra, en los que refleja los horrores causados por la
invasión francesa a España en 1808.
El romanticismo
A finales del siglo XVIII y principios del XIX, como consecuencia de las luchas revolucionarias
y las invasiones napoleónicas, surgió en Europa una corriente ideológica
nacionalista que, aparte de promover la unión de ciudadanos del mismo origen con
rasgos culturales afines, exaltaba los sentimientos de amor a la patria, de vuelta al
pasado glorioso de cada nación y de búsqueda de la propia identidad. En este marco
de ideas nació el movimiento artístico conocido como romanticismo, vigente durante
cerca de treinta años, entre 1810 y 1840. Se trata de una corriente artística en la que
predominaron la espontaneidad, la sensibilidad y el individualismo del artista
Los orígenes del romanticismo son difusos y, de acuerdo con algunos historiadores,
está relacionado con el neoclasicismo. Sin embargo, ambos estilos se diferencian
en que el neoclásico pretende expresar valores universales, mientras que el criterio
.:::Juramento de los Horacios, David
.:::Mademoiselle Rivére, Ingres

.:::El mundo moderno y contemporáneo. Vol. I
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fundamental del arte romántico es la propia sensibilidad del artista y la expresión del
individualismo. El arte neoclásico está identificado con la razón; el arte romántico
con los sentimientos y la pasión.
Arquitectura. El romanticismo no creó un estilo arquitectónico propio; retomó
estilos y formas de culturas y épocas diferentes, lo que produjo un eclecticismo en
donde elementos de distintos estilos se mezclan en una misma obra. El interés por el
regreso al pasado se manifestó en el gusto por las formas medievales, y en este sentido
los arquitectos prefirieron el estilo gótico, ya que corresponde a la tradición nacionalista
en países como Francia, Alemania e Inglaterra. Sin embargo, de acuerdo con
cada inclinación particular, los artistas se basaron en los estilos románico y bizantino
e incluso en las construcciones árabes e italianas del Renacimiento.
En Francia, un importante exponente del romanticismo neogótico fue el arquitecto
Viollet-Le-Duc, restaurador de numerosos castillos y monumentos, como la
iglesia Notre Dame de París. En Inglaterra, donde el estilo gótico no se había abandonado
del todo, la nueva corriente constituyó una secuencia de estilos anteriores;
los arquitectos Charles Barry y Auguste Welby Pugin, construyeron en Londres el
Parlamento de Westminster y la torre del característico Big Ben.
Escultura. En esta rama del arte, el romanticismo presenta tres tendencias diferenciadas:
1) la clasicista de espíritu romántico, 2) la romántica y 3) la ecléctica. En el
primer caso, los artistas recurren a la temática clasicista, pero con una expresión emotiva
y una suavidad en la forma; la escultura romántica se inclina por la tensión y el
movimiento, reflejados en temas contemporáneos; por último, la escultura ecléctica
recurre tanto a temas del pasado como contemporáneos, y utiliza iconografías que recuerdan
distintos periodos en la historia del arte.
Entre los escultores más representativos del estilo romántico, en Francia destacan
Francoise Rude, autor de la obra Partida de voluntarios, realizada en el Arco de
Triunfo de París; y Jean Batista Carpeaux, representante de la corriente naturalista
entre cuyas obras se encuentra el grupo de figuras titulado La danza, ubicado en el
Teatro de la ópera de París. En Alemania sobresale Christian Rauch, autor del monumento
a Federico El Grande, en Berlín.
Pintura. La pintura romántica, que surgió en Europa hacia 1830, representó la
afirmación de los valores emotivos negados por el neoclasicismo; a diferencia de éste,
las líneas de la pintura romántica son suaves y ondulantes, la composición es dinámica
y el color es tenue y matizado. Se abandonan los temas clásicos para abordar
los inspirados en las historias nacionales, en el pasado medieval y en las culturas del
Lejano Oriente.
En Francia destaca Eugenio Delacroix, cuyo estilo se distingue por una predominancia
del color al que da un sentido psicológico; entre sus obras principales están:
La Matanza de Scio, La entrada de los cruzados en Constantinopla, La muerte de Sardanápalo
y La libertad guiando al pueblo, himno a la Revolución de 1830. Otro exponente francés
es Theodoro Gericault, cuyo romanticismo se manifiesta en los retratos de ancianos
y enfermos, y en las representaciones ecuestres; una de sus obras cumbres es La balsa
de Medusa.
En Inglaterra son dos los artistas más representativos del romanticismo: William
Turner y John Constable. Ambos pintores se inclinan por el paisaje, representando
los efectos de la evaporación de la atmósfera, de la luz solar y del movimiento. Su
obra fue de gran influencia para los artistas impresionistas franceses, no obstante la
negativa de éstos a reconocer tal influencia.
El paisaje, abandonado por el neoclasicismo, constituye un tema favorito del
romanticismo. Se manifestó de manera plena en las obras producidas por los integrantes
de la Escuela de Barbizon, aldea del bosque de Fontainebleau, donde residieron
grandes pintores como Camile Corot, autor de La catedral de Chartres, y Francisco
.:::Parlamento británico, Londres Ch.
Barry y A. Pugin
.:::La Marsellesa, Francoi Rude

.:::La barca de Dante, Delacroix
.:::Las espigadoras, J. F. Millet
.:::4 El mundo moderno y contemporáneo. Vol. I:::.
.:::Carro de heno, Constable
.:::Viajero junto a un mar de niebla,
Friedrich
.::El temerario, Turner
Millet, quien realizó El Angelus y Las espigadoras. La identificación del hombre con la
naturaleza es un tema que aborda el pintor alemán Caspar David Friedrich, cuya
obra muestra una imagen individualizada de la vida, expresada a través de la alegoría
del paisaje, como se puede observar en Salida de la Luna sobre el mar y en Abadía
en el robledal.
Desde mediados del siglo XIX surgió el empleo del hierro en la arquitectura hecho
que, junto con la aplicación del concreto armado, marcó el inicio de la arquitectura
moderna. Con los nuevos materiales se construyeron los pabellones de las exposiciones
universales, creadas en el contexto de la Revolución Industrial y el desarrollo
de la economía capitalista. La primera de esas exposiciones se realizó en Londres en
1851 e incluyó el Palacio de Cristal. Una de las obras más sobresalientes de esta nueva
arquitectura fue la Torre Eiffel, realizada totalmente de hierro por Gustave Eiffel
e inaugurada en la Exposición Universal de 1889 en París.
Literatura
Romanticismo
Desde finales del siglo XVIII hasta mediados del XIX, la literatura europea estuvo dominada
por el romanticismo. Los gustos literarios en Europa se alejan progresivamente
de las tendencias clásicas y neoclásicas, para dar paso a este movimiento que encuentra
su primera fuente de inspiración en la obra de dos grandes pensadores europeos:
.:::Abadía del robledal, Friedrich

.:::El mundo moderno y contemporáneo. Vol. I
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el filósofo francés Jean Jacques Rousseau y el escritor alemán Johann Wolfgang von
Goethe. Como se recordará, Rousseau criticó el excesivo racionalismo de los filósofos
de su época y exaltó la libertad del espíritu humano al anteponer el sentimiento
a la razón y proponer una vuelta a la naturaleza, idealizando la vida del “buen salvaje”.
En el segundo caso, Goethe y dos de sus compatriotas —el filósofo y crítico Johann
Gottfried von Herder y el historiador Justus Möser— influyeron en aspectos más formales,
colaborando en una serie de ensayos titulados Von deutscher Art und Kunst
(Sobre el estilo y el arte alemán, 1773), obra en la que ensalzan el espíritu romántico
manifestado en las canciones populares alemanas. Goethe se propuso imitar la libertad
estilística de Shakespeare en su Götz von Berlichingen (1773), un drama histórico
sobre un caballero rebelde del siglo XVI. La obra, que justifica la insurrección contra
la autoridad política, inauguró el movimiento literario conocido como Sturm und
Drang (Tormenta e impulso), considerado como precursor del romanticismo alemán.
En esta tradición se inscribe también la célebre novela de Goethe Las desventuras
del joven Werther (1779). Esta obra, que figura entre las principales muestras del movimiento
romántico, exalta los sentimientos en un tono y un estado de ánimo que
influyó de manera notable en los escritores románticos posteriores, no sólo en sus
obras sino también en su vida personal: una tendencia al frenesí, a la melancolía, al hastío
del mundo y a la autodestrucción.
En la literatura romántica de los diferentes países predominan los mismos rasgos:
la imaginación sobre la razón, la emoción sobre el pensamiento lógico y la intuición
sobre la ciencia. Esto propicia el desarrollo de una vasta producción literaria de
notable sensibilidad y pasión en la que es más importante el contenido que la forma
y en la que se permite una mayor libertad estilística.
Uno de los rasgos principales del romanticismo en literatura fue el interés por la
naturaleza y por lo exótico; en este sentido se prefieren los temas referentes a lugares
a donde la civilización occidental no ha llegado y los que traten la inocencia (presumible)
de los habitantes del mundo rural. Como en las artes visuales, la literatura se
interesa por temas históricos como el pasado medieval y, sobre todo, por las civilizaciones
antiguas desaparecidas, cuyos restos arqueológicos eran recuperados precisamente
en la misma época, así como un abundante acervo de literatura antigua. La
nostalgia por el pasado se funde con la tendencia a la melancolía y genera una especial
atracción hacia las ruinas, los cementerios y lo sobrenatural.
Al coincidir la literatura romántica con los movimientos libertarios de la época,
los temas políticos y sociales fueron de gran interés para los autores. Las revoluciones
liberales ocurridas como efecto de la Restauración monárquica proclamada en el
Congreso de Viena, estuvieron enmarcadas por la literatura romántica, que se extendió
por Alemania, Francia, Inglaterra, Italia, España y Austria.
Alemania. Como la de otros países, la literatura alemana fue resultado de una
fusión de elementos políticos, filosóficos y artísticos. Las guerras napoleónicas despertaron
en los escritores un nuevo sentido de la identidad nacional. La obra de Friedrich
Wilhelm Joseph von Schelling dio al movimiento una base filosófica, en tanto
que en la obra Guillermo Tell, del dramaturgo Friedrich von Schiller, un sencillo montañés
medieval se convierte en símbolo inmortal de la lucha contra la tiranía y el gobierno
extranjero. Los cuentos populares y la mitología, preferidos por el romanticismo
alemán, fueron de particular interés para los hermanos Grimm (Jacob Ludwig Karl
y Wilhelm Karl), cuyas obras influyeron en el concepto de doppelgänger (el doble) que
atrajo a muchos escritores alemanes como Heinrich Heine, quien escribió un poema
titulado “Der Doppelgänger” (1827); la novela corta El elíxir del diablo (1815-1816), de
E.T.A. Hoffmann, está basada en el mismo tema, como también La increíble historia
.:::La torre Eiffel en construcción
.:::Johann Wolfgang von Goethe

.:::Walter Scott
.:::6 El mundo moderno y contemporáneo. Vol. I:::.
.:::Cosetta, personaje de
Los Miserables, de Víctor Hugo
.:::Friedrich von Schiller
de Peter Schlemihl (1814), de Adelbert von Chamisso, relato sobre un hombre que vende
su sombra al diablo.
Francia. Los iniciadores del romanticismo francés fueron Madame de Stäel y
Chateaubriand, pero su obra fue casi nulificada al ser tratados en un principio como
adversarios del imperio napoleónico. La segunda etapa se inicia en 1827 con el estreno
de la obra de teatro Hernani, de Víctor Hugo, autor considerado líder del movimiento
en Francia. Entre las obras más destacadas de Víctor Hugo están: el drama
Cromwell, y las novelas Nuestra Señora de París y Los Miserables, verdaderas evocaciones
de la vida parisiense.
Otros románticos franceses fueron: Alphonse de Lamartine, Alfred de Vigny,
Alfred de Musset, George Sand, así como Honoré de Balzac y Henri Beyle “Stendhal”,
estos dos últimos pertenecen al romanticismo por el tono de sus obras, y no por la
realidad social que manejan.
Inglaterra. La época romántica inglesa cubre un fructífero periodo entre 1789
y 1837. La obra Baladas líricas (1789), de William Wordsworth y Samuel Taylor
Coleridge, es considerada como la primera expresión importante del romanticismo
inglés. El escocés Walter Scott, interesado por las antiguas baladas de su tierra natal,
escribió una serie de poemas narrativos en los que glorifica las virtudes de la sencilla
vida de su país en la Edad Media.
La generación de poetas románticos revolucionarios está representada por Lord
Byron, ejemplo de personalidad trágica en lucha contra la sociedad, y por Percy
Bysshe Shelley, cuya poesía se manifestaba en contra de la tiranía de los gobernantes,
de las conveniencias sociales y de las supersticiones. Shelley creía que esos males
serían superados por la bondad innata del ser humano, idea que se expresa en su
obra Prometeo liberado (1820). Por último, John Keats, el más joven de los grandes románticos
ingleses, mostró en sus poemas el interés por las impresiones sensoriales,
que reprodujo de manera magistral.
España. La literatura romántica se manifestó en España tardíamente, en la década
de 1830, introducida en el teatro por Ángel de Saavedra, duque de Rivas, con la

.:::El mundo moderno y contemporáneo. Vol. I
7:::.
obra Don Álvaro o la fuerza del destino (1835). José Zorrila, discípulo del autor anterior,
adquirió gran fama debido principalmente a su obra de teatro Don Juan Tenorio.
Otro autor importante es José de Espronceda, considerado por algunos como el mejor
poeta español de este periodo; sin embargo, para muchos críticos la obra de Espronceda
es superada por la de Gustavo Adolfo Bécquer, autor de poemas románticos
que se incluyen entre los más delicados de la lengua española.
Rusia. La literatura rusa entró en el periodo más rico de su historia con la obra
de Alexander Pushkin, cuya amplia producción literaria, influenciada por Lord Byron,
contiene su propia respuesta a experiencias sensibles como el amor, la naturaleza y
los problemas del bien y del mal, del tiempo, del destino y de la muerte. En su tragedia
histórica Boris Godunov (1831), Pushkin se acerca al estilo de Shakespeare, y su
obra narrativa más interesante es la novela en verso Eugene Oregin (1831). Por su impulsivo
amor a la libertad, Pushkin tuvo constantes enfrentamientos con el régimen
del zar Nicolás I.
Otro romántico ruso fue Nicolái Gogol, cuyas obras más destacadas son dos novelas:
Taras Bulba y Almas muertas (1842), esta última, considerada su obra maestra,
fue de gran influencia para Fiodor Dostoievski, escritor que perteneció a la corriente
literaria rusa de finales de siglo XIX.
Hispanoamérica. La coincidencia del periodo romántico con la revolución de
independencia favoreció en Hispanoamérica una amplia difusión del movimiento.
Los patriotas hispanoamericanos que vivieron en Londres a principios de siglo llevaron
a sus tierras las influencias y modelos dominantes en Europa. Los rasgos que
identifican al romanticismo hispanoamericano son: nacionalismo, exaltación de lo
autóctono, lucha por la libertad y denuncia social y moral.
En Hispanoamérica hubo dos generaciones de autores románticos. La primera,
entre 1820 y 1850, surgió al calor de la lucha revolucionaria, y en ella destacan los
argentinos Echevarría, Sarmiento, Mitre y Mármol; la poetisa cubana Gertrudis Gómez
de Avellaneda; el venezolano José Antonio Martí; y el colombiano José Eusebio
Caro.
La segunda generación, entre 1850 y 1888, está representada en Argentina por
Estanislao del Campo y José Hernández; en México, por Manuel Acuña, Juan de Dios
Peza, Manuel M. Flores, Ignacio M. Altamirano y Guillermo Prieto; en Colombia, por
Jorge Isaac; y en Uruguay, José Zorrilla San Martín, quien cierra el periodo romántico
hispanoamericano.
Estados Unidos. Al comenzar el siglo XIX, la literatura de Estados Unidos comienza
a tomar su lugar en el ámbito universal. Destacan tres autores principales:
Washington Irving, autor entre otras obras de Cuentos de la Alhambra (1832); Nathaniel
Hawthorne, importante novelista autor de La letra escarlata (1850); y Edgar Allan Poe,
poeta y cuentista considerado precursor de la novela policiaca y entre sus relatos más
famosos están El escarabajo de oro (1843) y Los crímenes de la calle Morgue (1841).
Ejercicio
• Describe los rasgos
característicos generales
del estilo neoclásico
en las artes plásticas.
.:::Pushkin
• Describe cómo se expresaron
las ideas del romanticismo
en las artes plásticas y en la
literatura.
• Explica cómo se relacionaron
con el romanticismo los
movimientos nacionalistas
libertarios, ocurridos en
la misma época.