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Los bosques se han clasificado de acuerdo con el método fitosociológico hasta el rango<br />

de asociación y se ha indicado su consideración de hábitat de "interés comunitario" o<br />

"prioritario" de acuerdo con la Directiva de Hábitats (ROMAO, 1996).<br />

Para cada tipo de bosque se indica su presencia en los distintos tipos de Espacios<br />

Naturales Protegidos (ENP) de Navarra; hay que tener en cuenta que algunos de los ENP<br />

incluyen a otros (ARMENDÁRIZ, 1995). Los ENP considerados son los del Primer<br />

Inventario de Espacios Naturales de Navarra (Orden Foral 926/1996, BON n0147/1996) al<br />

que se ha añadido el Parque Natural de Urbasa-Andía.<br />

Se han considerado cuatro categorías para evaluar cualitativamente la representación de<br />

los diferentes tipos de bosque en la RENP:<br />

A: adecuada<br />

B: parcial (respecto a la superficie o variabilidad del tipo de bosque)<br />

C: testimonial<br />

D: sin representación<br />

Se han indicado además aquéllos tipos de bosque que por su estado de conservación o<br />

rareza se considera que requieren medidas especiales dirigidas a su recuperación.<br />

RESULTADOS y DISCUSIÓN<br />

La tipología de los bosques de Navarra, su representación en la RENP y estado de<br />

conservación se exponen en la Tabla l. La mayor parte de los hábitats forestales (74%) se<br />

encuentran presentes en algún ENP. Sin embargo, al valorar este resultado, hay que tener en<br />

cuenta la reducida superficie de muchos de los ENP de Navarra, especialmente fuera de la<br />

zona pirenaica, donde se encuentran la mayor parte de las ZEPAs. Esta situación se puede<br />

paliar en el futuro a medida que se declaren los Parques Naturales previstos y se establezcan<br />

las Zonas de Especial Conservación que integren la Red Natura 2000.<br />

Por otra parte, la conservación de la mayor parte de los bosques depende más que de la<br />

designación de áreas protegidas, del tipo de gestión y manejo aplicado y del marco<br />

legislativo del sector forestal.<br />

Entre los hábitat s forestales bien representados en la RENP (categoría A) se encuentran<br />

la mayor parte de los bosques pirenaicos, dado que en el Pirineo de Navarra el 24% del<br />

territorio está incluído en algún ENP (BÁSCONES y PERALTA, 1994). Estos bosques<br />

están protegidos en toda su área de distribución regional, como es el caso de los pinares<br />

subalpinos de Pinus uncinata o en un grado que se considera adecuado tanto en extensión<br />

como en distribución de los ENP.<br />

En la categoría B se incluyen los bosques cuya representación en la RENP merece<br />

incrementarse por ser bosques muy raros o por estar protegida una fracción reducida de su<br />

superficie o de su variabilidad regional. En esta situación se encuentran las fresnedas con<br />

carpe (Carpinus betulus) de Arantza e Igantzi, parcialmente protegidas por la Reserva<br />

Natural de San Juan Xar; su interés radica en que son las únicas localidades, junto con las<br />

del Goierri guipuzcoano, donde está el carpe en la Península Ibérica.<br />

También es necesario preservar los hayedos termófilos, bosques en límite de área entre<br />

las regiones Mediterránea y Eurosiberiana, de los que quedan importantes masas en las<br />

Sierras de Izco, Alaitz, Lóquiz, Codés y N de Pamplona. La importancia de la conservación<br />

de estos bosques es elevada al ser un testimonio de las fluctuaciones climáticas<br />

postcuatemarias, 10 que les convierte, como a otras comunidades relictas, en un reservorío<br />

de biodiversidad ante un eventual cambio climático (RIVAS-MARTÍNEZ, 1996). Los<br />

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