Tres reacciones ante el pesebre - La Red del Camino
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“Y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: Oro, incienso y mirra”.<br />
Que diferente reacciona la gente hoy. Esperamos que Jesús venga a buscarnos, que se dé a conocer,<br />
que demuestre quién es y que nos dé regalos. Los sabios todavía buscan a Jesús y lo adoran, no por<br />
lo que da, sino por lo que Él es. <strong>La</strong> adoración se afirma cuando rendimos nuestros tesoros, ¿Ha<br />
considerado alguna vez los regalos que trajeron estos hombres? No era la limosna para un niño<br />
pobre. En realidad se trataba de regalos valiosos, regalos costosos. ¿Qué es lo que ofrecemos<br />
nosotros a nuestro Rey? ¿Estamos dándole lo mejor o todavía estamos esperando que <strong>el</strong> nos regale<br />
lo que queremos? ¿Realmente le estamos adorando y reconociendo por quien él es?<br />
“Pero siendo avisados por rev<strong>el</strong>ación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra<br />
por otro camino” (Mat 2:12).<br />
Nadie que tenga un encuentro con <strong>el</strong> Mesías, puede volver por <strong>el</strong> mismo camino. Un verdadero<br />
encuentro con él transforma la vida entera. Los magos salieron de la presencia d<strong>el</strong> Mesías con una<br />
actitud de haberse encontrado con <strong>el</strong> colmo de sus vidas. Anticipaban tanto ese encuentro que al<br />
haberse logrado, ya habían terminado su búsqueda de por vida. Y podían seguir ad<strong>el</strong><strong>ante</strong> con<br />
confianza en otro camino que significaba que sus vidas nunca estarían iguales. Y nosotros ¿Estamos<br />
encontrándonos con El Rey de manera real? ¿Estamos siendo cambiados?<br />
Dur<strong>ante</strong> esta Navidad los desafío a que tengan la actitud de los magos y sabios <strong>ante</strong> Jesús. Es una<br />
actitud de buscarle, de adorarle, y ofrecerle lo mejor de nuestras vidas para que cuando vayamos de<br />
nuestros encuentros con El, vivamos en plena gozo y gratitud d<strong>el</strong><strong>ante</strong> de otros. Si la encarnación de<br />
Jesús se trata de la cosa más cierta en todo <strong>el</strong> mundo merece una segunda y tercera mirada de<br />
nuestra parte para asegurarnos de que sea la verdad para nuestras vidas.<br />
<strong>La</strong> navidad vista como madre<br />
Dee Yaccino<br />
RdC República Dominicana<br />
El nacimiento de cualquier niño es una cosa asombrosa. En lo particular, recuerdo<br />
cada momento que rodeó <strong>el</strong> nacimiento de mis cuatro hijos. Y sé que si se le pide<br />
a cualquier madre contar de nuevo la historia d<strong>el</strong> nacimiento de sus niños, estará<br />
encantada en contarlo todo, ¡y con todos los detalles! Puedes también preguntarle<br />
a cualquier madre que esté en <strong>el</strong> último mes d<strong>el</strong> embarazo cómo está y<br />
probablemente te dirá: “¡No veo la hora que llegue este bebe!” Recuerdo siempre<br />
cuando estaba en <strong>el</strong> último mes de todos mis embarazos lo único en que podía<br />
pensar era <strong>el</strong> nacimiento. Me despertaba en la mañana preguntándome: “¿Será<br />
hoy <strong>el</strong> día?” Y me acostaba pensando si sería esta la noche. Había tanta<br />
expectativa. Sentía que <strong>el</strong> momento no llegaba más. Y todo <strong>el</strong> mundo sabe cuán<br />
difícil es esperar por cualquier cosa, pero más todavía por <strong>el</strong> nacimiento de tu<br />
hijito. Esa expectativa, esa anticipación, es de lo que deseo hablar en este tiempo<br />
enfocados en <strong>el</strong> nacimiento de Jesús. Y si alguna vez ha habido tanta anticipación<br />
por <strong>el</strong> nacimiento de alguien, creo que ha sido por <strong>el</strong> suyo.<br />
Los profetas d<strong>el</strong> pueblo de Isra<strong>el</strong> lo habían estado prediciendo por siglos. Toda la<br />
gente de Isra<strong>el</strong> había estado esperando por <strong>el</strong> nacimiento d<strong>el</strong> "Mesías" o d<strong>el</strong> Rey<br />
quien los salvaría. Era <strong>el</strong> anuncio d<strong>el</strong> nacimiento que tenía a la gente hablando porque era tan popular<br />
en ese tiempo como esperar <strong>el</strong> aviso d<strong>el</strong> nacimiento d<strong>el</strong> bebe de artistas o cant<strong>ante</strong>s famosos hoy en<br />
día. <strong>La</strong> diferencia es que, por más emocionados que estemos al nacer <strong>el</strong> bebe de un famoso, <strong>el</strong><br />
anuncio d<strong>el</strong> nacimiento d<strong>el</strong> Mesías no fue meramente un aviso anunciando la llegada de una nueva<br />
vida en este mundo como con cualquier otro bebe. Es decir, aunque los eventos que rodeaban <strong>el</strong><br />
nacimiento d<strong>el</strong> Mesías eran asombrosos —hasta milagrosos-- estos no son lo que lo hicieron<br />
import<strong>ante</strong>. El nacimiento de Jesús tiene importancia debido a quién es él. Y aunque todos lo<br />
esperaban, no estaban preparados para la manera en que llegó. Porque Dios no siempre hace las