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TARRAGONA.<br />
solo nos quedan de lo interior los ligeros rasgos generales<br />
que ella viene á producir y alguna que otra no menos débil<br />
congelara* nunca por tal "condición despreciable. Sin embargo<br />
no han faltado quienes, detallando á su albedrio la<br />
aplicación de semejantes deducciones , é ideando otros hechos<br />
segun les plugo, como hemos dicho , con el respetable<br />
Mariana , dieron una relación despejada y perfectamente<br />
sostenida desde los tiempos primitivos : es de notar ademas<br />
en ella que nada se ha tenido menos presente que aquellos<br />
indicios cuyo examen hubiera podido dar algún resultado<br />
científico , cuales son los que dejamos aprovechados y los<br />
que nos servirán aun hasta llegar á los tiempos históricos<br />
para España. .<br />
TARRAGONA HASTA I. A EDAD ROMANA.<br />
Siendo c. ibera hubo de gozar una edad patriarcal; sin<br />
ue la simplicidad de aquellos tiempos nos dejasen recuer-<br />
3s que esponer ahora como notables y fuera de lo común á<br />
la pobl. primitiva de España. Una cosa se debe advertir sin<br />
embargo, desde que se la ve figurar en cierta región de las<br />
numerosas que tuvo ia Península careciendo de un centro<br />
olítico: Tarragona era c. de la cosetania , y es muy nóta<br />
Ele esta circunstancia ya con relación á aquella época por<br />
la naturaleza del nombre que remonta hasta entonces su<br />
aplicación. Apenas suena este nombre revuelve la imaginación<br />
sobre la misma edad primitiva, siendo manifiestamente<br />
derivado del idioma de los primeros pobladores: Pan , aquel<br />
caudillo que hemos dicho con la fábula vino de la India enviado<br />
por el conquistador de aquel pais Libero Peter , Baco<br />
etc.. es quien hubo de traer las raices de 'este nombre: Koset-Tania<br />
significaba en su idioma la región de los flecheros,<br />
ó de los diestros en manejar el arco. Pero da en que<br />
pensar el nombre de una región cuando se halla una c. denominante<br />
como la Edetania, que se llamé asi de Edeta, la<br />
Jacetania de Jaca etc. ; poco también .si se quiere cuando<br />
indica cierta razón tópica como la Laletania ó Aletania por<br />
sus fortalezas elevadas , la Lobetania ó Lebetania por la<br />
cuenca que ocupaba en la Alt iberia etc. ; poco aun cuando<br />
puramente los orígenes como la Celtiberia, la Bastetanía<br />
etc. y poco cuando otras varias particularidades: pero aqui<br />
es de" tanta dificultad como interés la inteligencia en este<br />
nombre; porque siendo aducible también por prueba del<br />
origen de la pobl., como generalmente sucede con losuombres<br />
antiguos, y resulta en armonía con el de Tarraco; descubre<br />
ademas una habilidad que" pudo influir mucho en la<br />
historia del pueblo que distinguía hasta el punto de darle<br />
nombre.<br />
Pudo adquirirla este en la caza, si es cierto que gozó larga<br />
paz al abrigo de un sentimiento teocrático, que uniera en<br />
su principio la pobl. ibera: cuando este vínculo vino á perecer<br />
con el tiempo que á todo alcanza, ó con las irrupciones<br />
estranjeras pudo servirle contra sus enemigos. ¿Se verían<br />
precisados á ejercerla ya por las invasiones célticas? Cabe;<br />
pero estas tomaron caerlo rumbo al O. como hemos dicho,<br />
que parece haberlos dejado libres. ¿Tomarían sus arcos<br />
contra los figures, que con grandes escritores, se puede asegurar<br />
fueron los primeros advenedizos que impacientaron<br />
con las armas los establecimientos iberos del ángulo oriental<br />
de España? Pudo también suceder; mas nada consta de<br />
aquellos oscuros acontecimientos que solo sabemos por haberlos<br />
asomado algún escritor antiguo sin el mas mínimo<br />
detalle. ¿Quién podia circunstanciarlos, cuando eran.de tal<br />
naturaleza que, si España hubiese tenido á la sazón la ilustración<br />
á que mas tarde llego Atenas, bastaban ellos mismos<br />
para reducirla á la ignorancia de los primeros tiempos?<br />
Tales acontecimientos 1<br />
657<br />
ello: Albides, mas bien Abides, el Ocnotriode los españoles,<br />
que los reunió en ciudades, hijo de Gargoris , es uno de tantos<br />
reyes imaginarios como este, con que los fabuladores de<br />
nuestra historia quisieron encabezarla, y el que mas ha sabido<br />
autorizar aquella sequia tan famosaen las hablillas del<br />
pueblo, y tan desconocida en los autores de fe y crédito,<br />
cita la Yulgata , que , en el cap. 47 del Génesis," vers. 13,<br />
dice, haber alcanzado á todo el orbe el hambre que segun la<br />
misma, sufrió el Egipto, 1800 años antes de J.C. ; corroborándolo<br />
aun con la fábula dc_ Phaeton. Aunque se entienda<br />
literalmente el texto del Génesis, y se le dé toda la autoridad<br />
apetecible ¿porqué se ha de creer que, no habiendo durado<br />
mas que siete años el hambre alli mencionada, fue de 16<br />
para España cuya duración le da el que menos? .<br />
Si en vista de esta obligación y de la diferencia de fechas<br />
se digese no ser Ja misma , hasta" de este débil apoyo carecería<br />
la fabulosa sequía de España. Y siendo cierta, ¿adonde<br />
se hubieran refugiado lo*españoles? ¿ A qué pais habria<br />
cabido mejor suerte? ¿Qué fue de las fatigas con que Abides<br />
habrá poco antes reducido á vida civil los españoles? Y<br />
sobretodo, ¿á qué citarla cou relación á Tarragona ? Si<br />
entonces pereció esta o. y fue mas tarde restaurada por los<br />
rodios ó los. frigios, ó los fenicios, como el mismo autor<br />
quiere, si tenia algún motivo para idear esta repoblación,<br />
¿qué le pudo persuadir que no hubiera sido entonces fundada,<br />
y que hubiese existido antes ; siendo asi que el principal<br />
argumento para sostener.su mas remoto origen, cual<br />
era, el no saberse hubiese sido poblada después , quedaba<br />
destruida? También aqui pudiéramos esclamar ¡ O mentes<br />
hominuml con cierto crítico moderno. Pero volvamos al<br />
examen de antecedentes y relaciones de mayor autoridad.<br />
Mejor que el imaginario Abides y la soñada sequia ; mejor<br />
que los celtas y los lygures, aunque ya estos nombres recuerdan<br />
acontecimientos de otro carácter al historiador de<br />
España , pudieron dejarnos memorias en Tarragona, aquellos<br />
estranjeros distintos de los bárbaros que buscaran región<br />
mas cómoda donde establecerse, ó que huyeran de sus<br />
paises hostilizados por otros mas bárbaros, todavía ; aque-<br />
. líos que llegaron á nuestras costas conducidos por un genio<br />
traficante, producto de la-ilustración de las naciones;<br />
estos fueron los fenicios . y luego los griegos sus discípulos,<br />
fijaron numerosos establecimientos en lo litoral de la<br />
Península. ¿Tendida en efecto esta c. memorias de ellos?<br />
Asi lo afirmó el hebreo Benjamín en su Itinerario, diciendo<br />
constaba Tarragona de edificios de anaceos (los mas celebres<br />
de los fenicios) y griegos; espresando ademas la notable<br />
circunstancia de no haber otra c. de semejantes fábricas<br />
en toda' España. Nada tendida de estraño que , llegando<br />
á conocer estos traficantes el fértil campo de Tarragona<br />
, se avecindasen algunos en esta c. y edificasen en ella<br />
á la manera de sus patrias. Pero no se contentó con esto el<br />
Rmo. Florez : á pesar de su distinguido talento crítico quiso<br />
deducir de tan débil principio que ambas naciones miraron<br />
á Tarragona como capital ó cabeza de España , segun<br />
cree haberlo sido originariamente, diciendo con Bochart,<br />
que en el mismo nombre habia quedado significada<br />
esta escelcncia. Ya refutamos debidamente esta idea al<br />
tratar de la etimología del nombre , por cuanto á ella hacia<br />
: ahora debemos corroborar aquella negativa con nuevas<br />
razones mas propias de este lugar, como espresivas de<br />
lo que hubo de ser Tarragona en la época que nos ocupa.<br />
»Eu el mismo nombre quedó significada la escelencia de'<br />
capital ó alcázar de la Iberia (Florez, Esp.Sagr., Tom. 25).»<br />
Considerada asi esta c en los tiempos primitivos , no solo<br />
falta todo testimonio que la atribuya aquella dignidad ima<br />
, contándose entre los que determiginada por los encarecedores de sus grandezas, que apronaran<br />
las revoluciones morales de un pueblo, no es fácil devecharon la rebatida inteligencia del nombre Tarraco; si<br />
jen otra memoria tras de sí á no ser la ignorancia misma no que concedérsela seria reincidir en la ignorancia de las<br />
hasta de lo mas digno que les hubo precedido. Y ¿diremos memorias mas seguras que tenemos de la antigüedad. Se<br />
algo aun de la soñada despoblación de esta c. que leemos gun estas , lejos de haber podido ser Tarragona cap. de la<br />
en cierta obra moderna fechándola allá sobre los años de España primitiva, que no tuvo tal capitalidad , ni lo fue<br />
1030 antes de Jesucristo? «Es consiguiente, dice, que en la siquiera de la misma región Cossetana , en que se hallaba<br />
gran sequedad que sufrió la España en tiempo de Alindes, enclavada; pues las regiones de la España antigua tampoco<br />
sobre los años 1030 antes de la venida de J. C., ó 1133 des tenian capital en sentido civil; todas sus ciudades eran<br />
pués de la pobl. déla Península , Tarragona sufriría la mis iguales, y lo eran también los diferentes cuerpos de poma<br />
suerte que las demás poblaciones abandonadas por sus blación que las constituían; aunque se da el dictado de ca<br />
hab. que huiandel azote que les afligiera....» Harto conocipital al centro con relación á sus vicos , vilas , pagos , etc.<br />
do es ya lo fabuloso de tocio esto para rjue nos ocupemos de ¡ «Todas las naciones Anaca'os, Griegos y Romanos la fue-