portada. nº 6PDF - Universidad de Zaragoza
portada. nº 6PDF - Universidad de Zaragoza
portada. nº 6PDF - Universidad de Zaragoza
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Sin duda, cada vez son más numerosas<br />
las mujeres inmigrantes. Se trata incluso<br />
ya <strong>de</strong> un fenómeno que tiene su propia<br />
entidad.<br />
Ciertamente, la condición <strong>de</strong> mujer inmigrante,<br />
como fenómeno autónomo,<br />
<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong>l país <strong>de</strong> origen <strong>de</strong> que se trate.<br />
Mientras las mujeres <strong>de</strong> la Unión Europea<br />
son, excepto casos como el <strong>de</strong> Portugal<br />
y Grecia, superiores en número a los<br />
hombres, y, entre las latinoamericanas tales<br />
cifras alcanzan proporciones extraordinarias<br />
(3 <strong>de</strong> cada 4 personas inmigrantes<br />
dominicanas o colombianas son mujeres,<br />
y también el 60% <strong>de</strong> las <strong>de</strong> países como<br />
Ecuador Brasil, Guinea o Filipinas), no<br />
ocurre lo mismo con la mayor parte <strong>de</strong><br />
las inmigrantes africanas <strong>de</strong>l área subsahariana<br />
o <strong>de</strong>l Magreb. Todo lo dicho,<br />
según datos <strong>de</strong> 1998. Sin embargo, y aun<br />
contando con ello, no hay que olvidar que<br />
cada vez son más las mujeres que cruzan<br />
solas el Estrecho en pateras, incluso en<br />
condiciones personales especialmente<br />
penosas, algo que, hasta hace muy poco<br />
tiempo, resultaba impensable.<br />
34<br />
D E R E C H O E S P A Ñ O L<br />
Mujer e<br />
inmigración<br />
SOFÍA BERNARDO RÓDENAS<br />
Abogada y miembro <strong>de</strong> SOS Racismo Aragón<br />
En conjunto, y citando el trabajo <strong>de</strong>l<br />
Colectivo Ioé, los datos disponibles<br />
muestran que, entre la población extranjera,<br />
los hombres son ligeramente superiores<br />
en número a las mujeres (53% <strong>de</strong>l<br />
total en 1992 y el 52,6% en 1998),<br />
siendo, durante el periodo 1992-1998, las<br />
nacionalida<strong>de</strong>s que más han aumentado<br />
sus efectivos <strong>de</strong> mujeres las <strong>de</strong> Ecuador<br />
(que se ha triplicado), Cuba, Gambia,<br />
Perú y Argelia (don<strong>de</strong> se han duplicado),<br />
República Dominicana, Marruecos y<br />
Polonia, que también aumentaron en<br />
más <strong>de</strong>l cien por cien su presencia. Hubo<br />
también mujeres <strong>de</strong> algunos países, como<br />
Suecia, Argentina, Estados Unidos, Venezuela<br />
y Chile, cuyo número disminuyó,<br />
pero se trata <strong>de</strong> países con menos ten<strong>de</strong>ncias<br />
migratorias, sobre todo en el<br />
periodo consi<strong>de</strong>rado.<br />
Una circunstancia <strong>de</strong>stacable, en esta creciente<br />
presencia <strong>de</strong> mujeres que emigran,<br />
es que muchas <strong>de</strong> ellas están llegando a<br />
los países receptores, no como parte <strong>de</strong><br />
su entidad familiar, sino como personas con<br />
plena autonomía, <strong>de</strong>jando a marido e<br />
hijos e hijas en el país <strong>de</strong> origen hasta ser<br />
ellas la pieza <strong>de</strong> la subsistencia común,<br />
avanzada muchas veces <strong>de</strong> un proceso –o<br />
<strong>de</strong> un <strong>de</strong>seo– que se inicia con la esperanza<br />
<strong>de</strong> una nueva y mejor vida colectiva.<br />
Las mujeres, en estos casos, son las<br />
que envían recursos a los suyos, a la espera<br />
<strong>de</strong> un reagrupamiento familiar, o son el<br />
elemento fundamental para la compra <strong>de</strong><br />
la vivienda, para el establecimiento <strong>de</strong> un<br />
negocio o para el sostenimiento familiar.<br />
A pesar <strong>de</strong> que es contrastable esta ten<strong>de</strong>ncia<br />
a igualar el número <strong>de</strong> varones y<br />
mujeres inmigrantes, no existen datos<br />
precisos sobre el número <strong>de</strong> mujeres<br />
inmigrantes ni sobre las que lo hacen con<br />
autonomía, sin vinculación al éxodo marital<br />
o familiar –en ocasiones, los datos no<br />
son ni fiables– y no es posible, por consiguiente,<br />
disponer <strong>de</strong> una información<br />
que facilite la aproximación más rigurosa<br />
al fenómeno.<br />
Junto a ello, y como se ha <strong>de</strong>stacado por<br />
algunos estudiosos, a pesar <strong>de</strong> su impor-