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Conclusiones En cualquier caso estamos ante una continuidad ...

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<strong>Conclusiones</strong><br />

Presencia de la paideia en el kerigma y la parénesis de los cristianismos primitivos<br />

<strong>Conclusiones</strong><br />

<strong>En</strong> <strong>cualquier</strong> <strong>caso</strong> <strong>estamos</strong> <strong>ante</strong> <strong>una</strong> <strong>continuidad</strong> discontinua que se explica por<br />

la expansión del cristianismo judeocristiano de los “helenistas” en círculos cada vez<br />

más dominados por el mundo de los nuevos paganos convertidos” 1.<br />

“El cristianismo helenístico es, en efecto, <strong>una</strong> religión sincrética 2 en la medida en<br />

que es apta para integrar en su propio sistema de convicciones, sin perder su lógica<br />

propia y su consistencia, tanto de elementos de la teología y de la moral estoicas<br />

como elementos de la antropología platónica, la ideología política del Imperio<br />

romano o la soteriología de los cultos mistéricos. De ello se deduce que pudo<br />

ofrecer <strong>una</strong> interpretación de la existencia humana que ha conservado su<br />

identidad y su <strong>continuidad</strong> m<strong>ante</strong>niendo su actualidad a pesar de las<br />

dis<strong>continuidad</strong>es de su realidad social e histórica. La predicación de los<br />

“helenistas” y de sus sucesores constituye por esta razón un cambio dentro del<br />

cristianismo que tenía por ello grandes oportunidades de expansión y de<br />

supervivencia.” 3<br />

A manera de conclusión, y luego de revisar los textos referidos a la tesis pl<strong>ante</strong>ada, se puede<br />

llegar a las siguientes conclusiones.<br />

<strong>En</strong> primer lugar el cristianismo es <strong>una</strong> religión que nace en un contexto cultural greco-romano<br />

del cual inevitablemente recibe <strong>una</strong> fuerte influencia. Eso sin desconocer que su c<strong>una</strong> es la<br />

religión judía de la diáspora. Pero el judaísmo del contexto en que nació el cristianismo está<br />

helenizado, por lo mismo, ya mediado por la lengua, cultura y pensamiento griegos. El helenismo,<br />

parte del contexto cultural en el que se desarrolla el nuevo movimiento, es el que le entrega las<br />

estructuras lingüísticas, sociales y culturales que le permitirán sobrevivir en el tiempo.<br />

De la religión judía el cristianismo toma, por nombrar <strong>una</strong> de las herencias principales, el<br />

monoteísmo, las escrituras hebreas traducidas al griego, y en la primera etapa, el conflicto con la<br />

Ley y las tradiciones religiosas del judaísmo. <strong>En</strong> el cristianismo este monoteísmo se constituye-<br />

1 Vouga. Op.cit. pg. 127.<br />

2 El subrayado es mío<br />

3 Vouga. Op.cit. pg 139.<br />

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<strong>Conclusiones</strong><br />

expresa Vouga- en monolatría exclusivista 4 , lo que choca con la tolerancia de religiosa del<br />

Imperio Romano. Sin embargo, parece ser lo que también le otorga la atracción para <strong>una</strong> sociedad<br />

tan cambi<strong>ante</strong> como la que aquellos siglos.<br />

Del helenismo toma el nuevo movimiento cristiano, en primer lugar, la lengua griega, la koiné.<br />

Lengua que le entrega estructuras lingüísticas de comunicación y de razonamiento, ideas propias<br />

de la paideia. A partir de ahí es parte de la tradición de la pensamiento y la filosofía helenística.<br />

<strong>En</strong> su primera etapa, el movimiento de Jesús tiene grandes semejanzas con el cinismo, en el<br />

llamado de Jesús a dejarlo todo a vivir <strong>una</strong> vida frugal, llevar <strong>una</strong> vida itiner<strong>ante</strong> y dedicarse<br />

exclusivamente a predicar el evangelio; en la forma confrontacional de la enseñanza, en la<br />

ruptura con la sociedad.<br />

Luego, como parte de la recepción de la paidea-entendida como cultura- Pablo escribe en koiné,<br />

utiliza la carta como medio de comunicación con las nuevas comunidades nacidas en un contexto<br />

urbano de ciudades helenísticas. Escribe en un griego sencillo y ocupa el estilo y las formas<br />

propias de la cultura helenístico-romana. Argumenta de acuerdo a lógica heredada tanto del<br />

judaísmo como de la herencia cultural helénica. Las problemáticas que expresa Pablo en sus<br />

cartas y que enfrentan los nuevos creyentes son propias de su contexto socio-cultural greco-<br />

romano. Esto se ve reflejado en la nueva interpretación que realiza de la figura de Jesús como<br />

mesías quien murió “por nuestros pecados”. Para él la resurrección juega un papel fundamental<br />

en la comprensión que la nueva fe tiene de la obra salvífica de Jesús. Si bien el kerigma paulino<br />

tiene fuertes raíces teológicas veterotestamentarias, no por eso deja de expresar la influencia<br />

helénica que recibió por medio de la lengua y forma de pensamiento helénicos.<br />

Para ahondar en el asunto. <strong>En</strong> el libro de los Hechos se puede ver este rico diálogo que existe<br />

entre un cristianismo de tradición judía, ligada al Templo y a las costumbres de la religión judía y<br />

el cristianismo de carácter helenístico. Resultando incluso conflictos sociales que llevan a escoger<br />

a algunos helenistas con el fin de cuidar los intereses de las viudas que eran parte de esta facción<br />

de habla griega.<br />

El apóstol Pablo tiene <strong>una</strong> actitud muy especial con los nuevos creyentes. Su relación con ellos es<br />

paternal (les llama hijos en la fe), afectiva, se expresa afectivamente en sus cartas (expresa tener<br />

4 Vouga. Op.cit. pg.124<br />

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<strong>Conclusiones</strong><br />

dolores de parto por ellos), tiene un cuidado amoroso hacia sus hermanos. Aunque los reprende,<br />

cuida de no dañarlos. A este tipo de relación entre Pablo y los hermanos y hermanas a quienes<br />

envía las cartas, Javier Antolín 5 le llama psicagógica. Esta relación implica la amonestación,<br />

personal o por un tercero. Se preocupa por la instrucción y maduración de las jóvenes<br />

comunidades, imparte consejos y amonesta sin que nadie lo pida. Vela por el crecimiento de los<br />

grupos, tiene <strong>una</strong> responsabilidad diaria, <strong>una</strong> preocupación const<strong>ante</strong> por todos ellos, 2 Cor.<br />

11.28 expresa:<br />

28 Y como si fuera poco, cada día pesa sobre mí la preocupación por todas las iglesias 6 .<br />

Usa entre otras imágenes la de padre y hermano. El papel del padre implica el cuidado del niño y<br />

al mismo tiempo que la sumisión del niño a la autoridad paterna. Al mismo tiempo Pablo utiliza<br />

los términos hermanos/as, lo cual implica <strong>una</strong> relación entre iguales, de simetría y reciprocidad.<br />

Esta estrecha relación que Pablo tuvo con las comunidades hogareñas que había iniciado,<br />

recuerda a las comunidades filosófico-religiosas de la escuela epicúrea, en las cuales la amistad<br />

jugó un papel fundamental en las relaciones entre los miembros de esa secta filosófico-religiosa.<br />

La parénesis paulina tiene la impronta de las escuelas helenísticas, pero cuyo fundamento se<br />

encuentra ahora en Jesucristo resucitado y en el llamado a establecer <strong>una</strong> diferencia con aquellos<br />

que “no tienen esperanza”, los paganos. El énfasis de un salvador, la interpretación de la muerte y<br />

resurrección de Jesús como actos salvíficos son también expresiones de las inquietudes propias<br />

de su época.<br />

Pero el asunto no se queda ahí. Las nuevas comunidades creadas a partir de la acción misionera<br />

paulina se congregan en comunidades hogareñas, pequeñas comunidades que se reúnen en las<br />

casas de los creyentes en las cuales practican el mutuo cuidado, la enseñanza y la adoración al<br />

nuevo mesías. El sentido de comunidad es el elemento básico en las relaciones interpersonales de<br />

estas comunidades (psigagogía, Antolín). <strong>En</strong> la época las comunidades paulina tenían prácticas<br />

muy similares a la filosofía helenística de su tiempo. Los individuos participaban en la edificación<br />

comunitaria por medio de la amonestación y la corrección, en la consolación, etc. La psicagogia<br />

debe ser recíproca entre las diferentes personas que integran la comunidad. Deben animarse<br />

5 Antolín, Javier. Influencias ética y sociopolíticas del epicureísmo en el cristianismo primitivo. Universidad de Valladolid.<br />

Tesis de doctorado. 2000. Biblioteca virtual Miguel de Cerv<strong>ante</strong>s. Pp.253,254.<br />

6 http://www.biblegateway.com/<br />

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<strong>Conclusiones</strong><br />

unos a otros, amonestar a los holgazanes, ayudar a los débiles, buscar siempre el bien de los<br />

otros. La comunidad, a pesar de tener diferentes miembros, está unida. Cada miembro tiene su<br />

respectiva función. Esto es lo que recuerda la imagen de “cuerpo” que Pablo utiliza para la iglesia<br />

tanto en el libro de Corintios como en el de Romanos. <strong>En</strong> este tipo de relación se ve también la<br />

influencia de las escuelas filosóficas helénicas.<br />

<strong>En</strong> el posterior desarrollo del cristianismo a fines del siglo I y en el siglo II evidencia con mayor<br />

fuerza la influencia de la cultura helénica. Ya sea a través de la literatura pseudoepígrafe (Efesios,<br />

colosenses, 1,2ª Timoteo, Cartas pastorales en general, etc), nacida después de la muerte de los<br />

principales líderes de la iglesia primitiva, Pedro, Pablo y Santiago. Esta literatura toma los<br />

nombres de estos líderes y pretende sistematizar el kerigma primitivo entregado en los primeros<br />

escritos cristianos. <strong>En</strong> esta época el cristianismo se ve enfrentado a elementos gnósticos. Es el<br />

<strong>caso</strong> de Efesios y Colosenses, escritos atribuidos a Pablo, pero que pueden ser fechados posterior<br />

a la muerte del apóstol de los gentiles. Al enfrentarse al gnosticismo se define, a sí mismo, con<br />

conceptos helenísticos.<br />

Juan, el apóstol escribe a finales del siglo I, el año 90 d.C. aproximadamente, el prólogo del<br />

evangelio lo inicia con <strong>una</strong> referencia al logos que se hizo carne. Este término tiene toda tradición<br />

en la filosofía griega, desde Heráclito en adel<strong>ante</strong>, pasando por los estoicos y que fue,<br />

posteriormente, utilizado por Filón y Clemente de Alejandría. Este es el término que utiliza el<br />

escritor de evangelio de Juan para referirse a la encarnación de Jesucristo. <strong>En</strong> su interpretación<br />

teológica del mesías utiliza un concepto propio de la historia de la tradición helenística.<br />

Nuevamente, este escritor de fines de siglo I pretende que dialogar con el ambiente socio-cultural<br />

de su época a partir de la tradición griega. Lo hace y recibe en ello la influencia del helenismo. 7<br />

Otro de los aspectos fundamentales a considerar como conclusión de esta investigación, y que<br />

está de acuerdo con los especialistas en el tema es que el cristianismo en sus orígenes no es un<br />

movimiento unitario. Al respecto Vouga expresa en las conclusiones de su libro:<br />

7 Sobre el título cristólogico de logos atribuido a Jesús. Revisar el libro de Oscar Cullmann. “Cristología del nuevo<br />

testamento”. Editorial sígueme. Salamanca, 1998. El autor lleva a cabo un análisis exhaustivo del uso del concepto logos<br />

en la tradición filoósofica y teológica. Pp. 325 y ss.<br />

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Presencia de la paideia en el kerigma y la parénesis de los cristianismos primitivos<br />

<strong>Conclusiones</strong><br />

“el intento de reducir la diversidad actual de los cristianismos a un denominador<br />

común, es decir, a un origen común y unitario, se muestra como <strong>una</strong> empresa<br />

contraria a la realidad histórica” 8<br />

Agrega el autor, “la diversidad es desde los orígenes un elemento constitutivo de la historia de los<br />

primeros movimientos cristianos”. Lo común a esta diversidad se encuentra en el hecho de que las<br />

diferentes trayectorias del cristianismo primitivo y sus sistemas de convicciones se refieren<br />

todos a la persona y a la obra de Jesús para comprender <strong>ante</strong> Dios la existencia humana.<br />

“El intento de reducir la diversidad actual de los cristianismos a un denominador<br />

común, es decir, a un origen común y unitario, pertenece a <strong>una</strong> antigua tendencia<br />

de la tradición cristiana”<br />

La referida unidad es, entonces, un mito. Según las investigaciones actuales es mejor hablar de<br />

“cristianismos” 9, muchos de los cuales en el tiempo posterior fueron “derrotados” por las visiones<br />

“ortodoxas”. Son tres etapas distintas de este movimiento en su origen. Es un mito que Pedro<br />

haya iniciado la iglesia cristiana y que Pablo haya sido el primer cristiano. Ni lo uno ni lo otro.<br />

Pablo no inventó el cristianismo 10. Este movimiento resulta demasiado complejo tanto en su<br />

kerigma como en su parénesis como para ser la creación de un solo hombre. Aunque, por otro<br />

lado, no se puede desconocer la gran influencia de Pablo en los orígenes del cristianismo urbano<br />

helenístico. Escribió la mayoría de las cartas que son la fuente de información de primera mano<br />

que tenemos para darnos <strong>una</strong> idea de este movimiento en sus comienzos. Pablo en esas cartas<br />

lleva a cabo la interpretación teológica de la muerte y resurrección de Jesús. <strong>En</strong> dichas misivas<br />

este judío-helenista, además, presenta la parénesis consecuente con el kerigma del Jesús<br />

resucitado.<br />

Pero el cristianismo, no se quedó como <strong>una</strong> secta judía, ni como un movimiento filosófico-<br />

religioso. Se constituyó en un movimiento con un carácter sui generis que adquirió un ethos<br />

propio. El kerigma fue recibido y asumido en el contexto greco romano, con cual en poco tiempo<br />

entró en abierto conflicto. Los emperadores no pudieron dejar de lado este nuevo movimiento.<br />

8 Vouga. Op.cit.pg. 280<br />

9 Al respecto Antonio Piñero posee un libro titulado “los cristianismo derrotados” ¿Cuál fue el pensamiento de los<br />

primeros cristianos heréticos y heterodoxos?”. De editorial Edaf. Este libro trata justamente del tema.<br />

10 Ya Bulltman lo establece en su investigación del cristianismo primitivo.<br />

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Presencia de la paideia en el kerigma y la parénesis de los cristianismos primitivos<br />

<strong>Conclusiones</strong><br />

Desde el 64 en adel<strong>ante</strong> los cristianos comenzaron a ser perseguidos en el Imperio. Desde un<br />

punto de vista filosófico se constituía en un problema para las élites intelectuales dado su<br />

predicación monoteísta y exclusivista. Sin embargo, el naciente movimiento sobrevivió a las<br />

persecuciones tanto de judíos como de romanos y a los ataques de la intelectualidad romana.<br />

Este proceso histórico del nacimiento, y primer desarrollo de los cristianismos primitivos de los<br />

siglos I y II, se puede expresar por medio de dos conceptos que están presentes en el proceso de<br />

la tesis. Dichos conceptos expresan la síntesis entre la herencia helénica y el cristianismo<br />

primitivo. Por un lado, el concepto de ”<strong>continuidad</strong> discontinua” el cual no es desconocido en<br />

términos de los procesos históricos. Ello implica que si bien el nuevo movimiento tiene un<br />

sentido de <strong>continuidad</strong> con respecto a la herencia recibida, tanto del judaísmo, como del<br />

helenismo, también presenta <strong>una</strong> dis<strong>continuidad</strong>, ya que se constituye en <strong>una</strong> religión con un<br />

ethos propio.<br />

El segundo concepto que quiero remarcar es que pareciera ser que el cristianismo primitivo a<br />

medida que se aleja de sus orígenes judío palestinenses y tiene que enfrentar la cultura greco-<br />

romana evidencia mayor influencia de la cultura helénica. A mayor ahondamiento, pareciera ser<br />

que, en la medida que el cristianismo, en la primera etapa de su historia, siglos I y II, tuvo que<br />

insertase en la cultura greco-romana, realizar su tarea misional, responder a sus requerimientos<br />

y desafíos, en esa medida recibió la influencia de esa misma cultura. Esto se percibe claramente al<br />

revisar los textos de didajé como el paidagogos de Clemente de Alejandría. Ambos textos están<br />

situados históricamente en el siglo II y evidencian el uso, incluso sofisticado, en el segundo <strong>caso</strong>,<br />

de la lengua, y los conceptos propiamente griegos como “logos”, “pedagogo” y “paideia cristiana”,<br />

entre otros. <strong>En</strong> esta época el cristianismo busca entenderse a sí mismo a partir de la herencia<br />

helenística haciendo suya con toda propiedad la lengua y pensamiento griegos.<br />

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