Revista "Nuevo Rumbo" (1993-1997) - Archivo de la Ciudad de ...

22
Dos nuevos sacerdotes; uno en Arganda y otro en Santos de la Humosa
I
DOS ALMAS EN BUSCA DEL SENTIDO DE LA VIDA
E
n la puerta del atrio de la Iglesia San Juan
Bautista dos hombres jóvenes; José
Manuel Fuertes de 25 años y Juan Prieto
de 26. El primero natural de Arganda y el
segundo de un pueblecito de Murcia. Si no fuera
porque Juan llevaba "clergiman", el capisayo
negro con cuello blanco. nadie diría que se tratan
de dos sacerdotes recién ordenados.
José Manuel es de constitución fuerte y sonrisa
fácil. se rebulle cuando está más de dos horas
sentado y no esconde sus gustos por la música
"bakalao", los dulces o por recordar su pasado de
albañil. José Manuel tiene toda la pinta de ser de
esos curas a los que llaman "campechanos". Le
alegran profundamente los bautizos y ya ha oficiado
alguna boda. en la que no han faltado sobresaltos.
como el día en que se le quemó el velo a
una novia con una vela o cuando un familiar se
arrodilló con tanta fuerza en un banco que fue a
parar de boca a los pies del altar. Juan Prieto se
muestra al principio más comedido y es juguetón
en el hablar; aprovecha la mínima para reflexionar
y defender los postulados de la Iglesia en
cualquiera de los temas que surgan en la conversación.
y como su compañero. antes que sacerdote
tuvo otros oficios; fue camarero. Llaman la atención
sus manos menudas y blancas y una mirada
interrogativa. de inspección. que esconde tras
unas gafas coquetas. Sigue haciendo las veces de
secretario del obispo de Alcalá de Henares. don
Manuel Ureña, y qué duda cabe de que el prelado
vió un buen partido en un muchacho de ideas
muy claras.
Hace unos meses fueron ordenados diáconos
y el pasado trece de enero, por fin, sacerdotes.
Hay una norma eclesiástica. los "intesticios",
según las cuales deben de transcurrir seis meses
entre un "puesto" y otro. pero "por razones pastorales"
el obispo de Alcalá, dió su consentimiento
para que tanto José Manuel como Juan
pudieran ascender en el escalafón y así poder oficiar
misas y demás menesteres de los sacerdotes.
La razón en la premura del tiempo es muy simple;
no hay sacerdotes, no salen curas con tanta
frecuencia como debiera.
El cura siempre dice lo mismo
José Manuel Fuertes recuerda como de
pequeño él no quería ir a misa los domingos "porque
el cura siempre decía lo mismo". De familia
argandeña y devota, estudió en un colegio religioso
en Madrid. en "Los Padres Josefinos". una
congregación de origen italiano que tiene tres centros
en España. "A los que nos veían más responsables
hablaban con nosotros; a mí me hicieron la
propuesta de postulantado y dije que sí". José
Manuel comenzó su año de noviciado en Italia.
un año que le marcó "porque allí tú te planteas tu
vida de cara a una serie de hechos. no sólo desde
el punto de vista de la religión; vives una vida
comunitaria y allí estuve estudiando filosofía y
teología; luego en San Bias. en la Avenida de
Guadalajara, estuve un par de años y me dí cuenta
que mi vida no era esa". José Manuel de talante
conciliador y comprensivo es sin embargo de
espíritu profundamente libre; acata las normas y
no rechista a no ser que se inmiscuyan en su
camino: "de ésto hace sólo unos meses. desde
septiembre, me dí cuenta de que no era mi
camino. porque no me gusta sentirme como una
marioneta. una cosa es que te envíen a un sitio y
tú lo acates y otra es que se metan en lo que tú
haces o no dejas de hacer. a mí por lo menos no
me gusta". La decisión de José Manuel es muy
reflexiva y va mucho más allá de lo estrictamente
conveniente a su carácter: "¿De qué le sirve a un
hombre ganar mucho dinero, tener hijos y familia
si en verdad no se encuentra, si no sirve para
nadar. se repregunta Jos é Manuel por milloné­
SIma vez.
Juan Prieto tiene un hablar reposado, tranquilo
y a la vez inquietante del que se sospecha te va a
contestar largo. muy interesante. pero para rato.
Tiene este sacerdote ese resabio del alto clero y
ya hay quien dice que tiene madera de futuro
obispo por su modo de hablar y el convencimiento
sin fisuras de las órdenes de la Iglesia, "la
Iglesia no dicta lo que dicen las altas instancias.
sino que sirve de mediadora entre Dios y los hombres".
La trayectoria religiosa de Juan es muy
interesante; está marcada por la búsqueda del sentido
a la existencia, que según cuenta no encontraba
en su juventud. "cuando llegaba por las
noches a mi casa después ele haber salido con los
amigos me encontraba vacío. con dolor de cabeza,
cada noche era como un fuego artificial". Juan no
era practicante. no rechazaba la religión pero tampoco
la tenía en cuenta, "vivía con otro ritmo, mi
actitud era ele indiferencia". Su vida la marcó el
sacerdote nuevo que llegó a su pueblo de Murcia y
que desde el principio se interesó por la juventud.
"Mis padres iban a celebrar las bodas de plata y
este sacerdote pensó que sería bonito que yo
leyera en la misa". Juan dice que fue este cura el
que se interesó por él. "pero no para llevarme al
huerto, para lavarme la cabeza, sino para encontrar
un sentido a mi vida; me invitó a unos ejercicios
espirituales y empecé a llevar una vida cristiana".
De ésto hace ya ocho años. es decir,
cuando él tenía tan sólo 18 años. una edad crítica