Revista "La Poveda" (1982) - Archivo de la Ciudad de Arganda del ...

El fotógrafo, milagro, les ha sorprendido
uno de los raros momentos, acaso e' único, de una cierta grandeza suya. Su espontaneidad
parece nacida de algo irremediable. Pero tú sabes, ¡Oh, Señor! Adviérteles. Tócales con
tu mano, suavemente. Porque la vida les espera, agazapada.
El sol la ilumina a contraluz y su delicado rostro
parece velado por una tristeza tenue.
Está en la flor de su vida.Señor, y parece una
princesa que ha descendido del marco dorado,
y no una niña morena que va creciendo entre
hombres. Yo sé que sus padres, que tanto la
quieren,se sienten preocupados al pensar como
conservarán y defenderán su vida, en este mundo
enigmático y lleno de pasiones.
Pequeña Ester, seguirás corriendo al encuentro de
tus viejos amigos, aunque algún día encuentres
tú corona de oro ¿verdad?
y seguirás iluminando nuestros ávidos corazones
con tu luz, con tu risa, con tu alma, con tu vida,
no, no, Dios mío, que nadie me oiga.