"Este de Madrid" (1991-2013) - Archivo de la Ciudad de Arganda ...

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Arte
La mimesis del modelo
En ocasiones el modelo se identifica
tanto con la divinidad para la que está
posando que en su delirIo se cree el
propio dios y le puede llevar hasta la muerte,
como le paso al discípulo del escultor Jacopo
Sansovino. Historia recogida por Vasari en su
obra Las vidas de los pintores, escultores y arquitectos,
no se sabe cuánto de leyenda o de
realidad contiene el relato.
Goivanni Bartolini encargó al escultor Sansovino
un joven Baco de mármol de tamaño
natural, para el jardín de su casa Gualfonda.
La estatua desde el principio se consideró
una obra de excepcional mérito, siendo visitada
hasta por extranjeros que alababan su
mérito. A la muerte de Goivanni,su hermano
Gherardo Bartolini se la regala al duque Cosimo
de Médicis, que la incorporó a su colección
de estatuas de mármol, pasando de
ser una estatua de jardín a ser una pieza de
exposición al ser considerada la obra más
hermosa realizada por un maestro moderno,
superior a las realizadas por los maestros de
la antigüedad, que servían de canon estilístico.
Se considera un éxito el haber resuelto
de forma satisfactoria la dificultad de separar
un brazo del mármol elevándole al cielo
sosteniendo la copa casi transparente, debido
a lo duro y frágil del material escultórico.
Otra cosa que resalta Vasari son las
bellas proporciones, que a la vista y al tacto
parece ser carne. Esto último se debe a que
en el Renacimiento el mito del escultor Pigmalión,
que una de sus obras cobró vida, estaba
de moda, y en cierta medida se dio esta metamorfosis en
sentido inverso, cuando el aprendiz sirve de modelo a Baco,el dios
de los excesos que llevan a la locura y la genialidad a través de ellos.
Cuando Sansovino recibe el encargo para la realización de la estatua,
se obsesionó tanto por hacerla perfecta que, aunque fuera
pleno invierno,hizo que uno de sus ayudantes, Pippo del Fabro posara
desnudo gran parte del día, debido a esto y a posar con la cabeza
descubierta, al excesivo trabajo y las penalidades sufridas, antes
de terminar el Baco enloqueció. Se hizo evidente un día que llovía
a cantaros y después de estar buscando al ayudante le encontraron
en el tejado sobre una chimenea, desnudo imitando al dios, también
mojaba grandes telas y las colocaba en su cuerpo desnudo formando
pliegues con ella, o subía a cualquier sitio posando en actitud
de profeta, soldado o de otras maneras durante horas inmóvil,
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como si fuese una estatua, hasta su muerte
antes de que se finalizara la escultura.
Según Hipócrates había que buscar un equilibrio
entre el frío y el calor corporal para conseguir
una larga vida, por tanto la exposición
al frío interferiría sobre el calor vital provocando
el desequilibrio, siendo la cabeza una
de las partes más sensible del cuerpo y en
casos extremos este desbarajuste llevaría a
una especie de locura que se vería agravada
por el exceso en la realización de la pose y
las duras penalidades que conlleva. En el Renacimiento
también se creía que existía una
relación entre movimientos del cuerpo y del
alma, según la Filosofía Natural y Teoría del
Arte, principalmente desde la aparición del
tratado Della pittura de León Battista,en 1435,
que aseguraba que los movimientos del alma
se conocen a través de los movimientos del
cuerpo. Con lo cual se deduce que el modelo
debía esforzarse para crear una identificación
con el ser representado. Por tanto, al esforzarse
en la pose, el cuerpo de Pippo interfirió
fatalmente sobre su alma, ya que el discípulo
de Sansovino bajo la dirección de éste debía
de dar a su cuerpo la apariencia propia de un
verdadero Baco, dios del delirio sagrado que
con métodos sencillos consigue por un breve
tiempo que uno deje de ser uno mismo consiguiendo
una alteración de la personalidad, lo
conocido como comportamiento báquico,
que no debe confundirse con la ebriedad, sino
con la locura divina. Esto era conocido en Florencia
por los comentarios de Ficino a los diálogos
de Platón que consideraba a Dionisio (el Baco griego) como
el patrono de la demencia ritual. Esto nos lleva a lo que se consideraba
como el delirio divino que nos eleva a cosas superiores, por
lo que Vasari nos menciona su afán de subirse a los tejados y chimeneas.
Baco es el dios del teatro, de la fiesta, del amor libre, se ha hecho
hincapié en su poder de asumir distintas personalidades, lo que conlleva
una alteración de la personalidad como la neurosis, la histeria,
la autosugestión, desde la antigüedad. Situación anormal de desdoblamiento
de la personalidad y polimorfismo le vincula a la interpretación
y al teatro, y por tanto a la profesión de actor y aquellas
que le son afines, como el oficio de modelo. Por eso las distintas
poses del discípulo de Sansovino, interpretando a soldados, apóstoles,
que menciona Vasari, polimorfismo del que desconocemos
las causas, locura del modelo, máscaras intercambiables del dios de
los comediantes o ambas a la vez, no se sabe.
Como la labor del modelo es la de interpretar a Baco, el cúmulo de
circunstancias resultó fatal como demostró Pippo que no enloqueció
por afanarse apasionadamente en su labor de modelo, sino precisamente
porque su tarea consistía en imitar precisamente a Baco,
el dios de los excesos y del delirio sagrado.
Una bella historia o leyenda que nos narra Vasari, que concede más
importancia a la obra de arte que pasa a la posteridad que a la labor
del modelo que en su afán de perfección llega a tal mimesis con la
divinidad que enloquece y muere.
BIBLIOGRAFÍA
–Victor I. Stoichita: Simulacros
MIGUEL FLÓREZ FERNÁNDEZ
ml1fz2@mff.jazztel.es