2 - Biblioteca UTEC
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CMYK<br />
JOVEN SALVÓ A SU ESPOSA<br />
“Aún con el disparo que<br />
recibió, me ayudó a salir”<br />
JUAN CARLOS VÁSQUEZ<br />
DIARIO EL MUNDO<br />
Cuando conoció a Francisco<br />
E. C., hace casi un año,<br />
María (nombre ficticio)<br />
siempre se sintió protegida,<br />
y él se lo demostró hasta<br />
los últimos instantes de<br />
que tuvo vida.<br />
El joven, de 19 años, tenía muchas ilusiones.<br />
Recién habían comenzado su hogar.<br />
La joven ha contado a sus parientes<br />
que esa noche, cuando los delincuentes<br />
“Francisco se tiró sobre ella defendiéndola<br />
de los disparos. Cuando la<br />
situación se puso crítica, la empujó<br />
para que saliera del microbús”.<br />
abordaron el microbús, junto con todos<br />
los pasajeros a bordo, los llevaron hasta la<br />
Calle Roma.<br />
Estando estacionada la unidad, se comenzaron<br />
a escuchar disparos. Los criminales<br />
habían tomado la decisión de asesinarlos<br />
a todos sin piedad.<br />
María recuerda que junto a su esposo<br />
iban en el primer asiento y con los primeros<br />
disparos, Francisco se tiró sobre<br />
ella para cubrirla y evitar que le fuera caer<br />
un balazo. De repente, se dio cuenta que<br />
Francisco estaba herido y sangraba de forma<br />
abundante.<br />
En medio de aquella desesperación y angustia,<br />
los delincuentes cerraron la puerta<br />
del microbús y comenzaron a rociarles gasolina<br />
a todos y luego salieron de la unidad<br />
para darle fuego.<br />
Al darse cuenta que la unidad de transporte<br />
se iba a quemar, Francisco, aún con<br />
el disparo que había recibido, hizo todo el<br />
esfuerzo posible y lanzó a su esposa desde<br />
el microbús para que se salvara junto al hijo<br />
que espera de él.<br />
Un pariente de la joven sobreviviente<br />
relata lo ocurrido: “Ella dice que, primero,<br />
se oyeron disparos. Segundo, que Francisco<br />
se tiró sobre la muchacha defendiéndola<br />
de los disparos. Entonces, y<br />
cuando él vio la situación mala y que todo<br />
se puso crítico, empujó a la muchacha<br />
para que saliera del microbús. Los muchachos<br />
que hicieron el hecho rociaron<br />
gasolina y a él no lo dejaron salir”, indicó<br />
el familiar.<br />
El joven y su compañera de vida trabajaban<br />
en el comercio informal del centro<br />
capitalino.<br />
Vendían papel higiénico y productos varios,<br />
comenta su familia.<br />
Desde los 15 años, María decidió dedicarse<br />
al comercio influenciada por su<br />
padre, quien también se dedica a esa actividad.<br />
Francisco, el joven que salvó a su esposa,<br />
creció en la colonia Montreal. De pequeño,<br />
estudió en el centro escolar del lugar<br />
y, luego, decidió dejar sus estudios para<br />
incursionar en las ventas.<br />
Uno de los parientes del joven fallecido,<br />
recuerda que desde niño, Francisco,<br />
siempre tuvo el cuidado de no ingresar a<br />
las pandillas y para ello se valió del apoyo<br />
de su familia.<br />
“Ese fue el gran cuidado que tuvo siempre.<br />
Luego se lo llevó el papá a trabajar al<br />
mercado. Allá, él hizo su vida hasta el momento<br />
que murió...”<br />
El día que fue quemado el microbús,<br />
Francisco y su esposa abordarían el mismo<br />
vehículo junto a otros parientes. A última<br />
hora, uno de los familiares<br />
se adelantó en otra<br />
unidad de transporte y<br />
otro decidió ya no viajar.<br />
Esas decisiones les<br />
permitieron mantenerse<br />
a salvo del atentado.<br />
JUAN CARLOS VÁSQUEZ<br />
DIARIO EL MUNDO<br />
Desde el pasado domingo,<br />
Mario (nombre<br />
fictico) espera angustiosamente<br />
saber<br />
qué ha pasado con su<br />
esposa N. V., que viajaba<br />
en el microbús incendiado<br />
en Mejicanos. En medio de esa<br />
incertidumbre, recordó los buenos momentos<br />
con ella...<br />
“El domingo yo venía en microbús y me<br />
avisaron que estaba uno incendiado. Yo me<br />
bajé porque mi esposa venía atrás, en ese<br />
microbús. Le comencé a hablar por teléfono<br />
y no me contestaba.<br />
Entonces, al llegar al lugar, intenté cruzar<br />
la línea amarilla para irla a ver y sacarla,<br />
pero el policía no me dejó pasar. Enton-<br />
ces lo que hice fue esperar<br />
toda la noche ahí. Seguí<br />
marcándole el teléfono<br />
con la esperanza<br />
que en algún trayecto se<br />
hubiese bajado, pero no<br />
me contestó.<br />
Al ver que ella no me<br />
contestaba se me vino<br />
un pensamiento raro y<br />
comencé a buscarla. Anduve por los hospitales<br />
a ver si tenían respuesta de ella, pero<br />
todo fue en vano porque en ningún hospital<br />
encontraba el nombre de ella.<br />
Hasta las 3:00 de la madrugada salí del<br />
Rosales sin ninguna respuesta, pero no me<br />
daba por vencido, y aún no me doy por vencido...<br />
He ido a Medicina Legal, pero no tienen<br />
una certeza que ella esté ahí, sigo esperando<br />
el examen de ADN del papá de ella<br />
y la autopsia de los cadáveres. Espero que<br />
no sea ella la que esté en esa morgue y mejor<br />
que esté hospitalizada.<br />
Mi esposa comenzaba, tenía 28 años y<br />
teníamos una bonita relación. Mis dos hijos<br />
la siguen esperando, yo les digo que ella<br />
está enferma en el hospital, pero imagínese<br />
ellos presienten algo, porque me dicen<br />
que ellos se morirían si yo algún día me muero.<br />
Ahora no sé cómo van a reaccionar al saber<br />
que su mamá está entre las personas<br />
que murieron calcinadas en el microbús.<br />
NACIONAL<br />
EL MUNDO<br />
MIÉRCOLES 23/06/2010<br />
BUSCA A ESPOSA<br />
“Espero que no sea ella la<br />
que esté en esa morgue”<br />
“Lo que hice fue esperar<br />
toda la noche... Seguí<br />
marcándole al teléfono<br />
con la esperanza<br />
que contestara”.<br />
5<br />
Mi esposa vendía frutas en las colonias<br />
y en el mercado tenía su puestecito. Ella comenzó<br />
a hacer ese trabajo como hace unos<br />
seis meses, me dijo que me quería ayudar<br />
para poder sacar adelante a los niños, más<br />
que todo, uno de seis años y uno de tres.<br />
Yo le dije que no lo hiciera porque con todo<br />
el peligro que estamos pasando aquí en<br />
el país, pero bueno, ella insistió hasta que<br />
me convenció y le dije que sí.<br />
Estaba muy decidida a todo y lo hacía por<br />
los niños. Ellos son su vida y daba todo por<br />
ellos, quería lo mejor, darles la educación<br />
porque ya el más grande va a primer grado<br />
y el otro, este año que viene, comenzaría la<br />
preparatoria.<br />
Mi esposa, todos los días no tenía hora<br />
de salir, porque a veces antes de irse a vender<br />
lavaba la ropa de los niños, mi ropa y dejaba<br />
la comida para todos. A veces se iba a<br />
las 6:00 de la mañana o<br />
más tarde, como a las<br />
8:30 y regresaba a eso de<br />
las 5:00 ó 7:30, ese era el<br />
horario.<br />
Yo sé que mi esposa<br />
está entre las personas<br />
muertas porque siempre<br />
se venía atrás de mí<br />
y le estoy hablando por<br />
teléfono y no me contesta. La sigo buscando<br />
y no tengo respuesta de ella, por eso pienso<br />
que ella está muerta.<br />
Mis niños están en la casa conmigo y mi<br />
mamá los está acompañando. Teníamos<br />
siete años de estar juntos, ella era bastante<br />
trabajadora y muy inteligente.<br />
En su venta de frutas no ganaba bastante,<br />
sino lo suficiente, más que todo para los<br />
gastos del hogar, en los alimentos de los niños.<br />
Sí sentía que me ayudaba y de verdad<br />
que sentía de ella bastante apoyo.<br />
Mi esposa iba siempre a vender al centro,<br />
yo lo único que le decía era que los domingos<br />
no fuera porque ese día era para dedicarle<br />
a Dios, pero ese día ella se fue y mire<br />
lo que le pasó.<br />
Ese domingo cuando yo salí de la casa<br />
fue a las 9:00 de la mañana, esa fue la última<br />
vez que la vi, sin pensar que todo esto<br />
pasaría... Es duro pensar que nunca más la<br />
volveremos a ver a nuestro lado...”