hornaguera - Revistas FHVL
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LA RECONVERSIÓN DEL PELOTON<br />
A quí hay algo que no encaja en m is esquem as m en tales.<br />
Q uizá porque m i co m p o sició n so cio-filosófica es<br />
d eficien te. P ero pien so, m ed ito y cavilo que si por razones<br />
de estrategia econ óm ica el Estado tutelar decide<br />
reconvertir la industria siderúrgica española, aunque<br />
q u eden en la cu n eta m iles de obreros, y reconducir por<br />
las m ism as sendas reconversoras la industria naval, aunque<br />
q u ed em os sin barcos y sin honra, lo ló g ico es pensar<br />
que toda aquella obra industrial en la cual n os está<br />
corresp on d ien d o dejar la piel y las entrañas econ óm icas<br />
y sociales d eb e ser analizada y reconvertida con id én tico<br />
fervor, caiga q uien caiga y aunque revienten los caballos.<br />
¿O no...? Q u e esta op eración sea o no necesaria no m e<br />
corresponde juzgar a m í, que d octores, in gen ieros y técnicos<br />
tien e el G obierno felip em en te reinante que sabrán<br />
responder, pero a títu lo de ciudadano de a pie, legalm<br />
en te autorizado por la C on stitu ción para em itir juicios<br />
de valor, m e debe ser tolerad o que sugiera que si la<br />
siderurgia, la navegación, la agricultura y hasta la hidrología,<br />
a la vista de su escasa eficacia, y antes de que p rovoquen<br />
el ab solu to desarm e eco n ó m ico del país, p u ed en y<br />
deb en ser reconvertidas, aunque para ello hayan de q uedarse<br />
en la calle del m edio, que vien e a ser co m o eli<br />
m edio de la calle de la consign a laboral, decenas de m iles<br />
de fresadores, de p escadores y de h om bres del tiem p o,<br />
tam bién p u ed e y debe ser revisada la situación de n u estra<br />
industria del b alom p ié, o foot-ball, o p elo tó n , tan en<br />
trance de ruina co m o pudiera estarlo la R enfe, de n o ser<br />
atendida p aternalm ente por el Estado y sus vacas próvidas<br />
y generosas...<br />
Se ha p roducido al fin la filtración: El p elo tó n , la<br />
industria del p elo tó n , ocasion a tales pérdidas al erario<br />
general del país y al particular de las provincias o juntas<br />
au ton óm icas, que de no acudir a rem ediarlo co n presteza,<br />
los esp añ olitos madre nos guarde D ios, que durante<br />
años y años h em o s vivido con los ojos, con la ilu sión y<br />
con las id eologías puestas en las vicisitudes de la Liga, en<br />
las batallas de la C opa y en las com p licacion es del M ercado<br />
C om ún Europeo del P elotón, nos verem os som etidos<br />
a la triste co n d ició n de seres m arginados, de ciudadanos<br />
sin d erech o a p elo tó n , lo que p u ed e resultar tan subversivo,<br />
tan am enazador para el m an ten im ien to de la d em o <br />
cracia, com o las consecuencias de cualquier reconversión<br />
industrial con trabajadores parados y co n toda la cuerda.<br />
¿Por qué no se so m ete a recon versión el P elo tó n N a c io <br />
nal? Salvo en casos m uy esp eciales com o el Club de Barcelona,<br />
que es algo m ás que un Club de P elo tó n , segú n<br />
con fesió n de parte, o el R eal Madrid, en el cual están<br />
Deportes<br />
co m p ro m etid o s factores p o lítico s de influencia, tod os<br />
los dem ás con ju n tos, eq uip os, sociedades, clu b es de<br />
P elo tó n , d eb en m ás d inero que A lem ania desp u és de la<br />
guerra del catorce. Cerca de d ieciséis m il m illon es de<br />
pesetas d eb en a no se sabe quién los p elo to n ero s organizados<br />
del país. Y m ás continuarán d eb ien d o a m edida<br />
que transcurran los días y las horas si no se acude en su<br />
socorro en form a de recon versión. Y lo m ism o que se<br />
ap licó la regla co n frialdad escalofriante en el com p lejo<br />
siderúrgico de S agunto, y en las em presas navales de El<br />
Ferrol, del País V asco, de Asturias, de G alicia o de A ndalucía,<br />
debe ser im p u esta al A lcoy, al B etis o a la m ism ísim<br />
a Cultural y D ep ortiva L eonesa si se tem e un peligro<br />
de m uerte. E sto es lo norm al, esto es lo racional, esto es<br />
lo p atriótico.<br />
Y si, en razón de esta m edida de su pervivencia nacional,<br />
nos v em o s p recisados a prescindir de to d o s los alem<br />
anes, ch e c o slo v a c o s, argen tin os, p eruanos, rusos,<br />
turcos u h olan d eses im p u estos en nuestras nóm inas,<br />
con rem u n eracion es superiores incluso a las que se le<br />
asignan a un P resid en te de cualquiera de las d iecisiete<br />
Juntas au ton óm icas de España, in clu yen d o, claro es, la<br />
de L eón y C astilla, pues prescindim os, y n os quedam os<br />
con los p e lo to n e r o s del país, so m etid o s a la regla laboral<br />
del jornal o su eld o que corresp on d e a un director g e n e <br />
ral y p u n to...<br />
Y en lugar de lanzarnos funam b u lescam en te a ganar<br />
C opas de E uropa o R ecop as del U n iverso, com o si se<br />
trata de ex ten d er el p od erío esp añ ol de D o n F elip e el<br />
S egundo y del D u q u e de A lba y sus T ercios, pues n os<br />
resignam os a jugar el co p etín de la Provincia. Y nadie se<br />
m orirá por ello .<br />
Lo que p arece in d ecen te, con todos lo s resp etos, es<br />
que cerrem os industrias, ech em o s d ecenas de obreros al<br />
paro, por seguir un plan de recon version es que al p arecer<br />
resulta in d isp en sab le para la recuperación de España<br />
y de sus h ab itan tes, y m an ten gam os en p len o fu n cion am<br />
ien to, a base d e su b ven cion es m uchim illonarias, una<br />
industria — la d e l P e lo tó n — que produce, hasta la hora<br />
en que red actam os este parte de guerra, pérdidas de n o<br />
m en os de d ieciséis m il m illo n es de p esetas bravas.<br />
Por otra parte, desde q u e el señ or C alviño, virrey de la<br />
T elev isió n E spañola, desterró de la p eq u eñ ísim a pantalla<br />
la retran sm isión de los en cu en tros de p e lo tó n parece<br />
co m o si éste se hubiera reducido a un sim p le juego<br />
de quinielas.<br />
V. C.