hornaguera - Revistas FHVL
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Horn aguera<br />
REVISTA DE LA S. A. HULLERA VASCO-LEONESA<br />
AÑO XXVI FEBRERO 1985 NUM. 292<br />
1985: AÑO DE LA JUVENTUD<br />
Confieso que difícilmente he alcanzado<br />
a entender las advocaciones a las cuales<br />
ahora parecemos tan aficionados. Convertimos<br />
el calendario en un repertorio de<br />
conm em oraciones, de festividades, de<br />
representaciones, de símbolos. Y así como<br />
los antiguos aseguraban que cada día tiene<br />
su afán, cabe asegurar que los modernos<br />
pueden impunemente proclamar que cada<br />
día tiene su condición, su nombre, su<br />
atribución.<br />
Y así existe el Día o el Año, según se tercie,<br />
de la Agricultura, de la Libertad, de la<br />
Constitución y de los siete pecados capitales.<br />
El año que comienza a ensayar un<br />
comportamiento específico se le atribuye<br />
a la juventud. 1985 está, pues, dedicado<br />
por los dioses lares a la juventud.<br />
Y esta atribución me hace gracia, porque<br />
es precisamente la juventud la más<br />
dejada de la mano de los dioses y de los<br />
hombres. Nunca, en ninguno de los momentos<br />
estelares de la historia de las Espa-<br />
ñas, estuvo la juventud más marginada,<br />
más asediada, más cercada, más postergada,<br />
más reducida a escombros. Ni siquiera<br />
en los tiempos heroicos de la gran<br />
posguerra contra la morisma, cuando a los<br />
jóvenes españoles no les quedaba más<br />
solución que la leva a las Américas recién<br />
descubiertas o la mendicidad.<br />
Que se les dedique, con todo cariño, un<br />
año entero a la juventud creo yo que<br />
supone un enormísimo cargo de conciencia.<br />
Ya que no la pueda redimir de sus<br />
angustias, la sociedad dedica sus mejores<br />
recuerdos y sus retóricas más brillantes a<br />
la juventud. Y en tanto y en cuanto, la<br />
juventud continúa huérfana de padre y<br />
madre, buscándose la mala vida a salto de<br />
mata, utilizada como un instrumento, y<br />
reducida a la condición de cofrade de la<br />
Corte de los Milagros.<br />
Porque obsérvese hasta qué punto la<br />
juventud de nuestra mala hora, en vista de<br />
que nadie la libera de sus preocupaciones<br />
vitales, se dedica con fruición a buscarse