Valencia CF - Levante-EMV
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AFGANISTÁN<br />
Kabul<br />
Unos niños afganos juegan al fútbol durante<br />
una tormenta de arena, el 11 de junio<br />
de 2006 en un descampado de Kabul. REU-<br />
TERS/Ahmad Masood.<br />
5<br />
5 6 COSTA RICA<br />
La Esperanza, San José<br />
Unos jóvenes juegan fútbol al salir de la escuela en<br />
el área de La Esperanza en San José, Costa Rica.<br />
EFE/Jeffrey Arguedas<br />
VIENE DE LA PÁGINA 5<br />
<strong>Levante</strong> EL MERCANTIL VALENCIANO<br />
existe documentación. Los niños de<br />
lugares poco favorecidos económicamente<br />
ya saben que el fútbol redime a<br />
familias de Malí, Ghana, Senegal, Zaire,<br />
Congo o Costa de Marfil e indudablemente,<br />
a muchachos de las periferias de<br />
grandes ciudades de las que también se<br />
quiere escapar. El fútbol, que puede desunir<br />
a las gentes, posee la virtud de servir<br />
de nexo entre comunidades enfrentadas<br />
como acaba de ocurrir con la selección<br />
de Irak, que ha ganado el título<br />
asiático con un equipo en el que jugaban<br />
chiíes, suníes y kurdos. Un país desangrado<br />
vibró con su equipo de fútbol la<br />
única ocasión que tuvo para sentir una<br />
mínima felicidad y solidaridad multirracial<br />
y religiosa.<br />
En el mismo Irak, el fútbol de competición<br />
no se detiene y en terrenos donde<br />
es fácil observar las consecuencias de la<br />
EXTRA LIGA | SEPTIEMBRE DE 2007<br />
MIRADAS APERTURA<br />
Las villas miserias de todo el mundo donde han surgido ídolos como Maradona, las favelas de Brasil, lugar de los Garrincha brasileños, los barrios marginales<br />
y marginados de los Zidane, y las campas de las sabanas africanas, seguirán siendo luz de futuro para quienes aún viven en la penumbra o la oscuridad<br />
social. El fútbol es faro de esperanza que ilumina las rutas de la gloria a millones de muchachos que quieren marcarle un gol a la vida.<br />
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guerra los muchachos, como en cualquier<br />
otro país con deficiencias sociales,<br />
con los pies descalzos o deficientemente<br />
calzados, persiguen el balón, una esfera<br />
que vuela hacia el sol, pero nunca alcanza<br />
su objetivo.<br />
La pelota tiene tal fuerza de atracción<br />
que ni siquiera alguien sometido a la<br />
dureza psicológica de la silla de ruedas<br />
es capaz de aguantarse las ganas de patear<br />
un balón que pase por delante. Las<br />
villas miserias de todo el mundo donde<br />
han surgido ídolos como Maradona, las<br />
favelas de Brasil, lugar de los Garrincha<br />
brasileños, los barrios marginales y marginados<br />
de los Zidane, y las campas de<br />
las sabanas africanas, seguirán siendo<br />
luz de futuro para quienes aún viven en<br />
la penumbra o la oscuridad social.<br />
El fútbol es faro de esperanza que ilumina<br />
las rutas de la gloria a millones de<br />
muchachos que quieren marcarle un gol<br />
a la vida.<br />
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