Especial ESADE hoy y mañana

42 ANTIGUOS ALUMNOS RSE
Regina Revilla, responsable de
Responsabilidad Social Corporativa en Merck
corporativa”. González recuerda, además,
que “los valores asociados a la gestión de
dicha reputación tienen incidencia en
las principales áreas de negocio de la
empresa”.
En cambio, Nicolás Olivé (Mango) explica
que “la rentabilidad de la RSE no
la medimos en términos económicos,
sino en función de la consecución de los
objetivos”. En una línea similar, Regina
Revilla (Merck) explica que, en su opinión,
el beneficio de la RSC es “trabajar
de acuerdo con los valores y normas que
la empresa ha establecido”.
Gestionar la RSC
¿Cómo poner en práctica un plan eficaz
de responsabilidad social? Responder
a este interrogante se convierte en una
ardua tarea porque, como reza el refrán,
“cada maestrillo tiene su librillo”. No
obstante, también en este caso se aprecian
trazos comunes.
“La responsabilidad social es un asunto
transversal a toda una organización”,
afirma Alberto Andreu, “afecta a toda la
actividad, a todos los procesos, al cómo
del negocio”. Su “receta” se basa, pues, en
“inyectar el concepto de responsabilidad
corporativa a lo largo y ancho de una organización,
como un gran compromiso con
todos sus grupos de interés”.
Torrents coincide plenamente con esta
afirmación, en el sentido de que también
para él se trata de un concepto transversal.
“No juega un papel como tal, está presente
en todos y cada uno de nuestros departamentos
y sectores de actividad”. Y a esta
misma opinión se añade Regina Revilla:
Jordi Torrents, responsable de
Reputación Corporativa del Grupo Agbar
“Conviene incluir la RSE en la estrategia
global de la empresa, definir claramente
su ámbito y responsabilidades, hacer partícipes
a todos los empleados y transmitir
y formar correctamente, definir políticas
y procedimientos”.
Tanto M.ª Carmen González como Pere
Miralles coinciden en la necesidad de
hacer un planteamiento inicial claro.
“Una vez identificadas las inquietudes de
los stakeholders, deben recogerse en una
política de RSE integrada en la estrategia
de la empresa y proyectada a largo plazo”,
explica González.
Miralles, por su parte, propone “hacer una
reflexión interna sobre cuáles son los valores
corporativos que sustentan nuestra forma
de ser”. “Las políticas”, añade, “deben estar
orientadas a la mejora, y por ello deberemos
poner el acento en aquellas áreas donde se
observen mayores brechas entre lo que hacemos
y aquello que nuestros interlocutores
legítimamente nos demandan”.
Por último, Olivé sugiere un planteamiento
basado en tres puntos clave: el
convencimiento y la determinación de
la dirección, la definición de políticas y
objetivos y la dotación de la estructura
y recursos necesarios.
Cuestión de cualidades
Para acabar, hemos preguntado a los siete
responsables de RSE de estas compañías
Marcos Urarte, socio de la empresa Conética
qué cualidades debe reunir un futuro
profesional de la RSE. Las respuestas, esta
vez sí, son muy heterogéneas. “Es difícil
precisar”, advierte Alberto Andreu, que
finalmente se decide por la necesidad de
“creer en lo que haces, simplemente”. Para
Torrents, en cambio, la cualidad principal
es la objetividad. “Si no se es objetivo en
el estudio del resultado de la relación de
la empresa con sus grupos, difícilmente se
podrá ser imparcial”.
Marcos Urarte distingue dos vertientes a
tener en cuenta: “Como persona, debería
estar sensibilizada con las desigualdades
La responsabilidad social es un asunto transversal
a toda una organización y afecta a toda la actividad, a
todos los procesos
sociales, el medio ambiente y las necesidades
de los trabajadores. Profesionalmente,
los recursos humanos y la comunicación
están muy vinculados a la RSC”.
M.ª Carmen González se decanta por
la solidez de la formación en áreas como la
publicidad, el periodismo o las relaciones
públicas, así como un conocimiento del
entorno empresarial “y un arraigado sentir
ético y moral”. En esto último incide
también Miralles, si bien utiliza el término
“ética”, a lo que añade otras cualidades
como liderazgo y capacidad de análisis. Por
último, Regina Revilla destaca la necesidad
de poseer una sólida formación universitaria
y un grado de especialización por áreas.
Revilla destaca también una cualidad más
en la que pocos reparaban: la necesidad de
hablar inglés. E