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NOTAS

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PREPARÁNDOSE PARA EL MAÑANA<br />

UN PROYECTO DE VIDA PARA<br />

Programa LA EDAD “Preparación MADURApara<br />

la Jubilación”<br />

Departamento Gestión del Potencial Humano<br />

UN PROYECTO DE VIDA PARA LA EDAD MADURA<br />

• Reflexione sobre su proyecto de vida<br />

• ¿Sus actividades cubren sus necesidades vitales más relevantes?<br />

Es importante reflexionar sobre nuestro<br />

proyecto de vida y analizar si las actividades<br />

que realizamos están cubriendo nuestras<br />

necesidades vitales más importantes. Se<br />

supone que ahora tenemos la posibilidad<br />

de realizar otras ocupaciones voluntarias<br />

después de cumplir con las obligaciones<br />

laborales, familiares y sociales y que esto nos<br />

ofrece nuevas posibilidades de desarrollo<br />

personal y de libertad.<br />

Pero ejercer esa libertad, implica<br />

“querer”, “saber” y “poder”.<br />

“Querer”<br />

Podríamos pensar que todas las personas<br />

“queremos” hacer lo que nos hace bien. Pero<br />

si ese “querer” no se traduce en acciones<br />

concretas para lograr lo que queremos, no<br />

lograremos nada. A veces, cuando, llegamos<br />

a la vejez, son nuestras propias ideas<br />

equivocadas las que nos impiden convertir<br />

nuestros deseos en acción. Por ejemplo,<br />

podemos tener ganas de aprender a cantar,<br />

pero luego excusarnos ante los demás y ante<br />

nuestra propia persona, con que “estamos<br />

muy mayores para eso”.<br />

<strong>NOTAS</strong><br />

De la misma forma, podemos pensar que<br />

como ya estamos “mayores” y hemos<br />

“trabajado mucho”, ahora no tenemos que<br />

hacer nada. Pero eso no es cierto. Descansar<br />

es bueno, pero para mantener la salud, no<br />

basta descansar sino utilizar bien el tiempo<br />

que tenemos.<br />

El “querer” implica reflexionar y entender<br />

que nuestra salud no solo depende de las<br />

instituciones y personas a cargo de ese<br />

tema, sino que es principalmente nuestra<br />

responsabilidad velar por nuestro propio<br />

bienestar. A manera de ejemplo, supongamos<br />

que una persona adulta mayor sufre de<br />

diabetes y la persona especialista en salud<br />

que le atiende, le dice que si quiere gozar de<br />

buena salud, debe dejar de comer dulces y<br />

seguir una dieta. Si la persona que padece<br />

la enfermedad no quiere cuidar su dieta, por<br />

más esfuerzos de la medicina, no logrará<br />

tener buena salud y por lo tanto, no podrá<br />

disfrutar de los beneficios de ésta.<br />

Para lograr disfrutar de nuestro tiempo libre,<br />

debemos querer mantener una disciplina<br />

personal en nuestra alimentación, realizar<br />

ejercicio y planificar nuestro tiempo en<br />

actividades provechosas.<br />

“Saber”<br />

Para saber cómo usar el tiempo del<br />

que disponemos, debemos conocer las<br />

posibilidades que ofrece el ocio.<br />

Uno de los mayores retos de las personas<br />

mayores de hoy es diseñar un plan a mediano<br />

y largo plazo para saber cómo van a utilizar<br />

el tiempo del que disponen.<br />

En realidad, la idea es seguir teniendo la<br />

misma proyección de futuro que tuvimos en<br />

otras etapas de la vida; para poder disfrutar<br />

del tiempo que nos quede por delante.<br />

Durante todos los períodos de la vida, la<br />

sociedad brinda a las personas las pautas<br />

a seguir para la representación “de nuevos<br />

papeles” (conyugal, mamá o papá; empleado<br />

o empleada, etc.). Esto hace que las<br />

personas asuman sus papeles con mayor<br />

facilidad. Pero hasta hace poco, no se tenía<br />

muy claro qué papeles debía representar la<br />

persona mayor en lo relativo al desempeño<br />

de actividades.<br />

Las personas adultas mayores pueden<br />

compartir sus conocimientos y experiencias<br />

en distintas áreas con las personas más<br />

jóvenes, de manera formal (por ejemplo,<br />

ofreciendo ir a la escuela local a contarles<br />

historias) o informal (enseñando a los y las<br />

nietas a sembrar una huerta).<br />

El “saber” que aún en la vejez podemos<br />

hacer muchas cosas útiles y conocer<br />

nuestras opciones, nos abre un mundo de<br />

posibilidades para utilizar el tiempo del que<br />

disponemos.<br />

“Poder”<br />

<strong>NOTAS</strong><br />

Como tercer punto está el “poder”. Es cierto<br />

que a veces, en la edad madura, debemos<br />

vencer algunas dificultades tales como los<br />

problemas económicos (no tener dinero<br />

suficiente, por ejemplo, para viajar), tener<br />

que trasladarse de vivienda (por ejemplo<br />

de una casa grande, a una más pequeña<br />

que requiera menos trabajo y gastos), tener<br />

obligaciones familiares (como es el cuido<br />

de algún familiar), etc.; para poder disfrutar<br />

plenamente de nuestro tiempo libre.<br />

Hacer frente a estas dificultades supone a<br />

veces decisiones que conciernen no solo a la<br />

persona madura, sino a su familia y también<br />

a la sociedad.<br />

Por ejemplo, una persona mayor que tiene<br />

que cuidar a sus nietos o nietas, se ve<br />

limitada para disponer de su tiempo. En<br />

este caso, es responsabilidad de la persona<br />

mayor hacer comprender a sus hijos e hijas<br />

que la responsabilidad de criar a sus nietos<br />

(as) no le corresponde. De la misma forma,<br />

es responsabilidad del papá o de la mamá de<br />

esos niños y niñas, el buscar otra opción para<br />

que reciban el cuidado que éstos necesitan.<br />

Asimismo, es responsabilidad de la sociedad,<br />

por ejemplo del gobierno, el brindarle a estas<br />

personas opciones viables de cuido.<br />

Fuente: Boletín Colección Huellas, AGECO.

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