Artaserse - RCOC - Real Compañía Ópera de Cámara - EN ...

Este caleidoscopio musical no ha sido un verdadero desafío para
Céline Ricci, habituada a las temerarias coloraturas de un
Mazzoni en Aminta o de Martín y Soler. Si nos arrebata en su aria
de tempestad "Quando freme altera l'onda" al final del primer
acto, vocalizando con agilidad y mostrando un fuego artificial de
matices tímbricos, es en su aria de 'prisión', la sublime e
inquietante "Per quel paterno amplesso" que Céline Ricci nos
electriza. Acompañada por los timbales en tonalidad menor, la
cantante incide en la desolación que emana de esta especie de
marcha fúnebre hacia el suplicio. Para esta ocasión, adoptando
una escansión muy declamatoria, la soprano oscurece su voz para
transmitir con agudeza el sentimiento mórbido de una condena
injustamente inapelable. No podemos olvidar la prestación del
tirano y cruel Artabano llevada a cabo por el tenor español
Agustín Prunell-Friend. En ocasiones nos quejamos de los
tenores que restituyen el repertorio barroco con colores
inapropiados y con un aumento de efectos belcantistas. No es el
caso de Agustín Prunell-Friend que nos sorprende con su
agradable timbre al servicio de un dominio vocal evidente. Prunell-
Friend presenta un rol altamente dramático, el del conspirador y
parricida que sacrifica a su hijo por ambición política. De entre sus
arias, a menudo perentorias, destacaremos la notable
interpretación del recitativo acompañado al final del segundo acto,
"Son pur solo", soliloquio euripidiano de un culpable asolado por
sus crímenes. Esta pieza junto con el aria que le sigue, "Ombre, oh
dei, perché tornate?" son comparables a las lamentaciones
iluminadas de Oreste en la Iphigénie en Tauride de Gluck. En este
aria, en los límites de la locura, Agustín Prunell-Friend nos ofrece
una composición más que una interpretación, transportando al
oyente a un torbellino de emociones.
Para los otros roles, Juan Bautista Otero ha reunido a una tríada de
voces excepcionales. En el papel de Mandane Marina Comparato
ostenta la tiara de hermana de Artaserse y amante del infeliz
Arbace. Con la voz ágil y sólida que nos había seducido en el
Orlando finto pazzo de Vivaldi bajo la batuta de Alessandro di
Marchi (Naïve), Comparato se revela como gran actriz en su
primer aria "Dimmi che un'empio sei", en donde decepción y
cólera se entremezclan en coloraturas estratosféricas, pero
también en la emocionante "Se d'un amor tiranno".En el papel
más delicado, Sunhae Im encarna con brío a la hermana de
Arbace, la impactante y joven Semira cuya voz, de sutil timbre y
agudos plenos de matices, es ideal para arias como Torna
innocente (Acto I), -deliciosa canción de cuna con un
acompañamiento en pizzicato absolutamente maravilloso. Las
coloraturas de "L'augellin ch'è in lacci stretto", de un frescor
primaveral, son desgranadas con finura, respondiendo a los
gorjeos de la orquesta. Finalmente, con una personalidad
completamente diferente, el rol de sicario cómplice de Artabano,
el general Megabise, es personificado por la joven soprano
española Mariví Blasco que logra dejarnos estupefactos con sus
coloraturas bien definidas y por una vocalità siempre afinada y
coloreada. Desde el foso, la Real Compañia Ópera de Cámara,
en gran forma, nos hace pasar las tres horas del drama sin
disminuir en ningún momento la intensidad. Presentando con
respeto la partitura, la RCOC se muestra brillante en el
encadenamiento de los recitativos, ejemplar en la restitución de
las arias: incandescente en las arias de furia y de tempestad,
rítmica e incisiva en las arias punzantes, profundamente sensible
y emotiva en los affetti más sentimentales. Es al escuchar esta
gran interpretación que podemos ser conscientes de la dimensión
del genio de Terradellas. Y Juan Bautista Otero, con su dirección en
todo momento presente, enérgica y refinada, nos transporta con
este Artaserse, a los resplandecientes dorados del ambiente del
San Giovanni Grisostomo veneciano y sus esplendores musicales.
Hemos sabido que esta grabación obtuvo el pasado 27 de Abril de
2009, en la Opéra Bastille de París, el Orphée d'or de la Académie
National du Disque de Francia. Esta distinción nos reconforta en la
idea de que la industria operística sepa, reconocer el trabajo, la
modestia y el talento de músicos -investigadores como Juan
Bautista Otero, la Real Compañía Ópera de Cámara y sus
cantantes. Y estamos seguros de que el feliz equipo de Artaserse
volverá a hallar los colores perdidos de Terradellas con Sesostri
este año y Merope en 2010. Mientras tanto, a la espera de la
llegada de estos nuevos tesoros, volvamos a escuchar Artaserse
que, ciertamente, nos proporcionará más placeres y sorpresas.
Pedro-Octavo Diaz