anlisis semiotico de los signos en aymara de los andes del ...

ANÁLISIS SEMIÓTICO DE LOS SIGNOS EN AYMARA DE LOS ANDES DEL
DEPARTAMENTO DE LA PAZ
EXPOSITOR: MARIO MAMANI PARIGUANA
INTRODUCCIÓN
Comunicarse es una necesidad esencial para la subsistencia de los grupos humanos y no
humanos y de las comunidades sociales, para lo cual cuentan con el valioso apoyo del
lenguaje oral y escrito y con otros recursos y medios de comunicación sean naturales como
también artificiales. Por otro lado, poseen el don de los signos, códigos y símbolos que
constituyen la forma como el ser humano que desarrolla y categoriza la realidad. Entre
tanto, construye el conocimiento y transforma la experiencia cultural y social en significado
para intercambiar en las diversas actividades y contextos de la vida cotidiana, laboral y
científica.
La disciplina que estudia el origen, formación, uso y razón de ser de los signos en el seno
de la vida social es la semiótica. Es decir, la semiótica trabaja con los símbolos y con los
signos, que constituyen las diferentes clases de códigos, en su calidad de expresión cultural
de cada grupo o comunidad sociocultural. Como indica Sebeok (1996), “la semiótica es el
término comúnmente utilizado para referirse al estudio de la capacidad innata de los seres
humanos para producir y comprender signos de toda clase”.
En este sentido, la semiótica se encarga analizar toda clase de signos, de modo que el signo
semiótico puede estar codificado o no, puede ser sistemático o asistemático, puede ser
estable o no, puede ser natural o convencional, puede tener doble articulación o ser
expresión directa de un contenido válido solamente en los límites de un determinado
mensaje literario o no literario.
Por otro lado, la semiótica es conocida como semiología que estudia la ciencia general de
los signos. En la misma época, el norteamericano Charles S. Peirce establece una teoría

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general de los signos bajo el nombre de semiótica. En cambio la semiología fue concebida
por ferdinand de Saussure como la ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la
vida social. Sin embargo, ambas consideraciones están estrechamente vinculado y los
términos semiología y semiótica denominan en la actualidad una misma disciplina,
utilizando los anglosajones el primer término y los europeos.
La semiótica presta atención exclusivamente a la interpretación de los signos el mensaje
que tienen para el emisor y receptor. Según Guiraud. Pierre (1988, 34) indica que “la
semiótica es una síntoma de signos que tiene su propio significado, en este entendido un
signo es estímulo, es decir, un sustancia sensible cuya imagen mental está asociado en
nuestro espíritu a la imagen de otro estímulo que ese signo tiene por su función evocar con
el objeto de establecer una comunicación”. Entre tanto, la semiótica se entiende como el
estudio de signos distintivos, señala la teoría general de los signos, ciencia de las
propiedades generales de los sistemas de signos, la doctrina de la naturaleza esencial y las
variedades principales de la semiosis.
Como se puede apreciar, en la concepción general de la semiótica es la descripción de los
signos, el análisis de los sistemas de significación y el sentido producido por dichos signos
al interior de un contexto socio-cultural cualquiera que sea su materia significante. De tal
forma, Charles S. Peirce (1991, 89) concibe como una teoría general de los signos, la lógica
en su sentido general doctrina como quasi necesaria o formal, tengo en cuenta que
observamos los caracteres de tales signos como podemos ya partir de dichas observaciones,
por un proceso que no me niego a llamar abstracción , somos inducidos a juicios eminentes
necesarios, relativos a lo que deben ser los caracteres de los signos utilizados por la
inteligencia científica. En ese entendido, la semiótica tiene un so deber definir el sujeto de
la semiosis mediante categorías exclusivamente semióticos porque el sujeto de la semiosis
se manifiesta como el sistema de sistemas de significación que se refleja en uno sobre el
otro. Es decir es una disciplina que observa la fenomenología de las formas del arte,
asociándolas con el contexto cultural que las origina. Para ello recurre a la semiótica de las
artes visuales que trata del estudio comparativo del origen, formación e interpretación de
los signos, símbolos y del lenguaje.

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Entre tanto la semiótica es la ciencia general de los signos, pero cuando se habla de signos
se habla preferentemente de signos lingüísticos y cuando se habla de signos no lingüísticos,
como las señales de tráfico, se sabe que el aprendizaje de esa clase de signos no es posible
sin la participación de signos lingüísticos. Por lo tanto, la semiótica es la base de la
comprensión de las formas principales de la actividad humana así como de sus mutuas
dependencias, pues todas estas actividades y relaciones se reflejan en los signos que
transmiten la actividad.
En todos los procesos culturales cuando actúan los hombres aynmaras se ponen en mutuo
contacto según convenciones sociales como el proceso de comunicación. Asimismo la
semiótica se constituye de un umbral inferior que está formado por el límite entre el señal y
sentido, el umbral superior por los fenómenos culturales que son sin duda los signos.
Entonces, la semiótica es un conjunto de conocimientos destinados a explicar, cómo y por
qué un determinado fenómeno adquiere sentido, en una determinada sociedad y en un
determinado momento histórico de tal sociedad, una determinada significación y cual sea
esta, como se la comunica y cual son las posibilidades de transformación.
Además, la semiótica es ante todo, una relación concreta con el sentido del signo, una
atención dirigida a todo lo que tiene sentido un signo natural o artificial ya sea verbal como
no verbal . Esto puede tratarse de un texto, una manifestación de la naturaleza, por su
puesto que otro tipo de manifestaciones significantes: un logotipo, un filma, un
comportamiento del fenómeno, de la flora, fauna, astros. Y define cada signo o mensaje, en
principio , por la coherencia y unicidad del significado que habita en su interior, de modo
que sólo tras reconstruir sus estructuras permite relacionarlas con lo que se encuentra más
allá de los signos.
El signo es una entidad psíquica que une dos términos: un concepto y una imagen acústica.
Estos dos conceptos están íntimamente unidos y se relacionan recíprocamente entre los
signos lingüísticos que integran un sistema. Por tanto, es la lengua donde todos los términos
son solidarios y donde el valor de cada uno no resulta más que de la presencia simultánea
de otros.

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El signo es todo objeto perceptible que de alguna manera remite a otro objeto y para ello la
semiótica se encarga de estudiar las diferentes formas de esa remisión. Entre tanto, para
Morris (1985,34), el signo “es un término estrictamente semiótico que no se puede definirse
de forma aislada ni de la sintaxis, ni de la semántica, ni de la pragmática”. En ese
entendido, el signo es una unidad de expresión con un contenido. Entre contenido y
expresión existe interdependencia, la función significa sólo se constituye mediante la
presencia simultánea de contenido y expresión y contenido se presuponen necesariamente.
Por tanto, el signo produce un indicio para servir a causa de una intención. Un signo es
voluntario, convencional y explícito, combinado con otros signos de la misma naturaleza.
Ferdinand de Saussure indica que “la lengua es un sistema de signos que expresan ideas, y
por eso comparable a la escritura, al alfabeto de los sordomudos, a los ritos simbólicos, a
las formas de cortesía, a las señales militares, etc., … El signo en primer lugar, puede ser
equivalente de indicio: el indicio o signo es una fenómeno por lo general natural e
inmediatamente perceptible, por ejemplo, el color grisáceo del cielo es el signo o el indicio
de una tormenta inminente; la elevación de la temperatura del cuerpo puede ser signo o
indicio de una enfermedad en estado de incubación… El signo en segundo lugar, puede ser
un equivalente de señal. En este sentido, el signo o señal forma parte de la categoría de los
indicios; posee las características del signo indicio. Es decir el signo es un señalun hecho
inmediatamente perceptible que da a conocer algo acerca de otro hecho no directamente
perceptible”.
Un signo es un estímulo, es decir una sustancia sensible cuya imagen mental está asociada
en nuestro espíritu a la imagen de otro estímulo que ese signo tiene por función evocar con
el objeto de establecer una comunicación. En sí, todo signo posee un significado, pero,
siendo el código lingüístico un sistema complejo, esta organización de manera de que las
unidades que lo componen aisladamente no tiene valor por si mismo. Solo adquieren valor
dentro del conjunto del que forma parte. En otras palabras, el signo es propio del hombre,
buscar el sentido y el significado de la realidad de más allá de la palabra pronunciada, hay
una globalidad del lenguaje humano que se especifican luego en formas diferencias que
ponen más en evidencia el misterio y el milagro del mismo hablar. Cuando la realidad y su

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invitación a ir más allá hacia un significado ulterior, se unen en un solo todo, entonces, el
lenguaje humana se convierte en un signo.
Entonces, el signo es tal, en la medida en que significa algo sobre algo de alguien para
alguien. Lo cual quiere decir que en la semiosis o proceso sígnico no sólo se establece una
relación social o comunicativa sino también una relación simbólica o representativa, que se
da entre signo y referente, pero de manera indirecta. Se dice comúnmente que las nubes son
signos de lluvia, el humo signo de fuego. Entre tanto, estos tienen una intención de
comunicarnos una información.
La intención de comunicarnos los signos es inconsciente. En la cultura aymara ven en el
mundo visible mensajes del más allá de las manifestaciones de la naturaleza y la mayor
parte de sus conocimientos y de sus conductas se basan en la interpretación de esos signos.
En base a esa manifestación de los signos la sociedad aymara organiza sus actividades
cotidianas. A continuación describe las manifestaciones de la naturaleza como signos
semióticas que predicen los condicionamientos para planificar los quehaceres del hombre
aymara.
La semiótica es la ciencia que estudia los signos en genera, una rama de esta ciencia es la
lingüística que estudia el lenguaje, sistema de los signos lingüísticos- Es la base de la
comprensión de las formas principales de a actividad humana, así orno de sus mutuas
dependencias- Es decir, todas las actividades y relaciones se reflejan en los signos
que transmiten la actividad humana. Además, la semiótica estudia todos los procesos
culturales como procesos de comunicación humana y no humana.
Dentro el mundo aymara, la naturaleza, la flora, la fauna y los astros son fundamentales
como productores de signos no verbales, cuyos señales son indicadores del ciclo de la
vida de los aymarás. Por tanto, el clima es de vital importancia para la vida de los
aymarás de los Andes. Los indicadores tradicionales del clima están basados, sobre
todo, en observaciones ecológicas. De esta manera, los comportamientos de las plantas,

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animales domésticos y silvestres y los astros le dan aymara pautas para prever los
riesgos del cosecha y la siembra orno también la saludo de la familia y de la comunidad.
Para realizar los análisis semióticos de los signos obtenidos, se han clasificado por grupos
de plantas, animales, astros, aves y reptiles. Para tal efecto, se ha tomado en cuenta 10
informantes claves de ambos sexos.
4-1- PREDICCIONES Y SIGNOS DE LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA
El la actualidad el uso de los signos predictivos es generalizado en las personas
que mantienen su identidad cultural. Para los aymarás no hay producción, riqueza o
pobreza, salud, viajes, entre otros, que no esté precedido por un signo predictivo. Por ello
no hay actividad que no esté condicionado por esos elementos naturales para que se lleve a
cabo.
Los signos predictivos que señalan buenos y malos augurios dependen de los diversos
elementos, que se manifiestan mediante los animales, plantas y astros que existen en la
región de Tiahuanacu y que son portadores de signos predictivos, los cuales son percibidos
por los lugareños. A pesar de los distintos elementos o signos predictivos, en ellos se pudo
observar una matriz simbólica e interpretativa similar con pocas variaciones.
Las prácticas de estos signos predictivos están íntimamente relacionados con el solsticio de
invierno que señala el año nuevo aymara (21 de junio). Las interpretaciones que se hacen,
especialmente de los astros, tienen muchos significados para la producción agrícola, ya que
a través de los movimientos de astros se puede determinar si es una siembra temprana o
tardía, si será un año lluvioso o habrá sequía.
Por otro lado, los animales también manifiestan signos predictivos orientados hacia la
agricultura, en ellos se observa diversas actitudes, comportamientos como signos
benefactivos o malignos. Estos se perciben en los aullidos, excrementos, colores y los
diverso objetos que se encuentran en los nidos. Asimismo, las plantas, ya sean estas
domésticas o silvestres, tienen un significado de vital importancia para la vida de los

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aymarás, las plantas expresan signos a través de sus flores y frutos, los cuales son
predecidos como buenos o malos augurios por los habitantes de la región de Tiahuanacu
para llevar a cabo sus diferentes actividades.
Los comunarios de esta región todavía continúan con las prácticas de las costumbres de
nuestros antepasados, entre ellos están los signos predictivos que les fueron transmitidos
por la tradición oral. En seguida desarrollaremos cada uno de los signos con las distintas
manifestaciones.
4.2.1 Semiótica de las plantas
En las comunidades de Guaraya, Yanamani y Andamarca las personas observan una
diversidad de plantas que simbolizan el anuncio del inicio o retraso de la siembra. Los
aymarás actúan coherentemente en los diferentes niveles de su realidad, porque tienen
dentro de sí una cosmovisión que los orienta y los hace racionales en su relación con el
medio natural.
Ellos sostienen que la comprensión de sus actividades y conductas se basan en
determinados principios de vida: el cosmos como una totalidad, los aymarás son
respetuosos con el medio que los rodea, para hacer uso del medio natural, ellos primero
piden permiso, porque se considera que todo está impregnado de espíritu, tanto la vida
material como lo espiritual tienen un ciclo, la importancia del pasado para el futuro. Uno de
los elementos anímicos están en las plantas, sin el cual no seria posible la práctica de las
predicciones en los aymarás; estos elementos actúan como regulador natural que posibilita
o inhibe su actuación.
Entre las plantas existe una diversidad; entre ellos tenemos: flores, arbustos y frutos, los
cuales son considerados como indicadores de la producción agrícola de los aymarás. A
través de estos signos predictivos, ellos sistematizan y organizan el ciclo productivo. En la
actualidad el uso de las predicciones es generalizado en los aymarás de Tiahuanacu,
además, de mantener su identidad cultural, para ellos no existe un viaje o visita que no esté
precedido por un pronóstico, el mismo que se constituye en una especie de

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condicionamiento para llevar a cabo una actividad determinada. Es así que si los signos de
las plantas es favorable, la actividad de la producción agrícola es satisfactoria, y si es
desfavorable, la actividad agrícola será retrazada o realizada con mucha precaución.
4.2.1.1. Signos de la t’ula
En la actualidad la sociedad aymara continúa con la tradición de observar los diversos
elementos que viabilizan los augurios favorables o desfavorables de la vida de los aymaras.
Esta realidad es producto de las necesidades humanas, de acuerdo al contexto geográfico,
social y cultural, nuestros antepasados han desarrollado estas habilidades y potencialidades,
es así que a la t’ula se la considera como un amuleto de la papa.
La t’ula es una planta silvestre muy característico de lugares de altura, es una planta leñosa
de fuego muy fuerte que es utilizado por los habitantes de la región de Tiahuanacu. Esta
planta a parte de ser usado como leña manifiesta signos positivos o negativos a través de su
fruto y la ubicación de la planta. En ese sentido, la t’ula expresa diferentes signos en
relación a la producción agrícola, como se puede apreciar lo siguiente:
AP98T:
“T’ulax ch’uqi lumasaw kullaka, achupak uñxatt’ askirïta,
achupatix sumä jach’anakax wäl achuntir ch’uqi papax. T’unaki
ukax juk’ak t’unak ukhamakiriwa”, (si los frutos de la t’ula son
grandes es para que haya buenas papas, si es menudo es para poca
producción).
AP99G:
Otro decía: “Suma jach’anak achk ukaxa suma jach’anakarakirïwa
ch’uqixa, ina t’unak ukax ch’uqinakas iña t’unakiraki”, (si da
frutos grandes, la producción de la papa también será buena, si son
menudos las papas también serán menudos).

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Como se puede apreciar en los testimonios de los informantes, cuando el fruto de la t’ula es
abundante y son grandes, significa que se obtendrá buena cosecha de papa, pero si su fruto
es ralo y menudo, es señal de que la producción de la papa no será buena.
Esta clase de manifestaciones naturales son claras señales agoreras que son aceptadas y
aplicadas por los habitantes de la región.
Asimismo, cuando la t’ula crece en lugares protegidos, quiere decir que los sembradíos en
las quebradas darán buena cosecha, y si en caso de que esta planta se encontrara en el
desierto, es señal de que la producción de la papa será buena en las pampas. De acuerdo a
los testimonios obtenidos, esta planta expresa signos específicamente para la producción de
la papa, y no así para otros productos de la región, como tampoco expresa otros signos. La
t’ula a parte de expresar signos también sirve de alimento a los animales y es utilizado
como leña por los habitantes de la región.
4.2.1.2. Signos de la waych’a (arbusto).
La waych’a es un arbusto silvestre que crece alrededor del río, barrancos y caminos, esta
planta también es considerado por los aymaras como uno de los indicadores para la
producción agrícola; ésta manifiesta buenos o malos augurios a través de sus flores, las
flores es esta planta tienen la forma de bolita de algodón, muy sensible a la helada y viento.
Entre tanto la waych’a indica la buena y como también la mala producción agrícola. A
continuación presentamos los signos que expresan la buena producción:
AP112T:
“Pamqararakisä, panqaratix süma janq’u phuyak tukuyix ch’uqi
papax utjakipuniriwa...”, (si termina de florecer blanquísimo
siempre suele haber buena papa).
AP113W:
“... süma janq’uk panqar ukax utjañatakiwa...”, (si florece
blanquito es para que haya buena cosecha).

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AP99B:
“...üma janq’uk panqar ukax utjañatakiwa...”, (si florece blanquito
es para que haya buena cosecha).
AP9SB:
“Qullanak tuqitx uka jisk’a lawapat lichjamaw wäli misk’
ch’aqaniri, ukax laka k’amatakirakiw walirakix...”, (en la
medicina, de la rama de la t’ula suele gotear como leche pero bien
dulce, eso es bueno para el dolor de la muela).
Cuando la flor de waych’a florece blanquísima como el algodón y el proceso de
florecimiento haya durado pro lo menos de 3 a 5 días sin que afecte la helada o lluvia,
significa que la producción de la papa será muy buena. En caso de que fuera afectada por la
helada, es señal de que los cultivos de la papa se verán dañados por este fenómeno, la
waych’a a parte de expresar signos positivos y negativos para la producción agrícola,
también sirve de leña, ya que estos arbustos son almacenados una vez que haya terminado el
proceso de floración.
Actualmente, las manifestaciones de este arbusto son observados, en su mayoría, por
personas de una edad avanzada, es decir, personas de 60 para arriba, son los abuelos que
aún mantienen la costumbre de observar este arbusto.
En cuanto a la medicina, la t’ula tiene sus cualidades curativas en el líquido que se
encuentra en la parte interna de las ramas, es decir, el líquido que brota de las ramillas de la
t’ula es de color de la leche y es muy dulce. Según los testimonios, a medida que va
brotando, éste se va coagulando como los masticables (chicle), esta sustancia natural
producido por la t’ula es usado como un remedio para aliviar el dolor de muela, además,
este producto es un masticable andino natural.
Por otro lado, también tenemos signos que expresan la mala o escasa producción de la papa.
La mayoría de las plantas que son considerados portadores de signos, expresan el lado

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positivo como también el lado negativo, en ese sentido, vamos a describir signos negativos
expresados por la t’ula, como se observa en la siguiente expresión:
APD2T
“...awisax uqikiw tukxiri ukä panqarapax, ukax jan utjañataki...”,
(a veces florece medio plomo, eso es para que no haya).
AP123W:
“... jan sum tukuqkï ukax janiw utjirikïti”, (si no termian de
florecer bien, no suele haber).
AP14B:
“...ukampirus ukä uñakipt’awinakatx mä tantachawin
aruskipt’apxirïta...”, (asimismo, esas observaciones se
intercambian en una reunión general).
Si la flor de la waych’a es de color de ceniza y además, no termina de florecer bien, es
preocupante para quienes aún observan estos arbustos, ya que esto implica que la
producción será escasa, que habrá crisis ese año. Asimismo, esta preocupación es
compartida con toda la comunidad, porque todas las manifestaciones observadas por los
comunarios son socializadas en una reunión general de la comunidad para tomar previsiones
y decisiones, es decir, deciden qué productos y dónde es aconsejable sembrar, de acuerdo a
las manifestaciones de las plantas.
Por otro lado, estas plantas se manifiesta, generalmente, entre el mes de julio y octubre, es
en ese proceso de tiempo que los tiahuanaqueños observan los diversos elementos
predictivos que dan pautas para la buena o mala producción agrícola.
4.2.1.3. Signos del sank’ayu
Esta planta es una especie de cactu que no crece a lo alto y tiene flores rosadas y lilas, su
fruto es agridulce comestible y crece en lugares áridos. El sank’ayu tienen presencia

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predictiva manifestando signos positivos o negativos para la producción de la papa,
específicamente.
Esta planta tiene tres etapas de floración, el signo de la etapa de buena producción suele
manifestarse en la flor, y por ende en el fruto, osea, una de las etapas debe terminar su
proceso de floración, cuando la flor termina de florecer sin problemas sus frutos crecen
hasta el tamaño de las mandarinas medianas, son dulces y jugosas. Para una mejor
comprensión de la primera etapa de siembra, apreciamos las siguientes expresiones:
AP118B1:
AP122V:
“Ukax ukhamarakikiw qhipan nayran panqarix, kawknir panqaray
süm panqarañ tukuqix achupax sumarakï achuqt’ix, ukhamarakï
yapux”, (así también el sank’ayu tiene tres etapas de florecimiento,
si la primera etapa termina de florecer bien, entonces eso es
bueno).
“... mayrir panqaratix juyphimp apayasix mayra satarux juyphix
apakipunï, jan juyphi apkix ukax mayra satä walix”, (si a la
primera etapa de florecimiento afecta al helada los cultivos
también corren el mismo riesgo).
De acuerdo a los testimonios recogidos, el sank’ayu suele florecer tres veces al año, ellos
señalan que la flor que dura más tiempo, (de 5 a 8 días) ya sea de la primera, segunda o
tercera etapa es el indicador del tiempo de la siembra, es decir, si la flor de la primera etapa
concluyó el proceso de florecimiento y dá buenos frutos antes del tiempo y sin que la helada
haya afectado, quiere decir que es un año de siembra temprana.
En caso de que esta etapa fuera afectado por la helada o granizo, es señal de que las
primeras siembras también serían afectados por el mismo fenómeno que el sank’ayu. Por
cuanto, no es conveniente realizar siembras en la primera etapa para no correr riesgos.

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En las zonas de nuestro estudio, muchas de las flores son consideradas como indicadores de
las etapas de siembra, pero, los signos de la t’ula (que se han descrito en anteriores páginas)
y el sank’ayu son predicciones orientados hacia la siembra de la papa, específicamente.
Una vez observado la primera etapa de floración, se hace el seguimiento a la segunda etapa
de florecimiento, y de esta forma ver las diferencias en las señales, estas diferencias juegan
un papel muy importante en la decisiones para las siembras de la papa. Al respecto tenemos
las siguientes expresiones:
AP95B:
“Taypitix sum panqar tukt’ay ukax sumarak, sum achus jach’anak
puqurt’ï ukax papas sumapinirakï, ukax juyphix panqar apawayxix
jani kusäkitix”, (si la segunda etapa termina de florecer sin
problemas la producción será buena).
AP118B1:
“...chika anqarar juyphix apasxix jani achus sum utjkitix, ukanak
uñtasakiw aka patan yapuchasipta”, (si a la segunda etapa de
florecimiento afecta la helada, no suele haber buena cosecha, aquí
en campo mirando esas cosas nomás nos sembramos).
Esta etapa se siembra está orientado por la segunda etapa de florecimiento, ósea cuando la
flor de la segunda etapa no ha corrido riesgos de ninguna naturaleza, eso es un indicio de
que las siembras intermedias darán buenos frutos.
Pero, si esta etapa ha sido interrumpido por los fenómenos naturales (helada, granizo y
otro), es señal de que las siembras intermedias no dará buena cosecha, por eso no es
aconsejable que se realicen siembras en dicha etapa.
Finalmente, tenemos la tercera etapa de floración del sank’ayu, si la dos primeras etapas de
florecimiento hubieran sido afectados por los fenómenos naturales (helada o granizo), la

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última etapa es la esperanza para poder realizar las siembras de la papa, como no
manifiestan nuestros informantes:
AP107N:
“Qhanapiniw kawkir panqartï jan juyphix apix ukaw sumä satax,
sank’ayux mayra taypi, qhipa ukhamarakxay panqarchix”, (el que
termina de florecer bien ese es buena señal).
Por cuanto, este conjunto de conocimientos y prácticas ayudan a dirigir el proceso
productivo de los habitantes de tiahuanacu, la mayoría de los informantes coinciden de que
las flores y frutos del sank’ayu son fieles portadores de signos predictivos de las diferentes
etapas de siembra.
Sin duda, estas manifestaciones resultan indispensable para realizar actividades
relacionados con la actividad productiva. Con relación a la tercera etapa de florecimiento, si
la flor de esta etapa no tuvo percances en el proceso de florecimiento, esto implica de que
las últimas siembras darán buenos frutos.
Todas estas manifestaciones del sank’ayu llevan al agricultor a la toma de decisiones,
orientando la siembra en base a las observaciones que indican si la siembra debe ser
adelantada, intermedia o retrasada (mayra sata, taypi sata, qhipa sata), si el año será lluvioso
o de poca lluvia.
De acuerdo a la información obtenida, tanto la flor como el fruto del sank’ayu no
pronostican otros signos que no estén relacionados con la producción de la papa,
específicamente. Lo que más bien se pudo advertir es el lugar de la siembra, es decir, el
lugar bajo o alto (en las pampas o quebradas) es aprobado para la siembra, esto de acuerdo a
los signos expresados por el sank’ayu.