LaFactory #61

Autor: Osmar Cáceres (Guri) Fotografía: 20medios.com
Todo Normal, No Pasa Nada
Despertarse en la primera
semana del primer mes de
un nuevo año. Arrastrando
mismos vicios del año anterior,
y de décadas pasadas.
El Nuevo Rumbo del Presidente Horacio
Cartes avanza, y a un precio alto, por un lado,
el pasaje del rumbo indefinido está por los
2.400Gs; por el otro, es el primer escalón
de un fenómeno llamado inflación que no va
parar mientras se siga manejando la política
como siempre se manejó: a lo Paraguay,
a lo Luque, a lo Mafia, a lo kilombo.
Mismo manejo que hace que varias personas
no estén en su propio país pasando las
festividades o los primeros días de un nuevo
año. Personalmente me toca reencontrarme
con mi vieja muchos años después, casi
seis años, desde que decidió ir a España
por salud, ya que por acá los diabéticos
son tratados como basura sin importancia,
y en el primer mundo, al menos tienen
un doctor que acompañe al paciente
-hasta la muerte, pero con medicamentos y
recomendaciones nutricionales detalladas-.
Algo que me dijo mi vieja -en una ronda de tereré
para paliar los 40°- hace pocos días -después de
que saliera a recorrer Asunción con una Tía- es
lo siguiente: “Todo sigue igual que antes”, añadí:
“…y empeorando”, a la conversa. ¿Esto es un
post de queja como los miles dentro de facebook
e internet? Ni idea, no sé ni cómo va terminar la
nota, la verdad, ni sé cómo la empecé ni a dónde
quiero llegar… así como el gobierno de turno, sin
un trazo fijo tras meses de haber retomado el
mismo partido de siempre las riendas del poder.
Es un bajón tras años de no verle a mi vieja,
contarle solamente algunos -escasos- suspiros
de “buenas noticias”. La violencia sigue, las
paladas iniciales siguen, los políticos siguen
metiendo gente -que cobran sin hacer nadapor
detrás de sus planillas, la educación sigue
bajo el mangal sin libros y sin respuesta rápida
del MEC a una generación que necesita volar
-atendiendo que contamos con uno de los
mayores índices juveniles en Latinoamérica
y ni siquiera hay un plan que atienda el uso
de las nuevas herramientas como internet-,
el trabajo y las alianzas público-privadas no
dejan nada, ejemplo claro la suba del pasaje
correspondiente a un servicio pésimo, dónde
viajar se convierte en violencia a la salud y
al bienestar -quien viaja 35 minutos para
llegar a su oficina, llega a su lugar de trabajo
con cansancio, sin ganas de nada, nervioso,
y hasta con ganas de romper todo-.
Sumemos a eso que la violencia sigue
presente -y algunos rememoran los tiempos
de la dictadura. Un amigo cercano fue a
parar a la comisaria -así como la cumbia
esa- luego de manifestarse en contra de la
suba del pasaje. Hasta hay videos de policías
violentando a manifestantes, y hasta se ve
a policías sin portanombre dando patadas y
escupiendo a la gente… su gente, mismas
personas con quienes comparten la vía
pública y sus formas de transporte-. ¿Es eso
la policía que resguarda al ciudadano?.
Pero no todo es malo. Lo bueno es que le
dije a mi mamá que vuelva a España, que acá
sigue todo “normal”, con un presidente que ni
siquiera tiene discurso -mucho menos acciones
concretas- para entrevistas y medios en cuanto
a educación, trabajo, salud. Políticas de estado
eran las de antes, hoy día prima el negocio
familiar, y Horacio Cartes de eso sabe mucho.
¿Y la familia? Bien, gracias.
¿Y las buenas noticias? Hay mucha música,
mucho audiovisual, mucho teatro en cartelera,
muchos nuevos libros en puerta. Que siga
así, por el bien de aquellos beneficios
intangibles que disfruta el alma.
¿Y el resto? No pasa nada.
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