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3.5 Relaciones sexuales: un acuerdo de dos
Cuando se toma la decisión de tener relaciones sexuales, el punto de vista de ambos integrantes
de la pareja es indispensable. Por eso, hay que ponerse de acuerdo previamente
sobre cuándo, dónde y qué medidas preventivas utilizarán.
En el momento mismo de la relación sexual, es muy difícil tomar decisiones con objetividad,
pues el entusiasmo y la excitación pueden ser un obstáculo. Lo más recomendable
es encontrar el mejor momento para hablar de estos temas, que tienen una importancia
esencial para el futuro de ambos.
Para que una conversación de esta naturaleza sea lo más satisfactoria posible, es
indispensable tener una comunicación clara y directa. Cada uno deberá estar en la mejor
disposición y tener ganas de escuchar, comprender, tomar en cuenta y complacer al otro.
De esta forma será posible prevenir posibles problemas, proponer soluciones y decidir el
uso del condón.
A continuación encontrarás un ejemplo de cómo proceder para lograr un acuerdo:
· Mirarse a los ojos mientras hablan.
· Comunicarse con firmeza y tranquilidad.
· Tratar de no ponerse nerviosos, conservando el sentido del humor.
· Hablar de lo que nos preocupa, evitando cualquier expresión que pueda parecer ofensiva.
· Escuchar con atención e interés auténticos y pedir a la pareja que escuche.
· Decir con la mayor claridad posible lo que ambos esperan de cada uno.
3.6 Sexualidad y cultura
Como ya lo hemos mencionado en esta guía, la identidad, la sexualidad y la cultura están
íntimamente relacionadas. Entenderemos por cultura: una estructura dinámica en la que la
conducta aprendida se transmite. Los miembros del grupo social son copartícipes y transmiten
valores, normas, creencias y símbolos propios de esa cultura. Por ejemplo: el lenguaje.
Edward Tylor dice que cultura es: “…aquel conjunto complejo que comprende el conocimiento,
las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualquier otra
capacidad y hábito adquirido por el hombre en cuanto miembro de una sociedad...” 19
La cultura se origina porque los seres humanos tenemos necesidades más allá de las
que se conocen como naturales. Esta característica nos da nuestra verdadera especificidad:
a diferencia de los demás seres vivos, los seres humanos necesitamos explicaciones
que hagan comprensible nuestra estancia en el mundo. Sólo a nosotros nos hace falta una
dimensión estética; sólo nosotros reglamentamos nuestras diversas formas de convivencia.
Somos seres históricos, irreductibles a la mera naturaleza. Todo lo que en los animales
es relativamente simple, en nosotros se vuelve complejo. Inventamos y creamos nuestras
complejidades y necesidades.
19. Tylor, Edward, Primitive Culture.
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