EL CORREDOR DEL JAGUAR - Panthera

Ecología El corredor del jaguar
El Corredor del Jaguar
Conector
y
devida
esperanza
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Texto: Camilo Bolívar C.
Fotos: Steve Winter
Fundación Panthera Colombia
“Lo que necesitamos no es un corredor
biológico, sino un corredor genético. Que
entre un lado y otro el jaguar pueda pasar
por 4 o 5 fincas ganaderas sin que lo maten
o que si nos hacen una represa en algún
lugar determinado pueda pasar libremente
por otro. Eso asegurará que lo salvemos por
más de 500 años”.
La explotación agropecuaria, la
caza indiscriminada, la deforestación, el
comercio y tráfico ilegal, los altos niveles de
contaminación ambiental, la introducción
de animales exóticos, el aislamiento genético
y la falta de unidad y de voluntad para
el establecimiento de políticas y acciones a
favor de la fauna son algunas de las razones
por las que muchas especies han desaparecido
o están en peligro de extinción.
Una de dichas especies es el jaguar, que
aunque aún no está en peligro crítico, sí es
catalogado como casi amenazado; es decir,
cercano a ser vulnerable y a desaparecer.
Sin embargo, como en toda causa
noble y justa siempre surgen entidades y
personas perseverantes y empeñadas en

Los jaguares son felinos
que tienden a permanecer
solitarios y, por lo general,
cuando son adultos
sólo se encuentran para
aparearse. Los machos
demarcan su territorio
mediante rugidos.
‘luchar’ con las armas de la razón y de la
convicción para evitar que tal pronóstico
se cumpla. En el caso del jaguar, la fundación
Panthera es la abanderada, pues es
una Organización No Gubernamental dedicada
a salvar a los felinos de Colombia
y hacer de su conservación, y la de la biodiversidad
en general, una causa efectiva.
Panthera Colombia es financiada por
Panthera Internacional, y aunque es una
ONG relativamente nueva en el país (funciona
desde 2006), sus funcionarios e investigadores
tienen experiencia de muchos
años en el estudio de los felinos. En la actualidad
desarrolla el denominado Corredor
del Jaguar, un proyecto que pretende
conectar, desde México hasta Argentina,
las áreas de bosque donde habitan las
principales poblaciones de jaguares.
Características
La iniciativa surgió a partir de los nuevos
y llamativos resultados científicos obtenidos
por medio de las investigaciones con los
jaguares, que fundamentalmente son dos,
como lo describe el biólogo Esteban Payán,
director ejecutivo de Panthera Colombia.
“Después de estudios genéticos nos
dimos cuenta de que el jaguar es el mismo
en Panamá, en Colombia o en Brasil; es
decir, no existen subespecies, porque para
que esto ocurra las poblaciones tienen
que estar aisladas por montañas o ríos.
Pero como el jaguar es un animal muy gran-
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Ecología El corredor del jaguar
Aunque los jaguares han atacado a algunos humanos,
ellos no comen gente. Sus ataques se han presentado
más cuando se sienten acorralados ante el peligro de ser
cazados y por defender a sus cachorros o a sus presas.
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El jaguar habita entre
el suroeste de Estados
Unidos y el norte de
Argentina, pero a pesar de
su extensa distribución, su
hábitat se ha reducido en
más del 40%.
de, puede subir montañas y cruzar ríos nadando sin problema”. Lo
anterior significa que no tienen sólidas barreras geográficas y, por
lo tanto, las diferentes poblaciones se reproducen entre sí.
La otra conclusión significativa también está relacionada con su
tamaño, pues por ser tan grandes requieren alimentarse con gran
cantidad de presas, así como un amplio espacio para desplazarse,
razón por la cual viven a densidades muy bajas, como en el Amazonas,
donde en promedio habitan tres ejemplares en cada 100 kilómetros
cuadrados (la densidad puede variar de una zona a otra).
En la biología de la conservación un interrogante fundamental es:
¿cuántos animales de la misma especie hay que salvar? La respues-
ta para los juagares es 500, pero para salvar
tal cantidad con densidades tan bajas
no son suficientes los parques nacionales.
Por tal motivo se pensó en unir las áreas
protegidas con las no protegidas, incluidas
reservas y propiedades privadas, reservas
de la sociedad civil, parques municipales,
entre otras, así sean pequeños espacios
de fincas ganaderas.
Trabajo continental
De esta forma surgió la idea del corredor
genético más extenso del planeta para
una sola especie. Y en su trayecto ya hay
identificadas varias unidades de conservación,
que de acuerdo con los análisis de
expertos en cada país, son zonas donde
se sabe que hay buenas poblaciones de
jaguares. Donde está la mayor densidad
de gente, no hay jaguares o hay muy poquitos,
y en donde hay pocas personas,
ahí se encuentran más, que es en toda la
Cuenca Amazónica; es decir, en Venezuela,
en las tres guyanas y en la parte amazónica
de Ecuador, Perú y Bolivia, además
del norte de Argentina, entre otros lugares.
“Lo que necesitamos no es un corredor biológico,
sino un corredor genético. Que entre
un lado y otro el jaguar pueda pasar por
4 o 5 fincas ganaderas sin que lo maten,

Aunque los jaguares normalmente cazan después de la
salida del Sol y antes de que amanezca, son hábiles para
hacerlo tanto en el día como de noche.
o que si nos hacen una represa en algún lugar determinado pueda
pasar libremente por otro. Eso asegurará que los salvemos por más
de 500 años”, señala Esteban Payán. En Centroamérica el trabajo
ya está muy adelantado y, exceptuando a México, los ministerios de
Ambiente de los países de esta región ya aprobaron el Corredor del
Jaguar y lo reconocen como una imperiosa necesidad dentro de sus
metas de conservación.
La labor prosigue en Suramérica y el primer paso lógico es Colombia,
esencial para el Corredor del Jaguar, porque une un ‘hilo’
que va por el Darién con el sur del departamento de Córdoba, el
nordeste antioqueño, el sur de Bolívar, los Santanderes y el Arauca.
Este denominado hilito es lo único que comunica las poblaciones
de jaguares de Centroamérica con las de América del Sur y, de
perderse, no existiría la conexión entre los jaguares de las dos partes
del continente. Para Payán, si no se toman acciones inmediatamente,
en cinco años no habrá posibilidades de conservar el Corredor. Por
eso, el Gobierno Nacional acaba de formalizar un acuerdo con la
Fundación Panthera, mediante el cual se compromete a respaldar los
esfuerzos que se hagan con el fin de proteger y conservar la especie.
Hacia la sensibilización
Si se puede conservar el jaguar, casi que automáticamente se
lograría la conservación de los demás felinos y su biodiversidad
social, debido a que es una especie llamada ‘focal’ o ‘sombrilla’,
porque regula las poblaciones de todas las especies constituidas
por sus presas, evitando excesos poblacionales. Además, su presencia
es indicador de que la selva y el ecosistema permanecen
en excelente estado; casi que intactos.
Desafortunadamente, su principal amenaza directa es la casería
de los ganaderos como retaliación a los ataques a su ganado. Pero
los jaguares, generalmente, sólo atacan este tipo de ejemplares
cuando están enfermos, heridos o viejos, y muchas veces permanecen
así por culpa de los mismos ganaderos, porque al herirlos con
perdigones no mueren, pero sí les dañan
la mandíbula y les quitan los dientes. Al no
poder matar a sus acostumbradas presas,
por el deterioro de su mandíbula, buscan
el ganado, para ellos más fácil de cazar.
No obstante, para el éxito del Corredor
los ganaderos son de los aliados más im-
De darse la extinción
del jaguar, sería un gran
perdida, pues es una
especie importante para la
biodiversidad porque ayuda a
controlar demográficamente
a sus presas.
Estas fotos fueron tomadas
con cámaras automáticas
detectoras de movimiento
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Ecología El corredor del jaguar
En ocasiones el jaguar es confundido con el
puma, pero son especies diferentes. El puma
es más pequeño, menos robusto y su rugido
se asemeja más a un maullido.
Las manchas del
jaguar son como sus
huellas digitales; pues su
patrón es tan diferente
en cada uno que sirven
para identificarlos
individualmente.
portantes, porque sus propiedades son necesarias para el tránsito
de los jaguares. Por tal motivo, realizar un trabajo de información,
educación y sensibilización para que no los maten es vital para
su conservación. En lo primero que Panthera hace énfasis, porque
muchos no lo saben, es en aclararles que, a diferencia de los
tigres, los leones y los leopardos, el jaguar
no ataca humanos, pero pueden hacerlo
si se sienten acorralados o son heridos por
la caza. Y lo segundo, que el ganado más
vulnerable es el que está desatendido, sin
buen manejo, ubicado muy lejos de la
casa y cercano a montes y a ríos.
Charlas, talleres, entrega de literatura informativa,
asistencia veterinaria y asesorías
para volver la ganadería más productiva,
son algunas de las medidas y actividades
enfocadas a lograr que tanto ganaderos
como demás habitantes de las zonas
donde se encuentran las unidades de
conservación se transformen en amigos y
salvadores de los jaguares, debido a que
son fundamentales dentro del ecosistema,
y su protección garantiza la biodiversidad
y el patrimonio natural de América y, por
supuesto, de Colombia.
El jaguar y su mundo
Nombre científico: Panthera onca.
Hábitat: bosques húmedos y costeros, sabanas boscosas, áreas
inundadas, llanos, zonas secas y montañas hasta 3.800 metros sobre el
nivel del mar, aunque prefieren zonas donde se encuentre mucha agua.
Medidas: entre 2,2 y 2,5 metros de largo y hasta 80 centímetros de alto.
Peso: entre 80 y 120 kilos.
Características: es el felino más grande de América continental y el
tercero del mundo, después del león africano y del tigre asiático, pero
entre ellos su mandíbula es la más fuerte. En la cabeza, en la nuca y en
la cola sus manchas son sólidas y en el resto de su cuerpo tienen forma
de rosetas con puntos negros en su interior. Tienden a ser solitarios.
Longevidad: en la naturaleza, entre 11 y 15 años; en cautiverio pueden
vivir hasta los 23, aproximadamente.
Presas: optan por las más grandes. Venados, dantas, tapires, cerdos
salvajes, osos hormigueros, caimanes, tortugas, chigüiros, aves, monos,
animales domésticos, entre otros.
Caza: por acecho, incluso en el agua. Muy ocasionalmente corre detrás
de sus presas, a las que puede matar por sofocación mordiendo su
garganta, aunque prefiere morder la nuca. Un jaguar se alimenta en
promedio con 35 0 40 kilos por semana.
Causas de peligro de extinción: pérdida de hábitat, desaparición de sus
presas naturales y casería indiscriminada.
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