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Cuestiones - Facultad de Periodismo y Comunicación Social ...

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Pero entre la mujer como objeto y mercancía existe el fetiche, una relación<br />

fantasmagórica que recubre el <strong>de</strong>seo. Marx entien<strong>de</strong> el fetichismo <strong>de</strong> la mercancía<br />

como un quid pro quo, el reemplazo <strong>de</strong> una cosa por otra, don<strong>de</strong> las relaciones<br />

entre objetos, cosas (entre mercancías, sus valores <strong>de</strong> cambio), reemplaza,<br />

escon<strong>de</strong>, oscurece, las relaciones que se dan entre los productores. En palabras <strong>de</strong><br />

Marx: “lo que aquí adopta, para los hombres, la forma fantasmagórica <strong>de</strong> una<br />

relación entre cosas, es sólo la relación social <strong>de</strong>terminada existente entre ellos”<br />

(Marx, 1980: 89). Una relación <strong>de</strong> explotación <strong>de</strong> una clase por otra, agregaría<br />

Marx. Pero también una relación –a la vez <strong>de</strong> explotación y <strong>de</strong> dominación– que<br />

no es sólo entre hombres. Cuando el objeto, la mercancía, la cosa -encerrada en<br />

esa figura retórica llamada fetichismo- es una mujer, la relación entre hombres<br />

por lo menos se vuelve problemática. Si, como señala Grunner, el fetichismo <strong>de</strong> la<br />

mercancía es ese “proceso <strong>de</strong> índole religioso por el cual la idolatría <strong>de</strong>l objeto<br />

impedía al sujeto percibir la intrincada –y a veces sangrienta– red <strong>de</strong> relaciones<br />

sociales <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r y dominación que habían hecho posible la producción y<br />

acumulación <strong>de</strong> objetos para compraven<strong>de</strong>r” (Grunner, 2002: 35), <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esas<br />

relaciones <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r no estaban percibidas, como señalamos, las <strong>de</strong> género.<br />

Pensar las formas <strong>de</strong> objetificación <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> la mujer implica también<br />

preguntarnos por las operaciones <strong>de</strong> esencialización, naturalización y<br />

universalización que hacen <strong>de</strong> ese cuerpo un estereotipo, una imagen fija que se<br />

vuelve patrón <strong>de</strong> lectura <strong>de</strong> todos los cuerpos <strong>de</strong> mujer. Nos proponemos,<br />

entonces, problematizar la relación entre un modo hegemónico <strong>de</strong> representación<br />

<strong>de</strong>l cuerpo femenino y la producción/reproducción <strong>de</strong> la forma hegemónica <strong>de</strong><br />

inteligibilidad <strong>de</strong> los cuerpos sexuados a través <strong>de</strong>l género. De esta manera,<br />

resulta necesario recuperar el problema <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ología, su inscripción en los<br />

cuerpos y su rol en los modos <strong>de</strong> percepción/ representación <strong>de</strong> los mismos.<br />

Algunas consi<strong>de</strong>raciones previas<br />

De las múltiples acepciones que ha ido adoptando la noción <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ología,<br />

tomaremos para este trabajo aquella que la consi<strong>de</strong>ra como el proceso general <strong>de</strong><br />

la producción <strong>de</strong> significados e i<strong>de</strong>as. Más específicamente, como “la dimensión<br />

<strong>de</strong> la experiencia social en la que se producen los significados y los valores”

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