Atlas histórico de México - Aguilar

Atlas histórico de México
La vegetación y los usos del suelo
México se cuenta entre los cinco países del
mundo con mayor riqueza florística.
México tiene una superficie total de 1964375 km². Sin embargo, no
todo su territorio está sujeto al mismo tipo de explotación, ni a la misma intensidad. Las
acciones humanas han causado severas modificaciones en ciertas áreas, pero otras se han
mantenido casi inalteradas durante mucho tiempo. En función de esto, los ambientalistas
designan como distintos “usos del suelo” a las diferentes formas en que se emplea un
terreno y a su cobertura vegetal.
Las zonas que se han mantenido relativamente inalteradas se definen según el tipo de vegetación que
las cubre: bosques, selvas, zonas áridas, etc. Las regiones completamente alteradas por la acción humana
se conocen como de “cobertura antrópica” y el uso de suelo con el que se identifican depende de la
actividad a la que estén dedicadas: agricultura, ganadería, asentamientos urbanos, etcétera
De acuerdo con datos de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat),
en el año 2000 aproximadamente 29% de la superficie nacional estaba ocupado por cobertura
antrópica, principalmente tierras de cultivo, pastizales inducidos o cultivados y asentamientos. Otro
18% correspondía a cobertura natural que había sido perturbada; es decir, había sido severamente afectada por actividades humanas o se
encontraba en proceso de recuperación después de haber sido destruida o desgastada. El 53% restante, si bien mantenía su cobertura natural,
incluía áreas significativamente explotadas, aunque no destruidas, como pastizales naturales usados intensivamente en la ganadería.
Según los mismos datos de la Semarnat los matorrales, la vegetación típica de las zonas áridas y semiáridas, ocupan la mayor parte de las
zonas que mantienen su cobertura natural. A éstos siguen bosques y selvas, ambos caracterizados por un predominio de la cobertura arbórea
pero diferenciados los primeros por corresponder a zonas templadas con menor variedad de especies de flora que las segundas, típicas de las
regiones tropicales.
Los estados que conservan mayor superficie con cobertura natural
son Coahuila, Quintana Roo y las Bajas Californias. Por el contrario, en
Veracruz, Tabasco, Hidalgo, Estado de México, Tlaxcala, Morelos y el
Distrito Federal, la cobertura antrópica ocupa más de 60% de la superficie
total. También puede observarse que en los estados del centro la superficie
dedicada a la agricultura es mayor, en tanto que en los del norte, el golfo y
Chiapas, la superficie dedicada a la ganadería es predominante.
Abetos americanos y encinos blancos conforman algunas de las mayores reservas
forestales del país, en los estados de México y Michoacán.
Hay en México más de 140 especies endémicas de agaves. En la foto: un
ejemplar silvestre de Agave salmiana o maguey de pulque.
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Formación y características físicas del territorio nacional
Mapa 10 . VEGETACIÓN
A lo largo de los últimos tres siglos el uso del suelo ha sufrido cambios importantes. En nuestro país,
el tipo de ecosistema más afectado ha sido la selva en tanto que los matorrales de las zonas áridas han
recibido menor impacto en términos proporcionales. Sin embargo, las cifras no dejan de ser alarmantes. En
promedio, durante los años noventa, México perdió más de un millón de hectáreas de vegetación silvestre
por año.
La destrucción de la vegetación natural resulta preocupante, pues ella conlleva la destrucción de la
biodiversidad del país, afecta los ciclos naturales de los que depende la vida humana y pone en duda la
capacidad de subsistencia de nuestros recursos naturales.
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Atlas histórico de México
La vida y los ecosistemas del territorio
El águila real (Aquila
chrysaetos ), símbolo
nacional, aunque protegida
está en peligro debido a
las amenazas contra su
hábitat.
Ocelote (Leopardus
pardalis), felino mediano
cuyas representaciones
figuran en todas las culturas
de Mesoamérica. Es una
especie protegida.
Los pelícanos pardos (Pelecanus occidentalis), muy abundantes en México, no son aves
migratorias pero se han alejado de los cada día más numerosos centros turísticos costeros.
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Formación y características físicas del territorio nacional
Mapa 11 . BIODIVERSIDAD
Venado cola blanca
(Odocoileus virginianus).
RIQUEZA DE ESPECIES Y ENDEMISMOS EN MÉXICO PARA GRUPOS SELECCIONADOS
Grupo
Número de especies en México
Total %* Endémicas %**
Pteridofi tas 1000 11 >190 19
Pinos 48 48 21 44
Agaváceas 217 75 146 67
Nolináceas 49 89 32 65
Cactáceas 900 45 715 79
Moluscos marinos 4100 8 >920 22
Araneidos 2506 7 1 759 70
Decápodos 1410 14 >98 7
Himenópteros 2625 8 194 7
Lepidópteros 2610 8 200 8
Coleópteros 7988 5 >2087 26
Peces de agua dulce 506 6 163 32
Anfi bios 290 7 174 60
Reptiles 704 11 368 52
Aves 1054 11 111 11
Mamíferos 491 12 142 29
* Porcentaje en relación con el número de especies por grupo en el mundo.
** Porcentaje en relación con el total de especies mexicanas por grupo.
Fuente: Conabio
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Atlas histórico de México
Amenazas naturales
Dada la situación del territorio nacional, entre los
océanos Atlántico y Pacífico, y sus más de 11000 km. de litorales, cada
año, de junio a octubre, uno o más ciclones tropicales impactan nuestro
país. Los ciclones tropicales o huracanes, son sistemas de tormenta
caracterizados por fuertes vientos que soplan en sentido contrario a las
manecillas del reloj y suelen ir acompañados de fuerte precipitación,
oleaje muy brusco y mareas de tormenta. Por lo general alcanzan una
altura de 15 km. y diámetros de varios cientos. De 1966 a la fecha se
han producido anualmente, en promedio, 18.1 tormentas ciclónicas
en el Pacífico noreste y 12.6 en el Atlántico, aunque no todas tocan
tierra. Pese a que los efectos de los huracanes suelen ser devastadores,
también tienen efectos benéficos. Los fuertes vientos y el oleaje suelen
afectar únicamente la zona de impacto del meteoro, pero las lluvias que
se extienden por cientos de kilómetros ayudan a rellenar las presas y a
menudo benefician regiones que han sufrido largas sequías.
Mientras la trayectoria de los ciclones puede ser anticipada para considerar
medidas de seguridad y reducir el riesgo de la población, fenómenos como las
granizadas son menos predecibles. Si bien los daños humanos y materiales que causa
una granizada suelen ser mucho menores, este tipo de meteoros puede ocasionar
importantes daños a la producción agrícola y ganadera de la región que impacta, pues es
sumamente destructiva para las plantas.
A diferencia del granizo, las heladas por lo general
De poco menos de 30 volcanes principales que hay en el territorio
nacional, en el presente hay once activos.
no caen de golpe, dejan sentir su efecto poco a poco.
Al igual que el granizo, las heladas afectan sobre
todo la producción agrícola. Pero también afectan
a la población de comunidades rurales y ciudades, y
a menudo ocasionan decesos entre los más pobres,
sea por frío o intoxicación con bióxido de carbono,
resultado del uso de anafres o calentadores para
contrarrestarla. Se considera una helada cuando la
temperatura del aire en contacto con la superficie de
la tierra se encuentra a 0º C o menos durante más
de cuatro horas. Una nevada difiere de la helada en
cuanto se presenta acompañada de precipitación en
forma de copos de nieve.
Las inundaciones son el desastre natural
más frecuente a nivel mundial. En México, en
promedio, de 1980 a 2000, murieron 140 personas
cada año a causa de ellas. Su impacto aumentó
significativamente a lo largo del siglo pasado, como
consecuencia de los trastornos ocasionados en
el medio ambiente por la acción humana, y por
el crecimiento de los asentamientos en regiones
propensas a inundaciones.
Las estadísticas de 2007 y 2008 muestran claramente que cada año
México es más vulnerable a huracanes e inundaciones.
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Formación y características físicas del territorio nacional
Cada año se incrementa la superficie afectada por
las lluvias torrenciales acarreadas por los huracanes,
especialmente en el oriente y sureste del país.
Mapa 12. AMENAZAS NATURALES
Una de las principales amenazas para nuestro país resulta de su ubicación respecto a fallas y placas
tectónicas, lo que hace que buena parte de él se encuentre en zonas de alto riesgo sísmico. La mayoría de
los temblores de magnitud significativa han tenido su epicentro en la zona de subducción de la placa de
Cocos, la línea donde dicha placa choca con la Norteamericana. El Centro Nacional para la Prevención de
Desastres estima que aproximadamente 32.6 millones de personas, casi una tercera parte de la población
total del país, viven en zonas de riesgo sísmico alto o severo.
Por otro lado, nuestro país se ubica sobre parte del cinturón volcánico circumpacífico y, por lo tanto,
experimenta actividad volcánica de importancia, de modo predominante en el Eje Volcánico Mexicano
(evm), aunque, también se ha presentado en Sonora, Baja California, varias islas del Pacífico y Chiapas.
El evm contiene aproximadamente dos mil volcanes de diversas clases. Durante los últimos 500 años, se
han experimentado unas 15 erupciones por siglo. Hoy en día, los dos volcanes activos más importantes se
encuentran sobre este eje: el volcán de Colima entre Colima y Jalisco y el Popocatépetl en el Valle de México.
El Popocatépetl es hoy día el volcán más meticulosamente vigilado. Es
raro el trimestre en el que no emite grandes nubes de vapor.
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Recursos hidrológicos
Atlas histórico de México
El agua es probablemente el recurso natural
más importante de un país. No sólo es indispensable para la vida
humana y la subsistencia de diversos ecosistemas, sino también de
suma importancia para el desarrollo económico y múltiples procesos
productivos. México, como resultado de sus complejas características
morfológicas, es un país de fuertes contrastes en lo que se refiere
a la disponibilidad de agua. Mientras cerca de 56% del territorio
está compuesto por zonas áridas, en el sureste hay muchas regiones
húmedas y subhúmedas.
Una proporción extensa (más de 60%) tiene un régimen de lluvias en verano,
pues la mayor parte de la precipitación se concentra en los meses de junio a septiembre. En una parte menor (31%) hay régimen de
lluvias todo el año y otra pequeña parte, en Baja California, tiene lluvias en invierno. Sin embargo, la disparidad entre la cantidad de
lluvia que cae en unas regiones y otras es significativa. Mientras que, según datos de la Semarnat, la precipitación anual promedio a nivel
nacional es de 772 mm, el estado más seco, Baja California, recibe apenas 199 mm al año, en tanto que el más húmedo, Tabasco, recibe
trece veces esa cantidad. De forma equivalente, mientras que los estados del norte ocupan el 50% de la superficie del país, solo reciben el
25% del agua de lluvia. A su vez, los estados del sur y el sureste, con poco más de 20% de la superficie nacional, reciben más de 40% del
agua precipitada.
México recibe al año aproximadamente 472 km³ de agua por precipitación. El índice de disponibilidad de agua se obtiene dividiendo
este volumen entre el número de habitantes que dependen de él. La diversidad geomórfica de México arroja como resultado regiones
con niveles de disponibilidad extremadamente bajos, como el Valle de México, zona XIII, que tiene menos de 200 m³ por habitante
cada año, muy inferior al indicador de estrés hídrico, que es de 1700 m³ por habitante. Otras regiones tienen niveles considerados
abundantes, como la frontera sur, región IX, con más de 27000 m³ por habitante.
Los recursos hidrológicos nacionales, aún vastos para efectos de riego y de generación hidroeléctrica, enfrentan dos graves
amenazas: la desviación para el abasto de las ciudades y la contaminación de las aguas.
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Formación y características físicas del territorio nacional
Mapa 13. PRINCIPALES RÍOS
Como el agua que se recibe por precipitación usualmente escurre a los ríos o se
reintegra al manto freático, otro importante indicador de la disparidad regional en
términos de disponibilidad de agua es el caudal o volumen de escurrimiento de los
ríos. Así, por ejemplo, los ríos Usumacinta, Papaloapan, Grijalva, Pánuco y Lerma-
Santiago captan 54% del escurrimiento superficial total.
Quizá la mejor forma de contrarrestar la escasez de agua en muchas regiones
del país sea la creación de más y mejor infraestructura de almacenamiento, es
decir, presas. Sin embargo, la gran mayoría de las 4,500 que existen en México —de
las cuales 840 son consideradas “grandes presas”—, y que tienen un volumen total
de almacenamiento de casi 150 km³, son usadas para generación de electricidad. En
el norte también son importantes las presas usadas para irrigación. Pero es notable
que sólo 18% del volumen de almacenamiento del país se encuentra a más de 500 m
sobre el nivel del mar, mientras 75% de la población vive en esa región.
En contraste con las presas, los lagos y lagunas sólo aportan 6500 km³ de
almacenamiento.
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