Los eclipses Durante muchos años se consideró que los eclipses eran indicadores de calamidades, como guerras y pestes. Se llegó a pensar, incluso, que la decadencia de Atenas tuvo su origen con la muerte del general Nicias ya que el desastre de su ejército en Sicilia coincidió con la ocurrencia de un eclipse de luna. En la mitología dahomey, Mawu era la <strong>Luna</strong> y su gemelo Lisa era el Sol. Durante los eclipses los dos astros hacen el amor y los siete pares de gemelos así concebidos dieron lugar a las estrellas y los planetas. En otras mitologías los eclipses estaban asociados a acciones de terror; los chinos y los indígenas imaginaban que durante los eclipses unos perros furiosos desgarraban con sus dientes al Sol y a la <strong>Luna</strong>; en Yugoslavia se creía que eran los vampiros; mientras que los egipcios hablaban de una serpiente. Los eclipses se pueden producir durante las fases de conjunción o luna nueva y oposición o plenilunio. <strong>La</strong> <strong>Luna</strong> en conjunción debería siempre ocultar al Sol e, igualmente, debería producirse un eclipse total de luna en cada oposición o luna llena. Pero esto no sucede así debido a que la órbita lunar se halla inclinada respecto a la terrestre, y sólo cuando tiene lugar un nodo, es decir, cuando las órbitas se encuentran en un determinado punto y la luna sea nueva encontrándose los tres cuerpos celestes en línea casi recta, es que se produce el eclipse de sol. Estos eclipses pueden ser totales o parciales, según la luna oculte una parte o la totalidad del disco solar. En el caso de que oculte solamente el centro, los eclipses se denominan anulares. Anualmente se pueden producir un mínimo de dos y un máximo de seis o siete eclipses de ambas clases, que resultan visibles en una zona terrestre. Los eclipses de luna son parciales o totales, nunca anulares, debido al tamaño superior del Sol. Eclipse de luna Desaparición de la <strong>Luna</strong> en el cono de sombra de la Tierra. Los eclipses de luna son totales o parciales. Se producen en luna llena cuando en este momento la <strong>Luna</strong> está lo suficientemente próxima a la eclíptica sobre la que su órbita está inclinada (Figura 14). Para la cultura inca el eclipse de luna estaba motivado, según sus mentalidades, por una enfermedad o por un ataque de un feroz puma y una bravía serpiente. Temían angustiosamente que acabara de oscurecerse, hecho que, de llegar a producirse, representaba su muerte y caída desde el firmamento, aplastando a todos los runas hasta matarlos y destruir el mundo. Un eclipse lunar, en consecuencia, provocaba pánico. Por eso, desde que se iniciaba tocaban trompetas (pututos o bocinas de caracolas marinas), tambores de diversos tamaños y todo instrumento con el que podían hacer ruido. Amarraban a sus perros, grandes y chicos, dándoles de palos para que ladrasen y aullasen a la <strong>Luna</strong>. Creían a pie juntillas que la <strong>Luna</strong> guardaba muchísima estimación a los canes por cierto servicio que le habían hecho estos animales. Obligaban a sus hijos y a cualquier otro muchacho para que llorasen a voces, pronunciando a gritos “mamaquilla!” (madre <strong>Luna</strong>), implorándole no desfalleciese para evitar la desaparición de la humanidad y del planeta. Suscitaban una confusión y un ruido ensordecedores, en verdad indescriptibles. <strong>La</strong> gravedad del desmejoramienn la mitología dahomey, Mawu era la <strong>Luna</strong> y su gemelo Lisa era el Sol. Durante los eclipses los dos astros hacen el amor y los siete pares de gemelos así concebidos dieron lugar a las estrellas y los planetas. 57
LA LUNA “EL SOL NOCTURNO EN LOS TRÓPICOS Y SU INFLUENCIA EN LA AGRICULTURA” 58 Figura 14. Eclipse de <strong>Luna</strong>