breve_historia_del_neoliberalismo._harvey
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acciones» y, en ocasiones, se les concedió un salario anual cien veces más elevado que<br />
el salario medio de sus trabajadores 216 . Los directivos de la Tsingtao Brewery, que se<br />
convirtió en una compañía privada en 1993, no sólo han llegado a poseer un amplio<br />
porcentaje de las acciones de un lucrativo negocio (que está aumentado su presencia<br />
nacional y su poder oligopolista a través de la adquisición de muchas fábricas locales de<br />
elaboración de cerveza) sino que también se asignan a sí mismos magníficos salarios<br />
como gerentes de la compañía. Las relaciones privilegiadas entre los miembros <strong>del</strong><br />
partido, los funcionarios <strong>del</strong> gobierno y los empresarios privados con los bancos también<br />
han desempeñado un importante papel. Los gestores de las empresas recién privatizadas<br />
que ha recibido un cierto número de acciones pueden solicitar créditos a los bancos (o a<br />
los amigos) para comprar las acciones restantes a los trabajadores (en ocasiones de<br />
manera coercitiva utilizando, por ejemplo, la amenaza de efectuar despidos). Dado que<br />
un gran número de préstamos bancarios están en situación de impago, los nuevos<br />
propietarios o bien exprimen las compañías hasta el límite (la adquisición de empresas<br />
en crisis para vender sus bienes está a la orden <strong>del</strong> día) o bien encuentran formas para no<br />
abonar sus deudas sin declararse en quiebra (la ley que regula el estado de quiebra tiene<br />
un deficiente desarrollo). Cuando el Estado toma 45.000 millones de dólares ganados a<br />
costa <strong>del</strong> sudor de una fuerza de trabajo fuertemente explotada y los utiliza para rescatar<br />
a los bancos cubriendo sus créditos fallidos, entonces, bien puede ser que estemos ante<br />
una redistribución de la riqueza desde las capas más bajas de la sociedad hacia las más<br />
altas y no ante una cancelación de malas inversiones. Los directivos sin escrúpulos<br />
pueden adquirir el control de las nuevas corporaciones recién privatizadas así como sus<br />
activos de manera facilísima y utilizarlas para su propio enriquecimiento personal.<br />
El capital autóctono también está desempeñando un papel cada vez más relevante en la<br />
creación de riqueza. Tras haberse beneficiado de más de veinte años de transferencia de<br />
tecnología a través de empresas conjuntas, dichosas por su acceso a un profuso caudal de<br />
trabajo cualificado y de habilidades gerenciales y, sobre todo, cabalgando los «espíritus<br />
animales» de la ambición empresarial, muchas firmas chinas se ha aupado ahora a una<br />
posición que les permite competir con rivales extranjeros no sólo en el mercado doméstico<br />
sino también en la arena internacional. Y ésto ya no ocurre únicamente en los sectores de<br />
bajo valor añadido. El actual octavo fabricante de ordenadores <strong>del</strong> mundo, por ejemplo,<br />
es una compañía creada en 1984 por un grupo de científicos chinos patrocinados con<br />
fondos <strong>del</strong> gobierno. A finales de la década de 1990, dejó de ser un mero distribuidor<br />
para convertirse en fabricante y hacerse con la mayor cuota <strong>del</strong> mercado chino de<br />
ordenadores. Lenovo, tal y como ahora se conoce a esta sociedad, se encuentra en estos<br />
momentos atrapada en una feroz guerra de competencia contra grandes actores de la<br />
industria y acaba de adquirir la línea de ordenadores personales de IBM para obtener un<br />
mejor acceso al mercado global. El acuerdo (que, dicho sea de paso, amenaza la<br />
216 L. Shi, «Current Conditions of China's Working Class», cit.<br />
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