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La fuente eterna<br />
de la consciencia<br />
<br />
<br />
El Buda explicó como entender lo Eterno en nosotros en<br />
El Sutra Surangama (2009) de la tradición Budista Zen Mahayana.<br />
El Rey Prasenajit, él que tenía 62 años, se preocupaba mucho por<br />
<br />
dicho que después de la muerte, no existe nada, que se deja de<br />
existir por completo. Pero el Buda le mostró, por medio de un<br />
argumento racional, la Verdad de lo que es eterno en nosotros.<br />
Primero, el Buda le preguntó si su cuerpo era indestructible<br />
como un diamante o si el cuerpo se descompone poco a poco. El rey<br />
le dijo que el cuerpo se descompone. El Buda le preguntó ¿cómo se<br />
sabe este hecho? El rey respondió que al comparar su cuerpo ahora<br />
con el que tenía en su juventud, cuando era niño, con la piel suave y<br />
lisa, con mucha energía vital, pues ya en su vejez, su cuerpo faltaba<br />
<br />
viejo. Aunque fueron sutiles y lentas, se observaban las diferencias<br />
marcando los 10, 20, hasta los 60 años, que se podía ver este proceso<br />
año tras año, mes tras mes, día tras día.<br />
Se da cuenta que el cambio sigue en cada instante,<br />
cada momento, en cada pensamiento, hasta la<br />
muerte. Aquí el Buda le señaló, mientras el cuerpo<br />
perece, hay algo que no. Para demostrar este hecho,<br />
le preguntó, ¿cuándo fue la primera vez que vio el sagrado<br />
rio Ganges? El rey respondió fue cuando tenía<br />
3 años. Luego, el Buda le comentó que mientras tenía<br />
3 años cuando vio la primera vez el rio Ganges,<br />
¿cómo fue cuando tenía 13 años? El rey contestó<br />
que era igual a como se veía ahora ya<br />
teniendo 62 años. El Buda le dijo que aunque<br />
el rey se preocupaba por su cara arrugada<br />
y su cabello blanco, ¿se había cambiado su<br />
consciencia visual desde 3 años a 62 años?<br />
El rey contestó que no. Entonces, el Buda<br />
le explicó que aunque el cuerpo está sujeto<br />
a los cambio llegando a la muerte, lo que no<br />
cambia, su naturaleza esencial, su consciencia<br />
manifestándose por medio de su visión,<br />
no cambia en absoluto. Por tanto, lo<br />
que no cambia, no nace ni muere.<br />
Entonces, no debería preocuparse,<br />
puesto que es eterno.<br />
Ozmo Piedmont, Ph.D.<br />
Meditación Budista Zen (MBZ)<br />
Teléfono: (33) 1523-7115<br />
meditacionbudistazen.blogspot.com<br />
ozmoofoz@gmail.com<br />
AUTOR<br />
LA CALMA LÚCIDA<br />
En el Budismo Zen, se enseña que lo que no tiene comienzo<br />
ni fin es nuestra Naturaleza Búdica, la que se experimenta<br />
como la calma lúcida, o la lucidez calmada. El gran maestro<br />
Zen Coreano Chinul, del siglo 12 DC, enseñaba que se puede<br />
experimentar esta esencia directamente por medio de voltear<br />
la luz adentro e iluminar hacia tu naturaleza interior (Buswell,<br />
1991). No es algo que se tarda años en conseguir, sólo sabiéndolo<br />
y volviéndose adentro, se puede experimentar como<br />
un despertar repentino.<br />
Otro maestro Zen contemporáneo, Jeff Shore (2011), hace<br />
eco de lo mismo, instruyéndonos a detenernos, tomando un<br />
paso atrás en la mente, para ver la fuente de la consciencia.<br />
Esta consciencia normalmente se dirige siempre hacia algo,<br />
o sean objetos externos, estados mentales, o pensamientos.<br />
Pero al momento de volverse la consciencia hacia sí<br />
misma, se descubre lo que no cambia nunca, lo que no tiene<br />
perimentar<br />
esta fuente como la calma tranquila y quieta. Al<br />
mismo tiempo, se debe notar que esta calma es una percepción<br />
lúcida, alerta, y concentrada. La combinación de<br />
estas dos cualidades, la calma tranquila como esencia y la<br />
consciencia lúcida como función, es la fuente en sí de todo.<br />
Sin embargo, al darse cuenta de esta fuente,<br />
es necesario practicar espiritualmente para<br />
que se elimine todo lo que obstruya esta percepción<br />
continua en cada minuto. El maestro<br />
Chinul se lo llamaba el despertar repentino<br />
y el cultivo gradual. Aunque se puede despertar<br />
a la Realidad instantáneamente, se<br />
requiere práctica gradual, quizás durante largo<br />
tiempo, para llegar a ser un Buda, alguien<br />
sin egoísmo, sin tendencias las que causan sufrimiento<br />
ni a otros ni a sí mismo. Por eso,<br />
se medita cada día y se aplica la ética<br />
como una forma de lograr la Budeidad,<br />
la realización de la consciencia<br />
plena de la Mente.<br />
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ENSEÑANZAS ANCESTRALES