II Edición - Tribunal Electoral

Boletín Informativo
Enero 2013
El traslado de la ciudad de Panamá
Por Roger Serrano
Después de la destrucción de Panamá la Vieja, por el pirata Henry Morgan, con
casi 3,000 muertos, y la pérdida de muchos bienes materiales, la Corona española
pone al mando del traslado de la ciudad al Gobernador don Antonio Fernández de
Córdoba y Mendoza, especialista en construcción de fortificaciones.
El trauma de la invasión de Morgan fue muy lejos y llevó a los administradores
del paso transístmico a encerrarse, dejando fuera de las murallas a los negros, los
mulatos, los zambos, los mestizos, los pobres.
Los de afuera como se le llamaba a los del arrabal, establecieron sus ranchos de
paja, que luego se convertirían en “cuartos de la gente pobre con sus chiquillos
descalzos”, y aunque el sol se negaba a entrar, salieron como relucientes estrellas:
José D. Espinar, Demetrio Korsi, Demetrio Herrera Sevillano, y muchos otros,
que a su paso, dejaron una estela de gloria nacional.
En la nueva ciudad de Panamá, trasladada el 21 de enero de 1673, se vivieron
eventos importantes en el devenir de la nación: la independencia de España, la
unión a Colombia, la construcción del ferrocarril, el canal francés, la separación de
Colombia, tratados del Canal y construcción por los norteamericanos.
“Hice la Puerta de
Tierra, y ahora no
puedo entrar, me
dijo el blanco de
adentro, que me
vaya al arrabal”.
Roger Serrano
En el segundo decenio del siglo XX, se escuchó una nueva tonada, cantada en los
barrios populares. “Se fueron pa’ Bella Vista, los rabiblancos de Panamá” y con ese
otro traslado ya no se escuchó más la otra tonada “Día de la Candelaria, vísperas
de San Juan, a las muchachas de adentro, se les quemó la ciudad”.
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