Discurso que pronunció el Presidente del Consejo Directivo de la ...

DISCURSO DEL LIC. HERIBERTO CASTILLO VILLANUEVA, PRESIDENTE DEL CONSEJO
DIRECTIVO DE LA ASOCIACION NACIONAL DEL NOTARIADO MEXICANO, DURANTE LA
INAUGURACIÓN DE LA CELEBRACION DE LOS NOTARIADOS DE AMÉRICA EN EL
BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA.
Guanajuato, Gto., septiembre 2 de 2010.
Dr. Gerardo Mosqueda Martínez, Secretario General
representación del Lic. Juan Manuel Oliva Ramírez,
Gobernador Constitucional del Estado de Guanajuato;
de Gobierno del Estado de Guanajuato, en
Dr. Eduardo Gallino,
Presidente de la Unión Internacional del Notariado;
Lic. Felipe de Jesús Zamora Castro,
Subsecretario de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación;
Not. Francisco Xavier Arredondo Galván, Vicepresidente de la Zona Norte, Centro y del Caribe de la
Unión Internacional del Notariado;
Not. Alfonso Zermeño Infante, Presidente de la Comisión de Asuntos Americanos de la Unión
Internacional del Notariado;
Lic. Carlos Alberto Casas Razo, Presidente del Colegio de Notarios del Estado de Guanajuato;
Estimadas y estimados colegas notarios de America, de Europa y por supuesto de México;
Señoras y señores:
Es un acontecimiento particularmente feliz que esta reunión de la “Celebración de los Notarios de América en el
Bicentenario de la Independencia”, se efectúe en este mes y en este año tan significativos para nuestros países,
y que la sede sea el estado de Guanajuato, cuna de nuestra independencia nacional.
La concurrencia de tantas circunstancias no puede ser obra de la casualidad. Es, más bien, la expresión
genuina de los numerosos lazos que nos unen a los mexicanos como nación, y a México con el conjunto de
América Latina. Es, también, la determinación de un compromiso, de las muchas tareas que tenemos por
delante para hacer de nuestra América una hazaña de progreso, de libertad, de equidad, como lo quisieron
nuestros padres fundadores.
Aprecio por ello la generosa hospitalidad del gobierno del estado de Guanajuato y, muy en especial, de su titular,
el Licenciado Juan Manuel Oliva Ramírez, que nos ha recibido con amistad y calidez, y a quien felicitamos
por su visión innovadora y por darnos la oportunidad de realizar nuestros trabajos en estas flamantes y
extraordinarias instalaciones de la Expo Guanajuato Bicentenario.

Me complace, igualmente, la asistencia del señor Presidente de la Unión Internacional del Notariado, doctor
Eduardo Gallino y de nuestros colegas de America y Europa, que se han unido a este evento que forma parte
de las celebraciones por el Bicentenario de la Independencia.
Si la historia es madre y maestra, la reflexión sobre nuestra historia bicentenaria tiene que ser, más que una
evocación de lo que hemos sido, el trazo de lo que queremos ser, el proyecto de futuro que debe fortalecer
nuestra cohesión social y el mapa de navegación que nos conduzca hacia un destino mejor.
América Latina tiene hoy muchas cosas de las cuales estar orgullosa. Quizá como nunca antes casi toda la
región vive bajo un régimen democrático. En todos los países se ha producido un avance muy importante en la
provisión de educación, de salud y de servicios públicos. Por vez primera en muchos años las cifras de pobreza
han disminuido y tras la crisis financiera de 2008 fuimos quizá la región mejor librada de los efectos negativos
que, en cambio, provocó en economías muy desarrolladas.
Pero al mismo tiempo enfrentamos problemas estructurales más complejos que son conocidos por nosotros,
como por ejemplo las tasas de crecimiento aún no son suficientes ni sostenidas para brindar bienestar a
porciones más extensas de la comunidad.
Con esa perspectiva, creemos que hay 2 tareas de largo alcance que deben ocupar nuestros afanes y nuestro
compromiso en los próximos años. Una tiene que ver con la calidad institucional y el estado de derecho y la otra
con el crecimiento de nuestras economías.
Por otra parte hemos llegado ahora a las fechas centrales del calendario cívico e histórico de México –
el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución- y los mexicanos aspiramos a vivir en un
país cada vez mejor, donde la seguridad y la confianza sean los pilares que nutren la convivencia civilizada, y
donde la equidad es el lazo principal de cohesión social.
Los notarios de México tenemos en todo ello un deber y una responsabilidad. Como lo expresé recientemente
al Presidente de la República en la presentación de las iniciativas contra el lavado de dinero, los notarios de
México, dentro del orden normativo que nos rige y la realidad social en que actuamos, estamos comprometidos
y abonando a la construcción del siempre complejo edificio del estado de derecho.
Consolidar este principio es esencial para que México viva en un ambiente compartido de justicia y de
estabilidad, hoy indispensables para superar nuestros problemas coyunturales y para crecer como país y como
individuos.
Los notarios debemos seguir trabajando de manera innovadora, con mayor eficacia y profesionalismo, con un
sentido de anticipación a los nuevos desafíos que esta época cambiante y vertiginosa nos plantea.
Los notarios somos un elemento de competitividad nacional. Por ello, en nuestra agenda ocupa un lugar
prioritario la capacitación permanente, la actualización y la digitalización de nuestras actividades para hacer
cada vez más eficientes los servicios que prestamos.

En la medida en que hagamos mejor nuestro trabajo, que introduzcamos mejores prácticas y nuevas
tecnologías, que respondamos de manera más ágil y oportuna a las necesidades de quienes se acercan con un
notario, estaremos apoyando activa e intensamente el crecimiento de la economía y la cultura de la legalidad.
Hoy reiteramos nuestros compromisos con los valores que nos unen como mexicanos y como latinoamericanos.
Hoy reafirmamos que estamos en favor de la legalidad, de la estabilidad, de la seguridad, de la cohesión social
y del respeto a las diferencias.
Señor Secretario General de Gobierno,
Señor Subsecretario,
Estimados colegas,
Señoras y señores:
La historia tiene la virtud de aleccionarnos para no cometer los mismos errores.
Venimos de un pasado grandioso que se expresa en las artes y en la arquitectura. De grandes civilizaciones
que aportaron al mundo conocimiento y creatividad. De naciones que ahora hace 200 años realizaron gestas
heroicas a favor de su libertad, de su soberanía, del derecho a vivir como naciones independientes y darse a sí
mismas el régimen político y constitucional que querían.
Hemos aprendido mucho de estos acontecimientos. Y ello debe ser el motor que ahora nos mueva hacia nuevos
y más ambiciosos objetivos. Hoy soberanía, libertad e independencia quieren decir bienestar, equidad, progreso
y calidad de vida para todos. Y este es el cemento que nos debe unir en los tiempos por venir.
Dicen que es sabio aquel que siempre encuentra algo que aprender de otro ser humano. Los pueblos, también,
se enriquecen de muchas formas. Se enriquecen por el progreso material, pero también se enriquecen por ese
otro progreso, más tenue, más complejo, más difícil de aprehender, que es la incorporación y asimilación de
distintas culturas. No para erradicarlas, sino para potenciarlas, entendiendo que un país es más rico, una
sociedad es más abierta cuando es capaz de preservar distintas culturas, de ser una y distinta a la vez.
Eso es lo que somos en América Latina. Una y distinta. Una y variada. Allí radica nuestra fuerza, en que seamos
capaces de tener una identidad latinoamericana que a su vez nos permita tener, en un mundo que será cada vez
más global, una expresión de lo que somos, de nuestras raíces, de nuestra pertenencia, de nuestros valores,
y de nuestras identidades. Debemos reflexionar que en determinadas circunstancias podemos tener un frente
común ante los retos que se nos presenten.
Con ese espíritu los notarios, seguiremos desempeñando nuestras tareas con verticalidad y rectitud, con
sentido ético y transparencia, defendiendo e impulsando plenamente los valores que orientan nuestra profesión:
la verdad, la seguridad jurídica, la imparcialidad, la prudencia y la búsqueda del bien común.
Ese es nuestro compromiso. Esa nuestra meta.
Muchas gracias.