16.11.2014 Views

primer libros cincuenta sombras de Grey

primer libros cincuenta sombras de Grey

primer libros cincuenta sombras de Grey

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Ah, no, señorita Steele, ya le he hecho <strong>de</strong>masiadas concesiones esta noche. La<br />

respuesta es no.<br />

—¿No?<br />

—No.<br />

Vaya, contra eso no puedo discutir… ¿o sí?<br />

—Mira, estás cansada, y yo también. Vámonos a la cama y ya está —dice,<br />

observándome con <strong>de</strong>tenimiento.<br />

—¿Así que el que te toquen es uno <strong>de</strong> tus límites infranqueables?<br />

—Sí. Ya lo sabes.<br />

—Dime por qué, por favor.<br />

—Ay, Anastasia, por favor. Déjalo ya —masculla exasperado.<br />

—Es importante para mí.<br />

Vuelve a pasarse ambas manos por el pelo y maldice por lo bajo. Da media<br />

vuelta y se acerca a la cómoda, saca una camiseta y me la tira. La cojo, pensativa.<br />

—Póntela y métete en la cama —me espeta molesto.<br />

Frunzo el ceño, pero <strong>de</strong>cido complacerlo. Volviéndome <strong>de</strong> espaldas, me quito<br />

rápidamente el sujetador y me pongo la camiseta lo más rápido que puedo para<br />

cubrir mi <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>z. Me <strong>de</strong>jo las bragas puestas… he ido sin ellas casi toda la<br />

noche.<br />

—Necesito ir al baño —digo con un hilo <strong>de</strong> voz.<br />

Frunce el ceño, aturdido.<br />

—¿Ahora me pi<strong>de</strong>s permiso?<br />

—Eh… no.<br />

—Anastasia, ya sabes dón<strong>de</strong> está el baño. En este extraño momento <strong>de</strong> nuestro<br />

acuerdo, no necesitas permiso para usarlo.<br />

No pue<strong>de</strong> ocultar su enfado. Se quita la camiseta y yo me meto corriendo en el<br />

baño.<br />

Me miro en el espejo gigante, asombrada <strong>de</strong> seguir teniendo el mismo aspecto.<br />

Después <strong>de</strong> todo lo que he hecho hoy, ahí está la misma chica corriente <strong>de</strong> siempre<br />

mirándome pasmada. ¿Qué esperabas, que te salieran cuernos y una colita<br />

puntiaguda?, me espeta mi subconsciente. ¿Y qué narices haces? Las caricias son<br />

uno <strong>de</strong> sus límites infranqueables. Demasiado pronto, imbécil. Para po<strong>de</strong>r correr<br />

tiene que andar <strong>primer</strong>o. Mi subconsciente está furiosa, su ira es como la <strong>de</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!