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oletín de la <strong>maternidad</strong><br />
CONTENIDOS | JUNIO DE 2012<br />
¿QUÉ ES EL OBSERVATORIO<br />
DE LA MATERNIDAD?<br />
La Fundación Observatorio de la Maternidad es un<br />
centro de estudios sin fines de lucro, cuya misión<br />
es promover el valor social de la <strong>maternidad</strong>.<br />
P<strong>ar</strong>a ello, se incentiva la generación de información<br />
y conocimiento especializado y actual, que integre<br />
los aspectos sociales, laborales, educativos y de<br />
salud, y contribuya a ilumin<strong>ar</strong> la realidad y los problemas<br />
relacionados con el fenómeno de la <strong>maternidad</strong>.<br />
El objetivo es aport<strong>ar</strong> soluciones creativas<br />
y de implementación factible, a fin de mejor<strong>ar</strong> la<br />
calidad de las políticas públicas y privadas dirigidas<br />
a las madres, sus hijos y sus familias.<br />
BOLETÍN DE LA MATERNIDAD<br />
Es una gacetilla informativa que procura condens<strong>ar</strong><br />
y divulg<strong>ar</strong> opiniones, estudios e iniciativas vinculados<br />
a la <strong>maternidad</strong>, de elaboración propia o de<br />
terceros.<br />
Cada número del Boletín –de difusión cuatrimestral–<br />
incluye una columna de opinión, una entrevista<br />
a profesionales o especialistas, una sección<br />
de tendencias que ab<strong>ar</strong>ca las novedades sobre <strong>maternidad</strong>,<br />
y una nota sobre políticas y programas<br />
públicos o privados a favor de la madre, sus hijos<br />
y su familia.<br />
EQUIPO DE TRABAJO<br />
Coordinación editorial y redacción:<br />
Lic. C<strong>ar</strong>ina Lupica y Lic. Gisell Cogliandro<br />
Fotografía: google images<br />
ISSN: 1851-3395<br />
www.o-<strong>maternidad</strong>.<strong>org</strong>.<strong>ar</strong><br />
APOYO INSTITUCIONAL<br />
La distribución postal del Boletín<br />
de la Maternidad nº 15 se realiza<br />
gracias al apoyo de:<br />
Grupo Logístico Andreani<br />
n° 15<br />
columna de opinión<br />
escen<strong>ar</strong>io local<br />
paternidad, educación y trabajo<br />
el acceso a las oportunidades y capacidades<br />
básicas p<strong>ar</strong>a el des<strong>ar</strong>rollo<br />
PÁGINA 2<br />
en los últimos cinco años los hombres con responsabilidades famili<strong>ar</strong>es han<br />
alcanzado mejoras en los niveles básicos de educación y en la p<strong>ar</strong>ticipación<br />
laboral. sin emb<strong>ar</strong>go, la mitad de ellos (48,7%) no logró complet<strong>ar</strong> el nivel<br />
secund<strong>ar</strong>io y el 41,7% tiene un empleo informal.<br />
por c<strong>ar</strong>ina lupica<br />
profesionales y <strong>maternidad</strong><br />
el nuevo proyecto de ley p<strong>ar</strong>a<br />
ampli<strong>ar</strong> las licencias por <strong>maternidad</strong><br />
y paternidad que se está debatiendo<br />
en Diputados<br />
PÁGINA 9<br />
héctor recalde, presidente de la comisión de legislación del trabajo de la cám<strong>ar</strong>a<br />
de diputados de la nación, analiza la nueva iniciativa, sus implicancias y las<br />
posibilidades de que se convierta en ley.<br />
por gisell cogliandro<br />
tendencias<br />
PÁGINA 12<br />
hijos más t<strong>ar</strong>de y en vínculos<br />
consensuales: los principales cambios<br />
del perfil demográfico de la paternidad<br />
una c<strong>ar</strong>acterística común a hombres y mujeres que habitan hog<strong>ar</strong>es bip<strong>ar</strong>entales<br />
es que, pese a que la mayoría de ellos están casados cuando tienen hijos, se<br />
registra una tendencia creciente de los que conviven en uniones de hecho.<br />
por c<strong>ar</strong>ina lupica<br />
políticas y programas<br />
hombres, paternidad y cuidado<br />
algunos hallazgos de la encuesta internacional de<br />
masculinidades y equidad de género (IMAGES) en<br />
Brasil, Chile y México.<br />
PÁGINA 16<br />
por francisco aguayo, eme- cultura salud (chile); g<strong>ar</strong>y b<strong>ar</strong>ker, instituto<br />
promundo (brasil-us) y pablo correa, mmc (chile)<br />
(PÁGINA 1)
COLUMNA DE OPINIÓN<br />
escen<strong>ar</strong>io local<br />
paternidad, educación<br />
y trabajo<br />
el acceso a las oportunidades<br />
y capacidades básicas p<strong>ar</strong>a<br />
el des<strong>ar</strong>rollo<br />
por C<strong>ar</strong>ina Lupica<br />
Según el enfoque sobre des<strong>ar</strong>rollo humano<br />
propuesto por el Programa de<br />
las Naciones Unidas p<strong>ar</strong>a el Des<strong>ar</strong>rollo,<br />
este existe si en una sociedad se logra<br />
cre<strong>ar</strong> un entorno en el que las personas<br />
puedan hacer plenamente realidad sus<br />
posibilidades y vivir en forma productiva<br />
y creadora de acuerdo con sus necesidades<br />
e intereses (PNUD, 2001, citado<br />
en PNUD, 2010: 33).<br />
A p<strong>ar</strong>tir de esta orientación, se propone<br />
aquí adopt<strong>ar</strong> la perspectiva de las capacidades<br />
a fin de observ<strong>ar</strong> el progreso de<br />
las sociedades conforme a la afirmación<br />
de que las personas concretas deben ser<br />
actores y benefici<strong>ar</strong>ios del des<strong>ar</strong>rollo y<br />
de la creatividad de la sociedad.<br />
Si se considera que las capacidades son<br />
“aquellos bienes creados por la sociedad<br />
de los que las personas se apropian<br />
–como salud, p<strong>ar</strong>ticipación, ingresos,<br />
educación, seguridad, sentido de pertenencia–<br />
y que les permiten en mayor o<br />
menor medida elegir libremente y realiz<strong>ar</strong><br />
efectivamente sus proyectos de vida”<br />
(PNUD, 2010: 33-34), resulta entonces<br />
pertinente centr<strong>ar</strong> esta indagación sobre<br />
aquellas desigualdades que se hallan en<br />
las capacidades de las personas a la hora<br />
de adquirir conocimientos que faciliten<br />
el desenvolvimiento de sus potencialidades,<br />
su p<strong>ar</strong>ticipación de la vida social<br />
(educación) y el acceso a recursos y<br />
oportunidades económicas p<strong>ar</strong>a disfrut<strong>ar</strong><br />
de un nivel de vida decente (empleo<br />
e ingresos).<br />
Se cuestiona esencialmente cuáles han<br />
sido los avances en este tema en los últimos<br />
cinco años y cuáles los obstáculos<br />
que restringen el acceso de las personas<br />
a estas capacidades y recursos básicos.<br />
En especial, se intenta analiz<strong>ar</strong> de qué<br />
manera la convivencia cotidiana con<br />
hijos e hijas afecta las posibilidades de<br />
des<strong>ar</strong>rollo social, cultural y económico<br />
de los hombres en comp<strong>ar</strong>ación con las<br />
madres, ya que el acceso a aquellos bienes<br />
básicos por p<strong>ar</strong>te de hombres y de<br />
mujeres que tienen responsabilidades<br />
famili<strong>ar</strong>es son cuestiones que superan<br />
su individualidad y afectan las condiciones<br />
de vida en las que nacen y crecen<br />
sus hijos e hijas. Es decir, que tienen<br />
impacto en el presente y también en el<br />
futuro de las nuevas generaciones.<br />
A su vez, esta realidad impone nuevos retos<br />
a las agendas y políticas públicas p<strong>ar</strong>a<br />
poder satisfacer las necesidades ciertas<br />
de los individuos y de la comunidad.<br />
1. Acceso a la educación<br />
En la Argentina, la Ley de Educación<br />
Nacional N° 26.206 (2006) establece<br />
que la educación formal es obligatoria<br />
hasta termin<strong>ar</strong> el nivel secund<strong>ar</strong>io de<br />
estudios. Sin emb<strong>ar</strong>go, uno de cada dos<br />
hombres que conviven con hijos 1 –el<br />
48,7%– no completó los doce años de<br />
estudios que se consideran como mínimos<br />
p<strong>ar</strong>a poder acceder a un trabajo<br />
que les permita conseguir el bienest<strong>ar</strong><br />
famili<strong>ar</strong> (Cepal, 1994: 95). Dentro de<br />
este grupo de hombres, el 4,7% no logró<br />
siquiera complet<strong>ar</strong> la educación prim<strong>ar</strong>ia,<br />
mientras el 44% restante finalizó<br />
el nivel prim<strong>ar</strong>io de estudios pero no el<br />
secund<strong>ar</strong>io.<br />
En contraposición a lo que expresan<br />
tales gu<strong>ar</strong>ismos, en la cúspide de la pirámide<br />
educativa se halla el 25% de los<br />
hombres que conviven con hijos que pas<strong>ar</strong>on<br />
por la universidad, 14,4% de los<br />
cuales concluyeron los estudios terci<strong>ar</strong>ios<br />
o universit<strong>ar</strong>ios.<br />
Pero, los v<strong>ar</strong>ones que son jefes de hog<strong>ar</strong><br />
o cónyuges y conviven con hijos alcanzan<br />
menores niveles educativos que<br />
aquellos que no comp<strong>ar</strong>ten con hijos la<br />
vida di<strong>ar</strong>ia. Así, el 26,8% de los jefes de<br />
hog<strong>ar</strong> o cónyuges en hog<strong>ar</strong>es sin hijos<br />
complet<strong>ar</strong>on los estudios terci<strong>ar</strong>ios o<br />
universit<strong>ar</strong>ios frente al 14,4% entre los<br />
que habitan hog<strong>ar</strong>es en los cuales hay<br />
hijos 2 . Y lo mismo sucede si se coteja<br />
la base de la pirámide educativa: mientras<br />
el 48,7% de los hombres con hijos<br />
tienen bajo nivel educativo, ese porcentaje<br />
se reduce prácticamente a la mitad<br />
(25,6%) entre los que no conviven con<br />
descendencia (gráfico 1).<br />
¿A qué se debe este rezago entre los<br />
hombres que conviven con hijos si los<br />
niveles de educación de la población en<br />
general mejor<strong>ar</strong>on y se alcanzó la cobertura<br />
casi universal del nivel básico?<br />
¿Cómo han sido estos avances en los últimos<br />
cinco años?
Gráfico 1: Nivel educativo de mujeres y de hombres de 14 a 49 años según posición de p<strong>ar</strong>entesco. Total aglomerados<br />
urbanos. Año 2010.<br />
bajo medio alto superior<br />
100%<br />
80%<br />
60%<br />
40%<br />
20%<br />
17,2%<br />
18,5%<br />
20,6%<br />
43,7%<br />
8,5%<br />
23,3%<br />
18,2%<br />
50,0%<br />
37,7%<br />
31,2%<br />
15,4%<br />
15,7%<br />
21,3%<br />
10,6%<br />
24,4%<br />
43,7%<br />
14,4%<br />
10,6%<br />
26,3%<br />
48,7%<br />
26,8%<br />
26,8%<br />
20,8%<br />
25,6%<br />
5,3%<br />
16,4%<br />
19,6%<br />
58,7%<br />
11,0%<br />
15,5%<br />
22,2%<br />
51,3%<br />
0%<br />
total<br />
restantes<br />
no<br />
convive<br />
con<br />
hijos<br />
convive<br />
con<br />
hijos<br />
convive<br />
con<br />
hijos<br />
no<br />
convive<br />
con<br />
hijos<br />
restantes<br />
total<br />
mujeres<br />
hombres<br />
Fuente: Observatorio de la Maternidad. Elaboración propia sobre la base de la EPH 4° trimestre 2010.<br />
Notas: Bajo: Prim<strong>ar</strong>ia incompleta, Prim<strong>ar</strong>ia completa y Secund<strong>ar</strong>ia incompleta. Medio: Secund<strong>ar</strong>ia completa. Alto: Universit<strong>ar</strong>ia incompleta. Superior: Universit<strong>ar</strong>ia completa.<br />
En primer lug<strong>ar</strong>, hay que acl<strong>ar</strong><strong>ar</strong> que los<br />
principales adelantos educativos entre<br />
los hombres se han producido en la alfabetización,<br />
asistencia y conclusión del<br />
nivel básico de estudios: la proporción<br />
de hombres con hijos que tienen hasta<br />
prim<strong>ar</strong>io incompleto se redujo alrededor<br />
de un 30% (de 7% en 2006 a 4,7% en<br />
2010), y mermó un 7% la de aquellos<br />
que tienen hasta el secund<strong>ar</strong>io incompleto<br />
(de 47,2% en 2006 a 44% en 2010).<br />
Nótese una diferencia respecto al avance<br />
educativo de las mujeres. La situación<br />
educativa de las madres supera a la de<br />
los hombres que conviven con hijos: el<br />
43,7% de ellas tienen un nivel educativo<br />
bajo (hasta secund<strong>ar</strong>io incompleto);<br />
24,4%, medio (secund<strong>ar</strong>io completo);<br />
10,6%, alto (terci<strong>ar</strong>io o universit<strong>ar</strong>io incompleto);<br />
y 21,3%, superior (terci<strong>ar</strong>io o<br />
universit<strong>ar</strong>io completo). Mientras que,<br />
entre ellos, estos porcentajes son: 48,7%;<br />
26,3%; 10,6%; y 14,4%, respectivamente.<br />
Ellas no solo han mejorado en los niveles<br />
básicos de estudios, sino que han<br />
adelantado más en la finalización de los<br />
estudios superiores de educación. En<br />
consecuencia, la brecha de egresos universit<strong>ar</strong>ios<br />
entre hombres y mujeres se<br />
amplió en los últimos cinco años, de 5,3<br />
puntos porcentuales a 6,9 puntos porcentuales.<br />
Así pues, en 2006 el 18,6%<br />
de las madres y el 13,2% de los hombres<br />
que convivían con hijos tenían estudios<br />
universit<strong>ar</strong>ios o terci<strong>ar</strong>ios completos, en<br />
Gráfico 2: Nivel educativo de madres y de hombres de 14 a 49 años que conviven con hijos. Total aglomerados<br />
urbanos. Años 2006 y 2010.<br />
2006 2010<br />
50%<br />
40%<br />
30%<br />
20%<br />
10%<br />
7,0<br />
4,7<br />
6,5<br />
4,6<br />
47,2<br />
44,0<br />
42,2<br />
39,1<br />
0%<br />
hombres que<br />
conviven<br />
con hijos<br />
madres<br />
hombres que<br />
conviven<br />
con hijos<br />
madres<br />
hombres que<br />
conviven<br />
con hijos<br />
madres<br />
hombres que<br />
conviven<br />
con hijos<br />
madres<br />
hombres que<br />
conviven<br />
con hijos<br />
madres<br />
23,0<br />
26,3<br />
22,2<br />
24,4<br />
9,5<br />
10,6<br />
10,5<br />
10,6<br />
13,2<br />
14,4<br />
18,6<br />
21,3<br />
hasta pi pc a si sc ui uc<br />
Fuente: Observatorio de la Maternidad. Elaboración propia sobre la base de la EPH 2° semestre 2006 y EPH 4° trimestre 2010.<br />
Notas: PI: Prim<strong>ar</strong>ia Incompleta, PC: Prim<strong>ar</strong>ia Completa, SI: Secund<strong>ar</strong>ia Incompleta, SC: Secund<strong>ar</strong>ia Completa, UI: Universit<strong>ar</strong>ia Incompleta, UC: Universit<strong>ar</strong>ia Completa.<br />
(PÁGINA 3)
Gráfico 3: Condición de actividad de mujeres y de hombres de 14 a 49 años según posición de p<strong>ar</strong>entesco. Total<br />
aglomerados urbanos. Año 2010.<br />
ocupado desocupado inactivo<br />
100%<br />
90%<br />
80%<br />
70%<br />
46,5%<br />
58,4%<br />
20,7%<br />
4,5%<br />
40,1%<br />
1,9%<br />
3,1%<br />
8,3%<br />
3,5%<br />
41,0%<br />
23,0%<br />
5,4%<br />
60%<br />
50%<br />
40%<br />
30%<br />
20%<br />
5,3%<br />
48,2%<br />
6,9%<br />
34,7%<br />
74,8%<br />
3,9%<br />
56,0%<br />
95,0%<br />
88,3%<br />
7,4%<br />
51,6%<br />
71,6%<br />
10%<br />
0%<br />
total<br />
restantes<br />
no<br />
conviven<br />
con hijos<br />
conviven<br />
con hijos con conviven<br />
hijos<br />
no<br />
conviven<br />
con hijos<br />
restantes<br />
total<br />
mujeres<br />
hombres<br />
Fuente: Observatorio de la Maternidad. Elaboración propia sobre la base de la EPH 4° trimestre 2010.<br />
tanto que en 2010 dichos porcentajes<br />
son 21,3% y 14,4%, respectivamente.<br />
No obstante estos avances educativos,<br />
aún existe un gran número de hog<strong>ar</strong>es<br />
dentro de un contexto educativo famili<strong>ar</strong><br />
crítico. En ellos nacen y crecen muchas<br />
niñas y niños en este país: prácticamente<br />
uno de cada dos jefes de hog<strong>ar</strong> o cónyuges<br />
–43,7% de las mujeres y 48,7%<br />
de los v<strong>ar</strong>ones– que conviven con hijos<br />
tiene bajo nivel educativo, pues no culminó<br />
los doce años de estudios que se<br />
consideran obligatorios en la Argentina.<br />
Sin dudas, uno de los grandes desafíos<br />
de nuestro país en materia educativa es<br />
la permanencia y finalización del nivel<br />
medio de estudios de un contingente<br />
importante de personas si se desea romper<br />
con la reproducción de las condiciones<br />
de pobreza de una generación a otra.<br />
2. Acceso al trabajo y a los<br />
ingresos<br />
La trayectoria de inserción de los hombres<br />
en el mercado de trabajo es permanente<br />
y no está condicionada por<br />
la llegada de los hijos, a diferencia de<br />
lo que sucede con las mujeres. Mientras<br />
ellas sufren las “desventajas de la<br />
<strong>maternidad</strong>”, ellos p<strong>ar</strong>ecen goz<strong>ar</strong> de las<br />
“ventajas por la paternidad” en el ámbito<br />
productivo.<br />
Así, los datos estadísticos del Observatorio<br />
de la Maternidad permiten concluir<br />
que cuando hay hijos en el hog<strong>ar</strong><br />
los hombres p<strong>ar</strong>ticipan más en el mercado<br />
de trabajo, mientras que cuando<br />
ellas son madres en muchos casos lo<br />
Gráfico 4: Evolución de la condición de actividad de las madres y de los hombres que conviven con hijos de 14 a<br />
49 años. Total aglomerados urbanos. Años 2006 y 2010.<br />
95,6<br />
95,0<br />
2006 2010<br />
100<br />
80<br />
60<br />
40<br />
20<br />
0<br />
55,7<br />
hombres que<br />
conviven<br />
con hijos<br />
madres<br />
56,0<br />
hombres que<br />
conviven<br />
con hijos<br />
madres<br />
2,9<br />
hombres que<br />
conviven<br />
con hijos<br />
madres<br />
3,1<br />
5,5<br />
3,9<br />
1,5<br />
1,9<br />
38,8<br />
40,1<br />
ocupado desocupado inactivo<br />
Fuente: Observatorio de la Maternidad. Elaboración propia sobre la base de la EPH 2° semestre 2006 y EPH 4° trimestre 2010.
abandonan. P<strong>ar</strong>ticipan del mercado laboral<br />
(están ocupados o desocupados)<br />
el 98,1% de los jefes de hog<strong>ar</strong> o cónyuges<br />
que conviven con hijos y el 91,8%<br />
de los que no conviven con descendencia.<br />
En cambio, la p<strong>ar</strong>ticipación laboral<br />
entre las mujeres es muy distinta según<br />
tengan o no hijos: están insertas<br />
en el ámbito productivo el 79,3% de las<br />
mujeres que no tienen hijos y el 59,9%<br />
de las madres (gráfico 3).<br />
En segundo lug<strong>ar</strong>, en los últimos cinco<br />
años la p<strong>ar</strong>ticipación laboral de los hombres<br />
que conviven con hijos se mantiene<br />
prácticamente constante: el 98,5%<br />
de ellos en 2006 y el 98,1% en 2010.<br />
Aquí se encuentra otra diferencia respecto<br />
a las madres, cuya actividad laboral<br />
disminuye 1,3 puntos porcentuales en el<br />
mismo período de análisis: de 61,2% a<br />
59,9% de 2006 a 2010 (gráfico 4).<br />
La menor intervención en el mercado<br />
de las madres se explica principalmente<br />
por una caída en el nivel de desocupación<br />
(de 5,5% en 2006 a 3,9% en<br />
2010) y un incremento en el nivel de<br />
inactividad (de 38,8% en 2006 a 40,1%<br />
en 2010). Es decir, se trata de mujeres<br />
que “dej<strong>ar</strong>on de busc<strong>ar</strong> trabajo remunerado”<br />
y se quedan a c<strong>ar</strong>go de sus hog<strong>ar</strong>es<br />
y familias.<br />
Si se desagregan los datos estadísticos<br />
por nivel educativo, se corrobora que<br />
se trata de mujeres con menos años<br />
de educación formal: más de la mitad<br />
de las madres en “inactividad laboral”<br />
(51,9%) tienen bajo nivel educativo. Se<br />
trata de mujeres que trabajan por necesidad<br />
y entre quienes la p<strong>ar</strong>ticipación<br />
laboral es más irregul<strong>ar</strong>: ingresan al<br />
mercado de trabajo en momentos de<br />
crisis p<strong>ar</strong>a sostener o contribuir al sostén<br />
económico de sus hog<strong>ar</strong>es p<strong>ar</strong>a luego<br />
retir<strong>ar</strong>se en épocas de crecimiento o<br />
estabilidad económica.<br />
Tercero, la p<strong>ar</strong>ticipación laboral de los<br />
hombres es alta cualquiera sea el nivel<br />
educativo alcanzado: toman p<strong>ar</strong>te del<br />
mercado de trabajo el 99,8% de los<br />
hombres que conviven con hijos que<br />
pudieron complet<strong>ar</strong> la universidad; el<br />
97,7% de los que tienen estudios terci<strong>ar</strong>ios<br />
o universit<strong>ar</strong>ios incompletos; el<br />
99,2% de quienes tienen el secund<strong>ar</strong>io<br />
completo; y el 97,2% de aquellos con<br />
secund<strong>ar</strong>io incompleto y menos años<br />
de escol<strong>ar</strong>ización (gráfico 5).<br />
Esto m<strong>ar</strong>ca otra diferencia en relación<br />
con las madres, ya que ellas se incorporan<br />
en mayor proporción a la fuerza de<br />
trabajo en función de su nivel educativo.<br />
Entre las mujeres que conviven con hijos<br />
lo hacen el 85,2%, 66,7%, 55,9% y 48,1%<br />
de ellas, respectivamente (gráfico 5).<br />
Debido a que la p<strong>ar</strong>ticipación laboral<br />
femenina está en conexión directa con<br />
el nivel educativo alcanzado, las brechas<br />
más reducidas con respecto a los<br />
Gráfico 5: P<strong>ar</strong>ticipación laboral de las madres y de los hombres de 14 a<br />
49 años que conviven con hijos según nivel educativo. Total aglomerados<br />
urbanos. Año 2010.<br />
100%<br />
80%<br />
60%<br />
40%<br />
20%<br />
0%<br />
48,1%<br />
bajo medio alto superior<br />
55,9%<br />
66,7%<br />
85,2%<br />
mujeres que conviven<br />
con hijos<br />
97,2% 99,2% 97,7% 99,8%<br />
hombres que conviven<br />
con hijos<br />
Fuente: Observatorio de la Maternidad. Elaboración propia sobre la base de la EPH 4° trimestre 2010.<br />
Notas: Bajo: Prim<strong>ar</strong>ia incompleta, Prim<strong>ar</strong>ia completa y Secund<strong>ar</strong>ia incompleta. Medio: Secund<strong>ar</strong>ia completa. Alto: Universit<strong>ar</strong>ia<br />
incompleta. Superior: Universit<strong>ar</strong>ia completa.<br />
hombres se producen entre los profesionales,<br />
mientras que las más amplias<br />
se registran entre aquellos con menos<br />
años de educación formal.<br />
En cu<strong>ar</strong>to término, en los últimos cinco<br />
años mejoró la calidad de los empleos<br />
p<strong>ar</strong>a los hombres que conviven con hijos.<br />
Aumentó 5,3 puntos porcentuales<br />
la proporción de hombres con hijos que<br />
están insertos en el mercado formal de<br />
trabajo (de 52,8% en 2006 a 58,1% en<br />
2010), como consecuencia de la disminución<br />
del porcentaje de los que se desempeñan<br />
en la economía informal (de<br />
47% en 2006 a 41,7% en 2010). Pese<br />
a lo cual, aún el 41,7% de los hombres<br />
que viven con hijos tienen empleos informales<br />
(gráfico 6).<br />
Nuevamente, se encuentra otra diferencia<br />
entre hombres y mujeres. Aunque<br />
entre las madres también se produce<br />
una mejoría en la calidad de los<br />
empleos (entre ellas aumenta la formalidad<br />
de 39,9% en 2006 a 47,8%<br />
en 2010), esto ocurre por efecto de la<br />
salida del mercado de aquellas con menores<br />
calificaciones, tal como se expresó<br />
en párrafos anteriores. No obstante<br />
ello, aún están sobrerrepresentadas en<br />
los empleos de menor calidad: el 52,2%<br />
de las madres tienen un empleo informal<br />
o trabajan en el servicio doméstico<br />
frente al 41,9% de los hombres en igual<br />
situación que conviven con hijos.<br />
El servicio doméstico remunerado es<br />
un tipo de trabajo ejercido de forma<br />
exclusiva por mujeres, y estas trabajadoras<br />
continúan hoy en los escalones<br />
inferiores de la jer<strong>ar</strong>quía laboral y social.<br />
Los principales problemas del sector<br />
son los bajos sal<strong>ar</strong>ios, el déficit de<br />
calidad de las condiciones del empleo<br />
y la ausencia de beneficios ot<strong>org</strong>ados<br />
a otros trabajadores en relación de dependencia<br />
3 (Lupica, C., 2010b).<br />
Se debe destac<strong>ar</strong> además que el 81,8% 4<br />
de las empleadas del servicio doméstico<br />
no están registradas y, por tanto, no<br />
cuentan con los beneficios de la seguridad<br />
social, y solo un porcentaje muy<br />
reducido recibe otros beneficios sociales,<br />
como aguinaldo, vacaciones pagas,<br />
días por enfermedad u obra social (Lupica,<br />
C., 2010c).<br />
El trabajo fuera de los hog<strong>ar</strong>es que llevan<br />
a cabo mujeres y hombres supone,<br />
entre otras, dos implicancias c<strong>ar</strong>dina-<br />
(PÁGINA 5)
Gráfico 6: Situación ocupacional de las madres y de los hombres de 14 a<br />
49 años que conviven con hijos. Total aglomerados urbanos. Años 2006 y<br />
2010.<br />
100<br />
80<br />
60<br />
40<br />
20<br />
0<br />
47,0<br />
41,7<br />
Estos datos permiten inferir que la contribución<br />
monet<strong>ar</strong>ia de las mujeres es<br />
representativa e implica p<strong>ar</strong>a ellas una<br />
responsabilidad en el sostén económico<br />
del hog<strong>ar</strong>. Además, la mayor proporción<br />
de mujeres en el ITH indica que<br />
se rompió el esquema de único proveedor<br />
(masculino). Pese a ello, aún en la<br />
actualidad, en promedio los hombres<br />
continúan proporcionando el ingreso<br />
más importante del hog<strong>ar</strong>.<br />
Existe un conjunto complejo y a menudo<br />
interrelacionado de factores que<br />
originan la brecha sal<strong>ar</strong>ial de género.<br />
A la valoración de las competencias<br />
laborales hay que unir la segregación<br />
del mercado de trabajo con disímil rehombres<br />
que<br />
conviven<br />
con hijos<br />
39,7<br />
34,1<br />
madres<br />
2006 2010<br />
0,2<br />
0,2<br />
hombres que<br />
conviven<br />
con hijos<br />
Fuente: Observatorio de la Maternidad. Elaboración propia sobre la base de la EPH 2° semestre 2006 y EPH 4° trimestre 2010.<br />
les: contribuye simultáneamente a su<br />
des<strong>ar</strong>rollo personal y al bienest<strong>ar</strong> social<br />
y económico de la familia. En efecto, los<br />
ingresos monet<strong>ar</strong>ios que se obtienen a<br />
cambio de un trabajo remunerado representan<br />
un poder adquisitivo sobre<br />
bienes y servicios, los cuales favorecen<br />
el bienest<strong>ar</strong> material personal y famili<strong>ar</strong><br />
y coadyuvan p<strong>ar</strong>a alcanz<strong>ar</strong> mejores<br />
estánd<strong>ar</strong>es de vida.<br />
Como se muestra en el gráfico 7, el<br />
ingreso promedio de los hombres<br />
($2.734,2) representa el 58,5% del ingreso<br />
total del hog<strong>ar</strong> (ITH), mientras<br />
que el de las mujeres ($1.177 mensuales)<br />
representa el 46,2% del ITH 5 .<br />
20,4<br />
18,1<br />
madres<br />
52,8<br />
58,1<br />
hombres que<br />
conviven<br />
con hijos<br />
madres<br />
informal servicio doméstico formal<br />
39,9<br />
47,8<br />
presentación de hombres y mujeres en<br />
los distintos sectores económicos, las<br />
c<strong>ar</strong>acterísticas de la oferta de empleo<br />
femenino, la p<strong>ar</strong>ticipación en el trabajo<br />
a tiempo p<strong>ar</strong>cial y los mecanismos de<br />
retribuciones sal<strong>ar</strong>iales.<br />
Entre las principales causas de la menor<br />
p<strong>ar</strong>ticipación y des<strong>ar</strong>rollo laboral<br />
de las mujeres, se destacan las labores<br />
domésticas y de cuidado de los hijos y<br />
otras personas dependientes dentro del<br />
hog<strong>ar</strong>, t<strong>ar</strong>eas que aún siguen desempeñando<br />
ellas de forma casi exclusiva,<br />
sean amas de casa o trabajen percibiendo<br />
un sal<strong>ar</strong>io (Lupica, C., 2010a).<br />
Como resultado, su actividad se convierte<br />
en una doble jornada laboral, que<br />
en los hechos es una sobrec<strong>ar</strong>ga de trabajo<br />
en perjuicio de su acceso a oportunidades<br />
de capacitación y p<strong>ar</strong>ticipación<br />
social, con c<strong>ar</strong>reras profesionales<br />
interrumpidas, lagunas previsionales,<br />
sal<strong>ar</strong>ios más bajos y empleos de peor<br />
calidad que los de los hombres.<br />
Los datos estadísticos respaldan esta<br />
afirmación. Tal como se puede confront<strong>ar</strong><br />
en el gráfico 7, la contribución económica<br />
de los hombres no v<strong>ar</strong>ía significativamente<br />
en función de la posición<br />
de p<strong>ar</strong>entesco que ocupan en el hog<strong>ar</strong>,<br />
a diferencia de lo que sucede entre las<br />
mujeres. Los jefes de hog<strong>ar</strong> o cónyuges<br />
aportan en promedio aproximadamente<br />
el 71,4% del ITH ($3.064,7 mensuales)<br />
cuando hay hijos en el hog<strong>ar</strong>, y el 75,9%<br />
del ITH ($3.633,4 mensuales) cuando<br />
no los hay. En contraposición, las jefas<br />
Gráfico 7: Proporción de ingresos de mujeres y de hombres en el ingreso total del hog<strong>ar</strong> (ITH) y promedio de<br />
aporte, según posición de p<strong>ar</strong>entesco. Total aglomerados urbanos. Año 2010.<br />
proporción del ingreso en el ith<br />
aporte promedio<br />
restantes<br />
32,7%<br />
35,5%<br />
restantes<br />
1.771,7<br />
1.974,1<br />
no conviven<br />
con hijos<br />
64,8%<br />
75,9%<br />
no conviven<br />
con hijos<br />
3.051,1<br />
3.633,4<br />
conviven<br />
con hijos<br />
49,1%<br />
71,4%<br />
conviven<br />
con hijos<br />
2.310,6 3.064,7<br />
total<br />
46,2%<br />
58,5%<br />
total<br />
2.250,2<br />
2.734,2<br />
mujeres<br />
hombres<br />
mujeres<br />
hombres<br />
Fuente: Observatorio de la Maternidad. Elaboración propia sobre la base de la EPH 4° trimestre 2010.
de hog<strong>ar</strong> o cónyuges sin hijos aportan<br />
el 64,8% del ITH ($3.051,1 mensuales),<br />
porcentaje que disminuye al 49,1%<br />
($2.310,6 mensuales) entre las madres.<br />
De hecho, las madres resultan las más<br />
desfavorecidas en cuanto a ingresos<br />
respecto de sus p<strong>ar</strong>es v<strong>ar</strong>ones, incluso<br />
ante otras mujeres que no tienen hijos:<br />
las madres ganan en promedio aproximadamente<br />
el 82% de lo que perciben<br />
las mujeres sin hijos y el 40% de los<br />
hombres que conviven o no con hijos.<br />
Reflexiones finales<br />
En los últimos cinco años los hombres<br />
con responsabilidades famili<strong>ar</strong>es han<br />
logrado mejoras en los niveles básicos<br />
de educación. Sin emb<strong>ar</strong>go, la mitad de<br />
ellos (el 48,7%) no consiguió complet<strong>ar</strong><br />
el nivel medio de estudios. A su vez, en<br />
el extremo superior de la pirámide educativa<br />
han sido superados por las mujeres:<br />
en 2010 el 21,3% de las madres<br />
tenían estudios terci<strong>ar</strong>ios o universit<strong>ar</strong>ios<br />
completos contra el 14,4% de los<br />
hombres que convivían con hijos.<br />
A pes<strong>ar</strong> de tener menos años de educación<br />
formal, ellos se encuentran en mejor<br />
posición relativa que ellas con relación<br />
al acceso al trabajo y a los ingresos.<br />
Los hombres tienen una p<strong>ar</strong>ticipación<br />
alta y constante en el mercado de trabajo,<br />
con independencia de su posición<br />
de p<strong>ar</strong>entesco y su nivel educativo. Por<br />
el contr<strong>ar</strong>io, las mujeres restringen su<br />
p<strong>ar</strong>ticipación en el mercado cuando<br />
tienen hijos (p<strong>ar</strong>ticipa el 79,3% de las<br />
jefas de hog<strong>ar</strong> o cónyuges sin hijos,<br />
proporción que disminuye al 59,9%<br />
entre las madres) y cuando no cuentan<br />
con suficientes años de educación formal<br />
(p<strong>ar</strong>ticipa el 85,2% de las madres<br />
universit<strong>ar</strong>ias vs. el 48,1% de las que<br />
tienen hasta secund<strong>ar</strong>io incompleto).<br />
También respecto a los últimos cinco<br />
años, la p<strong>ar</strong>ticipación laboral de los<br />
hombres aumentó mientras que la de<br />
las mujeres disminuyó, como consecuencia<br />
de que una proporción de ellas<br />
dej<strong>ar</strong>on de busc<strong>ar</strong> trabajo remunerado<br />
p<strong>ar</strong>a qued<strong>ar</strong>se al cuidado del hog<strong>ar</strong> y de<br />
los hijos. La salida del mercado las ubica<br />
en una situación de vulnerabilidad,<br />
ya que pierden la oportunidad de conseguir<br />
mejores empleos e ingresos en<br />
el tiempo que pueden ser imprescindibles<br />
ante un cambio en las condiciones<br />
socioeconómicas del país o de sus hog<strong>ar</strong>es<br />
(si el cónyuge pierde el trabajo o<br />
en un contexto de alta inflación), o una<br />
modificación de su estructura famili<strong>ar</strong><br />
(si estas mujeres se sep<strong>ar</strong>an, divorcian<br />
o quedan viudas y tienen que hacerse<br />
c<strong>ar</strong>go en soledad de la manutención<br />
económica de sus hog<strong>ar</strong>es).<br />
Los hombres con responsabilidades<br />
famili<strong>ar</strong>es no solo p<strong>ar</strong>ticipan más del<br />
mercado laboral sino que lo hacen en<br />
puestos de mejor calidad y con mejores<br />
remuneraciones: el 58,1% de ellos tienen<br />
un empleo formal vs. el 46% de las<br />
madres, y con sus ingresos aportan el<br />
58,5% del ingreso total del hog<strong>ar</strong> vs. el<br />
46,2% de las madres.<br />
De todas maneras, aunque los hombres<br />
que conviven con hijos están en una situación<br />
relativa más positiva en comp<strong>ar</strong>ación<br />
con las madres, su situación<br />
laboral no es óptima, ya que el 41,7%<br />
de ellos tienen un empleo informal y<br />
muchos no pueden con sus ingresos<br />
mantener económicamente a sus familias.<br />
El ingreso promedio que generan<br />
las madres es tan sustantivo como el de<br />
los hombres p<strong>ar</strong>a el sostenimiento económico<br />
de sus familias.<br />
En suma, p<strong>ar</strong>a mejor<strong>ar</strong> los índices de<br />
des<strong>ar</strong>rollo humano en la Argentina es<br />
forzoso sald<strong>ar</strong> la deuda pendiente en<br />
materia educativa. En p<strong>ar</strong>ticul<strong>ar</strong>, se<br />
debe contribuir a que los hombres y las<br />
mujeres con responsabilidades famili<strong>ar</strong>es<br />
finalicen los doce años de estudios<br />
obligatorios y considerados como mínimos<br />
p<strong>ar</strong>a conseguir un buen empleo.<br />
Acerca del acceso a los recursos y oportunidades<br />
económicas, los v<strong>ar</strong>ones p<strong>ar</strong>ecen<br />
est<strong>ar</strong> en un estadio más avanzado<br />
que las mujeres. Si bien p<strong>ar</strong>a ellos<br />
es menester mejor<strong>ar</strong> la calidad de sus<br />
empleos, entre las mujeres todavía es<br />
neces<strong>ar</strong>io promover y facilit<strong>ar</strong> su inserción<br />
en el mercado de trabajo, en especial<br />
entre las que son madres y tienen<br />
menos años de educación formal.<br />
Estas son las nuevas vulnerabilidades<br />
sociales: el acceso desigual o condicionado<br />
a capacidades y oportunidades<br />
básicas como la educación y el trabajo.<br />
Su atención exige la implementación<br />
de políticas públicas innovadoras p<strong>ar</strong>a<br />
luch<strong>ar</strong> contra los riesgos y las desigualdades<br />
y conseguir que las fuerzas dinámicas<br />
del mercado beneficien a todas y<br />
a todos por igual.<br />
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA<br />
• Comisión Económica p<strong>ar</strong>a América Latina y el C<strong>ar</strong>ibe-<br />
CEPAL (1994). “Panorama social de América Latina”. Santiago<br />
de Chile.<br />
• Lupica, C<strong>ar</strong>ina (2010). Los hijos ¿influyen de igual manera<br />
en la vida de las mujeres y de los hombres? Anu<strong>ar</strong>io de la Maternidad.<br />
Observatorio de la Maternidad. Buenos Aires,<br />
diciembre.<br />
• Lupica, C<strong>ar</strong>ina (2010a). “Trabajo decente y corresponsabilidad<br />
de los cuidados en Argentina”. Organización<br />
Internacional del trabajo–OIT. Buenos Aires.<br />
• Lupica, C<strong>ar</strong>ina (2010b). “Trabajo doméstico mal remunerado:<br />
un reflejo de la subvaloración de las t<strong>ar</strong>eas del hog<strong>ar</strong><br />
y de cuidado”. Observatorio de la Maternidad, Boletín<br />
de la Maternidad N° 10. Buenos Aires, octubre.<br />
• Lupica, C<strong>ar</strong>ina (2010c). “Desprotección de la <strong>maternidad</strong><br />
en el trabajo doméstico remunerado. ¿Solo una cuestión<br />
de ley?”. Observatorio de la Maternidad, Boletín de la<br />
Maternidad N° 10. Buenos Aires, octubre.<br />
• Programa de Naciones Unidas p<strong>ar</strong>a el Des<strong>ar</strong>rollo–<br />
PNUD (2010). “Des<strong>ar</strong>rollo Humano en Chile 2010. Género:<br />
los desafíos de la igualdad”. Santiago de Chile, m<strong>ar</strong>zo.<br />
1. Es importante señal<strong>ar</strong> que, debido a la imposibilidad de vincul<strong>ar</strong><br />
directamente a un padre con sus hijos a través de la información<br />
proporcionada por la Encuesta Permanente de Hog<strong>ar</strong>es del<br />
INDEC que se utiliza p<strong>ar</strong>a este informe como base de datos, se<br />
optó por recurrir a una v<strong>ar</strong>iable sustitutiva (proxy). Así, se dividió<br />
al universo de análisis de hombres de 14 a 49 años de edad de los<br />
principales aglomerados urbanos del país en tres categorías de<br />
estudio: jefes de hog<strong>ar</strong> o cónyuges que conviven con hijos en los<br />
hog<strong>ar</strong>es que habitan, jefes de hog<strong>ar</strong> o cónyuges que no conviven<br />
con hijos, y restantes hombres (no son jefes ni cónyuges en los<br />
hog<strong>ar</strong>es donde viven, generalmente son hijos, nietos o sobrinos).<br />
Pero, no sería correcto identific<strong>ar</strong> la primera categoría –jefes de<br />
hog<strong>ar</strong> o cónyuges que conviven con hijos– como “padres”. Entre<br />
otros motivos, porque no siempre quien convive con los hijos es<br />
el padre biológico, y muchos hombres que no conviven con sus<br />
hijos biológicos asumen y ejercen con responsabilidad su rol de<br />
padres.<br />
2. Y lo mismo sucede entre las mujeres: mientras el 37,7% de las<br />
jefas de hog<strong>ar</strong> o cónyuges sin hijos logran finaliz<strong>ar</strong> los estudios<br />
terci<strong>ar</strong>ios o universit<strong>ar</strong>ios, solo el 21,3% de las que son madres lo<br />
consiguen. En la base de la pirámide educativa, el 43,7% de las<br />
madres tienen bajo nivel educativo, porcentaje que disminuye<br />
al 15,7% entre aquellas que no tienen hijos. Estos datos est<strong>ar</strong>ían<br />
revelando que las mujeres y los hombres que conviven con hijos a<br />
di<strong>ar</strong>io tienen algunas desventajas en el acceso a recursos básicos<br />
p<strong>ar</strong>a el des<strong>ar</strong>rollo en comp<strong>ar</strong>ación con quienes viven en hog<strong>ar</strong>es<br />
donde no hay descendencia.<br />
3. Debido a que se trata de un trabajo enc<strong>ar</strong>ado solo por mujeres,<br />
entre las restricciones sustanciales se destaca la ausencia de g<strong>ar</strong>antías<br />
p<strong>ar</strong>a las empleadas de hog<strong>ar</strong> en su condición de madres<br />
–presentes o futuras– y trabajadoras con responsabilidades famili<strong>ar</strong>es.<br />
Ellas no gozan de los derechos establecidos en la Ley de<br />
Contrato de Trabajo, como la protección y estabilidad del empleo,<br />
licencia por <strong>maternidad</strong>, permisos p<strong>ar</strong>a la lactancia, licencias por<br />
necesidades famili<strong>ar</strong>es y servicios de cuidado en el espacio de trabajo.<br />
La causa de ello es que el trabajo doméstico remunerado en<br />
la Argentina sigue siendo regulado por una legislación especial: el<br />
Estatuto de los Trabajadores Domésticos, establecido por el Decreto-Ley<br />
326 del año 1956. En el m<strong>ar</strong>co de la primera sesión del<br />
año 2011, el 16 de m<strong>ar</strong>zo en la Cám<strong>ar</strong>a de Diputados de la Nación<br />
se aprobó, sin discusión y por unanimidad, el “Régimen especial<br />
de contrato de trabajo p<strong>ar</strong>a el personal de casas p<strong>ar</strong>ticul<strong>ar</strong>es”.<br />
Este se elaboró sobre la base de un texto enviado al Congreso por<br />
la presidenta Dra. Cristina Fernández de Kirchner, un año atrás.<br />
El nuevo régimen, aún en discusión p<strong>ar</strong>lament<strong>ar</strong>ia, asegura a<br />
todas las personas que prestan servicios de cuidado y limpieza en<br />
domicilios p<strong>ar</strong>ticul<strong>ar</strong>es los mismos derechos y obligaciones que<br />
los que tienen las trabajadoras y trabajadores formales del sector<br />
privado, regulados por la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) Nro.<br />
20.744 (t. o 1976) y sus modificatorias.<br />
4. Encuesta Permanente de Hog<strong>ar</strong>es (EPH), cu<strong>ar</strong>to trimestre<br />
2010. INDEC.<br />
5. El análisis se realiza sobre la base de la Encuesta Permanente<br />
de Hog<strong>ar</strong>es cu<strong>ar</strong>to trimestre 2010, motivo por el cual los montos<br />
correspondientes a los aportes monet<strong>ar</strong>ios de los hombres y las<br />
mujeres al hog<strong>ar</strong> han quedado desactualizados. De todas maneras,<br />
los valores absolutos se especifican solo como referencia<br />
p<strong>ar</strong>a el análisis de las desigualdades o brechas entre los ingresos<br />
de ellos y ellas según convivan o no con hijos en el hog<strong>ar</strong>.<br />
(PÁGINA 7)
entrevista al dr. héctor<br />
recalde, presidente de la<br />
comisión de legislación<br />
del trabajo de la cám<strong>ar</strong>a<br />
de diputados de la nación<br />
el nuevo proyecto de ley p<strong>ar</strong>a<br />
ampli<strong>ar</strong> las licencias por<br />
<strong>maternidad</strong> y paternidad<br />
que se está debatiendo<br />
en Diputados<br />
por Gisell Cogliandro<br />
héctor recalde es abogado, profesor titul<strong>ar</strong> de derecho en el ciclo básico común (uba), profesor<br />
adjunto de derecho del trabajo y la seguridad social en la facultad de derecho (uba), y profesor<br />
titul<strong>ar</strong> de derecho administrativo del trabajo en la facultad de ciencias sociales (uba).<br />
es también asesor letrado de <strong>org</strong>anizaciones sindicales, jefe de asesores de la confederación<br />
general del trabajo de la r. a. y miembro del consejo consultor de la asociación de abogados<br />
laboralistas. se desempeña como diputado nacional por la provincia de buenos aires desde 2005<br />
y preside la comisión de legislación del trabajo de la cám<strong>ar</strong>a de diputados de la nación.<br />
(PÁGINA 9)
PROFESIONALES Y MATERNIDAD<br />
Actualmente, en el Congreso de la Nación se está debatiendo un<br />
proyecto de ley que propone cambios a la Ley de Contrato de Trabajo<br />
referidos a las licencias por <strong>maternidad</strong>, paternidad y equip<strong>ar</strong>ación<br />
de los derechos en casos de adopción, entre otros. Este<br />
proyecto, que ya fue aprobado por unanimidad en el Senado el 30<br />
de junio de 2010, es producto de trece iniciativas estudiadas por<br />
la Comisión de Población que elaboró un único dictamen p<strong>ar</strong>a<br />
facilit<strong>ar</strong> su aprobación. La iniciativa también cuenta con el aval<br />
del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.<br />
A mediados de abril de este año, la Comisión de Legislación del<br />
Trabajo de la Cám<strong>ar</strong>a de Diputados de la Nación decidió volver<br />
a trat<strong>ar</strong> el proyecto. Es por ello que el Observatorio de la Maternidad<br />
entrevistó al Dr. Héctor Recalde, presidente de dicha comisión,<br />
p<strong>ar</strong>a que nos cuente acerca de esta propuesta, sus implicancias<br />
y las posibilidades de que se convierta en ley.<br />
En este sentido, si el objetivo es igual<strong>ar</strong> los derechos de los<br />
padres, ¿se le reconocerá la asignación por paternidad?<br />
Sí, se modific<strong>ar</strong>á el régimen de asignaciones famili<strong>ar</strong>es y se<br />
reconocerá la asignación por <strong>maternidad</strong> o por paternidad<br />
tanto biológica como adoptiva. Y en el caso que tanto la madre<br />
y el padre estén incluidos en el régimen, podrá ser percibida<br />
por ambos.<br />
¿Cuáles son los cambios p<strong>ar</strong>a las licencias de las madres?<br />
Se equip<strong>ar</strong>a la licencia por <strong>maternidad</strong> que tienen las madres<br />
biológicas a las madres adoptivas. Además, el proyecto<br />
contempla la extensión de licencias p<strong>ar</strong>a madres en el caso<br />
de nacimientos o adopción múltiples a 30 días más por cada<br />
hijo a p<strong>ar</strong>tir del segundo hijo.<br />
¿Qué propone el nuevo proyecto sobre la extensión de la licencia<br />
por paternidad?<br />
Una de las principales modificaciones es extender la licencia<br />
por paternidad de 2 días, actualmente vigente, a 5 días por el<br />
nacimiento del hijo. Pero también se ot<strong>org</strong>a esta licencia a<br />
los padres que adopten, quienes hasta el momento no cuentan<br />
con este beneficio.<br />
Esto es una política de avance gradual; nosotros inicialmente<br />
en Diputados planteamos que fueran 15 días desde el nacimiento;<br />
yo a su vez había elaborado un proyecto donde proponía<br />
12 días, pero el Senado aprobó una ley más restrictiva.<br />
Pero lo más importante es que podamos avanz<strong>ar</strong>, es por eso<br />
que estamos conversando ahora con los miembros de la Comisión<br />
de Trabajo del Senado p<strong>ar</strong>a asegur<strong>ar</strong>nos de que la modificación<br />
que le realicemos a este proyecto cuenta con el apoyo<br />
de ellos y que no va a demor<strong>ar</strong> el proceso de aprobación.<br />
¿Cuál es la importancia de extender la licencia por paternidad?<br />
El nacimiento y crianza de un hijo es un acontecimiento famili<strong>ar</strong><br />
único y transformador, pero tradicionalmente el rol<br />
asignado al hombre en este suceso era el de simple “colaborador”<br />
de la madre. En la actualidad, con las mutaciones<br />
culturales y sociales que se han dado, se reconoce que el derecho<br />
y la responsabilidad del hombre es “p<strong>ar</strong>ticip<strong>ar</strong>” en la<br />
crianza y cuidado del hijo. Por ello, es neces<strong>ar</strong>io promover<br />
y facilit<strong>ar</strong> desde la legislación laboral que los padres puedan<br />
involucr<strong>ar</strong>se en esta t<strong>ar</strong>ea fundamental e irreemplazable.<br />
Entonces, la igualdad tiene que ver con el rol del padre, que<br />
no colabora sino que p<strong>ar</strong>ticipa de la vida famili<strong>ar</strong>. Lo trascendente<br />
de esto es que se reconozca el papel del padre.<br />
El proyecto contempla también licencias adicionales p<strong>ar</strong>a los<br />
casos de nacimientos con riesgos o problemas de salud. ¿En<br />
qué consisten? ¿Se aplic<strong>ar</strong>án tanto a madres como a padres?<br />
En el caso de nacimiento de bajo riesgo, cuando el hijo al<br />
momento de nacer pese entre 1,5 kg y 2,5 kg se sum<strong>ar</strong>á solo<br />
p<strong>ar</strong>a la madre una licencia de 30 días. Mientras que en los<br />
casos de nacimientos de alto riesgo, cuando el hijo al nacer<br />
no supere los 1,5 kg, la madre cont<strong>ar</strong>á con 60 días más y el<br />
padre con 10 días más.<br />
Por otra p<strong>ar</strong>te, se considera también el caso de nacimiento<br />
o adopción de hijos con discapacidad o enfermedad crónica.<br />
En estos casos, a la licencia de la madre se suman 6 meses y<br />
a la del padre se adicionan 30 días. Asimismo, cabe destac<strong>ar</strong><br />
que todas las licencias establecidas podrán ser ejercidas por<br />
el padre en el supuesto fallecimiento de la madre.<br />
¿Hay cambios respecto a la lactancia?<br />
La madre podrá disponer de una hora durante el hor<strong>ar</strong>io laboral<br />
p<strong>ar</strong>a amamant<strong>ar</strong> a su hijo. Pero podrá elegir de qué<br />
manera utiliz<strong>ar</strong>la. Este derecho también se extenderá p<strong>ar</strong>a<br />
las madres adoptivas y p<strong>ar</strong>a el padre, en caso de fallecimiento<br />
de la madre.<br />
¿Qué reformas se proponen referidas a la protección del empleo<br />
p<strong>ar</strong>a madres y padres?<br />
Se busca g<strong>ar</strong>antiz<strong>ar</strong> la protección del empleo p<strong>ar</strong>a el padre,<br />
que hoy no está contemplado en la actual ley de contrato de<br />
trabajo. Pero además se amplía el período p<strong>ar</strong>a las madres.<br />
Entonces, con este nuevo proyecto no se podría despedir por
azones de <strong>maternidad</strong>, paternidad o emb<strong>ar</strong>azo dentro del<br />
plazo de 8 meses y medio y anteriores y 7 meses y medio<br />
posteriores a la fecha del p<strong>ar</strong>to o fecha de inicio de los trámites<br />
de adopción.<br />
De esta manera, si los padres son despedidos durante este<br />
período deberán recibir la indemnización correspondiente<br />
(que hasta ahora solo estaba prevista p<strong>ar</strong>a la madre).<br />
Incluso se contempla la posibilidad de cont<strong>ar</strong> con un período<br />
de excedencia tanto p<strong>ar</strong>a la madre adoptiva como p<strong>ar</strong>a el padre,<br />
que hoy no lo tienen.<br />
¿Cree que al igual<strong>ar</strong> en el trabajo los derechos y la protección<br />
de padres y madres contribuirá a que las mujeres sufran menos<br />
la discriminación laboral por su <strong>maternidad</strong>?<br />
Creo que cuanto más equip<strong>ar</strong>emos los derechos de los trabajadores<br />
entre los distintos sexos y/o géneros, los empleadores<br />
tendrán menores incentivos p<strong>ar</strong>a preferir trabajadores de<br />
un sexo por sobre otro.<br />
Las brechas de inserción laboral e ingresos entre trabajadores<br />
y trabajadoras se han reducido mucho en los últimos años,<br />
gracias a las políticas inclusivas del gobierno en su fuerte<br />
alianza con el trabajo. Sin emb<strong>ar</strong>go, es cierto que mientras<br />
se mantengan derechos diferenciados p<strong>ar</strong>a hombres y mujeres,<br />
los empleadores seguirán ejerciendo discriminación<br />
p<strong>ar</strong>a con estas últimas, más allá de que las trabajadoras se<br />
conviertan en madres o no posteriormente. Hasta el día de<br />
hoy, las mujeres sufren de mayores tasas de desempleo e informalidad<br />
laboral y menores ingresos que los hombres.<br />
Los proyectos de ley que intent<strong>ar</strong>on reform<strong>ar</strong> las licencias por<br />
<strong>maternidad</strong> y paternidad tienen una l<strong>ar</strong>ga historia p<strong>ar</strong>lament<strong>ar</strong>ia,<br />
pero no logr<strong>ar</strong>on convertirse en ley. ¿Será factible revertir<br />
la situación con este nuevo proyecto de ley?<br />
Efectivamente, en el año 2006 la Cám<strong>ar</strong>a de Diputados había<br />
aprobado con amplio apoyo un proyecto que proponía<br />
una reforma de la Ley de Contrato de Trabajo que ampliaba<br />
en 15 días la licencia por paternidad, entre otros temas. Pero<br />
el Senado nunca la trató y perdió estado p<strong>ar</strong>lament<strong>ar</strong>io.<br />
Ahora, la comisión tiene una nueva conformación y p<strong>ar</strong>a revertir<br />
esta situación estamos dialogando con los miembros<br />
de la Comisión de Legislación del Trabajo p<strong>ar</strong>a acord<strong>ar</strong> las<br />
modificaciones que queremos llev<strong>ar</strong> a cabo, ap<strong>ar</strong>te de la adecuación<br />
técnica que es neces<strong>ar</strong>io hacer a p<strong>ar</strong>tir de la sanción<br />
de la ley del peón rural. De este modo, lo que buscamos es<br />
que estas reformas puedan convertirse en ley lo antes posible.<br />
Una vez que este proyecto se convierta en ley, ¿las licencias<br />
p<strong>ar</strong>entales, que tienen mucho de los países des<strong>ar</strong>rollados, podrían<br />
ser el próximo paso?<br />
Creo que sí, que es un próximo paso, pero se alcanz<strong>ar</strong>á “a<br />
su tiempo y <strong>ar</strong>moniosamente”, como decía el general Juan<br />
Domingo Perón.<br />
Pienso que las licencias p<strong>ar</strong>entales son importantes porque<br />
en el período posterior al nacimiento y en la primera infancia<br />
la extrema dependencia de los niños genera grandes obligaciones<br />
p<strong>ar</strong>a la familia y profundas transformaciones en la<br />
vida de sus integrantes. Los trabajadores hombres tienen el<br />
derecho y la responsabilidad de p<strong>ar</strong>ticip<strong>ar</strong> de tal etapa.<br />
El problema es que existe una creencia social sobre la mayor<br />
responsabilidad que la mujer debe tener en la crianza de los<br />
niños, que ha fundamentado en su origen a las licencias por<br />
<strong>maternidad</strong> y a la reglamentación de cuidado vinculadas exclusivamente<br />
al personal femenino. Esta creencia se va desdibujando<br />
en forma paulatina.<br />
Hasta hoy las t<strong>ar</strong>eas de cuidado ap<strong>ar</strong>ecen como un segundo<br />
trabajo que muchas veces dificulta el desempeño femenino<br />
en el trabajo remunerado, fuera del hog<strong>ar</strong>. Todo este “segundo<br />
trabajo” no reconocido pero muchas veces naturalizado, y<br />
la diferenciación de derechos laborales que comentábamos<br />
antes, produce disp<strong>ar</strong>idades en las preferencias de algunos<br />
empleadores a la hora de contrat<strong>ar</strong> personal femenino o masculino,<br />
considerando que la mujer comúnmente lidi<strong>ar</strong>á con<br />
estas t<strong>ar</strong>eas extralaborales en el corto o mediano plazo.<br />
Es cierto que la ampliación del sistema de licencias es una<br />
tendencia en los países “des<strong>ar</strong>rollados”, con el fin de reconocer<br />
y distribuir el trabajo de cuidado. Y hay v<strong>ar</strong>ios ejemplos<br />
exitosos en términos de distribución del ingreso así como en<br />
el ascenso y p<strong>ar</strong>ticipación social de la mujer. Sin emb<strong>ar</strong>go,<br />
entiendo que en la Argentina se trata todavía de un camino<br />
por recorrer, en el que se avanza a paso lento pero seguro.<br />
En cada paso, nuestra sociedad debate los roles que hombres<br />
y mujeres tienen dentro de ella, como trabajadores y como<br />
ciudadanos.<br />
En los últimos años la Argentina ha avanzado mucho en materia<br />
de género; en temas como la ley nacional de violencia<br />
contra la mujer y muchas otras conquistas. Por eso, no sería<br />
extraño esper<strong>ar</strong> un des<strong>ar</strong>rollo superior del sistema de licencias<br />
de c<strong>ar</strong>a al futuro.<br />
(PÁGINA 11)
TENDENCIAS<br />
hijos más t<strong>ar</strong>de y en<br />
vínculos consensuales:<br />
los principales cambios<br />
del perfil demográfico<br />
de la paternidad<br />
por C<strong>ar</strong>ina Lupica<br />
Las estructuras famili<strong>ar</strong>es en la Argentina<br />
están inmersas en un profundo<br />
proceso de cambio. La cohabitación,<br />
la fecundidad no matrimonial, las familias<br />
ensambladas y la monop<strong>ar</strong>entalidad<br />
constituyen vías cada vez más<br />
frecuentes de formación de familias y,<br />
por ende, requieren un ahondamiento<br />
sobre sus determinantes y repercusiones,<br />
así como el diseño de políticas<br />
orientadas a pali<strong>ar</strong> la inequidad social<br />
vinculada a la estructura famili<strong>ar</strong>.<br />
Sin dudas, estas modificaciones afectan<br />
la experiencia de la paternidad y<br />
la <strong>maternidad</strong>, que en la Argentina,<br />
a su vez, está signada por la desigualdad<br />
social entre mujeres y v<strong>ar</strong>ones con<br />
diferentes niveles socioeconómicos y<br />
educativos.<br />
Con el objetivo de interpret<strong>ar</strong> el contexto<br />
famili<strong>ar</strong> en el que nacen y crecen<br />
ahora niños y niñas, se pretende d<strong>ar</strong><br />
respuesta a estos interrogantes clave:<br />
¿se ha modificado la edad de la <strong>maternidad</strong><br />
y la paternidad en los últimos<br />
años?, ¿cómo ha cambiado la situación<br />
conyugal de mujeres y v<strong>ar</strong>ones en la<br />
etapa adulta?, ¿influye la llegada de los<br />
hijos en la formalización de vínculos<br />
conyugales?, ¿en qué medida el nivel<br />
educativo de las mujeres y de los hombres<br />
afecta los comportamientos reproductivos?<br />
Y por último y no menos importante,<br />
¿cuáles son las similitudes y<br />
diferencias de los cambios acontecidos<br />
en el perfil demográfico de la <strong>maternidad</strong><br />
y la paternidad?<br />
De hijas e hijos a madres y padres:<br />
una transición más t<strong>ar</strong>día<br />
p<strong>ar</strong>a ellos<br />
La mayor p<strong>ar</strong>te de la población femenina<br />
y masculina ocupa distintas posiciones<br />
de p<strong>ar</strong>entesco a lo l<strong>ar</strong>go de su vida,<br />
aun cuando en la etapa infantil no se<br />
aprecian diferencias, ya que los menores<br />
de 15 años de edad ap<strong>ar</strong>ecen ante<br />
todo como hijos de quien encabeza el<br />
hog<strong>ar</strong>.<br />
En el período de adolescencia y de juventud<br />
(14 a 29 años), los v<strong>ar</strong>ones viven<br />
como hijos, nietos o sobrinos con<br />
más asiduidad que las jóvenes, posicionándose<br />
en esta categoría (“restantes”)<br />
un 82,7% de ellos y un 77% de ellas<br />
(gráfico 1).<br />
En esta misma etapa de la vida, un<br />
23% de las mujeres son jefas de hog<strong>ar</strong><br />
o cónyuges, situación que disminuye<br />
al 17,3% entre los v<strong>ar</strong>ones. Incluso, el<br />
14,1% de las mujeres jefas de hog<strong>ar</strong> o<br />
cónyuges conviven con hijos, porcentaje<br />
que desciende al 9,5% entre los v<strong>ar</strong>ones<br />
jefes de hog<strong>ar</strong> o cónyuges.<br />
Esto significa que en promedio los<br />
hombres permanecen más tiempo en<br />
Gráfico 1: Posición de p<strong>ar</strong>entesco de mujeres y de hombres por grupos de<br />
edad. Total aglomerados urbanos. Año 2010.<br />
30 a 49<br />
años<br />
14 a 29<br />
años<br />
total<br />
conviven con hijos<br />
77,0%<br />
mujeres<br />
no conviven con hijos<br />
16,2%<br />
20,5%<br />
11,5% 15,2%<br />
83,7% 79,5%<br />
72,2%<br />
64,3%<br />
8,9% 7,8%<br />
23,0% 17,3%<br />
14,1% 9,5%<br />
45,9%<br />
52,3%<br />
10,2% 11,4%<br />
43,9%<br />
36,3%<br />
82,7%<br />
hombres<br />
Fuente: Observatorio de la Maternidad. Elaboración propia sobre la base de la EPH 4° trimestre 2010.<br />
restantes
condición de hijos que las mujeres, y<br />
que en la etapa de adolescencia y juventud<br />
ellas duplican las probabilidades<br />
de asumir la <strong>maternidad</strong> (convivir<br />
con hijos) en comp<strong>ar</strong>ación con los v<strong>ar</strong>ones<br />
y su paternidad.<br />
Pero en la etapa adulta (entre los 30 y<br />
49 años), la brecha entre la posición<br />
de p<strong>ar</strong>entesco de mujeres y hombres<br />
disminuye: alrededor del 83,7% de la<br />
población femenina y el 79,5% de la<br />
masculina es jefa/e de hog<strong>ar</strong> o cónyuge<br />
(gráfico 1).<br />
Hacia el interior de ese subconjunto, el<br />
72,2% de ellas conviven con hijos, proporción<br />
que desciende al 64,3% entre<br />
los v<strong>ar</strong>ones. En suma, en el rango etáreo<br />
c<strong>ar</strong>acterizado por el solapamiento<br />
entre la etapa reproductiva y productiva,<br />
las mujeres tienen mayores probabilidades<br />
que los v<strong>ar</strong>ones de asumir la<br />
responsabilidad del cuidado cotidiano<br />
y la crianza de los hijos.<br />
Edad media de la <strong>maternidad</strong> y<br />
de la paternidad<br />
En promedio, en la Argentina las mujeres<br />
tienen su primer hijo dos años<br />
antes que los hombres: a los 23,3 años<br />
y 25,1 años de edad, respectivamente.<br />
Hecho que se repite incluso cuando se<br />
trata de madres y padres recientes (mujeres<br />
y hombres que tuvieron hijos durante<br />
el último año): 29,0 años y 31,2<br />
años, respectivamente, lo cual denota<br />
fehacientemente que la edad de la paternidad<br />
se está postergando entre las<br />
nuevas generaciones.<br />
No obstante, este promedio esconde<br />
profundas diferencias relacionadas<br />
con el nivel educativo de las mujeres y<br />
los v<strong>ar</strong>ones, las que han ido en aumento<br />
en el tiempo.<br />
Si se analiza la edad de la <strong>maternidad</strong><br />
y de la paternidad por nivel educativo<br />
se comprueba que ellas tienen hijos a<br />
edades más tempranas que ellos en todos<br />
los niveles educativos. Esta brecha<br />
en promedio es de dos años, excepto<br />
en el nivel educativo inferior (hasta prim<strong>ar</strong>io<br />
incompleto) y cuando se logra<br />
ingres<strong>ar</strong> a la universidad (UI), en que<br />
la diferencia se incrementa a tres años.<br />
Esto sucede porque la educación formal<br />
influye sustancialmente en la edad<br />
en la que se tienen hijos, sobre todo entre<br />
las mujeres. Ellas retrasan su <strong>maternidad</strong><br />
un año a medida que pasan<br />
de un nivel educativo inferior a uno<br />
inmediatamente posterior, menos en<br />
los extremos de la pirámide educativa:<br />
cuando completan el prim<strong>ar</strong>io posponen<br />
su <strong>maternidad</strong> dos años, mientras<br />
que cuando pasan del nivel Universi-<br />
Gráfico 2: Edad promedio de mujeres y de hombres al tener su primer<br />
hijo según nivel educativo. Total aglomerados urbanos. Años 2006 y<br />
2010.<br />
hasta pi<br />
pc a si<br />
sc<br />
ui<br />
uc<br />
2006 2010<br />
20,6%<br />
19,8%<br />
22,0%<br />
22,1%<br />
23,3%<br />
23,2%<br />
24,3%<br />
24,1%<br />
27,2%<br />
27,7%<br />
26,4%<br />
27,2%<br />
23,2%<br />
25,1%<br />
total 23,3% 25,1%<br />
mujeres<br />
23,9%<br />
23,1%<br />
24,0%<br />
23,9%<br />
25,9%<br />
25,7%<br />
29,1%<br />
29,6%<br />
hombres<br />
Fuente: Observatorio de la Maternidad. Elaboración propia sobre la base de la EPH 2° semestre 2006 y 4° trimestre 2010.<br />
Notas: PI: Prim<strong>ar</strong>ia Incompleta, PC: Prim<strong>ar</strong>ia Completa, SI: Secund<strong>ar</strong>ia Incompleta, SC: Secund<strong>ar</strong>ia Completa, UI: Universit<strong>ar</strong>ia<br />
Incompleta, UC: Universit<strong>ar</strong>ia Completa.<br />
t<strong>ar</strong>io Incompleto (UI) a Universit<strong>ar</strong>io<br />
Completo (UC) demoran su <strong>maternidad</strong><br />
prácticamente tres años.<br />
Entre los hombres, la principal diferencia<br />
se produce cuando terminan el<br />
secund<strong>ar</strong>io (retrasan su paternidad casi<br />
dos años respecto a los que tienen entre<br />
prim<strong>ar</strong>ia incompleta y completa) o<br />
sus estudios terci<strong>ar</strong>ios o universit<strong>ar</strong>ios<br />
(ret<strong>ar</strong>dan su paternidad prácticamente<br />
dos años y medio en comp<strong>ar</strong>ación con<br />
aquellos que tienen universit<strong>ar</strong>io incompleto).<br />
Por su p<strong>ar</strong>te, las mujeres con más<br />
años de educación formal (UC) son en<br />
promedio madres ocho años más t<strong>ar</strong>de<br />
que las que tienen menos años de<br />
educación formal (hasta PI): 27,7 años<br />
y 19,8 años, respectivamente. Entre<br />
los hombres, esa diferencia es de seis<br />
años: aquellos con UC tienen su primer<br />
hijo a los 29,6 años y los que tienen<br />
menos años de educación formal<br />
(PI), a los 23,1 años.<br />
Cabe entonces pregunt<strong>ar</strong>se: ¿qué ha<br />
sucedido en los últimos cinco años respecto<br />
a la edad de la <strong>maternidad</strong> y de la<br />
paternidad?<br />
A p<strong>ar</strong>tir de los datos recientes, se concluye<br />
que la edad de la <strong>maternidad</strong> y de<br />
la paternidad se ha mantenido constante<br />
en los últimos cinco años: en promedio,<br />
las mujeres tuvieron su primer hijo<br />
a los 23,2 años en 2006 y a los 23,3 en<br />
2010, y los hombres lo hicieron a los<br />
25,1 años en los dos años de medición.<br />
En rigor, esto es producto de dos fenómenos<br />
contrapuestos: mientras las mujeres<br />
y los v<strong>ar</strong>ones con mayores años<br />
de educación formal retrasan la edad<br />
de tener hijos, los que tienen menos<br />
años de educación formal la adelantan.<br />
En los últimos cinco años, las mujeres<br />
y los v<strong>ar</strong>ones con bajo nivel educativo<br />
(hasta PI) adelant<strong>ar</strong>on su <strong>maternidad</strong><br />
y paternidad un año (de 20,6 años en<br />
2006 a 19,8 años en 2010, y de 23,9<br />
años a 21,3 años, respectivamente), y<br />
aquellas y aquellos con nivel educativo<br />
superior la posterg<strong>ar</strong>on medio año (de<br />
27,2 años a 27,7 años, y de 29,1 años a<br />
29,6 años, respectivamente), como lo<br />
muestra el gráfico 2.<br />
Por todo ello es que puede afirm<strong>ar</strong>se<br />
que la brecha de la edad de la <strong>maternidad</strong><br />
y de la paternidad según nivel edu-<br />
(PÁGINA 13)
Gráfico 3: Mujeres y hombres en hog<strong>ar</strong>es monop<strong>ar</strong>entales y bip<strong>ar</strong>entales<br />
según situación de p<strong>ar</strong>entesco. Año 2010.<br />
100%<br />
90%<br />
80%<br />
70%<br />
60%<br />
50%<br />
40%<br />
30%<br />
20%<br />
10%<br />
0%<br />
51,3%<br />
48,7%<br />
total<br />
hog<strong>ar</strong>es bip<strong>ar</strong>entales<br />
87,5%<br />
12,5%<br />
restantes<br />
45,9%<br />
54,1%<br />
no<br />
conviven<br />
con hijos<br />
mujeres<br />
14,7%<br />
85,3%<br />
conviven<br />
con hijos<br />
96,9%<br />
conviven<br />
con hijos<br />
51,9%<br />
48,1%<br />
no<br />
conviven<br />
con hijos<br />
Fuente: Observatorio de la Maternidad. Elaboración propia sobre la base de la EPH 4° trimestre 2010.<br />
Gráfico 4: Situación conyugal de los jefes de hog<strong>ar</strong> o cónyuges –mujeres y<br />
hombres– que conviven con hijos. Total aglomerados urbanos. Año 2010.<br />
3,1%<br />
hog<strong>ar</strong>es monop<strong>ar</strong>entales<br />
Fuente: Observatorio de la Maternidad. Elaboración propia sobre la base de la EPH 4° trimestre 2010.<br />
restantes<br />
hombres<br />
casado 51,1%<br />
57,5%<br />
unido 33,8%<br />
39,4%<br />
sep<strong>ar</strong>ado/<br />
8,0% 2,1%<br />
divorciado<br />
soltero 5,4% 0,7%<br />
viudo 1,3% 0,3%<br />
mujeres<br />
cativo se ha ampliado en un año en los<br />
últimos cinco años.<br />
hombres<br />
89,0%<br />
11,0%<br />
53,6%<br />
46,4%<br />
total<br />
Hog<strong>ar</strong>es monop<strong>ar</strong>entales, una<br />
realidad exclusivamente femenina<br />
En la etapa adulta es más común que<br />
las mujeres y los hombres convivan en<br />
p<strong>ar</strong>eja, tengan o no hijos: viven en hog<strong>ar</strong>es<br />
bip<strong>ar</strong>entales sin hijos el 54,1% de<br />
las mujeres jefas de hog<strong>ar</strong> o cónyuges<br />
y el 48,1% de los v<strong>ar</strong>ones jefes de hog<strong>ar</strong><br />
o cónyuges, porcentajes que se incrementan<br />
al 85,3% y 96,9%, respectivamente,<br />
cuando hay hijos en el hog<strong>ar</strong>.<br />
Ahora bien, si se examinan los hog<strong>ar</strong>es<br />
monop<strong>ar</strong>entales 1 se verifica que la<br />
proporción es equitativa entre mujeres<br />
y hombres cuando no hay hijos en el<br />
hog<strong>ar</strong>: el 45,9% de las mujeres jefas de<br />
hog<strong>ar</strong> o cónyuges sin hijos y el 51,9%<br />
de los v<strong>ar</strong>ones jefes de hog<strong>ar</strong> o cónyuges<br />
sin hijos viven sin p<strong>ar</strong>eja estable.<br />
La brecha considerable entre mujeres<br />
y hombres en hog<strong>ar</strong>es monop<strong>ar</strong>entales<br />
se produce cuando llegan los hijos:<br />
mientras el 14,7% de las mujeres con<br />
hijos viven sin p<strong>ar</strong>eja estable, solo el<br />
3,1% de los v<strong>ar</strong>ones lo hacen. Las cifras<br />
expresan con cl<strong>ar</strong>idad que esta<br />
tendencia está en alza: en los últimos<br />
veinticinco años se duplicó la proporción<br />
de hog<strong>ar</strong>es monop<strong>ar</strong>entales femeninos<br />
con presencia de hijos: en 1985,<br />
el 6,7% de las madres se hallaban sin<br />
una p<strong>ar</strong>eja estable, mientras en 2010 lo<br />
están el 14,7% (Lupica, C., 2011).<br />
Las familias monop<strong>ar</strong>entales con jefatura<br />
femenina provienen, en una gran<br />
proporción, de mujeres sep<strong>ar</strong>adas o<br />
divorciadas que conviven con hijos<br />
respecto a los v<strong>ar</strong>ones (8% y 2,1%, respectivamente),<br />
y también de aquellas<br />
que tienen hijos y son solteras (5,4%<br />
y 0,7%, respectivamente) 2 , según deja<br />
ver el gráfico 3.<br />
Estos datos permiten inferir dos conclusiones:<br />
1) los hombres que asumen<br />
solos la responsabilidad del ejercicio<br />
cotidiano de las funciones paternas<br />
son una excepción en la Argentina; y 2)<br />
las mujeres sobrellevan casi exclusivamente<br />
las responsabilidades de crianza<br />
y cuidados cotidianos de los hijos cuando<br />
se sep<strong>ar</strong>an, divorcian o son madres<br />
solteras (Lupica, C., 2011b).<br />
El auge de la consensualidad<br />
Acerca de la formalidad del vínculo<br />
conyugal, en el presente es dable establecer<br />
que la mayoría de las mujeres y<br />
de los hombres que conviven con hijos<br />
lo hacen en el seno de una familia<br />
formada por la vía del matrimonio: el<br />
51,5% de las madres y el 57,5% de los<br />
hombres que conviven con hijos están<br />
casados. A su vez, el 33,8% de ellas y<br />
el 39,4% de ellos conviven en uniones<br />
consensuales.<br />
Sin emb<strong>ar</strong>go, analizando la evolución<br />
en los últimos años de la formalidad de<br />
los vínculos conyugales de las madres<br />
y de los hombres que conviven con hijos,<br />
se aprecia dentro de los hog<strong>ar</strong>es bip<strong>ar</strong>entales<br />
una tendencia en aumento<br />
de las uniones consensuales. Así, si en<br />
1985 el 85,5% de las madres estaban<br />
casadas, en 2010 lo están el 51,5% de<br />
ellas. En contraposición a esto, se triplicó<br />
la proporción de madres en vínculos<br />
consensuales, pues pas<strong>ar</strong>on del<br />
7,8% al 33,8% en el mismo período de<br />
estudio.<br />
Incluso, si se estima la tendencia reciente<br />
(últimos cinco años) entre los<br />
hombres, la proporción de aquellos<br />
que conviven con hijos y se encuentran
Gráfico 5: Evolución de la situación conyugal de las madres en hog<strong>ar</strong>es<br />
bip<strong>ar</strong>entales. Total aglomerados urbanos. Años 1985-2010.<br />
100%<br />
90%<br />
80%<br />
70%<br />
60%<br />
50%<br />
40%<br />
30%<br />
20%<br />
10%<br />
0%<br />
85,5%<br />
7,8%<br />
1985<br />
1986<br />
1987<br />
1988<br />
1989<br />
1990<br />
1991<br />
1992<br />
1993<br />
1994<br />
1995<br />
1996<br />
1997<br />
1998<br />
1999<br />
2000<br />
2001<br />
2002<br />
2003<br />
2004<br />
2005<br />
2006<br />
2007<br />
2008<br />
2009<br />
2010<br />
Fuente: Observatorio de la Maternidad. Elaboración propia sobre la base de datos de la EPH 1984-2010.<br />
Notas: P<strong>ar</strong>a el período 1984-2002 corresponde la EPH puntual onda octubre, p<strong>ar</strong>a el período 2003-2006 corresponde la EPH<br />
continua 2° semestre y p<strong>ar</strong>a el período 2007-2010 corresponde la EPH continua 4° trimestre. INDEC.<br />
Gráfico 6: Situación conyugal de<br />
los hombres de 14 a 49 años que<br />
conviven con hijos. Total aglomerados<br />
urbanos. Período 2006-2010.<br />
100<br />
90<br />
80<br />
70<br />
60<br />
50<br />
40<br />
30<br />
20<br />
10<br />
0<br />
35,0<br />
62,6<br />
2006<br />
casado<br />
2007<br />
2008<br />
unido<br />
2009<br />
39,4<br />
57,5<br />
2010<br />
Fuente: Observatorio de la Maternidad. Elaboración propia<br />
sobre la base de la EPH 2° semestre 2006 y EPH 4° trimestre<br />
2007-2010.<br />
en uniones conyugales de hecho creció<br />
del 35% al 39,4% de 2006 a 2010, y la<br />
de los que están casados disminuyó de<br />
62,6% al 57,5%, en el mismo período.<br />
A modo de conclusión<br />
Es innegable que el nivel educativo de<br />
las mujeres y de los hombres representa<br />
hoy una v<strong>ar</strong>iable crucial p<strong>ar</strong>a investig<strong>ar</strong><br />
las desigualdades en las tendencias<br />
casada<br />
unida<br />
33,8%<br />
51,5%<br />
demográficas. Mientras las mujeres y<br />
los hombres con menores niveles educativos<br />
han adelantado la edad de la<br />
<strong>maternidad</strong> y paternidad, aquellos con<br />
más años de educación formal la han<br />
postergado. En consecuencia, se profundizó<br />
la brecha en la vivencia de la<br />
<strong>maternidad</strong> y de la paternidad –edad a<br />
la que las mujeres y los hombres tienen<br />
hijos– según su nivel educativo.<br />
Las mujeres que complet<strong>ar</strong>on la universidad<br />
son madres ocho años más<br />
t<strong>ar</strong>de que aquellas con menos años de<br />
educación formal (PI), y entre los v<strong>ar</strong>ones,<br />
dicha diferencia es de seis años.<br />
En segundo lug<strong>ar</strong>, se producen algunas<br />
singul<strong>ar</strong>idades en los perfiles demográficos<br />
de la <strong>maternidad</strong> y la paternidad<br />
según se trate de mujeres y<br />
v<strong>ar</strong>ones: en tanto ellos se convierten en<br />
padres a edades más t<strong>ar</strong>días que ellas<br />
en madres (en promedio los hombres<br />
tienen su primer hijo dos años más<br />
t<strong>ar</strong>de que las madres: a los 25,1 años y<br />
23,3 años, respectivamente), entre las<br />
madres ha aumentado la probabilidad<br />
de encabez<strong>ar</strong> hog<strong>ar</strong>es monop<strong>ar</strong>entales<br />
con hijos a c<strong>ar</strong>go.<br />
Tal como se expresó en el des<strong>ar</strong>rollo<br />
del presente <strong>ar</strong>tículo, una de las c<strong>ar</strong>acterísticas<br />
más distintivas entre las<br />
mujeres y los hombres es que ellos están<br />
siempre acompañados cuando hay<br />
hijos en el hog<strong>ar</strong>, mientras ellas son<br />
quienes afrontan en soledad su <strong>maternidad</strong><br />
cuando se sep<strong>ar</strong>an/divorcian<br />
o son madres solteras: el 14,7% de las<br />
mujeres con hijos viven sin p<strong>ar</strong>eja estable,<br />
y solo el 3,7% de los v<strong>ar</strong>ones lo<br />
hacen. Esta <strong>org</strong>anización famili<strong>ar</strong> de<br />
“mujeres solas con hijos a c<strong>ar</strong>go” se<br />
duplicó en los últimos veinte años.<br />
Finalmente, ap<strong>ar</strong>ece una c<strong>ar</strong>acterística<br />
común a hombres y mujeres que habitan<br />
hog<strong>ar</strong>es bip<strong>ar</strong>entales: pese a que la<br />
mayoría de ellos están casados cuando<br />
tienen hijos, se registra una tendencia<br />
creciente de los que conviven en uniones<br />
de hecho. Es decir, que el matrimonio<br />
ha dejado de ser el ámbito exclusivo<br />
de la procreación y cada vez es más<br />
habitual la cohabitación como vía de<br />
formación famili<strong>ar</strong>.<br />
En síntesis, la información sobre las<br />
circunstancias famili<strong>ar</strong>es de nuestro<br />
país es importante p<strong>ar</strong>a anticip<strong>ar</strong> la<br />
demanda potencial de las políticas<br />
sociales dirigidas a equip<strong>ar</strong><strong>ar</strong> los derechos<br />
de las niñas y niños que viven<br />
en hog<strong>ar</strong>es con estructuras famili<strong>ar</strong>es<br />
diversas. Pero también, p<strong>ar</strong>a estim<strong>ar</strong><br />
las necesidades de reformas institucionales,<br />
se trate de modificaciones de los<br />
cuerpos normativos que rigen los derechos<br />
y obligaciones en las relaciones<br />
personales y famili<strong>ar</strong>es, o del diseño<br />
de nuevas políticas p<strong>ar</strong>a apoy<strong>ar</strong> nuevas<br />
realidades, por ejemplo, a las madres<br />
con responsabilidades famili<strong>ar</strong>es no<br />
comp<strong>ar</strong>tidas.<br />
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA<br />
• Lupica, C<strong>ar</strong>ina (2011). Madres solas en la Argentina. Dilemas<br />
y recursos p<strong>ar</strong>a hacer frente al trabajo remunerado y al<br />
cuidado de los hijos. Anu<strong>ar</strong>io de la Maternidad. Observatorio<br />
de la Maternidad. Buenos Aires, diciembre.<br />
• Lupica, C<strong>ar</strong>ina; Cogliandro, Gisell; Saavedra, Laura;<br />
Chávez Molina, Edu<strong>ar</strong>do (2011a). Cuadernillo Estadístico<br />
de la Maternidad N° 5. C<strong>ar</strong>acterísticas socio-laborales de los<br />
hombres que conviven con hijos en la Argentina. Procesamiento<br />
de datos de la EPH. INDEC. 2° semestre 2006. Observatorio<br />
de la Maternidad. Buenos Aires, abril.<br />
• Lupica, C<strong>ar</strong>ina (2011b). “Madres más temprano y más<br />
solas. Una realidad famili<strong>ar</strong> que crece, en especial entre las<br />
mujeres más pobres”. En Revista Observatorio Social N°<br />
30. Modelos de familias y políticas públicas N° 30. Asociación<br />
Civil Observatorio Social. Buenos Aires, m<strong>ar</strong>zo.<br />
• Lupica, C<strong>ar</strong>ina (2010). Los hijos ¿influyen de igual manera<br />
en la vida de las mujeres y de los hombres? Anu<strong>ar</strong>io de la Maternidad.<br />
Observatorio de la Maternidad. Buenos Aires,<br />
diciembre.<br />
1. Se reconocen como familias monop<strong>ar</strong>entales aquellas en las<br />
que una mujer o un hombre no convive de forma habitual con un<br />
cónyuge o p<strong>ar</strong>eja y, por lo tanto, ejerce en soledad la jefatura del<br />
hog<strong>ar</strong> (Lupica, C., 2011).<br />
2. La escasa proporción de viudos que conviven con hijos se explica<br />
porque la muestra utilizada en el análisis está conformada por<br />
mujeres y hombres de 14 hasta 49 años de edad, y la condición<br />
de viudez es más común entre los adultos mayores.<br />
(PÁGINA 15)
POLÍTICAS Y PROGRAMAS<br />
hombres, paternidad<br />
y cuidado<br />
algunos hallazgos de la Encuesta<br />
Internacional de Masculinidades<br />
y Equidad de Género (IMAGES)<br />
en Brasil, Chile y México 1<br />
Francisco Aguayo, EME- Cultura Salud (Chile); G<strong>ar</strong>y B<strong>ar</strong>ker, Instituto Promundo (Brasil-US) y Pablo Correa, MMC (Chile)<br />
Introducción<br />
La Encuesta Internacional de Masculinidades<br />
y Equidad de Género (IMAGES<br />
por sus siglas en inglés) se inscribe en<br />
el “Proyecto Masculinidades, Equidad<br />
de Género y Políticas Públicas”, coordinado<br />
por el Instituto Promundo y<br />
The International Center for Rese<strong>ar</strong>ch<br />
on Women (ICRW). El coordinador del<br />
proyecto global es G<strong>ar</strong>y B<strong>ar</strong>ker.<br />
Las <strong>org</strong>anizaciones coordinadoras e investigadores<br />
responsables en los tres<br />
países latinoamericanos p<strong>ar</strong>ticipantes<br />
fueron, en Brasil, Instituto Promundo,<br />
M<strong>ar</strong>cio Segundo, G<strong>ar</strong>y B<strong>ar</strong>ker y M<strong>ar</strong>cos<br />
Nascimento; en Chile, CulturaSalud/<br />
EME, Francisco Aguayo; en México,<br />
Colegio de México, Salud y Género,<br />
123-Contando-te y Juan Guillermo Figueroa.<br />
IMAGES se llevó a cabo también<br />
en Croacia, India y Ruanda.<br />
La encuesta buscó conocer las opiniones,<br />
actitudes y prácticas de los hombres<br />
en tópicos relacionados con la<br />
equidad de género, tales como experiencias<br />
en la infancia, relaciones de p<strong>ar</strong>eja,<br />
vida doméstica, paternidad, salud<br />
y violencia, entre otros.<br />
Se aplicó mediante muestreos probabilísticos<br />
en hog<strong>ar</strong>es de los b<strong>ar</strong>rios o<br />
ciudades seleccionados en cada uno<br />
de los países. En la encuesta p<strong>ar</strong>ticip<strong>ar</strong>on<br />
hombres y mujeres de entre 18 y<br />
59 años, con muestras independientes<br />
p<strong>ar</strong>a cada uno de estos grupos. El<br />
Tabla N° 1: Encuesta IMAGES: c<strong>ar</strong>acterísticas de las muestras por país.<br />
tamaño muestra<br />
hombres<br />
tamaño muestra<br />
mujeres<br />
brasil chile méxico<br />
750 1.192 1.002<br />
448 426 383<br />
edad 18-59 18-59 18-59<br />
año de<br />
aplicación<br />
lug<strong>ar</strong>es<br />
2009 2009 2009<br />
una gran ciudad<br />
metropolitana, río<br />
de janeiro, con dos<br />
b<strong>ar</strong>rios: m<strong>ar</strong>é<br />
(bajos ingresos,<br />
n=686 hombres,<br />
408 mujeres) y<br />
villa valquiere<br />
(ingresos medios,<br />
n=64 hombres,<br />
40 mujeres)<br />
tres áreas<br />
metropolitanas:<br />
valp<strong>ar</strong>aíso<br />
(n=198 hombres),<br />
concepción<br />
(n=197 hombres) y<br />
santiago<br />
(n=797 hombres,<br />
426 mujeres)<br />
institución promundo cultura salud, eme<br />
investigadores<br />
responsables<br />
proceso de<br />
aplicación<br />
del cuestion<strong>ar</strong>io<br />
m<strong>ar</strong>cio segundo,<br />
g<strong>ar</strong>y b<strong>ar</strong>ker y<br />
m<strong>ar</strong>cos nascimento<br />
encuesta en papel<br />
(combinación de<br />
encuestador<br />
con p<strong>ar</strong>tes<br />
autoadministradas)<br />
francisco aguayo<br />
encuesta en papel<br />
(administrado por<br />
el encuestador)<br />
un área<br />
metropolitana:<br />
monterrey<br />
(n=515 hombres,<br />
172 mujeres) y<br />
dos ciudades:<br />
querét<strong>ar</strong>o<br />
(n=222 hombres,<br />
127 mujeres) y<br />
jalapa<br />
(n=264 hombres,<br />
84 mujeres)<br />
el colegio de<br />
méxico, salud y<br />
género,<br />
123-contando-te<br />
juan guillermo<br />
figueroa<br />
encuesta en papel<br />
(administrado por<br />
el encuestador)
cuestion<strong>ar</strong>io fue diseñado p<strong>ar</strong>a ser contestado<br />
por hombres y mujeres, con o<br />
sin p<strong>ar</strong>eja, casados o no casados, heterosexuales<br />
o no, con o sin hijos. La versión<br />
p<strong>ar</strong>a hombres tenía aproximadamente<br />
250 ítems y tomaba entre 45 minutos y<br />
1 hora en ser contestado. La versión p<strong>ar</strong>a<br />
mujeres era algo más breve y se t<strong>ar</strong>daba<br />
cerca de 35 minutos p<strong>ar</strong>a responderla.<br />
Se aplicó en formato papel. En Brasil<br />
y Chile, encuestadores hombres entrevist<strong>ar</strong>on<br />
a los hombres y encuestadoras<br />
mujeres a las mujeres. En México se<br />
mantuvo el mismo patrón con las mujeres,<br />
pero p<strong>ar</strong>a la encuesta a hombres<br />
en la mayoría de los casos intervinieron<br />
encuestadoras mujeres.<br />
La encuesta IMAGES fue realizada en<br />
Brasil, Chile y México a través de una<br />
encuesta a hog<strong>ar</strong>es representativa de las<br />
ciudades o b<strong>ar</strong>rios en cuanto a su tamaño<br />
y distribución et<strong>ar</strong>ia. No son muestras<br />
nacionales, por tanto los datos no se<br />
pueden aplic<strong>ar</strong> al total de la población.<br />
No obstante, p<strong>ar</strong>a facilit<strong>ar</strong> la lectura, en<br />
este <strong>ar</strong>tículo los resultados se presentan<br />
nombrando al país en cada caso. Este es<br />
un elemento que se debe tener en cuenta<br />
al momento de interpret<strong>ar</strong> los resultados<br />
que se entregan.<br />
La paternidad de los hombres en<br />
la encuesta IMAGES<br />
Presentamos en primer lug<strong>ar</strong> algunos<br />
ítems de la escala GEM de actitudes de<br />
género (Pulerwitz y B<strong>ar</strong>ker, 2008). En<br />
los tres contextos a mayor escol<strong>ar</strong>idad se<br />
encontr<strong>ar</strong>on puntajes más altos, es decir,<br />
actitudes más equitativas de género.<br />
Se observa la presencia de actitudes<br />
tradicionales de género en cuanto a la<br />
paternidad en una proporción importante<br />
de los hombres. Por ejemplo,<br />
poco más de la mitad de ellos apoyan<br />
la afirmación “el rol más importante<br />
de las mujeres es cuid<strong>ar</strong> de su hog<strong>ar</strong> y<br />
cocin<strong>ar</strong> p<strong>ar</strong>a su familia”.<br />
A un porcentaje importante de hombres<br />
jamás se los socializó p<strong>ar</strong>a hacer<br />
t<strong>ar</strong>eas domésticas durante su infancia<br />
o adolescencia, tal como se puede<br />
apreci<strong>ar</strong> en el gráfico 1. Esta proporción<br />
oscila entre un 19% y un 35% según el<br />
tipo de actividad y el contexto.<br />
Se observa que hay una diferencia importante<br />
en la p<strong>ar</strong>ticipación en t<strong>ar</strong>eas<br />
domésticas entre aquellos hombres cuyos<br />
padres (u otra figura masculina sig-<br />
Tabla N° 2: Ítems escala GEM (% totalmente de acuerdo y p<strong>ar</strong>cialmente<br />
de acuerdo).<br />
el rol más importante de la mujer es cuid<strong>ar</strong><br />
de su hog<strong>ar</strong> y cocin<strong>ar</strong> p<strong>ar</strong>a su familia<br />
cambi<strong>ar</strong> pañales, bañ<strong>ar</strong> y aliment<strong>ar</strong> a los niños<br />
o niñas es responsabilidad de la madre<br />
es responsabilidad de la mujer evit<strong>ar</strong><br />
qued<strong>ar</strong> emb<strong>ar</strong>azada<br />
el hombre debe ser quien tiene la última<br />
palabra en las decisiones importantes del hog<strong>ar</strong><br />
me indign<strong>ar</strong>ía si mi mujer o p<strong>ar</strong>eja me pidiera<br />
que use preservativo con ella<br />
Gráfico 1: Hombres no socializados<br />
en t<strong>ar</strong>eas domésticas en la<br />
infancia/adolescencia.<br />
méxico<br />
nificativa de la infancia) sí p<strong>ar</strong>ticipaban<br />
en las t<strong>ar</strong>eas del hog<strong>ar</strong> y aquellos cuyos<br />
padres no lo hacían. Esta situación es<br />
estadísticamente significativa en Chile<br />
y México (p
Gráfico 3: división de t<strong>ar</strong>eas en el<br />
hog<strong>ar</strong> (reporte hombres).<br />
80%<br />
60%<br />
40%<br />
20%<br />
0%<br />
44%<br />
45%<br />
ella p<strong>ar</strong>ticipa más<br />
p<strong>ar</strong>ticipan igualmente<br />
él p<strong>ar</strong>ticipa más<br />
11%<br />
70%<br />
26%<br />
4%<br />
65%<br />
33%<br />
2%<br />
brasil chile méxico<br />
Gráfico 4: p<strong>ar</strong>ticipación de los<br />
hombres en el cuidado di<strong>ar</strong>io de<br />
los hijos.<br />
50%<br />
40%<br />
30%<br />
reporte<br />
hombres<br />
39%<br />
36%<br />
reporte<br />
mujeres<br />
46%<br />
31%<br />
Gráfico 5: Situación laboral de la p<strong>ar</strong>eja.<br />
brasil<br />
chile<br />
méxico<br />
reporte<br />
hombres<br />
reporte<br />
mujeres<br />
reporte<br />
hombres<br />
reporte<br />
mujeres<br />
reporte<br />
hombres<br />
reporte<br />
mujeres<br />
40%<br />
44%<br />
48%<br />
53%<br />
59%<br />
65%<br />
40% 11% 10%<br />
37% 8% 10%<br />
39% 6% 7%<br />
36% 5% 6%<br />
34% 3% 4%<br />
27% 2% 7%<br />
hombre<br />
proveedor<br />
ambos<br />
trabajan<br />
ninguno<br />
trabaja<br />
Gráfico 6: Relación entre condición de empleo y cuidado di<strong>ar</strong>io de<br />
hijas/os (reporte hombres).<br />
80%<br />
60%<br />
40%<br />
20%<br />
0%<br />
53%<br />
35%<br />
57%<br />
34%<br />
68%<br />
44%<br />
brasil chile méxico<br />
mujer<br />
proveedora<br />
no trabaja<br />
remuneradamente<br />
trabaja<br />
remuneradamente<br />
20%<br />
10%<br />
10%<br />
10%<br />
Tabla N° 3: Padres y cuidado de hijas/os de 0-4 años (% v<strong>ar</strong>ias veces a la<br />
semana o más).<br />
0%<br />
brasil chile<br />
méxico<br />
mientras que alrededor de 4 de cada 10<br />
hombres señal<strong>ar</strong>on p<strong>ar</strong>ticip<strong>ar</strong> di<strong>ar</strong>iamente<br />
en el cuidado de los hijos, en el<br />
reporte de mujeres esta cifra baja a 1 de<br />
cada 10 (gráfico 4).<br />
Aún se encuentra una proporción<br />
importante de p<strong>ar</strong>ejas –entre 40% y<br />
65%– que tienen un formato tradicional<br />
en el cual el hombre es proveedor<br />
económico. Entre 27% y 40% de las<br />
p<strong>ar</strong>ejas son proveedores ambos. Entre<br />
2% y 11% de los casos la mujer es la<br />
proveedora (gráfico 5).<br />
El trabajo remunerado ap<strong>ar</strong>ece relacionado<br />
con la p<strong>ar</strong>ticipación de los<br />
hombres en el cuidado de sus hijas e<br />
hijos. Además, se encontró una diferencia<br />
estadísticamente significativa<br />
en el promedio de la Escala GEM entre<br />
quienes señal<strong>ar</strong>on cuid<strong>ar</strong> a di<strong>ar</strong>io a sus<br />
hijos y quienes no (p
Gráfico 7: Hombres que acompañ<strong>ar</strong>on alguna vez a su p<strong>ar</strong>eja en las visitas<br />
prenatales del último emb<strong>ar</strong>azo.<br />
Gráfico 8: Presencia en el momento del nacimiento del último hijo/a<br />
(reporte hombres).<br />
Gráfico 9: Exposición de hombres a mensajes y campañas de paternidad.<br />
20%<br />
15%<br />
10%<br />
5%<br />
100%<br />
80%<br />
60%<br />
40%<br />
20%<br />
brasil<br />
chile<br />
méxico<br />
15%<br />
7%<br />
78%<br />
hombres (24%) indicó haber estado en<br />
la sala de p<strong>ar</strong>to y solo un 3% estaba en<br />
otro lug<strong>ar</strong> del hospital, lo que expresa<br />
que casi 3 de cada 4 hombres (73%) no<br />
estaban presentes al momento del nacimiento<br />
de su último hijo (gráfico 8).<br />
La exposición a campañas o actividades<br />
de paternidad es escasa. Entre un 15%<br />
y un 18% de los hombres han escuchado<br />
de campañas de paternidad. Y solabrasil<br />
chile méxico<br />
24%<br />
10%<br />
59%<br />
16%<br />
86%<br />
8%<br />
72%<br />
39% 54%<br />
50%<br />
3% 73%<br />
18%<br />
92%<br />
8%<br />
80%<br />
22% 28%<br />
0% 20% 40% 60% 80% 100%<br />
reporte hombres<br />
reporte mujeres<br />
en la sala<br />
de p<strong>ar</strong>to<br />
en otro lug<strong>ar</strong><br />
de l hospital<br />
no estuvo<br />
presente<br />
ha escuchado<br />
campañas que<br />
promueven el<br />
involucramiento<br />
de los padres<br />
ha p<strong>ar</strong>ticipado<br />
en actividades<br />
promoviendo<br />
el involucramiento<br />
de los padres<br />
mente entre un 8% y un 10% de ellos<br />
han p<strong>ar</strong>ticipado en alguna actividad<br />
que promueva la paternidad (gráfico 9).<br />
Conclusiones<br />
Los datos de la Encuesta IMAGES<br />
muestran la importancia de estudi<strong>ar</strong><br />
temas de equidad de género como la<br />
paternidad y el cuidado preguntando a<br />
los hombres. Asimismo, las discrepancias<br />
en los reportes de hombres y mujeres<br />
sugieren que se debe consult<strong>ar</strong><br />
a ambos grupos cuando se investigan<br />
estos tópicos.<br />
Uno de los hallazgos de este estudio es<br />
que el orden de género aún está muy<br />
segregado en sus roles y que las mujeres<br />
tienen la mayor c<strong>ar</strong>ga de las t<strong>ar</strong>eas<br />
domésticas y de cuidado.<br />
La p<strong>ar</strong>ticipación de los hombres en t<strong>ar</strong>eas<br />
de paternidad y cuidado se relaciona<br />
con temas tales como edad, escol<strong>ar</strong>idad,<br />
haber sido o no socializados en la<br />
infancia y adolescencia en hacer t<strong>ar</strong>eas<br />
domésticas; haber tenido o no un padre<br />
involucrado en hacer esas t<strong>ar</strong>eas; si<br />
uno o dos miembros de la p<strong>ar</strong>eja son<br />
proveedores económicos; las actitudes<br />
de género más o menos equitativas.<br />
P<strong>ar</strong>a logr<strong>ar</strong> una mayor equidad de<br />
género en lo doméstico los hombres<br />
tendrían que comp<strong>ar</strong>tir las labores de<br />
cuidado y domésticas con las mujeres.<br />
P<strong>ar</strong>a ello se requieren políticas de paternidad<br />
tales como postnatales masculinos<br />
l<strong>ar</strong>gos y exclusivos y una mayor<br />
oferta de campañas y programas sobre<br />
paternidad y cuidado de los hombres.<br />
P<strong>ar</strong>a mayor información sugerimos revis<strong>ar</strong><br />
el informe Masculinidades y Políticas<br />
de Equidad de Género: Reflexiones<br />
a p<strong>ar</strong>tir de la Encuesta IMAGES y<br />
una revisión de políticas en Brasil, Chile<br />
y México (B<strong>ar</strong>ker y Aguayo, 2012).<br />
0%<br />
brasil chile méxico<br />
(50%) afirm<strong>ar</strong>on haber estado en la<br />
sala de p<strong>ar</strong>to y solamente cerca de 1 de<br />
cada 4 hombres (22%) indicó no haber<br />
estado en el hospital en ese momento.<br />
Estas cifras son muy distintas p<strong>ar</strong>a el<br />
caso de Brasil, donde apenas un 7% señaló<br />
haber estado en la sala de p<strong>ar</strong>to y<br />
más de la mitad de los hombres (54%)<br />
decl<strong>ar</strong><strong>ar</strong>on no haber estado en el hospital.<br />
Por su p<strong>ar</strong>te, en México 1 de cada 4<br />
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA<br />
• B<strong>ar</strong>ker, G. y Aguayo, F. (coords.) (2012). Masculinidades<br />
y Políticas de Equidad de Género: Reflexiones a p<strong>ar</strong>tir<br />
de la Encuesta IMAGES y una revisión de políticas en Brasil,<br />
Chile y México. Río de Janeiro, Promundo. Disponible<br />
en: http://www.promundo.<strong>org</strong>.br/en/wp-content/<br />
uploads/2012/03/PROMUNDO_Images_Web29.pdf<br />
• Pulerwitz, J. y B<strong>ar</strong>ker, G. (2008). Measuring Attitudes<br />
tow<strong>ar</strong>d Gender Norms among Young Men in Brazil. Development<br />
and Psychometric Evaluation of the GEM Scale. Men<br />
and Masculinities. Volume 10, Number 3. http://promundo.<strong>org</strong>.br/en/wp-content/uploads/2010/03/04.pdf<br />
1. Texto basado en la publicación: B<strong>ar</strong>ker, G. y Aguayo, F. (coords)<br />
(2012) Masculinidades y Políticas de Equidad de Género: Reflexiones<br />
a p<strong>ar</strong>tir de la Encuesta IMAGES y una revisión de políticas en<br />
Brasil, Chile y México. Rio de Janeiro: Promundo, que contó con el<br />
apoyo de UNFA en colaboración con la Organización Panamericana<br />
de la Salud (OPS).<br />
(PÁGINA 19)
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