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Mirada de los Docentes de 2do Año
Los docentes de este curso propusieron enfocar el
tema Violencia desde su labor, es decir otro punto de vista
de la misma realidad.
Según el modelo escolar configurado en la modernidad, la
complejidad de los contextos sociales e institucionales actuales
debilitan el ejercicio de la autoridad pedagógica en
la escuela.
La manera en cómo se percibe y representan los
problemas de disciplina, es una de las claves que explica lo
que es en realidad y cómo se vive la disciplina en el aula,
por lo que la violencia se entiende como una respuesta a
un emergente de la sociedad actual y sus problemáticas:
cambios sociales, desigualdad, exclusión y alienación de los
estudiantes en relación al entorno social con el que interactúan
cotidianamente.
Hoy se habla mucho sobre la sensación de impotencia
y de falta de recursos de los docentes para dar respuesta
a situaciones altamente complejas, manifestando que
antes había problemáticas que no “entraban” a la Escuela.
Hoy en día los alumnos, muchas veces, vienen al
Colegio a olvidarse del entorno en que viven.
Se nota una percepción desgastada del propio rol,
en la que el docente, con frecuencia, se siente superado por
la situación.
“La violencia no solo se ejerce físicamente, existe una violencia
silenciosas de la que nadie habla.
El docente es un profesional de la educación, por lo tanto,
no solamente tiene que tener autoridad intelectual, sino
que tiene que tener para con el alumno buen trato, controlar
sus emociones, sea lo que sea que suceda del otro lado
El docente debe saber:
• Qué hacer
• Que contestar
• Cómo controlar la situación.
• A quién recurrir
Lo que nunca se plantea, o muy pocas veces es ¿Quién contiene
al docente después de estas situaciones?”
Profesora de Matemática, María Martha Huljich
sean docentes, alumnos, padres, especialistas y profesionales
buscar una solución para que la escuela vuelva a ser
respetada, valorada y sobre todo para poder mejorar la calidad
educativa y que este ámbito no se convierta solo en un
sitio de contención social.” Profesora de Historia Mónica
Tovar
“El docente llega con toda la intención de enseñar, de entablar
una comunicación con sus alumnos y sucede que la gran
mayoría no registra la presencia del docente en el aula. Una
se pregunta ¿por qué? ¿para qué? ¿qué hago?.
La desidia generalizada, la falta de interés, la incomunicación
entre alumnos y docentes y también entre los pares,
termina abruptamente con la mejor intención que una pueda
llevar realizar el trabajo con dignidad y el respeto que
nos merecemos.
Entonces llega ese momento en el que caigo en la pregunta
¿Qué ha pasado durante todos estos años con mi condición
de trabajadora de la educación? ¿por qué la sociedad en
su conjunto ha devaluado nuestra profesión? ¿porqué los
jóvenes no toman conciencia que estamos trabajando y que
merecemos el respeto y la consideración que todo trabajador
merece, como ellos mismo reclamarán cuando estén en
condiciones laborales?
Suelo hacer este ejercicio reflexivo con mis alumnos poniendo
distintos ejemplos: ¿cuándo vas a la verdulería y quién
te atiende te pregunta qué querés llevar, vos te pones los
auriculares y no respondes? O ¿cuándo vas al médico y te
está indicando un tratamiento a seguir, te pones a hablar
con otras personas sobre la voz del profesional y te reís
mientras él o ella te habla? Obviamente la respuesta es que
no lo hacen. Entonces yo les pregunto: ¿por qué respetan el
trabajo del verdulero y del médico y no respetan el trabajo
docente? Ellos empiezan a referir una serie de situaciones
en las cuales supuestamente sienten que no son respetados
en la escuela, pero generalmente llegan también a la conclusión
que al docente no se lo registra como un trabajador”
Profesora de Lengua , Literatura e Historia y Lengua
Extranjera Claudia Argento.
“Trabajo a diario con adolescentes que ejercen todos los
días sobre mi persona una violencia que duele. Siempre se
intenta abordar el tema de violencia desde el lado del adolescente
para comprender su realidad y su conducta y tratar
de acercarse a ellos de manera comprensiva, dialogando e
intentando por todos los medios a nuestra disposición tener
una mejor convivencia en el aula.
Sin embargo nuestra realidad se deja de lado por el sistema
educativo actual. Los docentes no somos respetados
en algunas aulas por nuestros alumnos pero no me refiero
a que falten el respeto a través de un insulto sino que nos
faltan el respeto al no ser capaces de mantener un clima
de silencio para que el docente pueda desarrollar una clase
con exposición y explicación para todos los alumnos, cuando
no llevan útiles escolares y no porque no los tengan,
sino porque no les da ganas de escribir, cuando intentamos
exigirles que realicen una actividad extraescolar y excepto
raras ocasiones nadie las cumple, cuando preguntamos si
alguien estudio y se produce un silencio y luego una risotada
burlona.
Desconozco cuál sería la manera de poder cambiar esta
situación pero creo que es necesario instalar en nuestra
sociedad el debate y juntos todos los actores sociales, ya
Quartino - Caro - Melo - Etchegaray - Bocanera - Lopez
camelo - 6to “A” E Economía y Administración-