TUMORES EXTRAPARENQUIMATOSOS Dr. Carles Majos Torró ...
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<strong>TUMORES</strong> <strong>EXTRAPARENQUIMATOSOS</strong><br />
<strong>Dr</strong>. <strong>Carles</strong> <strong>Majos</strong> Torró<br />
Hospital de Bellvitge<br />
Dentro del grupo de los tumores extraparenquimatosos se incluye una serie de lesiones diversas que tienen<br />
en común su origen fuera del parénquima cerebral. Esta separación de los tumores intracraneales en intra o<br />
extraparenquimatosos es de gran relevancia, tanto para el tratamiento como para el diagnóstico. Es obvio<br />
que el procedimiento quirúrgico varía dependiendo de si el tumor se encuentra dentro o fuera del<br />
parénquima cerebral. En cuanto al diagnóstico, las estructuras de las que se pueden originar los tumores<br />
también varían dependiendo del compartimento en que se encuentren, y por lo tanto también su histología.<br />
Esta distinción que por imagen parece que debería ser sencilla, no siempre lo es. Existe alrededor de un<br />
10% de meningiomas que presenta un aspecto radiológico atípico, y también un porcentaje no despreciable<br />
de tumores intraparenquimatosos que aparenta presentar un origen extraaxial. Estas lesiones de origen<br />
incierto se pueden sistematizar en tres grupos: tumores extraparenquimatosos con invasión del parénquima,<br />
tumores intraparenquimatosos con invasión de meninges y lesiones extraparenquimatosas con un patrón de<br />
señal inesperado que hace sospechar un origen intraaxial. En estos casos es importante conocer los<br />
aspectos semiológicos que nos pueden orientar hacia un origen intra o extraparenquimatoso para aplicarlos<br />
de manera meticulosa.<br />
Radiológicamente, los tumores extraparenquimatosos se caracterizan por presentar una localización<br />
periférica, con amplio contacto con las meninges, ángulos obtusos y desplazamiento en profundidad de los<br />
vasos meníngeos, el córtex y la unión entre sustancia gris y sustancia blanca. Al contrario de lo que sucede<br />
en los tumores intraparenquimatosos, pueden encontrarse rodeadas de un ensanchamiento del espacio<br />
subaracnoideo, debido al desplazamiento que provocan del parénquima cerebral, con el córtex respetado o<br />
adelgazado, pero nunca engrosado como haría un tumor glial infiltrativo. Se puede identificar captación<br />
meníngea alrededor, que puede ser de naturaleza tumoral o reactiva y que se ha descrito como “signo de la<br />
cola dural”, y pueden existir cambios reactivos óseos. De estos signos hay algunos que podemos considerar<br />
sugestivos de lesión extraparenquimatosa (localización periférica, cambios asociados en calota y signo de la<br />
cola dural), mientras que otros se podrán considerar definitivos de origen extraparenquimatoso (presencia<br />
de una hendidura de LCR entre el tumor y el parénquima, presencia de vasos interpuestos, presencia de<br />
cortex interpuesto entre la lesión y el parénquima, o identificación de la duramadre y localización extradural<br />
de la lesión). Serán estos últimos signos los que deberemos buscar cuando tengamos dudas.<br />
Con mucho, los tumores extraparenquimatosos más prevalentes son los meningiomas y los neurinomas,<br />
llegando a constituir alrededor de un 80% de casos, y siendo el meningioma el más frecuente.<br />
MENINGIOMA<br />
El meningioma presenta un pico de edad entre los 40 y 60 años, es más frecuente en mujeres y puede<br />
crecer “en placa”, formando lesiones de amplia base dural, pero también puede formar lesiones globulosas<br />
con proyección en profundidad. Pueden ser múltiples (alrededor de 1-9% de casos), y cuando sean<br />
múltiples y aparezcan en pacientes jóvenes cabe considerar la posibilidad de una Neurofibromatosis tipo II.<br />
Se han descrito múltiples subtipos histológicos (meningotelial, fibroso, transicional, angioblástico…). La<br />
OMS distingue tres grados de malignidad:<br />
- Grado I. El más frecuente (88-94%) y con baja tasa de recidiva (3-7% en 5 años).<br />
- Grado II. Meningioma atípico (5-7%) con 50% de recidivas en 5 años.<br />
- Grado III. Meningioma anaplásico (1-2%) con 75% de recidivas en 5 años.<br />
Radiológicamente se caracterizan por ser lesiones relativamente hiperdensas en TC , con calcificaciones en<br />
alrededor de un 25% de casos, captación intensa y homogénea y posible repercusión ósea, habitualmente<br />
esclerosa. La angiografía en la actualidad se encuentra indicada para embolización prequirúrgica en casos<br />
en que sospeche que pueden presentar sangrado abundante en el acto quirúrgico. Son lesiones<br />
hipervasculares con aporte predominante de carótida externa. Por RM forman lesiones isointensas al córtex.<br />
Se realzan de forma intensa y habitualmente homogénea.<br />
Se considera un origen a partir de las células meníngeas de granulaciones de Pachioni, de ahí que se<br />
localicen con más frecuencia en los sitios que presentan mayor abundancia de éstas, dónde reciben<br />
nomenclaturas propias. Así la localización más frecuente será la parasagital (20-25%), seguida de los<br />
meningiomas de la convexidad (15-20%), meningiomas de ala menor (15-20%; “clinoideo” cuando es<br />
medial, “de ala menor” cuando es central, y “pterional” cuando es lateral), de surco olfatorio (5-10%),<br />
paraselar o de seno cavernoso (5-10%), de fosa posterior (10%; tentorial, de ángulo pontocerebeloso o<br />
clival), de fosa cerebral media (3%), y localizaciones más infrecuentes como de órbita, intraventricular,<br />
pineal, intradiploico o extracraneal.
Es importante valorar la posible afectación vascular en estos tumores, ya sea arterial o venosa, por su<br />
posible repercusión clínica y en el tratamiento.<br />
SCHWANNOMA<br />
Más comúnmente denominado neurinoma, esta tumoración que se origina de las células de Schwann es la<br />
segunda tumoración extraparenquimatosa en frecuencia. Su incidencia es mayor entre los 40 y 60 años y<br />
son más frecuentes en mujeres (x1.5-x2). Forman tumores nodulares o polilobulados de límites bien<br />
definidos, que frecuentemente pueden presentar degeneración quística. Se puede localizar en relación a<br />
cualquier par craneal excepto I y II, que no son en realidad raíces nerviosas y por lo tanto no contienen<br />
células de Schwann.<br />
Con mucho, el par craneal que presenta neurinomas con mayor frecuencia es el VIII (90-95%; “neurinoma<br />
del acústico”, más frecuente en nervio vestibular) seguido del V par craneal (5-6%; “neurinoma del<br />
trigémino”). Una consideración a tener en cuenta son que solo se encuentran neurinomas en 5-6% de<br />
pacientes estudiados por parálisis facial.<br />
Con cierta frecuencia, ante una lesión extraparenquimatosa se plantea el diagnóstico diferencial entre<br />
meningioma y neurinoma. En estos casos es importante conocer la anatomía del par craneal, dado que una<br />
distribución siguiendo este recorrido apoya el diagnóstico de neurinoma.<br />
OTRAS LESIONES<br />
Las metástasis, aunque más frecuentes en localización intraaxial, también pueden aparecer en localización<br />
extraparenquimatosa. De hecho son más frecuentes de lo que comúnmente se cree y deben tenerse en<br />
cuenta cuando se estudia a un paciente con antecedente de neoplasia primaria. Pueden afectar tanto a<br />
paquimeninges como a leptomeninges. Las metástasis paquimeníngeas serían superponibles a las<br />
intraparenquimatosas, pero localizadas a nivel de la duramadre. Su semiología radiológica es indistinguible<br />
a la de los meningiomas. Cuando se localizan en espacio subaracnoideo presentan un comportamiento<br />
diferente, formando lesiones finas e hipercaptantes que tapizan la superficie del parénquima cerebral,<br />
frecuentemente asociadas a carcinomatosis meníngea.<br />
Hay otras lesiones de menor frecuencia que también pueden aparecer en localización extraparenquimatosa.<br />
Un grupo de estas lesiones son los quistes de inclusión. Bajo este subgrupo se incluyen lesiones tumorales<br />
benignas derivadas del ectodermo (los tumores epidermoides y dermoides), cuyo diagnóstico diferencial se<br />
establece con los quistes aracnoideos. Contienen queratina, colesterol y detritus celulares, y en los<br />
dermoides se puede encontrar además dientes, pelo y otras estructuras ectodérmicas.<br />
La localización más frecuente del tumor epidermoide es el ángulo pontocerebeloso. Tiene tendencia a<br />
crecer de forma “plástica” adaptándose a las estructuras existentes, afectando a la vez a los<br />
compartimentos supra e infratentorial. Radiológicamente son lesiones quísticas con señal de resonancia<br />
heterogénea por la presencia de detritus. De cara al diagnóstico diferencial con los quistes aracnoideos es<br />
interesante el comportamiento de señal en secuencias de difusión, en que los tumores epidermoides son de<br />
alta señal y presentan restricción del ADC.<br />
Los lipomas no son verdaderas neoplasias sinó que se trata de lesiones malformativas. Son más frecuentes<br />
en línea media, en particular alrededor de cuerpo calloso. Se caracterizan por presentar alta señal de<br />
resonancia en la secuencia T1, propia de su contenido graso, y se pueden asociar a malformación de<br />
cuerpo calloso que puede ir desde la hipoplasia hasta la agenesia.<br />
Los paragangliomas son tumores que se originan de los paraganglia. A nivel intracraneal cabe considerar<br />
los originados en relación al foramen yugular: los glomus yugulotimpánicos. Se trata de tumores muy<br />
vascularizados que crecen en el interior del foramen y erosionan la pared lateral del mismo extendiéndose<br />
hacia en interior de la cavidad timpánica. Radiológicamente se comportan como procesos que ocupan el<br />
foramen yugular con erosión de la pared lateral del mismo (mejor identificada por TC) y se extieden hacia el<br />
interior de la cavidad timpánica ocupando el mesotímpano. Son tumores marcadamente hipercaptantes que<br />
pueden presentar vacíos de señal serpiginosos en su interior correspondientes a vasos dilatados.