vamos despacio, que tenemos prisa - Asociación Derecho a Morir ...
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Hoy me avergüenzo de no haber sacado<br />
uñas y dientes para defender a mi padre y<br />
concederle un sueño tranquilo<br />
“<br />
“<br />
pedir nuestro parecer, cambió las decisiones del anterior<br />
médico, empezó con pruebas, etc. Había momentos<br />
en <strong>que</strong> mi padre, aun con la cabeza ida, decía como un<br />
sonámbulo ‘pero, ¡qué me estáis haciendo…!’ Yo también<br />
me lo preguntaba y más tarde me he enterado de lo <strong>que</strong><br />
obstinadamente a<strong>que</strong>lla médico estaba haciendo era un<br />
encarnizamiento terapéutico… ¡Qué bien puesta está la<br />
palabra ‘encarnizamiento’!<br />
Llevábamos meses teniendo <strong>que</strong> llevar a nuestro padre<br />
con frecuencia al hospital. Unas veces era la médico del<br />
ambulatorio la <strong>que</strong> le mandaba al hospital, otras teníamos<br />
<strong>que</strong> acudir a urgencias. Los episodios a veces eran diferentes,<br />
cada vez fallaba algo o era una nueva infección…. Ya<br />
no albergábamos esperanzas, sus acha<strong>que</strong>s y su desgaste<br />
era cada vez mayor y sospechábamos <strong>que</strong> más pronto <strong>que</strong><br />
tarde a sus 94 años con cualquiera de estos episodios<br />
nos diría adiós. Ahora veo <strong>que</strong> los médicos a veces parece<br />
<strong>que</strong> tienen miedo a la muerte y no te dicen nada, o bien<br />
están en su rutina técnica y pasan los enfermos, los medican,<br />
les dan de alta, y no te comentan acerca de su vida<br />
o mejor dicho de cómo el paciente está entrando ya en el<br />
proceso más o menos largo de la muerte.<br />
Recuerdo <strong>que</strong>, muerto ya mi padre, hablando contigo me<br />
insinuaste <strong>que</strong> igual la médico temiera <strong>que</strong> pudiera ser<br />
acusada de eutanasia. Nunca en la vida me había parado<br />
a pensar en la eutanasia y tampoco sé de qué manera<br />
está penada en las leyes. Para mí el caso de mi padre,<br />
como para mis hermanos, se limitaba a <strong>que</strong>, si no había<br />
esperanzas médicas de recuperación, se le dejase en<br />
paz y <strong>que</strong> muriera sin dolores, sin ahogos, sin espasmos<br />
o sobresaltos, como si estuviera durmiendo. Y estábamos<br />
seguros de <strong>que</strong> tenía derecho a esa tranquilidad puesto<br />
<strong>que</strong> ya no había nada <strong>que</strong> hacer y le llegaba su hora, su<br />
estación término.<br />
Sigo preguntándome por qué este cambio de médicos,<br />
por qué ese cambio en la manera de actuar con el<br />
enfermo y también cambio en las maneras y actitudes.<br />
Habíamos pasado de un conversar tranquilos con el<br />
médico a <strong>que</strong> la médico viniera echando por tierra lo <strong>que</strong><br />
había hecho el otro médico, sin dar ninguna explicación,<br />
sin averiguar cuál era nuestra opinión en todo lo <strong>que</strong><br />
estaba haciendo y pensaba hacer. Yo no sabía qué decir<br />
ni qué hacer, pero en mi interior pensaba con rabia <strong>que</strong><br />
iba a poner todos los medios para <strong>que</strong> a mi no me pasara<br />
otro tanto. Qué iba a hacer, no lo sabía, pero ya me arreglaría,<br />
me enteraría. Pero lo <strong>que</strong> estaba haciendo a<strong>que</strong>lla<br />
médico -iba a decir energúmeno- no me parecía correcto<br />
pues lo único <strong>que</strong> estaba logrando ya desde el primer momento<br />
era alterar e intranquilizar al enfermo <strong>que</strong> estaba<br />
en estado demenciado… Ahora me avergüenzo de no<br />
haber sacado uñas y dientes para defender a mi padre<br />
y concederle un sueño tranquilo en esas horas <strong>que</strong> le<br />
<strong>que</strong>daban…<br />
A los tres días vimos aparecer al primer médico. Sabía lo<br />
<strong>que</strong> había pasado, pero no comentó nada. Por lo <strong>que</strong> nos<br />
dijo iba a actuar como lo había hecho. Únicamente nos<br />
indicó <strong>que</strong> opinaba <strong>que</strong> habría <strong>que</strong> ponerle una sonda<br />
nasogástrica. Le preguntamos detalles de la finalidad de<br />
tal sonda y nos dijo <strong>que</strong> era para alimentarle. Nuestra<br />
respuesta fue casi a la par <strong>que</strong> no lo veíamos bien. Para<br />
qué alimentarlo si no tenía curación y si le suspendían<br />
tratamientos por ser inútiles. Le pedimos <strong>que</strong> sobre todo<br />
estuviera tranquilo, sin dolores, sin ahogos. No discutió ni<br />
insistió. Dijo <strong>que</strong> le pondría un gotero para tenerlo hidratado<br />
y poder sedarlo adecuadamente. Por fin se habían<br />
acabado los días de la crueldad. La palabra me parece<br />
dura, pero no la tacho. Yo personalmente sentí y sufrí la<br />
crueldad de a<strong>que</strong>lla mujer con bata blanca <strong>que</strong> hizo sufrir<br />
inútilmente a mi padre por las razones <strong>que</strong> tuviera. Solo<br />
te digo <strong>que</strong> las enfermeras en esos días nos comentaban<br />
en voz baja <strong>que</strong> qué mala suerte habíamos tenido. Algo o<br />
bastante sabrán ellas <strong>que</strong> yo desconozco.<br />
Bueno, basta por hoy. Seguiremos hablando pues no<br />
quiero <strong>que</strong> en mí o en mi familia se repita la historia de<br />
un o una médico dominante, <strong>que</strong> creó en mí una sensación<br />
de impotencia <strong>que</strong> no me dejaba gritarle un ‘basta<br />
ya, ya vale’. Tales eran sus actitudes de imposición, su<br />
comportamiento y sus actuaciones de dominio. Después<br />
de unos meses pienso <strong>que</strong> alguien habría por encima de<br />
ella a quien protestar y denunciar. No sé… De verdad <strong>que</strong><br />
no estamos preparados para estos casos. Algo tendremos<br />
<strong>que</strong> hacer.<br />
Un abrazo, Ana María<br />
P.D. Te agradezco las dos revistas <strong>que</strong> me enviaste. En<br />
una he encontrado un libro <strong>que</strong> recomendáis sobre ‘El<br />
derecho a no sufrir’. He pedido en una librería <strong>que</strong> me<br />
lo bus<strong>que</strong>n. Así cuando vaya por Madrid, podré hablar<br />
contigo con algunas ideas claras. Es curioso <strong>que</strong> después<br />
de tantos años en las aulas nadie nos haya enseñado a<br />
morir dignamente.<br />
42 | DMD