Observatorio de Colombia 12 - CAEI

Observatorio de Colombia, Número 12, Año IV, Verano Sur 2011
En una sociedad profundamente centralista, frente a una ciudad con amplia concentración urbana y serios
problemas en torno a la movilidad y la seguridad, es un punto negativo que el Gobierno no tenga afinidad
política con el mandatario local –lo cual ocurre en efecto desde 2003-. Temas como la construcción del Metro
en Bogotá, los nuevos diseños de movilidad, las ampliaciones de los Sistemas de movilidad, el desarrollo
urbanístico y los planes frente a las amplias masas de desplazados requieren un trabajo de filigrana que no
sabemos si se llevará a cabo en el binomio Petro-Santos.
Sin embargo, la pérdida en Bogotá no es el único desafío de la Unidad Nacional y de la clase política
colombiana, los movimientos (evidenciados en marchas, paros universitarios, debates públicos y fuertes
protestas) desatados en torno a temas como la Reforma a la Educación Superior, demuestran que el mundo
(y Colombia no es ajeno) evidencian nuevas formas de hacer política, que pueden trastocar los canales
tradicionales y convertir en “convidados de piedra” a sectores carentes de representación, como por ejemplo
el Congreso de la República. El retiro del proyecto de reforma mencionado, demuestra que el Gobierno es
plenamente consciente del poder de estos nuevos actores políticos, pero también podemos percibir que no
está necesariamente preparado para generar relaciones de poder con ellos, y que su actuación –por el
momento- es meramente reactiva.
Finalmente, no puede dejarse de mencionar que si algo ha sustentado la Unidad Nacional ha sido la eficacia
legislativa de todas las bancadas en cuanto al cumplimiento de dar trámite expedito a todas las iniciativas
gubernamentales o con bendición del Gabinete, y de dilatar (como el caso de la penalización del Aborto o la
cadena perpetua a delincuentes cuyas víctimas hayan sido infantes) las que no son de interés directo del
Gobierno.
Así las cosas, nadie puede negar que casi 18 meses después de su ascenso al poder y con elecciones
regionales de por medio, el Presidente Santos puede darse por satisfecho, sin embargo mientras temas como
corrupción y la distribución de riqueza sigan siendo temas pendientes, cualquier triunfo será pírrico en política
interna.
Todos los derechos reservados. - Pág. 28