SECTUR Agosto 2009 - Ministerio de Turismo

Informe
Por Luis Simó
En Santa Cruz,
el gato al fin maúlla.
A pocos kilómetros del
destino turístico Bayahibe
se encuentra el pintoresco
poblado de Santa Cruz del
Gato. Para llegar se toma
la carretera que conduce a
Higuey.
Hay que pasar frente a Benerito, sitio de
intensa actividad comercial y encrucijada
de bateyes, bueyes y verdes praderas de
cana de azúcar. El Gato, como se le conoce,
a nivel popular, recibe diariamente
cientos de turistas. Algunos llegan en
motocross, otros en safaris.
El recorrido se realiza a través de una sinuosa
carretera en cuyos bordes crecen
caobos, almácigos y guayacanes, entre
otras especies nativas. El destino final
de los turistas es el caudaloso río Chavón,
punto de partida de una travesía
inolvidable.
Sin embargo, las reglas de un destino
organizado no se cumplen en el Gato.
Basta señalar que ningún letrero nos
dice donde queda. El destino turístico
se sugiere, gracias a un letrero del Wild
Ranch, una finca donde se practica el
canopy, deporte que permite cruzar los
aires trepado en alambres de acero a
velocidades escalofriantes. El trayecto
desde la carretera de Higuey hasta Santa
Cruz del Gato es de aproximadamente
15 minutos.
El camino vecinal es de caliche, pero nadie
se queja. Sus hoyos y declives forman
parte de la aventura del motocross.
Eso si, se necesita mejorar el pequeño
puente que desaparece con cada inundación
dejando aislado al poblado.
Desde hace 8 meses, la Secretaria de
Turismo aplica su plan de desarrollo turístico
comunitario. Los gatenses dicen
que ha sido una bendición. Por más de
100 anos, nadie había mirado hacia ese
lugar, otrora importante lugar de trasiego
fluvial de mercancías. Al principio nadie
creyó que iba a pasar nada. Luego
vinieron las reuniones. El equipo de la
Subsecretaria de Asuntos Internacionales
inicio la investigación de mano de la
comunidad.
El análisis revelo las deficiencias de este
destino ecoturístico: falta de señalización,
problemas de acceso, arrabalización
del poblado, falta de formación
técnico-profesional, artesanal y artística,
ausencia de una cultura gastronómica,
escasa cultura productiva.
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