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CRÓNICAS BUROCRÁTICAS
El calvario
de conseguir gas
POR rocío cazal
ILUSTRACIóN nathaly bonilla
Hace décadas recuerdo que llegaban camiones
un día a la semana a vender bombonas
de gas a los bloques de El Silencio,
hasta que allí colocaron gas directo. Ahora
esa modalidad no se ve ni allí ni en muchas
zonas (las personas consultadas coinciden
en esto) y la manera de conseguir ese preciado
combustible para cocinar es yendo a
los lugares que todo el mundo conoce, que
son privados y expenden a precios muy
por encima del regulado.
Por donde yo resido, en la parroquia San
Juan, se consigue la bombona en un estacionamiento
público. A veces hay y, cuando no,
tienes la opción de dejar “el vacío” y anotarte
en un cuaderno (nombre, cédula y teléfono),
además de abonar 20 bolívares, que
es lo que cobran por la de 10 kilos. Puedes
durar hasta cuatro días esperando, como
puedes tener suerte y conseguir el producto
el mismo día o al siguiente.
Lo irónico del asunto es que esa bombona
de gas tiene un precio de 3,70 bolívares. Ya
el año pasado cobraban un precio disparado
a 10 bolívares y ahora son 10 más, lo que representa
440,54% de recargo.
Sin embargo, ¿qué vas a hacer Las veces
que no consigues gas allí, tienes que ir a la
avenida Morán, donde abundan los letreros
“Vendemos gas”. Si tienes suerte, consigues
y compras, si no, tienes que ir de un
lado a otro porque la demanda es realmente
increíble.
También es increíble que el precio de esa
bombona de gas llena ya está “estandarizado”
a Bs. 20 en todos lados. Así, cara ’e tabla
y todo. ¿Qué queda para quienes no tienen
carro para trasladarse de un sitio a otro,
con el fin de conseguir el preciado producto
¿Qué le queda entonces al comprador
En mi caso, y el de muchos vecinos, debemos
morir en el estacionamiento que queda
cerca de la estación del Metro Capuchinos
y esperar que llegue el gas allí, pagar el sobreprecio
y cocinar con hornillas eléctricas
mientras tanto.
Lo que también esperas es que jamás se vaya
a quemar ese establecimiento con el libro
de registros, porque no te dan ningún ticket
como respaldo de que allí está tu bombona.
Es tu palabra contra la de ellos, ¡así de simple!
La cosa no está fácil.
Para el cafecito...
A María le ocurre lo mismo. Ella vive en
Los Teques y hace años hacía una llamada
telefónica y llegaba un camión con su pedido.
Sin embargo, desde hace un tiempo
tiene que contactar a un amigo para que le
lleve la bombona de 43 kilos, que le cuesta
20 bolívares. Agradecida, le brinda un buen
desayuno, pero los vecinos del lugar no tienen
tanta suerte y deben hacer de las suyas
para conseguir gas y con sobreprecio. Los
abuelitos deben hacer una larga cola en Pdvsa
Gas de Los Teques para conseguirla al
precio real.
A Karla le pasa algo similar: donde vive, en
la avenida Urdaneta, cuentan con bombonas
residenciales para un edificio de 44 apartamentos.
A veces el proveedor que las distribuye
no aparece y pueden estar hasta tres semanas
sin gas. Tienen, entonces, que llamar
a otro distribuidor y pagar 400 bolívares más
200 “para el cafecito”.
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epale.ciudadccs@gmail.com
Edición Número Ochenta y uno. Año 02. ÉPALE CCS Caracas, 25 de mayo de 2014.