Dr. Jorge de Alba Martínez - Asociación Latinoamericana de ...

Un ejemplo de aquella actitud que impresiona es su trabajo sobre cercas (De Alba, 1974b),
repleto de referencias bibliográficas, para demostrar y sustentar sus afirmaciones hasta en
asuntos eminentemente prácticos, cosa que otros no harían.
Y aquí viene a tono otra característica suya, el conocimiento generalizado de los diversos
campos de la ciencia animal. Tanto podía escribir sobre reproducción, genética o nutrición
como sobre cercas. En mi opinión, los generalistas de alto nivel, como el Dr. De Alba, son
indispensables, junto con los especialistas, en los equipos de trabajo en ciencia animal que
quieran hacer un aporte efectivo a la producción. Conozco Departamentos de Zootecnia que
por su enfoque exclusivo en especialidades fragmentarias han perdido la capacidad de
analizar y encontrar soluciones a los problemas de la producción de sus países.
A lo largo de su vida profesional, De Alba tuvo mucho contacto con ganaderos, y fundó
tres Asociaciones de Criadores de Razas Criollas, en Costa Rica, México y República
Dominicana, otra de sus contribuciones a la utilización y conservación de nuestros recursos
genéticos, asunto sobre el cual escribió diversos artículos.
Como educador, De Alba tuvo participación fundamental en el Curso de Postgraduados del
IICA, en Turrialba, que después extendió a La Estanzuela, en Uruguay, donde nos trajo la
inteligencia y calidad humana de Osvaldo Paladines y Andrew Gardner, que tanto
influyeron en la formación de científicos de varios países. El curso se mudó posteriormente
a Balcarce, Argentina. Uno de los primeros egresados, el uruguayo Juan Carlos Scarsi, de
recordada memoria, tuvo una participación fundamental en la estructuración de la
investigación en producción animal de la EMBRAPA, en Brasil. Muchos otros “hijos” y
“nietos” de De Alba hicieron importantes contribuciones por toda América Latina.
En su México lindo y querido, De Alba realizó todo tipo de actividades, desde presidir, a
los 15 años, la Sociedad Colombófila Mexicana, administrar haciendas, fundar y presidir la
Asociación Mexicana de Producción Animal (AMPA), fundar la Facultad de Ciencias
Agropecuarias de la Universidad de Sonora, fundar y dirigir el Centro de Adiestramiento de
Producción Animal de AMPA. En otros países participó de diversas misiones y organismos
internacionales. Dice T. R. Preston que “el buen investigador tiene que tener fuego en las
tripas”. ¡Y que fuego tenía!
Pero, sobretodo, Don Jorge desarrolló y consolidó como nadie los vínculos entre los
técnicos de producción animal en América Latina. ¡Que sentimiento fuerte e inexplicable
este de ser latinoamericano! Y lo hizo de una manera muy práctica y concreta. Siempre me
impresionó mucho el hecho que el libro Alimentación del Ganado en América Latina (De
Alba, 1974a) contiene informaciones sobre composición de alimentos en Uruguay que
profesores nuestros no conocían.
La fundación de ALPA, de la cual fue el primer presidente, constituye tal vez su más
contundente aporte en este sentido. Las asociaciones, me dijo alguien, son como los hijos.
Uno las cría y ellas después siguen su camino propio. A veces no salen como uno quiere y
otras nos llenan de orgullo y alegría. Tengo la impresión de que ALPA no salió bien como
el Dr. De Alba quería, pero creo también que hay ahora clara conciencia de la necesidad de