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Alicia Maguiña
Es la dama de la música criolla, un hermoso puente
entre dos culturas.
Su madre escuchaba tango y flamenco, pero a
ella la seducían las melodías que oían las mujeres
quechuahablantes que trabajaban en su casa. Así,
desde pequeña empezó la vocación de una mujer
que vive para investigar, dar a conocer y revalorar
la música peruana. “Rescaté la marinera limeña,
la interpreté contra la voluntad de los dueños de
las disqueras, que no la consideraban comercial.
Pero el problema mayor fue la música andina,
porque hubo desdén. Yo la impuse, fui la primera
costeña que la incluyó en su repertorio criollo,
respetando sus raíces, su belleza y sus trajes tradicionales.
Y lo hice por convicción y con verdad”.
Justamente por eso, el antropólogo Rodrigo Montoya
calificó a Alicia Maguiña como la “mujer
puente de dos culturas”. Pese a la resistencia de
sus padres, la compositora y una de las voces peruanas
más hermosas y vitales, subió por primera
vez a un escenario hace 57 años. Hoy tiene 75 y
continúa trabajando. “Enseño marinera en un
centro parroquial en San Isidro y ya terminé mi
libro, ‘La vida entre cantos’, en el que narro mi
paso por los diferentes géneros y la historia detrás
de cada uno”, nos cuenta. Confiesa que los temas
que más la movilizan son los del Valle del Mantaro,
que desea grabar un disco de tondero del norte
y marinera limeña; que la versión que más le
gusta de su inolvidable vals “Indio” es el de la bolerista
cubana Olga Guillot y que el mejor arreglista
fue su maestro, Óscar Avilés. Como ella dice:
“Nuestra música es original y variada. Yo la vivo”.
Fotografía: JorGe anaya / Director de arte: GuillerMo ÁlVarez
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