expresion forense_no 15_julio_2014

vulnerabilidad se encuentra entre los jóvenes de 15 a 19
años de edad con el 41%; seguidos por los de 10 a 14
años con el 27.2%; los de 25 a 29 años con un 13.6% y el
10% para las edades de entre 20 a 24 años.
Es importante mencionar que para los menores de 9 años
representa un 4.5%; los de 30 a 34 años tienen el 4.5% y
para los mayores de 35 un 0%, por último se aprecia que
el inicio en el uso y abuso de drogas disminuye conforme
avanza la edad de la persona.
Conforme al tipo de consumo observado, se determina
que el mayor consumo de drogas en su fase inicial es
por la necesidad del sujeto para ser aceptado en un
determinado grupo social corresponde al 31.8%; en el
consumo de tipo experimental tenemos el 40.9%, dejando
en menor porcentaje a los otros tipos de consumo
(problemas, rebeldía, etc.) con un 27.2%.
Al comentar sobre las sustancias adictivas de primer
contacto, se encuentran a las legales como el alcohol y
el tabaco con un 23.3% y el 18.1% respectivamente, la
marihuana con 20.7%; cocaína el 10.3%; psicotrópicos
con el 7%, cristal con el 4.1%; y el 17% otros (alucinógenos,
crack, lcd, las anfetaminas, los derivados de opio/morfina,
heroína, etcétera).
Respecto a las drogas de preferencia, los sujetos
refirieron que en primer lugar se encuentra el alcohol
con un 27.6%, seguida por el Tabaco con el 21.1%; la
marihuana y otras drogas con un 15%; para la cocaína
y los psicotrópicos con el 8%; la menor proporción se
encontró con el 4.4% para el cristal.
En relación a conductas parasociales en la estructura
familiar. Los hallazgos fueron que el 50% de los
internos tienen familiares consumidores de drogas y el
50% de los internos refirió no tener familiares adictos a
ninguna sustancia.
Es importante que el criminólogo – criminalista, estudie
No todos los
individuos con
problemas de
adiciones cometen
actos antisociales.
indicadores como este, para identificar la génesis del
problema, ya que no todos los sujetos antisociales surgen
del núcleo familiar, es decir, las conductas pueden ser por
imitación a sus grupos de iguales y no aprendidas en la
estructura familiar.
La frecuente relación que se hace entre el uso de drogas
y la portación de tatuajes, se ve reflejada en esta gráfica.
Los resultados nos muestran que el 72.7% internos
tienen tatuajes; y el 27.7% no se han realizado tatuajes.
En cuanto a los medios que utilizaron los internos para
abastecerse de dosis se observo que es común el trabajo
39%, seguido del robo con el 23%, actividad mayormente
realizada en casa; de igual manera esta pedir prestado
con un 23% y por último el empeñar con 15%
Es importante observar que se hacen presentes conductas
parasociales, motivadas por la necesidad imperante de
seguir drogándose, aunque los sujetos trabajen para
sustentar su adicción, los gastos que genera la misma
son mayores que el sueldo que puedan percibir, por lo
tanto, recurren a pedir dinero prestado a familiares y
toda persona cercana a ellos, lo cual trae problemas
de deudas, orillándolos a robar para tratar a cubrir esos
compromisos y vendiendo los bienes que tienen.
26