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Rodney James Alcalá nació en Texas, San<br />
Antonio, el 23 de Agosto de 1943. Su padre lo<br />
abandonó cuando él tenía 12 años, y a los 17 se<br />
inscribió en el Ejército de los Estados Unidos. Tres años<br />
después, y debido a varios “ataques de nervios”, Alcalá es<br />
dado de baja. Se le diag<strong>no</strong>sticó con “Trastor<strong>no</strong> Antisocial<br />
de Personalidad”, lo que dificultó su interacción con sus<br />
compañeros. Los exámenes destacaban que Alcalá tenía<br />
un CI de “genio”; sin embargo también tenía un trastor<strong>no</strong><br />
de personalidad narcisista y de personalidad límite.<br />
Una vez fuera del ejército, Rodney decide estudiar en<br />
la Universidad de California de Los Angeles (UCLA),<br />
en donde se graduó de la Escuela de Bellas Artes. En<br />
1968, Alcalá violó y golpeó con una barra de hierro a<br />
Tali Shapiro, una niña de 8 años. Por fortuna, mientras<br />
el asesi<strong>no</strong> engañaba a su víctima invitándola a entrar<br />
a su coche, un testigo lo siguió y alertó a un policía, el<br />
cual entró al departamento de improviso, encontrando<br />
a Shapiro en el piso, aún con vida, pero mal herida.<br />
Mientras tanto, el violador se fugaba por la puerta trasera<br />
y desaparecía. Alertado por la situación, y sospechando<br />
que podría llegar a ser reco<strong>no</strong>cido por la me<strong>no</strong>r, Alcalá<br />
decide huir hacia el este y se matricula en la Escuela de<br />
Cine de la Ciudad de Nueva York, cambiando su <strong>no</strong>mbre,<br />
en varias ocasiones, al de John Berger y John Burger.<br />
En 1971, Rodney Alcalá comete su primer asesinato. La<br />
víctima fue identificada como Cornelia Crilley Michell, de<br />
23 años. La muchacha fue violada y estrangulada; sin<br />
embargo su crimen tendría que esperar casi 40 años para<br />
ser resuelto. La policía <strong>no</strong> encontró pistas, y el caso quedó<br />
congelado. Mientras tanto, Alcalá fue acusado de acoso<br />
a dos me<strong>no</strong>res de edad. Se descubrió su vinculación con<br />
el caso de Tali Shapiro, la niña de 8 años que había sido<br />
violada y golpeada en 1968, y lo extraditaron a California.<br />
La principal testigo del asalto, Tali Shapiro, se mudó<br />
a México, junto con su familia, y el caso contra Alcalá<br />
perdió fuerza. Los jueces vieron, con impotencia, cómo<br />
el violador se declaraba culpable por cargo me<strong>no</strong>r de<br />
asalto, y condenado a 34 meses de prisión. Alcalá salió<br />
en libertad en 1974; pero tan solo unas semanas después,<br />
volvió a comparecer ante el juez por el supuesto secuestro<br />
de una muchacha de 13 años. No se pudo probar el cargo;<br />
sin embargo Alcalá habría cometido el delito de facilitar<br />
marihuana a la me<strong>no</strong>r. Rodney cumplió una sentencia de 2<br />
años, y volvió a la calle.<br />
Se trasladó a Los Angeles y asesinó, una semana después<br />
de salir en libertad, a Ellen Jane Hover, de 23 años de edad.<br />
Trabajó un breve período escribiendo para el “Angeles<br />
Times”, en donde algu<strong>no</strong>s compañeros recordarían, años<br />
más tarde, haberlo visto con varias fotografías de distintas<br />
muchachas. Rodney era fotógrafo, y utilizaba este medio<br />
para atraer e impresionar a distintas jóvenes, varias de<br />
las cuales quedaban rendidas a sus encantos. Era un<br />
tipo de bue<strong>no</strong>s modales, simpático, alegre, atractivo y un<br />
tanto pícaro. Ninguna de ellas sospechaba que Alcalá era<br />
un despiadado asesi<strong>no</strong> y violador.<br />
En 1977, Alcalá ya se había convertido en un frío asesi<strong>no</strong><br />
en serie. Los siguientes asesinatos, demostraron que el<br />
homicida estaba disfrutando su labor. Principalmente,<br />
Rodney Alcalá estrangulaba; pero su modus operandi<br />
empezó a volverse más y más sádico, llegando a torturar<br />
por varias horas a sus víctimas, antes de matarlas.<br />
Además de las violaciones y golpes, solía asfixiarlas<br />
hasta que perdieran el sentido y dejarlas casi muertas,<br />
para luego revivirlas varias veces Posteriormente, las<br />
estrangulaba y sodomizaba el cuerpo con un martillo,<br />
o les molía la cabeza a golpes. Mientras tanto, Alcalá<br />
hacía su vida como si nada ocurriera, y la policía <strong>no</strong> tenía<br />
ninguna pista sobre los asesinatos. El hecho de que nadie<br />
lo relacionara con los crímenes que venía cometiendo, le<br />
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