UNIDAD II: GÃNERO LÃRICO: JUANA DE IBARBOUROU
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MATERIAL <strong>DE</strong> APOYO PARA LITERATURA / 3er AÑO<br />
<strong>UNIDAD</strong> <strong>II</strong>: GÉNERO LÍRICO: <strong>JUANA</strong> <strong>DE</strong> <strong>IBARBOUROU</strong><br />
Breve reseña biográfica y de su obra<br />
Nació en Melo (Cerro Largo), Uruguay, en 1892, y no en 1895 como ella<br />
decía en vida. Sus dos primeras colecciones de poemas, de estilo<br />
modernista, fueron Las lenguas de diamante (1919) y El cántaro fresco<br />
(1920), que le procuraron una gran popularidad y tuvieron repercusión<br />
internacional. La originalidad de su estilo consistió en unir al rico<br />
cromatismo e imágenes modernistas un sentido optimista de la vida,<br />
pero con un lenguaje sencillo, sin complejidades conceptuales, que<br />
redunda en una expresividad fresca y natural. A partir de entonces<br />
publicaría un número importante de libros, la mayoría de los cuales fueron<br />
colecciones de poesía, aunque escribió también unas memorias, Chico<br />
Carlo (1944), y un libro para niños.<br />
Reconocida como una de las grandes voces líricas del continente, al punto<br />
que se la llamó Juana de América, Juana de Ibarbourou ha dejado una<br />
producción poética particularmente rica y variada.<br />
El goce de existir generó sus poemas de juventud, poderosamente animados por imágenes<br />
vegetales y animales. La conciencia de la propia belleza la hizo cantar en búsqueda del amor, por<br />
momentos casto, por momentos erótico. En esta última variante llega a proclamar su triunfante<br />
desnudez (ej.: Salvaje) y al expresar su anhelo de sobrevivir, una vez muerta, como belleza<br />
contemplada (ej.: Vida garfio). Teme más a la vejez (destructora de la belleza) que a la muerte.<br />
Es capaz de cantar lo cotidiano sin caer en la vulgaridad, con una elegancia distante de todo<br />
alambicamiento. Entre sus libros principales, aparte de los señalados anteriormente, cabe mencionar:<br />
Raíz salvaje (1922), La rosa de los vientos (1930), Estampas de la Biblia (1934), Lores de Nuestra<br />
Señora (1934), Perdida (1950), Oro y tormenta (1956) y Canciones para Natacha (1945).<br />
Juana de Ibarbourou falleció en Montevideo en 1980.<br />
Ubicación literaria<br />
Juana pertenece a la denominada Generación del 20 (nacidos entre 1882-1895) cuyo rasgo<br />
primero es la de ser la generación posmodernista, es decir, aquella que comenzó a distanciarse del<br />
esteticismo del movimiento modernista ya agotado y que buscó nuevos caminos en su expresión<br />
artística, un acento en el que lo cósmico, lo metafísico, lo erótico o lo telúrico se expresara a<br />
través de formas más desnudas y estructuras más laxas o más flexibles.<br />
Otros poetas ubicables dentro de esta generación son: Carlos Sabat Ercasty (1887-1982), Fernán<br />
Silva Valdés (1887-1975) Vicente Basso Maglio (1889-1961), Enrique Casaravilla Lemos (1889-1968),<br />
Pedro Leandro Ipuche (1890-1976), Emilio Oribe (1893-1975) y el peruano uruguayizado Juan Parra del<br />
Riego (1894-1925).<br />
Esta generación poseyó escasa conciencia grupal pues difícilmente suponen un<br />
embanderamiento promocional las actividades colectivas más típicas del decenio: el “Centro Ariel”<br />
(1919-1930), el grupo “Teseo” (1924-1935), la revista La Cruz del Sur (1624-1931). Más bien la<br />
enmarcan los impactos de ciertos sucesos exteriores que fueron trastornando en forma pausada<br />
el contexto en que nuestro país estaba inscrito: el fin de la primera guerra mundial, la revolución<br />
rusa, el movimiento de reforma universitaria de Córdoba. En el interior mismo de nuestro país, la<br />
promulgación de la Constitución (1917) que establecía el Ejecutivo colegiado, la muerte y repatriación<br />
de los restos de Rodó, constituyen las grandes causas de cierto consenso básico. Un Uruguay con<br />
una sociedad en la que se vislumbraban las primeras tensiones violentas pero todavía<br />
controlables de la urbanización y el proceso industrial, con un mundo rural que, ahí nomás, las<br />
bordeaba, también en trance de cambio pero con las marcas vivas de un pasado de pasiones<br />
desmedidas y heroicas proezas. También, y gracias a las reformas de Batlle y Ordóñez, la existencia<br />
de una clase media cada vez más fuerte comienza a ser uno de los rasgos característicos de<br />
nuestro país.<br />
3er. AÑO: GÉNERO LÍRICO AUTORA: <strong>JUANA</strong> <strong>DE</strong> <strong>IBARBOUROU</strong> Página 1 de 3
Hay en gran parte de los autores de esta generación (en particular, aquella inclinada a los temas<br />
camperos) el deseo de rescatar del criollismo nuestros temas autóctonos. En este sentido se habla<br />
de un “nativismo” poético. Es una corriente que quiso proyectar lo nuestro al plano de lo cósmico y<br />
lo universal, bajo el impacto de la revolución de los “ismos” de la primera posguerra (el ultraísmo<br />
influyó, por ejemplo, en el “nativismo”). Una tentativa a la que también hay que vincular la obra pictórica<br />
de Pedro Figari (1861-1938) y la musical de Eduardo Fabini (1882-1950).<br />
Características generales de la poesía de Juana:<br />
1. Poesía hipervital (exaltación de la plenitud de la vida y la belleza);<br />
2. Cultivar las formas heredadas de la literatura española (no manifiesta preocupación por una<br />
ruptura formal);<br />
3. Sencillez estilística, transparencia en el lenguaje;<br />
4. Sensorialidad y sensualidad en las imágenes.<br />
Temas fundamentales en su poesía:<br />
• El amor y la naturaleza;<br />
• Las ansias de libertad;<br />
• Angustia por la fugacidad de la vida;<br />
• La muerte;<br />
• Sobre la etapa final su poesía muestra una tónica más reflexiva y filosófica (ejemplo: Perdida).<br />
Etapas en su obra poética<br />
Pueden mencionarse en su evolución dos etapas:<br />
1. Mientras que sus primeras obras están marcadas por una clara y positiva sensualidad,<br />
2. en sus últimos libros de poemas pierden el tono festivo para adentrarse en temas<br />
universales y circunspectos, como la brevedad de la vida, la soledad o la muerte. Entre<br />
estos se encuentran Estampas de la Biblia (1935) y Perdida (1950), en los que muestra una<br />
sólida madurez y un carácter reflexivo. En Azor (1953), Oro y tormenta (1956) y La pasajera<br />
(1967), la obra se hace más apesadumbrada todavía y en ella se percibe la actitud de su<br />
autora a la hora de enfrentarse a la vejez y a la enfermedad.<br />
SELECCIÓN <strong>DE</strong> POEMAS<br />
La hora<br />
Tómame ahora que aún es temprano<br />
y que llevo dalias nuevas en la mano.<br />
Tómame ahora que aún es sombría<br />
esta taciturna cabellera mía.<br />
Ahora, que tengo la carne olorosa.<br />
Y los ojos limpios y la piel de rosa.<br />
Ahora, que calza mi planta ligera,<br />
la sandalia viva de la primavera.<br />
Ahora, que en mis labios repica la risa<br />
como una campana sacudida a prisa.<br />
Después… ¡ah, yo sé<br />
que ya nada de eso más tarde tendré!<br />
Que entonces inútil será tu deseo<br />
como ofrenda puesta sobre un mausoleo.<br />
¡Tómame ahora que aún es temprano<br />
y que tengo rica de nardos la mano!<br />
Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca<br />
y se vuelva mustia la corola fresca.<br />
Hoy, y no mañana. Oh, amante, ¿no ves<br />
Que la enredadera crecerá ciprés<br />
De Las lenguas de diamante (1919)<br />
Vida Garfio<br />
Amante: no me lleves, si muero, al camposanto.<br />
A flor de tierra abre mi fosa, junto al riente<br />
alboroto divino de alguna pajarera<br />
o junto a la encantada charla de alguna fuente.<br />
3er. AÑO: GÉNERO LÍRICO AUTORA: <strong>JUANA</strong> <strong>DE</strong> <strong>IBARBOUROU</strong> Página 2 de 3
A flor de tierra, amante. Casi sobre la tierra<br />
donde el sol me calienta los huesos, y mis ojos,<br />
alargados en tallos, suban a ver de nuevo<br />
la lámpara salvaje de los ocasos rojos.<br />
A flor de tierra, amante. Que el tránsito así sea<br />
más breve. Yo presiento<br />
la lucha de mi carne por volver hacia arriba,<br />
por sentir en sus átomos la frescura del viento.<br />
Yo sé que acaso nunca allá abajo mis manos<br />
podrán estarse quietas.<br />
Que siempre como topos arañarán la tierra<br />
en medio de las sombras estrujadas y prietas.<br />
Arrójame semillas. Yo quiero que se enraicen<br />
En la greda amarilla de mis huesos menguados.<br />
¡Por la parda escalera de las raíces vivas<br />
yo subiré a mirarte en los lirios morados!<br />
De Las lenguas de diamante (1919)<br />
Millonarios<br />
Tómame de la mano. Vámonos a la lluvia<br />
descalzos y ligeros de ropa, sin paraguas,<br />
con el cabello al viento y el cuerpo a la caricia<br />
oblicua, refrescante y menuda, del agua.<br />
¡Que rían los vecinos! Puesto que somos jóvenes<br />
y los dos nos amamos y nos gusta la lluvia,<br />
vamos a ser felices con el gozo sencillo<br />
de un casal de gorriones que en la vía se arrulla.<br />
Más allá están los campos y el camino de acacias<br />
y la quinta suntuosa de aquel pobre señor<br />
millonario y obeso, que con todos sus oros<br />
no podría comprarnos ni un gramo del tesoro<br />
inefable y supremo que nos ha dado Dios:<br />
ser flexibles, ser jóvenes, estar llenos de amor.<br />
De Raíz salvaje (1922)<br />
Perdida<br />
Se va octubre y se lleva el flanco domado<br />
la esperanza nacida sin calor ni albedrío.<br />
Calcedonia purpúrea sobre el pecho bloqueado<br />
por tus piedras de hielo, desengaño vacío.<br />
Llama fija y pequeña, ya se pierde, se pierde.<br />
Donde estuvo, aun la falsa salamandra me muerde,<br />
sin su fuego es oscura la callada presencia.<br />
Si regresas, ya nunca volverás a encontrarme;<br />
en noviembre llegado, bien sabrán ocultarme<br />
mis gemas sacratísimas de acertada potencia.<br />
De Perdida (1950)<br />
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