Lectura: El apestoso hombre de queso y otros cuentos ... - Jitanjáfora
Lectura: El apestoso hombre de queso y otros cuentos ... - Jitanjáfora
Lectura: El apestoso hombre de queso y otros cuentos ... - Jitanjáfora
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
En gusto, medida y peso<br />
no le hallo distinción,<br />
ya quiero Inés, ya jamón,<br />
ya berenjenas con <strong>queso</strong>.<br />
Tres cosas, Baltasar <strong>de</strong> Alcázar<br />
Los textos seleccionados para este camino <strong>de</strong> lectura tienen en común la comida y las formas <strong>de</strong><br />
comer. Hay toda una tradición literaria <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los <strong>cuentos</strong> populares para niños, la poesía <strong>de</strong>l siglo <strong>de</strong><br />
oro español, hasta la heterogénea literatura actual, que muestra como la comida es parte <strong>de</strong> nuestra<br />
cultura, es placer y rito, es parte <strong>de</strong> la sociedad y la <strong>de</strong>fine, pue<strong>de</strong> hablar <strong>de</strong> nos<strong>otros</strong> y por nos<strong>otros</strong>.<br />
Esteban Echeverría <strong>de</strong>cía en su texto Apología <strong>de</strong>l matambre, con humor, “In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, libertad; y<br />
matambre”, y todos sabemos que el dulce <strong>de</strong> leche es argentino (o lo proclamamos como tal), que los<br />
mexicanos comen sus tacos bien picantes, que en el norte <strong>de</strong> nuestro país están las mejores empanadas<br />
<strong>de</strong>l mundo y en el sur los mejores cor<strong>de</strong>ros al asador, y que en la casa <strong>de</strong> la abuela Tita están los<br />
mejores mates con bizcochos (¡qué nadie se atreva a <strong>de</strong>cir lo contrario!), y que en Inglaterra a las cinco<br />
<strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> alguien estará tomando té… Por exceso o por falta, como conductor <strong>de</strong> un veneno mortal, o<br />
como pasaje a un mundo mágico, la comida está entre nos<strong>otros</strong> y entre nuestros libros. Y disculpen que<br />
no siga escribiendo es que tanto hablar me dio hambre…<br />
Como les <strong>de</strong>cía me dio hambre y el hambre es un gran tema <strong>de</strong> la literatura. Hambre tenía el<br />
Lazarillo <strong>de</strong> Tormes y por eso también tuvo hambre nuestro Casiperro <strong>de</strong>l Hambre, y también hay<br />
hambre en las guerras como escribió Miguel Hernán<strong>de</strong>z en las Nanas <strong>de</strong> la cebolla, hambre tuvo<br />
Babayaga y <strong>de</strong>cidió resolverlo volviéndose ogresa y comiendo niños.<br />
Hay quienes comen libros, o una buena caponatina italiana, una sopa con albondiguillas, una<br />
luna con forma <strong>de</strong> <strong>queso</strong> y gusto a luna, unas mediaslanas, unos buñuelos hechos por una mamá que no<br />
sabe cocinar, una papa <strong>de</strong> yeso, una niña bonita, un caramelo envenenado, una mosca y un caballo, un<br />
cerdito o dos, un postre resplan<strong>de</strong>ciente, una hamburguesa… aunque nadie come al <strong>apestoso</strong> <strong>hombre</strong><br />
<strong>queso</strong> porque bueno… ¡es <strong>apestoso</strong>!<br />
No en todos los textos seleccionados en este corpus la comida es el elemento central, pero en<br />
todos ellos aparece hilando las travesías que los personajes viven. Encontrarán textos don<strong>de</strong> la comida<br />
aparece para reforzar el verosímil, para que los lectores nos podamos situar, con todos nuestros<br />
sentidos, en el lugar don<strong>de</strong> la narración acontece. Así suce<strong>de</strong> en las novelas policiales <strong>de</strong> Camillieri,<br />
don<strong>de</strong> el comisario Montalbano se enfrenta constantemente a platos suculentos, bien italianos, mientras<br />
intenta resolver el último misterio <strong>de</strong> Vigatta, una ciudad italiana, que si bien no existe podría existir.