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Origen del hombre<br />
El género humano es un recién llegado a la Tierra. No llevamos mucho tiempo aquí, en comparación con la<br />
larga existencia del planeta, pero sí más del que se suele pensar. Y periódicamente los científicos siguen<br />
encontrando nuevos fósiles y haciendo nuevas mediciones cada vez más<br />
antiguas.<br />
Con el paso del tiempo se hallaron restos óseos (huesos) de seres que no<br />
eran totalmente humanos, aunque se parecían más a éstos que a los simios<br />
debido a la estructura de su esqueleto. Se les llamó homínidos, y<br />
representan una larga serie de especímenes que fueron antepasados (o<br />
ramas colaterales) de los modernos seres humanos.<br />
Pero antes que aparecieran los homínidos, en la Tierra, al menos en algunos<br />
lugares de ella, campeaba la especie llamada procónsul.<br />
En el Mioceno Antiguo africano, de 22 millones a 18 millones de años, se<br />
encuentra el género procónsul. Es el más antiguo y recuerda a los grandes<br />
primates vivos y al aegiptopiteco.<br />
El procónsul era un cuadrúpedo de movimientos lentos, arborícola. Su<br />
capacidad craneana oscilaba entre 154 a 180 centímetros cúbicos y su dieta era frugívora. El principal<br />
yacimiento del proconsul es Rusinga (Kenia), en donde el medio ambiente se ha supuesto como un bosque<br />
tropical húmedo, oscilando hacia un medio más seco con arbolado difuso.<br />
Considerado como antepasado de grandes simios y de humanos, el procónsul presenta, en general, una<br />
combinación única de caracteres entre mono y antropoide. Por ejemplo, los huesos del tobillo son<br />
estilizados, semejantes a los monos. El pulgar del pie es robusto, posee acetábulo grande y plano,<br />
caracteres semejantes a los antropoides.<br />
Procónsul<br />
(ampliar imagen)<br />
Aegiptopiteco.<br />
Entre otras características, su muñeca es similar a la de los simios<br />
catarrinos: en ambos existe una articulación directa entre muñeca y cúbito.<br />
Existe, sí, un debate sobre la determinación de su comportamiento, mitad<br />
arborícola y mitad terrestre (cuadrúpedo). Asimismo, presenta un<br />
dimorfismo sexual muy marcado.<br />
Además del procónsul, se conocen cuatro géneros más.<br />
El micropithecus y eldendropithecus en Kenia occidental, donde<br />
coinciden con restos del procónsul. Sin embargo, el afropithecus y<br />
el turcanapithecus aparecen en el norte de Kenia, donde el procónsul es<br />
desconocido.<br />
El dendropiteco era arborícola, pero adaptado a una marcha cuadrúpeda.<br />
Por otro lado, el afropiteco muestra un avance en la separación entre gibones y los grandes primates<br />
hominoides, que se calcula sucedió entre los 17 millones y 18 millones de años. En el Mioceno Medio nos<br />
encontramos con la supervivencia del proconsul hasta los 8 millones a 9 millones de años. A su lado se<br />
encuentra el kenyapithecus, que aparece en yacimientos keniatas datados aproximadamente entre los 16<br />
millones y los 14 millones de años, y se tiende a considerarlo como el ancestro de varios homínidos,<br />
criaturas que eran más parecidas al hombre que al mono, del Mioceno, entre ellos del australopithecus.<br />
Los homínidos más antiguos fueron los australopithecos. Se los encontró por primera vez en África del sur,<br />
y luego también en África oriental. Habitaban estas zonas un una época que va desde los 4 millones de<br />
años a los 2-1,5 millones de años. Pudieron tener la talla y la complexión bastante pequeña (1-1,50 metro<br />
de estatura y 30-60 kg.) y un cerebro (380-550 cc) no mayor que el de un chimpancé, pero caminaban<br />
erguidos y en dos patas como nosotros.
En 1925, el paleontólogo Dart descubría en la gruta de Taungs, en el<br />
Transvaal, un cráneo infantil, en el que observó que algunos rasgos<br />
tenían un marcado carácter humano. Con mucha prudencia le<br />
denominó Australopithecus africanus. El descubrimiento de Dart pasó<br />
inadvertido. La mayoría de los investigadores creyeron que se trataba<br />
de un fósil de chimpancé joven. Pero once años después, el<br />
paleontólogo Broom descubría en la gruta Sterkfontein, en las<br />
inmediaciones de Pretoria, otro cráneo del mismo tipo, perteneciente a<br />
un individuo adulto. Desde entonces (1937) continuó la búsqueda de<br />
manera sistemática en África del Sur, hasta 1949. Gracias a ello se<br />
descubrieron un gran número de fósiles, cráneos y otros restos óseos<br />
que confirmaban las primeras conclusiones de Dart.<br />
Los descubrimientos de la actividad humana primitiva, realizados en los yacimientos donde fue hallado el<br />
Australopithecus, no ofrecen dudas. El australopiteco representa probablemente el primer homo<br />
faber (hombre fabricante) conocido que tallaba ya los guijarros por una sola cara.<br />
Es difícil eludir la tentación de suponer al australopiteco como origen de una raza humana que conduce<br />
al Homo sapiens, pero debemos resistir a ello. En efecto, la paleontología humana está condenada a<br />
observar únicamente un número limitado de individuos: unos pocos hitos repartidos en un espacio de varios<br />
centenares de miles de años. De la evolución de los homínidos nunca se podrán conocer más que unas<br />
pocas etapas determinadas.<br />
Hace 2,4 millones de años aparecía el Homo habilis ("hombre hábil"), primer integrante del genero Homo<br />
("hombre" en latín), del cual formamos parte, y según los paleoantropólogos fue el primero en fabricar<br />
herramientas de piedra (las más antiguas datan de 2,5 millones de años). Caminaba erguido y tenía un<br />
cerebro mayor (500-800 cc) al de los australopitecos, aunque no su talla (1,40 m de altura y 30-40 kg.).<br />
Australopiteco<br />
(ampliar imagen)<br />
Australopithecus africanus<br />
(ampliar imagen)<br />
Por esta época tenemos dos géneros de homínidos coexistiendo en<br />
África. Un grupo de australopitecos y el genero Homo. Los<br />
australopitecos se dividían en dos<br />
especies: Australopithecus ("simio del sur") africanus, que era grácil<br />
y de talla más bien pequeña, y habitaba en África del sur;<br />
y Australopithecus robustus, que eran más corpulentos y habitaban<br />
África oriental. Ambas especies eran principalmente recolectoras, y<br />
comían raíces y frutos duros. Del genero Homo estaba el Homo<br />
habilis, habitaban en el África oriental, y eran carroñeros y<br />
recolectores.<br />
Todos estos primeros homínidos eran de poca talla. No aparecen<br />
grandes homínidos hasta hace 1,6 millones de años, época en que<br />
entra en escena elHomo erectus (hombre erecto).<br />
Este pitecántropo (mono-hombre) fue el primero en extenderse más<br />
allá de África, llegando a aparecer en Asia continental (China) e insular (Java), Europa y Medio Oriente. El<br />
Homo erectus ya tenía un cerebro bastante desarrollado (750-1.250 cc) y una altura y peso (1,5-1,80 m y<br />
40-80 kg.) como nosotros. Hace aproximadamente un millón de años era el único homínido sobre la tierra,<br />
los demás se habían extinguido, y continuó siéndolo hasta hace unos 200 mil años.<br />
El australopiteco se sitúa en el peldaño más antiguo y elemental. Los pitecántropos representan el peldaño<br />
siguiente y corresponden a un estadio de desarrollo síquico e intelectual más avanzado.<br />
El primer descubrimiento de restos de un pitecántropo se remonta a fines del siglo pasado. Fascinados por<br />
el problema de la cuna de la humanidad, los sabios de la época emitieron diversas hipótesis.<br />
Eugéne Dubois, durante su estancia en Indonesia como médico militar, en 1891-1892, encontró en la isla<br />
de Java un molar, una bóveda craneana, un fémur, un diente y un fragmento de mandíbula.<br />
Dubois dio al individuo a que pertenecían estos huesos el nombre de Pitecanthropus erectus; es decir,<br />
“hombre-mono de pie”, y la estratigrafía permitió situar a éste a principios del pleistoceno medio, hace<br />
medio millón de años.
Mientras permaneció aislado entre los hallazgos de la paleontología, el<br />
pitecántropo de Java fue objeto de duras controversias entre partidarios y<br />
adversarios de la teoría evolucionista. Durante treinta años, varias expediciones se<br />
esforzaron en vano por descubrir nuevos restos de pitecántropo. Por fin, en 1921,<br />
el sueco Gunnar Anderson descubrió dos molares de aspecto humano entre los<br />
restos petrificados de diferentes mamíferos que llenaban las grietas y cavernas de<br />
Chukutien, en los alrededores de Pekín. En 1927, Davidson Black encontró allí<br />
mismo un nuevo molar, y en 1929 la primera bóveda craneana. Desde entonces,<br />
las excavaciones de estos yacimientos se sistematizaron y en 1939 fueron<br />
exhumados los restos de unos cuarenta individuos de todas las edades, que se les<br />
conoce con el nombre de sinántropos.<br />
Durante mucho tiempo se creyó que el grupo de los pitecántropos podía ser<br />
localizado en los países del Extremo Oriente, pero en 1954 las excavaciones de los yacimientos de<br />
Ternifin, en Argelia, permitieron exhumar tres mandíbulas y un parietal que ofrecían las mismas<br />
características del pitecántropo. El Atlanthropus mauritanicus era contemporáneo del sinántropo y sus<br />
restos aparecen siempre con abundantes objetos de sílex tallados por ambos lados.<br />
Homo erectus<br />
cazaba<br />
(ampliar imagen)<br />
Este último hallazgo ha movido a los investigadores a emparentar con el grupo de<br />
los pitecántropos al hombre de Heidelberg, cuya mandíbula superior fue encontrada<br />
en 1907 en Mauer, cerca de Heidelberg, y al hombre del Montmaurin, hallado en el<br />
sudoeste de Francia, cuya mandíbula manifiesta caracteres muy semejantes a los<br />
del Atlanthropus. La difusión de los pitecántropos ha correspondido, pues, a todo el<br />
Antiguo Continente durante casi trescientos mil años (todo el pleistoceno medio).<br />
La mandíbula de Mauer (Heidelberg) se halló en un estrato prechelense, y el<br />
individuo que la poseyó tenía muy fuertes elementos pitecoides aunque su<br />
dentadura es perfectamente humana. En las exploraciones de 1928 se<br />
encontraron algunos restos más de este homo; carece de barbilla, tiene pómulos<br />
salientes, frente aplastada y huidiza, y seguramente las circunvoluciones craneales<br />
serían de gran sencillez.<br />
Hace unos 600.000 años, la tierra entró en una serie de eras glaciales. Enormes<br />
capas de hielo llegaron a cubrir el norte de Europa, América y Asia. El nivel del mar<br />
llegó a descender hasta 90 metros por la acumulación de agua en los grandes<br />
glaciares que se formaron. El Homo erectus aprendió a dominar el fuego ya hace unos 500 mil años,<br />
descubrimiento muy importante para la supervivencia, como abrigo para el rudo clima imperante para la<br />
cocción de los alimentos (más digestivos que crudos).<br />
El pitecántropo era pequeño, apenas llegaba a 1,60 metro, tenía la frente hundida,<br />
los arcos superciliares muy salientes y las mandíbulas prominentes. Vivía de la<br />
caza, mejor dicho, de la caza con trampa, pues utilizaba en realidad la zanja.<br />
La mayor parte de su industria lítica —sílex de dos caras—, más que para el<br />
combate era utilizada para trabajar la madera y descuartizar animales. Sus armas<br />
eran, sobre todo, hachas, mazas, arpones y jabalinas. Por otra parte, han sido<br />
halladas pruebas de una artesanía ósea y de astas de cérvido.<br />
En las cavernas de Chukutien se ha encontrado carbón de madera, cenizas y<br />
vestigios de fuego. El sinántropo conocía, pues, el arte característicamente<br />
humano de “domesticar” el fuego. Ello nos lleva a la memoria el mito griego que<br />
cuenta cómo los hombres se prosternaban ante el fuego robado a los dioses por<br />
Prometeo.<br />
Homo habilis<br />
(ampliar imagen)<br />
Homo sapiens<br />
neardentalensis.<br />
Hace unos 200 mil años, los primeros homínidos con cerebro tan grande como el<br />
nuestro evolucionaron a partir del Homo erectus. Era el hombre de Neanderthal (Homo sapiens<br />
neanderthalensis), que habitó en Europa y Medio Oriente. Sus características faciales y corporales estaban<br />
especialmente adaptadas al frío. Tenían los labios más gruesos y eran más bajos que nosotros, y su<br />
cerebro era mayor (1.600cc) al nuestro (1.400-1.500cc).
Hombre de Cro-<br />
Magnon.(ampliar<br />
imagen)<br />
El tercer peldaño de la evolución humana es el hombre de Neandertal que, por su<br />
desarrollo cerebral, su género de vida y su capacidad inventiva, está más próximo<br />
del homo sapiens que del pitecántropo. Se le conoce desde mucho antes que sus<br />
predecesores, puesto que en 1856 los restos de un hombre de esta raza fueron<br />
descubiertos por unos obreros en los alrededores de Dusseldorf, en una cueva del<br />
valle de Neanderthal.<br />
Hace aproximadamente cien mil años aparece en África el primer ser humano casi<br />
como nosotros, pero llamado Homo sapiens arcaico u hombre de Cro-Magnon.<br />
Treinta mil años antes los neandertales se extinguían y ya estaban los hombres<br />
completamente modernos, Homo sapiens, y unos 5.000 años más tarde el hombre<br />
ya habitaba todos los continentes del mundo a excepción de la Antártica.<br />
Corría 1868 cuando, en una localidad francesa llamada Les Eyzies, ubicada en el<br />
departamento de Dordoña, se encontraron, en un abrigo rocoso llamado Cro-<br />
Magnon, restos fósiles humanos. Investigaciones posteriores comprobaron que<br />
tenían más de 40.000 años y que este era el representante más antiguo del homo<br />
sapiens sapiens; es decir, el primer ancestro del hombre moderno, cuyo desarrollo<br />
había comenzado en el periodo llamado Paleolítico superior (hace más de 600.000 años).<br />
Cráneo humano, evolución<br />
El cráneo humano ha cambiado drásticamente durante los últimos tres millones de años.<br />
La evolución desde el australopithecus hasta el homo sapiens, significó el aumento de la capacidad<br />
craneana (para ajustarse al crecimiento del cerebro), el achatamiento del rostro, el retroceso de la barbilla y<br />
la disminución del tamaño de los dientes.<br />
Los científicos piensan que el increíble crecimiento de tamaño del cerebro puede estar relacionado con la<br />
mayor sofisticación del comportamiento de los homínidos.<br />
Los antropólogos, por su parte, señalan que el cerebro desarrolló su alta capacidad de aprendizaje y<br />
razonamiento después de que la evolución cultural, y no la física, cambiara la forma de vida de los seres<br />
humanos.
Evolución de la especie humana<br />
Especie procónsul<br />
Australopithecus ramidus<br />
Australopithecus afarensis<br />
Australopithecus africanus<br />
Australopithecus robustus<br />
Homo habilis<br />
Homo erectus<br />
Homo sapiens<br />
Homo sapiens neandertalensis<br />
Homo sapiens sapiens<br />
Cro-Magnon<br />
22 a 18 millones de años<br />
5 millones a 4 millones de años<br />
4 millones a 2,7 millones de años<br />
3,0 millones a 2,0 millones de años<br />
2,2 millones a 1,0 millones de años<br />
2,2 millones a 1,6 millones de años<br />
2 millones a 0,4 millones de años<br />
400.000 a 200.000 años<br />
200.000 a 130.000 años<br />
130.000 años antes de Cristo<br />
40.000 años antes de Cristo hasta hoy<br />
Origen del Hombre
Adaptaciones al ambiente del Homo sapiens<br />
La especie humana es una especie animal del tipo de los Cordados, subtipo Vertebrados, clase Mamíferos,<br />
orden Primates, superfamilia Hominoideos, familia Homínidos, género Homo, especie sapiens. Es un<br />
animal perfectamente clasificado y colocado en los grupos taxonómicos correspondientes según sus<br />
características morfológicas y anatómicas.<br />
La especie Homo sapiens es muy joven; surgió como mucho hace 200 mil años, parece ser que en África.<br />
Si se compara su edad con los 3 millones de años que por término medio tiene de vida una especie de<br />
mamífero, nos damos cuenta que somos una especie recién nacida, como quien dice… Y no obstante,<br />
nuestra evolución cultural es tan acelerada, que está totalmente desfasada con la evolución biológica.<br />
Además es la única especie terrestre capaz de alterar el medio ambiente de una forma drástica y<br />
perjudicial.<br />
¿Qué pautas evolutivas ha seguido la especie humana a partir de sus antepasados primates?<br />
Proceso de hominización<br />
Las tendencias evolutivas que se observan en los homínidos se engloban dentro del llamado proceso de<br />
hominización, que se caracteriza por:<br />
1) Una tendencia al bipedismo o postura erguida, que en la especie humana se alcanza plenamente. Esta<br />
tendencia, parece ser se ensayó también en otros primates fósiles de tipo antropomorfo, que vivían en los<br />
árboles y se ha conseguido de forma imperfecta en antropomorfos actuales como gorilas y chimpancés.<br />
Quizá el cambio de hábitat de nuestros antepasados, es decir el paso de la selva arbolada a la sabana, con<br />
grandes espacios abiertos para caminar, como consecuencia, probablemente, de un cambio climático,<br />
favoreció esta tendencia bípeda, aunque ya se apuntaba en primates arborícolas. Otra teoría apunta la<br />
existencia de una fase acuática o semiacuática del antepasado humano hace unos 5 -6 m.a., nada más<br />
separarse de los restantes antropomorfos, al quedar inundadas las tierras africanas al sur de Etiopía por el<br />
mar; en este ambiente anfibio, nuestros antepasados adquirirían el bipedismo, la falta de pelo y la mayor<br />
capa de grasa respecto a los demás mamíferos de la sabana. Esto explicaría la gran cantidad de grasa de<br />
los bebés humanos y su facilidad para moverse sumergidos en el agua. La reducción de la cola es probable<br />
que esté relacionada con la adquisición del bipedismo.<br />
2) Una liberación del suelo de las extremidades anteriores, a consecuencia del bipedismo, que se<br />
transformaron en superiores. Estas se pudieron utilizar para agarrar y coger alimentos y utensilios, lo que<br />
favoreció la construcción de herramientas y contribuyó al desarrollo de la inteligencia.<br />
Con el tiempo las manos se fueron haciendo menos toscas y con dedos más finos si las comparamos con<br />
las de otros antropomorfos. Además, el pulgar, perfectamente oponible a los restantes 4 dedos, se hizo<br />
más largo en relación con el resto de los dedos. Las uñas tendieron a reducirse y la piel de los dedos, en<br />
especial de las yemas, acumuló mayor cantidad de corpúsculos sensitivos, haciéndose fina y delicada, muy<br />
sensible.<br />
3) Un desarrollo progresivo de la capacidad craneana, de 400 c.c. en chimpancés a 1.400 c.c. en la especie<br />
humana, con el consiguiente aumento de volumen del encéfalo, en relación con el resto del cuerpo y el<br />
consiguiente aumento del número de neuronas. El número de estas células se vio favorecido por otra
tendencia paralela de la superficie cerebral que ya aparece en otros mamíferos: el aumento de la superficie<br />
cerebral de la corteza al invaginarse ésta y dar lugar a las circunvoluciones cerebrales; con esta estrategia<br />
se consigue un gran aumento de superficie con mucho menor aumento de volumen y la naturaleza la ha<br />
utilizado en otras estructuras animales como por ejemplo en las vellosidades intestinales, repliegues<br />
pulmonares, etc. Con este espectacular aumento de neuronas en la corteza cerebral se consiguió una<br />
mayor inteligencia. Se consiguió empaquetar mucha información en un mínimo espacio. Todos los<br />
animales con cierta inteligencia, tienen cerebros grandes y con circunvoluciones (en el caso de los<br />
mamíferos). El desarrollo de la inteligencia acarreó de forma paralela el desarrollo de un sistema de<br />
comunicación complejo: el lenguaje hablado; es el sistema más elaborado de emisión de sonidos en la<br />
comunicación animal que se conoce, aunque otros animales, como pájaros, delfines, ballenas, etc.,<br />
también han desarrollado lenguajes complicados de comunicación, pero éstos aunque puedan ser más<br />
potentes en la comunicación a grandes distancias, no tienen la capacidad de expresión de hechos tan<br />
diversos como la tiene el lenguaje humano.<br />
4) Una creciente neotenia, es decir los seres humanos conservan de adultos caracteres infantiles. Esta<br />
tendencia favorece una mayor plasticidad y totipotencia en las células lo que permite una mayor flexibilidad<br />
y adaptabilidad evolutiva respecto a los cambios ambientales.<br />
5) Una progresiva falta de pelo en el cuerpo. Esto parece ser consecuencia de la protección del cuerpo con<br />
ropas y pieles, debido a un mayor desarrollo intelectual, o bien debido a la fase acuática del antepasado<br />
humano.<br />
6) Una transformación de la cara. La visión binocular y estereoscópica no es exclusiva del hombre, pues<br />
esta se alcanza en otros animales y en todos los simios, incluidos los homínidos. Los ojos adoptan una<br />
posición en un plano frontal. Se consigue una visión en relieve aunque se pierde campo de visión (se<br />
abarca menos espacio visual) y para ver a los lados hay que girar la cabeza. Los arcos mandibulares se<br />
hacen más gráciles y pequeños con reducción de dientes. Esta tendencia está relacionada con la evolución<br />
de los hábitos alimenticios. El hombre se hace omnívoro, con lo cual los dientes, ya de por si poco<br />
especializados en los primates se especializan menos todavía en el hombre. Al preparar y cocinar los<br />
alimentos se facilita su desmenuzamiento y los dientes se hacen menos poderosos y se reducen en<br />
tamaño y en número (muelas del juicio en regresión). Además, las manos sirven para llevarse los trozos de<br />
alimento a la boca y los dientes y mandíbulas no tienen que arrancarlos de sus lugares de origen; esto lo<br />
hacen las manos. De esta forma, de caras con ojos pequeños, frentes estrechas y mandíbulas grandes y<br />
prognatas se pasa a caras con frentes anchas y despejadas, ojos grandes y mandíbulas reducidas y bocas<br />
pequeñas. Las caras pasan de ser anchas por abajo y más estrechas por arriba a lo contrario: anchas y<br />
voluminosas por arriba, en la frente y estrechas por abajo, en las mandíbulas y boca.<br />
7) Respecto a los órganos de los sentidos, la especie humana tiene éstos con un desarrollo propio de sus<br />
antepasados primates.<br />
Los ojos permiten relacionarse con el medio interpretando la energía luminosa visible. Son los órganos de<br />
los sentidos de mayor potencia en un medio aéreo, ya que son los de más largo alcance y los más rápidos<br />
(la información ambiental a través de la luz viaja a enormes velocidades); por eso se puede decir que son<br />
de los más perfectos. Son los ojos los órganos de máximo desarrollo de todos los sentidos en el hombre.<br />
Los hombres son animales diurnos y como tales han logrado ver colores. En los mamíferos esto se
consigue en primates, algunos carnívoros como perros y gatos, aunque de forma incompleta y más<br />
torpemente en rumiantes. Por regla general, los animales que tienen cuerpos y libreas de colores, ven<br />
éstos. Aparte de en los mamíferos indicados, la visión de colores está desarrollada en animales diurnos<br />
tales como muchas aves (pájaros, rapaces, etc), en determinados reptiles, peces, insectos, etc. También,<br />
como primates que son, tienen visión estereoscópica, quizá como una herencia de los primates arborícolas.<br />
Sin embargo no han desarrollado una gran agudeza visual ni tampoco una gran visión en la lejanía ni<br />
abarcan mucho campo de visión, logros conseguidos por determinadas aves, como las rapaces y otras<br />
aves que tienen grandes desplazamientos aéreos. Por otro lado el hombre solo abarca el llamado espectro<br />
de luz visible, de frecuencia media, y no ve la luz ultravioleta ni la infrarroja, como sí lo hacen otros<br />
animales.<br />
El oído permite relacionarse con el medio a través de las ondas sonoras que viajan a través de un medio<br />
fluido, por ejemplo la atmósfera o el agua al presionar estos medios. En un medio acuático, es un órgano<br />
más eficaz que el de la vista o el del olfato. Esta información viaja a una velocidad más lenta que en el caso<br />
de la luz. El oído tiene un desarrollo medio en el hombre. Éste no es capaz de oír sonidos ni muy graves,<br />
caso de ballenas, ni muy agudos (ultrasonidos) como hacen los murciélagos. Además su agudeza auditiva<br />
(capacidad de distinguir sonidos diferentes) y su potencia auditiva (capacidad de oír sonidos lejanos) está<br />
moderadamente desarrollada. La especie humana, al ser un animal visual, y en menor grado auditivo, tiene<br />
los otros sentidos menos desarrollados.<br />
El olfato, el más primitivo, es relativamente escaso, si lo comparamos con otros mamíferos como los<br />
perros, gatos, rumiantes, etc. El tacto es el justo para un animal sobre todo visual, aunque el hombre tiene<br />
zonas corporales con un mayor desarrollo táctil, debido al uso. Me refiero a la cara y sobre todo a las<br />
manos. El gusto también está discretamente desarrollado aunque es muy versátil como corresponde a un<br />
animal omnívoro.<br />
En definitiva, el ser humano tiene órganos sensoriales típicos de un animal terrestre, diurno, con<br />
antepasados de hábitos arborícolas pero que han pasado a desplazarse en terrenos más abiertos, tipo<br />
sabana, y que su inteligencia le ha llevado a colonizar todo tipo de hábitats terrestres.<br />
8) Otra tendencia que se observa es un lento pero gradual incremento en la estatura, quizá como<br />
consecuencia de una cada vez mejor alimentación.<br />
Evolución como animal humano<br />
Y es de un grupo de mamíferos poco especializados, los primates de los que surge el hombre. Su<br />
separación de los primates antropomorfos se debió de realizar hace unos 6 – 5 m.a. en África ecuatorial.<br />
Los primeros homínidos, los australopitecinos, evolucionaron y se diversificaron en África y fue hace unos<br />
1,5 m.a. cuando el género Homo salió de Africa y se expandió por Eurasia. En la última oleada africana<br />
surgió el Homo sapiens, es decir el hombre actual, hace unos 200 mil años. Esta especie tuvo que superar<br />
los sucesivos periodos glaciares de la actual glaciación y este hecho contribuyo, sin duda, a marcar su<br />
evolución.<br />
Una vez que el Homo sapiens sapiens fue colonizando los diferentes continentes, se fue adaptando a sus<br />
peculiaridades climáticas y geográficas y fueron surgiendo las diferentes razas humanas. Esto acaeció a<br />
partir de los 40-30 mil años. También sus costumbres y modo de vida fueron cambiando. Los primeros
pueblos debieron ser nómadas, cazadores y recolectores de vegetales. El descubrimiento de la agricultura<br />
y de la ganadería debió marcar la posterior evolución de las sociedades humanas. Rápidamente, se<br />
debieron extender estas prácticas por gran parte del mundo y es probable que surgieran en varias zonas<br />
geográficas independientemente, como una consecuencia de la evolución del intelecto humano. Con estas<br />
prácticas, las poblaciones humanas se hicieron sedentarias y aparecieron los primeros poblados estables.<br />
Estas aldeas se fueron organizando cada vez más, con la consiguiente división de trabajo, se fueron<br />
jerarquizando las sociedades que vivían en ellas, fueron aumentando de tamaño y fueron naciendo los<br />
pueblos y después las ciudades. Enseguida se inventó el lenguaje escrito y se fueron desarrollando los<br />
diferentes campos del saber, como las matemáticas, filosofía, astronomía, etc. Las diferentes religiones<br />
también debieron estar ligadas a la especie humana desde muy temprano, marcando un conjunto de<br />
normas y valores en la conducta humana y dando un sentido a la existencia del hombre.<br />
Los medios de transporte que los diferentes pueblos tuvieron fueron fundamentales en las interrelaciones e<br />
intercambios comerciales de las poblaciones. Los primeros hombres debieron desplazarse caminando y<br />
corriendo. Es probable que pronto descubrieran la utilidad de animales como el caballo y otros similares,<br />
dependiendo de la zona geográfica, para sus desplazamientos, quizá a la par que la ganadería. La<br />
utilización estos animales y también la de carros movidos por ruedas y tirados por animales contribuyó de<br />
forma decisiva a los movimientos migratorios de pueblos y a la eficacia de luchas y batallas. Paralelamente,<br />
se debieron inventar los primeros barcos, al principio, tablas de madera, luego balsas de maderos y más<br />
adelante, canoas de remos; a las dos últimas se les pondrían después velas. De esta forma tuvieron lugar<br />
también los primeros desplazamientos a través de los ríos y del mar.<br />
Los medios de transporte, aunque se fueron perfeccionando, no sufrieron grandes avances hasta la<br />
revolución industrial; se inventó el caballo de vapor en la segunda mitad del siglo XVIII, que pronto se aplicó<br />
a los barcos y a los coches, y el motor de combustión, en la segunda mitad del siglo XIX, que revolucionó<br />
de forma más decisiva los transportes. Desde entonces los avances tecnológicos han sido imparables y<br />
vertiginosos a pesar de los conflictos sociales y bélicos, siendo los siglos XIX y en especial el XX, periodos<br />
en los que la cultura tecnológica y científica de la humanidad se ha disparado de forma muy acelerada, con<br />
inventos como los submarinos, aviones, cohetes, radio, teléfono, TV, ordenadores… etc.