El Nuevo Retorno, La Nueva Batalla - MinCI
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Hugo Chávez Frías<br />
<strong>El</strong> nuevo retorno, la nueva batalla<br />
manos indígenas— hoy, 16 de marzo, después<br />
de 21 días de ausencia del territorio venezolano<br />
—ausencia física, porque siempre he estado<br />
aquí, con ustedes en el corazón, en la mente, en<br />
el alma, en todo mi ser— viene convertido en<br />
una oración, en un canto, en un compromiso.<br />
En una oración a Dios, en una oración a Cristo,<br />
a Jesús, mi comandante; en una oración del<br />
alma, de agradecimiento, de fe, de amor. Una<br />
oración de esperanza en esta batalla que nos ha<br />
correspondido dar.<br />
¿Quién dijo que este camino iba a ser fácil?;<br />
ya lo profetizaba el grande Argimiro Gabaldón:<br />
largo y duro es este camino, pero este es el camino.<br />
<strong>El</strong> camino de la redención del pueblo, el<br />
camino de la redención de la patria, el camino<br />
de la independencia nacional, el camino del desarrollo<br />
integral de Venezuela, del crecimiento<br />
nacional. <strong>El</strong> camino de la construcción de la<br />
patria socialista, la patria democrática.<br />
Así lo digo desde mi corazón, sintiendo al<br />
retornar todavía ese galopar indómito de sentimientos<br />
patrios. Una oración elevo y estoy seguro<br />
de que no es sólo mía, es colectiva; una<br />
oración que comparto con nuestro pueblo, de<br />
fe, de esperanzas renovadas en esta batalla por<br />
la vida, por la patria, en esta batalla para continuar<br />
haciendo realidad, precisamente, el proyecto<br />
de mi comandante, Jesús de Nazareth.<br />
“Bienaventurados los pobres porque de<br />
ellos será mi reino”. Bienaventurados los niños,<br />
bienaventuradas las niñas; bienaventurados<br />
los pueblos porque de ellos será este reino,<br />
el reino de la patria, el reino de la democracia<br />
socialista.<br />
Una oración que en estas semanas me ha<br />
llegado nuevamente con una fuerza indómita,<br />
con una fuerza celestial; una fuerza que va<br />
más allá de lo humano; una fuerza que trasciende<br />
estas montañas, estos mares y llega a<br />
mi espíritu, a darme cada día más fuerza, más<br />
voluntad de vivir, más voluntad de luchar y de<br />
vencer; de triunfar ante la adversidad y ante<br />
las dificultades. En eso comparto con el pue-<br />
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