Injerto 2009 - Anticuerpo

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ahí vive? ¿Qué tipo de patrones forman? ¿Cómo es que el edificio ha
llegado a tener estas características? ¿Qué historias encierran?
2.
Sí, la primera vez que me llevaste, me hizo pensar un poco en la
espacialidad de los cuentos y novelas de Kafka. Es muy ambiguo a la
hora de describir espacios. O más bien, logra hacer a través de la
narrativa que un espacio físico, se vuelva inagotable, o inalcanzable, o
incalculable. Y adentro de los condominios sucedía algo similar. Una
situación indeterminada, inconclusa, o no sé.
1.
Y a mí, creo que me dio mucha curiosidad deducir, o averiguar, o
investigar, cómo es que había sucedido así. Un poco como un detective.
2.
Como queriendo encontrar algo. Creo que los dos inventamos pistas y
nos fuimos reflejando a través de ellas. Haciendo una historia o un
intento por reconstruir los acontecimientos.
1.
Tal vez así funcionamos en general, en el día a día. Construimos
nuestras experiencias entre lo desconocido y lo familiar armándolas
como historias. Pensamos en términos de historias; en términos de
secuencias que se enlazan, agregan y yuxtaponen a lo anterior, a lo que
ya conocemos o damos por sentado. Por eso los accidentes y errores
tienen un poder casi revelador, porque provocan variaciones en la
evolución de esa secuencia.
2.
En ese sentido, el edificio es como un accidente vivo y su estado casi
abandonado es un escenario muy fértil para suponer, o deducir
historias. Mientras menos claro y más misterioso sea algo, creo que
hace trabajar más a la imaginación.
1.
Y ayudó que lo vivimos como intrusos. Al irnos adentrando en el
edificio, sintiéndonos, nivel a nivel, cada vez más entrometidos, cada vez
más convencidos de que no tendríamos por qué estar ahí, se generó un
estado de alerta donde la mente se pone a trabajar de forma más
instintiva, irracional, casi absurda.
2.
Provocando ese estado de ánimo que está entre el miedo y la risa, entre
la adrenalina y la vejiga vencida por la carcajada.
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1.
Esto me recuerda algo que leí hace poco. Era sobre ese momento en
que, tras haber mirado por los retrovisores del auto y haberte
tranquilizado, sabiéndote a suficiente distancia de los demás