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Injerto 2009 - Anticuerpo

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Cuaderno<strong>Injerto</strong>:Layout 1 09/02/09 09:45 p.m. Page 138<br />

espaciamientos 5 . No se trata de incluirlas, adaptarlas, seleccionar,<br />

proyectar, etc. Esto sería, una práctica ingenua. Un verdadero diálogo<br />

crítico con la innovación comienza en el momento en que la imagen<br />

movimiento se reflexiona, se analiza tanto en su morfogenealogía, en los<br />

discursos que propone y el tipo de observación (y dependencia) que<br />

genera. Llevarlo al museo implica dicho análisis puesto en acto.<br />

El historiador de arte Jonathan Crary nos habla de que a pesar de<br />

que la segunda mitad del siglo XIX vio nacer una cantidad inaudita de<br />

dispositivos de visión, la ciencia misma se apartó del discurso de la<br />

óptica y la mecánica para centrarse “en las dimensiones físicas de la<br />

vista humana. (…) lo visible escapa del orden atemporal e incorpóreo de<br />

la cámara oscura para alojarse en otro sistema, en el seno de la<br />

fisiología y de la temporalidad inestables del cuerpo humano” 6 . Sería<br />

necesario recuperar esta investigación y desplazarla a la actualidad de<br />

la experiencia museística. La curaduría y el museo hoy en día, podrían<br />

seguir un poco la enseñanza de Crary y la reflexión a partir de la<br />

observación. La importancia y el sentido de la instalación de las<br />

imágenes en movimiento se revela crucial en dicho proceso. Llevamos<br />

un largo camino recorrido en cuanto al cine instalación, el video y sus<br />

múltiples irrigaciones, modificando la experiencia de la percepción de<br />

dicha imagen movimiento hasta llevarla a un estatuto de experiencia<br />

sensorial, incluso inmersiva. Ahora bien, la producción de imagen<br />

audiovisual realizada bajo la condición algorítmica o bien por medio de<br />

los DIY media, ambas circulando en los meta archivos de la web….<br />

¿bastaría con proyectarlas?<br />

El espacio del museo debe instaurar una condición diferencial para<br />

la experiencia de los nuevos formatos de la imagen movimiento. Tal vez<br />

una primera respuesta está en pensar el espacio y el espaciamiento, la<br />

observación y experimentación de los atributos de la programabilidad, la<br />

inmersión, la interactividad y la virtualidad.<br />

1<br />

Ejemplo de ello es la colaboración entre <strong>Injerto</strong> y el Laboratorio Arte Alameda.<br />

2<br />

Bellour Raymond, Cineinstalações. En: Maciel K.(org), Cinema Sim, Narrarivas e Projeções.<br />

Ensaios e Reflexões. Itau Cultural, São Paulo 2008<br />

3<br />

Ver catálogo de exposición realizada en Centre Pompidou 2006: Les mouvement des<br />

images: Des arts plastiques au cinema.<br />

4<br />

DIY, Do It Yourself Media<br />

P.138<br />

5<br />

El afecto varía según las condiciones de observación, así como puede cambiar radicalmente<br />

la apreciación de la obra por la decisión de la escala de proyección, por ejemplo. Una de las<br />

primeras grandes confusiones al presentar imagen movimiento en un museo fue la inocente<br />

arbitrariedad con la que sencillamente las obras se “adaptaban” al espacio de exhibición.<br />

Obras que habían sido realizadas como monocanal, para ser presentadas en monitor de TV,<br />

se proyectaban con videoproyector a escalas mucho mayores, perdiendo tal vez, toda la<br />

intimidad que la especificidad de un medio y formato pueden otorgarnos.<br />

6<br />

Citado por: Jay Martin, Ojos abatidos. La denigración de la vision en el pensamiento fracés<br />

del siglo XX. Madrid: Akal Estudios Visuales, 2007. P. 118

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