resumen acto celebrado pasasdo 7 marzo para audio - Casa Asia

RESUMEN DEL ACTO CELEBRADO EL PASADO 7 DE MARZO, BAJO EL TÍTULO “I
DIÁLOGO SOBRE INDIA: LA MUJER EN INDIA, ¿UNA SIMPLE CUESTIÓN DE
GÉNERO?” ORGANIZADO POR LA RED DE MUJERES ASIÁTICAS Y ESPAÑOLAS
EN CASA ASIA
La Red de Mujeres Asiáticas y Españolas quiso sumarse a la celebración del día internacional de
las mujeres, acercando a nuestra sociedad la realidad de las mujeres en la India a través del
acto que organizamos en Barcelona el pasado 7 de marzo. En el diálogo intervinieron el
escritor Agustín Paniker y la directora de la United Nations University Institute en Barcelona,
Parvati Nair y ejerció como moderador el director general de Casa Asia, Ramón Mª Moreno. La
dinámica y el formato entrevista facilitaron un diálogo fluido y en profundidad para analizar las
claves de la discriminación de la mujer en la India. El título de la actividad “La mujer en India
¿una simple cuestión de género?” pretendía señalar la importancia que tiene la plena inclusión
de las mujeres en la construcción de la sociedad india en términos de desarrollo y progreso.
Hace unas semanas, los medios de comunicación se hicieron eco de las masivas protestas y
manifestaciones que tuvieron lugar en Delhi y otras ciudades indias como reacción a la
violación y asesinato de una joven estudiante en la capital del país. La intensidad de la
respuesta ciudadana, reivindicando más protección por parte de las autoridades públicas,
concitó un vivo interés en la opinión pública: ¿Qué razones explican tal nivel de movilización
ciudadana? ¿Se trataba de una mera respuesta emocional ante un crimen de especial
gravedad o era consecuencias de cambios sociales más profundos? ¿El intenso proceso de
desarrollo económico del país está comportando un cambio cultural que supone una visión
más inclusiva de la sociedad, en la que las mujeres han de poder participar en pie de igualdad?
En definitiva, ¿en qué situación se encuentran las mujeres de uno de los grandes países del
continente asiático y que es una de las potencias emergentes en la economía mundial? Estas y
otras cuestiones quisimos que fueran debatidas por los ponentes y por el público.
Tras una breve contextualización del origen del día internacional de la Mujer realizada por el
Director General de Casa Asia, y una breve retrospectiva sobre los avances en las conquistas de
los derechos de las mujeres en España, ambos ponentes hicieron una breve introducción para
centrar la problemática y dar las claves necesarias para comprender los recientes sucesos
acaecidos en Delhi.
Parvati Nair inició su intervención señalando tres cuestiones fundamentales; la primera, el
incidente de la violación colectiva a la joven estudiante indica que la violencia contra las
mujeres es sintomático de violencia en la sociedad. Miedo y desconfianza hacia el otro son
síntomas comunes en la sociedad India, prueba de ello es que el suceso del que hablamos ha

supuesto dos crímenes (violación a la estudiante y violencia hacia el chico que la acompañaba)
y crimen público, ya que ambos fueron arrojadas a la vía pública y nadie acudió para auxiliarlos
aunque los vieran ensangrentados. El segundo aspecto, es la mediatización del evento por el
componente grotesco, y finalmente concluyó su exposición explicando que desde el 2012 la
gente usa la calle como medida de protesta para manifestarse tanto en el mundo árabe como
en España.
Agustín Paniker siguió profundizando en esta última idea y aseguró que las manifestaciones
ocurridas en Nueva Delhi y en otras ciudades de la India son síntomas positivos de protesta,
que denotan una normalidad y significa que hay una tendencia social a manifestarse como
medida de cambio de valores, aunque puntualizó que estamos hablando de un fenómeno muy
urbano, cuyos protagonistas han sido las nuevas clases medias. Por lo tanto, no estamos
hablando de una representación mayoritaria de la sociedad India pero esta nueva clase media
tiene un rol muy importante a la hora de marcar las líneas y el camino de por dónde deben de
ir las cosas. Su ejemplo va a servir a otros colectivos que ahora no están representados y no
tienen voz para poder ser oídos. Para Paniker, las movilizaciones hay que enraizarlas en una
larga tradición en la India de debate público y de cuestionamiento del orden establecido.
Responden a una tradición de autocrítica y de debate interno que se enmarca en la herencia
anglosajona, de ahí, que dispongan de una Constitución muy democrática instaurada en los
años 50.
El moderador, Ramón Mª Moreno, inició el debate con una breve contextualización indicando
que la India es una de las democracias más grandes del mundo, con más de 1.200 millones de
habitantes, y con grandes contradicciones: un país con un crecimiento del PIB que, aunque se
ha desacelerado recientemente y probablemente la producción sea menor del 5% este año,
en el 2011 alcanzó tasas del 6,8% en o del 10,1% en 2010. En contraste con el desarrollo
económico del país, desde occidente observamos una desvalorización de las mujeres que se
agrava desde hace años. Fundamentalmente en las zonas rurales, la mujer no es apreciada
más que cuando puede dar nacimiento a niños varones. La eliminación de niñas de sexo
femenino, junto a la práctica del aborto selectivo, es uno de los síntomas. Sin olvidar, la
práctica de la dote (todavía en vigor aunque esté oficialmente prohibida desde 1961) o el
destierro de las mujeres viudas. Ante esta situación, el moderador preguntó a los ponentes
sobre los patrones o valores que rigen en la sociedad India para que se perpetúe en el tiempo
el estigma social hacia la mujer y quiso saber su opinión sobre si las emergentes clases medias
podrían ayudar a minorar la discriminación hacia la mujer.
Por su parte, Parvati Nair subrayó las diferencias hacia la mujer según las diferentes regiones, e
indicó que en la zona de la que proceden ambos existe una larga tradición del matriarcado. Sin
embargo, hizo especial énfasis en la importancia de la cultura hindú donde conviven
determinados patrones que perpetúan la desvalorización de la mujer. En esta línea, apuntó el
ejemplo de la historia de Draupadi que narra la historia de la humillación de la violación y nos
trasmite el poder de resistencia de la mujer. Para Parvati, las tradiciones se han inventado en
un contexto de pobreza y privaciones. Así, el rito de la pulsera de hilo, Rakhi, que las hermanas
atan en la muñeca de su hermano, es un símbolo de protección hacia su hermana que refleja
una situación de inquietud, de peligro y de vulnerabilidad.

En relación a la situación del ámbito rural en la India, la directora del United Nations Institute
resaltó la gran invisibilidad que sufren las mujeres en estas zonas. Contó su caso personal, que
siendo India de segunda generación nunca había estado en el campo. Sin embargo, quiso
transmitir un mensaje de optimismo al subrayar que incluso en estas zonas hay un deseo de
cambio. Puso como referencia el caso de Sampat Pal, una mujer de una de las zonas más
pobres de Uttar Pradesh, que había formado el ejército de los sharis rosas de mujeres
abusadas que habían sufrido maltrato, con el objetivo de combatir la violencia que ejercían
sobre ellas. Pero no solo nacieron para combatir la violencia sino para construir una identidad
a parte de las estructuras del matrimonio, maternidad… el deseo de cambio que
comentábamos antes.
El ponente Agustín incidió en la idea apuntada por su compañera sobre las diferencias
regionales para la mujer en la India. Explicó que en el Norte la situación de la mujer es más
negativa al igual que en las zona próximas a Pakistán. En el Sur se puede considerar que la
situación de la mujer es algo más favorable y el Este se encuentra a caballo entre el Norte,
donde domina la patriarquía y el Sur, con un matriarcado que compensa un poco esta
situación.
Por el contrario, el escritor Paniker, manifestó durante la conferencia que no creía que la
religión hindú se asociara como un detonante de discriminación hacia la mujer ya que no ve
diferencia en este sentido entre las distintas religiones en la manera en que opera la
patriarquía, quizás se pudiera atenuar con las castas. Sin embargo, en la educación si ve un
patrón de perpetuación para el estigma hacia la mujer ya que en la pubertad se disocia la
educación entre ambos. A partir de este momento, los niños son educados para continuar con
el negocio o las tierras familiares y continuar con el linaje familiar mientras las niñas son
educadas para ser buenas esposas y sumisas. Para Paniker, tanto el Rakhi como otros
símbolos, son síntomas de control de la sexualidad femenina y sintetiza los patrones de
conducta hacia la mujer en dos elementos claves; en la patrifocalidad, la mujer transita de su
familia a la de su marido al casarse (a los 18, 20 años o incluso a los 14 o 16) y esta
transferencia es traumática para la mujer ya que implica un sometimiento fuerte hacia la
familia del marido. En este punto Paniker se pregunta por el sentido del matrimonio en la
mujer y responde que es la perpetuación de la estirpe, la concepción de linaje.
El segundo aspecto para entender la vulnerabilidad y discriminación de la mujer sería el
concepto de patrinilialidad, que significa que la mujer, una vez que se casa, no sólo transita del
hogar familiar a la casa del marido, sino también incluye la renuncia a su herencia, a la dote,
que no va a la mujer sino con la mujer ya que pasa a formar parte de la familia del marido. En
el siglo XIX la dote de la mujer iba con ella y podía recurrir a la herencia en caso de que tuviera
problemas con la familia del marido. En cambio, en nuestros días la dote se ha convertido en
una compra-venta de bienes y se ejerce como un sometimiento hacia la mujer. Es asumido con
normalidad por las familias Indias que la estadía de las niñas en la casa familiar es corta porque
se irá pronto a vivir a casa del marido y se tendrá que dar una dote a la familia del marido. De
ahí el dicho tan popular en la India “Invertir en una mujer es como regar en el jardín del
vecino”.

A continuación, el director de Casa Asia se centró en la incorporación de las mujeres en la
toma de decisiones políticas desde la base, y señaló que algunas mujeres de especial
relevancia habían conseguido llegar a la cima. Puso como ejemplo a la presidenta del partido
en el Gobierno, Sonia Gandhi, a la Presidenta de la República nombrada en 2007, Pratibha
Patilla; o la Presidenta de la Cámara de los Diputados, Meira Kumar, una intocable, entre otras.
Pero a pesar de estos hechos, puntualizó que en el Parlamento Indio solo hay un 9 % de
mujeres parlamentarias. “Es necesaria la llegada de más mujeres a la política para incidir en los
cambios a favor de las mujeres, pero ¿serán suficientes o deberán ir acompañados de un
cambio social? ¿Y cómo propiciarlo?” preguntó a Agustin Paniker, quien abogó porque la
sociedad machista patriarcal logre crear una conciencia de igualdad en los hombres y en las
mujeres y empoderar a éstas últimas para hacerlas conocedoras de sus derechos. En definitiva,
concienciar a las mujeres y hombres de las posibilidades que tienen.
El moderador suscitó otro debate al hablar de la desestructuración social en marcha, del
enorme precio que está pagando la India en su modernización, con el éxodo de las poblaciones
rurales hacia las grandes ciudades. “Las normas de la cultura tradicional se suavizan, dejando a
muchas personas en “tierra de nadie” y en donde la presencia del Estado no se ha hecho
efectiva, volvemos a la experiencia española del siglo XX”, puntualizó Ramón Moreno, quien
sugirió que este hecho podría ocasionar una gran violencia que se ejerciera fundamentalmente
sobre las mujeres. En este sentido preguntó a Parvati, como experta en movimientos
migratorios, si creía que esta pérdida de valores estaba influyendo en el aumento de la
violencia contra las mujeres. A lo que respondió que los procesos de la modernidad a veces
son violentos. En países como India, poscoloniales, la experiencia de la modernidad tiene
muchos desafíos y se incrementan para la mujer. Sin embargo, se tiene que tener en cuenta
que la mujer en las zonas rurales son invisibles y en las ciudades como Delhi, donde he
conocido a comunidades emigrantes, percibo que aunque el cambio a las ciudades haya
supuesto un fuerte desarraigo, en cambio, la ciudad les ofrece nuevas posibilidades, otros
discursos, afirmó Parvarti que continuó explicando que la mujer en las urbes tienen la opción
de buscar trabajo, ganar su propio dinero o acudir a una clínica para obtener un preservativo,
en definitiva, tienen acceso a otras formas de vida.
Finalmente, Ramón Moreno indicó que no se debe juzgar a una sociedad con los valores de
otro y preguntó a ambos ponentes si en el caso que nos atañe de la violación desde los medios
de comunicación a nivel internacional se había dado una visión sesgada de la realidad de la
mujer en la India, bajo el prisma occidental. Para el escritor Agustín la verdadera noticia que
recogieron inicialmente los medios, era la respuesta de un movimiento social que decía basta a
una realidad acuciante, pero por el amarillismos de las crónicas llegó a quedar reducida al
suceso y no la noticia, que era la manifestación. Quiso reforzar la idea de que ha habido un
cierto desplazamiento que encaja en ciertos clichés que tenemos coloniales, que existen
incluso en la India, que coincide con la idea del exotismo de la India, del barbarismo, del
salvajismo… Es un análisis muy arrogante, que presupone que “los varones blancos tenemos
que ir a rescatar a las indefensas mujeres de piel oscura y que refuerza los clichés occidentales,
obviando los verdaderos problemas de la mujer como la educación, alfabetización, mal
nutrición, problemas de dote o infanticidio”.

Además, siguiendo a Parvati, Paniker manifestó que hay contextos en que la modernidad
puede ser un factor de detrimento hacia la mujer, y al mismo tiempo, la modernidad y la
ciudad puede generar nuevas vías de liberación o emancipación. Puso como ejemplo, la nueva
clase media, protagonista de las recientes manifestaciones y en contrates, es el colectivo que
peor ratio de infanticidios tiene al disponer de capacidad económica para acceder a la
tecnología. En las zonas más ricas de la India o en el Sur de Delhi, los ratios son los más
elevados que en las zonas pobre. Por lo tanto, la clase media que aboga por cambiar las
dinámicas establecidas reproduce, por otro lado, formas de patriarquía que perpetúan
tradiciones nada favorables para la mujer.
Parvarti quiso aclarar que en su Estado, en el Sur de la India, se había reducido el número de
niñas debido a la entrada de la práctica de la dote, lo que significa que el aspecto económico
es intrínseco a situación de la mujer. La gente que visite la India la ama o la odio. Por esa
misma razón, tanto en Occidente como los propios indios tienen la tendencia de caer en
estereotipos, esto lo vemos en la propia cobertura mediática en relación a esta violación. Los
nombres que han utilizado, entre otros, Amanat que significa palabra o confianza, son formas
de mitificar a este personaje que sufrió un crimen horrible pero recalcó la idea de que
deberíamos tener cuidado con el peligro de la mitificación en relación al discurso en torno a la
mujer.
Para concluir, destacamos una idea compartida tanto por ambos ponentes como por el
público, y es el cambio trascendental que ha vivido la India en los últimos 30, 40 años. En
relación a la mujer, son cambios sutiles pero denotan esperanza.