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LA “THIRD QUEST” - Facultat de Teologia de Catalunya

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estrictamente las características <strong>de</strong> la TQ. Sin embargo, este autor ha tenido que revisar supostura y ha ampliado el concepto tan estricto <strong>de</strong> la TQ y recientemente incluye a unaveintena <strong>de</strong> autores a partir <strong>de</strong> 1970.Hoy es muy común hablar <strong>de</strong> la TQ incluyendo a autores muy diversos, por supuestotambién a los <strong>de</strong>l Jesu Seminar, que han tenido una voluntad muy expresa <strong>de</strong> llegar a laopinión pública, <strong>de</strong>bido, quizá, a las características <strong>de</strong> la sociedad norteamericana y piensoque también por su <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> contrarrestar el fundamentalismo bíblico. Pero esto planteaalgunos problemas que señalo brevemente.Hablar <strong>de</strong> TQ implica aceptar la periodización en tres fases que, <strong>de</strong> forma muy sucinta,he presentado y que, en mi opinión, tiene gran<strong>de</strong>s dificulta<strong>de</strong>s. Una cosa es la tipificación queayuda a enten<strong>de</strong>r el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> un proceso intelectual y otra la simplificación que lo<strong>de</strong>svirtúa. El mero hecho <strong>de</strong> hablar <strong>de</strong> “Old Quest” da a enten<strong>de</strong>r que todo lo que se planteóen el siglo XIX está superado y esto no es cierto. No se pue<strong>de</strong> confundir el positivismohistórico, un tanto pretencioso, con diversas cuestiones críticas, que siguen abiertas yreaparecen en nuestros días.Tampoco es cierto que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Schweitzer y Bultmann cesase prácticamente lainvestigación sobre Jesús. En absoluto se pue<strong>de</strong> hablar <strong>de</strong> un período <strong>de</strong> “no quest”. S. E.Porter proporciona un elenco <strong>de</strong> las obras producidas durante estos años, especialmenteabundantes en el mundo anglosajón, pero tampoco faltaron las alemanas, y <strong>de</strong> autoresciertamente muy reconocidos (H. So<strong>de</strong>n, A. Schlatter, J. Jeremias, E, Stauffer, L. Goppelt), ylas francesas, entre las que Porter no cita dos obras que me parecen especialmentesignificativas: Jésus et la tradition évangelique, <strong>de</strong> A. Loisy, <strong>de</strong> 1910, y Jesús, <strong>de</strong> Ch.Guignebert, <strong>de</strong> 1933; estas obras –como las <strong>de</strong> varios clasicistas que durante estos añosabordaron el estudio <strong>de</strong> Jesús- muestran que este tipo <strong>de</strong> estudios no se limitaban a loscírculos eclesiales. Los autores que se suelen englobar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la New Quest son unaescuela germana y <strong>de</strong>terminada (J. M. Robinson, E. Fuchs, G. Ebeling, H. Conzelmann, G.Bornkamm, W. Marxsen. H. Braun), que se encuentran en la senda <strong>de</strong> Bultmannmodificándola, pero en absoluto suponen todo lo que en su tiempo y antes se trabajaba sobreel Jesús <strong>de</strong> la historia.El grave inconveniente <strong>de</strong> esta periodización es que <strong>de</strong>sconoce los trabajos ajenos a laescuela postbultmaniana. Especialmente lamentable es el olvido <strong>de</strong> las obras realizadas porautores judíos: el gran pionero fue J. Klausner (1922), pero otros muchos le siguieron, comoS, Sandmel (1956), P. Winter (1961), A. Finkel (1964), Schalom Ben-Chorin (1967), D.Flusser (1968) , H. Cohn (1968), G. Vermes (1973). Todos ellos, por cierto, autores <strong>de</strong>primera fila. El rasgo común <strong>de</strong> todas estas obras es situar a Jesús en el judaísmo <strong>de</strong> sutiempo, lo que muestra que esta preocupación no es una novedad introducida por la TQ.Se podrían presentar muchos más datos, pero los reseñados bastan para hacer ver lafragilidad <strong>de</strong> distinguir tres fases diferentes en la investigación histórica sobre Jesús. Es unaperiodización realizada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva germana y teológica, pero que no tiene encuenta toda la investigación. Porter, Holmén, Telford y Bermejo piensan que este escenariosegmentado en vez <strong>de</strong> iluminar el proceso <strong>de</strong> la investigación sirve para ocultar elementosmuy valiosos. Por eso algunos investigadores actuales consi<strong>de</strong>ran impropio hablar <strong>de</strong> una“tercera búsqueda”. S. E. Porter, tras examinar las características que se le atribuyen,concluye que no hay base para hablar <strong>de</strong> una nueva etapa. W. R. Telford señala los rasgosdistintivos <strong>de</strong> la investigación reciente y afirma que “no sería pru<strong>de</strong>nte en estos momentosafirmar que constituyen la base <strong>de</strong> una TQ”. Señala que hace falta más perspectiva temporalpara valorar las realizaciones actuales, pero que sí hay que reconocer una revitalización en losestudios sobre Jesús y hay que ser capaces <strong>de</strong> dar cuenta <strong>de</strong> sus motivaciones y aportaciones.Por fin, Holmén también consi<strong>de</strong>ra cuestionable la novedad <strong>de</strong> las características con las quese preten<strong>de</strong> <strong>de</strong>finir la TQ (<strong>de</strong>sinterés teológico, uso <strong>de</strong> fuentes extracanónicas, insistencia en3


4el judaísmo <strong>de</strong> Jesús) y, por eso, prefiere evitar esta etiqueta (TQ) y consi<strong>de</strong>ra mejor hablar <strong>de</strong>a “single multi-faceted quest of the historical Jesus, with various modifications andadjustaments in approach” (pon<strong>de</strong>rada conclusión que hago mía con mucho gusto).La TQ es una tipificación inapropiada, pero es una etiqueta que ha tenido éxito y cuyouso se ha impuesto. Los estudios históricos sobre Jesús han aumentado notablemente por uncúmulo <strong>de</strong> razones, alguna <strong>de</strong> las cuales mencionaré enseguida, pero también hay que contarcon algo, aparentemente trivial pero muy influyente, como es la facilidad actual para escribirlibros y hacer ediciones <strong>de</strong> poca tirada.Los estudios actuales sobre el Jesús histórico asumen los métodos histórico-críticos enel tratamiento <strong>de</strong> los textos y, en este sentido, continúan la NQ, pero se diferencian porque, engeneral, conce<strong>de</strong>n más valor histórico a los evangelios. Esta es una <strong>de</strong> las razones que explicael número creciente <strong>de</strong> investigaciones históricas sobre Jesús: ha aumentado la confianza enque se trata <strong>de</strong> una tarea posible.Los autores <strong>de</strong> la NQ trabajan claramente en función <strong>de</strong> una agenda teológica. Parten<strong>de</strong>l kerigma e intentan buscar una cierta fundamentación en la historia. Contra lo que, a veces,se dice la investigación actual no está exenta <strong>de</strong> interés teológico y, por supuesto, tienerepercusiones teológicas, pero este interés está menos <strong>de</strong>finido y más diversificado que en laNQ. En muchos autores la preocupación teológica se expresa en el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> recuperar el Jesús<strong>de</strong> la historia, que lejos <strong>de</strong> ser un presupuesto <strong>de</strong>l kerigma, es el contenido y norma <strong>de</strong> la fecristiana (Crossan, Borg, San<strong>de</strong>rs, <strong>de</strong> algún modo era éste el planteamiento <strong>de</strong> Jeremias).También hay quienes expresan su motivación teológica <strong>de</strong>fendiendo que la investigacióncrítica <strong>de</strong>muestra la falacia <strong>de</strong> la fe cristológica (Bermejo, Montserrat, Puente Ojea). Se hageneralizado el pluralismo i<strong>de</strong>ológico <strong>de</strong> los investigadores, que con frecuencia no son <strong>de</strong>formación teológica y trabajan en instituciones no teológicas y no eclesiales. El clima culturaly eclesial existente muestran la necesidad <strong>de</strong> replantear la <strong>de</strong>limitación y relación <strong>de</strong> loscampos <strong>de</strong>l historiador y <strong>de</strong>l teólogo. No pretendo entrar aquí en tan <strong>de</strong>licada problemática,pero sí diré que estamos en el punto más sensible <strong>de</strong> la historicidad <strong>de</strong> la fe cristiana.Buena parte <strong>de</strong> la investigación actual retoma preocupaciones características <strong>de</strong> la OQ,como la recuperación <strong>de</strong>l Jesús <strong>de</strong> la historia ocultado por la predicación eclesial, ladimensión escatológica y futurista <strong>de</strong> Jesús, su inci<strong>de</strong>ncia socio-política. Esta investigación esmuy variada, pero cuando se penetra en ella se <strong>de</strong>scubre un diálogo, más o menos soterrado,entre muchos <strong>de</strong> sus participantes, por ejemplo <strong>de</strong> Horsley con Theissen, <strong>de</strong> Meier con el JesuSeminar, un diálogo explícito entre Crossan y Wright etc1. Algunos rasgos <strong>de</strong> la investigación actualSeñalo a continuación algunas cuestiones que se suelen presentar como características <strong>de</strong>la investigación actual para ver hasta qué punto lo son; lo hago con brevedad, porque doy porsupuesto el conocimiento <strong>de</strong> la problemática. Algunas <strong>de</strong> estas cuestiones, que se hangeneralizado en el mundo exegético, ya habían sido planteadas por investigadores anteriores,auténticos pioneros, <strong>de</strong> modo que lo que hoy nos encontramos es novedoso solo muyrelativamente.A. Las fuentesEl valor <strong>de</strong> las fuentes extracanónicas ha sido objeto <strong>de</strong> una especial atención y <strong>de</strong>bate.H. Koester, discípulo <strong>de</strong> Bultmann y escéptico respecto <strong>de</strong>l valor histórico <strong>de</strong> los evangelioscanónicos, fue un precursor en el estudio <strong>de</strong> la literatura apócrifa, ya antes <strong>de</strong>l conocimiento<strong>de</strong> los escritos <strong>de</strong> Nag Hammadi. Obviamente tras el conocimiento <strong>de</strong> esta literatura gnóstica


5el interés por los apócrifos cristianos aumentó notablemente. El mencionado autor, alemánpero que ha trabajado en los Estados Unidos, creo escuela y los miembros <strong>de</strong>l Jesu Seminar,en general, se caracterizan por sostener que en textos apócrifos tardíos pue<strong>de</strong>n encontrarserastros <strong>de</strong> tradiciones originales <strong>de</strong> Jesús, que han <strong>de</strong>saparecido en los canónicos.Ciertamente la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> las fuentes no canónicas es una característica <strong>de</strong> lainvestigación actual, pero la opinión claramente dominante está muy lejos <strong>de</strong> conce<strong>de</strong>rles elvalor que les atribuyen los autores <strong>de</strong>l Jesu Seminar. También en la actualidad se conce<strong>de</strong> alos evangelios canónicos más confianza que la que les atribuían los postbultmanianos. De laliteratura no canónica el Evangelio <strong>de</strong> Tomás merece una consi<strong>de</strong>ración especial. Son muchosquienes piensan que pue<strong>de</strong>n encontrarse en él tradiciones antiguas, que no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> loscanónicos. Es una cuestión que hay que examinar caso por caso. Es una opinión que en su díaya <strong>de</strong>fendió J. Jeremias que pensaba que había parábolas <strong>de</strong> Jesús que se encontraban en elEvangelio <strong>de</strong> Tomás en un estado más primitivo que en los canónicos, don<strong>de</strong> habían sido másreelaboradas.En general pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que el uso <strong>de</strong> esta literatura extracanónica tiene un valorescaso para el estudio <strong>de</strong>l Jesús histórico, pero su importancia es gran<strong>de</strong> para el conocimiento<strong>de</strong>l cristianismo naciente. Y, como veremos, cada vez se percibe más relación entre ambascuestiones.B. Contextualización.Creo que esta es la característica general, principal y más positiva, <strong>de</strong> los estudiosactuales. El avance mayor <strong>de</strong> la investigación se está produciendo no tanto por el análisis <strong>de</strong>los textos en sí mismos, sino por su mejor contextualización, fenómeno que tiene muchasmanifestaciones. A pesar <strong>de</strong> ciertas ten<strong>de</strong>ncias exegéticas y lingüísticas (muy presentes en elmundo francófono y en el mundo exegético que sacraliza la “palabra” <strong>de</strong> una forma<strong>de</strong>sencarnada, que evita la confrontación teológica seria), hay que sostener que el contextosocial y cultural es <strong>de</strong>cisivo para la comprensión y valoración <strong>de</strong> los textos.No hace falta volver a criticar las graves <strong>de</strong>ficiencias <strong>de</strong>l criterio <strong>de</strong> <strong>de</strong>semejanza. Estoes hoy unánimemente admitido. El criterio <strong>de</strong> plausibilidad histórica parte <strong>de</strong> la convicción <strong>de</strong>que es necesario situar –contextualizar- a Jesús en el judaísmo y circunstancias <strong>de</strong> su tiempo,y no separarlo <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> sus primeros seguidores. Solo cuando se le sitúa plausiblementese pue<strong>de</strong> preguntar por los rasgos propios que le caracterizan. Así entendidos “rasgos propios”no equivalen a únicos (imposible <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar porque no conocemos toda la realidad) ni,menos aún a “trascen<strong>de</strong>ntes”, que supone un juicio <strong>de</strong> valor que no compete al historiador. G.Theissen afirma que “individualidad no significa in<strong>de</strong>rivabilidad, sino diferenciabilidad en uncontexto común”. La plausibilidad tampoco implica cercenar a priori la posible originalidad<strong>de</strong>l personaje.C. Contextualización <strong>de</strong> Jesús en el judaísmoEs la contextualización más <strong>de</strong>cisiva y el rasgo que más <strong>de</strong>staca la investigaciónactual: situar a Jesús en el judaísmo <strong>de</strong> su tiempo, cuyo conocimiento ha avanzado muchogracias a la edición <strong>de</strong> las manuscritos <strong>de</strong>l Mar Muerto, al conocimiento <strong>de</strong> los targums, <strong>de</strong> laliteratura apócrifa judía, <strong>de</strong> los textos rabínicos etc. Es un judaísmo pluriforme, muydiversificado, profundamente diferente al monolítico y caracterizado por el rigorismo legalistaque se imaginaban los postbultmanianos y en contraposición al cual forjaban su visión <strong>de</strong>Jesús. Es un anacronismo pensar en un judaísmo unitario y normativo para la época que nosocupa.


6El Jesu Seminar ha sido una excepción y presenta a Jesús como itinerante cínico o, almenos, afín a ellos. Parte <strong>de</strong> dos postulados erróneos: 1/ Galilea era una región no solo muyhelenizada, sino también paganizada; 2/ <strong>de</strong>spoja a Jesús <strong>de</strong> su dimensión escatológica yapocalíptica, <strong>de</strong>sagradables en la cultura contemporánea, y así le <strong>de</strong>sarraiga <strong>de</strong>l judaísmo.Pero se contextualiza a Jesús no solo en el mundo <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as <strong>de</strong>l judaísmo <strong>de</strong>l tiempo,como hace magistralmente San<strong>de</strong>rs en su obra <strong>de</strong> referencia en la investigacióncontemporánea. También se le sitúa en las tensiones sociales, en las diferencias regionales, enlos conflictos <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad, por los que pasaba el pueblo judío en Palestina. Después volveré ahacer alguna referencia más a este aspecto crucial.Pero esta contextualización judía <strong>de</strong> Jesús plantea muchos problemas que están en elcentro <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate actual. ¿Cómo hay que situar a Jesús en un judaísmo que era enormementeplural? ¿hay que relacionarle con el judaísmo fariseo, como hace San<strong>de</strong>rs? ¿aparece, másbien, como un profeta apocalíptico? ¿el judaísmo galileo tenía una especificidad diferenterespecto al jerosolimitano y que pudiese caracterizar a Jesús? Los investigadores estándivididos al respecto. Pero ¿era Galilea una región judía? ¿la situación era tranquila o existíatensión y crisis por las dificulta<strong>de</strong>s económicas y la agresión cultural que sentía elcampesinado galileo? Estas son cuestiones <strong>de</strong> gran importancia para interpretar a Jesús y, sinningún ánimo <strong>de</strong> zanjarlas, volveremos sobre ellas.D. Contextualización <strong>de</strong> Jesús en el Imperio RomanoLa contextualización <strong>de</strong> Jesús no implica solo situarle en el judaísmo, sino también enel Imperio Romano, <strong>de</strong>l que Palestina formaba parte. Muchos autores, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que comenzaronlos estudios críticos, abordaron el tema y algunos lo convirtieron en el eje central <strong>de</strong> susobras. No pretendo hacer un boletín bibliográfico y me limito a señalar la famosa obra <strong>de</strong> S.G. F. Brando, que ha ejercido una enorme influencia.Los intentos <strong>de</strong> hacer <strong>de</strong> Jesús un rebel<strong>de</strong> antirromano están hoy abandonados, aunquesiempre quedan excepciones, por falta <strong>de</strong> apoyo en los textos y porque no es plausible, es<strong>de</strong>cir no encaja con la situación <strong>de</strong> la Palestina <strong>de</strong> su tiempo. Por otra parte, es unaanacronismo evi<strong>de</strong>nte –una proyección <strong>de</strong> distinciones postilustradas- solucionar el problemadiciendo que el ministerio <strong>de</strong> Jesús era “religioso” y no “político”. Es ineludible preguntarsepor la actitud <strong>de</strong> Jesús ante el Imperio, por el impacto que su mensaje podía tener ante lasautorida<strong>de</strong>s romanas, por el papel <strong>de</strong> los herodianos prorromanos y <strong>de</strong>l prefecto Pilatos.Algunos autores actuales abordan este tema con conocimientos históricos que antes no seposeían y con perspicacia crítica.Una perspectiva fecunda es la que parte <strong>de</strong> la “teología imperial”, entendiendo por talla i<strong>de</strong>ología que legitimaba, en nombre <strong>de</strong> Dios, el dominio romano, la pax romana. Esta“teología imperial” estaba presente por doquier (en las monedas, inscripciones, encelebraciones y fiestas, en obras literarias y espectáculos etc) y es un trasfondo con el queinevitablemente tiene que contar una reconstrucción plausible <strong>de</strong>l Jesús histórico y se observaen algunos autores. Los problemas críticos son <strong>de</strong> envergadura, porque las comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>las que proce<strong>de</strong>n los evangelios estaban muy condicionadas por su necesidad <strong>de</strong> evitar unconflicto abierto con el Imperio <strong>de</strong> fatales consecuencias. Esta contextualización <strong>de</strong> la historia<strong>de</strong> Jesús pasó totalmente inadvertida a la NQ con su hermenéutica existencialista eindividualista, pero es abordada por algunos autores actuales, sin que suponga una novedadabsoluta porque ha habido muchos exégetas que ya lo habían hecho en tiempos anteriores.E. Contextualización <strong>de</strong> Jesús en sus seguidores


7Es un fenómeno reciente el auge extraordinario <strong>de</strong> estudios sobre los orígenes <strong>de</strong>lcristianismo. Casi al mismo tiempo y en diversas lenguas han aparecido obras especializadas<strong>de</strong> mucha envergadura sobre el tema. Es muy explicable. Los estudios sobre Jesús llevanlógicamente a lo que viene <strong>de</strong>spués, al estudio <strong>de</strong>l movimiento que reivindica su memoria trassu muerte. De hecho, varios autores que han escrito obras importantes sobre Jesús al <strong>de</strong> pocosaños han escrito otras sobre los orígenes <strong>de</strong>l cristianismoPero creo que hay más. Nos encontramos con la contextualización <strong>de</strong> Jesús en susseguidores. Dicho <strong>de</strong> otra forma, el estudio <strong>de</strong> los primeros seguidores <strong>de</strong> Jesús plantea larazón suficiente que explique algunas <strong>de</strong> sus actitu<strong>de</strong>s y esto pue<strong>de</strong> llevarnos al Jesúshistórico. Creo que Theissen abre perspectivas muy interesantes al respecto cuando planteaque fueron unos valores alternativos vividos en las comunida<strong>de</strong>s cristianas factor <strong>de</strong>cisivopara explicar la atracción que ejercieron y la rápida extensión que lograron. Pero ¿cuál es elorigen <strong>de</strong> esos valores y actitu<strong>de</strong>s?F. Visión global <strong>de</strong> JesúsLa NQ se preocupó fundamentalmente <strong>de</strong> las palabras <strong>de</strong> Jesús, <strong>de</strong> las “ipssisimaverba Jesu”. Le importaba el “mensaje” <strong>de</strong> Jesús y su posible continuidad con el mensaje <strong>de</strong>la Iglesia. La investigación actual, en general, no se limita a una perspectiva tan estrecha,como tampoco lo hacían muchísimos <strong>de</strong> los trabajos exegéticos que la han precedido.San<strong>de</strong>rs, un autor <strong>de</strong> referencia ineludible, piensa que po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>tectar con máscerteza los hechos fundamentales <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Jesús que sus palabras y comienzaestableciendo el elenco <strong>de</strong> hechos que le parecen incuestionables (son ocho: 1/Jesús fuebautizado por Juan; 2/fue un galileo que predicó y realizó curaciones; 3/llamó discípulos ehizo un grupo <strong>de</strong> “doce”; 3/su actividad se limitó a Israel; 5/mantuvo una controversia entorno al Templo; 6/ fue crucificado por la autoridad romana a las afueras <strong>de</strong> Jerusalén;7/<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte sus seguidores continuaron un movimiento en su nombre; 8/algunosjudías persiguieron a parte <strong>de</strong> este movimiento, al menos durante un tiempo que se prolongóhasta el final <strong>de</strong> la actividad pública <strong>de</strong> Pablo) para acometer inmediatamente un extensotratamiento <strong>de</strong> la “expulsión <strong>de</strong>l Templo”, que consi<strong>de</strong>ra clave para enten<strong>de</strong>r el proyecto <strong>de</strong>Jesús. Los milagros y los exorcismos tienen una importancia extraordinaria en lainvestigación actual, textos que la NQ pasaba por alto o solucionaba con el expediente fácil <strong>de</strong>la <strong>de</strong>smitización. Después volveré sobre estos aspectos.En general hoy se aspira a lograr una visión global y coherente <strong>de</strong> Jesús, atendiendo asus palabras, hechos y actitu<strong>de</strong>s, no con una consi<strong>de</strong>ración intemporal, sino situándole en sucontexto, enraizándole en el judaísmo, pero una visión que sea capaz <strong>de</strong> explicar el conflictointrajudío, la crucifixión por los romanos, y la pervivencia <strong>de</strong> un movimiento <strong>de</strong> seguidoresque reivindicaban su memoria. Es <strong>de</strong>cir, en la vida <strong>de</strong> Jesús tiene que encontrarse una razónsuficiente que explique, por una parte, el hecho más indiscutible y escandaloso que leaconteció (la muerte en cruz) y, por otra parte, el fenómeno no parangonable que le prosiguió.La contextualización plausible <strong>de</strong> Jesús en el judaísmo y en sus seguidores no excluye, alcontrario exige la búsqueda <strong>de</strong> su especificidad personal.3. El uso <strong>de</strong> las ciencias socialesUna <strong>de</strong> las características <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> la investigación actual es su carácterinterdisciplinar, concretamente el uso <strong>de</strong> las ciencias sociales. Creo que este recurso estárealizando aportaciones positivas y <strong>de</strong> mucho interés, que, hacen avanzar el conocimiento <strong>de</strong>Jesús, en el fondo, por una mejor contextualización <strong>de</strong> su persona y <strong>de</strong> los textos que hablan


8<strong>de</strong> él. Se le contextualiza mejor en el tiempo, en el espacio, en las circunstancias concretas,históricas y materiales, en que se <strong>de</strong>sarrolló su ministerio: es la aportación <strong>de</strong> la arqueología.Se le contextualiza en su cultura, en su mundo social, lo que nos ayuda a <strong>de</strong>scubrir y valoraraspectos, que pue<strong>de</strong>n parecer irrelevantes <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestras categorías actuales: es la aportación<strong>de</strong> la antropología cultural. Se le contextualiza <strong>de</strong>scubriendo los factores sociales quecondicionaron su ministerio y las funciones sociales <strong>de</strong> su actuación y enseñanza: es laaportación <strong>de</strong> la sociología. Realizaré un breve apunte sobre cada una <strong>de</strong> estas perspectivas.A. ArqueologíaEl recurso a la arqueología en los estudios <strong>de</strong>l AT tiene una larga tradición. Essignificativo que a principios <strong>de</strong>l siglo pasado importantes instituciones arqueológicas seinstalasen en Jerusalén para trabajar en excavaciones referentes al antiguo Israel, con unaconcepción <strong>de</strong> la “arqueología bíblica” hoy cuestionada (École Biblique et ArchéologiqueFrançaise, Albright Institute, British School of Archeology). La aplicación <strong>de</strong> la arqueología alos estudios <strong>de</strong>l NT ha sido muy escasa hasta hace poco tiempo. Pero recientemente trabajosarqueológicos en Galilea (Séforis, Nazaret, Cafarnaún, el entorno <strong>de</strong>l Lago) y en Jerusalénhan proporcionado elementos importantes para situar mejor al Jesús histórico. “La principalaportación <strong>de</strong> la arqueología a la investigación <strong>de</strong>l Jesús histórico radica en su capacidad parareconstruir su mundo social”. Publicaciones como la conjunta <strong>de</strong> J. J. Rousseau y Rami Aravy la recentísima recopilación <strong>de</strong> trabajos realizada por J. Charlesworth ofrecen los resultados<strong>de</strong> estos trabajos a los exegetas.En Jerusalén hay que <strong>de</strong>stacar, por una parte, las excavaciones realizadas en el entorno <strong>de</strong>lTemplo: en la parte sur que sube <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Ofel, y en la parte oeste don<strong>de</strong> se encuentra elMuro <strong>de</strong> las Lamentaciones y por don<strong>de</strong> discurre el valle <strong>de</strong>l Tiropeon y que correspon<strong>de</strong> altrazado <strong>de</strong> una calle muy transitada en la ciudad <strong>de</strong>l siglo I; por otra parte, las excavacionesen el barrio alto <strong>de</strong> la ciudad, en el que vivía la aristocracia sacerdotal, cuyos edificiosquedaron relativamente sellados tras la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l año 70, (es <strong>de</strong>cir no se transformaron:se edificó encima y poco) lo que ha permitido una recuperación espectacular, que nosproporciona una visión clara <strong>de</strong> una parte clave <strong>de</strong> la Jerusalén <strong>de</strong>l tiempo <strong>de</strong> Jesús y <strong>de</strong> lascasas y forma <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> las familias sacerdotales po<strong>de</strong>rosas.La arqueología galilea ha resultado <strong>de</strong>cisiva para conocer la situación <strong>de</strong> la región,concretamente su grado <strong>de</strong> helenización y la penetración <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> urbanización. El temaes <strong>de</strong> máxima importancia para el estudio <strong>de</strong>l Jesús histórico. Se ha llegado a <strong>de</strong>cir que “latercera búsqueda” <strong>de</strong>l Jesús <strong>de</strong> la historia tien<strong>de</strong> a convertirse en la búsqueda <strong>de</strong> la Galilea <strong>de</strong>la historia. Las excavaciones arqueológicas hacen insostenible la teoría <strong>de</strong> la “Galileapagana”. Sin duda, S. Freyne es el mejor conocedor <strong>de</strong> la Galilea romana y sus alre<strong>de</strong>dores ytiene numerosos trabajos en los que sitúa el ministerio <strong>de</strong> Jesús en este contexto. De estasinvestigaciones hay dos elementos que me parecen <strong>de</strong> máxima importancia y suponen unavance para una mejor comprensión <strong>de</strong> Jesús: la difícil situación socio-económica <strong>de</strong> lossectores rurales galileos <strong>de</strong>bido a la política fiscal <strong>de</strong> los herodianos, que hacía imposible latradicional “economía <strong>de</strong> reciprocidad” (la familia con su pequeño campo como unidadautosuficiente); y la implantación <strong>de</strong> centros urbanos en el corazón mismo <strong>de</strong> Galilea, Séforisy Tiberias, lo que suponía, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las mencionadas repercusiones económicas, el avance<strong>de</strong> la helenización cultural y <strong>de</strong> la romanización política, todo lo cual explica las gravestensiones entre las ciuda<strong>de</strong>s y el campo galileo. No es ninguna casualidad que Jesús, queencontró un eco popular positivo en las al<strong>de</strong>as galileas, no visitase las ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Séforis yTiberias, por otra parte tan cercanas a los lugares por don<strong>de</strong> discurría su ministerio. Lasciuda<strong>de</strong>s, don<strong>de</strong> vivían los sectores más acomodados y vinculados al po<strong>de</strong>r, no eran lugarpropicio para su mensaje.


11incuestionable: el movimiento <strong>de</strong> Jesús en Palestina, un movimiento <strong>de</strong> renovación intrajudío,que duró hasta el año 70. Des<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista sociológico por movimiento se entien<strong>de</strong> ungrupo carismático, que surge al margen <strong>de</strong> las instituciones establecidas y frecuentemente encontraposición con ellas, que mantiene comportamientos sociales no habituales y se encuentrapolarizada por objetivos inmediatos.Este planteamiento va <strong>de</strong>l movimiento <strong>de</strong> Jesús al Jesús histórico; presupone unacontinuidad o, mejor consi<strong>de</strong>ra que la razón suficiente <strong>de</strong> las características <strong>de</strong>l fenómenosociológico llamado “movimiento <strong>de</strong> Jesús” nos lleva a rasgos centrales <strong>de</strong>l ministerio <strong>de</strong>Jesús.Soy bien consciente que hay presupuestos y explicaciones que no pue<strong>de</strong>n realizarse en elespacio <strong>de</strong> esta ponencia.1. El movimiento <strong>de</strong> JesúsEl movimiento <strong>de</strong> Jesús tiene claras analogías y respon<strong>de</strong> a unos mismos factores socialesque otros movimientos proféticos que se dieron en el judaísmo <strong>de</strong>l tiempo. La tensa situaciónexistente en Palestina provocó el surgimiento <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> movimientos populares, almargen <strong>de</strong> las instituciones oficiales y <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>ologías establecidas (fariseismo ysaduceismo). Hay que distinguir entre movimientos mesiánicos y proféticos. Los mesiánicosestaban li<strong>de</strong>rados por aspirantes a la realeza y buscan la toma <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r político, yaparecieron en momentos especialmente críticos: el año 4 a. C., a la muerte <strong>de</strong> Hero<strong>de</strong>s,surgen pretendientes mesiánicos tales como Judas (hijo <strong>de</strong> Ezequias), Simeón y Athronges; enla primera guerra judía, Judas y Simón Bar Giora; durante la segunda guerra judía BarKochba, que fue reconocido Mesías por el rabí Akiba (132-135).Hay que diferenciarlos <strong>de</strong> los movimientos proféticos, que tienen una serie <strong>de</strong>características generales: expresan las ansias <strong>de</strong> salvación <strong>de</strong> sectores populares marginados;parecen enten<strong>de</strong>r la salvación como una transformación <strong>de</strong>l mundo radical e inminente porobra <strong>de</strong> la intervención divina; cuentan con un profeta o lí<strong>de</strong>r carismático; estos movimientosfueron vistos como peligrosos por las autorida<strong>de</strong>s políticas hasta el punto <strong>de</strong> que eliminan allí<strong>de</strong>r para aniquilar el movimientos. Los conocemos, sobre todo a través <strong>de</strong> Flavio Josefo.El movimiento <strong>de</strong> Jesús respon<strong>de</strong> a las características que los sociólogos <strong>de</strong>scubren enlos movimientos milenaristas, <strong>de</strong> modo que pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rado como tal: 1/ Surge en unmomento <strong>de</strong> crisis acelerada y expresa anhelos e intereses <strong>de</strong> grupos marginados. 2/ Es unmovimiento <strong>de</strong> protesta contra el or<strong>de</strong>n constituido y busca un cambio radical para un futuropróximo, que será obra <strong>de</strong> Dios. 3/Es clave la figura <strong>de</strong>l profeta carismáticos, Jesús <strong>de</strong>Nazaret, que abre la perspectiva <strong>de</strong> una alternativa social radical y concita un grupo <strong>de</strong>seguidores. 4/ Confiere a los sectores marginados que en él se reconocen conciencia <strong>de</strong> unanueva i<strong>de</strong>ntidad y la esperanza <strong>de</strong> un protagonismo que ahora les es negado (Lc 22,30; Mt 19,28). 5/ Un movimiento milenarista <strong>de</strong>saparece pronto o se institucionaliza, en este último casosu fuerza innovadora se apaga, pero pue<strong>de</strong> rebrotar en <strong>de</strong>terminadas circunstancias.No es posible citar todos los textos evangélicos que están <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> estas afirmaciones.Pue<strong>de</strong> discutirse en cada caso su historicidad, pero lo que me parece indudable es que estemovimiento <strong>de</strong> Jesús, profético y milenarista, solo se explica a partir <strong>de</strong> rasgos ciertos <strong>de</strong>lJesús histórico.2. AutoestigmaciónNos pue<strong>de</strong> servir una categoría sociológica, que da una interpretación muyesclarecedora <strong>de</strong> una característica central <strong>de</strong>l mensaje y <strong>de</strong> la actitud <strong>de</strong> Jesús y que


12caracteriza posteriormente al sector centrad <strong>de</strong> su movimiento. Me refiero a la categoríatranscultural <strong>de</strong> “autoestigmatización” (selbsstigmatiesirung).Toda sociedad tiene mecanismos para marginar o estigmatizar a quienes cuestionan suor<strong>de</strong>n o i<strong>de</strong>ntidad. La autoestigmatización consiste en el proceso por el cual se asume elestigma (incluso se le pue<strong>de</strong> buscar voluntariamente) y se le reinterpreta positivamente comocrítica <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n social y fermento <strong>de</strong> una alternativa radical. Esta es tarea fundamental <strong>de</strong>llí<strong>de</strong>r carismático.En Jesús <strong>de</strong>scubrimos un claro proceso <strong>de</strong> autoestigmatizción. Es un marginado, notiene hogar (que es mucho más que simplemente no tener casa), lleva una vida itinerante y<strong>de</strong>sinstalada, es pobre y no tiene dinero, es crítico con el honor tal como se entendíaconvencionalmente, que era el valor cultural más importante, propone valores alternativoscomo el amor a los enemigos, la no violencia, el servicio más humil<strong>de</strong>. La esperanza en unainversión <strong>de</strong> la situación por Dios es el revulsivo que Jesús utiliza para que se comience arealizar aquello que se espera en el futuro. En Jesús se aúna el profeta escatológico con elmaestro <strong>de</strong> sabiduría. Theissen habla <strong>de</strong> la propuesta <strong>de</strong> una “revolución <strong>de</strong> los valores”. Elrechazo que esta actitud pue<strong>de</strong> provocar refuerza la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>l grupo y su esperanza en unarecompensa futura (6, 23. 35).El movimiento <strong>de</strong> Jesús va a aceptar (sin disolverse ni reaccionar violentamente) lamáxima estigmatización <strong>de</strong> su lí<strong>de</strong>r, la crucifixión, y en un proceso <strong>de</strong> autoestigmatización vaa convertir la cruz en lugar <strong>de</strong> generación <strong>de</strong> valores positivos y socialmente críticos. Susseguidores verán en el crucificado la realización máxima <strong>de</strong> los valores que Jesús anunció y,más aún, dirán que Dios mismo ha confirmado esa forma nueva <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r la vida, esa“revolución <strong>de</strong> los valores”, al resucitarle <strong>de</strong> entre los muertos. La interpretaciónautoestigmatizadora que dio la primitiva comunidad cristiana <strong>de</strong> la <strong>de</strong>shonrosa muerte <strong>de</strong> sulí<strong>de</strong>r solo fue posible porque habían aprendido ese proceso en la actitud y enseñanza <strong>de</strong>lmismo Jesús.Por su propia naturaleza, un estudio sociológico subraya la continuidad <strong>de</strong>lmovimiento <strong>de</strong> Jesús con el Jesús histórico que está en su origen. La sociología noproporciona datos nuevos, pero nos ayuda a compren<strong>de</strong>rlos mejor y a situarlos en una visión<strong>de</strong> conjunto <strong>de</strong> la persona <strong>de</strong> Jesús La estigmatización aceptada voluntariamente yreelaborada como germen <strong>de</strong> una alternativa social es central en el mensaje y en la actitud <strong>de</strong>Jesús, y aparece sólidamente enraizada en la historia. Es un ejemplo <strong>de</strong>l carácter positivo <strong>de</strong>lestudio interdisciplinar <strong>de</strong>l Jesús histórico.

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