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CELEBREMOS EL ADVIENTO HOY

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El Adviento nos debe hacer crecer en nuestra convicción de que Dios nosama y nos quiere salvar, y debe acrecentar nuestro amor agradecido aDios.Adviento es el tiempo litúrgico de dimensión escatológica, el tiempo quenos recuerda que la vida del cristiano no termina acá, sino que Dios nosha destinado a la eternidad, a la salvación; en este proyecto la historia esel lugar de las promesas de Dios.Dios anuncia y cumple sus promesas en nuestra historia. Adviento es eltiempo en que celebramos la dimensión escatológica de nuestra fe, puesnos presenta el plan divino de salvación con elementos ya realizados enCristo y con otros elementos de plenitud que aún esperamos se cumplan.Esta esperanza escatológica supone una actitud de vigilancia, porque elSeñor vendrá cuando menos lo pensamos. La vigilancia requiere lafidelidad, la espera ansiosa y también el sacrificio; la actitud radical delcristiano ante el retorno del Señor es el grito interior de: ¡VEN, SEÑORJESÚS!.Esperar en el Señor supone estar convencido que sólo de Él viene lasalvación, sólo Él puede liberarnos de nuestra miseria, de esa miseria quenos esclaviza e impide crecer; el tiempo de Adviento nos recuerda que seacerca el Salvador por eso la esperanza va unida a la alegría, el gozo y laconfianza.Adviento es también, el tiempo del compromiso terreno; la invitación delBautista a preparar los caminos del Señor nos presenta como ideal unaespera activa y eficaz. No se espera al Señor que vendrá con los brazoscruzados sino en actividad, en el esfuerzo por contribuir a construir unmundo mejor, más justo, más pacífico donde se viva la fraternidad y lasolidaridad. La espera del cielo nuevo y tierra nueva nos impulsa a estaacción transformante de nuestro mundo, pues así éste va madurando ypreparándose positivamente para la transformación definitiva al final delos tiempos.La espera escatológica definitiva al final de los tiempos no es unainvitación a la ausencia del compromiso con la sociedad terrena sino unestímulo a prepararla para esa transformación.El Adviento nos hace desear ardientemente el retorno de Cristo, pero lavisión de nuestro mundo injusto, sembrado de odio y división nos revelasu falta de preparación para recibir al Señor. Los creyentes hemos depreparar el mundo, madurarlo para venida del Señor.PASTORAL DE LA C<strong>EL</strong>EBRACIÓNLa venida de Cristo y su presencia en el mundo es ya una realidad, Cristoestá presente en la Iglesia y en el mundo y esa presencia se prolongará¿por qué, entonces, esperar su venida?


Cristo está presente pero su presencia no es aún total ni definitiva, elAdviento nos sitúa en lo realizado en la encarnación y lo que queda porrealizar de la plenitud escatológico, en el "ya", pero "todavía no".Hay muchos hombres que aún no han reconocido a Jesucristo, el mundono está plenamente reconciliado con el Padre aunque sí en germen, espreciso, entonces, seguir anunciando la venida plena del Señor hasta lareconciliación plena de Dios con los hombres al final de los tiempos;hemos de pedir que venga a nosotros el reino del Señor.También en nuestra vida personal Cristo no se ha posesionadototalmente de nosotros porque nosotros muchas veces lo hemosimpedido. En nuestra vida personal hemos de seguir esperando la venidadel Señor. En la Navidad, en cada misa, en el hoy de cada celebracióneucarística se actualizan el acontecimiento histórico de la venida del Señory su futura Parusía; de allí la importancia de la celebración litúrgica entodo tiempo y también en Adviento.Por eso queremos ofrecer algunas sugerencias para la celebración queayuden a captar en mayor profundidad el sentido y la espiritualidad delAdviento.La ambientación del lugar de la celebración debe ayudar a los fieles adarse cuenta que empieza una nueva etapa dentro de la liturgiadominical, la etapa de la espera. Un primer elemento es el tono moradode los ornamentos, junto con la ausencia de flores en el altar, asíresaltará más la alegría festiva de la Navidad con los ornamentos blancosy los arreglos florales. No se han de colocar flores, pero sí sería oportunocolocar algunas plantas de interior en el presbiterio. Puede ser muyexpresivo, también, una pancarta en un lugar visible del templo, en elatrio y dentro de la iglesia con frases como: "Ven, Señor Jesús','Esperamos tu venida', 'Preparemos los caminos del Señor", etc.La música sólo debería usarse para acompañar los cantos y si en algúncaso se tocara música instrumental que sea creadora de un ambiente deserenidad. Antes y después de las celebraciones convendría unaambientación musical con cantos gregorianos de Adviento o música deórgano que mantengan el ambiente discreto y recogido.También sería conveniente potenciar el tiempo de Adviento como tiempomariano, en el espíritu de la exhortación “Marialis Cultus”. Ayudaríamucho colocar una imagen de la Virgen con el Niño ya que así se evoca lavenida. En el rito de entrada sería conveniente encender progresivamentecada domingo las velas de la corona de Adviento sea en el momento enque habitualmente se encienden los cirios o cuando el sacerdote hallegado al altar y se sigue cantando el canto de entrada o en el silencioposterior al saludo.El cirio puede ser encendido cada semana por diferentes personas, porejemplo: un niño, una familia, una religiosa, el presidente de lacelebración. Hay que cuidar también en este tiempo el canto de entrada,


de gracia o dolor nuestras vidas, y aprenderemos a valorar otrosigualmente fuertesEXPECTACIÓN. ¡Feliz el hombre que sabe vivir en constante "adviento"!.... Si consideramos atentamente las cosas, los avatares de cada día nosobligan a vivir siempre expectantes, pues, queramos o no, transitamos,de la mañana a la noche, por caminos siempre inacabados... , siempreabiertos a la sorpresa ... Nos hacemos y rehacemos a golpe de sorpresasy esperanzas, sobre todo de sorpresas gratas y de esperanzas fundadas.... ¿No es verdad que, si bien con frecuencia soportamos días grises, ycon lágrimas, damos primacía a los advenimientos alegres que muestranel rostro positivo de las cosas...? Del "adviento humano", venturoso,podríamos decir que es tiempo de esperanza firme y de preparaciónrobusta para dar alcance a presas arduas: a un amor difícil, a una amistadprofunda, a una actitud solidaria, a una mesa compartid ..EXPECTACIÓN R<strong>EL</strong>IGIOSA. ¡Feliz el hombre cuyos "advientos humanos"colman sus esperanzas! Pero más feliz todavía aquel cuyos advientostienen auras de "religiosidad" ..... Miremos al hombre que es creyente. Suadviento, por ser religioso (pues habla de advenimiento de Dios, o de losdioses), es el más bello y sublime que cabe en la escala de las"esperanzas"... Con razón todas las religiones, primitivas o evolucionadas,celebraron su peculiar adviento una y otra vez. A todas les gusta revivircon cierta expectación solemne la cercanía de su Dios (o de sus dioses)...¡Cómo "suspiramos" todos los mortales por que "advenga" a nuestra vidaun Ser Divino de rostro amigable y protector ...<strong>ADVIENTO</strong> JUDEO-CRISTIANO Y EXPECTACIÓN SUPREMA.Todas las religiones celebran su Adviento.... Pero, entre todos losAdvientos celebrados, el que proclaman el judaísmo y el cristianismoofrece singularidades extraordinarias, al calor de una fe que se alimentaen la Palabra y el Amor desbordante de un Dios que es padre del puebloelegido...En la tradición judía, YAVÉ, Dios único y creador, se convierte enprovidencia amorosa y luz que alumbra toda la historia del pueblo elegidoa través de Alianzas de fidelidad, Leyes de vida y culto, y Promesas degracia que recorren los libros del Antiguo Testamento.... Entre esasPromesas, el ventanal del Adviento se abre con un compromiso sagrado yuna exigencia: compromiso divino de que Yavé enviará a Israel unMESÍAS LIBERADOR ..; y exigencia al pueblo de que viva a la espera delMesías, en prolongado Adviento, sin desfallecer .... ¿No es hermosa estade Israel, pueblo llamado a vivir en permanente Adviento, porque elMESÍAS prometido llegará...? ¡Hermosura es la promesa ! ... Pero no lo esel dolor de la esperanza frustrada... Porque ese Mesías, el prometido,llegó ya; llegó en la plenitud de los tiempos, en JESÚS DE NAZARET....! ¡Y los suyos no le recibieron....! ... Los judíos recorren todavía hoy elmundo soñando con otros mesías..


En la tradición cristiana, las cosas cambiaron. Nosotros, iluminados por lagracia del Nuevo Testamento, confesamos en Adviento y Navidad queJesús de Nazaret es el MESÍAS ESPERADO DE ISRA<strong>EL</strong> y lo adoramoscomo a tal ... Por eso hacemos un Adviento jubiloso que colma todaexpectación..! Nosotros creemos que Jesús es el Hijo del Padre, y que elPadre, por amor, nos le envió a compartir con nosotros la tienda de lavida, haciéndose Niño en las entrañas de la virgen María.... En la fe,aceptamos que el Mesías anunciado, Dios Hijo, ya se vistió de nuestranaturaleza y se hizo apto para sentir, imaginar, amar, sufrir, reir, llorar...como nosotros ..... Gocémonos en ello .¡Adviento! ¡Adviento! ... ¡Seas para nosotros esperanza, acogida yescucha del mensaje del Mesías que viene a transformar el mundo por elAmor ...! ¡Ven, Señor, no tardes!

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