22/39El asesinato <strong>de</strong> César no había sido aceptado por el pueblo, en el que veía una graninjusticia, por haber sido cometido por los que habían hecho guerra contra Él, y a loscuales Él había perdonado.A<strong>de</strong>más César era muy amado por haber <strong>de</strong>vuelto las tierras a los agricultores,expropiados por los latifundistas, que habían convertido las tierras <strong>de</strong> labranza enpastos, empleando como pastores esclavos, y obligando a los campesinos <strong>de</strong>sterrados airse a la ciudad a pedir la limosna <strong>de</strong> un poco <strong>de</strong> trigo. Eso era una catástrofe para elestado romano, ya que con el pasto se pue<strong>de</strong> alimentar solo la quinta parte <strong>de</strong> laspersonas que se alcanza con la labranza, así que a las legiones faltaban los hombres, yparticularmente los campesinos libres que sabían trabajar.César, que no era un extremista, no había expropiado a los latifundistas, pero sí leshabía obligados a emplear jornaleros libres en lugar <strong>de</strong> esclavos, y había distribuido latierra superflua, que los latifundistas no podían labrar, a los veteranos, volviéndolos enlibres agricultores. No es por casualidad que en la guerra <strong>de</strong> la Baetica, en la batalla <strong>de</strong>Munda, encontramos al lado <strong>de</strong> Pompeyo tanto los latifundistas itálicos con susesclavos como los pastores lusitanos –<strong>de</strong> los cuales, esclavos y pastores, César habla consumo <strong>de</strong>sprecio (BC 1.<strong>24</strong>, 1.57, 3.21)–, mientras que al lado <strong>de</strong> César estaban losagricultores y los otros hombres libres. Cuando había sido propraetor en HispaniaUlterior no había César cometido el error <strong>de</strong> Sertorio <strong>de</strong> aliarse a los pastoreslusitanos, odiados por los Tur<strong>de</strong>tanos por haber saqueado la Baetica ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> eltiempo <strong>de</strong> Viriato, sino que los había combatido, obligándolos a <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l MonteHerminio, su zona <strong>de</strong> refugio, persiguiéndolos hasta al océano, liberando así losTur<strong>de</strong>tanos <strong>de</strong> esa secular pesadilla.En esa obra civilizadora el culto <strong>de</strong> Baco tenía un papel importante, porqué la viña sepue<strong>de</strong> cultivar también en la cuesta <strong>de</strong> las colinas y montes, y así restringir el territorio<strong>de</strong> los pastores, especialmente <strong>de</strong> los <strong>de</strong> cabrío. El enemigo <strong>de</strong> Baco es el cabrón –en elsentido <strong>de</strong> macho cabrío, no <strong>de</strong>l otro–, diabólico, ya que se traga no solo las hojas, sinohasta la uva aún ver<strong>de</strong>, e incluso las mismas cepas. Tragos, el «<strong>de</strong>vorador», llamabanlos griegos al cabrón, al macho cabrío –don<strong>de</strong> vino la palabra tragedia, ya que losviñadores <strong>de</strong>spedazaban al macho cabrío cuando lo pillaban en la viña –en esotambién <strong>de</strong>stacaban las mujeres, que incluso se lo comían vivo y palpitante:
<strong>23</strong>/39Im. 33: Dos ména<strong>de</strong>s <strong>de</strong>spedazando la víctima sacrificial –aquí aparentemente un corzo. 15–mientras que los pastores al revés mataban a los vinateros cuando llevaban vino a suspueblos y en particular a sus mujeres, y <strong>de</strong> esa lucha a muerte trataban las tragediasgriegas, que se representaban en el templo <strong>de</strong> Dioniso. Esa <strong>de</strong>bería ser la razón por lacual César, a pesar <strong>de</strong> ser él sobrio, reintrodujo el culto <strong>de</strong> Liber Pater, <strong>de</strong> Dioniso-Baco, 16 que en Roma había sido prohibido al tiempo <strong>de</strong>l affaire <strong>de</strong> los Bacanales: lasviñas como baluarte contra el cabrío y los pastores.A<strong>de</strong>más había César arreglado el problema <strong>de</strong> las <strong>de</strong>udas, no borrándolas, comohabían pretendido los extremistas como Catilina, sino calculando el pago <strong>de</strong>l interéscomo amortización (prácticamente no permitiendo el interés compuesto), y asícombatiendo la usura. No por casualidad encontramos los usureros al lado <strong>de</strong> losPompeyanos, mientras que Marco Bruto, el asesino <strong>de</strong> César, era un usurero, yDécimo Junio Bruto, el Judas <strong>de</strong> César, el amigo que lo traicionó, era cargado <strong>de</strong><strong>de</strong>udas, y por eso sobornable.Cuando fue leído públicamente el testamento <strong>de</strong> César, y el pueblo aprendió queDécimo Bruto había incluso sido nombrado entre sus here<strong>de</strong>ros, y que no obstantehabía traicionado su benefactor, eso no lo pudieron tolerar, aún menos habiendoCésar legado a cada ciudadano una importante suma <strong>de</strong> dinero, 30 <strong>de</strong>narios: Nadiequería ser tan ingrato como Décimo Junio.Luego Pisón, el suegro <strong>de</strong> César, condujo el cuerpo en el foro, llevado a hombros pormagistrados, yacente en el lecho fúnebre, <strong>de</strong> marfil, cubierto <strong>de</strong> púrpura y oro, puestoal interior <strong>de</strong> una urna con la forma <strong>de</strong>l templo <strong>de</strong> Venus Genetrix, su madre divina, y ala cabecera un tropaeum, con el vestido que llevaba al ser asesinado –ahí vemos unareconstrucción: