1 - concurso guillermo galdos - Un Lugar
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194 Historia de Arequipa<br />
1P<br />
i<br />
tru tul<br />
del Portal cte San Agustín<br />
Texto:<br />
Guillermo Galdos Rodríguez<br />
Digitación:<br />
Violeta Mendoza<br />
Diagramación:<br />
Franco Delgado<br />
Escaneo de fotos:<br />
Silver Romero<br />
Supervisión:<br />
Dante Zegarra López<br />
Edición:<br />
distribución gratuita<br />
AREQUIPA al DÍA<br />
N°13<br />
Portada:<br />
Portal de San Agustín<br />
(Foto del Archivo Regional de Arequipa)<br />
La reconstrucción del Portal de San Agustín mereció<br />
contrato especial, tarea en la que invirtió el alarife<br />
Maestro Juan Albertazzo. En esta escritura intervino una<br />
comisión multisectorial, representada por los Dr. José Santos<br />
Talavera y José Santos Delgado, contralores de Rentas y Gastos,<br />
respectivamente, del Consejo Departamental y don Santos C.<br />
Vargas, Síndico Contralor de Rentas del Concejo Provincial, y el<br />
Dr. J. Lorenzo Ballón, Contralor de Gastos de la misma<br />
Municipalidad; además, el Dr. José Domingo Montesinos, el<br />
Coronel don Clemente Aróspide; y, en representación de los<br />
propietarios de los portales, doña_Estefanía Ballón de Lizárraga,<br />
su esposo don Enrique Lizárraga, don Manuel García Suárez,<br />
don Fernando Cornejo, don Baltazar Herve, doña Dominga<br />
Escalante de Castaños, doña Josefa Solís de Paredes, don<br />
Manuel Moscoso, don José María Arrisueño, el Dr. Ricardo<br />
Arrisueño, don Calixto Vásquez, don Mariano de P. Flores, don<br />
José A. Vargas, el Dr. Abel I. Campos, el Dr. Tomás Alvarez<br />
Cano, este último como apoderado de don José A. ,Ri vera.<br />
Estuvo representado el Fisco por don Francisco Ballón,<br />
Acordaron, en primer término, formar una Comisión o Junta de<br />
Inspección, al igual que se hizo en la edificación del Portal de<br />
Flores, la que designaría un Depositario de los fondos destinados<br />
para la obra, los cuales ascendían a 55 575 soles. El Gobierno, la<br />
Junta Departamental y el Concejo , Provincial se obligaban a
eunir, lo más pronto posible, sus respectivos aportes y<br />
determinándose que los propietarios oblarían la tercera<br />
parte que les correspondía en costos de construcción.<br />
Se perfeccionó el contrato recién el 15 de marzo de 1878.<br />
El Portal de San Agustín tendría que edificarse de acuerdo<br />
a los planos hechos por el arquitecto don Eduardo<br />
Porugada, que habían sido aprobados por la Junta Central<br />
de Ingenieros.<br />
"La parte pulida de la obra, la cincelada y la puesta, se<br />
ejecutarán según se está construyendo el Portal de Flores"<br />
(ARAR, Prot. Nro. 506, de 15 de marzo de 1878, Fs. 129,<br />
V. Tb. 130 vta).<br />
Don Juan Albertazzo se comprometía a terminar la obra en<br />
el plazo de dos años, en el precio indicado de 55 575 pesos<br />
y que recibiría el valor en billetes circulares emitidos por el<br />
Banco de Lima. Cada quincena recibiría parte del precio,<br />
según aprobación de la Junta de Ingenieros; teniendo el<br />
contratista el derecho de extraer la piedra de la misma<br />
cantera de la que se sacaba para la edificación del Portal de<br />
Flores, que era muy rica en material y para guardar<br />
similitud de material y diseño en todos los portales de la<br />
Plaza de Armas.<br />
Albertazzo podría hacer uso de la calle frente al Portal y<br />
parte de la Plaza para la labranza de la piedra y para las<br />
demás exigencias del trabajo; pero, debía dejar expedito el<br />
tránsito del ferrocarril urbano, consistente en vagones<br />
tirados por caballos, que ya operaba en Arequipa en esos<br />
Historia de Arequipa 195<br />
años de 1878. - Tenía la obligación contractual de que,<br />
concluida la obra, dejaría la plaza totalmente libre de<br />
escombros.<br />
Igualmente estaba obligado Albertazzo de respetar la<br />
ejecución de otras obras, especialmente de no emplear a<br />
otros trabajadores que estuvieran prestando servicios en los<br />
dos portales en construcción.<br />
Para iniciar todos estos trabajos debía previamente demoler<br />
el portal de sillar dañado por el terremoto, pudiendo<br />
emplear las piezas para su beneficio personal.<br />
Hay otras cláusulas de menor importancia en este contrato<br />
celebrado ante el escribano público, Dr. Mariano<br />
Bustamante, en el referido protocolo Nro. 506,<br />
correspondiente al año de 1878, casi a los diez arios del<br />
sismo.<br />
Don Juan Albertazzo cumplió lo especificado y fue autor<br />
no sólo de la edificación del Portal de San Agustín, sino de<br />
su hermosa vivienda y de otras en céntrica zona de<br />
Arequipa.<br />
Ya con posterioridad fueron construidas las plantas altas de<br />
los tres portales de la Plaza de Armas, como se puede<br />
apreciar en la información gráfica que ofrecemos en este y<br />
otros suplementos.<br />
Por las averías sufridas en los sismos de 1958 y 1960.<br />
fueron demolidos los altos y desarmados en su totalidad los<br />
Portales de granito para hacer los corredores de primero y<br />
segundo pisos que hoy se exhiben a propios y extraños.
196 Historia de Arequipa<br />
Despues de los terremotos de 1958 y 1960 se desarmaron (arriba)<br />
y reconstruyeron los Portales de la Plaza de Armas (abajo).<br />
(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa)
A comiett-os del siglo XX el templo de San Antonio Tuvo una sola torre.<br />
(Cortesía del Archivo Regional del Arequipa)<br />
,11 iia de San Antono<br />
de Miraflores<br />
En el siglo XVII los pocos pobladores de la Pampa<br />
solicitaron que se construyera una iglesia para<br />
indios diferente a la de Santa Marta, destinada casi<br />
exclusivamente a los tribunales Yarabaya, yanaconas y de la<br />
Ranchería, o sea aborígenes y servidores de la Ciudad. Sin<br />
embargo, fue en el gobierno del virrey don José Antonio<br />
Manso de Velasco, Conde de Superunda, que se logró<br />
concretar esta aspiración, a devoción del curaca Antonio<br />
Choquerima, quien después de innumerables gestiones,<br />
logró la licencia de este virrey que gobernó el Perú durante<br />
16 años, desde 1744. La modesta capilla que se levantó la<br />
destruyó el terremoto de 1784, por lo que a causa del<br />
entusiasmo y aporte económico de los vecinos del lugar y de<br />
la constancia de don Liborio Silva, se procedió a levantar<br />
este templo.<br />
Historia de Arequipa 197<br />
Declara Echeverría y Morales que para el año en que estaba<br />
firmando el libro "Memoria de la Santa Iglesia de<br />
Arequipa", o sea en 1804, "la gente que la compone es<br />
numerosa y demandó la división territorial con asistencia de<br />
otro pícaro" (1952, p. 23) y para entonces y aún antes a esta<br />
Pampa ya se le estaba llamando Miraflores.<br />
Padeció varias restauraciones desde entonces esta iglesia que,<br />
en décadas anteriores al cuarto centenario de la Ciudad de<br />
Arequipa, sólo contaba con una torre.<br />
Precisamente, como constancia gráfica presentamos una vista<br />
de la plazuela miraflorina de San Antonio, cuando seguíase<br />
usando llamas para el transporte de mercadería a ese sector<br />
provenientes de los valles altos de nuestro Departamento.
198 Hicmria de Aren,;.,<br />
para todo buen arequipeño el Tuturutu de la Pila<br />
'Tuturutu" d( a Pi<br />
es todo un símbolo y hasta una institución. No es<br />
sólo un adorno.<br />
Es que ha visto gran parte de la Historia de Arequipa, sin<br />
inmutarse. Cuantas cosas podría contar el buen Tuturutu,<br />
que ha visto fusilar a presidentes, maldecir a<br />
malvivientes, rebuznar a demagogos y persignarse a<br />
beatas que afirman que a pocos pasos de la pila hay un<br />
claro abierto en el cielo, nada menos que para ver al<br />
Espíritu Santo; pila donde se bañó una noche, bien<br />
vestido, un alcalde, porque acababa de clasificarse la<br />
selección futbolística para un campeonato mundial.<br />
Se afirma que ese día el Tuturutu levantó un poco más la<br />
trompeta para hacer llegar a lo alto su misterioso sonido,<br />
que no puede percibir oídos de arequipeño o de gente<br />
buena, ¡así será, pues!<br />
Llegó a la Ciudad junto con la pila. Era un obsequio del<br />
Obispo don Juan Cavero de Toledo, quien la estrenó el 20<br />
de octubre de 1735. Se le proveía de agua mediante un<br />
canal de loza, construido a costa de otro prelado, don<br />
Juan Bravo de Rivero, aprovechando la bocatoma de la<br />
acequia de Miraflores, en El Filtro, y cruzando<br />
empotrado a todo lo largo de la calle Guañamarca (hoy<br />
Rivero).<br />
La descripción más minuciosa y real de la Pila Colonial,<br />
la trae don Buenaventura Antonio Fernández de Córdova<br />
y Peredo, conocido literaria y bibliográficamente como<br />
Ventura Travada y Córdova, autor de "El Suelo de<br />
Arequipa convertido en Cielo", suscrita en 1752.<br />
"Se señorea una vistosa pila, cuya principal pilastra y<br />
demás adherentes son de bronce. Tiene de altura once<br />
varas. Corónala un ángel por fama (actualmente, como<br />
antes, se le llama con el popular apodo de "T.uturutu"),<br />
por cuya boca se eleva el agua en un altísimo penacho<br />
que, derramándose en rizos, la viste de hermosos rocíos,<br />
que descendiendo en una concha los despedaza en perlas<br />
que, en transparentes cristales, los comunica por cuatro<br />
chorros a otra alberca mayor y de ésta por seis caños<br />
desciende a estancarse en la taza principal que, siendo de<br />
piedra de ala de mosca hermosamente labrada, quiere<br />
competir al bronce de la pilastra en duraciones; tiene una<br />
taza o estanque, veinte y seis vegas en círculo, y vara y<br />
media de altura. En un círculo tiene nueve columnas de<br />
piedra de ala de mosca de la que pende una gruesa cadena<br />
de fierro para mantenerla con limpieza y sin que se le<br />
acerquen bestias al agua represada en el estanque.<br />
Exteriores a la cadena tiene también al contorno de la<br />
pila, cuatro pilones de cal y canto vistosamente labrados,<br />
cada uno de ellos con cuatro caños, siendo por todo<br />
veintisiete los cañones por donde se derrama esta<br />
peregrina fuente" (TRAVADA, 1993, p. 156)).<br />
La descripción es fiel, pues en época colonial y hasta<br />
fines del siglo XIX, esta pila y el Tuturutu, contaron con<br />
la protección de nueve columnas entrelazadas con una<br />
cadena de fierro, como decía este autor, asegurando que<br />
mediante ella se mantenía con limpieza el agua "sin que<br />
se le acerquen bestias al agua represada en el estanque";<br />
en lo que falló Travada es en suponer que en los actuales<br />
tiempos no se le iban a acercar bestias (y no precisamente<br />
cuadrúpedos) para enturbiar los cristales de la peregrina<br />
taza de granito de ala de mosca, que hasta le echan<br />
inmundicias. ¡Paciencia, porque cada ciudadano tiene el<br />
privilegio de ser lo bestia que quiera, o<br />
no?<br />
Básicamente, la misma pila de bronce<br />
con el Tuturutu, es la que actualmente<br />
se enseñorea en el centro de nuestra<br />
ahora Republicana Plaza de<br />
Armas, pero con algunas<br />
modificaciones. La<br />
piedra de ala de mosca ha<br />
sido reemplazada con la<br />
actual de granito y se<br />
suprimieron las columnas<br />
altas de piedra y<br />
- la cadena de<br />
fierro que la<br />
circundaban<br />
En cambii<br />
se ha<br />
agregado una<br />
concha inferior<br />
de mayor<br />
diámetro, en<br />
reemplazo<br />
de la que<br />
1.
ostentaba los símbolos monárquicos que lució otrora. Los<br />
actuales con los escudos de la Repú-blica Peruana y de la<br />
Ciudad de Are-quipa.<br />
Para hacerle e-sa taza ma-yor, a comienzo del siglo XX,<br />
fue desarmada completamente la pila y en un canchón de<br />
la fundición de don Cayetano Arenas (ahora playa de<br />
estacionamiento de la calle del Moral), encargado del<br />
trabajo, permaneció largos años la pila y el pobre<br />
Tuturutu botados en el polvoriento suelo, cual símbolo de<br />
promesas incumplidas. Pero, un arequipeño bien nacido<br />
no puede -ni debe- permitir que el ángel de bronce esté<br />
respirando el polvo. Como estorbaba en el taller fue<br />
trasladado al antiguo Colegio de Educandas, en el Fundo<br />
El Fierro, que por entonces oficiaba de Cárcel Pública<br />
para varones, hasta que se construyera el local de<br />
Siglo XX.<br />
Cuando fueron fundidas las nuevas albercas<br />
bronce, se armó la pila y con el Tuturutu<br />
como timbre, volvió a engalanar la Plaza,<br />
Mayor. Nuestro personaje, como buen-'1'<br />
arequipeño, ha estado en los más raros<br />
Historia de Arequipa 199<br />
predicamentos. Se ha exhibido orgulloso, conoció el<br />
sabor del polvo y hasta estuvo en la cárcel. Volvió a<br />
ocupar alto puesto (sin ser político, el pobre) y presenció<br />
con pesar que manos profanas rompieron sus tazas para<br />
por ellas clavar horribles tubos de plástico de dos<br />
pulgadas de ancho, en lugar de los discretos canalitos de<br />
plomo por los que pasó el agua, que es su vida y<br />
fundamento.<br />
No imaginamos aún que otras picardías se hará con el<br />
buen Tuturutu, que esperamos no verlas; pues, sin ser<br />
político ya estuvo en la cárcel, entre rejas, que es el<br />
máximo honor a que puede aspirar un demagogo<br />
fracasado, pese a no serlo; como que representa las<br />
virtudes de nuestros paisanos.<br />
Desde su origen ha sido personaje alegre, aunque lo<br />
ensucien las palomas, como que es cornetero, de ahí su<br />
onomatopéyico nombre. No sería raro que hasta<br />
"ccapero" haya sido.<br />
•
200 Historia de Arequipa<br />
Todo un símbolo para Arequipa es el famoso Tuturutu<br />
(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa)
Antiguos locales de la <strong>Un</strong>iversidad de San Agustín (arriba)<br />
y del Colegio Nacional de la Independencia Americana de Arequipa (abajo).<br />
(Fotos del Archivo Regional de Arequipa)<br />
Historia de Arequipa 201
202Historia de Arequipa<br />
La mentalidad crédula y beatucona del siglo<br />
anterior no desaparece a la vuelta del siglo<br />
XVIII, pero adquiere ciertos matices de<br />
sensibilidad social que encuentran su máxima expresión<br />
en el progresista Obispo don Pedro José Antonio León<br />
Cháves de la Rosa Galván y Amado, quien jamás<br />
abandonó por ello sus creencias cristianas y, justo por tal<br />
motivo, hubo de enfrentarse a una sociedad<br />
negativamente conservadora que había llevado su<br />
creencia religiosa a extremos de superstición y acomodo,<br />
que contrariaban los principios mismos de su fundador.<br />
Con todo, el afán de mejoramiento de la educación de la<br />
juventud, hizo que se produjera entonces una gestión<br />
combinada de todas las instituciones para gestionar el<br />
establecimiento de centros de educación superior, como<br />
colegios y universidad. Muchos ingenios se perdían por<br />
carecer de ellos y únicamente las familias pudientes<br />
estaban en condiciones de facilitar los estudios de sus<br />
hijos en ciudades o países distantes.<br />
Los jesuitas, a través del Colegio de Santiago, impartían<br />
una instrucción elemental y con ciertas limitaciones;<br />
pero al menos salvaron la situación en el siglo XVII, por<br />
lo que en el siguiente se pensó seriamente en gestionar la<br />
autorización para el funcionamiento de un colegio<br />
,‘,A.10 3 4 .dores<br />
Palacio Obispal de don<br />
Pedro José Chaves de la<br />
Rosa<br />
(Foto del Archivo<br />
Regional de Arequipa)<br />
público y de la universidad. Y el intento provino de<br />
eclesiásticos precisamente. Fray Juan de Rivero,<br />
mediante comunicación al capitán de milicias don Jorge<br />
Medrano Sandoval, le hacía conocer que dedicaba 20<br />
topos de cañaveral en el pago de Cocotea, del valle de<br />
Tambo, para que, a su muerte, se destine su renta a la<br />
fundación de una <strong>Un</strong>iversidad en el convento de San<br />
Pablo de predicadores dominicos (ARAR, Prot. Nro.<br />
293, Fs. 452 ss). Por desgracia se consideró que el aporte<br />
económico era insuficiente y que no se adjuntaron las<br />
Constituciones y como no se especificó la currícula,<br />
sería otra especie de Seminario, bajo administración de<br />
la Orden de Santo Domingo.<br />
La burocracia centralista de Lima y la <strong>Un</strong>iversidad<br />
Nacional de San Marcos, bloquearon todo intento de<br />
colmar estas aspiraciones en ciudades como Arequipa y<br />
Trujillo que eran las que mayor empeño ponían en ello,<br />
especialmente cuando la Orden de Redención de<br />
Cautivos de la Merced, viendo las limitaciones del<br />
Seminario que sólo otorgaba órdenes religiosas y no<br />
títulos profesionales, acordó la gestión para que se<br />
autorizara la fundación de un colegio público y una<br />
universidad, para lo que destinó . una Capilla, por lo<br />
pronto para ésta, y sitio contiguo para aquel, según
documento de 10 de abril de 1766 (ARAR, Prot. Nro.<br />
324, Fs. 481 vta.). Se establecía tres cátedras: Theología<br />
Escolástica. Latinidad y la tercera de Artes, que era la<br />
única novedad respecto al Seminario y otros centros<br />
religiosos. El Dr. Juan Manuel de Moscoso y Peralta, por<br />
entonces Maestrescuela de la Catedral, prometió la<br />
cesión de 20 000 pesos de principal, además de 4 000<br />
pesos que ya tenía donados para el colegio de ese<br />
convento, para dotar las Cátedras de Prima, Vísperas,<br />
Instituta y de Moral; pero no firmó la escritura (ARAR,<br />
Prot. Nro. 324, Fs. 476).<br />
En apoyo a la creación de esta universidad salieron el<br />
Ayuntamiento y el Cabildo Eclesiástico y posteriormente<br />
el Intendente Alvarez y Jiménez, quien presidiendo al<br />
Municipio, hizo redactar una carta a la reyna doña María<br />
Luisa de Parma, ante la desatención de su esposo Carlos<br />
IV, fechada el 10 de enero de 1794.<br />
Fue necesario que don Simón Bolívar, el eminente<br />
Libertador, viera personalmente las necesidades de<br />
Arequipa para que ya en el período Republicano<br />
dispusiera la<br />
Historia de Arequipa 203 •<br />
creación del Colegio Nacional de la Independencia<br />
Americana, de la <strong>Un</strong>iversidad Nacional de San Agustín y<br />
de la Corte Superior de Justicia, como instituto<br />
autónomo y Poder del Estado, que debe estar desligado<br />
de la intromisión política del Poder Ejecutivo y del<br />
Legislativo.<br />
Los proyectos precursores en favor de la Instrucción y la<br />
Cultura fracasaron en el siglo XVIII, además de otras<br />
"obras pías", salvo aquellas que el espíritu emprendedor<br />
del Obispo Cháves de la Rosa rescató del olvido casi<br />
cuando terminaba el siglo que ahora nos ocupa, a las que nos<br />
referiremos; la Casa de Recogidas, el Orfanato y la<br />
reestructuración curricular del Seminario.<br />
En el siglo XVIII, fueron fundados en la Ciudad el<br />
Monasterio de Santa Teresa, el Monasterio de Santa Rosa, en<br />
su primera mitad; y, en la segunda, el convento de los Padres<br />
de la Buena Muerte, o Agonizantes, que tan fugaz existencia<br />
tuvo entre nosotros. De ellos nos ocuparemos en su<br />
oportunidad, en especial de los monasterios, por la<br />
riqueza artística que conservan con cuidado.<br />
Con el terremoto de 1868 se destruyó el templo de San Camilo, al .al que la calle del Lúcumo (ahora Perú) y sus<br />
estructuras sirvieron para el mercado de abastos, del mismo nombre.<br />
(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).
204 Historia de Arequipa<br />
e<br />
asa Ut<br />
Ejercía el cargo de Corregidor el general don<br />
Gabriel López de Discastillo y Ascona, caballero<br />
de la Orden de Calatrava, quien el 3 de noviembre<br />
de 1702, propuso al Ayuntamiento la creación de una Casa<br />
de Recogidas, al observar el maltrato que muchas mujeres<br />
sufrían de sus maridos. Las costumbres prepotentes del<br />
amparo y la protección que los jueces daban a los<br />
agresores, en aras de un mal fundado machismo, exigía la<br />
creación de una institución que las protegiera. El<br />
Ayuntamiento trató de que el Obispo, don Antonio de<br />
León, se pusiera de acuerdo con una comisión edil para<br />
solucionar el problema, más de inmediato no pudo hacerse<br />
nada.<br />
Conocedor del problema, el bachiller don Cristóbal de la<br />
Barreda estableció el 5 de octubre de 1714 que, después de<br />
los días de su vida se utilizara su amplio solar para ese<br />
proyecto y que si tuviera que hacerse una ampliación se<br />
dispusiera del valor de sus bienes; señalando<br />
adicionalmente 10 000 pesos de principal y un rédito anual<br />
de 500 pesos, en su viña de Tacar, del valle de Vítor, para<br />
s kecog<br />
el sustento de las mujeres que se acogieran a esa Casa y<br />
dotando de 6 000 pesos de principal y 300 de renta anual<br />
en un tambo inmediato a su vivienda para el capellán a su<br />
cargo de la obra pía; con la condición que éste diga una<br />
misa rezada semanal por las intenciones del fundador;<br />
además de misas en días festivos para las Recogidas.<br />
El señor de la Barreda falleció al intestado, el 11 de junio<br />
de 1715, según el Cango. Santiago Martínez (1931-43).<br />
Se quiso destinar el valor de esta donación con otro fin,<br />
pero el Obispo Dr. Juan Bravo de Rivero se opuso y lo<br />
dedicó a esa especie de Beaterio, en cumplimiento de la<br />
Real Cédula del 28 de julio de 1722, y procedió a fundar<br />
la Casa de Recogidas el 16 de enero de 1745.<br />
Desde esta fecha se desmejoró mucho la Casa de<br />
Recogidas por mala conducción de sus rentas, por lo que<br />
el Obispo Cháves de la Rosa determinó que los fondos de<br />
que ella disponía fueran administrados con rigurosa<br />
honestidad, de modo que los capellanes no se beneficiaran<br />
de lo que correspondía a las pobres mujeres ya bastante<br />
maltratadas.<br />
Casa de las Recogidas a la que ninguna institución restauró o mejoró, hasta octubre del año 2000; una semana después<br />
de tomada esta foto, que ya resulta histórica.
Las estructuras<br />
,<br />
edificio Chave la Rosa, di .e influencia francesa.<br />
(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).<br />
- r a en de Expósitos Chave,<br />
de la Rosa<br />
Chaves de la Rosa hizo la fundación de la Casa de<br />
Expósitos, para la cual forjó la idea y puso los<br />
medios económicos el Maestrescuela don Joseph<br />
Cavero y Francia, que dio para ello instrucciones a su<br />
pariente, el Obispo Juan Cavero de Tholedo, en<br />
testamento (que no es habido, a quien designó como<br />
principal albacea, poco antes de su fallecimiento (en<br />
1741), recayendo con posterioridad dicho albaceazgo en<br />
el Padre Francisco Javier Recalde S.J..<br />
En 1760 desempeñaba el patronazgo de la Obra Pía otro<br />
jesuita, Manuel Lince, Rector al mismo' tiempo del<br />
Colegio de La Compañía, y ambos Patrones pusieron las<br />
propiedades del Maestrescuela Joseph Cavero y Francia a<br />
censo redimible, lo que impidió que se fundara el<br />
orfanato, y por falta de gestión para que el rey autorizara<br />
su funcionamiento.<br />
Gobernaba .la Diócesis el Obispo Chaves de la Rosa,<br />
cuando se hizo conocer en sesión del Ayuntamiento, que<br />
se había recibido una comunicación dirigida al Intendente<br />
Alvarez y Jiménez por la cual se le informal), ue lUS<br />
Superiores Decretos dados por Carlos IV, aprobando el<br />
establecimiento de la Casa de Niños Expósitos, mandando<br />
que el señor Obispo (Chaves de la Rosa) reciba el local<br />
del Colegio de ex jesuitas, que venía siendo ocupado por<br />
la tropa, que debería trasladarse a la Casa-Tambo<br />
(también de La Compañía), situada tras el complejo<br />
arquitectónico de dicha Orden, calle por medio (donde<br />
hoy funciona la Primera Comisaría o Delegación de la<br />
Policía Nacional del Perú). (ARAR, "Libro de Acuerdos<br />
que empieza en enero de 1795 hasta 1803", sesión del 7<br />
de agosto de 1795, Fs. 14 y 14 vta.).<br />
Historia de Arequipa 205<br />
En sesión del Cabildo correspondiente al 22 de.febrero de<br />
1798, se recibieron recién las Constituciones que deben<br />
gobernar la Casa de Misericordia, Expósitos y Hospicio<br />
de esta Ciudad" (Ibidem, Fs. 87 vta.) Aunque tardía, esta<br />
aprobación de Constituciones que reglamentaban su<br />
funcionamiento, el Orfanato había venido funcionando<br />
con normalidad desde su fundación el 24 de octubre de
206 Historia de Arequipa<br />
1788, bajo la siempre atenta mirada del Obispo,<br />
especialmente cuando don José Ruiz de Somocurcio,<br />
redimió el censo impuesto a favor de sus suegros Abril-<br />
Olzabala, el 18 de julio de 1801. Fue cobrando<br />
importancia, a pesar del retiro de Cháves de la Rosa del<br />
Obispado, porque acrecentaron sus rentas, aún después<br />
de consolidada la República. En el local de la Compañía<br />
de Jesús, donde se le instaló, había algunos espacios que<br />
no utilizaron los jesuitas, hacia la calle de San Juan de<br />
Dios, los cuales fueron vendidos por el Rector de la Casa<br />
de Expósitos, Dr. Antonio Gregorio de Tamayo, a favor<br />
de la Compañía Empresaria del Teatro de Arequipa (hoy<br />
Fénix), para ampliar sus instalaciones, sin perjuicio de<br />
las tiendas que venía edificando el Dr. Tamayo para<br />
rentas institucionales.<br />
Aportes generosos para el Orfanato fueron muchos y<br />
citaremos, como ejemplo, el que hizo el Dr. Rafael<br />
PRIMERO EL DE CAYMA<br />
Teracido Teyxeiro (Tejeiro según Santiago Martínez),<br />
canónigo Racionero de la Catedral, natural de Galicia, de<br />
la suma de 260 pesos y dos reales, entregados al Rector<br />
y Administrador del orfanato Dr. Juan de la Cruz<br />
Errazquin, por intermedio del albacea don José Nodal y<br />
Noguerol, también gallego, por encargo testamentario<br />
del Dr. Taracido (ARAR, Prot. Nro. 740, del escribano<br />
Matías Morales, fecha: 19 de abril de 1817, Fs. 232 vta.).<br />
El nuevo local del Orfanato se edificó en la avenida<br />
Goyeneche, donde viene funcionando aún. Se hicieron<br />
cargo de esta Casa de Misericordia las religiosas de San<br />
Vicente de Paúl. Fue inaugurado en 1924. Constituye el<br />
edificio una muestra de la influencia francesa de<br />
comienzo de siglo, en cuyo edificio central se encuentra<br />
la capilla. A los costados están dos pabellones simétricos<br />
que han resistido los dos últimos terremotos.<br />
z,imenterios fuera ne los<br />
templos<br />
Los atrios de las iglesias y estas mismas, carecían de<br />
espacio para nuevos entierros, por lo que un sacerdote que<br />
había luchado mucho por la salud y buenas costumbres del<br />
vecindario caymeño, o sea su párroco, el Pbro. Juan<br />
Domingo de Zamácola y Jáuregui, determinó construir el<br />
primer cementerio, junto a la "nave de las ánimas", con<br />
posterioridad al terremoto de 1784, al mismo tiempo que<br />
ampliaba y reconstruía su iglesia. Lo curioso es que a él<br />
no lo enterraron allí cuando falleció en 1823, sino en el<br />
templo. Este fue el primer cementerio mistiano.<br />
EL "CAMPO SANTO" DE LA PAMPA<br />
El Gobernador Intendente Alvarez y Jiménez, cursó oficio<br />
al Cabildo el 30 de enero de 1796, acompañando un<br />
expediente de 109 fojas, con los autos originales para la<br />
fábrica del cementerio que le llamaban entonces "rural",<br />
aunque propiamente debía ser construido en la Pampa de<br />
Miraflores, lo que acordaron los cabildantes en sesión del<br />
5 de febrero siguiente.<br />
Tal expediente se formó por el doctor Bartolomé Pérez<br />
Muchotrigo, Promotor Fiscal de la Curia, porque en San<br />
Juan de Dios ya no había posibilidad de enterrar más<br />
difuntos (ARAR, LAC. de 1795-1803, Fs. 41 vta.).<br />
La obra estuvo concluida en 1798 y el 21 de marzo de ese<br />
año, se leyó en el Ayuntamiento el oficio del nuevo<br />
Intendente, don Bartolomé María de Salamanca, haciendo<br />
conocer que estaba concluido el "cementerio rural" de la<br />
Pampa (Ibidem, Fs. 96 vta.). El aporte económico lo había<br />
dado el Deán don Saturnino García de Arrázuri.<br />
Templo de Cayena<br />
;
I dila<br />
La Apacheta<br />
Antigua fachada del cementerio de La Apacheta, en fotografía de fines del siglo XIX.<br />
(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).<br />
Fue don Simón Bolívar quien ordenó la construcción<br />
del cementerio de La Pampilla que, por lo , visto, se<br />
edificó sobre prehispánica huaca, cuando hasta<br />
nuestros días se le designa como "de La Apacheta'.<br />
La escritura pública que lo acredita se inicia así: "En la Muy<br />
Noble y Fidelísima Ciudad de Arequipa, a 24 días del mes de<br />
agosto de 1825 años, cuarto de la Independencia y primero de<br />
la Libertad del Perú, fueron presentes D. Manuel de Paz<br />
Soldan y D. Fernando Pacheco, administradores principales<br />
del Tesoro Nacional y dijeron: que 'por cuanto el<br />
Excelentísimo señor Libertador Simón Bolívar, mandó por el<br />
poder de su Soberanía y decretó en beneficio grande de este<br />
Historio de ,4reauina 207<br />
público y su vecindad, se fabricase y construyese a la mayor<br />
brevedad un panteón en el extramuro que se tenga a bien, a fin<br />
de que los entierros sin excepción se hagan en él, como se hace<br />
en el Campo Santo de Miraflores" (ARAR, Prot. Nro. 706, Fs.<br />
206 vta.) Se designó como Patrón al Deán Dr. Manuel<br />
Fernández de Córdova, quien tomó las providencias iniciales<br />
para la realización de la obra, disponiendo el valor de la venta<br />
que dio la chacra situada en Capistaca (Sachaca) que donó el<br />
doctor García Arrázuri para el panteón miraflorino, y que se<br />
había adjudicado a favor de don Manuel Chávez y su esposa,<br />
el 14 de octubre de 1825 (ARAR, Prot. Nro. 706, Fs. 250 vta.<br />
y 295 vta.).<br />
3
208 Historia de Arequipa<br />
El bicentenario Hol a. aie San Pedro, para sacerdotes pobres, que hizo construir el Arcediano Echeverría y Morales<br />
ahora convertido en conventillo (arriba, calle San Pedro frente al colegio Salesianos).<br />
Los informales establecidos en la Plaza de Armas (abajo).<br />
,......111111•11~1~1111Wt 4111.1~1~111111 -:
19Z1M9M enomrev.
210 Historia de Arequipa<br />
ellefO Cle i / ou<br />
Texto:<br />
Guillermo Galdos Rodríguez<br />
Digitación:<br />
Violeta Mendoza<br />
Diagramación:<br />
Franco Delgado<br />
Escaneo de fotos:<br />
Silver Romero<br />
Supervisión:<br />
Dante E. Zegarra López<br />
Edición:<br />
AREQUIPA al DÍA<br />
distribución gratuita<br />
Portada:<br />
Antigua chicheria arequipeña<br />
(Dibujo de Paul Marcoy).<br />
N°14<br />
1s.<br />
En el año de 1779 fue nombrado administrador de la<br />
Aduana de Arequipa don Juan Bautista Pando y Oficial<br />
Mayor Interventor don Pedro de la Torre. Esta institución<br />
había doblado el valor de las alcabalas del 3 al 6 por ciento, que<br />
anteriormente recaudaban los Oficiales Reales.<br />
Este hecho y la forma prepotente como procedieron los<br />
responsables de instalar la Aduana Real en nuestra ciudad dieron<br />
lugar a la rebelión que desde hace más de doscientos años se conoce<br />
con el nombre de la "Rebelión de los pasquines", dado que por este<br />
medio se comenzó a expresar el descontento general del pueblo<br />
mistiano contra el Corregidor Baltazar a Sematnat y sus asesores,<br />
así como contra los citados funcionarios aduaneros.<br />
Las primeras manifestaciones de descontento fueron a través de<br />
pasquines, el primero de los cuales fue colocado en el templo<br />
parroquial de Tiabaya con ocasión de la visita del Corregidor y de<br />
Oficiales Reales al distrito. En el letrerito anónimo se invocaba a<br />
Jesús Nazareno, que allí se venera, para que conceda perdón para<br />
degollar a tan odiados funcionarios. Decía así:<br />
Oh, poderoso Jesús,<br />
cómo permites subsistan<br />
a vuestra ley agresores?<br />
Licencia os pido mi Dios<br />
y el perdón te lo suplico<br />
que a Sematnat degollado<br />
con sus corchetes de estopa<br />
los veréis en tu Juzgado.<br />
Tened vivientes por cierto<br />
que reparto no paguéis,<br />
y al corchete que cobrare<br />
la cabeza le voléis,<br />
si no la tuya paguéis.<br />
La protesta no provenía solamente del empadronamiento que quiso<br />
hacer el Corregidor, sino del vicio introducido dos siglos antes,<br />
conocido como "reparto del Corregidor", que consistía en que esa<br />
autoridad hacía distribución de mulas y ropas entre los tributarios,<br />
aunque ellos no las necesitasen. Por ejemplo, un par de bestias que<br />
compraba Sematnat en 26 pesos y medio libres de alcabala, vendía<br />
él a 32 pesos la unidad, o sea el par a 64, logrando una pingüe
utilidad anual, sólo por ese concepto. Ese "reparto" era lógica<br />
consecuencia de que el funcionario pagaba al soberano, o<br />
a su representante, por derecho de nombramiento.<br />
Mientras esto ocurría en Tiabaya, se organizaba en<br />
Arequipa un movimiento subterráneo y los cabecillas<br />
amenazaban con alborotar el cotarro, advirtiendo que<br />
prepararían la subversión de manera tal que nadie se<br />
enteraría de sus nombres, ni sabría de los proyectos,<br />
"hasta que el golpe esté dado". Lo indicaba así la<br />
siguiente décima:<br />
Todos hablan sin saber,<br />
quien más calla ese lo sabe;<br />
en lo posible no cabe<br />
penetrar lo que ha de ser.<br />
Mucho se ve disponer<br />
en esta ocasión presente;<br />
nada se sabía, es patente.<br />
de lo que se haya tratado,<br />
hasta que el golpe esté dado,<br />
inténtelo quien lo intente.<br />
Las amenazas iban subiendo de tono, ya que llamaban a<br />
funcionarios y burócratas como ladrones:<br />
SEMATNAT:<br />
Vuestra cabeza guardad,<br />
y también tus compañeros,<br />
los señores aduaneros<br />
que sin tener caridad,<br />
han venido a esta ciudad<br />
de lejos tierras extrañas<br />
a sacarnos las entrañas<br />
sin moverles a piedad<br />
y a todo vernos clamar. (Fragmento),<br />
Hasta cierto momento de las amenazas pasquineras se<br />
había respetado a la persona del rey, aunque atribuyendo<br />
todo a su "mal gobierno" y a sus secuaces:<br />
Mas decimos sólo ¡viva,<br />
Viva en gran Carlo Tercero!<br />
mueran sus malos secuaces<br />
y también su mal gobierno.<br />
Historia de Arequipa 211<br />
Después de una algarada en la noche del 13 de enero de<br />
1780, se produjo el día siguiente, el primer ataque del<br />
pueblo a la ciudad, partiendo comisiones de motinistas de<br />
Miraflores, Cayma, Yanahuara, Tiabaya y de Paucarpata<br />
y los barrios de Lambramani de la Ranchería y del barrio<br />
del Carmen.<br />
La concentración fue en la Plaza de Santa Marta (y esta<br />
es ya una costumbre tradicional) y de ahí se dirigieron en<br />
protesta hacia la casa del Corregidor, situada en la<br />
primera cuadra de la calle de Ejercicios (Alvarez<br />
Thomas), donde ahora queda el Club Arequipa.<br />
El pasquín de convocatoria había expresado:<br />
Zángano que a tus abejas<br />
la miel y panal quitáis,<br />
bien es que tu rey perdáis,<br />
pues a perecer las dejas.<br />
No usando de obscuras frases,<br />
lo que es bien de cuando en cuando,<br />
daremos capote a Pando,<br />
pandillazo a sus secuaces.<br />
Toda la tropa peruana,<br />
despechada por los pechos,<br />
trata que queden deshechos<br />
y aniquilada la Aduana.<br />
No se sabía quién daba la orden, pero el arequipeño<br />
siempre se ha distinguido por bochinchero y peleador.<br />
Había que luchar por los intereses, y Siendo ahorrativo,<br />
no había nada más de qué hablar.<br />
Han pasado dos siglos y dos décadas y aún se mantiene<br />
en secreto el liderazgo -de la rebelión. Acá no hay<br />
delatores, por felicidad. Salvo que hayan, salido de la<br />
tierra y se hayan contaminado.<br />
Después de las diez de la noche del 14 de enero, en medio<br />
del silencio monacal de la época y de la hora, la ciudad<br />
notó que aquella paz aldeana era alterada por gritos<br />
lejanos de una turba intranquila que avanzaba hacia las<br />
arterias céntricas. A medida que se acercaban los<br />
seiscientos o más revoltosos, el estrépito aumentaba. No<br />
sólo se oían los gritos vigorosos de protesta y'uno que<br />
otro taco terrible o zumbón, sino golpes de piedra contra<br />
puertas y zaguanes, repiqueteo de tambores y zumbidos<br />
de hondas. Aunque bullangueros, los sediciosos se<br />
desplazaban en completo orden, obedeciendo<br />
instrucciones de jinetes encapotados, que hacían<br />
caracolear a sus caballos.<br />
•
212 Historia de Arequipa<br />
1<br />
En la casa del Corregidor Sematnat habían limitado su acción<br />
a golpear la puerta.<br />
Empero, al llegar a la Aduana, al final de la segunda cuadra<br />
de San Francisco, armados de piedras, palos y hachas abrieron<br />
un forado en la puerta y por allí ingresaron al zaguán y<br />
descorrieron los picaportes. En ese instante ingresó al edificio<br />
la masa compacta. Pedro de la Torre, Oficial Mayor<br />
Interventor, trató de disparar su pistola desde una ventana,<br />
sacando la cabeza por el postigo de su morada; pero antes que<br />
presionara el gatillo un lanzazo le traspasó la cara,<br />
produciéndole grave herida que entonces se consideró mortal.<br />
Menos valiente, el caprichoso Administrador Pando huyó por<br />
la parte trasera del edificio hacia la casa del Chantre don<br />
Antonio Ventura Valcárcel, mientras la gente seguía<br />
penetrando al local de la Aduana. Fue a refugiarse al convento<br />
de los Hermanos de San Juan de Dios, bastante ligero de ropa,<br />
habiéndole seguido los demás oficiales reales y dependientes.<br />
Sin mayor resistencia los conjurados rompieron puertas y<br />
ventanas de las oficinas y depósitos y finalmente ingresaron a<br />
la sala principal de la' Administración y viviendas de los<br />
funcionarios.<br />
Destrozó la multitud cuanto tuvo a su alcance, quemando<br />
papeles y documentación que hubiera sido necesaria para el<br />
mejor conocimiento del estado económico de la Aduana<br />
durante esos catorce días de funcionamiento, aparte de las<br />
ordenanzas que habían sido libradas a Pando por don José<br />
Antonio de Areche y don Manuel de Guirior. Después,<br />
sobrevino el desborde de la pasión popular. Fue rota la caja<br />
donde se guardaba la recaudación y saqueada. Había allí,<br />
según cálculos, de 2.500 a 3.000 pesos que fueron sustraídos<br />
precipitadamente por los rebeldes, quienes en su apuro<br />
dejaron en el arcón y otros tantos desparramados por el suelo<br />
de la sala principal, que estaba a oscuras. Aunque fue abierto<br />
el depósito aduanero, donde se guardaban las cargas<br />
decomisadas, no se tocó nada de lo que allí había.<br />
Seguramente porque tal fue la orden en consideración a que<br />
todo era propiedad de la misma gente del pueblo, o de<br />
personas que se hallaban descontentas con las arbitrariedades<br />
y desplantes de Pando y se negaban a abonar el impuesto.<br />
Ingresaron los rebeldes a las habitaciones que ocupaba la<br />
familia del administrador, pero casi todo lo dejaron intacto,<br />
pese a que había menaje de plata labrada, espada con<br />
guarniciones de oro, vestidos costosos, etc.<br />
Habían sido instruidos detenidamente sobre el particular, pero<br />
al parecer los jefes no dijeron nada sobre el dinero de las<br />
alcabalas.<br />
Con posterioridad degeneró la revuelta en una serie de<br />
desmanes incontrolables y pillajes, mas hasta entonces la<br />
dirección subterránea había controlado la situación. Antes de<br />
la una de la mañana del día 15 los rebeldes se retiraban en<br />
total silencio y concierto lo que asombró a los chapetones y<br />
no chapetones.<br />
Transcurridos algunos minutos, los vecinos de San Francisco<br />
comenzaron a salir a las calles y atisbando prudentemente<br />
constataron que estaba despejada. No tardaron en hacer coro<br />
y comentaron entre regocijada y seriamente lo ocurrido.<br />
Disfrazado y convenientemente custodiado, huyó el<br />
Administrador Pando a Camaná, donde permaneció aún algún<br />
tiempo en el caprichoso intento de reinstaurar la Aduana, pero<br />
no volvió jamás. Aunque gravemente herido por el lanzazo<br />
que recibió en la cara durante el ataque del 14, Pedro de la<br />
Torre, tuvo que huir asimismo con fuerte escolta, sufriendo<br />
terribles dolores en el trayecto.<br />
Sematnat prometió (y cumplió) con alejar a estos funcionarios<br />
y a sus familiares, más parece que tampoco esto resultaba ya<br />
a sazón de los rebeldes, por deseos vengativos y de<br />
escarmiento. Para entonces, los rebeldes habían expresado en<br />
pasquines que preferían a cualquier Casimiro aborigen por<br />
gobernante, saliendo a relucir la frase de "tropa peruana", en<br />
oposición a la realista, y revelando la lealtad del rey inglés<br />
hacia sus súbditos:<br />
Tras uno seguirán todos,<br />
con esfuerzo universal<br />
y dirán que viva el rey<br />
y en su gobierno muera el mal.<br />
Que el Rey de Inglaterra<br />
es amante a sus vasallos.<br />
Al contrario el de España<br />
hablo del señor don Carlos<br />
(Fragmento)<br />
No usando de oscuras frases,<br />
lo que es bueno de cuando en cuando,<br />
daremos "capote" a Pando,<br />
pandillazo a sus secuaces.<br />
Toda la TROPA PERUANA.<br />
despechada con los pechos<br />
trata que queden deshechos<br />
y aniquilada la Aduana.<br />
Casimiro el Inca ¡Viva!<br />
a quien juramos por Rey,<br />
que es de razón y de ley,<br />
que lo que es syyo perciba.<br />
(Fragmento)
No está de más advertir que no existía entonces ningún<br />
descendiente del Incario que se llamara Casimiro: lo que venía<br />
a significar que el gobierno lo podía ejercer con ventaja<br />
cualquier persona.<br />
No sabía qué hacer Sematnat. Perdió el control de la situación<br />
y a esta altura mandaba al pueblo mistiano un ciudadano que<br />
se solapaba bajo un poncho y un sombrero de ancha ala, pero<br />
¿quién era él? ¿tal vez un criollo descontento e interesado en<br />
desprestigiarlo? ¿alguien que podía estar sentado junto a él en<br />
el Cabildo?<br />
Mientras tanto aumentaba el número de personas congregadas<br />
en Cayma, resguardando un pasquín que concebía la<br />
necesidad de libertad para todos los peruanos. Consideró<br />
prudente comisionar a un anciano y muy respetado fraile de<br />
Santo Domingo, con fama de orador, para que pasando el<br />
puente se dirigiera a la parroquia de San Miguel, hablara a la<br />
masa: pero, cuando esta vio llegar al dominico, se agolpó en<br />
tomo al pasquín.<br />
Nadie creyó las promesas de su sermón, hechas a nombre del<br />
Corregidor, porque se había perdido la fe en sus palabras. Los<br />
amotinados no atendieron los requerimientos del fraile, ni le<br />
permitieron que sacara el pasquín amenazador.<br />
El terror se había apoderado de la Ciudad. A las cinco de la<br />
tarde del mismo día 15, Sematnat se dirigía al convento de la<br />
Merced para ponerse a buen recaudo. Antes había tomado las<br />
providencias del caso para asegurar a sus familiares a quienes<br />
hizo asilar en conventos y en casas de personas sobre las que<br />
no recaía sospecha. Además, antes de encaminarse a la<br />
Merced, entregó a Lorenzo Justo Rendón 9 piezas de baúles y<br />
petacas, algunas conteniendo objetos de oro y plata, para que<br />
las llevara al convento de Santo Domingo. También había<br />
dirigido el Corregidor comunicaciones a los conventos, a fin<br />
de que aquella noche hicieran rogativas y sacaran procesiones.<br />
La dirección rebelde dictó las órdenes previas en la seguridad<br />
de que con la última claridad del día se estaría encaminando<br />
Sematnat a buscar asilo. Nada extrañaba que los jefes secretos<br />
estuvieran tan bien informados. Desde el ataque a' la Aduana<br />
se había hecho saber a los rebeldes que el próximo objetivo<br />
sería la residencia del Corregidor. Además de Sematnat,<br />
muchos chapetones habían puesto a cubierto sus bienes<br />
familiares y esperaban los últimos rayos solares de ese 15 de<br />
enero para encaminarse a conventos. El plan táctico de los<br />
sediciosos se había cumplido hasta el más mínimo detalle.<br />
TOMARON LA CIUDAD<br />
Siguiendo las órdenes del comando, desde antes de las ocho de<br />
la noche, varios embozados habían entrado por una huerta<br />
Historia de Arequipa 213<br />
vecina a la casa del Corregidor, esperando la voz de alarma<br />
para lanzarse en busca suya. <strong>Un</strong> tumulto calculado en más de<br />
mil personas, entre hombres y mujeres, desembocó por la calle<br />
de San Francisco, a las diez de la noche. Allí se detuvieron<br />
ante la casa del Vista de Aduana, don Antonio José Lastarria . ,<br />
dieron golpes a la puerta y prosiguieron hacia la Plaza para<br />
dirigirse a la residencia de Sematnat, en la primera cuadra de<br />
Ejercicios, al costado de la Municipalidad, coreando el<br />
estribillo de uno de los pasquines:<br />
"Alcabala antigua, pagaremos;<br />
lo demás, no queremos"<br />
Ingresaron a los patios interiores, y de allí a las salas<br />
destruyendo a su paso todo y llevándose cuanto podían. No<br />
dejaron ni los zurrones con hierba del Paraguay, ni el<br />
tumbadillo del salón. Los muebles y objetos cuya posesión<br />
podría comprometer los quemaron en pira gigantesca, cuyas<br />
ascuas duraron varias horas. Era el desborde de la reacción<br />
contra tanta sumisión, explotación y descontento. Después no<br />
hubo medio de controlar el desfogue popular; pero, hubo un<br />
instante de moderación y tregua, cuando se acercó la<br />
procesión de la comunidad de Santo Domingo e incluso un<br />
fraile exhortó a que depusiera la multitud toda acción violenta.<br />
Pero fue en vano y los religiosos con paso más que ligero<br />
siguieron su camino hacia el convento.<br />
Los revoltosos se dirigieron a la calle de los Mercaderes<br />
portando 30 armas de fuego conseguidas en el corregimiento,<br />
aunque no faltó testigo que declaró que fueron 70. La<br />
muchedumbre dando rienda suelta a su exaltación en la Plaza<br />
ingresaron a viviendas de conocidos realistas y las despojaron<br />
de cuanto pudieron. Hombres embozados, montados a caballo<br />
y al parecer criollos armados y algunos disfrazados, para no<br />
ser reconocidos montaban guardia en las bocacalles, patrullaje<br />
que daba confianza a los rebeldes, que pasaron a la cárcel y<br />
soltaron a los presos, la mayoría acusados de sediciosos. En<br />
Mercaderes, asaltaron el negocio de José Campderros, al que<br />
sindicaban como cajero y confidente de Sematnat, llevándose<br />
30,000 pesos en dinero y mercaderías, dejando sólo andamios<br />
"pelados", según una declaración testifical. El tiempo había<br />
avanzado y no pudieron ir a las Cajas Reales, retirándose. Eran<br />
las cuatro de la mañana del domingo 16 de enero.<br />
Este día, el Corregidor hizo formar a los batallones de<br />
Caballería e Infantería y realizó un ataque represivo sobre las<br />
rancherías de Miraflores, sin detenerse ante viviendas de<br />
personas no comprometidas, logrando detener a cinco<br />
aborígenes y un mestizo, cuyos nombres eran Nicolás Quispe,<br />
Bernardo Mamani, Simón Chagua Soncco, Marcelo
214 Historia de Arequipa<br />
Chuquicallata; Asencio Laguna y Diego Arias, a quienes en<br />
juicio sumario se les condenó a la pena de muerte, ante el<br />
Jurado compuesto por Sematnat, Julián Miguel de Goycochea<br />
y ante el escribano público Rafael Hurtado.<br />
Con prisa fueron ejecutados en la horca de la ciudad, a las<br />
3:30 de la tarde del martes 18 de enero de dicho año de 1780,<br />
después de confesarse. No faltó religioso que aseguró que se<br />
había matado a un inocente y sin mayores pruebas.<br />
Esta rebelión precursora de la Independencia se produjo diez<br />
meses antes que la del caudillo revolucionario José Gabriel<br />
Condorcanqui (Túpac Amaru II), quien teniendo en<br />
consideración el precedente mistiano, y el pésimo<br />
comportamiento personal y administrativa- del coronel<br />
m<br />
Baltazar de Sematnat, escribía en Tungasuca, el 23 de<br />
diciembre de 1780, un exhorto a la Ciudad de Arequipa, el<br />
párrafo - que sigue:<br />
ano Melgar y la<br />
Literaria"<br />
- ucho de lo que se ha escrito sobre don<br />
Mariano Melgar y Valdivieso no pasa de ser<br />
producto de feraz imaginación de fabulistas<br />
que han forjado una leyenda en torno a la vida y la obra<br />
de nuestro autor, que realmente fue el primer fabulista<br />
serio de Arequipa, que mediante ese sistema fundó lo<br />
que podría llamarse la fábula política nuestra. Su<br />
vehemencia libertaría le impulsó a esas pequeñas piezas<br />
de intención socio-política y ética que son sus fábulas,<br />
con evidente compromiso antiesclavista, entre las cuales<br />
es obvia la intención en "El cantero y el asno", donde<br />
éste se queja ante aquel, así:<br />
¡Tras cuernos palos! ¡Vaya!<br />
Nos tienes mal comidos,<br />
siempre bajo la carga,<br />
¿y existe así el brío?<br />
Y con azotes y palo<br />
pretendes conducirnos?<br />
¿y aún nos culpas de lerdos<br />
estando en ti el motivo? (Fragmento)<br />
Fue necesario que se descubriera en la Biblioteca de<br />
Lilly, de la <strong>Un</strong>iversidad de Indiana (USA), un manuscrito<br />
de sus poemas que pone en evidencia su alegría<br />
espontánea y vibrante, el candor fraternal hacia los<br />
amigos que formaban una especie de sociedad secreta<br />
"...y porque mi ánimo no es otro sino arruinar a los<br />
Corregidores y arrasar el mal gobierno y tantos pechos hasta<br />
dejar el común vecindario de este Reyno libre de todos cargos<br />
y que puedan vivir con sociego, les doy esta noticia; y de<br />
tener innumerables gentes con las que evacuadas mis<br />
diligencias por acá, pasaré a esa a librarlos del cautiverio en<br />
que se hallan; encargándoles por ahora que estén con el<br />
mayor celo y vigilancia a precaverse de ese ladronazo de<br />
Sematnat y ver si le pueden apresar y tenerle hasta mi bajada<br />
para darle el castigo correspondiente" (BNE, Manuscrito,<br />
revolucionaria disfrazada bajo el título de "Tertulia<br />
literaria", a la que pertenecían destacadamente don José<br />
María Corbacho, Benito Lazo, Mariano José de Arce,<br />
Francisco de Paula Quiroz, etc.<br />
Según este manuscrito, intitulado "Poesía de Dn.<br />
Mariano Melgar. Cuaderno 2do", hay anotaciones del<br />
poeta de los yaravíes (al parecer autobiográficas) que<br />
desdicen el taciturno y triste comportamiento habitual<br />
que se le ha venido atribuyendo por literatos del periodo<br />
Romántico de la literatura nacional, en especial en las<br />
notas marginales, una de las cuales lleva la firma<br />
"Melgar", debidamente rubricada. Documento analizado<br />
magníficamente por el Dr. Aurelio Miró Quesada en<br />
"Historia y leyenda de Mariano Melgar", al que<br />
remitimos a nuestros lectores, así como a la nota que<br />
incluimos en la "Historia General de Arequipa".<br />
Hay que contestar a varias preguntas y esclarecer algo de<br />
cada uno de los personajes y de la participación que les<br />
cupo en el proceso de la Independencia Americana.<br />
Ya hemos dicho los nombres de los más importantes<br />
confabulados en la "Tertulia Literaria", un buen,nombre<br />
para ocultar las verdaderas intenciones de sus miembros,<br />
sobre todo en las décadas posteriores a la revolución de<br />
Túpac Amaru, cuando los españoles concentraron sus<br />
fuerzas en Arequipa, para lanzar ofensivas a cuanto<br />
movimiento emancipador se produjera en el sur del<br />
virreynato del Perú, o del Alto Perú. El paisanaje
mistiano era enrolado sin tener en cuenta los ideales o<br />
aspiraciones de las personas, incluso (generalmente)<br />
contra su voluntad, cuando aprovechando de los festejos<br />
carnavalescos cerraban las bocacalles y reclutaban a todo<br />
joven mayor de 18 años para formar los cuadros realistas.<br />
En tal acción se caracterizó el general José Carratalá,<br />
cruel incendiario de pueblos indefensos y que ordenó que<br />
a los participantes en la sublevación de La Paz, (en 1816),<br />
se les fusilara por la espalda. Militar que tuvo precedentes<br />
de increíble sadismo para con la población aborigen y a<br />
cuyo odio no escapaban mestizos y aún criollos.<br />
El tiempo se ha encargado de glorificar a un héroe de esos<br />
años, el poeta y. creador del yaraví al que puso letra<br />
castellana y nostalgia preromántica, don Mariano<br />
Lorenzo Melgar y Valdivieso, fusilado después de la<br />
batalla de Umachiri, cuando contaba con sólo 24 años y<br />
siete meses de edad.<br />
Los literatos del romanticismo mistiano y sus parientes,<br />
durante el siglo, comprendido entre 1850 y 1950<br />
difundieron tal fárrago de falsedades sobre su vida, que<br />
hasta nuestros días se sigue creyendo, verbigracia, en una<br />
superioridad de linaje de la "Silvia" (doña<br />
María Santos Corrales) respecto a<br />
Mariano Melgar, lo que ha llevado<br />
a muchos escritores a suponer el<br />
menosprecio de los Corrales<br />
hacia los Melgar. "Silvia"<br />
fue hija de don José<br />
Corrales Sanabria y<br />
Mariano lo fue de dor<br />
Juan de Dios Melgar<br />
Sanabria; es decir que<br />
los progenitores de<br />
nuestros personajes eral<br />
primos hermanos. Hut:<br />
necesidad de una dispensa<br />
eclesiástica para<br />
matrimonio de un hermano de<br />
"Silvia", don Romualdo Corrales,<br />
con la hermana de Melgar, doña<br />
Josefa Melgar y Valdivieso.<br />
En esa época en que existió la creencia<br />
de que ser pobre era ser inferior, se<br />
atribuyó a los Melgar, en general, una<br />
situación económica que no era la<br />
suya, ya que don Juan de Dios Melgar<br />
Historia de Arequipa 215<br />
y Sanabria era propietario de la casa donde vivía, y de<br />
varias chacras: la de Tasaguaya que tenía 19 topos y valía<br />
9,764 pesos, cuando la compró. Le hizo tales mejoras que<br />
llegó a valer 20,458 pesos y seis reales. En el cúmulo de<br />
sus bienes estaba una capellanía sobre una chacrita en<br />
Porongoche, por 3000 pesos de principal. Había<br />
construido don Juan de Dios dos tiendas de quinquellería<br />
en la Plaza de Armas, costado de la Catedral y se<br />
dedicaba al negocio. Estos datos los consignamos<br />
únicamente para desvirtuar la exuberante frondosidad<br />
imaginativa de "escritores a la violeta" que quieren pasar<br />
como historiadores.<br />
Lo cierto es que Mariano<br />
Autoretrato ejecutado en Lima por<br />
Mariano Melgar, al graduarse de Doctor<br />
en ambos Derechos, donado por los<br />
sucesores del Dr. Francisco Mostajo al<br />
Museo Histórico Municipal.<br />
Melgar fue aventajado<br />
estudiante del seminario y que pasó a ser su profesor. Casi<br />
toda su vida la dedicó a los estudios. Ofició como testigo<br />
en la boda se su hermana Josefa con Romualdo Corrales,<br />
el martes 8 de febrero de 1812, siendo celebrante don José<br />
Sebastián de Goyeneche y Barreda, futuro Obispo de<br />
Arequipa y quien dio licencia para el matrimonio con la<br />
dispensa del impedimento de consanguinidad en tercero y<br />
cuarto grados que mediaba entre los novios, dada por el<br />
Obispo don Luis Gonzaga de la Encina y<br />
Perla. En esa celebración estuvo la<br />
"Silvia", siendo tal ocasión una<br />
de las pocas veces en que don<br />
Mariano estuvo cerca de<br />
María Santos, que contaba<br />
entonces con 14 años y<br />
tres . meses de edad. El<br />
poeta tenía 21 años y<br />
medio.<br />
Desde antes, había<br />
desempeñado Melgar<br />
la Secretaría de la<br />
"Tertulia Literaria",<br />
cuya presidencia estaba a<br />
cargo de otro prócer de la<br />
Independencia Nacional, don<br />
José María Corbacho, nacido en<br />
la "Casa del Corregidor', en la<br />
segunda cuadra de la calle de La Merced,<br />
el año de 1785: Procuró secundar<br />
en Arequipa el movimiento de los<br />
hermanos Paillardelli en Tacna,<br />
durante 1813. Incluso vio con<br />
simpatía la sublevación de Gabriel
216 Historia de Arequipa<br />
Manuscrito de,<br />
Mariano Melgar,<br />
con su firma.
0,,,1- , t~ 411""fill<br />
14,4*.<br />
3.410<br />
1.;~ 41.1<br />
Rúbrica de Melgar como<br />
secretario de la Tertulia<br />
Literaria.<br />
Historia de Arequipa 217<br />
--•••-• "r<br />
iR
218 Historia de Arequipa<br />
Aguilar y José Manuel Ubalde, otro arequipeño prócer de<br />
la Emancipación, fusilado en la Plaza de Armas de<br />
Cusco, el 5 de diciembre de 1805.<br />
Era Corbacho abogado de profesión y cuando don Mateo<br />
García Pumacahua ocupó Arequipa en 1814 se le designó<br />
como Gobernador de la plaza. Se le procesó y condenó a<br />
la pena de muerte que no se ejecutó por la influencia<br />
social de su familia y relacionados.<br />
Al fundarse la Academia Lauretana de Ciencias y Artes<br />
de Arequipa, el 10 de diciembre de 1821, se encontraba<br />
como su miembro don José María Corbacho, quien fue<br />
designado entre los 25 miembros de número por el<br />
Ayuntamiento de la ciudad, desempeñando la cátedra de<br />
Derecho en el año siguiente. Al instalarse la Prefectura<br />
del Departamento a cargo del general Francisco de Paula<br />
Otero, se le nombró su Secretario. Luego fue nombrado<br />
profesor del Colegio Nacional de la Independencia<br />
Americana, en 1827 y vocal de la Corte Superior de<br />
Justicia, un año después Senador por Arequipa en 1832,<br />
Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores; y, después<br />
de haber sido vocal interino de la Corte Suprema retornó<br />
al terruño como vocal de la Corte Superior en 1836, cuya<br />
presidencia desempeñó en 1839, igual que la de la Corte<br />
Superior de Lima, en 1840. Falleció en 1843.<br />
La Biblioteca Nacional del Perú, acoge un documento, en<br />
su Sección de manuscritos e investigaciones<br />
bibliográficas intitulado "Corbacho y Abril, José María.<br />
Ley que lo declara prócer de la Independencia No. E-124.<br />
Mariano José de Arce, nacido en Arequipa en 1782 fue<br />
otro de los precursores de la emancipación y miembro de<br />
la Tertulia Literaria. Clérigo que ante las indecisiones de<br />
Pumacahua respecto a la proclamación de la<br />
Independencia, en el famoso Cabildo Abierto convocado<br />
por éste al tomar la Ciudad Blanca, en 1814, tuvo a su<br />
cargo el discurso de orden exigiendo el desconocimiento<br />
total de Fernando VII, lo que le valió el 'título de<br />
Jacobino peruano y el destierro a Chile. Volvió a Lima y<br />
formó parte de la Sociedad Patriótica, donde desde su<br />
fundación combatió las ideas monarquistas infiltradas en<br />
ella y dirigió "El Sol del Perú", teniendo el honor de ser<br />
nombrado por don José de San Martín como primer<br />
director de la Biblioteca Nacional en 1822.<br />
El Pbro. Mariano José de Arce ejerció la diputación de<br />
Arequipa en el primer Congreso Constituyente que<br />
estableció la ley de bases de la Constitución que<br />
proclamaba al Perú como República unitaria con poderes<br />
Ejecutivo, Legislativo y Judicial, independientes y<br />
autónomos.<br />
Proclamada la República, abandonó la política y se<br />
dedicó a su actividad eclesiástica. Murió en 1852, en<br />
Lima.<br />
Otro miembro de la "Tertulia Literaria" ha sido don<br />
Benito Lazo, que nació en Arequipa en 1783 y que<br />
también tuvo activa participación en la rebelión de<br />
Pumacahua y estuvo relacionado con los libertadores del<br />
Río de la Plata, con el Mariscal Miller y con la campaña<br />
de Intermedios, donde se le nombró Auditor de Guerra,<br />
sufriendo confinamiento en Tacna, en 1815, y en<br />
Copacabana, en 1823. Proclamada la Independencia se le<br />
nombró Vocal de la Corte Superior de Justicia y fue<br />
diputado por Arequipa, varias veces, así como miembro<br />
del Consejo de Estado de 1839 a 1845. Se distinguió,<br />
igualmente, como periodista y director de varias<br />
publicaciones polémicas, entre las cuales sobresale<br />
"¿Cuál es el destino que tiene hoy el Ejército?, y "El<br />
poder de la fuerza y el poder de la ley".<br />
Del doctor Benito Lazo, ha escrito una magnífica<br />
biografía el doctor don Guillermo Zegarra Meneses, así<br />
como otros próceres de la Emancipación, sobre todo de<br />
los precursores de la libertad.<br />
Otro de los miembros de la "Tertulia Literaria" fue don<br />
Francisco de Paula Quiroz, hijo del abogado de las<br />
Reales Audiencias don Blas de Quiroz, que hizo construir<br />
su casa solariega en la esquina formada por la calle de las<br />
Piedras (ahora Villalba) y la transversal que baja de Santa<br />
Catalina y por entonces era designada como "del golpe de<br />
agua" (hogaño, cuarta cuadra de Ugarte), edificio<br />
levantado en 1794 y que desde la Republica es llamado<br />
"Casa de la Moneda", porque allí de fundieron siendo<br />
uno de los encargados de tal operación el creador de la<br />
imprenta en Arequipa, don Jacinto Ibáñez. Es de recalcar<br />
que, mientras don Blas de Quiroz fue apasionado<br />
monarquista, sus hijos se distinguieron como declarados<br />
próceres de la Independencia del Perú, Francisco de<br />
Paula Quiroz, perseguido por sus claras ideas libertarias,<br />
y el hermano menor Angel Fernando Quiroz, que se dice<br />
quiso enrolarse en las tropas de Pumacahua, cuando salió<br />
de Arequipa éste, pero se lo impidieron por su corta edad<br />
sus oficiales. Angel Fernando se distinguió por su<br />
bohemia impenitente, por su romanticismo poético y por<br />
carecer de cordura.
I Mariano Melgar, transitó este pasaje que estaba entonces<br />
solamente empedrado.<br />
Historia de Arequipa 219<br />
r EL IMPOSIBLE DE MELGAR<br />
En Preceptiva literaria se considera Imposible a<br />
una de las formas más usadas a fines del siglo<br />
XVIII y comienzos del XIX, en los poemas donde<br />
se deseaba encarecer que un sentimiento no<br />
variaría jamás y que antes desaparecerían los<br />
elementos de la naturaleza (como la luz solar, el<br />
agua, el viento, etc.) que variar de pasión.<br />
Ejemplo de un imposible es el utilizado en la letra<br />
del Himno Nacional de don Juan de la Torre<br />
Ugarte, que expresa: "Antes niegue sus luces del<br />
sol/ que faltemos al voto solemne/ que la patria al<br />
eterno elevó/.<br />
Pues, bien, dedicó don Mariano Melgar a su amada<br />
Silvia, el siguiente imposible, de pie forzado:<br />
Yo te dejaré de amar,<br />
se acabará mi pasión<br />
seré ingrato a tus favores<br />
y en otra pondré mi amor.<br />
Cuando deje de alumbrar<br />
el sol de oriente a poniente,<br />
cuando se consuma el mar<br />
y muera todo viviente,<br />
yo te dejaré de amar.<br />
Cuando a todo corazón<br />
se le acaben los latidos,<br />
cuando no se oiga canción<br />
de las aves en sus nidos,<br />
se acabará mi pasión.<br />
Cuando todos los verdores<br />
en los campos se marchiten<br />
y cuando todas las flores<br />
en sus jardines no habiten,<br />
seré ingrato a tus favores.<br />
Cuando todo resplandor<br />
se oscurezca a medio día,<br />
cuando no sienta calor,<br />
usaré de alevosía<br />
y en otra pondré mi amor.
220 Historia de Arequipa<br />
Don Agustín Galdos y Barrera, fue natural y vecino de la<br />
Húsares de Junín<br />
" ciudad de Arequipa, hijo legítimo de don Genaro<br />
Galdos y de doña María Barrera de Galdos. Fue hombre<br />
bastante libre que emigró de su ciudad materna y se estableció en<br />
Trujillo, donde contrajo matrimonio con doña María Josefa<br />
Ximénez, natural y vecina de dicha ciudad, en la que no tuvo hijos<br />
durante los catorce años de vida conyugal, hasta el fallecimiento de<br />
ella. Antes de su matrimonio tuvo un hijo natural, habido en mujer<br />
soltera, doña Josefa Caicedo, también trujillana, el cual fue<br />
bautizado con el nombre de José Félix Galdos Caicedo. Parece<br />
haber sido intensa la vida romántica de don Agustín que, en su<br />
testamento, además de reconocer a su hijo José Félix, dispone los<br />
medios necesarios para que viaje a Ica doña Dolores Manrique para<br />
que se reincorpore al hogar paterno, de donde la trajo a Arequipa,<br />
contra la voluntad de sus padres (ARAR, Prot. Nro. 823, de José<br />
Nazario de Rivera, testamento de 18 de octubre de 1825, Fs. 321 y<br />
322).<br />
Durante cinco años sirvió con Agustín Galdos y Barrera en las<br />
fuerzas patriotas como oficial. Dejemos que él lo relate: "He sido<br />
Teniente en el Ejército de la Patria y he estado en el Regimiento (de<br />
Húsares) de Junín cinco años, de cuyos servicios se me tiene de mis<br />
ajustes tres años" (ARAR, Ibidem, Fs. 322).<br />
Años después de las batallas de Junín y Ayacucho en las que se<br />
había batido contra los españoles como Teniente de Caballería, se<br />
adeudaba a sus herederos la remuneración de esos tres años. En el<br />
curso de la épica jornada había usado en las guarniciones de<br />
caballería arreos de plata, así como candelabro y cubiertos de ese<br />
metal. Al fallecer en octubre de 1825 en su ciudad natal quedan,<br />
como parte de la herencia que deja a su hijo José Félix. Lo dice en<br />
su testamento, además, de adjudicarle como recuerdo su sable<br />
usado en Junín y Ayacucho, a tiempo que declara a su hermana<br />
Ursula Galdos y Barrera, como tutora y curadora, además de<br />
albacea junto con don Juan Sauri, vecino de Lima, para que<br />
"Representando su persona se presente en el Tribunal que<br />
corresponda, solicitando la gratificación de sueldo a los oficiales<br />
que estuvieron en las batallas de Junín y Ayacucho, cuya<br />
gratificación se da del millón (de pesos) señalado todo con<br />
arreglo a los documentos que existen en el Ministerio de Guerra<br />
y cartas misivas, practicando en este asunto cuantas diligencias<br />
halle por conveniente" (ARAR, Prot. Nro. 892, del escribano<br />
Calixto de Villanueva, fechado el 11 de junio de 1828, Fs. 379).<br />
Doña Ursula procedía como albarea y heredera (de un quinto) de<br />
la gratificación que correspondía a don Agustín y la oficialidad<br />
combatiente en las batallas de la Independencia; que como<br />
miembro del Batallón de Caballería, por participar en Junín y<br />
Ayacucho, le beneficiaba.<br />
Palacio del Obispo<br />
Chaves de la Rosa, en<br />
la primera cuadra de<br />
Santa Catalina.
apertui a nak,la el hidndo<br />
Las luchas por la Independencia, la conformación de<br />
la República y participación en ella de preclaros<br />
ingenios arequipeños que consolidaron su forma de<br />
Gobierno, evitando cierta suerte de monarquismo que se<br />
trataba de imponer, dieron alguna oportunidad de un vago<br />
conocimiento de lo que era la Ciudad Blanca en esta etapa de<br />
su existencia. Por algo presidía la Constituyente Nacional don<br />
Francisco Javier de Luna Pizarro (1880-1855), quien<br />
desengañado del comportamiento asaz sinuoso del rey<br />
Fernando VII y después de haberlo elogiado en exceso, se<br />
pasó al partido de la Libertad en 1821, llegando a ser<br />
Diputado por Arequipa y el verdadero inspirador de las<br />
Constituciones iniciales del país, sufrió varias veces el<br />
destierro por su apego a la Ley, lo que hizo que se enfrentara<br />
a Bolívar que había sido proclamado Presidente Vitalicio. Por<br />
ello Arequipa volvió a elegirlo diputado, siendo uno de los<br />
que ungió al General don José de la Mar como presidente del<br />
Perú. Su labor eclesiástica jamás la abandonó y mereció<br />
incluso distinciones del Vaticano.<br />
Con la Emancipación, Arequipa recibió la visita de<br />
comerciantes extranjeros que, con una nueva mentalidad,<br />
supieron explotar las riquezas nacionales del Sur del Perú,<br />
siendo nuestra Ciudad el punto obligado de arribo. Muchos de<br />
estos visitantes dejaron escritas sus memorias de viaje en las<br />
cuales se elogia a su clima y a sus habitantes, y se plasma en<br />
dibujos la pequeñez o grandeza de nuestra tierra y en ambas<br />
dimensiones tenemos que aceptar una realidad que nos atañe.<br />
¡Pobres los pueblos que caminan por sí solos! Eso no entiende<br />
mucha gente del país, porque es difícil hacer comprender que<br />
queremos arequipeñizar el talento y el empuje Ça nivel<br />
nacional.<br />
Algunos viajeros tuvieron inquietudes verdaderas de<br />
conocimiento y hasta de cierta curiosidad por explorar el<br />
mundo que España había forjado en el Continente Americano<br />
y el aspecto cultural que ellos encontraron aquí.<br />
Quien ha dejado un testimonio gráfico extraordinario de visita<br />
es don Paul Marcoy, Conde de Saint Cricq. francés en su obra<br />
"Voyage a través L'Amérique du Sud de L'Océan Pacifique a<br />
L'Océan Atlántique (París, 1869).<br />
En esta serie de suplementos sobre la Historia del Centro<br />
Histórico y área Monumental de la Ciudad, hemos tenido<br />
Historia de Arequipa 221<br />
oportunidad de reproducir varios de los dibujos de este<br />
prolífico visitante, como el de la Catedral de Arequipa, el<br />
templo de San Francisco, la calle del mismo nombre vista<br />
desde los altos de esta iglesia, (con su acequia y vereda, grupo<br />
de llamas para el transporte, una sola casa de altos y un tanto<br />
aislada la torre de Santa Teresa), tal como eran a mediados del<br />
siglo XIX. Otras ilustraciones suyas de enorme importancia<br />
son: la pampa de La Joya, jalonada por los esqueletos de las<br />
bestias de carga que habían muerto allí; la picantería, bajo una<br />
ramada cuajada de zapallos, con el pendón tradicional<br />
flotando al viento, una cholita bailando con su pareja.<br />
mientras un guitarrista y quenista proporcionan la música, las<br />
"hacedoras" junto al fogón y dos mujeres sentadas en el suelo<br />
al lado de su chombita de chicha (sous les citrouilles); no falta<br />
la dinámica fiesta de carnaval en la segunda cuadra de la calle<br />
de La Merced, que era una de las pocas con planta alta, donde<br />
los jugadores (hombres y mujeres), se entremezclan con los<br />
caballos de jinetes audaces, en escena verdaderamente<br />
salvaje; no falta la visita desde Congata hacia Sachaca, y una<br />
de los techos de la Ciudad con sus tragaluces, etc.<br />
El condesito Eugene de Sartigues fue otro visitante<br />
aventurero que estuvo en Arequipa y en 1834 escribió una<br />
"Visión de Arequipa" muy interesante y que se publicó en la<br />
obra El Perú visto por viajeros, de Biblioteca Peruana Nro. 23<br />
T.I. Editorial Peisa (Lima, 1973). Sartigues frecuentó los<br />
grandes salones de la Arequipa de esos revoltosos años,<br />
donde lo conoció doña Flora Tristán, emparentada Con el<br />
influyente Pío Tristán, la cual en sus "Peregrinaciones" de<br />
una paria", lo describe con pinceladas poco gratas para un<br />
hombre viril y recio.<br />
Sartigues, decididamente palaciego que hacía gala de una<br />
monótona existencia, en la que era el bostezo su constante<br />
pose, recibió múltiples invitaciones de la alta sociedad<br />
mistiana, a la que describe con objetividad y elegancia.<br />
La misma doña Flora Tristán, que frecuentó los mismos<br />
salones que Sartígues conoció, pinta una sociedad donde los<br />
Tristán, salvo una o dos excepciones, no salen muy bien<br />
librados, lo mismo que sus parientes como los Goyeneche, los<br />
Ugarte o los Gutiérrez, y de estos últimos tiene melancólica<br />
pena por la monjita que huyó del convento en busca de la<br />
felicidad, que jamás encontró.
222 Historia de Arequipa<br />
El cónsul de Francia Leonce Angrand, coleccionista, escritor<br />
y dibujante, nos ha legado magnífica visión de la Ciudad<br />
Blanca, sobre todo de sus construcciones tradicionales,<br />
muchas de ellas del periodo Colonial, que bajo el título<br />
"Imagen del Perú en el siglo XIX", publicó Milla Batres<br />
(Lima, 1972).<br />
Heinrich Witt, germano que desde muy joven se vinculó a los<br />
grandes negocios ingleses, por cuenta de éstos vino al Perú y<br />
llevó un puntual diario donde hay interesantes observaciones<br />
de la sociedad y los negocios de Arequipa, a poco de<br />
producida la Independencia Nacional. Pero, aunque estuvo en<br />
esta ciudad el negocio matriz de su Compañía, era<br />
comisionado para hacer viajes a la costa, en especial a Quilca<br />
y al interior, donde en Lampa conoció a los Pacheco grandes<br />
mineros y comerciantes, entre quienes cita a don Melchor<br />
Pacheco, casado con la arequipeña doña Rosa Bustamante,<br />
donde generalmente se alimentaba. Don Melchor, había sido<br />
propietario de la casa del Moral, al adquirirla por compra en<br />
la tercera década del siglo XIX; hermosa casona en la que está<br />
tallado el escudo heráldico de su edificador, don Manuel<br />
Santos de San Pedro.<br />
Entre 1863-1865, realizó un viaje al Perú Efraim George<br />
Squier. Hizo una descripción de Arequipa aún después del<br />
terremoto de 1868, ya que su obra "Perú: Incidents of Travel<br />
and Exploration in the Land of the Incas", fue publicada en<br />
Nueva York, el año 1877 por Harper & Brothers. Su reseña<br />
histórica adolece de fallas provenientes de la época y de la<br />
carencia documental, pero sus ilustraciones son magníficas<br />
(hemos tenido oportunidad de publicar su dibujo de la Plaza<br />
Mayor, con el mercado y la iglesia de la Compañía de Jesús,<br />
en el Suplemento Nro. 6, de esta colección sobre Arequipa.<br />
Quienes deseen profundizar este tema de los viajeros<br />
extranjeros que vinieron al Perú (y a la Ciudad Blanca),<br />
recomendamos la lectura de la obra de Porras Barrenechea<br />
"Fuentes Históricas Peruanas", Ed. Juan Mejía Baca, Imp.<br />
P.L. Villanueva (Lima, 1954); pues, la relación es larga y por<br />
tanto escapa a los límites de la sinopsis que venimos<br />
presentando.<br />
En todos los autores que nos visitaron se observa los largos<br />
trayectos que tenían que recorrer para llegar a Arequipa que<br />
resultaba un "oasis" rodeado de cerros y desiertos, que se<br />
comunicaba únicamente con otros poblados mediante los<br />
arrieros. Fue menester la entereza del general don Pedro Diez<br />
Canseco, cuando ejerció la presidencia de la República, en<br />
1868, para que se hiciera realidad la construcción del<br />
Ferrocarril de la Costa hacia la Ciudad del Misti.<br />
Desde entonces, ha tenido ésta un proceso de desarrollo que<br />
no llega a cubrir el anhelo de sus hijos, por las limitaciones<br />
económicas que le impone el centralismo, salvo ligeras<br />
excepciones, en un siglo y tres cuartos de vida republicana.<br />
Fue necesario que se produjeran los terremotos de 1868 y de<br />
1958 para que recién se pensara en las aflicciones de este<br />
pueblo; o que se acercara el Cuarto Centenario de su<br />
fundación, para que se aflojara la faltriquera del señor<br />
Calle di p an Francisco segun dibujo de Paul Marcoy, conde de Saint Cricq
Gobierno. Aparte de ello... ¡qué cosa, pues!.<br />
EL TEATRO FENIX<br />
Muchos años agradó a los arequipeños el Teatro, como que<br />
acá se fundaron varias Compañías de Representaciones en el<br />
siglo XVII, por ejemplo, que llevaron su arte a las ciudades<br />
del Sur del Perú e incluso al Alto Perú.<br />
La primera estuvo organizada por don Manuel de Rivera,<br />
"autor de comedias", que ofreció representaciones teatrales<br />
en Arequipa, Chucuito, La Paz, Oruro, Potosí, Chuquisaca,<br />
haciendo gala de animados bailes, farsas, entremeses, durante<br />
veinte meses, contados desde junio de 1621, hasta las<br />
carnestolenadas de 1623, actuando en teatros públicos y en<br />
residencias particulares. La escritura se celebró ante el<br />
escribano Ibáñez de Yrruegas, el 4 de junio de 1621 (ARAR,<br />
Prot. Nro. 134, Fs. 645).<br />
La segunda Compañía formada en Arequipa por el comedió-<br />
grafo don Luis Fernández, presentó dos obras "La venganza<br />
de Tamar" y "La bendición de Abraham", haciendo su debut<br />
en un tablado que hizo confeccionar el Corregidor don<br />
Fernando Peralta Cabeza de Baca, donde se introdujo el arte<br />
especial femenino de posar ante el público ("hacer la figura"),<br />
a cargo de Francisca del Castillo, que debió ser mujer muy<br />
hermosa (ARAR. Prot. Nro. 196, Fs. 295). Por sólo dos<br />
representaciones en Arequipa, abonó el Cabildo 200 pesos.<br />
Otra Compañía la organizó don Jerónimo Ximénez, para<br />
representaciones durante tres años, contando con numeroso<br />
reparto (ARAR, Prot. Nro. 217, Fs. 144), aunque su primer<br />
actor era muy dado a la bebida. Tuvo tanto éxito que hizo un<br />
nuevo contrato ante el escribano Diego de Silva, el 22 de<br />
agosto de 1636 (ARAR, Prot. 240, Fs. 492 ss.).<br />
Buenos precedentes del siglo XVII tuvo el Teatro mistiano.<br />
Ya adelantamos que el Rector del orfanato de niños, Dr.<br />
Antonio Gregorio de Tamayo, vendió algunos espacios libres<br />
a favor de la Compañía Empresarial del Teatro de Arequipa,<br />
y para no perder el hilo, proseguiremos con la relación donde<br />
quedó interrumpida:<br />
Los representantes del Teatro eran los Sres. don Manuel<br />
Rodríguez de la Rosa, don Mariano Herrera y don Luis<br />
Gamio (ARAR. Prot. Nro. 752, Fs. 203 ss.) Este documento<br />
se celebró el 18 de abril de 1828.<br />
Los representantes de la Compañía Empresarial del Teatro<br />
abonaron la suma de 9,870 cinco y medio reales, de acuerdo<br />
a una mensura hecha por los peritos Gregorio Maldonado y<br />
Genaro José de Bejarano. Esta venta de terreno eriazo a censo<br />
dio lugar a ampliaciones del teatro, pero dejándose el espacio<br />
para fabricar tiendas en la esquina formada por Santo<br />
L<br />
Historia de Arequipa 223<br />
cfil<br />
Domingo (ahora General Morán) y San Juan de dios, las<br />
mismas que hasta hoy existen. Esta reserva se hizo con<br />
intervención del prefecto del departamento general don<br />
Antonio Gutiérrez de la Fuente.<br />
Consta en este contrato tanto el beneficio para la Casa de<br />
Niños Expósitos, como hasta el cuidado que debía tener la<br />
Empresa de mantener en buen estado de funcionamiento de la<br />
acequia que discurría por la zona vendida, etc.<br />
El teatro fue adquirido posteriormente por el general don<br />
Trinidad Morán, quien estuvo casado con la dama arequipeña<br />
doña Rafaela Zereceda. A causa de que estuvo deportado el<br />
general Morán, no tuvo buena administración el teatro, por lo<br />
que se fueron acumulando las deudas a favor del Orfelinato,<br />
representado por la Sociedad de Beneficencia Pública que<br />
logró la expropiación de dicho establecimiento teatral, por<br />
acumulación de réditos. El General Morán fue fusilado,<br />
después de un juicio sumarísimo, el primer día de diciembre<br />
de 1854.<br />
Doña Rafaela Zereceda viuda de Morán, con fecha 9 de junio<br />
de 1855, presentó oficio al presidente de la Sociedad de<br />
Beneficencia Pública y solicitó una rebaja de 2,000 pesos<br />
para una transacción de la deuda de 6,662 pesos y 3 reales de<br />
que era deudora la testamentaría de Morán, aduciendo que<br />
desde 1839 hasta 1845, estuvo el Orfanato en posesión del<br />
teatro, sin beneficio alguno para el General Morán, o su<br />
familia; y que por mala administración de los presidentes de<br />
la Beneficencia, fueron desapareciendo del citado "coliseo"<br />
mesas de billar, ornamentos, menaje, etc.<br />
concierto (le ;ion uctavio Polar en el teatro Fénix (1 i2).
226 Historia de Arequipa<br />
L<br />
¿hm. witita<br />
Texto:<br />
Guillermo Caldos Rodríguez<br />
Digitación:<br />
Violeta Mendoza<br />
Diagramación:<br />
Franco Delgado<br />
Escaneo de fotos:<br />
Silver Romero<br />
Supervisión:<br />
Dante E. Zegarra López<br />
Edición:<br />
distribución gratuita<br />
AREQUIPA al DÍA<br />
N°15<br />
Portada:<br />
Fachada de bella casona pintada por Prendergast.<br />
(Cortesía del Dr. Héctor Ballón Lazada).<br />
l calificativo de "caudillismo militar", para un ya<br />
Elargo periodo de la Historia Republicana ha sido<br />
puesto hace muchos años por historiadores,<br />
periodistas, escritores y políticos, de modo que no es<br />
una novedad de estas páginas. Lo vamos a analizar muy<br />
brevemente, a pesar de que muchas de sus facetas<br />
tuvieron por escenario la Ciudad Blanca, porque la<br />
Historia ha dejado de ser una exposición de relatos, una<br />
relación de combates armados, o el elogio desmedido de<br />
reyes o de presidentes y, ' adicionalmente, de sus<br />
representantes, que pudieron muy bien no ser<br />
nombrados ya que ni huella benéfica dejaron, ni<br />
estuvieron capacitados para señalar hitos, salvo los de la<br />
inmoralidad. Estas palabras nuestras tienen un sentido<br />
general, de modo que nadie puede tomarlas a título<br />
personal... a no ser que le encajen a la perfección.<br />
La inclinación pacifista del autor le obliga a creer que<br />
sólo las luchas para conseguir la libertad, o en defensa<br />
de la ecología, son las únicas necesarias y justificadas.<br />
Las demás tienen sólo un interés personal, particular y<br />
no patriótico. Por lo menos en el Perú.<br />
Libros fundamentales para el conocimiento de las<br />
guerras civiles son los de Jorge Basadre y del Deán Juan<br />
Gualberto Valdivia, en especial para lo que atañe a<br />
Arequipa.<br />
Tropa embarcada en la Estación de Tingo.<br />
(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).<br />
^-1
L.w<br />
Historia de Arequipa 227<br />
Muchos de los vicios adquiridos durante la administración Tiempos eran éstos en que los Generales del llamado<br />
colonial se habían arraigado en los criollos que, al "Caudillismo Militar" pactaban por igual con los bolivianos o<br />
advenimiento de la República, los asumieron con una con los chilenos y los comprometían a que participaran en sus<br />
inconciencia ideológica rayana en la estupidez. Los españoles luchas personales, valiéndose de civiles, a lo que no fue ajeno<br />
habían impuesto cupos económicos a la población para las tampoco el mismo Deán Valdivia, para quien dichas<br />
guerras de Europa y aún para el sostenimiento de las "Memorias" resultaron no otra cosa que la justificación de<br />
guarniciones que luchaban contra los ejércitos patriotas; pues ciertas acciones suyas.<br />
bien, los caudillos republicanos hicieron exactamente lo Arequipa, como el Cusco, no obtenían ningún beneficio patrio<br />
mismo y no a beneficio de una guerra internacional que del Centralismo limeño, por eso los afanes descentralizadores<br />
defendiera la soberanía patria y la integridad territorial del y regionalistas de ambos Departamentos. Cuanto más, en el<br />
Perú, sino para sus luchas caudillistas internas, es decir caso de Arequipa, que se apoyaba en la Constitución que fue<br />
guerras civiles, que nada aportaron al progreso de la Patria. aprobada con la inspiración de otro arequipeño, don Francisco<br />
Al Deán Valdivia se le ha criticado la "forma" como escribió Javier de Luna Pizarro, que presidió las Constituyentes de los<br />
las Memorias de las Revoluciones de Arequipa, pero no el años iniciales de la República, lo que se le premió<br />
fondo de ellas. Allí están bien dibujados los generales Agustín indebidamente con el destierro.<br />
Gamarra, Pedro Bermúdez, Juan Crisóstomo Torrico, Miguel Los más importantes generales de entonces tenían su propio<br />
San Román y muchos más, creyéndose todos ellos con ejército, su propio armamento, pertrechos y bastimentos de<br />
derecho y aptitud para gobernar al Perú y formando una sólida campaña; en tanto el Estado peruano carecía de todo ello. Por<br />
camarilla, a la que no fue ajeno el general Antonio Gutiérrez eso se tuvo que hacer colectas nacionales para comprar la<br />
de la Fuente. La otra era integrada por los bolivianos Andrés artillería que rugió el 2 de mayo de 1866, los barcos de guerra<br />
de Santa Cruz y José Ballivián, el canario Blas Cerdeña, el y armamentos para la guerra con Chile y que resultaron<br />
colombiano que se arequipeñizó Trinidad Morán, Luis José de insuficientes ante el moderno equipamiento del país del Sur.<br />
Orbegoso, etc. En un instante estuvo allí el Gran Libertador Debemos visitar el Museo de sitio del Morro de Arica para<br />
Mariscal don Ramón Castilla, quien luego jefaturó otro grupo ver con asombro la calidad del armamento del Estado Chileno<br />
en la disputa del poder, con el valiente Mariscal don Domingo y no de sus generales en particular, como ocurría en el Perú de<br />
Nieto, los generales José Rufino Echenique, Pedro y Manuel los años de este "primer Caudillismo Militar". Por eso las<br />
Diez-Canseco, cuñados de Castilla, entre otros. Por su parte, guerras se pierden antes de disparar el primer cartucho.<br />
el general Mariano Ignacio Vivanco, al perder las elecciones ¿Por qué se preparó el Perú para el citado combate del 2 de<br />
hizo la revolución en Arequipa, comprometiendo a la Mayo contra la poderosa escuadra española? Pocos<br />
población que se fanatizó a su favor, sin que ésta midiera las mencionan como causa de tal victoria que selló nuestra<br />
condiciones patrióticas de su líder que al final calificó a los Independencia, a la revolución que estalló en Arequipa el 28<br />
arequipeños de chicheros e idiotas, a pesar de que lo de febrero de 1865, contra el tratado Vivanco-Pareja y que<br />
acompañaron en todas sus campañas, acaudillando a Vivanco supo capitalizar el General Mariano Ignacio Prado, entonces<br />
contra un hombre políticamente superior a él, como lo era el Prefecto del Departamento, llamándose primero Restaurador<br />
Gran Mariscal del Perú, don Ramón Castilla, el mejor y luego Jefe Supremo Provisorio, aunque reconociendo al<br />
gobernante de ese periodo republicano. Por las acequias de General Pedro Diez-Canseco como Presidente, aunque luego,<br />
Arequipa corrió sangre de sus hijos, pero no siempre,nuestros el 28 de noviembre del mismo año se constituyó en el<br />
paisanos supieron elegir al mejor, dejándose impresionar por Supremo Dictador, declarando la guerra a España, cuyo<br />
un presumido de salón, o con cualquier pisaverde con epílogo fue el famoso Combate del Callao. <strong>Un</strong>a Constituyente<br />
charreteras de General. Castilla fue grande y murió pobre. lo hizo Presidente de la República el 31 de agosto de 1867.<br />
Este fue y es el mejor epitafio para un hombre -cualquiera que Como la Constitución y el nombramiento citado no gustaron<br />
sea- que mandara al Perú. al pueblo mistiano que se dio cuenta de que lo habían usado<br />
Episodios importantes en la vida del Deán Valdivia y de sus no para beneficio del país, sino para Prado, estalló en su<br />
"Memorias" lo ocupan Santa Cruz, Felipe Santiago Salaverry contra en Arequipa la revolución de 22 de setiembre de 1867.<br />
y Castilla, Gamarra, San Román y Flora Tristán, que tanto lo Don Mariano Ignacio Prado avanzó hacia esta ciudad y<br />
denigró por estar imbuida del pensamiento de la familia de su emplazando sus cañones en la Alameda que hizo construir el<br />
tío Pío, en cuya casa se alojó y de quien luego se desengañó. Intendente Alvarez y Jiménez bombardeó la Ciudad, una de
228 Historia de Arequipa<br />
cuyas granadas dañó el templo de San Agustín, como lo<br />
vimos en la reseña pertinente.<br />
Se construyó un Obelisco en homenaje al 28 de febrero de<br />
1865 y estuvo en la Plaza cercada por la "iglesia" de San<br />
Francisco y Tercera Orden y el Fundo del Fierro, que ha sido<br />
extrañado hacia la otra Banda, avenida llamada hoy de<br />
Bolognesi, poniéndose en su lugar el monumento de San<br />
Francisco de Asís que estuvo en la esquina formada por el<br />
atrio de dicha iglesia. ¡Sin comentarios!<br />
A todas estas reflexiones nos conduce el tema del<br />
"Caudillismo militar" que sólo sirvió para estimular<br />
ambiciones y apetitos particulares, teniendo como escenario<br />
donde se produjeron los conflictos las calles de la ciudad, por<br />
donde circularon los soldados subiendo por la calle del<br />
Resbalón (última cuadra de San Agustín) o desplazándose los<br />
montoneros por Guañamarca (hoy primera cuadra de Rivero)<br />
y el Triunfo (segunda cuadra de la misma arteria), por<br />
Alpacoto (primera cuadra de Jerusalem), o bajando por la<br />
calle de San Pedro, hacia Santa Marta o el callejón o Ronda<br />
de Santa Rosa, por la Palma (Víctor Lira), la Ranchería<br />
(Octavio Muñoz Nájar) y Lambramani y La Pampilla, por<br />
Rumi-Rumi y Cruz Verde, por Huasacache, la Laja, la<br />
Quebrada de Huayrondo, las chacras de la Joya y Liosa, de<br />
Congata Huayco y Uchumayo. En la Historia de todas estas<br />
revueltas se anotan los altos de Cangallo. Quequeña, la<br />
Apacheta, Paucarpata, Alata, los Perales y Tiabaya (donde<br />
los salaverrinos dejaron la proclama que condenaba a la<br />
destrucción a la Ciudad Blanca).; por Challapampa y<br />
Antiquilla, "después de hacer volar el primer arco del puente<br />
de Arequipa" (hoy llamado Bolognesi" y quemar el puente de<br />
troncos que hizo construir más arriba (en Chilina) don Pío<br />
Tristán, por Sachaca, Carmen Alto, Cayma y Yanahuara,<br />
lugares de refrigerios y añoranzas. Se luchaba barrio por<br />
barrio, callejón por callejón, calle por calle y casa por casa,<br />
donde murió lo mejor de la juventud arequipeña, engañada<br />
por demagogos y engalonados, por igual, y entre aquellos<br />
estaba un personaje problemático y discutible, como lo era el<br />
Deán Valdivia y personajes que él anota en sus Memorias de<br />
las Revoluciones de Arequipa.<br />
Después del primer "caudillismo" vendría el segundo, el<br />
tercero y aún se habla del cuarto.<br />
CAMBIO DE COSTUMBRES<br />
Para cuando se inauguró oficialmente el ferrocarril, el 1 de<br />
enero de 1871. ya el sentido comercial de Arequipa había<br />
cambiado de rumbo y metas, porque, a ejemplo de los<br />
extranjeros, comenzaron los mistianos a exportar la<br />
cascarilla, el café y la lana; en tanto los salones elegantes<br />
lucían porcelanas preciosas de Sevres, consolas y mesas<br />
estilo Luis XV (entre cuyos importadores se contaba don Pío<br />
Tristán, cuyos derechos aduaneros evitó pagar), catres y<br />
percheros de bronce procedentes de Londres o Roma, o<br />
alfombras persas, introducidas por los británicos.<br />
MOLLENDO FUE PUERTO ANTES DE 1871<br />
En Mejía se estableció el primer terminal ferroviario del sur<br />
y no se creó que en Moliendo en ese 1 de enero de 1871 que<br />
tampoco fue, la fecha de su fundación. El puerto es más<br />
antiguo de lo que se ha venido afirmando y si bien es cierto<br />
que hasta comienzos del siglo XIX era una simple caleta, ya<br />
en su segunda década se le comenzó a denominar puerto. Por<br />
la misma época venían cobrando importancia los puertos de<br />
Arica (que la tuvo desde el siglo XVI, por su cercanía a las<br />
minas del Alto Perú), Ilo, Islay y Quilca, siendo el de Islay el<br />
que comenzó a tener el apoyo gubernamental del que careció<br />
antes, como rememora doña Flora Tristán en su libro<br />
-Peregrinaciones de una paria".<br />
Mucho antes de aquel 1 de enero de 1871 era ya Moliendo un<br />
puerto. Incluso tenía autoridades como Alcalde y<br />
Comisionado "del puerto de Moliendo". En 1808, se trató de<br />
vender el barco "Buen Ayre" a cuyo efecto se formó una<br />
compañía de dos personalidades de entonces, don Juan Pío<br />
Tristán y el doct3r Manuel Fernández de Córdova, quienes<br />
dejaron constancia de que la venta se haría "en el Puerto de<br />
Moliendo", en documento fechado en 19 de enero de 1808 y<br />
ratificado en otro de 28 del mismo mes y año (ARAR, Prot.<br />
Nro. 657, Fs. 55 y Fs. 62). Y no puede decirse que Tristán y<br />
Fernández de Córdova desconocieran la geografía de la costa<br />
arequipeña.<br />
Cuando don Pío Tristán desempeñó el gobierno de la<br />
Intendencia de Arequipa, nombró como Alcalde Ordinario<br />
del Puerto de Moliendo, a ( )n Casimiro Santayana (ARAR,<br />
Intend. Pedimentos, 5 de in rzo de 1815, Fs. 1).<br />
Hubo otros Alcaldes Ordinarios del Puerto de Moliendo,<br />
como don Antonio Soto, a cuyo favor salió de fiador don José<br />
Antonio Morales, con quien tenía negocios (ARAR, Prot.<br />
Nro. 744 de Mathías Morales, año 1820, Fs. 1 y 45). Soto y<br />
J. A. Morales vendieron diversas piezas de un barco<br />
desmantelado, por lo visto, a causa de un naufragio en la<br />
brava costa mollendina. El Intendente Gobernador don Juan<br />
Bautista de Lavalle había pedido al Alcalde Ordinario del<br />
Puerto de Moliendo para que hiciera un inventario previo, lo<br />
que se cumplió estrictamente (Ibidem, Fs. 36).
Como iba en aumento la población mollendina por entonces,<br />
las autoridades vieron por conveniente suprimir la descarga de<br />
guano que se había venido haciendo allí, siendo el<br />
Comisionado de Chiguas y Hornillos quienes comenzaron a<br />
recepcionar el abono, con lo que disminuyó la actividad<br />
portuaria de Moliendo, sin que por esto dejara de ser Puerto.<br />
Hay mucho que decir de este simpático balneario del Sur, pero<br />
es ya una historia distinta. Tampoco el 6 de enero de 1871 se<br />
fundó Moliendo.<br />
COLEGIO DE EDUCANDAS<br />
Precisamente por el año de 1808, mientras ya se conocíá a<br />
Moliendo como puerto, en Arequipa tenía lugar un<br />
acontecimiento de suma trascendencia, como era la valoración<br />
de los bienes de don Jorge del Fierro Velarde para la fundación<br />
del Colegio de Educandas que comenzó a funcionar en 1810,<br />
cumplidos todos los trámites en que el presbítero del Fierro<br />
Velarde hace donación de dichos bienes que sumaban la<br />
cuantiosa cifra de 116,395 pesos (ARAR, Prot. 658, Fs. 508,<br />
V. tb. Fs. 512 vta. y 521). El ingrato rey dispuso el control y<br />
Historia de Arequipa 229<br />
avance de la obra, la aprobación de sus constituciones, al<br />
Intendente de Arequipa, más no tuvo la delicadeza de<br />
agradecer tan generoso acto de don Jorge del Fierro Velarde.<br />
Se limitó a dar la autorización mediante cédula fechada en el<br />
Real Palacio de Aranjuez, el 19 de febrero de 1804.<br />
El Colegio de Educandas era para niñas pobres, cuyo local<br />
constaba de capilla, sala de recibo, junto al zaguán de la puerta<br />
principal, aula, rectoría y aposentos (22 en total); zaguán al<br />
segundo patio, enfermería; otro zaguán hacia el tercer patio,<br />
con seis alcobas, refectorio, dispensa, etc. Tenía además un<br />
segundo piso con mirador, tres alcobas, depósito de leña y<br />
sala de música, ocupando todo el área de 3,497 varas<br />
cuadradas.<br />
El local del Colegio de Educandas, con el nombre de Fundo<br />
del Fierro, es ocupado ahora por el Museo Municipal<br />
"Guillermo Zegarra Meneses", como homenaje a su<br />
fundador; muy merecidamente, por cierto.<br />
Funcionó bien hasta la dirección del sobrino del fundador,<br />
don Fernando Arce del Fierro, y lo reemplazó como plantel el<br />
Colegio de los Sagrados Corazones.<br />
Parte trasera del Colegio de Educandas creado por el presbítero Jorge del Fierro Velarde.
...maría ae Arequipa<br />
ril de la costa 9<br />
1- 3 Laa_Lam tia át i Al, USSI. LLULIJILIU r iita lit 17.-0 unn:1 auto,' de pasajero,<br />
(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).<br />
punto de partida de la construcción del ferrocarril que<br />
debía unir la costa con la Ciudad de Arequipa es el<br />
Decreto Supremo autorizado por el Presidente don<br />
Pedro Diez Canseco, aceptando la propuesta que había<br />
formulado don Enrique Meiggs el 30 de marzo de 1868, la<br />
misma que había dado lugar al parecer aprobatorio de la<br />
Comisión del Tribunal Mayor de Cuentas, cuya dirección<br />
ejercía el arequipeño Dr. José Fabio Melgar y del dictamen<br />
favorable del Fiscal de la Corte Suprema de Justicia, Dr. José<br />
Gregorio Paz Soldán, otro ilustre mistiano.<br />
Dicho Decreto Supremo dice:<br />
"Lima, abril 20 de 1868. Vistas las diferentes propuestas<br />
hechas para la construcción de un ferrocarril entre la ciudad<br />
de Arequipa y los puertos de Mejía o de Islay, con lo opinado<br />
por el Tribunal Mayor de Cuentas y por el Fiscal de la Corte<br />
Suprema de Justicia y resultando como la más- ventajosa la<br />
hecha por don Enrique Meiggs, no sólo por la naturaleza del<br />
contrato que propone, sino por las garantías que ofrece, de<br />
acuerdo con el 'voto unánime del Consejo de Ministros;<br />
acéptase dicha propuesta y, siendo conveniente para los<br />
intereses Fiscales que una comisión formada de personas<br />
competentes y de notoria probidad, arregle los términos de la<br />
escritura que debe celebrarse, nómbrese para que la<br />
compongan al Prior del Consulado don Julián Zarocondegui,<br />
al comerciante don Benito Valdeavellano y el abogado don<br />
Antonio Reiná l ldo Chacaltana. Esta comisión redactará el<br />
Proyecto de Decreto que servirá de minuta de la escritura,<br />
con arreglo a las bases propuestas por la Comisión Central de<br />
Ingenieros, quedando desde luego modificada la condición<br />
Cuarta de la propuesta que limita la garantía del uso público<br />
del camino a seis meses debiendo ser este término cuando<br />
menos de tres años y las indicaciones hechas por el Piscal de<br />
la Suprema. Remítase este expediente a los individuos que<br />
han de formar la Comisión. Rúbrica de su Excelencia (Pedro<br />
Diez Canseco). La Fuente".<br />
Los miembros de la Comisión nombrada renunciaron y se<br />
nombró a los señores Ramón Montero, Fco. Ruiz y Manuel<br />
de la E. Chacaltana que formularon el Proyecto de Contrato<br />
que fue aprobado el día 30 de abril del mismo año. Se fijaba<br />
el importe de 12'000.000,00 de soles, quedando liberados de<br />
impuesto de importación los materiales que se precisaban.<br />
Debía supervisar los trabajos la comisión integrada por los<br />
señores Ramón Azcárate, Ing. Alex Prentice y los<br />
arequipeños Juan Manuel de Goyeneche y don Enrique
López de Romaña, quienes aprobaron la obra y escogieron los<br />
terrenos que debían servir de Estación Central en esta ciudad.<br />
El informe fue elevado al Gobierno el 7 de mayo de 1870 y la<br />
complacencia fue unánime. Sólo en un punto disentía el Ing.<br />
Prentice: el lugar de la costa donde debía fijarse el terminal<br />
ferroviario, sugería que fuese Islay, en tanto los demás<br />
proponían a Moliendo. No se debe olvidar que Islay sufrió los<br />
efectos de una maligna peste desde el 23 de mayo de 1868<br />
hasta el 12 de junio de 1869, que exterminó a la población y<br />
los sobrevivientes tuvieron que refugiarse en Chiguas, Mejía<br />
y Moliendo, o en ramaditas en las lomas.<br />
Se arrendó el ferrocarril a Meiggs, donde se establecía que el<br />
terminal ferroviario debía ser Puerto Mayor, contrato que fue<br />
perfeccionado el primer día de julio de 1871, siendo el plazo<br />
de explotación de cinco años. Pero, desde el 24 de diciembre<br />
de 1870 había quedado abierto al tránsico, desde Mejía.<br />
La inauguración oficial se hizo el 1 de enero de 1871,<br />
concurriendo al acto el presidente de la República don José<br />
Balta, acompañado de su familia, Consejo de-Ministros y<br />
numerosa comitiva, al que se invitó a las familias más<br />
representativas de la Ciudad Blanca.<br />
Al extenderse la vía hacia Puno y k uSCO n►tjora la<br />
situación económica del sur.<br />
(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa)
232 Historia de Arequipa<br />
En Pampas de Porongoche (ahora hipódromo) aterrizó el primer avión monomotor en la Becada del 20.<br />
(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).<br />
El puente Grau fue construido en la penúltima década del siglo XIX, por don Juan Rodríguez.<br />
En esta vista se observa el tranvía transitando por éL<br />
(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).
19=<br />
En el Centenario de la batalla de Ayacucho se<br />
iluminó ex<br />
traordinariamente la Plaza de Armas.<br />
(arriba)<br />
Historia de Arequipa 233<br />
El 28 de Julio de 1821 en el desfile por el<br />
Centenario de la Independencia Nacional<br />
desfilaron en Lima arequipeños estudiantes de la<br />
Facultad de Farmacia y de la Facultad de San<br />
Fernando con uniformes especiales (a la<br />
izquierda).<br />
Muchos salones de nuestra ciudad fueron<br />
empapelados en dicho Centenario. Posa una bella<br />
y elegante dama (abajo).
234 Historia de Arequipa<br />
7-<br />
La civaaa se m6derhaa<br />
Observatoila uc Cármen Alta cstableciaa gor la <strong>Un</strong>iversidad de lial ■ard, que ¡lego umiusU a instalar una Estación<br />
Mete ' orológica en la cumbre del Misti.<br />
(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa)<br />
unque parezca mentira, la Ciudad se ha modernizado<br />
Aa través de sus grandes desgracias, y merced a ellas<br />
precisamente. El Gobierno se dio cuenta de que<br />
Arequipa estaba aún en estado de relativo atraso cuando se<br />
destruyó por el terremoto de 1868 y contribuyó a mejoras que<br />
no se hacían por falta de medios económicos. Es así como en<br />
1869 se hace la instalación del servicio de agua potable y a<br />
partir de entonces la Municipalidad comenzó a dotar de<br />
líquido elemento a los dueños de vivienda que lo solicitaran.<br />
Por su interés trascribimos seguidamente un contrato ,Suscrito<br />
ante el escribano Mariano García Calderón el 28 de marzo de<br />
1870:<br />
"Venta de una Paja de Agua. El Sr. Alcalde de la Honorable<br />
Municipalidad don Luis Gómez de la Torre y el Dr. Juan<br />
Manuel Chávez, Síndico Procurador, a doña María Núñez de<br />
Osorio. La Paja (sic) será con arreglo a la medida establecida<br />
de Paja de agua y la tomará del ramal de la cañería que baja<br />
para la pila de la Alameda de la Puente y ésta usarla para los<br />
usos que sean necesarios en la tienda de su propiedad, sita en<br />
la calle de las Mantas, poniendo una pileta de resorte con la<br />
llave para evitar el curso perenne de ella y no sea<br />
desperdiciada" (ARAR, Prot. Nro. 612, Fs. 90, vta.; además.<br />
ver Fs. 131 vta., 192 vta., 206 vta, 380, 398, 401, 461 vta.,<br />
477, 519 vta., 521 vta., 522 vta., 529, 546 vta., 547 vta., 555,<br />
565, etc.) Todo el mundo trataba de evitar el consumo de la<br />
inmunda agua de las acequias.<br />
TREN URBANO<br />
Al mismo tiempo, se venía instalando el servicio del<br />
"ferrocarril urbano", con los rieles respectivos para coches<br />
halados con caballos que recorrían las principales calles de la<br />
Ciudad. De esa época es el chiste siguiente:<br />
SEÑORA: ¿Puede usted detenerse en la casa Nro. 20 de<br />
Santo Domingo?<br />
CONDUCTOR: ¿En qué piso, señora?<br />
Posteriormente se contrató la construcción del ferrocarril<br />
hacia Puno y Cusco, con evidente beneficio económico para<br />
todas estas ciudades, con Arequipa preferentemente.<br />
En tanto se nivelaban y empedraban las calles de<br />
Arequipa una vez más. A las vías de comunicación fue a<br />
dar gran parte del ripio que dejó el sismo.<br />
Se puso veredas de granito, se hizo la ampliación de<br />
varios callejones y las mejoras fueron en aumento.<br />
El observatorio astronómico de la <strong>Un</strong>iversidad de<br />
Harvard que había venido funcionando en Chosica, fue<br />
trasladado a Arequipa, escogiéndose al pueblo de Carmen<br />
Alto como el más adecuado para su actividad.<br />
Aquí comenzó a funcionar en octubre de 1890, gracias a<br />
gestiones de don Juan López de Romaña. En enero de<br />
1891 vino como director el científico señor William<br />
Pickering y en mayo del mismo año el señor Solón<br />
Bailey. La mejor serie fotográfica del paso del cometa<br />
Halley cerca de la Tierra, en 1910, fue la lograda por el<br />
telescopio de Carmen Alto, por la claridad del cielo<br />
arequipeño. Las condiciones atmosféricas desmejoraron<br />
en nuestro medio, por lo cual las instalaciones se<br />
trasladaron al Africa en 1927, dejando de funcionar en<br />
Carmen Alto.<br />
Otra actividad destacable del Observatorio fue la<br />
instalación de la Estación Meteorológica Boyden, en la<br />
cumbre del volcán Misti, que pasó a ser la más alta del<br />
Mundo, en los primeros años del siglo XX.<br />
Historia de Arequipa 235<br />
Dos arequipeños fueron asistentes de los científicos<br />
norteamericanos, don Luis Duncker Lavalle, desde 1891<br />
hasta 1894, "trazando mapas celestes y observando<br />
metódicamente las estrellas" y don Nicolás Reynoso<br />
Vizcarra, que laboró durante los últimos cuatro años de<br />
existencia del Observatorio y aún en 1928, liquidando<br />
algunas remesas instrumentales a Harvard, habiendo sido<br />
el descubridor de la estrella Nova, de la Constelación<br />
Pictoric; años durante los cuales tuvo como director a don<br />
Pedro Antonio Paraskevoupolous. Muy amigo suyo y de<br />
Duncker Lavalle fue el compositor Roberto Carpio, del<br />
que tan poquísimo se sabe y que vivió en la casa de don<br />
Nicolás Reynoso, en la calle Misti, de Yanahuara.<br />
Telescu .%lto, dono,, astront,illicos los auxiliares mistianos Luis Duncker Lavalle y<br />
Nicolás Reynoso Vizcarra.
236 Historia de Arequipa<br />
Don Vi g<br />
or F. Lira donó al Asilo de Ancianos este hermoso edificio (arriba).<br />
Al Colegio de Educandas le sucedió el de los Sagrados Corazones (abajo).<br />
(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).
Historia de Arequipa 237<br />
~ación y Tranvíal lectr ti co<br />
La instalación del fluido eléctrico en Arequipa<br />
tuvo una rara historia que comenzó en Lima,<br />
donde don Francisco La Rosa y don Francisco<br />
Velazco suscribieron allí, ante el notario público doctor<br />
Carlos Sotomayor, el 31 de diciembre de 1896, un<br />
contrato para la instalación de la Empresa "La Rosa-<br />
Velazco" que tendría la exploración de luz eléctrica en<br />
Arequipa. Dicha empresa vino funcionando normalmente<br />
hasta que el 21 de octubre de 1902 el señor La Rosa<br />
vendió sus acciones a su asociado, que pasó a ser el único<br />
dueño (ARAR. Protocolo del Dr. José Sebastián<br />
Calderón, de fecha 21/X/1902, Fs. 959).<br />
Bajo la gerencia del único propietario Sr. Francisco<br />
Velazco, funcionó la Empresa hasta el 18 de mayo de<br />
1905, en que la vendió a la Sociedad Eléctrica de<br />
Arequipa, por convenio celebrado ante el notario Dr.<br />
José María Tejeda (ARAR, Protocolo de J.M. Tejeda, Fs.<br />
252); fecha desde la cual, según sus escrituras<br />
pertinentes, nos explota la citada Sociedad.<br />
El uso de la energía eléctrica requiere una más amplia<br />
explicación que no puede limitarse a firmas de contratos.<br />
Aprovechamos aquí datos que tuvo a bien<br />
proporcionarnos el periodista e historiador Dante<br />
Zegarra López.<br />
El primer generador que se usó en el sur del país fue<br />
adquirido por don Víctor Felipe Lira; benefactor y<br />
filántropo que dotó al Asilo de Ancianos el local que<br />
tuvo en la esquina formada por las calles Piérola y la<br />
Palma, (que hoy lleva su nombre). Dicho generador<br />
marca Thompson, de 75 voltios, de corriente continua,<br />
que se exhibió en la Feria de Lima, por la firma de<br />
Emilio Wagner, en 1884, importó 1,440 libras peruanas y<br />
se instaló en la hacienda Pampablanca, funcionando con<br />
rueda hidráulica.<br />
Por primera vez se iluminó la Plaza de Armas el 27 de<br />
julio de 1898, sólo por algunos días de Fiestas Patrias,<br />
pero el iluminado se generalizó a la Ciudad el 1 de<br />
noviembre de 1898.<br />
Ya dijimos que en 1905 la energía eléctrica pasó a<br />
pertenecer a la Sociedad Eléctrica.<br />
Se formó una empresa para la instalación del Tranvía<br />
Eléctrico, cuyos accionistas eran las personas más<br />
influyentes y económicamente fuertes de la Ciudad,<br />
empresa que el 18 de julio de 1913 comenzó a ser dotada<br />
Tren urbano o tranvía de sangre estacionado frente a la Estación del ferrocarril. Era carruaje por tracción animal,<br />
usado en Arequipa antes de la instalación del tranvia eléctrico. Postal de fines del siglo XIX.<br />
(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa)
238 Historia de Arequipa<br />
de energía eléctrica y que puso en vías al primer tranvía<br />
de la Ciudad.<br />
Por las principales calles de Arequipa se hizo el trazado<br />
de vías; viéndose luego la urgencia de extenderlas a<br />
Tingo, Paucarpata, Miraflores, Antiquilla y Yanahuara.<br />
Todos los coches constaban de dos compartimientos: de<br />
primera y de segunda, variando el precio del pasaje de<br />
diez a cinco céntimos. Aquel compartimiento iba siempre<br />
delante y, al comienzo se impedía llevar cajones y bultos<br />
grandes en él. En el sector de primera "se viajaba de<br />
frente" y en el de segunda "de perfil", a causa de que el<br />
asiento era una banqueta lateral a cada lado,<br />
prohibiéndose el ingreso de mendigos y vendedores<br />
ambulantes.<br />
Los accionistas de la Empresa del Tranvía Eléctrico, se<br />
dieron la gran vida con las utilidades anuales y muy poco<br />
se preocuparon del mantenimiento rodante, hasta que<br />
operaron los tranvías con pérdidas, aunque contando con<br />
el apoyo de la Sociedad Eléctrica.<br />
Cada cinco años se renovaba el convenio con la<br />
Municipalidad, que permitía en esta forma el monopolio<br />
del tránsito, de modo que los omnibuses de servicio<br />
público no podían ingresar a donde estaban establecidas<br />
las líneas tranviarias, con sus respectivos terminales.<br />
Los omnibuses de Characato y Sabandía dejaban sus<br />
pasajeros en el terminal de Paucarpata y los de Tiabaya<br />
hasta el de Tingo, frente al cuartel y la Estación del<br />
Ferrocarril, por ejemplo; salvo el "Carro de Colegiales"<br />
que tenía su paradero en la calle Zela, frente a la Plaza 28<br />
de Febrero, por donde no pasaba la línea del tranvía.<br />
Mediante la Ley Nro. 10233, se hizo la instalación de la<br />
Junta Transitoria Municipal, presidida por don Pedro P.<br />
Díaz y siendo la primera Vice-Alcaldesa doña Eva<br />
Morales. Los miembros de dicha Junta Transitoria la<br />
integraban el doctor Emilio Suárez Galdos, el Ing. Javier<br />
de Taboada y Bustamante, don J. Enrique Cárdenas, don<br />
Lizardo Berríos, los Drs. Luis F. Ponce, Carlos A.<br />
Ricketts, Clodomiro Chirinos Manrique, Oscar Alvarez<br />
Bisbal, César Gutiérrez, Ing. Ricardo Phillip, y Srs. José<br />
Luis Ruso, Agapito Pacheco, Aurelio Torres Rivas y Julio<br />
C. Vento.<br />
El 5 de octubre de 1945 la Municipalidad eligió al Dr.<br />
Suárez Galdos como Sindico de Gastos, quien estudiando<br />
el caso de monopolio tranviario y teniendo en cuenta que<br />
Primer vehículo de pasajeros, llamado "Góndola", que prestó servicio entre Tiabaya y Tingo.<br />
(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).
de conformidad con la Constitución Política del Estado<br />
que regía desde 1933 estaba prohibido todo tipo de<br />
monopolio, se tuvo el acuerdo de nulidad del contrato<br />
municipal con el Tranvía, en sesión de 25 de octubre de<br />
1945. Los diarios El Pueblo y Noticias del día siguiente<br />
hicieron conocer esta reivindicación popular arequipeña.<br />
El Tranvía Eléctrico tuvo que ingresar en etapa de<br />
competitividad, pero apeló del acuerdo tardíamente por<br />
lo que no tuvo efecto por extemporáneo escrito, de modo<br />
que el proceso terminó en Arequipa.<br />
En el mes de abril de 1952 fue retirada la circulación de<br />
tranvías a Tingo, suceso que se registró en la revista<br />
AREQUIPA, Año I, Nro. 5 de 21 de abril de dicho año<br />
que anunciaba "¡Adiós Tranvía a Tingo, Adiós!", de su<br />
página 6, publicación dirigida por el Dr. Eleazar<br />
Bustamante. Fue el comienzo del fin de dicho servicio.<br />
Para fines turísticos pudo dejarse varias líneas, como la<br />
de Parque Melgar a Tingo, la del circuito Av. Bolognesi-<br />
calle Misti, la de Cementerio de la Apacheta-Paucarpata,<br />
pero como la Empresa no abonó la compensación<br />
indemnizatoria por años de servicios, ni sueldos<br />
devengados, los trabajadores arrasaron con todo, porque<br />
el Estado no se comprometió mayormente a solucionar el<br />
justo reclamo de los "tranviarios".<br />
Fachada principal del Hospital Goyeneche, cuando aun<br />
no se había abierto la avenida del mismo nombre, ni la<br />
de Siglo XX.<br />
(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).<br />
En 1921 dos jóvenes deportistas adquirieron los primeros automóviles Ford V8.<br />
(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).<br />
Historia de Arequipa 239
Historia de Arequipa<br />
Arequipa tiene tal naturaleza<br />
que enriquece los pinceles de un<br />
paisajista, corno Carlos Trujillo<br />
(arriba) y caracteres humanos<br />
como el Deán Valdivia que<br />
permitió con su ceño y proceder<br />
inspirar la mejor estampa<br />
sicológica lograda por el<br />
retratista por excelencia Víctor<br />
Martínez Málaga (abajo), a<br />
quien en la especialidad sigue<br />
los pasos su hijo Marcelo<br />
Martínez Gómez, multifacético<br />
representativo del mistiano de<br />
bién.
242 Historia de Arequipa<br />
.-,■•■■•••••••••••°<br />
fui Mertiluo ue an Canit o<br />
Texto:<br />
Guillermo Galdos Rodríguez<br />
Digitación:<br />
Violeta Mendoza<br />
Diagramación:<br />
Franco Delgado<br />
Escaneo de fotos:<br />
Silver Romero<br />
Supervisión:<br />
Dante Zegarra López<br />
Edición:<br />
distribución gratuita<br />
AREQUIPA al DÍA<br />
N°16<br />
Portada:<br />
Casa del Moral<br />
(Foto del Archivo Regional de Arequipa)<br />
Antigua fachada del Mercado de San Camilo<br />
(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa)<br />
ya es sabido que después de funcionar en la Plaza Mayor de la<br />
Ciudad el mercado de abastos, cuando se produjo el terremoto<br />
de 1868 y se desplomó el techo del templo de San Camilo, se<br />
pensó seriamente en usar la plaza para instalar carpas para las familias<br />
que se habían quedado sin techo. Por tanto, se retiraron los escombros de<br />
la Iglesia citada y como las paredes aparentaban solidez, se utilizó el local<br />
como Mercado.<br />
En esas condiciones se esperó hasta que siendo las 2.00 p.m. del jueves<br />
8 de diciembre de 1910, en cumplimiento de acuerdo municipal y bajo<br />
la presidencia del Alcalde, Dr. don Eleodoro M. del Prado, se reunieron<br />
en la plazoleta de San Camilo junto con las autoridades municipales los<br />
Sres. Dr. Celso C. Pastor, prefecto del Departamento, el Obispo Fr.<br />
Mariano Holguín, el presidente de la Corte de Justicia, Dr. M. Belisario<br />
Soto, el presidente de la Junta Departamental don Manuel J. Revilla; el<br />
rector de la <strong>Un</strong>iversidad del G.P. San Agustín, Dr. Víctor N. Morales; el<br />
Dr. Carlos Hilburg, director del Colegio Nacional de la Independencia<br />
Americana y numerosas autoridades, catedráticos, profesores y público<br />
en general, para la ceremonia de colocación de la primera piedra e<br />
inauguración solemne de "los trabajos de la mencionada obra, que
manda construir el H. Concejo Provincial por su cuenta y con<br />
fondos comunales". Impartió la bendición el señor Obispo, sobre<br />
todo a la primera piedra que se colocaba por el Sr. Prefecto como<br />
representante del Presidente de la República.<br />
Al hacer uso de la palabra el Dr. del Prado hizo presente que en<br />
sesión de 18 de febrero de 1910 se acordó la realización de la obra<br />
y la aprobación de los planos y presupuestos referidos a ella hechos<br />
por los ingenieros Srs. Julio Andrés Arce y Oscar López Aliaga,<br />
habiendo contado con la autorización y aprobación del Gobierno<br />
por Resolución de 18 de marzo del mismo año y previas las<br />
formalidades de ley se celebró el respectivo contrato con la empresa<br />
que representaba el Sr. Cayetano Arenas, el 7 de diciembre del<br />
mismo año. Se leyó el acta inaugural, firmada por autoridades y<br />
muchos vecinos, la misma que fue depostada en la caja de piedra<br />
destinada para cimiento del edificio, entre aclamaciones populares,<br />
siendo las más ruidosas las de vendedoras del mercado.<br />
(Esta información la debo a un documento original que me dio el<br />
Sr. Walter Espinoza, que agradezco).<br />
La obra del mercado de San Camilo encontró apoyo y realización<br />
precisamente en varios alcaldes que estuvieron en la ceremonia<br />
oficial de colocación de la primera piedra, especialmente del que la<br />
puso, o sea el Dr. Eleodoro M. del Prado, que fue burgomaestre en<br />
1910 y 1911; el Dr. Arturo P. Linares (1912); Alberto Rey de<br />
Castro, durante sus dos periodos, de 1915-1916 y de 1934-1939;<br />
y quien le dio más impulso aún a los trabajos, que iban lentos por<br />
las penurias económicas municipales, fue el Dr. M. Belisario<br />
Soto, durante cuyo periodo (1932-1933) se hizo una ampliación a<br />
la construcción que se venía avanzando, en la parte norte, cuya<br />
bendición fue impartida por un historiador y canónigo, el Dr.<br />
Historia de Arequipa 243<br />
Santiago Martínez, de grato recuerdo por el volumen de su1<br />
producción historiográfica, que no se limitó solamente a la vida<br />
eclesiástica.<br />
En Arequipa no faltan los críticos "bamba" (para que nos<br />
entiendan ellos usaremos su replana), que a medida que avanzaba<br />
la obra del mercado ponían objeción a cuanto se hacía. A unos les<br />
parecía extremado el gasto que se venía haciendo durante el<br />
gobierno municipal de don Alberto Rey de Castro, de allí que el<br />
diario "Noticias" informara el 11 de julio de 1937 que estaban<br />
avanzando los trabajos de las tiendas (p. 12) y para acallar<br />
anuncios antojadizos, daba cuenta de que la plazoleta del mercado<br />
costaría en total S/. 13,430.00 (Ed. del miércoles, 26 de<br />
noviembre del mismo año).<br />
<strong>Un</strong> mes antes se había anunciado que en noviembre se entregaría<br />
el Mercado Central, ya que se había instalado hasta el 29 de<br />
octubre de 1937 la mayor parte de la techumbre (Ed. Noticias), y<br />
como cualquier zapatero quería opinar respecto a las estructuras<br />
metálicas del edificio, la Municipalidad decidió nombrar una<br />
Comisión Técnica para recibir la obra (Noticias, 19-IX-1937, p.<br />
3).<br />
Por fin, el Concejo acordó en sesión de miércoles 9 de febrero de<br />
1938 recibir la obra previa autorización del Ministro de Fomento.<br />
El título del periódico que venimos empleando fue el siguiente:<br />
"El Concejo acordó anoche proceder a recibir la obra del<br />
Mercado Central" (Ed. jueves, 10 de febrero de 1938).<br />
Los terremotos de 1958 y 1960, demostraron que lo más sólido<br />
del edificio fueron las estructuras metálicas, que hasta hoy<br />
permanecen. Los mejores arreglos fueron hechos en las fachadas<br />
y tiendas que lo rodean.<br />
Juegos Florales de 1912 en honor a Mariano Melgar. Reina: Señorita II
244 Historia de Arequipa<br />
al por el IV Ceridrktrei0<br />
,abíamu, que sólo se acuerdan de Arequipa cuando<br />
grandes tragedias le dañan el alma, o cuando se acercaba el<br />
festejo por el IV Centenario de su fundación. Haremos una<br />
enumeración de obras públicas que fueron solicitadas por el<br />
alcalde de la Ciudad, don Alberto Rey de Castro y por la<br />
Comisión Multisectorial de Festejos que se formó para apoyo<br />
de la Municipalidad. Era Presidente del Perú el general<br />
(después Mariscal) don Oscar R. Benavides, quien dio amplio<br />
apoyo para las obras proyectadas, como la iniciación de los<br />
trabajos preliminares para la construcción del nuevo puerto de<br />
Matarani (Noticias, 10 de febrero de 1938, p. 10); se dieron<br />
los primeros pasos para la construcción del Estadio (que se<br />
consideró "Modelo"), aunque para ello se pidió muy bajo<br />
presupuesto, porque el doctor Horacio Morales y demás<br />
integrantes del Comité no tenían siquiera idea de lo que<br />
podían solicitar para ese campo deportivo y en lo que estaban<br />
mejor informados era en los costos de construcción del<br />
Colegio Nacional de la Independencia en la Urbanización IV<br />
Centenario. Sobre el Estadio ver el mismo diario que nos<br />
viene dando información (18 de setiembre de 1937, p. 10).<br />
Otra obra necesaria para la Ciudad era la edificación del<br />
Teatro Municipal, con su bello bajo relieve del Escudo de<br />
Arequipa, que llegó a hacerse a tiempo; mejoras en la Plaza<br />
de Armas y se demandó la cooperación para la construcción<br />
de la alameda de Tingo a Tiabaya, rodeada de árboles, en<br />
tanto se informaba de la construcción del Puente de Tingo<br />
(Ibidem, 22 de setiembre de 1937, p. 11).<br />
En la edición del 15 de agosto de 1940, como homenaje a la<br />
fundación de la Ciudad (cuyos festejos se habían postergado<br />
como manifestación de duelo por el terremoto que había<br />
estremecido a Lima), coronel don Teobaldo Llosa y Rivera,<br />
presentaba un artículo titulado "Para completar la fachada de<br />
la Catedral", a causa de que faltaba añadirle el Tímpano que<br />
luce hasta la fecha.<br />
Al mismo tiempo que algunas obras eran hechas, otras eran<br />
deshechas. El monumento al héroe don Francisco Bolognesi,<br />
comenzó a ser trasladado "por partes" hacia la avenida del<br />
otro lado del Puente Grau (18 de agosto de 1940), lo que daba<br />
lugar a que el coronel Teobaldo Llosa y Rivera hiciera<br />
comentarios en su nota "El Coronel Francisco Bolognesi y<br />
sus monumentos" (Ed. 4 de mayo de 1940, p. 4).<br />
JUNTA DE REHABILITACION: OTRA HISTORIA<br />
Terremotos de 1958 y 1960 y se crea la Junta de<br />
Rehabilitación y Deb,,,iio que tanto hizo equipa,<br />
especialmente para dar vivienda a familias que lo habían<br />
perdido todo. Se crean nuevas urbanizaciones que no eran<br />
necesariamente "barriadas" y que se organizaron<br />
debidamente.<br />
El Centro Histórico de Arequipa y zona Monumental también<br />
participó de los beneficios que daba la Junta, igual que<br />
algunas iglesias que precisaron restauraciones; pero, esa<br />
actividad, creemos, requiere de una Historia particular, por la<br />
amplitud de la actividad emprendida que escapa a los límites<br />
de nuestro esfuerzo, en esta serie de suplementos.<br />
El Estadio Melgar se inauguró con el II Congreso<br />
Eucarístico Nacional en octubre de 1940.
LL<br />
as de Arequipa n<br />
Historia de Arequipa 245<br />
ciudadanía se ha manifestado siempre orgullosa de las hermosas residencias que engalanan su zona designada, con<br />
justicia, monumental.<br />
Edificios de los siglos XVI y, en parte, XVII son algunos templos como hemos visto; pero que de aquel queda muy poco que ver.<br />
Hasta la fecha no tenemos conocimiento de que haya vestigios arquitectónicos de residencias particulares del siglo XVII, aunque<br />
esa impresión nos da una construcción que carece de puerta a la calle, con un balcón relativamente ancho (para el que en nuestra<br />
ciudad se usa un arequipeñismo: balconería), situado en la calle Villalba, poco antes de la esquina que da frente a la Casa de la<br />
Moneda, con su verja no muy alta y cuyos sillares han sido tallados, aunque algunos no tienen bajo relieves por haber reemplazado<br />
a los originales, después de tantísimos terremotos. Más que un balcón, simula ser contrafuerte del edificio del fondo.<br />
Se nos ha informado, aunque no oficialmente, que la casa de la segunda cuadra de San Francisco, ubicada frente a la Subprefectura,<br />
que ha pertenecido a la familia Rivera Polar, también es antiquísima. El resultado de la investigación que al efecto hacen peritos<br />
deberá ser publicado una vez que ella concluya.<br />
Los propietarios de algunos edificios añosos han retirado, o calado, el sillar o sillares, donde se daba cuenta de su antigüedad;<br />
motivos egoístas que no faltan, por desgracia.<br />
Sospechamos que son muchas las casas cuatricentenarias, no documentadas, con adiciones, supresiones, refuerzos y<br />
restauraciones, pero que siguen prestando uso y alegría a sus poseedores.<br />
La Casa del Moral está en la calle del mismo nombre,<br />
siendo una curiosidad que fuera la casona la que dio<br />
nombre a esta. A todo un equipo de investigadores<br />
comisionó el Banco del Sur, que era su propietario allá por el año<br />
de 1994, para escribir la historia de este hermoso monumento<br />
arquitectónico mistiano, correspondió a nosotros determinar, a<br />
través de documentación quien la había construido y a quién<br />
correspondía el escudo que ostenta su barroco timbre, tarea difícil<br />
porque una argolla de la cadena posesoria se había roto al<br />
desaparecer un protocolo del escribano público Calixto A.<br />
Villanueva, desaprensivo funcionario que nos ha legado una<br />
colección escribanil capaz de avergonzar incluso a un<br />
sinvergüenza. Retomar la cadena posesoria de quiene§ siendo<br />
dueños vivían en ella era difícil.<br />
Pero, en el terreno de la investigación existe uñ elemento<br />
imponderable que se llama casualidad y otro que designamos como<br />
suerte. Después de revisar sin suerte varias docenas de gruesos<br />
protocolos, nos topamos con una escritura de la venta de un extenso<br />
solar situado frente al templo de San Agustín, que había<br />
pertenecido a don Juan de Sillerigo y Pancorvo, quien creó un<br />
vínculo y mayorazgo que no fue aprovechado, por lo que el solar<br />
estuvo abandonado y dando mal aspecto y pésimo olor frente al<br />
templo. La dueña doña Teresa Antonia de Sillerigo y Avendado y<br />
su esposo Gabriel Urtazán Pérez de Ugarte, pobladores del Cusco,<br />
decidieron vender el solar que daba precisamente a espaldas de la<br />
Casa del lv<br />
Casa del Moral y en sus linderos se consignó el nombre de su<br />
dueño: don Manuel Santos de San Pedro, a quien se le vendió el<br />
maloliente solar por ser "vecino de ella a quien sólo él podrá ser útil<br />
por estar contiguo a sus casas" (ARAR, Prot. Nro. 427, de<br />
Bernardo de Tapia, Fs. 71). La venta tuvo lugar el año 1736.<br />
Y fue así establecido que la Casa del Moral la hizo edificar don<br />
Manuel Santos de San Pedro, cuya ascendencia le permitía lucir<br />
escudo de armas que representaba a su propio apellido y a sus<br />
ascendientes. La secuela de poseedores que tuvo el inmueble puede<br />
ser investigada en el libro "La Casa del Moral" -<strong>Un</strong> hito en la<br />
Historia de Arequipa-, Ed. Banco del Sur, Talleres Gráficos Cuzzi<br />
y Cía S.A., 1996, más, como la curiosidad de historiadores, guías<br />
de turismo, genealogistas, y cuanto curioso hay en las faldas del<br />
Misti, se centra en el Escudo del tímpano de la casona, vamos<br />
ampliar la información contenida en él y, por supuesto de su<br />
propietario. Despejemos el interés común por tener acceso a tales<br />
noticias, con documentación que obtuvimos del Archivo Histórico,<br />
de Madrid, en nuestro viaje de 1996.<br />
Don Manuel Santos de San Pedro, nació en Valladolid en 1706. En<br />
su partida de bautismo se le cita como Manuel Bernardo Joachin<br />
Ignacio Javier, hijo de don Juan Francisco Santos de San Pedro,<br />
Oidor de la Real Cancillería y Consejo de S.M. y de doña Josepha<br />
Ortiz, quien era camarista de la reina doña María Ana. En algunos<br />
despachos se le ve figurando como Josefa María. Los abuelos<br />
paternos de don Manuel fueron don Juan Santos de San Pedro,<br />
1
246 Historia de Arequipa<br />
r<br />
Colegial Mayor del Arzobispo y Oidor de la Cancillería de<br />
Valladolid y de doña Juana María Velásquez, natural de Madrid.<br />
Abuelos matemos, don Diego Ortiz de Ocampo, Secretario del<br />
Rey y Ministro del Tribunal de la Contaduría mayor de Cuentas,<br />
de la Villa de la Parra, Obispado de Badajoz, y de doña Eugenia de<br />
Antequerra, camarista de la reina María de Austria.<br />
Los títulos representados en el Escudo de Armas, los encontramos<br />
en la certificación que otorgó el escribano del rey don Joseph Sanz<br />
del Río, en el expediente donde solicitó y logró el título de<br />
Caballero de la Orden de Calatrava, permitiéndosele vestir el<br />
hábito respectivo y llevar la adornada Cruz de la Orden. (En el<br />
expediente Nro. 2410, de las Ordenes Militares-Calatrava-, del<br />
Archivo Histórico de España, Madrid, figuran como ascendientes<br />
varios personajes que tuvieron sus propios títulos y Escudos de<br />
Armas, heredados por don Manuel Santos de San Pedro).<br />
Analizaremos: Su padre, don Juan Francisco Santos de San Pedro.<br />
que consiguió Hábito de Calatrava en 1694 y por estos apellidos,<br />
le correspondía a don Manuel, en el primer campo de oro un gallo<br />
al natural y en el segundo las llaves atravesadas, la una de plata y<br />
la otra de oro; además de una encina verde y tres flores de lis de<br />
oro. Por su madre y el apellido Ortiz, le correspondía león<br />
rampante rojo en campo azur (que no hizo incluir don Manuel en<br />
el timbre de su casa, para dar preferencia al león de oro empinado),<br />
Pruebas<br />
CALATRAVA<br />
que se observa en la parte baja del segundo cuartel, para honrar al<br />
apellido Antequerra, así como un castillo natural, en la parte alta<br />
del segundo cuartel. Más complicados eran los escudos de los<br />
Velásquez Minaya, por lo que tampoco ingresaron al escudo de<br />
don Manuel. Eran estos una faja dividiendo el escudo con trece<br />
roeles azules, aspas de oro y orla roja.<br />
¿Quiénes eran los personajes que acabamos de citar, relacionados<br />
con la Casa del Moral, o mejor dicho con su propietario?<br />
Porque su padre, don Juan Francisco, fue hijo de don Juan Santos<br />
de San Pedro y éste a su vez de don Alonso del mismo apellido y<br />
de doña Antonia de Escudero, natural de San Martín del Valle,<br />
Obispado de León.<br />
La madre de don Juan Francisco (su padre), era doña Juana María<br />
Velásquez Minaya, natural de la Villa de Madrid, en tanto sus<br />
bisabuelos eran, por el lado materno, don Francisco Velásquez<br />
Minaya y doña Catalina del Busto y Bustamante.<br />
Su madre, doña Josefa María Ortiz de Ocampo, tuvo por padres a<br />
don Diego Órtiz de Ocampo y doña Eugenia Antequerra, de la<br />
villa de Colmenar Viejo, Arzobispado de Toledo; esta a su vez hija<br />
de don Dionisio Antequerra, natural de la villa de Ocaña y<br />
Manuela Chacón y Vargas, que resultan bisabuelos matemos de<br />
don Manuel Santos de San Pedro. ¡Que lo entiendan los<br />
heraldistas!<br />
11- I T 4 l ag<br />
A<br />
a:a<br />
d e r OS<br />
Expediente N° 2410 de Don Manuel Santos de San Pedro, pidiendo el hábito de Calatrava
p ON<br />
FERNANDO, POR LA - GR ACTA DE DIOS;<br />
Rey de Caftilla, de Leon , de Aragon , de las dos Sicilías , de Jeru.:,<br />
alen , de Navarra , de Granada , de Toledo , de Valencia , de Galicia, de<br />
Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Cordova, de Corcega , de Murcia , dl<br />
> In , &c. Adminittrador perpetuo de la Orden, y Cavalleria de C ....,¿A'<br />
,,,, _. ...._ , por autoridad ApoOtolica,A vos 41_2 dx,jcy<br />
W Vfi ,j5..4,7?..!, reig.2.-74...- t97.-1- 1 '1' 1 "1/41-L ,¿12, -141> '740 -7 . '7Y21: 0 00...Z7-a^/ /1-1Z-,<br />
-%<br />
--t-<br />
e n, 21-‘97-7.<br />
P2:cl'bt2rLA:3?<br />
X,C21,,,Ccy7:2-ied",- dAt.a . ) 3 5 . --1,- j ditr?-2.-/A: .1,P-.U, , .«I'F'"").-1 :"4"C-1<br />
„ > &-¿- Z(..-:= 0,:f›<br />
277-2t...„:792.M 4.1.- f A? ,24--,<br />
--">2 z%-
250 Historia de Arequipa<br />
Don Domingo Carlos Tristán del Poso (sic) nació en<br />
Cádiz (España) y vino a Arequipa como Corregidor<br />
(1739-1744), contrayendo nupcias aquí con doña<br />
Ana María Carasas y Musquis. Compró el solar situado entre<br />
las propiedades de los jesuitas que daban hacia la primera<br />
cuadra de Mercaderes y el Seminario, en la calle San<br />
Francisco, a don Andrés de Rosas y sus hermanos, el 24 de<br />
junio de 1736, según información del Dr. Alejandro Málaga<br />
Medina, que es ratificada con la escritura que celebró el P.<br />
Francisco Xavier de Vergara S.J. Rector de la Compañía de<br />
Jesús, cuando vende un solar detrás del pasaje de las tiendas<br />
que tenían los jesuitas en la primera cuadra de Mercaderes a<br />
favor de don Matheo de la Torre, al señalar los linderos de tal<br />
"pedacillo", en esta forma:<br />
"...Linda por la cabecera con casas que fueron de don Antonio<br />
de Rosas y al presente de don Domingo Carlos Tristán del<br />
Poso; por el pie casas de don Joseph Pitai y guerta; por un<br />
costado casa y guerta de las Vallonas (Ballones?) y por el<br />
restante callejón del manejo de las tiendas" (ARAR, Prot.<br />
Nro. 427, del escribano Bernardo de Tapia, de 15 de<br />
setiembre de 1736; Fs. 248 ss.).<br />
No hemos tenido la suerte de encontrar el contrato de<br />
edificación de la casona de don Domingo Carlos Tristán del<br />
Pozo; pero, en la misma escritura que hemos venido citando,<br />
se dice que quien estaba a cargo de tal trabajo era don Matheo<br />
de la Torre. He aquí la frase:<br />
"...Porque dicho pedazo de solar sólo puede servir al dicho<br />
don Matheo y no a otra persona, para agregarlo a las casas<br />
que al presente está edificando de don Domingo Carlos<br />
Tristán del Pozo, en cuya conformidad he venido en ello por<br />
tanto en aquella vía que mejor haya lugar en Derecho"<br />
(Ibidem, Fs. 248 vta:) Y esto lo dice el rector del Colegio de<br />
la Compañía que estaba al tanto de lo que ocurría con los<br />
inmuebles cercanos a sus propiedades conventuales. Parece<br />
que don Matheo de la Torre no llegó a Cumplir los<br />
compromisos económicos que tuvo sobre ese "pedacillo de<br />
solar" que era parte de lo que fueron potreros de la casona, o<br />
sea el fundo de ella, en cuya obligación fue sustituido don<br />
Matheo con don Domingo Carlos, según anotación marginal<br />
que hizo el 11 de agosto de 1741, el Rector Beltrán Herbert<br />
que lo vendió a Tristán del Poso, a censo perpetuo<br />
irredimible, en 540 pesos y la renta de 27 pesos en cada año,<br />
según escritura celebrada ante Bernardo de Tapia (ARAR,<br />
Prot. Nro. 429, Fs. 219 vta.).<br />
O quizá, también, porque el callejón permitiría al constructor<br />
el paso y depósito allí de materiales de construcción que<br />
precisaba una casona de anchas paredes y fuertes estructuras.<br />
De lo que hay constancia es de la fecha de terminación de la<br />
obra que está señalada en el bajo relieve del zaguán que da al<br />
primer patio y dice: "DE 1738".<br />
La actividad de este caballero lo llevó incluso a hacer viajes<br />
a Chile, por lo que el 7 de abril de 1736, dio poder para que<br />
lo representen, a su esposa doña Ana María de Carasas y<br />
Músquis y a don Matheo de la Torre Cossío, de quien nos<br />
hemos referido anteriormente y que figura en este poder<br />
amplio de don Domingo Carlos, con su apellido materno<br />
(ARAR, Prot. 427, Fs. 107).<br />
<strong>Un</strong> día antes y, por lo visto, para ampliar el caudal de las<br />
adquisiciones que podía hacer en Santiago de Chile, adquirió<br />
dos créditos importantes, mancomunadamente con su mujer,<br />
el primero de don Bernardino de Adriazola, por la suma de<br />
11,600 pesos; y, el segundo de don Francisco Tirado de<br />
Cuenca, caballero de la Orden de Calatrava, por la misma<br />
cantidad; préstamos que fueron cancelados en las notas<br />
marginales de las escrituras respectivas el mismo día, o sea el<br />
10 de abril de 1738, por los señores Adriazola y Tirado<br />
(ARAR, Prot. Nro. 427, Fs. 103 y 104, respectivamente).<br />
A la muerte de don Domingo Carlos la propiedad pasó a<br />
poder de su hijo, el abogado de las Reales Audiencias don<br />
José Joaquín Tristán y Carasas.<br />
El 5 de mayo de 1778 el Obispo Abad y Llana (o Yllana)<br />
compró la casa para donarla a los Padres de la .Buena Buerte;<br />
operación que fue anulada porque pesaban muchas deudas<br />
por censos que había soportado a través de los años y en<br />
especial durante la posesión de don José Joaquín, lo que<br />
obligó a pedir su nulidad de venta a don Manuel de Paz<br />
Soldan, tesorero de la Caja Real y conjuez de la Junta de<br />
Temporalidades, porque don Raymundo Gutiérrez de Otero,<br />
satisfizo totalmente el valor de un censo que pesaba sobre el<br />
inmueble (ARAR, Prot. Nro. 392, Fs. 118 y 787).<br />
El coronel Gutiérrez de Otero, casó con doña María<br />
Magdalena Cossío y Urbicaín, cuya hija María Joaquina<br />
Gutiérrez y Cossío, contrajo matrimonio con el argentino don<br />
Juan Antonio Ugarteche, natural de Salta, el 6 de octubre de<br />
1939; y cuya hija María Magdalena Ugarteche y Gutiérrez<br />
Cossío contrajo nupcias con el prefecto del Departamento
Historia de Arequipa 251<br />
Coronel Mariano Ignacio Prado, después general y Presidente como a don Joaquín del Carpio y en 1887 la compró don<br />
del Perú, por lo que en los amplios salones de la casona se Roberto Reinecke, quien hubo de hacerle numerosas<br />
efectuaron alegres y suntuosos saraos, muy al gusto de refacciones, secuela del sismo.<br />
aquellas primeras décadas de la segunda mitad del siglo XIX. Pasó luego a don José Domingo Montesinos y sus herederos<br />
El inmueble se dañó considerablemente con el terremoto de la vendieron a Guillermo Ricketts e hijos el 5 de mayo de<br />
1868. Eran propietarios don Manuel Ballón, doña Juana 1917. '<br />
Gómez Ballón, según el periodista Oscar León Cavagnaro, así Ahora es del Banco Continental.<br />
Pasaje lateral a la casa de Tristán del Poso<br />
(Foto del Archivo Regional de Arequipa).
252 Historia de Arequipa<br />
wr=H__<br />
La calle de las Piedras, como se le llamó en el siglo<br />
asa de la Mine<br />
XVIII, a la parte de la Ronda (hoy Villalba) donde se<br />
encuentra el costado occidental de la casa que<br />
pasamos a estudiar, fue una especie de Ranchería de<br />
Collaguas y Cabanas en el siglo XVI. Son numerosas las<br />
escrituras mediante las cuales Dn. Francisco Castañeda (a<br />
veces figura como Francisco Rodríguez Castenda) vende<br />
solares a aborígenes de estos grupos étnicos que del Colca<br />
pasaron al valle del Chili y, entre otros lugares, se<br />
establecieron en la famosa calle de la Ronda que estaba fuera<br />
del trazo del "damero" citadino y debió su nombre al hecho<br />
de que corría casi al amor de la acequia Coa, preshispánica<br />
matriz del sistema de regadío de la banda oriental del río, es<br />
decir de la Ciudad propiamente dicha. Este Castenda, que en<br />
1557 actuaba en diligencias judiciales como lenguaraz<br />
(ARAR, Prot. Nro. 57, Fs. 73, 66 vta. etc. y Prot. Nro. 60, año<br />
1561, Fs. 617). acabó, no se sabe como, siendo heredero de<br />
solares en dicha calle, por beneficio que le hizo la aborigen<br />
Magdalena Pilco Ciza y como tal vendió un solar a indios<br />
plateros encomendados a los vecinos Noguerol de Ulloa y<br />
Francisco Retamoso, cuyos compradores eran numerosos, lo<br />
que hace suponer una suerte de Ranchería, en el año de 1564<br />
(ARAR, Prot. Nro. 62, 211X/1564, Fs. 137), quien se había<br />
reservado solar para su vivienda, por lo que figura en otras<br />
escrituras de venta (ARAR, Prot. 61, Fs. 622).<br />
Poco a poco las Rancherías fueron desapareciendo,<br />
compradas por criollos o mestizos. Así llegamos al siglo<br />
XVIII, cuando la parte del solar era de don Joseph Gonzales<br />
de la Fuente y Pacheco, que el 16 de setiembre de 1752 lo<br />
vende a doña Paula Poma Soto, su fiel ama y sirvienta<br />
(ARAR, Prot. 344, Fs. 257); cuya hija recibió en dote el solar<br />
por su matrimonio con Bernardino Gamero. Este, a su vez<br />
vendió el solar a don Rafael Chávez y doña Francisca Beltrán,<br />
en 1783, por ante el escribano Pedro de Figueroa, medio solar<br />
que quedaba frente a Santa Catalina y al costado del solar<br />
donde don Blas de Quiroz hizo su residencia, (ARAR, Prot.<br />
312, Fs. 1151 ss.) escritura que demuestra que las viviendas<br />
eran modestas con paredes de piedra y tijerales, igual que los<br />
ranchitos de alrededor.<br />
El 7 de enero de 1786 y por ante el escribano Rafael Hurtado,<br />
don Ignacio Muñoz Barriga, le arrendó a don Blas de Quiroz,<br />
el solar contiguo al que motiva este estudio, como lo han<br />
demostrado los arquitectos Víctor Dibán Rojas y René Muñiz<br />
Rodríguez, en su tesis de grado de 1984.<br />
El solar donde edificó don Blas de Quiroz era de doña<br />
Petronila Cabrera, hija de la mencionada doña Paula Puma<br />
Soto, y de Bernardo Gamero su esposo; pero ellos no tuvieron<br />
los medios para realizar diversas obras para el mejoramiento<br />
de la calle "del Golpe de Agua" (ahora Ugarte) y la Ronda<br />
(Villalba en nuestros días) y la Intendencia determinó ponerlo<br />
a la venta y fue adjudicado a don Blas de Quiroz, quien sí<br />
pudo efectuar las mejoras (ARAR, Prot. Nro. 623, Fs. 807<br />
ss.), constando ello en el testamento cerrado que hizo don<br />
Blas el 16 de mayo de 1798 y que se abrió recién a su muerte,<br />
ocurrida el 22 de junio de 1807, a pedido de su hijo y albacea<br />
Dr. Francisco de Paula Quiroz, abogado de las Reales<br />
Audiencias.<br />
Cuando los antiguos propietarios vieron la importancia de las<br />
obras realizadas por don Blas de Quiroz, iniciaron un pleito<br />
contra él, en su intento de conseguir una mejora del precio,<br />
pero, no tuvieron éxito.<br />
En ese solar invirtió el doctor Quiroz buenos fondos a los que<br />
su esposa doña Antonia Lutgarda Nieto y Zapater no aportó<br />
con nada, ya que ella fue al matrimonio con la ropa y alhajas<br />
que la adornaran, y los suegros de don Blas se hicieron los<br />
remisos para la entrega de la dote de 11,160 pesos, llegando<br />
incluso a enjuiciarlo para mayores postergaciones.‘ Suegros<br />
que se beneficiaron con legados y herencias recibidas por<br />
doña Antonioa Lutgarda, sin que ingresaran jamás al cúmulo<br />
Residencia de Don Blas de Quiróz, conocida como la<br />
Casa de la Moneda<br />
(Cortesía del Archivo Regionabile Arequipa).
L<br />
matrimonial, conforme a ley. (ARAR, Ibidem, Fs. 811 y 811<br />
vta.).<br />
Años después, el doctor Francisco de Paula Quiroz, albacea<br />
de su padre, firmaría una declaración perdonando a su madre<br />
por los insultos y ambiciones que tuvo con la correcta<br />
administración de lo bienes de don Blas.<br />
La minuciosidad de nuestro personaje llega al extremo, de lo<br />
que nos felicitamos, al describir cómo se edifició esta casona:<br />
"Item, declaro que durante nuestro matrimonio fabriqué a mi<br />
costa la casa que hoy habito con dinero propio mío y ninguno<br />
de Da. Antonia, ni de sus padres, pero doña Antonia fue el<br />
alma de toda la fábrica, pues, no contenta con llevar en<br />
compañía de don Agustín Velarde, el pagamento diario de<br />
jornaleros y albañiles, y el de los canteros, areneros, pedreros,<br />
ladrilleros, caleros y dueños de sillares y ripios, herreros,<br />
carpinteros, pintores y otros oficiales y de formar y sentar de<br />
su letra y de la de don Agustín los cuadernos de razones y<br />
cuentas, era ya sobrestante, ya mayordomo y ya vigía de<br />
todos" (ARAR, Ibidem, Fs. 812). Cabe una pregunta:<br />
"Qué papel jugó en la edificación don Agustín Velarde?<br />
El maestro carpintero Asencio Talavera que recibió más de<br />
1,000 pesos por solamente la mano de obra, dando Quiroz la<br />
madera, quiso cobrar más de lo que se le debía, pero tuvo que<br />
retractarse temiendo "resultar deudor en lugar de acreedor",<br />
como se expresa en el testamento.<br />
Ordenó don Blas que no se parta la casa y que sus hijos vivan<br />
en ella, dando algunas mejoras económicas a su hija Josefa<br />
Quiroz y Nieto, e incluso a sus sirvientes y esclavos, pidiendo<br />
que la hacienda de Huancarque, sea compartida hasta allí con<br />
los herederos de su hermano don José Isidro de Quiroz, a<br />
quien amaba entrañablemente.<br />
A la muerte de doña Antonia Lutgarda Nieto de Quiroz, en<br />
1812, crece la ambición de los herederos y varios de sus hijos<br />
pasaron a ser propietarios y sucesivamente se arrendó a don<br />
Narciso Benavides, al Dr. Manuel Fernández de Córdova,<br />
Deán de la Catedral, que la subarrendó a doña María del<br />
Carmen Salazar y posteriormente a Rafael López y su' mujer<br />
Antonia Salazar.<br />
La alquiló, luego el Estado para que funcione en ella la Casa<br />
de la Moneda, con que se le conoce. Allí se acuñó monedas y<br />
se fundieron metales preciosos, siendo los principales<br />
artífices y empleados el famoso inventor don Jacinto Ibáñez y<br />
los hermanos Juan de Dios y Toribio Espejo.<br />
Se conoce tal situación por el contrato que ellos celebran el 9<br />
de junio de 1836, ante el escribano José María Pastor, con el<br />
tesorero y Director de la Casa de la Moneda, don Evaristo<br />
Vargas. En "El Republicano" se anunció que se admitía a<br />
posturas para arreglo de la maquinaria de fundición e Ibáñez,<br />
con los Espejo se presentan y son admitidos, con aprobación<br />
del Prefecto del Departamento, don Anselmo Quiroz y Nieto,<br />
hijo de don Blas. Ibáñez y los Espejo debían armar el volante<br />
grande y debía construir "un cilindro para ponerse en<br />
máquina de agua o movido por mulas" (ARAR, Prot. Nro.<br />
758, de 9 de junio de 1836, Fs. 241 vta. ss.).<br />
Doña Baltazara Quiroz fue dueña de la casona hasta su<br />
fallecimiento, como lo expresa en su testamento (ARAR,<br />
Prot. Nro. 508, Fs. 473).<br />
Sabemos que en esta casona nació doña Agustina Quiroz, por<br />
tiempo cercano al terremoto de 1868, según tradición familiar<br />
que conserva el Sr. don Sabino Velásquez Velarde, su nieto,<br />
como lo son también don Miguel, don Juan Manuel '<br />
Velásquez Velarde y sus hermanas.<br />
Historia de Arequipa 253<br />
Casa de la Moneda, de fines del siglo XVIII.<br />
(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).
254 Historia de Arequipa<br />
Nombre que pusimos a la casa que actualmente<br />
, ocupa el Nro. 207 de la calle de La Merced y<br />
sa del Coro<br />
pertenece a la <strong>Un</strong>iversidad Católica Santa María,<br />
porque en la primera mitad del siglo XVIII la adquirió y<br />
mejoró don Francisco Abril y Maldonado, que tuvo tal cargo<br />
por nombramiento del virrey Marqués de Villagarcía, el 22 de<br />
noviembre de 1736, siendo recibido por el Cabildo de<br />
Arequipa el 4 de enero del año siguiente.<br />
En ese solar hubo varios propietarios que se vieron afectados<br />
por el terrible terremoto llamado de Santa Ursula, 'de 20 de<br />
octubre de 1687, por el temblor de 22 de agosto de 1715 y por<br />
el terremoto de 8 de enero de 1725, que alcanzó el grado VII<br />
en la Escala de Mercalli.<br />
Por eso las edificaciones estaban muy dañadas cuando<br />
pertenecían a don Francisco Xavier Pacheco de las Infantes y<br />
su esposa doña Petronila Pastor, quienes adeudaban a don<br />
Manuel de Vega García 2,000 pesos, la mitad de cuyo valor<br />
correspondía a un censo a favor del Cabildo, por lo que se<br />
hubo de rematar. El 10 de julio de 1738 el pregonero mulato<br />
de nombre Eugenio anunció el remate, desde la esquina de la<br />
Alcaltarilla, como era tradicional, el Corregidor don<br />
Francisco Abril y Maldonado la compró a censo en los<br />
mismos 2,000 pesos, valiéndose del testaferro Tomás Cornejo<br />
y Jaime, como consta de la escritura celebrada ante Bernardo<br />
de Tapia el 26 de setiembre de 1739 (ARAR, Prot. Nro. 428,<br />
Fs. 183-183 vta.).<br />
Don Francisco y su esposa, doña Josefa de Olazabal, hicieron<br />
construir habitaciones amplias por lo que cuarenta años<br />
después la casa valía 8,500 pesos. Con el transcurso de los<br />
años Abril y Maldonado fue regidor del Ayuntamiento y el 1<br />
de enero de 1755 juraba como Alcalde de vecinos.<br />
Para la adquisición de propiedades, los esposos Abril-<br />
Olazabal hipotecaron tanto esta casa como su chacra de<br />
Capistaca y la hacienda de cañaveral de Cocotea, ' en el valle<br />
de Tambo, recibiendo 4,000 pesos a censo, dinero<br />
proveniente de la fundación de Obra Pía paró Casa de<br />
Misericordia de expósitos hecha por el canónigo don Joseph<br />
Cavero y Francia, como referimos en la nota relativa al<br />
Orfanato (ARAR, Prot. Nro. 350, de 14/V/1760, Fs. 220).<br />
Don Francisco Abril y Maldonado falleció el 14 de diciembre<br />
de 1795, dejando numerosos hijos legítimos, de los cuales<br />
vivían 13, 7 mujeres y los demás varones.<br />
Los esposos Abril-Olazabal compraron, además, el solar<br />
colindante de la misma calle, o sea la segunda casa de esa<br />
segunda cuadra de La Merced, como lo acredita el testamento<br />
de doña Josefa Olazabal de Abril (ARAR, Prot. 406, Fs. 331<br />
vta. - 332); pero, pesaban varias deudas sobre las propiedades<br />
familiares, especialmente al Hospital San Juan de Dios y a la<br />
Catedral, cuando esta dama falleció el domingo 29 de marzo<br />
de 1801 (ARAR, Prot. 350, Fs. 327).<br />
Don Felipe de Olazabal y Caballero de las Llamosas, quien<br />
casó con su prima Francisca Javiera Abril de Olazabal, y<br />
llegó a ser Alcalde de la Ciudad los años de 1794, 1795, 1805<br />
y 1818, liberó la casona de las obligaciones económicas que<br />
pesaban sobre ella, al hacer en 1801 una transacción con el<br />
coronel Matheo Cossío de la Pedrera, mayordomo y tesorero<br />
de la Cofradía del Santísimo Sacramento de la Catedral,<br />
reduciendo la deuda original a sólo 2,000 pesos y<br />
comprometiéndose a abonar todo en el término de 10 años<br />
(ARAR, Prot. Nro. 638, Fs. 663), lo que cumplió en menos<br />
tiempo.<br />
Para los efectos del conocimiento del estado real de la casona<br />
es de sumo interés la tasación que hizo don Francisco Gámez.<br />
teniente de agrimensor mayor del reyno, en 1796.<br />
Figura allí con tres tiendas hacia la calle de La Merced (ahora<br />
esas puertas son ventanas .-nrejadas) y con un área de 1,976<br />
varas y media. Tenía portada de calle capialzada y puerta de<br />
dos golpes, con adorno de 128 clavos de bronce, picaporte,<br />
dados y portones con cerrojo de chapa y llave; zaguán de<br />
calicanto de seis varas de alto y tres y cuarta de ancho,<br />
semicírculo de la bóveda un arco con cenefa al patio y todo<br />
nuevo de calicanto, que evidentemente se había reconstruido<br />
después del terremoto de 1784, y no es difícil deducir que esta<br />
rehabilitación la hizo don Felipe de Olazabal. Hacia el<br />
interior estaban las salas, dormitorios, despensas,<br />
habitaciones de 22 varas y tercia de largo; corredor, oratorio<br />
y pieza larga con tres arcos de calicanto, más otro arco grande<br />
a umbrales, alacenita, cuarto de traspatio hacia el interior,<br />
despensa, granero y pesebre, cocina con horno. Tenía planta<br />
alta con paredes de calicanto, techo nuevo de tejas, barra con<br />
36 tijeras, cuatro portadas capialzadas; puertas de dos golpes,<br />
con dos balcones a la calle, de 4 varas de largo, con<br />
enmaderado sobre canes y basas, con "un corredorcito de<br />
cuatro pies parados, con basas, pretil y pasamanos de saucillo,<br />
pecho a media agua, con veintiun palos de pajarobobo"; más<br />
otro balcón hacia el primer patio, con canes y bases y<br />
balaustres hasta de vara y cuarta; escalerilla de 23 escalones,<br />
pasamanos, pilares, con un cuartito debajo del arco de la<br />
escala de calicanto. Casa que valía 9,777 pesos y seis reales.<br />
¡ Mucho de esto se conserva aún!<br />
Como dijimos, esta casa, que pasó a poder de los Sánchez<br />
Corbacho, estaba dividida de la anterior que también<br />
adquirieron los Abril-Olazabal, la cual pasó a ser de don<br />
Felipe de Olazabal, y fue heredada por su hijo Francisco de<br />
Olazabal y Abril, como consta de la escritura de 1 de marzo<br />
de 1830, ante el escribano Mathías Morales (ARAR, Prot.<br />
753, Fs. 47). Esta es ya la historia de otra casona bella de la<br />
calle de La Merced.<br />
Posteriormente la Casa del Corregidor pasó a ser propiedad<br />
de doña Manuela Abril de Olazabal, esposa de don José Ruiz<br />
de Somocurcio, tronco de esta familia (ARAR, Prot. 407, Fs.<br />
89 y 91 vta.).<br />
Sus descendientes vendieron la casa y se impuso una hipoteca<br />
sobre ella, que sucesivamente tuvo como poseedores a don<br />
Julián Lorenzo Ballón y su esposa doña María Antonia<br />
Beltrán de Ballón. Alquilada al Fisco el 19 de julio de 1918<br />
Parque infantil Miguel Grau<br />
(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).<br />
Historia de Arequipa 255<br />
(ARAR, Prot. de Abel I. Campos, 1918), Fs. 774 vta.) y<br />
después vendida a don José Miguel Gutiérrez Neira, el año<br />
siguiente, pasó a la familia Ruiz Huidobro-Ballón, a la<br />
Compañía de Seguros "La Positiva", según escritura ante el<br />
doctor Jorge González Grambell de 3 de enero de 1945, y<br />
finalmente la compró la <strong>Un</strong>iversidad Católica Santa María, el<br />
17 de octubre de 1980, ante la notaría del doctor Gustavo<br />
Correa Miller, de Lima. Estaba muy ruinosa por mal estado<br />
de conservación que la poseyó una escuela de niñas, cuyos<br />
directores, sin autorización alguna la depredaron, creyendo<br />
hacer mejoras.<br />
En la casa del Corregidor nació el prócer de la Independencia<br />
Nacional Dr. José María Corbacho, vivieron en ella los<br />
doctores Julián Lorenzo Ballón, el Dr. Ildefondo E. Ballón,<br />
Dr. D. Eduardo Gutiérrez Ballón que desempeñó con acierto<br />
la Alcaldía de Arequipa.
258 Historia de Arequipa<br />
Texto:<br />
Guillermo Galdos Rodríguez<br />
Digitación:<br />
Violeta Mendoza<br />
Diagramación:<br />
Franco Delgado<br />
Escaneo de fotos:<br />
Silver Romero<br />
Supervisión:<br />
Dante Zegarra López<br />
Edición:<br />
distribución gratuita<br />
AREQUIPA al DÍA<br />
N°17<br />
Portada:<br />
Ambiente de Santa Catalina de Sena.<br />
lférez General fue en época de la Colonia un regidor<br />
que, habiendo comprado el título al Gobierno en<br />
aproximadamente 5,000 pesos, era el abanderado de la<br />
Ciudad, con po - sibilidad de alcanzar la Alcaldía, si estaba vacante<br />
y si demostró bon obras que era capaz de desempeñarla. Aquí se le<br />
llamaba Alférez Real y tal nominación es equívoca, porque ese<br />
título dábase únicamente a quien llevaba el emblema del soberano;<br />
y no a otro.<br />
El terreno en el que se construyó dicha casona había sido<br />
propiedad del licenciado Juan Núñez del Prado, cuyos albaceas lo<br />
vendieron a don Nicolás Medrano y Juan González de la Fuente,<br />
el 30 de noviembre de 1699 y aquel cede sus derechos al<br />
copropietario, el 4 de diciembre de 1,700 (ARAR, Prot. Nro. 258.<br />
Fs. 489).<br />
Cuando fallece don Juan González de la Fuente, corresponde el<br />
solar a su hijo Pedro, al que se le cargaron varias imposiciones de<br />
censos, a favor, (uno de ellos) de la "Limpia Concepción de la<br />
Virgen" que se venera en el templo de San Francisco, por lo que<br />
las obligaciones del inmueble no respondían al capital que se pagó<br />
por él. Don Pedro González de la Fuente estuvo casado con doña<br />
Manuela de Barreda y Salazar, el 26 de enero de 1739. Se hace<br />
desde entonces sucesivas operaciones sobre el solar de don Pedro<br />
González de la Fuente, hasta que su hija doña Melchora Rosa del<br />
Costado de Cristo, profesa del Monasterio de Santa Rosa de Santa<br />
María la vende a don Juan Flores del Campo, el 18 de octubre de<br />
1781 (ARAR, Prot. Nro. 310, Fs. 728).<br />
Las construcciones tuvieron que sufrir el impacto sísmico de 1784,<br />
por lo que se precisó de restauraciones, en algunos casos, y de<br />
nuevas construcciones, en otros, cuyos gastos, según parece.<br />
fueron pagados por don Juan Flores del Campo. El costado de esta<br />
propiedad, con frente a la iglesia de la Compañía de Jesús y<br />
formando esquina en la Plaza, había sido propiedad de don Pedro<br />
Jacobo Pérez y su esposa María Romero, desde mucho antes (casi<br />
medio siglo) de la compra que hizo don Juan, que a su vez la<br />
adquirió, por su matrimonio con la hija de los dueños doña María<br />
Josefa Pérez Romero, primera esposa del señor Flores del Campo,<br />
el cual jamás fue regidor de Arequipa y menos aún Alférez<br />
General, aunque sí tuvo cargos directivos en la Villa de Camaná.<br />
Lo que sí está documentalmente probado es que su hijo don<br />
Manuel Flores del Campo y Pérez compró el título de Alférez<br />
General de Arequipa y lo presentó en su Cabildo el año de 1779,<br />
ejerciendo tal función hasta la Emancipación del Perú. Por el
mismo alferazgo y en vista del poder económico que<br />
representaba se le nombró Alcalde Ordinario de Primer Voto<br />
para el año de 1780: Justamente en este año y cuando don<br />
Manuel desempeñaba la alcaldía, su padre, don Juan, contrajo<br />
matrimonio con doña Gregoria Recabarren y Quintanilla, el 16<br />
de noviembre. Durante estas segundas nupcias fue cuando don<br />
Juan Martínez del Campo adquirió la propiedad del solar que<br />
después sería conocido como la Casa del Alférez, por tanto<br />
tuvo derecho a él su esposa doña Gregoria, por ser un bien<br />
ganancial.<br />
Don Juan no gozó de tranquilidad en los últimos años de su<br />
existencia y en cierto instante expresó que a su hijo Manuel le<br />
había entregado a cuenta de su legítima materna la cantidad de<br />
64,395 pesos, sin cargar los gastos del empleo de Alférez, con<br />
lo que dio a entender que el dinero que importaba tal oficio lo<br />
había pagado él y no su joven hijo en 1779.<br />
Pero, ¿en qué había gastado don Manuel Flores del Campo<br />
una cantidad tan grande, 64,395 pesos? En darse la gran vida<br />
y tener tan activa participación en la proclamación y<br />
juramento de Carlos IV, por muerte de Carlos III? En esos<br />
festejos participaron la Intendencia a cargo de don Antonio<br />
Alvarez y Jiménez y el Ayuntamiento cuyas alcaldías las<br />
ostentaban don Manuel Lorenzo Bustamante Diez Canseco y<br />
don Cipriano González Valdez y las solemnidades tuvieron<br />
lugar en noviembre de 1789, donde el Alférez Manuel Flores<br />
del Campo ofreció elegantes recepciones justamente en la casa<br />
que motiva este estudio, y para prestigiarse ante el soberano<br />
español, como se nota en los versos siguientes:<br />
Carlos IV, el mejor Sol<br />
baña de luz soberana<br />
a Arequipa y ésta ufana<br />
reluce con su arrebol<br />
este monarca Español.<br />
Que en sus plazas de jura<br />
anuncia nuestra ventura<br />
porque si en su CAMPO inspira<br />
y como FLORES nos mira,<br />
florecer nos asegura.<br />
Su adulación al monarca llegaba a extremos y en su casa se<br />
exhibió junto con la décima que elogia sus apellidos FLORES<br />
y CAMPO, esta otra:<br />
Carlos Cuarto rey amado<br />
de España e Indias señor<br />
de tu Arequipa el amor<br />
hoy te jura codeagrado<br />
sin político cuidado<br />
te de el Orbe su extensión<br />
y siendo en la perfección<br />
del cielo en todo dibujo<br />
pues lo sois en el influjo<br />
mediante la duración.<br />
Historia de Arequipa259<br />
La impresión que tenemos es que con posterioridad al<br />
terremoto de 1784 hizo varias mejoras en la casona el Alférez<br />
General don Manuel Flores del Campo, la que quedó expedita<br />
para ser escenario del famoso sarao en homenaje a Carlos IV.<br />
Lo que se ha comprobado es que el Portal de Flores se<br />
construyó a expensas suyas y lo dice un acucioso<br />
contemporáneo suyo y gran cronista, el Bachiller don Juan<br />
Domingo de Zamácola y Jáuregui, quien al relatar el terremoto<br />
de 1784 afirma que el portal del Regocijo se destruyó<br />
totalmente: "En el circuito de la plaza se experimentaron<br />
iguales averías en edificios, porque en la parte de arriba cayó<br />
enteramente el muy lucido y armonioso portal que fabricó el<br />
Alférez Real a todo costo, sin quedar de él cosa alguna para<br />
poderse remediar" (ZAMACOLA, 1951, p. 311). Se ignora<br />
qué institución o persona volvió a edificar este portal de sillar,<br />
mismo que sucumbió en 1868, ante otro terremoto, según<br />
informa el diario La Bolsa, el 25 de mayo de 1868: "En la<br />
Plaza Mayor, el portal nuevo del Regocijo se vino abajo todo;<br />
solamente queda de él unas cuantas columnas que atestiguan<br />
su pasada existencia".<br />
Los herederos de don Juan vendieron la casa de la esquina,<br />
frente a la Compañía, a don Antonio Lozano y su esposa doña<br />
Francisca Ballón, en 4,650 pesos, y se expresa en el<br />
documento de 2 de setiembre de 1806, ante el escribano José<br />
A. Gómez, donde firman la señora Gregoria Recabarren viuda<br />
de Flores del Campo, don Manuel Flores del Campo, sus<br />
albaceas y herederos, así como doña Ciriaca, doña Pascuala y<br />
doña Juana Flores, como hijas y la compradora doña Francisca<br />
Ballón (Lozano estaba ciego) y por entonces no se había<br />
reedificado el Portal de Flores.<br />
Doña Francisca Ballón, en segundas nupcias enlazó con don<br />
Anselmo Núñez del Prado, cuando recién se volvió a hacer el<br />
Portal, ya que en su testamento de 9 de julio de 1822, doña<br />
Francisca dice: "Declaro que el indicado mi segundo marido<br />
trajo al matrimonio la cantidad de 600 pesos de su propio<br />
peculio, con declaración que constante este matrimonio se<br />
fabricaron LOS ARCOS DEL PORTAL, lo que se tendrá<br />
presente para la separación de gananciales" (ARAR, Prot.<br />
Nro. 672, Fs. 364, V. tb. Fs. 365 vta.).<br />
1 •7~1..~111.11111111■1~1111••■■•■■
260 Historia de Arequipa<br />
Siendo doña Gregoria Recabarren de Flores una de las<br />
beneficiarias de la casona, por haber sido adquirida<br />
durante su matrimonio, tuvo preferencia en la propiedad<br />
de ella. Como tal testó el 3 de mayo de 1816, ante el<br />
escribano Jossef A. de Gómez (ARAR, 628, Fs. 182) y le<br />
tocó la casa al Dr. Gregorio Flores y Recabarren.<br />
Los futuros tenedores de la Casa del Alférez han sido<br />
doña Mercedes Flores España, sus nietos, una de las<br />
cuales era doña Mercedes Zereceda Flores, casada con el<br />
Dr. Lázaro Letona, quien compró los derechos de todos<br />
sus cuñados. A la muerte del Dr. Lázaro le tocó a su hijo<br />
José Aurelio Letona que casó con la dama limeña doña<br />
Renee Pazos Varela, a quien no pasó pensiones<br />
alimenticias, por lo que judicialmente se le condenó al<br />
pago de los acumulados por valor de S/. 53,285 para la<br />
esposa (que se divorció de él) y sus hijas.<br />
El 12 de mayo de 1942, ante el notario Dr. Enrique<br />
Osorio Franco, venden la Sra. Renee Pazos Varela de<br />
Letona y sus hijas Srta. María y Srta. Yolanda Letona<br />
Pazos a favor de la señora doña Rosa Tudela Tudela de<br />
Gerdt, a quien le heredó el señor don Fernando Gerdt<br />
Tudela.<br />
Calle de Santa Catalina, nombrada así por el<br />
monasterio del mismo nombre.<br />
)s onasterios de Arequin<br />
No es una casualidad que hayamos reservado el tema de los monasterios para el final de nuestra serie de<br />
Suplementos. Lo hemos hecho ex profeso por la circunstancia de que ellos son monumentos importantes de la<br />
Ciudad, por su novedosa arquitectura, por las joyas que la fidelidad católica ha depositado en ellos, porque<br />
dicen mucho a la imaginación y fantasía y promueven constantemente el ansia investigatoria dejas juventudes... de toda<br />
edad. Entonces son un reto para la gente interesada en escudriñar el pasado, con la mente fija en el porvenir, ya que<br />
quien vive solamente añorando lo pretérito, o está medio muerto, o no se ha dado cuenta que ya es difunto. Quien esto<br />
escribe está seguro de que cualquier tiempo futuro será mejor, aunque viejos adagios con marcado lastre subjetivo digan<br />
lo contrario.<br />
Hemos visto en la actividad de los monasterios todo aquello que da muestras de objetividad. tratando de desmistificar<br />
el relato, en aras de su veracidad.<br />
<strong>Un</strong> crítico del arte, el Dr. Luis Enrique Tord, ha mostrado el valor de las joyas de metal precioso, o pictóricas, que<br />
encierran los cenobios de la Ciudad Blanca, en su bello tratado "Arequipa artística y monumental", que auspició el<br />
Banco del Sur, cuando era presidido por el ingeniero Francisco Valencia Paz, que dio impulso a esa y muchas otras<br />
publicaciones muy recomendables para quienes deseen ampliar su conocimiento del valor y significación de Arequipa<br />
dentro del consenso nacional. No basta decir: ¡yo amo a Arequipa!; antes hay que demostrado y después decirlo.
S<br />
iguiendo<br />
esforzadísimo colega, primero en el periodismo y ahora en el<br />
nuestra costumbre de presentar al autor del<br />
mejor trabajo que se haya hecho sobre un convento o<br />
monasterio, nos es satisfactorio mencionar a un joven y<br />
campo de la historia, que ha dado a la estampa (usamos esta<br />
palabra porque queremos enfatizar sus aficiones personales) el<br />
libro "Monasterio de Santa Catalina de Sena de Arequipa y doña<br />
Ana de Monteagudo, priora”. Nos referimos al señor don Dante<br />
E. Zegarra López, a quien conocimos desde que no levantaba un<br />
metro de estatura y estaba ayudando ya a su padre, Luis, con lápiz<br />
y libreta en mano, en dar los resultados del fútbol guapo, amateur,<br />
de Primera División. Desde entonces mucho ha crecido.<br />
Es un magnífico libro el de Dante, por el apoyo documental y<br />
crítico que lo sustenta, alejándolo de otros del género que<br />
prefieren dar pábulo a la milagrería, a cuentos y mitos que se<br />
repiten, lo mismo en Arequipa, que en Cusco. Cajamarca, o en<br />
aldeas infinitesimales, lo que les quita verosimilitud. Además,<br />
hemos visto de cerca el génesis y desarrollo de su libro y. por el<br />
afecto que le tenemos, nos hubiera gustado también, ser partícipe<br />
del instante en que, de hinojos, lo ofreció al Papa Juan Pablo II, en<br />
febrero de 1985. cuando visitó la Ciudad Blanca y beatificó a Sor<br />
Ana de Monteagudo, para ser testigo del goce supremo que debió<br />
sentir un ferviente cristiano.<br />
Dante Zegarra López ha hecho una correcta división de las etapas<br />
del cenobio: 1) Primer monasterio titulado de "Nuetra Señora de<br />
Gracia". 2) El siglo del Patronato del Cabildo Secular, cuando<br />
comienza a ser designado como "Santa Catalina de Sena"; 3) Las<br />
visitas eclesiásticas y la Gran Reforma, emprendida por Obispos<br />
que, al final, no tuvieron buen resultado por la contumacia<br />
monjeril de llevar libertad de costumbres y no someterse a sus<br />
estrictas reglas monacales que habían jurado mantener, lo que<br />
obligó al Premostratense Miguel de Pamplona y al ejecutivo<br />
Pedro José Chaves de la Rosa, a retirarse del Obispado.<br />
renunciándolo. Ambos murieron en España sin poder entender el<br />
comportamiento de los canónigos de la Catedral que - apoyaron los<br />
caprichos de las monjas. ¡ ¡Las verdades tienen que ser dichas!!.<br />
Casi como una especie de Opúsculo, se ocupa Zegarra López de<br />
Sor Ana de Monteagudo, señalando con exactitud que fue la<br />
cuarta de ocho hijos conformantes de la familia constituida por<br />
don Sebastián de Monteagudo y doña Francisca de León (sic), lo<br />
que puede suscribir en apoyo de tal aserto quien haya hecho<br />
estudios de los siglos XVI y XVII en Arequipa. Existe el prurito<br />
de hacer figurar a la Beata arequipeña como Sor Ana de los<br />
„.1 •<br />
Catalina . ek•<br />
Historia de Arequipa 261<br />
Angeles Monteagudo y Ponce de León, lo que no es correcto. Su<br />
madre fue de León yno Ponce de León. Tal adición de Ponce,<br />
parte de la trasnochada creencia de que sólo la gente linajuda es<br />
digna de respeto y admiración y que el buen comportamiento<br />
muestra procedencia principesca como creían los románticos<br />
melenudos de comienzos de siglo XIX, o por lo menos de "casas<br />
i mportantes", lo que es una necedad más grande aún que el Misti<br />
y eso ya es decir algo. Sor Ana fue Monteagudo y de León -en lo<br />
que está de acuerdo Dante Zegarra López sin adición de Ponce,<br />
que no le toca.<br />
Las hijas de los fundadores y primeros habitantes de Arequipa, no<br />
podían ser monjas aquí, por carencia de monasterio. Debían ir a<br />
otros lugares. Los señores del Cabildo Justicia y Regimiento<br />
tuvieron conversaciones respecto a crear una Casa de<br />
recogimiento ya que tenían hijas algunos de ellos, las que se<br />
concretaron en sesión de 22 de octubre de 1568 (AMA, LAC.<br />
Nro. 3, Fs. 89 vta.), nombrando comisión para la compra de local,<br />
escogiéndose las casas en dos solares de una misma manzana.<br />
propiedades de Alonso Galleguillos y Cecilia de Villegas, su<br />
esposa; caballero que tenía problemas con la Justicia, por delito_<br />
cometido contra el vecino Diego Rodríguez Solís, que era :<br />
castigado con la pérdida de la mano derecha, por lo que estaba ,<br />
asilado en el convento de San Francisco, de Huamanga<br />
(Ayacucho).<br />
Adquiridos los dos solares de Galleguillos el Ayuntamiento<br />
compró dos fragmentos, propiamente dos ranchos, a sendas<br />
nativas, una natural de Canas y otra de Tumbes. Ya entonces se<br />
conocía al Monasterio con el nombre de Nuestra Señora de<br />
Gracia. •<br />
El Corregidor Juan Ramírez Zegarra, suscribió contrato para<br />
edificar con el maestro Gaspar Vaez, el 26 de febrero de 1569,<br />
debiendo darse a éste los materiales, herramienta, madera, etc. y<br />
el pago de 280 pesos de los que se le entregó 100 al comienzo<br />
(ARAR, Prot. Nro. 41, Fs. 61).<br />
El Ayuntamiento compró a Juan Crespo (Allepo le apellida<br />
Santiago Martínez) el cuarto de solar para completar la manzana<br />
del Monasterio en 500 pesos, de los cuales el vendedor hizo<br />
donación de 20 de ellos (ARAR, Prot. Nro. 41, Fs. 193), el 2 de<br />
diciembre de 1570.<br />
Nuestra Señora de Gracia recibió varios donativos, incluso el del<br />
virrey Francisco de Toledo, por una sola vez de 400 pesos.<br />
Dante Zegarra López ha dejado aclarado que "ya en 1576 se<br />
hablaba de la fundación del Monasterio de Santa Catalina de
262 Historia de Arequipa<br />
Sena" (1985, p. 36).<br />
En 1580 se produjo un suceso realmente desacostumbrado, sobre<br />
todo en esos años de profunda religiosidad. Se viola la clausura y<br />
precisamente fue un presbítero el profanador, cuyo nombre era<br />
Francisco Churrón de Aguilar, que acompañado de otras personas<br />
trepó los muros conventuales. No se han dado mayores detalles<br />
sobre tal delito, pero el Ayuntamiento, como Patrono, contrató los<br />
servicios del licenciado Luis Luz y del Procurador de la Ciudad,<br />
don Juan Tovar de Villegas, a quienes dio poder como a regidores<br />
que eran, ad honores.<br />
Al comienzo la autoridad eclesiástica que había asumido la<br />
función judicial anduvo lenta y remisa, lo que disgustó a las<br />
autoridades ediles de Arequipa, hasta que se le impuso a Churrón<br />
la condena de 2,000 pesos, y ahí comenzaron los atrenzos del<br />
desaprensivo clérigo. El 16 de febrero de 1582 se dio poder a Eco.<br />
de Almonte para cobrarlos, según sentencia del Arzobispo de<br />
Lima (AMA, LAC. Nro. 04, Fs. 158 vta.).<br />
Ello se debió a la presión que el Corregidor del Cusco, Capitán<br />
Jerónimo Pacheco, ya conocido nuestro por sus donaciones<br />
conventuales, y otros personajes ejercieron sobre el Obispo<br />
cusqueño Sebastián de Lartaún.<br />
Tanto Echeverría y Morales, como Málaga Medina y Zegarra<br />
López están de acuerdo en que dio mucho impulso a esta<br />
fundación doña María de Guzmán viuda del encomendero Diego<br />
Hernández de Mendoza, mereciendo ser la primera priora de<br />
Santa Catalina a quien el Obispo Lartaún, representado por su<br />
Vicario en Arequipa, Martín Abad de Usunsolo, le recibió la<br />
profesión de fe, al igual que a otras religiosas que le<br />
acompañaban, acabando el año de noviciado. En la ceremonia<br />
tuvo a su cargo el sermón el P. Juan Gómez S.J.<br />
Sor María de Guzmán, a su vez impuso la profesión a las MM.<br />
Sor Ana de Jesús y Sor Gutiérrez.<br />
Cierto es que el noviciado de las monjas catalinas comenzó el 13<br />
de setiembre de 1579, siendo reconocidos los días 2 y 3 de octubre<br />
de 1580 como fechas en que se dio velo a las religiosas<br />
mencionadas.<br />
Tal el origen del primer monasterio mistiano, cuyas vicisitudes a<br />
través del transcurso de los siglos han sido superadas, a pesar de<br />
que los terremotos obligaron en un momento dado a ser acogidas<br />
por cenobio del Cusco y de que las monjas sufrieron infinidad de<br />
penalidades; aunque se debe reconocer, al mismo tiempo, que<br />
recibieron muchas donaciones de fincas urbanas y haciendas en la<br />
ciudad y campiña.<br />
Monasterio de Santa Ten<br />
-1a ue el Dr. Francisco Javier Echeverría y Morales<br />
quien escribió la Historia de la fundación del<br />
Monasterio de Santa Teresa con el título de<br />
"Memoria de las religiosas del Monasterio de Carmelitas<br />
Descalzas del Señor San José en la Ciudad de Arequipa"<br />
(1804) y que publicó el Padre Víctor M. Barriga en la<br />
serie de Memorias para la Historia de Arequipa, Tomo IV,<br />
(Edit. Portugal, 1952), que aprovecharemos.<br />
Parece que varias vecinas de la Ciudad se habían<br />
incorporado al monasterio de Santa Teresa de Lima, en el<br />
siglo XVII, apenadas de que no hubiera en Arequipa otro<br />
de las Carmelitas Descalzas. Ellas, de paso a Chuquisaca<br />
llegaron a nuestra Ciudad en el año de '1665 y<br />
comprometieron a vecinos y parientes en especial, los<br />
Butrón, pero, por fallecimiento de "los que estaban<br />
prontos a la contribución, se volvió a imposibilitar la<br />
deseada consecución de este monasterio", según<br />
Echeverría, a pesar de que ya había llegado la Real<br />
Cédula, de 21 de mayo de 1684, que autorizaba el<br />
establecimiento del cenobio. Se avivó el afán de contar<br />
con éste e hicieron contribuciones, siendo importante la<br />
del Dr. Juan Múñoz Ladron de Guevara, de 50,000 pesos,<br />
para la edificación de iglesia y convento, en lugar t—egido<br />
por Mayordomos designados por el Cabildo con el<br />
favorable parecer del Obispo Antonio de León,<br />
prefiriendo el terreno donado por las señoras doña María,<br />
doña Catalina y doña Gabriela Arve, con fecha 24 de<br />
mayo de 1701.<br />
Otras contribuciones fueron las de don Francisco<br />
Goizueta, arequipeño que desempeñaba el Deanato de<br />
Cusco, por 30,000 pesos y del Dr. Josef Moscoso por<br />
20,000 pesos.<br />
Se fue levantando templo y dormitorio del claustro,<br />
aunque con lentitud, hasta que el Corregidor Bartolomé<br />
Sánchez Manchego, que llegó en 1707, dio impulso al<br />
trabajo, supervisando las labores hasta en los más<br />
mínimos detalles, además de apresurar la venida de<br />
monjitas del Cusco, que fueron las fundadoras, las cuales<br />
inicialmente se hospedaron en casa de don Francisco<br />
Butrón, en tanto se aceleraba la edificación del interior<br />
conventual, cuya primera piedra se había puesto el año de<br />
1701, por el Provisor Dr. Luis Cornejo y Calderón,<br />
(levantándose al comienzo una ramada donde se<br />
celebraban oficios religiosos, sobre todo misas).
El 14 de noviembre de 1710, recurrieron las Madres<br />
María de Cristo, Antonia del Espíritu Santo y Micaela de<br />
Santa Teresa, nombres de las que llegaron del Cusco, ante<br />
el Cabildo Eclesiástico Sede Vacante, pidiendo la<br />
posesión del monasterio, lo que se aceptó, señalándose el<br />
23 del mismo mes para dicha entrega, lo que se cumplió a<br />
las 4.00 de la tarde, con asistencia de autoridades,<br />
comunidades y público.<br />
La comisión visitó la casa de don Francisco Butrón,<br />
acompañando a las religiosas hasta la Catedral, donde el<br />
Deán Rodrigo de Villegas, abrió el Sagrario que contenía<br />
la Custodia del monasterio y bajo palio, con<br />
acompañamiento musical, llevaron las efigies de los<br />
santos en procesión, acompañando a las monjas<br />
fundadoras.<br />
Muchas personas se preguntarán por qué se escogió hora<br />
tan avanzada (las cuatro de la tarde) para una ceremonia<br />
tan importante entonces? Antes de proseguir el relato de<br />
los sucesos, debemos dar respuesta a la pregunta: Eran<br />
tan pocas las actuaciones de regocijo popular en esa<br />
época, que procuraban matizarla con vísperas y maitines,<br />
bailes, canciones, etc.<br />
Sigamos a las monjitas de la Catedral hacia la esquina de<br />
la Pontezuela, luego por la calle San Francisco, a cuyo<br />
templo ingresaron, para seguir hacia Santa Teresa, donde<br />
las Madres dieron disciplinaria obediencia al Cabildo<br />
Eclesiástico, por ausencia del Obispo. Se entregó la<br />
presidencia conventual a la Madre María de Cristo, quien<br />
quiso excusarse alegando vejez y enfermedad, pero los<br />
cabildantes exigieron que obedeciera disciplinadamente.<br />
La Madre María de Cristo sumisamente se hizo cargo del<br />
priorato y ante ella prestaron obediencia las Madres<br />
Antonia del Espíritu Santo y Micaela de Santa Teresa;<br />
siguiendo luego el desborde popular, con quema de<br />
castillos, fuegos artficiales, candelas y fuegos disparados<br />
hacia arriba e incluso horizontalmente, lo que ,producía<br />
revuelo de faldas y uno que otro tobillo expuesto a la<br />
curiosidad masculina. Venta de diana y emoliente<br />
calentitos, vino y aguardiente en profusión, y baile<br />
generalizado de las puertas del templo para afuera, pero<br />
en su interior eran celebradas constantes misas y los<br />
oradores se sucedían en elogios al nuevo monasterio y a<br />
las Carmelitas Descalzas del Señor San José (sic).<br />
Parece que ese 14 de noviembre de 1710, en que estuvo<br />
terminada la edificación del templo (como consta tallado<br />
en sillar en su fachada), no estaba concluido el convento,<br />
porque Echeverría afirma que "llevaron a las religiosas a<br />
Historia de Arequipa 263<br />
la portería y clausura que entonces sirvió el que hoy es<br />
refectorio y estaba bien adornado" (1952, p. 222).<br />
Desde esa época se han ido embelleciendo templo y<br />
monasterio.<br />
El Dr. Luis Enrique Tord, con su característica elegancia<br />
ha descrito templos y casonas de Arequipa, siendo uno de<br />
los primeros que no vistiendo hopalanda ha tenido<br />
autorización para ingresar al monasterio de Santa Teresa<br />
y ofrecernos esa joya que intituló "Arequipa artística y<br />
monumental" y hacer comentarios de los fornidos pilares<br />
de planta cuadrada, arquería y bóveda de arista del<br />
claustro mayor del cenobio carmelita, así como su coro<br />
bajo y admirable pinacoteca, cuyas más representativas<br />
muestras del arte cusqueño reproduce, igual que escenas<br />
de la serie de David triunfando sobre el gigantesco Goliat.<br />
Hay mucho que ver, mucho que visitar, mucho que leer,<br />
para entender el arte que albergan edificios religiosos y<br />
particulares de nuestra tierra. No nos dejemos influir por<br />
documentales de televisión que, a veces, sólo muestran lo<br />
que han hecho los gobiernos de turno... y nada más. Eso<br />
ya está resultando aburrido y hasta denigrante.<br />
Escudo del Obispo Juan Bravo de Rivero, que propulsó<br />
y bendijo el monasterio de Santa Rosa.
264 Historia de Arequipa<br />
Reveladoras callejuelas de Santa Catalina<br />
( Cortesía del Dr. Máximo Neira Avendaño ).
Restaurada torre de Santa Rosa ( arriba ) y fachada del Monasterio de Santa Teresa ( abajo ).<br />
(Fotos del Archivo Regional de Arequipa).<br />
52,15.1.18<br />
e<br />
Historia de Arequipa 265
266 Historia de Arequipa<br />
f iene también importancia, po como , Santa Catalina de Siena i<br />
Rosa de Santa Ma<br />
y como Santa Téresa, el último de los monasterios que se<br />
fundó en la Ciudad Blanca durante el periodo Colonial,<br />
por lo que recomendamos a nuestros lectores el estudio de los<br />
trabajos hechos por Ventura Travada y Córdova en "El Suelo de<br />
Arequipa convertido en Cielo" (1572), por Echeverría y Morales<br />
en "Memoria de la Santa Iglesia de Arequipa" (1804) y por<br />
Alejandra Málaga Medina, especialmente en "Historia General de<br />
Arequipa", entre otros historiadores eclesiásticos, a los que nos<br />
remitimos.<br />
Según informa Echeverría las donaciones hechas por don Josef del<br />
Alcázar y Padilla, en testamento de 1 de febrero de 1710 y de doña<br />
Ana María Peñaloza, de 5 de agosto de 1721, estaban destinadas<br />
para un templo dedicado a San José en Moquegua; pero el Obispo<br />
Juan Cavero de Toledo obtuvo licencia del rey, mediante Cédulas<br />
de 1 de setiembre de 1734, de 23 de octubre de 1736 y de 23 de<br />
febrero de 1740, para que se hiciera en la Ciudad Blanca dicha<br />
fundación, aunque Moquegua lo necesitaba más, porque en<br />
Arequipa había dos cenobios de religiosas.<br />
En lo que todos los autores están de acuerdo es que el diligente<br />
Obispo Juan Bravo de Rivero puso su mayor empeño en que se<br />
hiciera la construcción de la iglesia y el monasterio de clausura, a<br />
los que se puso la primera piedra el 30 de agosto de 1744, en lugar<br />
designado para templo, siguiéndose aceleradamente con la<br />
construcción, que tuvo el apoyo económico de dicho Obispo<br />
(como lo había hecho con el puente de Uchumayo).<br />
La obra se concluyó el 12 de junio de 1747, según Echeverría, que<br />
añade: "En el siguiente día pasó del monasterio de Santa Catalina<br />
a esta nueva casa a las Madres Ignacia de la Cruz Barreda, priora<br />
que era en aquel entonces, a la M. Juana de San Pascual Bailón y<br />
Pacheco, a la Madre Bernarda del Espíritu Santo y Moscoso y a la<br />
Madre Ignacia de Santa Teresa y Barreda, por fundadores. Celebró<br />
esta función con un octavario de misas solemnes y desempeño de<br />
,<br />
oratoria de los mejores sujetos de la ciudad, sin reparar ep costo<br />
alguno del mayor culto. Reconocidas las cuentas: de los<br />
mayordomos se halló que el costo del edificio materi .ál llegó a<br />
75,828 pesos y el del adorno interior del templo a 36,172 pesos"<br />
(1952, p. 41). Como se puede observar de la relación de fundadoras<br />
eran ellas de las familias más pudientes y apegadas a las esferas<br />
eclesiásticas.<br />
El rey había previsto que se diera preferencia a las aspirantes de la<br />
soleada Villa de Moquegua.<br />
* * *<br />
Por lo visto lucido papel de compilador le correspondió a don<br />
Ventura Travada y Córdova en el estreno del monasterio de Santa<br />
Rosa y de modo especial en el octavario literario que el día 14 de<br />
junio de 1747 inició el Obispo Dr. Dn. Juan Bravo de Rivero. Los<br />
poetas colocaron en "tarjas", dice el autor, sus creaciones en latín y<br />
castellano, en variada métrica y rima.<br />
Conserva el manuscrito travadense el recuerdo de los que él llamó<br />
"Cisnes arequipenses", como el Padre Juan José de Quiroz, fray<br />
Fernando Salas, el Dr. Nicolás Olaguibel y Loayza, el P. Lector<br />
jubilado fray Antonio Mariscal, fray Baltazar del Prado, el Dr.<br />
Diego de Zaconeta y el Padre Maestro Juan Dávila, que prepararon<br />
oraciones gratulatorias "para coronar a las Musas". Algunos versos<br />
fueron tan del agrado de la intelectualidad dieciochesca mistiana<br />
que no faltó quien desprendiera y hurtara muchas de ellas,<br />
condenándolas así a egoísta anonimato, ya que la posteridad no las<br />
conoció a través de la obra de Travada, que las compiló (como un<br />
anexo) al final de su Historia.<br />
Tienen especial significación por su influencia sobre él, los poetas,<br />
o diremos mejor versificadores, don Manuel Hermenegildo de<br />
Rivero y Salazar, Maestre de Campo y regidor perpetuo del<br />
Cabildo arequipeño y el abogado de los estrados judiciales Dr. Dn.<br />
Manuel de Araníbar, ambos ascendientes de próceres de la<br />
Independencia Nacional. De aquí toma la nominación de "cisnes"<br />
con que moteja a los bates:<br />
"Como el torpe discurso de mi musa<br />
en la Tabla del Númen tan pequeña,<br />
cuando cantan sus glorias bellos Cisnes,<br />
copiara de ese asombro las grandezas".<br />
Empleando la figura literaria del Maestre de Campo don Manuel<br />
H. de Rivero y Salazar, dirá Travada en fluida prosa "muchas<br />
coronas de rosas, merecieron los Cisnes del Caistro arequipense"<br />
como premio a su poemario.<br />
Del doctor Araníbar aprovecha la metáfora de elevar su suelo hacia<br />
las etéreas del espacio que da origen al nombre de su producción<br />
historiográfica. Veamos como este poeta da origen a la titulación<br />
de "El Suelo de Arequipa convertido en Cielo", mediante el'uso de<br />
la parte final del soneto de Araníbar:<br />
"Y dudando si es Monte o es Athlante<br />
el que se echó a los hombros tanto Cielo<br />
se hallara ser un Príncipe gigante,
que si acaso le dio por cuna el Suelo<br />
fue sólo pa criarlo Empino Infante".<br />
Finalmente diremos que como el homenaje literario era para Santa<br />
Rosa de Lima, la más breve redondilla, dice:<br />
"Es colmena y es vergel<br />
este santuario de rosas<br />
que serán flores vistosas<br />
y abejas que den la miel"<br />
Y son muchos más los versos que ofrece la obra travadense que<br />
requieren de un estudio especial.<br />
También Travada, al describir el templo, da muestras de su<br />
elegante estilo, cuando se refiere al sillar de que se hicieron los<br />
edificios de Santa Rosa:<br />
"Es la materia de esta obra una especie de piedra de cuyas canteras<br />
abunda tanto la Ciudad que, sin que quedasen agotadas, pudera dar<br />
materiales para que se fabricasen de su materia todas las Ciudades<br />
de este Reyno y tengo el consuelo de que los que las han notado<br />
me culparán de corto en lo que he dicho; porque querran dar<br />
Hy<br />
as reflexiones<br />
biéramos querido ampliar esta obrita, sin embargo nos<br />
lo han impedido ciertas contingencias de carácter laboral<br />
la multiplicidad de tareas que nos hemos impuesto, en<br />
una franca rebeldía contra los años que nos acompañan<br />
inexorablemente, como el yugo a la yunta, como el sortilegio al<br />
mago, o como la languidez al vagabundo; y para no asemejarnos<br />
a éste recargamos nuestra actividad indebidamente, hasta sentir<br />
fatiga.<br />
El fundamento de la historia del área monumental de la Ciudad,<br />
está escrito y en el caso de ciertas instituciones, que no hemos<br />
tratado, o de un edificio antiguo que no describimos, o de un<br />
puente, cuya documentación ... no encontramos, hemos procurado<br />
suplir su ausencia con una ilustración, o una referencia secundaria.<br />
Tenemos confianza en nuestros paisanos que, algún día, ampliarán<br />
éste y muchos otros temas del quehacer citadino.<br />
También hubiéramos deseado ocuparnos de los arequipeños<br />
ilustres, muchos de ellos famosos en el mundo entero, como el<br />
doctor don José Luis Bustamante y Rivero, como el Dr. don Víctor<br />
Andrés Belaúnde, como el Dr. don Mariano Eduardo de Rivero y<br />
Ustariz, pero cada uno de ellos merece un tratado especial. Nuestro<br />
afán también hubiera estado dirigido a ocuparnos de politicastros<br />
que han dejado exhaustas a las instituciones que presidieron,<br />
aceptando ellos aquella inmoral frase: "Robaron, pero hicieron<br />
Historia de Arequipa 267<br />
materiales a otros Reynos. Tiene esta piedra para la hermosura, la<br />
blancura del alabastro, para la duración tiene una rara propiedad,<br />
que cuanto más la combate el tiempo engastada en el edificio, con<br />
las aguas y los soles, se va endureciendo más: peregrina propiedad,<br />
pues, cuanto los siglos apuestan a consumir todo lo sublunar, esta<br />
piedra ni la roe ni la consume el voraz diente de los tiempos. Luego<br />
que la sacan de la cantera tiene tal docilidad que con menos costo<br />
y más facilidad se labra de ella un Retablo de Orden Compósito<br />
para la fachada de una Portada, que del más dócil cedro. Las<br />
canteras que dan estas piedras, que se trabajan a diferencia de otras<br />
que hay en el sur, tienen la propiedad del Diamante, que ni se<br />
derriten, ni escaldan con el fuego. Enterrada esta piedra se<br />
consume y se desmorona, porque no la crió Dios para que<br />
feneciese enterrada, sino para que viviese eternidades construidas.<br />
La liga que es la cal es tan buena como las mejores del Reyno y si<br />
aciertan con su mezcla, no la mellarán los Arietes".<br />
Con este bello elogio que hace el primer historiador de Arequipa,<br />
y arequipeño, al material que se ha usado y sigue empleando en la<br />
ejecución de edificios que le han dado el título, sin que se lo de un<br />
rey o un presidente, de Ciudad Blanca, queremos dar término a<br />
obra", olvidándose de que robar es un delito. O de las entidades de<br />
servicios públicos, que tienen bien pagada a su gente amañando<br />
los medidores para que marquen más de lo que en realidad<br />
consume el usuario, que jamás tiene la razón... para ellos. Y habría<br />
que investigarlos... pero, ¿con quién?, si casi todo está podrido.<br />
***<br />
Son muchas las personas que merecen nuestro agradecimiento y<br />
que nos han alentado y estimulado constantemente en la<br />
realización de este trabajo que lo hemos hecho, como &cese<br />
constantemente, contra el reloj.<br />
En primer lugar, nuestro reconocimiento al directorio de<br />
"AREQUIPA AL DIA", representado por don Enrique Mendoza<br />
Núñez y a su plana directiva, encabezada por don Carlos Meneses<br />
Cornejo y personal que ha brindado su capacidad para la mejor<br />
presentación de todos y cada uno de los suplementos; al alcalde Dr.<br />
Dn. Juan Manuel Guillén Benavides y a todos los miembros de la<br />
Superintendencia para el mejoramiento del Centro Histórico y<br />
Zona Monumental de la Ciudad; a la <strong>Un</strong>iversidad Nacional de San<br />
Agustín y Rector Dr. Dn. Rolando Cornejo Cuervo; a la Facultad<br />
de Ciencias Histórico Sociales; al Archivo Regional de Arequipa,<br />
cuyo personal siempre nos brindó apoyo, así como a su Sección<br />
Iconográfica, creada gracias a las donaciones que le han hecho don<br />
Manuel Jesús Glave, doña Carmen Arboleda Viñas, don Edgardo
268 Historia de Arequipa<br />
Mendoza del Solar, doña Ana María Sardón de Carpio Azcuña, y<br />
el INC, en un volumen sobre restauración catedralicia y fotos del<br />
arquitecto Luis Germán Espinoza Salas, siendo directora doña<br />
Isabel Chirinos Soto.<br />
También nuestro reconocimiento a los profesionales que nos han<br />
proporcionado fotografías para ilustrar artículos especiales, cuya<br />
cortesía hicimos constar en las leyendas respectivas; y al empeño<br />
contagiante del periodista Dante Zegarra López, que siempre nos<br />
impulsó hacia la culminación de esta Historia.<br />
De modo especial deseamos agradecer a dos amigos que nos han<br />
acompañado en las vicisitudes de este trabajo, con su consejo y<br />
estímulo entusiasta, el Dr. Dn. Máximo Neira Avendaño y el Dr.<br />
Dn. Héctor Ballón Lozada, de cuyo afecto nos preciamos.<br />
Y a ustedes, constantes y sufridos lectores, que han seguido con<br />
fidelidad estas notas, hasta que les ponemos fin aquí, esperando un<br />
reencuentro.<br />
(Se terminó de escribir el martes<br />
19 de setiembre del año 2000)<br />
NOTAS<br />
(1) El historiador, profesor Helard L. Fuentes Rueda, descubrió el<br />
documento existente en el Archivo Regional de Arequipa,<br />
correspondiente a la Serie Intendencia, Subserie Administrativa,<br />
de 81VII/1806, donde se da cuenta de que en el folio 1 del<br />
protocolo de Luque, traía el nombramiento que hizo Fr. Vicente de<br />
Valverde de Alguacil Mayor a favor de Lorenzo Picado, en el<br />
poblado de Camaná, con fecha 4 de junio de 1539 (FUENTES<br />
RUEDA "Orígenes de la Escribanía Pública en Arequipa". Diario<br />
El Pueblo, 1 de enero de 1983).<br />
(2) "Cedulario Indiano" recopilado por Diego de Encinas. Estudio<br />
e Indices por A. García Gallo, Ed. Cultura Hispánica, (Madrid.<br />
1945-1946, T. IV, p. 229).<br />
(3) <strong>Un</strong>a de las chacras de Chilina. de dos topos,; que estuvo<br />
sembrada antiguamente por los Ubinas (del Ccollisuyu, donde se<br />
hablaba el Puquina) fue solicitada al Cabildo de Arequipa por don<br />
Pedro Pizarro, el 29 de enero de 1541, y se le dio posesión de ella<br />
el 3 de febrero del mismo año, siendo alguacil don Francisco<br />
Madueño y alcalde don Juan de la Torre. Lo curioso es que aunque<br />
sólo pidió dos topos don Pedro Pizarro, se le concedió "ocho<br />
fane g as de sembradui a" (BARRIGA, T. III -1955-, p. 245 ss.).<br />
(4) MELENDEZ, Juan. "Tesoros verdaderos de las Indias". En la<br />
Historia de la gran Provincia de San Ivan Bautista del Perú. de la<br />
Orden de Predicadores (Roma, Imp. de Nicolás Angel Tinassio,<br />
1681-2), 3 tomos.<br />
(5) En el Diccionario de la Lengua Castellana, de Vélez de<br />
Aragón, Duodécima Edición (1891), se define Mollejón: m. met.-<br />
Hombre muy gordo y flojo, o muy blando de genio. En Arequipa,<br />
se designa mollejón a la piedra de afilar navajas, puñales o<br />
cuchillos, o con la que se les quita el óxido. Se dice Loncco, a lo<br />
carente de filo y de brillo y, por extensión, es loncco o Loncca la<br />
persona sin cultura ni preparación, o que es muy rudimentaria en<br />
ella. Por eso a ciertos escribanos o secretarios que prestaban<br />
conocimientos de los que carecían sus jefes, o superiores<br />
jerárquicos, se les dice mollejón. Expresiones de nuestra tierra!!!<br />
(6) Obsérvese la terminología de estos magníficos carpinteros, en<br />
especial ahora cuando cualquier gañán se mete a carpintero, sin<br />
serlo. No conocen el uso de la cola y a todo le meten clavo, lo que<br />
es gravísima falta para un verdadero maestro de carpintería, que<br />
por felicidad aún existen. Pocos, pero superviven.<br />
(7) ZAMACOLA Y JAUREGUI, Juan Domingo de, "Relación<br />
puntual y verídica de los estragos que causó en la Muy Noble y<br />
Muy Leal Ciudad de Arequipa el espantoso terremoto acaecido el<br />
día 13 de mayo de 1784", en Los Terremotos en Arequipa por<br />
Víctor M. Barriga, Imp. La Colmena S.A., 1951, pp. 308 ss.<br />
(8) ARCHIVO GENERAL DE INDIAS (Sevilla). "Visita de la<br />
Provincia de Arequipa..." (1787-1795). Audiencia de Lima, Cartas<br />
y Expedientes. Nro. 805. En el mismo repositorio sevillano se<br />
conservan descripciones de la Ciudad de Arequipa, remitidas a<br />
especiales funcionarios de la Corte de España por el Intendente<br />
don Antonio Alvarez y Jiménez, como describe Rubén Vargas<br />
Ugarte S.J. en "Manuscritos peruanos en las Bibliotecas y<br />
Archivos de Europa y América" T.V. (Buenos Aires, 1947, p.<br />
106); "Manuscritos peruanos en las Bibliotecas de América", T.V.<br />
(Buenos Aires, 1945, pp. 91 y 94j y "Manuscritos peruanos del<br />
Archivo de Indias" (T. II, Lima, 1938, pp. 372-373, y 377-378).<br />
(9) Parece referirse la Relación Anónima al capitán Jerónimo<br />
Pacheco, quien con su mujer Lucía de Padilla hizo numerosas<br />
donaciones a instituciones religiosas. Jerónimo Pacheco fue<br />
encomendero de parte de los Aruni (o Arones, para los' españoles),<br />
incluidos los de Ocoña, a quienes supo explotar finamente para<br />
luego hacer valiosas donaciones a favor de conventos y<br />
monasterios para la salvación de su alma.<br />
(10) El Archivo Regional de Arequipa conserva un expediente de
las propiedades que habían sido de los jesuitas en Arequipa, y que<br />
corresponde al año de 1771. Allí se pormenoriza la forma como<br />
adquirieron ellos diversas fincas rústicas y urbanas (ARAR, Prot.<br />
Nro. 303, Fs. 1 y siguientes).<br />
(11) Esta Relación anónima de tan candorosa y difícil redacción,<br />
data de 1601, como que el autor expresa: "Más este (terremoto de<br />
1582) que decimos de Arequipa existía tan sin comparación a todos<br />
los que han habido en este reino después que han habitado<br />
españoles en él, le hizo tal destrozo en la Ciudad que hasta hoy que<br />
han pasado ya 19 años, no han podido levantar cabeza" (p. 23).<br />
Total: 1582 + 19 = 1601.<br />
(12) El ingeniero del Estado don Teófilo M. Fioretti era miembro de<br />
la Junta Directiva de Obras Públicas, con don Manuel Bejarano y el<br />
Arquitecto del Estado don Lucas Poblete, además de autoridades<br />
como el Prefecto y el Alcalde de la Ciudad.<br />
(13) En ciertas piezas de los restaurantes que ocupan los altos del<br />
Portal de San Agustín, se conservan todavía antiguos empapelados<br />
en paredes que otrora fueron salones de recepción.<br />
(14) ARAR, Prot. Nro. 271, del escribano Adrián Ufelde, de 1614.<br />
Fs. 275 vta. "La Ciudad. Concierto de la obra de los Corredores con<br />
Juan Ochoa, maestro". V.tb. Fs. 347 y 349.<br />
SIGLAS Y ABREVIATURAS<br />
A.A.A. Archivo Arzobispal de Arequipa<br />
Adm in. Administrativa (Subserie)<br />
A.G.I. Archivo General de Indias (Sevilla)<br />
A.G.N. Archivo General de la Nación (Lima)<br />
A.M.A. Archivo Municipal de Arequipa<br />
ARAR Archivo Regional de Arequipa<br />
A.R.M. Archivo Regional de Moquegua<br />
B.N.E. Biblioteca Nacional de España (Madrid)<br />
B.N.P. Biblioteca Nacional del Perú (Lima)<br />
Correg. Corregimiento (Subserie)<br />
Intend. Intendencia (Subserie)<br />
LAC. Libro de Actas del Cabildo<br />
LCRP. Libro de Cédulas, Resoluciones y Provisiones<br />
P ó pp. Página o páginas<br />
Prot. Protocolo<br />
PUCP Pontificia <strong>Un</strong>iversidad Católica del Perú<br />
UNMSM <strong>Un</strong>iversidad Nacional Mayor de San Marcos<br />
UNSA <strong>Un</strong>iversidad Nacional de San Agustín<br />
UCSM <strong>Un</strong>iversidad Católica Santa María<br />
Ver, o vea.<br />
Historia de Arequipa 269<br />
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CONTENIDO<br />
HISTORIA DE AREQUIPA.- El Centro Monumental de la<br />
Ciudad, pág. 1.- Situación, 2.- Introducción, 3.- Presencia<br />
del hombre primordial. 6.- Ruta de grupos andinos a la<br />
Chimba. 11.- Arequipa no tuvo fundación Inca. 13.- Falsa<br />
Crónica. 18.- Los Yarabaya: autóctonos mistianos. 19.-<br />
Erupción que casi acabó con esta etnia. 20.- Cómo vivían<br />
los Yarabaya. 21.- Circunstancias que motivaron la<br />
fundación de Arequipa. 22.- Viviendo en las chozas de los<br />
Yarabaya. 23.- Protocolo de Luque. 26.- Cumpliendo la<br />
provisión de Pizarro. 27.- Autoridades de Camaná. 28.-<br />
Cabeza de puente para la conquista de Chile. 30.-Buscando<br />
nuevo asiento en el Chili. 34.- Fr. Pedro de ,Ulloa y la<br />
Vicaría. 36.- Supuesto fundador. 38.- Fundación de<br />
Arequipa. 39.- Trazando el "damero". 43.- La Ranchería.<br />
46.- Juan de la Torre. 47.- Plaza de Armas: Corazón de la<br />
Ciudad. 50.- La Alcantarilla y los remates. 51.- Atención<br />
escribanil. 52.- Preocupaciones vecinales. 54.- La Iglesia<br />
Mayor. 55.- El primer Organo. 60.- Antiguo hospital. 61.-<br />
Casas del Ayuntamiento. 62.- Su reconstrucción. 66.-<br />
Santo Domingo. 70. Alcaldes. 82. El vino. 87.- El<br />
Pabellón carmesí. 91.- Alferazgo General. 93.- Otros<br />
Historia de Arequipa<br />
ZEGARRA MENESES, Guillermo<br />
1956 Labor desatollada en la Inspección de Cultura del<br />
Concejo de Arequipa, Imp. Portugal S.A., Arequipa<br />
1961 Historia del Colegio de Abogados y Apuntes para la<br />
Historia de Arequipa Suplemento de El Derecho.<br />
1971 Arequipa en el paso de la Colonia a la República<br />
Visita de Bolívar. Ed. Bando del Sur, Imp. Cu77i y<br />
Cía S.A., Arequipa.<br />
Erratas notables:<br />
Pag 57. (En la leyenda del retrato). Dice: fray. Debe decir: Pbro.<br />
(Presbítero).<br />
Pag 146, linea 9. Dice: 1690. Debe decir 1698.<br />
Pag 150. (En leyenda). Dice: 1690. Debe decir 1698.<br />
Pag 223, linea 8. Dice: 1880. Debe decir: 1780.<br />
Pag 233, linea 4. Dice: 1821. debe decir: 1921.<br />
Las ilustraciones de cabecera de los primeros<br />
Suplementos de esta Historia, se deben a la<br />
pluma del hábil artista don Nataniel Delgado<br />
y fueron creadas a mediados de los años 30 del<br />
sigloXX.<br />
títulos. 95.- Guerras civiles. 98.- Arequipa defiende sus<br />
privilegios. 100.- El Volcán: Heráldica y nombre. 104.-<br />
Corregimientos. 106. El matadero. 108. Elogios de<br />
Cervantes. 111.- La Merced. 114.- San Francisco. 119.-<br />
Tercera Orden, 124.- San Agustín. 125.- Puente viejo.<br />
130.- Compañía de Jesús. 146.- La Catedral. 162.-<br />
Restauración de una torre. 178.- Tímpano antiguo y<br />
moderno. 181.- Siglo XVII. 186.- Santa Marta. 186.- Los<br />
Portales. 188.- San Antonio Abad. 197.- El "Tuturutu".<br />
198.- Siglo XVIII. 202.- Casa de Expósitos. 205.-<br />
,<br />
Cementerios fuera de templos. 206.- La Apacheta. 207.-<br />
Rebelión de los Pasquines. 210.- Melgar y la Tertulia<br />
Literaria. 214.- <strong>Un</strong> arequipeño en los Húsares de Junín.<br />
220.- Siglós XIX y XX. 221.- Caudillismo militar. 226.- El<br />
Ferrocarril. 230.- La Ciudad se moderniza, 234.-<br />
Iluminación y Tranvía. 237.- Mercado de San 'Camilo.<br />
242.- Obras del IV Centenario. 244.- Residencias. 245.-<br />
Casa del Moral. 245.- Casa Tristán del Pozo, 250.- Casa de<br />
la Moneda. 252.- Casa del Corregidor. 254.-. Casa del<br />
Alférez. 258.- Monasterios. 260.- Santa Catalina 261.-<br />
Santa Teresa. 262.- Santa Rosa. 266.- Ref .2.,s y<br />
agradecimientos. 267.- Notas. ' 268.- Bibliografía. 269.
- '72 Historia de Arequipa<br />
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expresión de arquitectura moderna del edificio -El Peral", propiedad de Don Sabino Velásquez Velarde.<br />
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