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194 Historia de Arequipa<br />

1P<br />

i<br />

tru tul<br />

del Portal cte San Agustín<br />

Texto:<br />

Guillermo Galdos Rodríguez<br />

Digitación:<br />

Violeta Mendoza<br />

Diagramación:<br />

Franco Delgado<br />

Escaneo de fotos:<br />

Silver Romero<br />

Supervisión:<br />

Dante Zegarra López<br />

Edición:<br />

distribución gratuita<br />

AREQUIPA al DÍA<br />

N°13<br />

Portada:<br />

Portal de San Agustín<br />

(Foto del Archivo Regional de Arequipa)<br />

La reconstrucción del Portal de San Agustín mereció<br />

contrato especial, tarea en la que invirtió el alarife<br />

Maestro Juan Albertazzo. En esta escritura intervino una<br />

comisión multisectorial, representada por los Dr. José Santos<br />

Talavera y José Santos Delgado, contralores de Rentas y Gastos,<br />

respectivamente, del Consejo Departamental y don Santos C.<br />

Vargas, Síndico Contralor de Rentas del Concejo Provincial, y el<br />

Dr. J. Lorenzo Ballón, Contralor de Gastos de la misma<br />

Municipalidad; además, el Dr. José Domingo Montesinos, el<br />

Coronel don Clemente Aróspide; y, en representación de los<br />

propietarios de los portales, doña_Estefanía Ballón de Lizárraga,<br />

su esposo don Enrique Lizárraga, don Manuel García Suárez,<br />

don Fernando Cornejo, don Baltazar Herve, doña Dominga<br />

Escalante de Castaños, doña Josefa Solís de Paredes, don<br />

Manuel Moscoso, don José María Arrisueño, el Dr. Ricardo<br />

Arrisueño, don Calixto Vásquez, don Mariano de P. Flores, don<br />

José A. Vargas, el Dr. Abel I. Campos, el Dr. Tomás Alvarez<br />

Cano, este último como apoderado de don José A. ,Ri vera.<br />

Estuvo representado el Fisco por don Francisco Ballón,<br />

Acordaron, en primer término, formar una Comisión o Junta de<br />

Inspección, al igual que se hizo en la edificación del Portal de<br />

Flores, la que designaría un Depositario de los fondos destinados<br />

para la obra, los cuales ascendían a 55 575 soles. El Gobierno, la<br />

Junta Departamental y el Concejo , Provincial se obligaban a


eunir, lo más pronto posible, sus respectivos aportes y<br />

determinándose que los propietarios oblarían la tercera<br />

parte que les correspondía en costos de construcción.<br />

Se perfeccionó el contrato recién el 15 de marzo de 1878.<br />

El Portal de San Agustín tendría que edificarse de acuerdo<br />

a los planos hechos por el arquitecto don Eduardo<br />

Porugada, que habían sido aprobados por la Junta Central<br />

de Ingenieros.<br />

"La parte pulida de la obra, la cincelada y la puesta, se<br />

ejecutarán según se está construyendo el Portal de Flores"<br />

(ARAR, Prot. Nro. 506, de 15 de marzo de 1878, Fs. 129,<br />

V. Tb. 130 vta).<br />

Don Juan Albertazzo se comprometía a terminar la obra en<br />

el plazo de dos años, en el precio indicado de 55 575 pesos<br />

y que recibiría el valor en billetes circulares emitidos por el<br />

Banco de Lima. Cada quincena recibiría parte del precio,<br />

según aprobación de la Junta de Ingenieros; teniendo el<br />

contratista el derecho de extraer la piedra de la misma<br />

cantera de la que se sacaba para la edificación del Portal de<br />

Flores, que era muy rica en material y para guardar<br />

similitud de material y diseño en todos los portales de la<br />

Plaza de Armas.<br />

Albertazzo podría hacer uso de la calle frente al Portal y<br />

parte de la Plaza para la labranza de la piedra y para las<br />

demás exigencias del trabajo; pero, debía dejar expedito el<br />

tránsito del ferrocarril urbano, consistente en vagones<br />

tirados por caballos, que ya operaba en Arequipa en esos<br />

Historia de Arequipa 195<br />

años de 1878. - Tenía la obligación contractual de que,<br />

concluida la obra, dejaría la plaza totalmente libre de<br />

escombros.<br />

Igualmente estaba obligado Albertazzo de respetar la<br />

ejecución de otras obras, especialmente de no emplear a<br />

otros trabajadores que estuvieran prestando servicios en los<br />

dos portales en construcción.<br />

Para iniciar todos estos trabajos debía previamente demoler<br />

el portal de sillar dañado por el terremoto, pudiendo<br />

emplear las piezas para su beneficio personal.<br />

Hay otras cláusulas de menor importancia en este contrato<br />

celebrado ante el escribano público, Dr. Mariano<br />

Bustamante, en el referido protocolo Nro. 506,<br />

correspondiente al año de 1878, casi a los diez arios del<br />

sismo.<br />

Don Juan Albertazzo cumplió lo especificado y fue autor<br />

no sólo de la edificación del Portal de San Agustín, sino de<br />

su hermosa vivienda y de otras en céntrica zona de<br />

Arequipa.<br />

Ya con posterioridad fueron construidas las plantas altas de<br />

los tres portales de la Plaza de Armas, como se puede<br />

apreciar en la información gráfica que ofrecemos en este y<br />

otros suplementos.<br />

Por las averías sufridas en los sismos de 1958 y 1960.<br />

fueron demolidos los altos y desarmados en su totalidad los<br />

Portales de granito para hacer los corredores de primero y<br />

segundo pisos que hoy se exhiben a propios y extraños.


196 Historia de Arequipa<br />

Despues de los terremotos de 1958 y 1960 se desarmaron (arriba)<br />

y reconstruyeron los Portales de la Plaza de Armas (abajo).<br />

(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa)


A comiett-os del siglo XX el templo de San Antonio Tuvo una sola torre.<br />

(Cortesía del Archivo Regional del Arequipa)<br />

,11 iia de San Antono<br />

de Miraflores<br />

En el siglo XVII los pocos pobladores de la Pampa<br />

solicitaron que se construyera una iglesia para<br />

indios diferente a la de Santa Marta, destinada casi<br />

exclusivamente a los tribunales Yarabaya, yanaconas y de la<br />

Ranchería, o sea aborígenes y servidores de la Ciudad. Sin<br />

embargo, fue en el gobierno del virrey don José Antonio<br />

Manso de Velasco, Conde de Superunda, que se logró<br />

concretar esta aspiración, a devoción del curaca Antonio<br />

Choquerima, quien después de innumerables gestiones,<br />

logró la licencia de este virrey que gobernó el Perú durante<br />

16 años, desde 1744. La modesta capilla que se levantó la<br />

destruyó el terremoto de 1784, por lo que a causa del<br />

entusiasmo y aporte económico de los vecinos del lugar y de<br />

la constancia de don Liborio Silva, se procedió a levantar<br />

este templo.<br />

Historia de Arequipa 197<br />

Declara Echeverría y Morales que para el año en que estaba<br />

firmando el libro "Memoria de la Santa Iglesia de<br />

Arequipa", o sea en 1804, "la gente que la compone es<br />

numerosa y demandó la división territorial con asistencia de<br />

otro pícaro" (1952, p. 23) y para entonces y aún antes a esta<br />

Pampa ya se le estaba llamando Miraflores.<br />

Padeció varias restauraciones desde entonces esta iglesia que,<br />

en décadas anteriores al cuarto centenario de la Ciudad de<br />

Arequipa, sólo contaba con una torre.<br />

Precisamente, como constancia gráfica presentamos una vista<br />

de la plazuela miraflorina de San Antonio, cuando seguíase<br />

usando llamas para el transporte de mercadería a ese sector<br />

provenientes de los valles altos de nuestro Departamento.


198 Hicmria de Aren,;.,<br />

para todo buen arequipeño el Tuturutu de la Pila<br />

'Tuturutu" d( a Pi<br />

es todo un símbolo y hasta una institución. No es<br />

sólo un adorno.<br />

Es que ha visto gran parte de la Historia de Arequipa, sin<br />

inmutarse. Cuantas cosas podría contar el buen Tuturutu,<br />

que ha visto fusilar a presidentes, maldecir a<br />

malvivientes, rebuznar a demagogos y persignarse a<br />

beatas que afirman que a pocos pasos de la pila hay un<br />

claro abierto en el cielo, nada menos que para ver al<br />

Espíritu Santo; pila donde se bañó una noche, bien<br />

vestido, un alcalde, porque acababa de clasificarse la<br />

selección futbolística para un campeonato mundial.<br />

Se afirma que ese día el Tuturutu levantó un poco más la<br />

trompeta para hacer llegar a lo alto su misterioso sonido,<br />

que no puede percibir oídos de arequipeño o de gente<br />

buena, ¡así será, pues!<br />

Llegó a la Ciudad junto con la pila. Era un obsequio del<br />

Obispo don Juan Cavero de Toledo, quien la estrenó el 20<br />

de octubre de 1735. Se le proveía de agua mediante un<br />

canal de loza, construido a costa de otro prelado, don<br />

Juan Bravo de Rivero, aprovechando la bocatoma de la<br />

acequia de Miraflores, en El Filtro, y cruzando<br />

empotrado a todo lo largo de la calle Guañamarca (hoy<br />

Rivero).<br />

La descripción más minuciosa y real de la Pila Colonial,<br />

la trae don Buenaventura Antonio Fernández de Córdova<br />

y Peredo, conocido literaria y bibliográficamente como<br />

Ventura Travada y Córdova, autor de "El Suelo de<br />

Arequipa convertido en Cielo", suscrita en 1752.<br />

"Se señorea una vistosa pila, cuya principal pilastra y<br />

demás adherentes son de bronce. Tiene de altura once<br />

varas. Corónala un ángel por fama (actualmente, como<br />

antes, se le llama con el popular apodo de "T.uturutu"),<br />

por cuya boca se eleva el agua en un altísimo penacho<br />

que, derramándose en rizos, la viste de hermosos rocíos,<br />

que descendiendo en una concha los despedaza en perlas<br />

que, en transparentes cristales, los comunica por cuatro<br />

chorros a otra alberca mayor y de ésta por seis caños<br />

desciende a estancarse en la taza principal que, siendo de<br />

piedra de ala de mosca hermosamente labrada, quiere<br />

competir al bronce de la pilastra en duraciones; tiene una<br />

taza o estanque, veinte y seis vegas en círculo, y vara y<br />

media de altura. En un círculo tiene nueve columnas de<br />

piedra de ala de mosca de la que pende una gruesa cadena<br />

de fierro para mantenerla con limpieza y sin que se le<br />

acerquen bestias al agua represada en el estanque.<br />

Exteriores a la cadena tiene también al contorno de la<br />

pila, cuatro pilones de cal y canto vistosamente labrados,<br />

cada uno de ellos con cuatro caños, siendo por todo<br />

veintisiete los cañones por donde se derrama esta<br />

peregrina fuente" (TRAVADA, 1993, p. 156)).<br />

La descripción es fiel, pues en época colonial y hasta<br />

fines del siglo XIX, esta pila y el Tuturutu, contaron con<br />

la protección de nueve columnas entrelazadas con una<br />

cadena de fierro, como decía este autor, asegurando que<br />

mediante ella se mantenía con limpieza el agua "sin que<br />

se le acerquen bestias al agua represada en el estanque";<br />

en lo que falló Travada es en suponer que en los actuales<br />

tiempos no se le iban a acercar bestias (y no precisamente<br />

cuadrúpedos) para enturbiar los cristales de la peregrina<br />

taza de granito de ala de mosca, que hasta le echan<br />

inmundicias. ¡Paciencia, porque cada ciudadano tiene el<br />

privilegio de ser lo bestia que quiera, o<br />

no?<br />

Básicamente, la misma pila de bronce<br />

con el Tuturutu, es la que actualmente<br />

se enseñorea en el centro de nuestra<br />

ahora Republicana Plaza de<br />

Armas, pero con algunas<br />

modificaciones. La<br />

piedra de ala de mosca ha<br />

sido reemplazada con la<br />

actual de granito y se<br />

suprimieron las columnas<br />

altas de piedra y<br />

- la cadena de<br />

fierro que la<br />

circundaban<br />

En cambii<br />

se ha<br />

agregado una<br />

concha inferior<br />

de mayor<br />

diámetro, en<br />

reemplazo<br />

de la que<br />

1.


ostentaba los símbolos monárquicos que lució otrora. Los<br />

actuales con los escudos de la Repú-blica Peruana y de la<br />

Ciudad de Are-quipa.<br />

Para hacerle e-sa taza ma-yor, a comienzo del siglo XX,<br />

fue desarmada completamente la pila y en un canchón de<br />

la fundición de don Cayetano Arenas (ahora playa de<br />

estacionamiento de la calle del Moral), encargado del<br />

trabajo, permaneció largos años la pila y el pobre<br />

Tuturutu botados en el polvoriento suelo, cual símbolo de<br />

promesas incumplidas. Pero, un arequipeño bien nacido<br />

no puede -ni debe- permitir que el ángel de bronce esté<br />

respirando el polvo. Como estorbaba en el taller fue<br />

trasladado al antiguo Colegio de Educandas, en el Fundo<br />

El Fierro, que por entonces oficiaba de Cárcel Pública<br />

para varones, hasta que se construyera el local de<br />

Siglo XX.<br />

Cuando fueron fundidas las nuevas albercas<br />

bronce, se armó la pila y con el Tuturutu<br />

como timbre, volvió a engalanar la Plaza,<br />

Mayor. Nuestro personaje, como buen-'1'<br />

arequipeño, ha estado en los más raros<br />

Historia de Arequipa 199<br />

predicamentos. Se ha exhibido orgulloso, conoció el<br />

sabor del polvo y hasta estuvo en la cárcel. Volvió a<br />

ocupar alto puesto (sin ser político, el pobre) y presenció<br />

con pesar que manos profanas rompieron sus tazas para<br />

por ellas clavar horribles tubos de plástico de dos<br />

pulgadas de ancho, en lugar de los discretos canalitos de<br />

plomo por los que pasó el agua, que es su vida y<br />

fundamento.<br />

No imaginamos aún que otras picardías se hará con el<br />

buen Tuturutu, que esperamos no verlas; pues, sin ser<br />

político ya estuvo en la cárcel, entre rejas, que es el<br />

máximo honor a que puede aspirar un demagogo<br />

fracasado, pese a no serlo; como que representa las<br />

virtudes de nuestros paisanos.<br />

Desde su origen ha sido personaje alegre, aunque lo<br />

ensucien las palomas, como que es cornetero, de ahí su<br />

onomatopéyico nombre. No sería raro que hasta<br />

"ccapero" haya sido.<br />


200 Historia de Arequipa<br />

Todo un símbolo para Arequipa es el famoso Tuturutu<br />

(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa)


Antiguos locales de la <strong>Un</strong>iversidad de San Agustín (arriba)<br />

y del Colegio Nacional de la Independencia Americana de Arequipa (abajo).<br />

(Fotos del Archivo Regional de Arequipa)<br />

Historia de Arequipa 201


202Historia de Arequipa<br />

La mentalidad crédula y beatucona del siglo<br />

anterior no desaparece a la vuelta del siglo<br />

XVIII, pero adquiere ciertos matices de<br />

sensibilidad social que encuentran su máxima expresión<br />

en el progresista Obispo don Pedro José Antonio León<br />

Cháves de la Rosa Galván y Amado, quien jamás<br />

abandonó por ello sus creencias cristianas y, justo por tal<br />

motivo, hubo de enfrentarse a una sociedad<br />

negativamente conservadora que había llevado su<br />

creencia religiosa a extremos de superstición y acomodo,<br />

que contrariaban los principios mismos de su fundador.<br />

Con todo, el afán de mejoramiento de la educación de la<br />

juventud, hizo que se produjera entonces una gestión<br />

combinada de todas las instituciones para gestionar el<br />

establecimiento de centros de educación superior, como<br />

colegios y universidad. Muchos ingenios se perdían por<br />

carecer de ellos y únicamente las familias pudientes<br />

estaban en condiciones de facilitar los estudios de sus<br />

hijos en ciudades o países distantes.<br />

Los jesuitas, a través del Colegio de Santiago, impartían<br />

una instrucción elemental y con ciertas limitaciones;<br />

pero al menos salvaron la situación en el siglo XVII, por<br />

lo que en el siguiente se pensó seriamente en gestionar la<br />

autorización para el funcionamiento de un colegio<br />

,‘,A.10 3 4 .dores<br />

Palacio Obispal de don<br />

Pedro José Chaves de la<br />

Rosa<br />

(Foto del Archivo<br />

Regional de Arequipa)<br />

público y de la universidad. Y el intento provino de<br />

eclesiásticos precisamente. Fray Juan de Rivero,<br />

mediante comunicación al capitán de milicias don Jorge<br />

Medrano Sandoval, le hacía conocer que dedicaba 20<br />

topos de cañaveral en el pago de Cocotea, del valle de<br />

Tambo, para que, a su muerte, se destine su renta a la<br />

fundación de una <strong>Un</strong>iversidad en el convento de San<br />

Pablo de predicadores dominicos (ARAR, Prot. Nro.<br />

293, Fs. 452 ss). Por desgracia se consideró que el aporte<br />

económico era insuficiente y que no se adjuntaron las<br />

Constituciones y como no se especificó la currícula,<br />

sería otra especie de Seminario, bajo administración de<br />

la Orden de Santo Domingo.<br />

La burocracia centralista de Lima y la <strong>Un</strong>iversidad<br />

Nacional de San Marcos, bloquearon todo intento de<br />

colmar estas aspiraciones en ciudades como Arequipa y<br />

Trujillo que eran las que mayor empeño ponían en ello,<br />

especialmente cuando la Orden de Redención de<br />

Cautivos de la Merced, viendo las limitaciones del<br />

Seminario que sólo otorgaba órdenes religiosas y no<br />

títulos profesionales, acordó la gestión para que se<br />

autorizara la fundación de un colegio público y una<br />

universidad, para lo que destinó . una Capilla, por lo<br />

pronto para ésta, y sitio contiguo para aquel, según


documento de 10 de abril de 1766 (ARAR, Prot. Nro.<br />

324, Fs. 481 vta.). Se establecía tres cátedras: Theología<br />

Escolástica. Latinidad y la tercera de Artes, que era la<br />

única novedad respecto al Seminario y otros centros<br />

religiosos. El Dr. Juan Manuel de Moscoso y Peralta, por<br />

entonces Maestrescuela de la Catedral, prometió la<br />

cesión de 20 000 pesos de principal, además de 4 000<br />

pesos que ya tenía donados para el colegio de ese<br />

convento, para dotar las Cátedras de Prima, Vísperas,<br />

Instituta y de Moral; pero no firmó la escritura (ARAR,<br />

Prot. Nro. 324, Fs. 476).<br />

En apoyo a la creación de esta universidad salieron el<br />

Ayuntamiento y el Cabildo Eclesiástico y posteriormente<br />

el Intendente Alvarez y Jiménez, quien presidiendo al<br />

Municipio, hizo redactar una carta a la reyna doña María<br />

Luisa de Parma, ante la desatención de su esposo Carlos<br />

IV, fechada el 10 de enero de 1794.<br />

Fue necesario que don Simón Bolívar, el eminente<br />

Libertador, viera personalmente las necesidades de<br />

Arequipa para que ya en el período Republicano<br />

dispusiera la<br />

Historia de Arequipa 203 •<br />

creación del Colegio Nacional de la Independencia<br />

Americana, de la <strong>Un</strong>iversidad Nacional de San Agustín y<br />

de la Corte Superior de Justicia, como instituto<br />

autónomo y Poder del Estado, que debe estar desligado<br />

de la intromisión política del Poder Ejecutivo y del<br />

Legislativo.<br />

Los proyectos precursores en favor de la Instrucción y la<br />

Cultura fracasaron en el siglo XVIII, además de otras<br />

"obras pías", salvo aquellas que el espíritu emprendedor<br />

del Obispo Cháves de la Rosa rescató del olvido casi<br />

cuando terminaba el siglo que ahora nos ocupa, a las que nos<br />

referiremos; la Casa de Recogidas, el Orfanato y la<br />

reestructuración curricular del Seminario.<br />

En el siglo XVIII, fueron fundados en la Ciudad el<br />

Monasterio de Santa Teresa, el Monasterio de Santa Rosa, en<br />

su primera mitad; y, en la segunda, el convento de los Padres<br />

de la Buena Muerte, o Agonizantes, que tan fugaz existencia<br />

tuvo entre nosotros. De ellos nos ocuparemos en su<br />

oportunidad, en especial de los monasterios, por la<br />

riqueza artística que conservan con cuidado.<br />

Con el terremoto de 1868 se destruyó el templo de San Camilo, al .al que la calle del Lúcumo (ahora Perú) y sus<br />

estructuras sirvieron para el mercado de abastos, del mismo nombre.<br />

(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).


204 Historia de Arequipa<br />

e<br />

asa Ut<br />

Ejercía el cargo de Corregidor el general don<br />

Gabriel López de Discastillo y Ascona, caballero<br />

de la Orden de Calatrava, quien el 3 de noviembre<br />

de 1702, propuso al Ayuntamiento la creación de una Casa<br />

de Recogidas, al observar el maltrato que muchas mujeres<br />

sufrían de sus maridos. Las costumbres prepotentes del<br />

amparo y la protección que los jueces daban a los<br />

agresores, en aras de un mal fundado machismo, exigía la<br />

creación de una institución que las protegiera. El<br />

Ayuntamiento trató de que el Obispo, don Antonio de<br />

León, se pusiera de acuerdo con una comisión edil para<br />

solucionar el problema, más de inmediato no pudo hacerse<br />

nada.<br />

Conocedor del problema, el bachiller don Cristóbal de la<br />

Barreda estableció el 5 de octubre de 1714 que, después de<br />

los días de su vida se utilizara su amplio solar para ese<br />

proyecto y que si tuviera que hacerse una ampliación se<br />

dispusiera del valor de sus bienes; señalando<br />

adicionalmente 10 000 pesos de principal y un rédito anual<br />

de 500 pesos, en su viña de Tacar, del valle de Vítor, para<br />

s kecog<br />

el sustento de las mujeres que se acogieran a esa Casa y<br />

dotando de 6 000 pesos de principal y 300 de renta anual<br />

en un tambo inmediato a su vivienda para el capellán a su<br />

cargo de la obra pía; con la condición que éste diga una<br />

misa rezada semanal por las intenciones del fundador;<br />

además de misas en días festivos para las Recogidas.<br />

El señor de la Barreda falleció al intestado, el 11 de junio<br />

de 1715, según el Cango. Santiago Martínez (1931-43).<br />

Se quiso destinar el valor de esta donación con otro fin,<br />

pero el Obispo Dr. Juan Bravo de Rivero se opuso y lo<br />

dedicó a esa especie de Beaterio, en cumplimiento de la<br />

Real Cédula del 28 de julio de 1722, y procedió a fundar<br />

la Casa de Recogidas el 16 de enero de 1745.<br />

Desde esta fecha se desmejoró mucho la Casa de<br />

Recogidas por mala conducción de sus rentas, por lo que<br />

el Obispo Cháves de la Rosa determinó que los fondos de<br />

que ella disponía fueran administrados con rigurosa<br />

honestidad, de modo que los capellanes no se beneficiaran<br />

de lo que correspondía a las pobres mujeres ya bastante<br />

maltratadas.<br />

Casa de las Recogidas a la que ninguna institución restauró o mejoró, hasta octubre del año 2000; una semana después<br />

de tomada esta foto, que ya resulta histórica.


Las estructuras<br />

,<br />

edificio Chave la Rosa, di .e influencia francesa.<br />

(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).<br />

- r a en de Expósitos Chave,<br />

de la Rosa<br />

Chaves de la Rosa hizo la fundación de la Casa de<br />

Expósitos, para la cual forjó la idea y puso los<br />

medios económicos el Maestrescuela don Joseph<br />

Cavero y Francia, que dio para ello instrucciones a su<br />

pariente, el Obispo Juan Cavero de Tholedo, en<br />

testamento (que no es habido, a quien designó como<br />

principal albacea, poco antes de su fallecimiento (en<br />

1741), recayendo con posterioridad dicho albaceazgo en<br />

el Padre Francisco Javier Recalde S.J..<br />

En 1760 desempeñaba el patronazgo de la Obra Pía otro<br />

jesuita, Manuel Lince, Rector al mismo' tiempo del<br />

Colegio de La Compañía, y ambos Patrones pusieron las<br />

propiedades del Maestrescuela Joseph Cavero y Francia a<br />

censo redimible, lo que impidió que se fundara el<br />

orfanato, y por falta de gestión para que el rey autorizara<br />

su funcionamiento.<br />

Gobernaba .la Diócesis el Obispo Chaves de la Rosa,<br />

cuando se hizo conocer en sesión del Ayuntamiento, que<br />

se había recibido una comunicación dirigida al Intendente<br />

Alvarez y Jiménez por la cual se le informal), ue lUS<br />

Superiores Decretos dados por Carlos IV, aprobando el<br />

establecimiento de la Casa de Niños Expósitos, mandando<br />

que el señor Obispo (Chaves de la Rosa) reciba el local<br />

del Colegio de ex jesuitas, que venía siendo ocupado por<br />

la tropa, que debería trasladarse a la Casa-Tambo<br />

(también de La Compañía), situada tras el complejo<br />

arquitectónico de dicha Orden, calle por medio (donde<br />

hoy funciona la Primera Comisaría o Delegación de la<br />

Policía Nacional del Perú). (ARAR, "Libro de Acuerdos<br />

que empieza en enero de 1795 hasta 1803", sesión del 7<br />

de agosto de 1795, Fs. 14 y 14 vta.).<br />

Historia de Arequipa 205<br />

En sesión del Cabildo correspondiente al 22 de.febrero de<br />

1798, se recibieron recién las Constituciones que deben<br />

gobernar la Casa de Misericordia, Expósitos y Hospicio<br />

de esta Ciudad" (Ibidem, Fs. 87 vta.) Aunque tardía, esta<br />

aprobación de Constituciones que reglamentaban su<br />

funcionamiento, el Orfanato había venido funcionando<br />

con normalidad desde su fundación el 24 de octubre de


206 Historia de Arequipa<br />

1788, bajo la siempre atenta mirada del Obispo,<br />

especialmente cuando don José Ruiz de Somocurcio,<br />

redimió el censo impuesto a favor de sus suegros Abril-<br />

Olzabala, el 18 de julio de 1801. Fue cobrando<br />

importancia, a pesar del retiro de Cháves de la Rosa del<br />

Obispado, porque acrecentaron sus rentas, aún después<br />

de consolidada la República. En el local de la Compañía<br />

de Jesús, donde se le instaló, había algunos espacios que<br />

no utilizaron los jesuitas, hacia la calle de San Juan de<br />

Dios, los cuales fueron vendidos por el Rector de la Casa<br />

de Expósitos, Dr. Antonio Gregorio de Tamayo, a favor<br />

de la Compañía Empresaria del Teatro de Arequipa (hoy<br />

Fénix), para ampliar sus instalaciones, sin perjuicio de<br />

las tiendas que venía edificando el Dr. Tamayo para<br />

rentas institucionales.<br />

Aportes generosos para el Orfanato fueron muchos y<br />

citaremos, como ejemplo, el que hizo el Dr. Rafael<br />

PRIMERO EL DE CAYMA<br />

Teracido Teyxeiro (Tejeiro según Santiago Martínez),<br />

canónigo Racionero de la Catedral, natural de Galicia, de<br />

la suma de 260 pesos y dos reales, entregados al Rector<br />

y Administrador del orfanato Dr. Juan de la Cruz<br />

Errazquin, por intermedio del albacea don José Nodal y<br />

Noguerol, también gallego, por encargo testamentario<br />

del Dr. Taracido (ARAR, Prot. Nro. 740, del escribano<br />

Matías Morales, fecha: 19 de abril de 1817, Fs. 232 vta.).<br />

El nuevo local del Orfanato se edificó en la avenida<br />

Goyeneche, donde viene funcionando aún. Se hicieron<br />

cargo de esta Casa de Misericordia las religiosas de San<br />

Vicente de Paúl. Fue inaugurado en 1924. Constituye el<br />

edificio una muestra de la influencia francesa de<br />

comienzo de siglo, en cuyo edificio central se encuentra<br />

la capilla. A los costados están dos pabellones simétricos<br />

que han resistido los dos últimos terremotos.<br />

z,imenterios fuera ne los<br />

templos<br />

Los atrios de las iglesias y estas mismas, carecían de<br />

espacio para nuevos entierros, por lo que un sacerdote que<br />

había luchado mucho por la salud y buenas costumbres del<br />

vecindario caymeño, o sea su párroco, el Pbro. Juan<br />

Domingo de Zamácola y Jáuregui, determinó construir el<br />

primer cementerio, junto a la "nave de las ánimas", con<br />

posterioridad al terremoto de 1784, al mismo tiempo que<br />

ampliaba y reconstruía su iglesia. Lo curioso es que a él<br />

no lo enterraron allí cuando falleció en 1823, sino en el<br />

templo. Este fue el primer cementerio mistiano.<br />

EL "CAMPO SANTO" DE LA PAMPA<br />

El Gobernador Intendente Alvarez y Jiménez, cursó oficio<br />

al Cabildo el 30 de enero de 1796, acompañando un<br />

expediente de 109 fojas, con los autos originales para la<br />

fábrica del cementerio que le llamaban entonces "rural",<br />

aunque propiamente debía ser construido en la Pampa de<br />

Miraflores, lo que acordaron los cabildantes en sesión del<br />

5 de febrero siguiente.<br />

Tal expediente se formó por el doctor Bartolomé Pérez<br />

Muchotrigo, Promotor Fiscal de la Curia, porque en San<br />

Juan de Dios ya no había posibilidad de enterrar más<br />

difuntos (ARAR, LAC. de 1795-1803, Fs. 41 vta.).<br />

La obra estuvo concluida en 1798 y el 21 de marzo de ese<br />

año, se leyó en el Ayuntamiento el oficio del nuevo<br />

Intendente, don Bartolomé María de Salamanca, haciendo<br />

conocer que estaba concluido el "cementerio rural" de la<br />

Pampa (Ibidem, Fs. 96 vta.). El aporte económico lo había<br />

dado el Deán don Saturnino García de Arrázuri.<br />

Templo de Cayena<br />

;


I dila<br />

La Apacheta<br />

Antigua fachada del cementerio de La Apacheta, en fotografía de fines del siglo XIX.<br />

(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).<br />

Fue don Simón Bolívar quien ordenó la construcción<br />

del cementerio de La Pampilla que, por lo , visto, se<br />

edificó sobre prehispánica huaca, cuando hasta<br />

nuestros días se le designa como "de La Apacheta'.<br />

La escritura pública que lo acredita se inicia así: "En la Muy<br />

Noble y Fidelísima Ciudad de Arequipa, a 24 días del mes de<br />

agosto de 1825 años, cuarto de la Independencia y primero de<br />

la Libertad del Perú, fueron presentes D. Manuel de Paz<br />

Soldan y D. Fernando Pacheco, administradores principales<br />

del Tesoro Nacional y dijeron: que 'por cuanto el<br />

Excelentísimo señor Libertador Simón Bolívar, mandó por el<br />

poder de su Soberanía y decretó en beneficio grande de este<br />

Historio de ,4reauina 207<br />

público y su vecindad, se fabricase y construyese a la mayor<br />

brevedad un panteón en el extramuro que se tenga a bien, a fin<br />

de que los entierros sin excepción se hagan en él, como se hace<br />

en el Campo Santo de Miraflores" (ARAR, Prot. Nro. 706, Fs.<br />

206 vta.) Se designó como Patrón al Deán Dr. Manuel<br />

Fernández de Córdova, quien tomó las providencias iniciales<br />

para la realización de la obra, disponiendo el valor de la venta<br />

que dio la chacra situada en Capistaca (Sachaca) que donó el<br />

doctor García Arrázuri para el panteón miraflorino, y que se<br />

había adjudicado a favor de don Manuel Chávez y su esposa,<br />

el 14 de octubre de 1825 (ARAR, Prot. Nro. 706, Fs. 250 vta.<br />

y 295 vta.).<br />

3


208 Historia de Arequipa<br />

El bicentenario Hol a. aie San Pedro, para sacerdotes pobres, que hizo construir el Arcediano Echeverría y Morales<br />

ahora convertido en conventillo (arriba, calle San Pedro frente al colegio Salesianos).<br />

Los informales establecidos en la Plaza de Armas (abajo).<br />

,......111111•11~1~1111Wt 4111.1~1~111111 -:


19Z1M9M enomrev.


210 Historia de Arequipa<br />

ellefO Cle i / ou<br />

Texto:<br />

Guillermo Galdos Rodríguez<br />

Digitación:<br />

Violeta Mendoza<br />

Diagramación:<br />

Franco Delgado<br />

Escaneo de fotos:<br />

Silver Romero<br />

Supervisión:<br />

Dante E. Zegarra López<br />

Edición:<br />

AREQUIPA al DÍA<br />

distribución gratuita<br />

Portada:<br />

Antigua chicheria arequipeña<br />

(Dibujo de Paul Marcoy).<br />

N°14<br />

1s.<br />

En el año de 1779 fue nombrado administrador de la<br />

Aduana de Arequipa don Juan Bautista Pando y Oficial<br />

Mayor Interventor don Pedro de la Torre. Esta institución<br />

había doblado el valor de las alcabalas del 3 al 6 por ciento, que<br />

anteriormente recaudaban los Oficiales Reales.<br />

Este hecho y la forma prepotente como procedieron los<br />

responsables de instalar la Aduana Real en nuestra ciudad dieron<br />

lugar a la rebelión que desde hace más de doscientos años se conoce<br />

con el nombre de la "Rebelión de los pasquines", dado que por este<br />

medio se comenzó a expresar el descontento general del pueblo<br />

mistiano contra el Corregidor Baltazar a Sematnat y sus asesores,<br />

así como contra los citados funcionarios aduaneros.<br />

Las primeras manifestaciones de descontento fueron a través de<br />

pasquines, el primero de los cuales fue colocado en el templo<br />

parroquial de Tiabaya con ocasión de la visita del Corregidor y de<br />

Oficiales Reales al distrito. En el letrerito anónimo se invocaba a<br />

Jesús Nazareno, que allí se venera, para que conceda perdón para<br />

degollar a tan odiados funcionarios. Decía así:<br />

Oh, poderoso Jesús,<br />

cómo permites subsistan<br />

a vuestra ley agresores?<br />

Licencia os pido mi Dios<br />

y el perdón te lo suplico<br />

que a Sematnat degollado<br />

con sus corchetes de estopa<br />

los veréis en tu Juzgado.<br />

Tened vivientes por cierto<br />

que reparto no paguéis,<br />

y al corchete que cobrare<br />

la cabeza le voléis,<br />

si no la tuya paguéis.<br />

La protesta no provenía solamente del empadronamiento que quiso<br />

hacer el Corregidor, sino del vicio introducido dos siglos antes,<br />

conocido como "reparto del Corregidor", que consistía en que esa<br />

autoridad hacía distribución de mulas y ropas entre los tributarios,<br />

aunque ellos no las necesitasen. Por ejemplo, un par de bestias que<br />

compraba Sematnat en 26 pesos y medio libres de alcabala, vendía<br />

él a 32 pesos la unidad, o sea el par a 64, logrando una pingüe


utilidad anual, sólo por ese concepto. Ese "reparto" era lógica<br />

consecuencia de que el funcionario pagaba al soberano, o<br />

a su representante, por derecho de nombramiento.<br />

Mientras esto ocurría en Tiabaya, se organizaba en<br />

Arequipa un movimiento subterráneo y los cabecillas<br />

amenazaban con alborotar el cotarro, advirtiendo que<br />

prepararían la subversión de manera tal que nadie se<br />

enteraría de sus nombres, ni sabría de los proyectos,<br />

"hasta que el golpe esté dado". Lo indicaba así la<br />

siguiente décima:<br />

Todos hablan sin saber,<br />

quien más calla ese lo sabe;<br />

en lo posible no cabe<br />

penetrar lo que ha de ser.<br />

Mucho se ve disponer<br />

en esta ocasión presente;<br />

nada se sabía, es patente.<br />

de lo que se haya tratado,<br />

hasta que el golpe esté dado,<br />

inténtelo quien lo intente.<br />

Las amenazas iban subiendo de tono, ya que llamaban a<br />

funcionarios y burócratas como ladrones:<br />

SEMATNAT:<br />

Vuestra cabeza guardad,<br />

y también tus compañeros,<br />

los señores aduaneros<br />

que sin tener caridad,<br />

han venido a esta ciudad<br />

de lejos tierras extrañas<br />

a sacarnos las entrañas<br />

sin moverles a piedad<br />

y a todo vernos clamar. (Fragmento),<br />

Hasta cierto momento de las amenazas pasquineras se<br />

había respetado a la persona del rey, aunque atribuyendo<br />

todo a su "mal gobierno" y a sus secuaces:<br />

Mas decimos sólo ¡viva,<br />

Viva en gran Carlo Tercero!<br />

mueran sus malos secuaces<br />

y también su mal gobierno.<br />

Historia de Arequipa 211<br />

Después de una algarada en la noche del 13 de enero de<br />

1780, se produjo el día siguiente, el primer ataque del<br />

pueblo a la ciudad, partiendo comisiones de motinistas de<br />

Miraflores, Cayma, Yanahuara, Tiabaya y de Paucarpata<br />

y los barrios de Lambramani de la Ranchería y del barrio<br />

del Carmen.<br />

La concentración fue en la Plaza de Santa Marta (y esta<br />

es ya una costumbre tradicional) y de ahí se dirigieron en<br />

protesta hacia la casa del Corregidor, situada en la<br />

primera cuadra de la calle de Ejercicios (Alvarez<br />

Thomas), donde ahora queda el Club Arequipa.<br />

El pasquín de convocatoria había expresado:<br />

Zángano que a tus abejas<br />

la miel y panal quitáis,<br />

bien es que tu rey perdáis,<br />

pues a perecer las dejas.<br />

No usando de obscuras frases,<br />

lo que es bien de cuando en cuando,<br />

daremos capote a Pando,<br />

pandillazo a sus secuaces.<br />

Toda la tropa peruana,<br />

despechada por los pechos,<br />

trata que queden deshechos<br />

y aniquilada la Aduana.<br />

No se sabía quién daba la orden, pero el arequipeño<br />

siempre se ha distinguido por bochinchero y peleador.<br />

Había que luchar por los intereses, y Siendo ahorrativo,<br />

no había nada más de qué hablar.<br />

Han pasado dos siglos y dos décadas y aún se mantiene<br />

en secreto el liderazgo -de la rebelión. Acá no hay<br />

delatores, por felicidad. Salvo que hayan, salido de la<br />

tierra y se hayan contaminado.<br />

Después de las diez de la noche del 14 de enero, en medio<br />

del silencio monacal de la época y de la hora, la ciudad<br />

notó que aquella paz aldeana era alterada por gritos<br />

lejanos de una turba intranquila que avanzaba hacia las<br />

arterias céntricas. A medida que se acercaban los<br />

seiscientos o más revoltosos, el estrépito aumentaba. No<br />

sólo se oían los gritos vigorosos de protesta y'uno que<br />

otro taco terrible o zumbón, sino golpes de piedra contra<br />

puertas y zaguanes, repiqueteo de tambores y zumbidos<br />

de hondas. Aunque bullangueros, los sediciosos se<br />

desplazaban en completo orden, obedeciendo<br />

instrucciones de jinetes encapotados, que hacían<br />

caracolear a sus caballos.<br />


212 Historia de Arequipa<br />

1<br />

En la casa del Corregidor Sematnat habían limitado su acción<br />

a golpear la puerta.<br />

Empero, al llegar a la Aduana, al final de la segunda cuadra<br />

de San Francisco, armados de piedras, palos y hachas abrieron<br />

un forado en la puerta y por allí ingresaron al zaguán y<br />

descorrieron los picaportes. En ese instante ingresó al edificio<br />

la masa compacta. Pedro de la Torre, Oficial Mayor<br />

Interventor, trató de disparar su pistola desde una ventana,<br />

sacando la cabeza por el postigo de su morada; pero antes que<br />

presionara el gatillo un lanzazo le traspasó la cara,<br />

produciéndole grave herida que entonces se consideró mortal.<br />

Menos valiente, el caprichoso Administrador Pando huyó por<br />

la parte trasera del edificio hacia la casa del Chantre don<br />

Antonio Ventura Valcárcel, mientras la gente seguía<br />

penetrando al local de la Aduana. Fue a refugiarse al convento<br />

de los Hermanos de San Juan de Dios, bastante ligero de ropa,<br />

habiéndole seguido los demás oficiales reales y dependientes.<br />

Sin mayor resistencia los conjurados rompieron puertas y<br />

ventanas de las oficinas y depósitos y finalmente ingresaron a<br />

la sala principal de la' Administración y viviendas de los<br />

funcionarios.<br />

Destrozó la multitud cuanto tuvo a su alcance, quemando<br />

papeles y documentación que hubiera sido necesaria para el<br />

mejor conocimiento del estado económico de la Aduana<br />

durante esos catorce días de funcionamiento, aparte de las<br />

ordenanzas que habían sido libradas a Pando por don José<br />

Antonio de Areche y don Manuel de Guirior. Después,<br />

sobrevino el desborde de la pasión popular. Fue rota la caja<br />

donde se guardaba la recaudación y saqueada. Había allí,<br />

según cálculos, de 2.500 a 3.000 pesos que fueron sustraídos<br />

precipitadamente por los rebeldes, quienes en su apuro<br />

dejaron en el arcón y otros tantos desparramados por el suelo<br />

de la sala principal, que estaba a oscuras. Aunque fue abierto<br />

el depósito aduanero, donde se guardaban las cargas<br />

decomisadas, no se tocó nada de lo que allí había.<br />

Seguramente porque tal fue la orden en consideración a que<br />

todo era propiedad de la misma gente del pueblo, o de<br />

personas que se hallaban descontentas con las arbitrariedades<br />

y desplantes de Pando y se negaban a abonar el impuesto.<br />

Ingresaron los rebeldes a las habitaciones que ocupaba la<br />

familia del administrador, pero casi todo lo dejaron intacto,<br />

pese a que había menaje de plata labrada, espada con<br />

guarniciones de oro, vestidos costosos, etc.<br />

Habían sido instruidos detenidamente sobre el particular, pero<br />

al parecer los jefes no dijeron nada sobre el dinero de las<br />

alcabalas.<br />

Con posterioridad degeneró la revuelta en una serie de<br />

desmanes incontrolables y pillajes, mas hasta entonces la<br />

dirección subterránea había controlado la situación. Antes de<br />

la una de la mañana del día 15 los rebeldes se retiraban en<br />

total silencio y concierto lo que asombró a los chapetones y<br />

no chapetones.<br />

Transcurridos algunos minutos, los vecinos de San Francisco<br />

comenzaron a salir a las calles y atisbando prudentemente<br />

constataron que estaba despejada. No tardaron en hacer coro<br />

y comentaron entre regocijada y seriamente lo ocurrido.<br />

Disfrazado y convenientemente custodiado, huyó el<br />

Administrador Pando a Camaná, donde permaneció aún algún<br />

tiempo en el caprichoso intento de reinstaurar la Aduana, pero<br />

no volvió jamás. Aunque gravemente herido por el lanzazo<br />

que recibió en la cara durante el ataque del 14, Pedro de la<br />

Torre, tuvo que huir asimismo con fuerte escolta, sufriendo<br />

terribles dolores en el trayecto.<br />

Sematnat prometió (y cumplió) con alejar a estos funcionarios<br />

y a sus familiares, más parece que tampoco esto resultaba ya<br />

a sazón de los rebeldes, por deseos vengativos y de<br />

escarmiento. Para entonces, los rebeldes habían expresado en<br />

pasquines que preferían a cualquier Casimiro aborigen por<br />

gobernante, saliendo a relucir la frase de "tropa peruana", en<br />

oposición a la realista, y revelando la lealtad del rey inglés<br />

hacia sus súbditos:<br />

Tras uno seguirán todos,<br />

con esfuerzo universal<br />

y dirán que viva el rey<br />

y en su gobierno muera el mal.<br />

Que el Rey de Inglaterra<br />

es amante a sus vasallos.<br />

Al contrario el de España<br />

hablo del señor don Carlos<br />

(Fragmento)<br />

No usando de oscuras frases,<br />

lo que es bueno de cuando en cuando,<br />

daremos "capote" a Pando,<br />

pandillazo a sus secuaces.<br />

Toda la TROPA PERUANA.<br />

despechada con los pechos<br />

trata que queden deshechos<br />

y aniquilada la Aduana.<br />

Casimiro el Inca ¡Viva!<br />

a quien juramos por Rey,<br />

que es de razón y de ley,<br />

que lo que es syyo perciba.<br />

(Fragmento)


No está de más advertir que no existía entonces ningún<br />

descendiente del Incario que se llamara Casimiro: lo que venía<br />

a significar que el gobierno lo podía ejercer con ventaja<br />

cualquier persona.<br />

No sabía qué hacer Sematnat. Perdió el control de la situación<br />

y a esta altura mandaba al pueblo mistiano un ciudadano que<br />

se solapaba bajo un poncho y un sombrero de ancha ala, pero<br />

¿quién era él? ¿tal vez un criollo descontento e interesado en<br />

desprestigiarlo? ¿alguien que podía estar sentado junto a él en<br />

el Cabildo?<br />

Mientras tanto aumentaba el número de personas congregadas<br />

en Cayma, resguardando un pasquín que concebía la<br />

necesidad de libertad para todos los peruanos. Consideró<br />

prudente comisionar a un anciano y muy respetado fraile de<br />

Santo Domingo, con fama de orador, para que pasando el<br />

puente se dirigiera a la parroquia de San Miguel, hablara a la<br />

masa: pero, cuando esta vio llegar al dominico, se agolpó en<br />

tomo al pasquín.<br />

Nadie creyó las promesas de su sermón, hechas a nombre del<br />

Corregidor, porque se había perdido la fe en sus palabras. Los<br />

amotinados no atendieron los requerimientos del fraile, ni le<br />

permitieron que sacara el pasquín amenazador.<br />

El terror se había apoderado de la Ciudad. A las cinco de la<br />

tarde del mismo día 15, Sematnat se dirigía al convento de la<br />

Merced para ponerse a buen recaudo. Antes había tomado las<br />

providencias del caso para asegurar a sus familiares a quienes<br />

hizo asilar en conventos y en casas de personas sobre las que<br />

no recaía sospecha. Además, antes de encaminarse a la<br />

Merced, entregó a Lorenzo Justo Rendón 9 piezas de baúles y<br />

petacas, algunas conteniendo objetos de oro y plata, para que<br />

las llevara al convento de Santo Domingo. También había<br />

dirigido el Corregidor comunicaciones a los conventos, a fin<br />

de que aquella noche hicieran rogativas y sacaran procesiones.<br />

La dirección rebelde dictó las órdenes previas en la seguridad<br />

de que con la última claridad del día se estaría encaminando<br />

Sematnat a buscar asilo. Nada extrañaba que los jefes secretos<br />

estuvieran tan bien informados. Desde el ataque a' la Aduana<br />

se había hecho saber a los rebeldes que el próximo objetivo<br />

sería la residencia del Corregidor. Además de Sematnat,<br />

muchos chapetones habían puesto a cubierto sus bienes<br />

familiares y esperaban los últimos rayos solares de ese 15 de<br />

enero para encaminarse a conventos. El plan táctico de los<br />

sediciosos se había cumplido hasta el más mínimo detalle.<br />

TOMARON LA CIUDAD<br />

Siguiendo las órdenes del comando, desde antes de las ocho de<br />

la noche, varios embozados habían entrado por una huerta<br />

Historia de Arequipa 213<br />

vecina a la casa del Corregidor, esperando la voz de alarma<br />

para lanzarse en busca suya. <strong>Un</strong> tumulto calculado en más de<br />

mil personas, entre hombres y mujeres, desembocó por la calle<br />

de San Francisco, a las diez de la noche. Allí se detuvieron<br />

ante la casa del Vista de Aduana, don Antonio José Lastarria . ,<br />

dieron golpes a la puerta y prosiguieron hacia la Plaza para<br />

dirigirse a la residencia de Sematnat, en la primera cuadra de<br />

Ejercicios, al costado de la Municipalidad, coreando el<br />

estribillo de uno de los pasquines:<br />

"Alcabala antigua, pagaremos;<br />

lo demás, no queremos"<br />

Ingresaron a los patios interiores, y de allí a las salas<br />

destruyendo a su paso todo y llevándose cuanto podían. No<br />

dejaron ni los zurrones con hierba del Paraguay, ni el<br />

tumbadillo del salón. Los muebles y objetos cuya posesión<br />

podría comprometer los quemaron en pira gigantesca, cuyas<br />

ascuas duraron varias horas. Era el desborde de la reacción<br />

contra tanta sumisión, explotación y descontento. Después no<br />

hubo medio de controlar el desfogue popular; pero, hubo un<br />

instante de moderación y tregua, cuando se acercó la<br />

procesión de la comunidad de Santo Domingo e incluso un<br />

fraile exhortó a que depusiera la multitud toda acción violenta.<br />

Pero fue en vano y los religiosos con paso más que ligero<br />

siguieron su camino hacia el convento.<br />

Los revoltosos se dirigieron a la calle de los Mercaderes<br />

portando 30 armas de fuego conseguidas en el corregimiento,<br />

aunque no faltó testigo que declaró que fueron 70. La<br />

muchedumbre dando rienda suelta a su exaltación en la Plaza<br />

ingresaron a viviendas de conocidos realistas y las despojaron<br />

de cuanto pudieron. Hombres embozados, montados a caballo<br />

y al parecer criollos armados y algunos disfrazados, para no<br />

ser reconocidos montaban guardia en las bocacalles, patrullaje<br />

que daba confianza a los rebeldes, que pasaron a la cárcel y<br />

soltaron a los presos, la mayoría acusados de sediciosos. En<br />

Mercaderes, asaltaron el negocio de José Campderros, al que<br />

sindicaban como cajero y confidente de Sematnat, llevándose<br />

30,000 pesos en dinero y mercaderías, dejando sólo andamios<br />

"pelados", según una declaración testifical. El tiempo había<br />

avanzado y no pudieron ir a las Cajas Reales, retirándose. Eran<br />

las cuatro de la mañana del domingo 16 de enero.<br />

Este día, el Corregidor hizo formar a los batallones de<br />

Caballería e Infantería y realizó un ataque represivo sobre las<br />

rancherías de Miraflores, sin detenerse ante viviendas de<br />

personas no comprometidas, logrando detener a cinco<br />

aborígenes y un mestizo, cuyos nombres eran Nicolás Quispe,<br />

Bernardo Mamani, Simón Chagua Soncco, Marcelo


214 Historia de Arequipa<br />

Chuquicallata; Asencio Laguna y Diego Arias, a quienes en<br />

juicio sumario se les condenó a la pena de muerte, ante el<br />

Jurado compuesto por Sematnat, Julián Miguel de Goycochea<br />

y ante el escribano público Rafael Hurtado.<br />

Con prisa fueron ejecutados en la horca de la ciudad, a las<br />

3:30 de la tarde del martes 18 de enero de dicho año de 1780,<br />

después de confesarse. No faltó religioso que aseguró que se<br />

había matado a un inocente y sin mayores pruebas.<br />

Esta rebelión precursora de la Independencia se produjo diez<br />

meses antes que la del caudillo revolucionario José Gabriel<br />

Condorcanqui (Túpac Amaru II), quien teniendo en<br />

consideración el precedente mistiano, y el pésimo<br />

comportamiento personal y administrativa- del coronel<br />

m<br />

Baltazar de Sematnat, escribía en Tungasuca, el 23 de<br />

diciembre de 1780, un exhorto a la Ciudad de Arequipa, el<br />

párrafo - que sigue:<br />

ano Melgar y la<br />

Literaria"<br />

- ucho de lo que se ha escrito sobre don<br />

Mariano Melgar y Valdivieso no pasa de ser<br />

producto de feraz imaginación de fabulistas<br />

que han forjado una leyenda en torno a la vida y la obra<br />

de nuestro autor, que realmente fue el primer fabulista<br />

serio de Arequipa, que mediante ese sistema fundó lo<br />

que podría llamarse la fábula política nuestra. Su<br />

vehemencia libertaría le impulsó a esas pequeñas piezas<br />

de intención socio-política y ética que son sus fábulas,<br />

con evidente compromiso antiesclavista, entre las cuales<br />

es obvia la intención en "El cantero y el asno", donde<br />

éste se queja ante aquel, así:<br />

¡Tras cuernos palos! ¡Vaya!<br />

Nos tienes mal comidos,<br />

siempre bajo la carga,<br />

¿y existe así el brío?<br />

Y con azotes y palo<br />

pretendes conducirnos?<br />

¿y aún nos culpas de lerdos<br />

estando en ti el motivo? (Fragmento)<br />

Fue necesario que se descubriera en la Biblioteca de<br />

Lilly, de la <strong>Un</strong>iversidad de Indiana (USA), un manuscrito<br />

de sus poemas que pone en evidencia su alegría<br />

espontánea y vibrante, el candor fraternal hacia los<br />

amigos que formaban una especie de sociedad secreta<br />

"...y porque mi ánimo no es otro sino arruinar a los<br />

Corregidores y arrasar el mal gobierno y tantos pechos hasta<br />

dejar el común vecindario de este Reyno libre de todos cargos<br />

y que puedan vivir con sociego, les doy esta noticia; y de<br />

tener innumerables gentes con las que evacuadas mis<br />

diligencias por acá, pasaré a esa a librarlos del cautiverio en<br />

que se hallan; encargándoles por ahora que estén con el<br />

mayor celo y vigilancia a precaverse de ese ladronazo de<br />

Sematnat y ver si le pueden apresar y tenerle hasta mi bajada<br />

para darle el castigo correspondiente" (BNE, Manuscrito,<br />

revolucionaria disfrazada bajo el título de "Tertulia<br />

literaria", a la que pertenecían destacadamente don José<br />

María Corbacho, Benito Lazo, Mariano José de Arce,<br />

Francisco de Paula Quiroz, etc.<br />

Según este manuscrito, intitulado "Poesía de Dn.<br />

Mariano Melgar. Cuaderno 2do", hay anotaciones del<br />

poeta de los yaravíes (al parecer autobiográficas) que<br />

desdicen el taciturno y triste comportamiento habitual<br />

que se le ha venido atribuyendo por literatos del periodo<br />

Romántico de la literatura nacional, en especial en las<br />

notas marginales, una de las cuales lleva la firma<br />

"Melgar", debidamente rubricada. Documento analizado<br />

magníficamente por el Dr. Aurelio Miró Quesada en<br />

"Historia y leyenda de Mariano Melgar", al que<br />

remitimos a nuestros lectores, así como a la nota que<br />

incluimos en la "Historia General de Arequipa".<br />

Hay que contestar a varias preguntas y esclarecer algo de<br />

cada uno de los personajes y de la participación que les<br />

cupo en el proceso de la Independencia Americana.<br />

Ya hemos dicho los nombres de los más importantes<br />

confabulados en la "Tertulia Literaria", un buen,nombre<br />

para ocultar las verdaderas intenciones de sus miembros,<br />

sobre todo en las décadas posteriores a la revolución de<br />

Túpac Amaru, cuando los españoles concentraron sus<br />

fuerzas en Arequipa, para lanzar ofensivas a cuanto<br />

movimiento emancipador se produjera en el sur del<br />

virreynato del Perú, o del Alto Perú. El paisanaje


mistiano era enrolado sin tener en cuenta los ideales o<br />

aspiraciones de las personas, incluso (generalmente)<br />

contra su voluntad, cuando aprovechando de los festejos<br />

carnavalescos cerraban las bocacalles y reclutaban a todo<br />

joven mayor de 18 años para formar los cuadros realistas.<br />

En tal acción se caracterizó el general José Carratalá,<br />

cruel incendiario de pueblos indefensos y que ordenó que<br />

a los participantes en la sublevación de La Paz, (en 1816),<br />

se les fusilara por la espalda. Militar que tuvo precedentes<br />

de increíble sadismo para con la población aborigen y a<br />

cuyo odio no escapaban mestizos y aún criollos.<br />

El tiempo se ha encargado de glorificar a un héroe de esos<br />

años, el poeta y. creador del yaraví al que puso letra<br />

castellana y nostalgia preromántica, don Mariano<br />

Lorenzo Melgar y Valdivieso, fusilado después de la<br />

batalla de Umachiri, cuando contaba con sólo 24 años y<br />

siete meses de edad.<br />

Los literatos del romanticismo mistiano y sus parientes,<br />

durante el siglo, comprendido entre 1850 y 1950<br />

difundieron tal fárrago de falsedades sobre su vida, que<br />

hasta nuestros días se sigue creyendo, verbigracia, en una<br />

superioridad de linaje de la "Silvia" (doña<br />

María Santos Corrales) respecto a<br />

Mariano Melgar, lo que ha llevado<br />

a muchos escritores a suponer el<br />

menosprecio de los Corrales<br />

hacia los Melgar. "Silvia"<br />

fue hija de don José<br />

Corrales Sanabria y<br />

Mariano lo fue de dor<br />

Juan de Dios Melgar<br />

Sanabria; es decir que<br />

los progenitores de<br />

nuestros personajes eral<br />

primos hermanos. Hut:<br />

necesidad de una dispensa<br />

eclesiástica para<br />

matrimonio de un hermano de<br />

"Silvia", don Romualdo Corrales,<br />

con la hermana de Melgar, doña<br />

Josefa Melgar y Valdivieso.<br />

En esa época en que existió la creencia<br />

de que ser pobre era ser inferior, se<br />

atribuyó a los Melgar, en general, una<br />

situación económica que no era la<br />

suya, ya que don Juan de Dios Melgar<br />

Historia de Arequipa 215<br />

y Sanabria era propietario de la casa donde vivía, y de<br />

varias chacras: la de Tasaguaya que tenía 19 topos y valía<br />

9,764 pesos, cuando la compró. Le hizo tales mejoras que<br />

llegó a valer 20,458 pesos y seis reales. En el cúmulo de<br />

sus bienes estaba una capellanía sobre una chacrita en<br />

Porongoche, por 3000 pesos de principal. Había<br />

construido don Juan de Dios dos tiendas de quinquellería<br />

en la Plaza de Armas, costado de la Catedral y se<br />

dedicaba al negocio. Estos datos los consignamos<br />

únicamente para desvirtuar la exuberante frondosidad<br />

imaginativa de "escritores a la violeta" que quieren pasar<br />

como historiadores.<br />

Lo cierto es que Mariano<br />

Autoretrato ejecutado en Lima por<br />

Mariano Melgar, al graduarse de Doctor<br />

en ambos Derechos, donado por los<br />

sucesores del Dr. Francisco Mostajo al<br />

Museo Histórico Municipal.<br />

Melgar fue aventajado<br />

estudiante del seminario y que pasó a ser su profesor. Casi<br />

toda su vida la dedicó a los estudios. Ofició como testigo<br />

en la boda se su hermana Josefa con Romualdo Corrales,<br />

el martes 8 de febrero de 1812, siendo celebrante don José<br />

Sebastián de Goyeneche y Barreda, futuro Obispo de<br />

Arequipa y quien dio licencia para el matrimonio con la<br />

dispensa del impedimento de consanguinidad en tercero y<br />

cuarto grados que mediaba entre los novios, dada por el<br />

Obispo don Luis Gonzaga de la Encina y<br />

Perla. En esa celebración estuvo la<br />

"Silvia", siendo tal ocasión una<br />

de las pocas veces en que don<br />

Mariano estuvo cerca de<br />

María Santos, que contaba<br />

entonces con 14 años y<br />

tres . meses de edad. El<br />

poeta tenía 21 años y<br />

medio.<br />

Desde antes, había<br />

desempeñado Melgar<br />

la Secretaría de la<br />

"Tertulia Literaria",<br />

cuya presidencia estaba a<br />

cargo de otro prócer de la<br />

Independencia Nacional, don<br />

José María Corbacho, nacido en<br />

la "Casa del Corregidor', en la<br />

segunda cuadra de la calle de La Merced,<br />

el año de 1785: Procuró secundar<br />

en Arequipa el movimiento de los<br />

hermanos Paillardelli en Tacna,<br />

durante 1813. Incluso vio con<br />

simpatía la sublevación de Gabriel


216 Historia de Arequipa<br />

Manuscrito de,<br />

Mariano Melgar,<br />

con su firma.


0,,,1- , t~ 411""fill<br />

14,4*.<br />

3.410<br />

1.;~ 41.1<br />

Rúbrica de Melgar como<br />

secretario de la Tertulia<br />

Literaria.<br />

Historia de Arequipa 217<br />

--•••-• "r<br />

iR


218 Historia de Arequipa<br />

Aguilar y José Manuel Ubalde, otro arequipeño prócer de<br />

la Emancipación, fusilado en la Plaza de Armas de<br />

Cusco, el 5 de diciembre de 1805.<br />

Era Corbacho abogado de profesión y cuando don Mateo<br />

García Pumacahua ocupó Arequipa en 1814 se le designó<br />

como Gobernador de la plaza. Se le procesó y condenó a<br />

la pena de muerte que no se ejecutó por la influencia<br />

social de su familia y relacionados.<br />

Al fundarse la Academia Lauretana de Ciencias y Artes<br />

de Arequipa, el 10 de diciembre de 1821, se encontraba<br />

como su miembro don José María Corbacho, quien fue<br />

designado entre los 25 miembros de número por el<br />

Ayuntamiento de la ciudad, desempeñando la cátedra de<br />

Derecho en el año siguiente. Al instalarse la Prefectura<br />

del Departamento a cargo del general Francisco de Paula<br />

Otero, se le nombró su Secretario. Luego fue nombrado<br />

profesor del Colegio Nacional de la Independencia<br />

Americana, en 1827 y vocal de la Corte Superior de<br />

Justicia, un año después Senador por Arequipa en 1832,<br />

Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores; y, después<br />

de haber sido vocal interino de la Corte Suprema retornó<br />

al terruño como vocal de la Corte Superior en 1836, cuya<br />

presidencia desempeñó en 1839, igual que la de la Corte<br />

Superior de Lima, en 1840. Falleció en 1843.<br />

La Biblioteca Nacional del Perú, acoge un documento, en<br />

su Sección de manuscritos e investigaciones<br />

bibliográficas intitulado "Corbacho y Abril, José María.<br />

Ley que lo declara prócer de la Independencia No. E-124.<br />

Mariano José de Arce, nacido en Arequipa en 1782 fue<br />

otro de los precursores de la emancipación y miembro de<br />

la Tertulia Literaria. Clérigo que ante las indecisiones de<br />

Pumacahua respecto a la proclamación de la<br />

Independencia, en el famoso Cabildo Abierto convocado<br />

por éste al tomar la Ciudad Blanca, en 1814, tuvo a su<br />

cargo el discurso de orden exigiendo el desconocimiento<br />

total de Fernando VII, lo que le valió el 'título de<br />

Jacobino peruano y el destierro a Chile. Volvió a Lima y<br />

formó parte de la Sociedad Patriótica, donde desde su<br />

fundación combatió las ideas monarquistas infiltradas en<br />

ella y dirigió "El Sol del Perú", teniendo el honor de ser<br />

nombrado por don José de San Martín como primer<br />

director de la Biblioteca Nacional en 1822.<br />

El Pbro. Mariano José de Arce ejerció la diputación de<br />

Arequipa en el primer Congreso Constituyente que<br />

estableció la ley de bases de la Constitución que<br />

proclamaba al Perú como República unitaria con poderes<br />

Ejecutivo, Legislativo y Judicial, independientes y<br />

autónomos.<br />

Proclamada la República, abandonó la política y se<br />

dedicó a su actividad eclesiástica. Murió en 1852, en<br />

Lima.<br />

Otro miembro de la "Tertulia Literaria" ha sido don<br />

Benito Lazo, que nació en Arequipa en 1783 y que<br />

también tuvo activa participación en la rebelión de<br />

Pumacahua y estuvo relacionado con los libertadores del<br />

Río de la Plata, con el Mariscal Miller y con la campaña<br />

de Intermedios, donde se le nombró Auditor de Guerra,<br />

sufriendo confinamiento en Tacna, en 1815, y en<br />

Copacabana, en 1823. Proclamada la Independencia se le<br />

nombró Vocal de la Corte Superior de Justicia y fue<br />

diputado por Arequipa, varias veces, así como miembro<br />

del Consejo de Estado de 1839 a 1845. Se distinguió,<br />

igualmente, como periodista y director de varias<br />

publicaciones polémicas, entre las cuales sobresale<br />

"¿Cuál es el destino que tiene hoy el Ejército?, y "El<br />

poder de la fuerza y el poder de la ley".<br />

Del doctor Benito Lazo, ha escrito una magnífica<br />

biografía el doctor don Guillermo Zegarra Meneses, así<br />

como otros próceres de la Emancipación, sobre todo de<br />

los precursores de la libertad.<br />

Otro de los miembros de la "Tertulia Literaria" fue don<br />

Francisco de Paula Quiroz, hijo del abogado de las<br />

Reales Audiencias don Blas de Quiroz, que hizo construir<br />

su casa solariega en la esquina formada por la calle de las<br />

Piedras (ahora Villalba) y la transversal que baja de Santa<br />

Catalina y por entonces era designada como "del golpe de<br />

agua" (hogaño, cuarta cuadra de Ugarte), edificio<br />

levantado en 1794 y que desde la Republica es llamado<br />

"Casa de la Moneda", porque allí de fundieron siendo<br />

uno de los encargados de tal operación el creador de la<br />

imprenta en Arequipa, don Jacinto Ibáñez. Es de recalcar<br />

que, mientras don Blas de Quiroz fue apasionado<br />

monarquista, sus hijos se distinguieron como declarados<br />

próceres de la Independencia del Perú, Francisco de<br />

Paula Quiroz, perseguido por sus claras ideas libertarias,<br />

y el hermano menor Angel Fernando Quiroz, que se dice<br />

quiso enrolarse en las tropas de Pumacahua, cuando salió<br />

de Arequipa éste, pero se lo impidieron por su corta edad<br />

sus oficiales. Angel Fernando se distinguió por su<br />

bohemia impenitente, por su romanticismo poético y por<br />

carecer de cordura.


I Mariano Melgar, transitó este pasaje que estaba entonces<br />

solamente empedrado.<br />

Historia de Arequipa 219<br />

r EL IMPOSIBLE DE MELGAR<br />

En Preceptiva literaria se considera Imposible a<br />

una de las formas más usadas a fines del siglo<br />

XVIII y comienzos del XIX, en los poemas donde<br />

se deseaba encarecer que un sentimiento no<br />

variaría jamás y que antes desaparecerían los<br />

elementos de la naturaleza (como la luz solar, el<br />

agua, el viento, etc.) que variar de pasión.<br />

Ejemplo de un imposible es el utilizado en la letra<br />

del Himno Nacional de don Juan de la Torre<br />

Ugarte, que expresa: "Antes niegue sus luces del<br />

sol/ que faltemos al voto solemne/ que la patria al<br />

eterno elevó/.<br />

Pues, bien, dedicó don Mariano Melgar a su amada<br />

Silvia, el siguiente imposible, de pie forzado:<br />

Yo te dejaré de amar,<br />

se acabará mi pasión<br />

seré ingrato a tus favores<br />

y en otra pondré mi amor.<br />

Cuando deje de alumbrar<br />

el sol de oriente a poniente,<br />

cuando se consuma el mar<br />

y muera todo viviente,<br />

yo te dejaré de amar.<br />

Cuando a todo corazón<br />

se le acaben los latidos,<br />

cuando no se oiga canción<br />

de las aves en sus nidos,<br />

se acabará mi pasión.<br />

Cuando todos los verdores<br />

en los campos se marchiten<br />

y cuando todas las flores<br />

en sus jardines no habiten,<br />

seré ingrato a tus favores.<br />

Cuando todo resplandor<br />

se oscurezca a medio día,<br />

cuando no sienta calor,<br />

usaré de alevosía<br />

y en otra pondré mi amor.


220 Historia de Arequipa<br />

Don Agustín Galdos y Barrera, fue natural y vecino de la<br />

Húsares de Junín<br />

" ciudad de Arequipa, hijo legítimo de don Genaro<br />

Galdos y de doña María Barrera de Galdos. Fue hombre<br />

bastante libre que emigró de su ciudad materna y se estableció en<br />

Trujillo, donde contrajo matrimonio con doña María Josefa<br />

Ximénez, natural y vecina de dicha ciudad, en la que no tuvo hijos<br />

durante los catorce años de vida conyugal, hasta el fallecimiento de<br />

ella. Antes de su matrimonio tuvo un hijo natural, habido en mujer<br />

soltera, doña Josefa Caicedo, también trujillana, el cual fue<br />

bautizado con el nombre de José Félix Galdos Caicedo. Parece<br />

haber sido intensa la vida romántica de don Agustín que, en su<br />

testamento, además de reconocer a su hijo José Félix, dispone los<br />

medios necesarios para que viaje a Ica doña Dolores Manrique para<br />

que se reincorpore al hogar paterno, de donde la trajo a Arequipa,<br />

contra la voluntad de sus padres (ARAR, Prot. Nro. 823, de José<br />

Nazario de Rivera, testamento de 18 de octubre de 1825, Fs. 321 y<br />

322).<br />

Durante cinco años sirvió con Agustín Galdos y Barrera en las<br />

fuerzas patriotas como oficial. Dejemos que él lo relate: "He sido<br />

Teniente en el Ejército de la Patria y he estado en el Regimiento (de<br />

Húsares) de Junín cinco años, de cuyos servicios se me tiene de mis<br />

ajustes tres años" (ARAR, Ibidem, Fs. 322).<br />

Años después de las batallas de Junín y Ayacucho en las que se<br />

había batido contra los españoles como Teniente de Caballería, se<br />

adeudaba a sus herederos la remuneración de esos tres años. En el<br />

curso de la épica jornada había usado en las guarniciones de<br />

caballería arreos de plata, así como candelabro y cubiertos de ese<br />

metal. Al fallecer en octubre de 1825 en su ciudad natal quedan,<br />

como parte de la herencia que deja a su hijo José Félix. Lo dice en<br />

su testamento, además, de adjudicarle como recuerdo su sable<br />

usado en Junín y Ayacucho, a tiempo que declara a su hermana<br />

Ursula Galdos y Barrera, como tutora y curadora, además de<br />

albacea junto con don Juan Sauri, vecino de Lima, para que<br />

"Representando su persona se presente en el Tribunal que<br />

corresponda, solicitando la gratificación de sueldo a los oficiales<br />

que estuvieron en las batallas de Junín y Ayacucho, cuya<br />

gratificación se da del millón (de pesos) señalado todo con<br />

arreglo a los documentos que existen en el Ministerio de Guerra<br />

y cartas misivas, practicando en este asunto cuantas diligencias<br />

halle por conveniente" (ARAR, Prot. Nro. 892, del escribano<br />

Calixto de Villanueva, fechado el 11 de junio de 1828, Fs. 379).<br />

Doña Ursula procedía como albarea y heredera (de un quinto) de<br />

la gratificación que correspondía a don Agustín y la oficialidad<br />

combatiente en las batallas de la Independencia; que como<br />

miembro del Batallón de Caballería, por participar en Junín y<br />

Ayacucho, le beneficiaba.<br />

Palacio del Obispo<br />

Chaves de la Rosa, en<br />

la primera cuadra de<br />

Santa Catalina.


apertui a nak,la el hidndo<br />

Las luchas por la Independencia, la conformación de<br />

la República y participación en ella de preclaros<br />

ingenios arequipeños que consolidaron su forma de<br />

Gobierno, evitando cierta suerte de monarquismo que se<br />

trataba de imponer, dieron alguna oportunidad de un vago<br />

conocimiento de lo que era la Ciudad Blanca en esta etapa de<br />

su existencia. Por algo presidía la Constituyente Nacional don<br />

Francisco Javier de Luna Pizarro (1880-1855), quien<br />

desengañado del comportamiento asaz sinuoso del rey<br />

Fernando VII y después de haberlo elogiado en exceso, se<br />

pasó al partido de la Libertad en 1821, llegando a ser<br />

Diputado por Arequipa y el verdadero inspirador de las<br />

Constituciones iniciales del país, sufrió varias veces el<br />

destierro por su apego a la Ley, lo que hizo que se enfrentara<br />

a Bolívar que había sido proclamado Presidente Vitalicio. Por<br />

ello Arequipa volvió a elegirlo diputado, siendo uno de los<br />

que ungió al General don José de la Mar como presidente del<br />

Perú. Su labor eclesiástica jamás la abandonó y mereció<br />

incluso distinciones del Vaticano.<br />

Con la Emancipación, Arequipa recibió la visita de<br />

comerciantes extranjeros que, con una nueva mentalidad,<br />

supieron explotar las riquezas nacionales del Sur del Perú,<br />

siendo nuestra Ciudad el punto obligado de arribo. Muchos de<br />

estos visitantes dejaron escritas sus memorias de viaje en las<br />

cuales se elogia a su clima y a sus habitantes, y se plasma en<br />

dibujos la pequeñez o grandeza de nuestra tierra y en ambas<br />

dimensiones tenemos que aceptar una realidad que nos atañe.<br />

¡Pobres los pueblos que caminan por sí solos! Eso no entiende<br />

mucha gente del país, porque es difícil hacer comprender que<br />

queremos arequipeñizar el talento y el empuje Ça nivel<br />

nacional.<br />

Algunos viajeros tuvieron inquietudes verdaderas de<br />

conocimiento y hasta de cierta curiosidad por explorar el<br />

mundo que España había forjado en el Continente Americano<br />

y el aspecto cultural que ellos encontraron aquí.<br />

Quien ha dejado un testimonio gráfico extraordinario de visita<br />

es don Paul Marcoy, Conde de Saint Cricq. francés en su obra<br />

"Voyage a través L'Amérique du Sud de L'Océan Pacifique a<br />

L'Océan Atlántique (París, 1869).<br />

En esta serie de suplementos sobre la Historia del Centro<br />

Histórico y área Monumental de la Ciudad, hemos tenido<br />

Historia de Arequipa 221<br />

oportunidad de reproducir varios de los dibujos de este<br />

prolífico visitante, como el de la Catedral de Arequipa, el<br />

templo de San Francisco, la calle del mismo nombre vista<br />

desde los altos de esta iglesia, (con su acequia y vereda, grupo<br />

de llamas para el transporte, una sola casa de altos y un tanto<br />

aislada la torre de Santa Teresa), tal como eran a mediados del<br />

siglo XIX. Otras ilustraciones suyas de enorme importancia<br />

son: la pampa de La Joya, jalonada por los esqueletos de las<br />

bestias de carga que habían muerto allí; la picantería, bajo una<br />

ramada cuajada de zapallos, con el pendón tradicional<br />

flotando al viento, una cholita bailando con su pareja.<br />

mientras un guitarrista y quenista proporcionan la música, las<br />

"hacedoras" junto al fogón y dos mujeres sentadas en el suelo<br />

al lado de su chombita de chicha (sous les citrouilles); no falta<br />

la dinámica fiesta de carnaval en la segunda cuadra de la calle<br />

de La Merced, que era una de las pocas con planta alta, donde<br />

los jugadores (hombres y mujeres), se entremezclan con los<br />

caballos de jinetes audaces, en escena verdaderamente<br />

salvaje; no falta la visita desde Congata hacia Sachaca, y una<br />

de los techos de la Ciudad con sus tragaluces, etc.<br />

El condesito Eugene de Sartigues fue otro visitante<br />

aventurero que estuvo en Arequipa y en 1834 escribió una<br />

"Visión de Arequipa" muy interesante y que se publicó en la<br />

obra El Perú visto por viajeros, de Biblioteca Peruana Nro. 23<br />

T.I. Editorial Peisa (Lima, 1973). Sartigues frecuentó los<br />

grandes salones de la Arequipa de esos revoltosos años,<br />

donde lo conoció doña Flora Tristán, emparentada Con el<br />

influyente Pío Tristán, la cual en sus "Peregrinaciones" de<br />

una paria", lo describe con pinceladas poco gratas para un<br />

hombre viril y recio.<br />

Sartigues, decididamente palaciego que hacía gala de una<br />

monótona existencia, en la que era el bostezo su constante<br />

pose, recibió múltiples invitaciones de la alta sociedad<br />

mistiana, a la que describe con objetividad y elegancia.<br />

La misma doña Flora Tristán, que frecuentó los mismos<br />

salones que Sartígues conoció, pinta una sociedad donde los<br />

Tristán, salvo una o dos excepciones, no salen muy bien<br />

librados, lo mismo que sus parientes como los Goyeneche, los<br />

Ugarte o los Gutiérrez, y de estos últimos tiene melancólica<br />

pena por la monjita que huyó del convento en busca de la<br />

felicidad, que jamás encontró.


222 Historia de Arequipa<br />

El cónsul de Francia Leonce Angrand, coleccionista, escritor<br />

y dibujante, nos ha legado magnífica visión de la Ciudad<br />

Blanca, sobre todo de sus construcciones tradicionales,<br />

muchas de ellas del periodo Colonial, que bajo el título<br />

"Imagen del Perú en el siglo XIX", publicó Milla Batres<br />

(Lima, 1972).<br />

Heinrich Witt, germano que desde muy joven se vinculó a los<br />

grandes negocios ingleses, por cuenta de éstos vino al Perú y<br />

llevó un puntual diario donde hay interesantes observaciones<br />

de la sociedad y los negocios de Arequipa, a poco de<br />

producida la Independencia Nacional. Pero, aunque estuvo en<br />

esta ciudad el negocio matriz de su Compañía, era<br />

comisionado para hacer viajes a la costa, en especial a Quilca<br />

y al interior, donde en Lampa conoció a los Pacheco grandes<br />

mineros y comerciantes, entre quienes cita a don Melchor<br />

Pacheco, casado con la arequipeña doña Rosa Bustamante,<br />

donde generalmente se alimentaba. Don Melchor, había sido<br />

propietario de la casa del Moral, al adquirirla por compra en<br />

la tercera década del siglo XIX; hermosa casona en la que está<br />

tallado el escudo heráldico de su edificador, don Manuel<br />

Santos de San Pedro.<br />

Entre 1863-1865, realizó un viaje al Perú Efraim George<br />

Squier. Hizo una descripción de Arequipa aún después del<br />

terremoto de 1868, ya que su obra "Perú: Incidents of Travel<br />

and Exploration in the Land of the Incas", fue publicada en<br />

Nueva York, el año 1877 por Harper & Brothers. Su reseña<br />

histórica adolece de fallas provenientes de la época y de la<br />

carencia documental, pero sus ilustraciones son magníficas<br />

(hemos tenido oportunidad de publicar su dibujo de la Plaza<br />

Mayor, con el mercado y la iglesia de la Compañía de Jesús,<br />

en el Suplemento Nro. 6, de esta colección sobre Arequipa.<br />

Quienes deseen profundizar este tema de los viajeros<br />

extranjeros que vinieron al Perú (y a la Ciudad Blanca),<br />

recomendamos la lectura de la obra de Porras Barrenechea<br />

"Fuentes Históricas Peruanas", Ed. Juan Mejía Baca, Imp.<br />

P.L. Villanueva (Lima, 1954); pues, la relación es larga y por<br />

tanto escapa a los límites de la sinopsis que venimos<br />

presentando.<br />

En todos los autores que nos visitaron se observa los largos<br />

trayectos que tenían que recorrer para llegar a Arequipa que<br />

resultaba un "oasis" rodeado de cerros y desiertos, que se<br />

comunicaba únicamente con otros poblados mediante los<br />

arrieros. Fue menester la entereza del general don Pedro Diez<br />

Canseco, cuando ejerció la presidencia de la República, en<br />

1868, para que se hiciera realidad la construcción del<br />

Ferrocarril de la Costa hacia la Ciudad del Misti.<br />

Desde entonces, ha tenido ésta un proceso de desarrollo que<br />

no llega a cubrir el anhelo de sus hijos, por las limitaciones<br />

económicas que le impone el centralismo, salvo ligeras<br />

excepciones, en un siglo y tres cuartos de vida republicana.<br />

Fue necesario que se produjeran los terremotos de 1868 y de<br />

1958 para que recién se pensara en las aflicciones de este<br />

pueblo; o que se acercara el Cuarto Centenario de su<br />

fundación, para que se aflojara la faltriquera del señor<br />

Calle di p an Francisco segun dibujo de Paul Marcoy, conde de Saint Cricq


Gobierno. Aparte de ello... ¡qué cosa, pues!.<br />

EL TEATRO FENIX<br />

Muchos años agradó a los arequipeños el Teatro, como que<br />

acá se fundaron varias Compañías de Representaciones en el<br />

siglo XVII, por ejemplo, que llevaron su arte a las ciudades<br />

del Sur del Perú e incluso al Alto Perú.<br />

La primera estuvo organizada por don Manuel de Rivera,<br />

"autor de comedias", que ofreció representaciones teatrales<br />

en Arequipa, Chucuito, La Paz, Oruro, Potosí, Chuquisaca,<br />

haciendo gala de animados bailes, farsas, entremeses, durante<br />

veinte meses, contados desde junio de 1621, hasta las<br />

carnestolenadas de 1623, actuando en teatros públicos y en<br />

residencias particulares. La escritura se celebró ante el<br />

escribano Ibáñez de Yrruegas, el 4 de junio de 1621 (ARAR,<br />

Prot. Nro. 134, Fs. 645).<br />

La segunda Compañía formada en Arequipa por el comedió-<br />

grafo don Luis Fernández, presentó dos obras "La venganza<br />

de Tamar" y "La bendición de Abraham", haciendo su debut<br />

en un tablado que hizo confeccionar el Corregidor don<br />

Fernando Peralta Cabeza de Baca, donde se introdujo el arte<br />

especial femenino de posar ante el público ("hacer la figura"),<br />

a cargo de Francisca del Castillo, que debió ser mujer muy<br />

hermosa (ARAR. Prot. Nro. 196, Fs. 295). Por sólo dos<br />

representaciones en Arequipa, abonó el Cabildo 200 pesos.<br />

Otra Compañía la organizó don Jerónimo Ximénez, para<br />

representaciones durante tres años, contando con numeroso<br />

reparto (ARAR, Prot. Nro. 217, Fs. 144), aunque su primer<br />

actor era muy dado a la bebida. Tuvo tanto éxito que hizo un<br />

nuevo contrato ante el escribano Diego de Silva, el 22 de<br />

agosto de 1636 (ARAR, Prot. 240, Fs. 492 ss.).<br />

Buenos precedentes del siglo XVII tuvo el Teatro mistiano.<br />

Ya adelantamos que el Rector del orfanato de niños, Dr.<br />

Antonio Gregorio de Tamayo, vendió algunos espacios libres<br />

a favor de la Compañía Empresarial del Teatro de Arequipa,<br />

y para no perder el hilo, proseguiremos con la relación donde<br />

quedó interrumpida:<br />

Los representantes del Teatro eran los Sres. don Manuel<br />

Rodríguez de la Rosa, don Mariano Herrera y don Luis<br />

Gamio (ARAR. Prot. Nro. 752, Fs. 203 ss.) Este documento<br />

se celebró el 18 de abril de 1828.<br />

Los representantes de la Compañía Empresarial del Teatro<br />

abonaron la suma de 9,870 cinco y medio reales, de acuerdo<br />

a una mensura hecha por los peritos Gregorio Maldonado y<br />

Genaro José de Bejarano. Esta venta de terreno eriazo a censo<br />

dio lugar a ampliaciones del teatro, pero dejándose el espacio<br />

para fabricar tiendas en la esquina formada por Santo<br />

L<br />

Historia de Arequipa 223<br />

cfil<br />

Domingo (ahora General Morán) y San Juan de dios, las<br />

mismas que hasta hoy existen. Esta reserva se hizo con<br />

intervención del prefecto del departamento general don<br />

Antonio Gutiérrez de la Fuente.<br />

Consta en este contrato tanto el beneficio para la Casa de<br />

Niños Expósitos, como hasta el cuidado que debía tener la<br />

Empresa de mantener en buen estado de funcionamiento de la<br />

acequia que discurría por la zona vendida, etc.<br />

El teatro fue adquirido posteriormente por el general don<br />

Trinidad Morán, quien estuvo casado con la dama arequipeña<br />

doña Rafaela Zereceda. A causa de que estuvo deportado el<br />

general Morán, no tuvo buena administración el teatro, por lo<br />

que se fueron acumulando las deudas a favor del Orfelinato,<br />

representado por la Sociedad de Beneficencia Pública que<br />

logró la expropiación de dicho establecimiento teatral, por<br />

acumulación de réditos. El General Morán fue fusilado,<br />

después de un juicio sumarísimo, el primer día de diciembre<br />

de 1854.<br />

Doña Rafaela Zereceda viuda de Morán, con fecha 9 de junio<br />

de 1855, presentó oficio al presidente de la Sociedad de<br />

Beneficencia Pública y solicitó una rebaja de 2,000 pesos<br />

para una transacción de la deuda de 6,662 pesos y 3 reales de<br />

que era deudora la testamentaría de Morán, aduciendo que<br />

desde 1839 hasta 1845, estuvo el Orfanato en posesión del<br />

teatro, sin beneficio alguno para el General Morán, o su<br />

familia; y que por mala administración de los presidentes de<br />

la Beneficencia, fueron desapareciendo del citado "coliseo"<br />

mesas de billar, ornamentos, menaje, etc.<br />

concierto (le ;ion uctavio Polar en el teatro Fénix (1 i2).


226 Historia de Arequipa<br />

L<br />

¿hm. witita<br />

Texto:<br />

Guillermo Caldos Rodríguez<br />

Digitación:<br />

Violeta Mendoza<br />

Diagramación:<br />

Franco Delgado<br />

Escaneo de fotos:<br />

Silver Romero<br />

Supervisión:<br />

Dante E. Zegarra López<br />

Edición:<br />

distribución gratuita<br />

AREQUIPA al DÍA<br />

N°15<br />

Portada:<br />

Fachada de bella casona pintada por Prendergast.<br />

(Cortesía del Dr. Héctor Ballón Lazada).<br />

l calificativo de "caudillismo militar", para un ya<br />

Elargo periodo de la Historia Republicana ha sido<br />

puesto hace muchos años por historiadores,<br />

periodistas, escritores y políticos, de modo que no es<br />

una novedad de estas páginas. Lo vamos a analizar muy<br />

brevemente, a pesar de que muchas de sus facetas<br />

tuvieron por escenario la Ciudad Blanca, porque la<br />

Historia ha dejado de ser una exposición de relatos, una<br />

relación de combates armados, o el elogio desmedido de<br />

reyes o de presidentes y, ' adicionalmente, de sus<br />

representantes, que pudieron muy bien no ser<br />

nombrados ya que ni huella benéfica dejaron, ni<br />

estuvieron capacitados para señalar hitos, salvo los de la<br />

inmoralidad. Estas palabras nuestras tienen un sentido<br />

general, de modo que nadie puede tomarlas a título<br />

personal... a no ser que le encajen a la perfección.<br />

La inclinación pacifista del autor le obliga a creer que<br />

sólo las luchas para conseguir la libertad, o en defensa<br />

de la ecología, son las únicas necesarias y justificadas.<br />

Las demás tienen sólo un interés personal, particular y<br />

no patriótico. Por lo menos en el Perú.<br />

Libros fundamentales para el conocimiento de las<br />

guerras civiles son los de Jorge Basadre y del Deán Juan<br />

Gualberto Valdivia, en especial para lo que atañe a<br />

Arequipa.<br />

Tropa embarcada en la Estación de Tingo.<br />

(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).<br />

^-1


L.w<br />

Historia de Arequipa 227<br />

Muchos de los vicios adquiridos durante la administración Tiempos eran éstos en que los Generales del llamado<br />

colonial se habían arraigado en los criollos que, al "Caudillismo Militar" pactaban por igual con los bolivianos o<br />

advenimiento de la República, los asumieron con una con los chilenos y los comprometían a que participaran en sus<br />

inconciencia ideológica rayana en la estupidez. Los españoles luchas personales, valiéndose de civiles, a lo que no fue ajeno<br />

habían impuesto cupos económicos a la población para las tampoco el mismo Deán Valdivia, para quien dichas<br />

guerras de Europa y aún para el sostenimiento de las "Memorias" resultaron no otra cosa que la justificación de<br />

guarniciones que luchaban contra los ejércitos patriotas; pues ciertas acciones suyas.<br />

bien, los caudillos republicanos hicieron exactamente lo Arequipa, como el Cusco, no obtenían ningún beneficio patrio<br />

mismo y no a beneficio de una guerra internacional que del Centralismo limeño, por eso los afanes descentralizadores<br />

defendiera la soberanía patria y la integridad territorial del y regionalistas de ambos Departamentos. Cuanto más, en el<br />

Perú, sino para sus luchas caudillistas internas, es decir caso de Arequipa, que se apoyaba en la Constitución que fue<br />

guerras civiles, que nada aportaron al progreso de la Patria. aprobada con la inspiración de otro arequipeño, don Francisco<br />

Al Deán Valdivia se le ha criticado la "forma" como escribió Javier de Luna Pizarro, que presidió las Constituyentes de los<br />

las Memorias de las Revoluciones de Arequipa, pero no el años iniciales de la República, lo que se le premió<br />

fondo de ellas. Allí están bien dibujados los generales Agustín indebidamente con el destierro.<br />

Gamarra, Pedro Bermúdez, Juan Crisóstomo Torrico, Miguel Los más importantes generales de entonces tenían su propio<br />

San Román y muchos más, creyéndose todos ellos con ejército, su propio armamento, pertrechos y bastimentos de<br />

derecho y aptitud para gobernar al Perú y formando una sólida campaña; en tanto el Estado peruano carecía de todo ello. Por<br />

camarilla, a la que no fue ajeno el general Antonio Gutiérrez eso se tuvo que hacer colectas nacionales para comprar la<br />

de la Fuente. La otra era integrada por los bolivianos Andrés artillería que rugió el 2 de mayo de 1866, los barcos de guerra<br />

de Santa Cruz y José Ballivián, el canario Blas Cerdeña, el y armamentos para la guerra con Chile y que resultaron<br />

colombiano que se arequipeñizó Trinidad Morán, Luis José de insuficientes ante el moderno equipamiento del país del Sur.<br />

Orbegoso, etc. En un instante estuvo allí el Gran Libertador Debemos visitar el Museo de sitio del Morro de Arica para<br />

Mariscal don Ramón Castilla, quien luego jefaturó otro grupo ver con asombro la calidad del armamento del Estado Chileno<br />

en la disputa del poder, con el valiente Mariscal don Domingo y no de sus generales en particular, como ocurría en el Perú de<br />

Nieto, los generales José Rufino Echenique, Pedro y Manuel los años de este "primer Caudillismo Militar". Por eso las<br />

Diez-Canseco, cuñados de Castilla, entre otros. Por su parte, guerras se pierden antes de disparar el primer cartucho.<br />

el general Mariano Ignacio Vivanco, al perder las elecciones ¿Por qué se preparó el Perú para el citado combate del 2 de<br />

hizo la revolución en Arequipa, comprometiendo a la Mayo contra la poderosa escuadra española? Pocos<br />

población que se fanatizó a su favor, sin que ésta midiera las mencionan como causa de tal victoria que selló nuestra<br />

condiciones patrióticas de su líder que al final calificó a los Independencia, a la revolución que estalló en Arequipa el 28<br />

arequipeños de chicheros e idiotas, a pesar de que lo de febrero de 1865, contra el tratado Vivanco-Pareja y que<br />

acompañaron en todas sus campañas, acaudillando a Vivanco supo capitalizar el General Mariano Ignacio Prado, entonces<br />

contra un hombre políticamente superior a él, como lo era el Prefecto del Departamento, llamándose primero Restaurador<br />

Gran Mariscal del Perú, don Ramón Castilla, el mejor y luego Jefe Supremo Provisorio, aunque reconociendo al<br />

gobernante de ese periodo republicano. Por las acequias de General Pedro Diez-Canseco como Presidente, aunque luego,<br />

Arequipa corrió sangre de sus hijos, pero no siempre,nuestros el 28 de noviembre del mismo año se constituyó en el<br />

paisanos supieron elegir al mejor, dejándose impresionar por Supremo Dictador, declarando la guerra a España, cuyo<br />

un presumido de salón, o con cualquier pisaverde con epílogo fue el famoso Combate del Callao. <strong>Un</strong>a Constituyente<br />

charreteras de General. Castilla fue grande y murió pobre. lo hizo Presidente de la República el 31 de agosto de 1867.<br />

Este fue y es el mejor epitafio para un hombre -cualquiera que Como la Constitución y el nombramiento citado no gustaron<br />

sea- que mandara al Perú. al pueblo mistiano que se dio cuenta de que lo habían usado<br />

Episodios importantes en la vida del Deán Valdivia y de sus no para beneficio del país, sino para Prado, estalló en su<br />

"Memorias" lo ocupan Santa Cruz, Felipe Santiago Salaverry contra en Arequipa la revolución de 22 de setiembre de 1867.<br />

y Castilla, Gamarra, San Román y Flora Tristán, que tanto lo Don Mariano Ignacio Prado avanzó hacia esta ciudad y<br />

denigró por estar imbuida del pensamiento de la familia de su emplazando sus cañones en la Alameda que hizo construir el<br />

tío Pío, en cuya casa se alojó y de quien luego se desengañó. Intendente Alvarez y Jiménez bombardeó la Ciudad, una de


228 Historia de Arequipa<br />

cuyas granadas dañó el templo de San Agustín, como lo<br />

vimos en la reseña pertinente.<br />

Se construyó un Obelisco en homenaje al 28 de febrero de<br />

1865 y estuvo en la Plaza cercada por la "iglesia" de San<br />

Francisco y Tercera Orden y el Fundo del Fierro, que ha sido<br />

extrañado hacia la otra Banda, avenida llamada hoy de<br />

Bolognesi, poniéndose en su lugar el monumento de San<br />

Francisco de Asís que estuvo en la esquina formada por el<br />

atrio de dicha iglesia. ¡Sin comentarios!<br />

A todas estas reflexiones nos conduce el tema del<br />

"Caudillismo militar" que sólo sirvió para estimular<br />

ambiciones y apetitos particulares, teniendo como escenario<br />

donde se produjeron los conflictos las calles de la ciudad, por<br />

donde circularon los soldados subiendo por la calle del<br />

Resbalón (última cuadra de San Agustín) o desplazándose los<br />

montoneros por Guañamarca (hoy primera cuadra de Rivero)<br />

y el Triunfo (segunda cuadra de la misma arteria), por<br />

Alpacoto (primera cuadra de Jerusalem), o bajando por la<br />

calle de San Pedro, hacia Santa Marta o el callejón o Ronda<br />

de Santa Rosa, por la Palma (Víctor Lira), la Ranchería<br />

(Octavio Muñoz Nájar) y Lambramani y La Pampilla, por<br />

Rumi-Rumi y Cruz Verde, por Huasacache, la Laja, la<br />

Quebrada de Huayrondo, las chacras de la Joya y Liosa, de<br />

Congata Huayco y Uchumayo. En la Historia de todas estas<br />

revueltas se anotan los altos de Cangallo. Quequeña, la<br />

Apacheta, Paucarpata, Alata, los Perales y Tiabaya (donde<br />

los salaverrinos dejaron la proclama que condenaba a la<br />

destrucción a la Ciudad Blanca).; por Challapampa y<br />

Antiquilla, "después de hacer volar el primer arco del puente<br />

de Arequipa" (hoy llamado Bolognesi" y quemar el puente de<br />

troncos que hizo construir más arriba (en Chilina) don Pío<br />

Tristán, por Sachaca, Carmen Alto, Cayma y Yanahuara,<br />

lugares de refrigerios y añoranzas. Se luchaba barrio por<br />

barrio, callejón por callejón, calle por calle y casa por casa,<br />

donde murió lo mejor de la juventud arequipeña, engañada<br />

por demagogos y engalonados, por igual, y entre aquellos<br />

estaba un personaje problemático y discutible, como lo era el<br />

Deán Valdivia y personajes que él anota en sus Memorias de<br />

las Revoluciones de Arequipa.<br />

Después del primer "caudillismo" vendría el segundo, el<br />

tercero y aún se habla del cuarto.<br />

CAMBIO DE COSTUMBRES<br />

Para cuando se inauguró oficialmente el ferrocarril, el 1 de<br />

enero de 1871. ya el sentido comercial de Arequipa había<br />

cambiado de rumbo y metas, porque, a ejemplo de los<br />

extranjeros, comenzaron los mistianos a exportar la<br />

cascarilla, el café y la lana; en tanto los salones elegantes<br />

lucían porcelanas preciosas de Sevres, consolas y mesas<br />

estilo Luis XV (entre cuyos importadores se contaba don Pío<br />

Tristán, cuyos derechos aduaneros evitó pagar), catres y<br />

percheros de bronce procedentes de Londres o Roma, o<br />

alfombras persas, introducidas por los británicos.<br />

MOLLENDO FUE PUERTO ANTES DE 1871<br />

En Mejía se estableció el primer terminal ferroviario del sur<br />

y no se creó que en Moliendo en ese 1 de enero de 1871 que<br />

tampoco fue, la fecha de su fundación. El puerto es más<br />

antiguo de lo que se ha venido afirmando y si bien es cierto<br />

que hasta comienzos del siglo XIX era una simple caleta, ya<br />

en su segunda década se le comenzó a denominar puerto. Por<br />

la misma época venían cobrando importancia los puertos de<br />

Arica (que la tuvo desde el siglo XVI, por su cercanía a las<br />

minas del Alto Perú), Ilo, Islay y Quilca, siendo el de Islay el<br />

que comenzó a tener el apoyo gubernamental del que careció<br />

antes, como rememora doña Flora Tristán en su libro<br />

-Peregrinaciones de una paria".<br />

Mucho antes de aquel 1 de enero de 1871 era ya Moliendo un<br />

puerto. Incluso tenía autoridades como Alcalde y<br />

Comisionado "del puerto de Moliendo". En 1808, se trató de<br />

vender el barco "Buen Ayre" a cuyo efecto se formó una<br />

compañía de dos personalidades de entonces, don Juan Pío<br />

Tristán y el doct3r Manuel Fernández de Córdova, quienes<br />

dejaron constancia de que la venta se haría "en el Puerto de<br />

Moliendo", en documento fechado en 19 de enero de 1808 y<br />

ratificado en otro de 28 del mismo mes y año (ARAR, Prot.<br />

Nro. 657, Fs. 55 y Fs. 62). Y no puede decirse que Tristán y<br />

Fernández de Córdova desconocieran la geografía de la costa<br />

arequipeña.<br />

Cuando don Pío Tristán desempeñó el gobierno de la<br />

Intendencia de Arequipa, nombró como Alcalde Ordinario<br />

del Puerto de Moliendo, a ( )n Casimiro Santayana (ARAR,<br />

Intend. Pedimentos, 5 de in rzo de 1815, Fs. 1).<br />

Hubo otros Alcaldes Ordinarios del Puerto de Moliendo,<br />

como don Antonio Soto, a cuyo favor salió de fiador don José<br />

Antonio Morales, con quien tenía negocios (ARAR, Prot.<br />

Nro. 744 de Mathías Morales, año 1820, Fs. 1 y 45). Soto y<br />

J. A. Morales vendieron diversas piezas de un barco<br />

desmantelado, por lo visto, a causa de un naufragio en la<br />

brava costa mollendina. El Intendente Gobernador don Juan<br />

Bautista de Lavalle había pedido al Alcalde Ordinario del<br />

Puerto de Moliendo para que hiciera un inventario previo, lo<br />

que se cumplió estrictamente (Ibidem, Fs. 36).


Como iba en aumento la población mollendina por entonces,<br />

las autoridades vieron por conveniente suprimir la descarga de<br />

guano que se había venido haciendo allí, siendo el<br />

Comisionado de Chiguas y Hornillos quienes comenzaron a<br />

recepcionar el abono, con lo que disminuyó la actividad<br />

portuaria de Moliendo, sin que por esto dejara de ser Puerto.<br />

Hay mucho que decir de este simpático balneario del Sur, pero<br />

es ya una historia distinta. Tampoco el 6 de enero de 1871 se<br />

fundó Moliendo.<br />

COLEGIO DE EDUCANDAS<br />

Precisamente por el año de 1808, mientras ya se conocíá a<br />

Moliendo como puerto, en Arequipa tenía lugar un<br />

acontecimiento de suma trascendencia, como era la valoración<br />

de los bienes de don Jorge del Fierro Velarde para la fundación<br />

del Colegio de Educandas que comenzó a funcionar en 1810,<br />

cumplidos todos los trámites en que el presbítero del Fierro<br />

Velarde hace donación de dichos bienes que sumaban la<br />

cuantiosa cifra de 116,395 pesos (ARAR, Prot. 658, Fs. 508,<br />

V. tb. Fs. 512 vta. y 521). El ingrato rey dispuso el control y<br />

Historia de Arequipa 229<br />

avance de la obra, la aprobación de sus constituciones, al<br />

Intendente de Arequipa, más no tuvo la delicadeza de<br />

agradecer tan generoso acto de don Jorge del Fierro Velarde.<br />

Se limitó a dar la autorización mediante cédula fechada en el<br />

Real Palacio de Aranjuez, el 19 de febrero de 1804.<br />

El Colegio de Educandas era para niñas pobres, cuyo local<br />

constaba de capilla, sala de recibo, junto al zaguán de la puerta<br />

principal, aula, rectoría y aposentos (22 en total); zaguán al<br />

segundo patio, enfermería; otro zaguán hacia el tercer patio,<br />

con seis alcobas, refectorio, dispensa, etc. Tenía además un<br />

segundo piso con mirador, tres alcobas, depósito de leña y<br />

sala de música, ocupando todo el área de 3,497 varas<br />

cuadradas.<br />

El local del Colegio de Educandas, con el nombre de Fundo<br />

del Fierro, es ocupado ahora por el Museo Municipal<br />

"Guillermo Zegarra Meneses", como homenaje a su<br />

fundador; muy merecidamente, por cierto.<br />

Funcionó bien hasta la dirección del sobrino del fundador,<br />

don Fernando Arce del Fierro, y lo reemplazó como plantel el<br />

Colegio de los Sagrados Corazones.<br />

Parte trasera del Colegio de Educandas creado por el presbítero Jorge del Fierro Velarde.


...maría ae Arequipa<br />

ril de la costa 9<br />

1- 3 Laa_Lam tia át i Al, USSI. LLULIJILIU r iita lit 17.-0 unn:1 auto,' de pasajero,<br />

(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).<br />

punto de partida de la construcción del ferrocarril que<br />

debía unir la costa con la Ciudad de Arequipa es el<br />

Decreto Supremo autorizado por el Presidente don<br />

Pedro Diez Canseco, aceptando la propuesta que había<br />

formulado don Enrique Meiggs el 30 de marzo de 1868, la<br />

misma que había dado lugar al parecer aprobatorio de la<br />

Comisión del Tribunal Mayor de Cuentas, cuya dirección<br />

ejercía el arequipeño Dr. José Fabio Melgar y del dictamen<br />

favorable del Fiscal de la Corte Suprema de Justicia, Dr. José<br />

Gregorio Paz Soldán, otro ilustre mistiano.<br />

Dicho Decreto Supremo dice:<br />

"Lima, abril 20 de 1868. Vistas las diferentes propuestas<br />

hechas para la construcción de un ferrocarril entre la ciudad<br />

de Arequipa y los puertos de Mejía o de Islay, con lo opinado<br />

por el Tribunal Mayor de Cuentas y por el Fiscal de la Corte<br />

Suprema de Justicia y resultando como la más- ventajosa la<br />

hecha por don Enrique Meiggs, no sólo por la naturaleza del<br />

contrato que propone, sino por las garantías que ofrece, de<br />

acuerdo con el 'voto unánime del Consejo de Ministros;<br />

acéptase dicha propuesta y, siendo conveniente para los<br />

intereses Fiscales que una comisión formada de personas<br />

competentes y de notoria probidad, arregle los términos de la<br />

escritura que debe celebrarse, nómbrese para que la<br />

compongan al Prior del Consulado don Julián Zarocondegui,<br />

al comerciante don Benito Valdeavellano y el abogado don<br />

Antonio Reiná l ldo Chacaltana. Esta comisión redactará el<br />

Proyecto de Decreto que servirá de minuta de la escritura,<br />

con arreglo a las bases propuestas por la Comisión Central de<br />

Ingenieros, quedando desde luego modificada la condición<br />

Cuarta de la propuesta que limita la garantía del uso público<br />

del camino a seis meses debiendo ser este término cuando<br />

menos de tres años y las indicaciones hechas por el Piscal de<br />

la Suprema. Remítase este expediente a los individuos que<br />

han de formar la Comisión. Rúbrica de su Excelencia (Pedro<br />

Diez Canseco). La Fuente".<br />

Los miembros de la Comisión nombrada renunciaron y se<br />

nombró a los señores Ramón Montero, Fco. Ruiz y Manuel<br />

de la E. Chacaltana que formularon el Proyecto de Contrato<br />

que fue aprobado el día 30 de abril del mismo año. Se fijaba<br />

el importe de 12'000.000,00 de soles, quedando liberados de<br />

impuesto de importación los materiales que se precisaban.<br />

Debía supervisar los trabajos la comisión integrada por los<br />

señores Ramón Azcárate, Ing. Alex Prentice y los<br />

arequipeños Juan Manuel de Goyeneche y don Enrique


López de Romaña, quienes aprobaron la obra y escogieron los<br />

terrenos que debían servir de Estación Central en esta ciudad.<br />

El informe fue elevado al Gobierno el 7 de mayo de 1870 y la<br />

complacencia fue unánime. Sólo en un punto disentía el Ing.<br />

Prentice: el lugar de la costa donde debía fijarse el terminal<br />

ferroviario, sugería que fuese Islay, en tanto los demás<br />

proponían a Moliendo. No se debe olvidar que Islay sufrió los<br />

efectos de una maligna peste desde el 23 de mayo de 1868<br />

hasta el 12 de junio de 1869, que exterminó a la población y<br />

los sobrevivientes tuvieron que refugiarse en Chiguas, Mejía<br />

y Moliendo, o en ramaditas en las lomas.<br />

Se arrendó el ferrocarril a Meiggs, donde se establecía que el<br />

terminal ferroviario debía ser Puerto Mayor, contrato que fue<br />

perfeccionado el primer día de julio de 1871, siendo el plazo<br />

de explotación de cinco años. Pero, desde el 24 de diciembre<br />

de 1870 había quedado abierto al tránsico, desde Mejía.<br />

La inauguración oficial se hizo el 1 de enero de 1871,<br />

concurriendo al acto el presidente de la República don José<br />

Balta, acompañado de su familia, Consejo de-Ministros y<br />

numerosa comitiva, al que se invitó a las familias más<br />

representativas de la Ciudad Blanca.<br />

Al extenderse la vía hacia Puno y k uSCO n►tjora la<br />

situación económica del sur.<br />

(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa)


232 Historia de Arequipa<br />

En Pampas de Porongoche (ahora hipódromo) aterrizó el primer avión monomotor en la Becada del 20.<br />

(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).<br />

El puente Grau fue construido en la penúltima década del siglo XIX, por don Juan Rodríguez.<br />

En esta vista se observa el tranvía transitando por éL<br />

(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).


19=<br />

En el Centenario de la batalla de Ayacucho se<br />

iluminó ex<br />

traordinariamente la Plaza de Armas.<br />

(arriba)<br />

Historia de Arequipa 233<br />

El 28 de Julio de 1821 en el desfile por el<br />

Centenario de la Independencia Nacional<br />

desfilaron en Lima arequipeños estudiantes de la<br />

Facultad de Farmacia y de la Facultad de San<br />

Fernando con uniformes especiales (a la<br />

izquierda).<br />

Muchos salones de nuestra ciudad fueron<br />

empapelados en dicho Centenario. Posa una bella<br />

y elegante dama (abajo).


234 Historia de Arequipa<br />

7-<br />

La civaaa se m6derhaa<br />

Observatoila uc Cármen Alta cstableciaa gor la <strong>Un</strong>iversidad de lial ■ard, que ¡lego umiusU a instalar una Estación<br />

Mete ' orológica en la cumbre del Misti.<br />

(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa)<br />

unque parezca mentira, la Ciudad se ha modernizado<br />

Aa través de sus grandes desgracias, y merced a ellas<br />

precisamente. El Gobierno se dio cuenta de que<br />

Arequipa estaba aún en estado de relativo atraso cuando se<br />

destruyó por el terremoto de 1868 y contribuyó a mejoras que<br />

no se hacían por falta de medios económicos. Es así como en<br />

1869 se hace la instalación del servicio de agua potable y a<br />

partir de entonces la Municipalidad comenzó a dotar de<br />

líquido elemento a los dueños de vivienda que lo solicitaran.<br />

Por su interés trascribimos seguidamente un contrato ,Suscrito<br />

ante el escribano Mariano García Calderón el 28 de marzo de<br />

1870:<br />

"Venta de una Paja de Agua. El Sr. Alcalde de la Honorable<br />

Municipalidad don Luis Gómez de la Torre y el Dr. Juan<br />

Manuel Chávez, Síndico Procurador, a doña María Núñez de<br />

Osorio. La Paja (sic) será con arreglo a la medida establecida<br />

de Paja de agua y la tomará del ramal de la cañería que baja<br />

para la pila de la Alameda de la Puente y ésta usarla para los<br />

usos que sean necesarios en la tienda de su propiedad, sita en<br />

la calle de las Mantas, poniendo una pileta de resorte con la<br />

llave para evitar el curso perenne de ella y no sea<br />

desperdiciada" (ARAR, Prot. Nro. 612, Fs. 90, vta.; además.<br />

ver Fs. 131 vta., 192 vta., 206 vta, 380, 398, 401, 461 vta.,<br />

477, 519 vta., 521 vta., 522 vta., 529, 546 vta., 547 vta., 555,<br />

565, etc.) Todo el mundo trataba de evitar el consumo de la<br />

inmunda agua de las acequias.<br />

TREN URBANO<br />

Al mismo tiempo, se venía instalando el servicio del<br />

"ferrocarril urbano", con los rieles respectivos para coches<br />

halados con caballos que recorrían las principales calles de la<br />

Ciudad. De esa época es el chiste siguiente:<br />

SEÑORA: ¿Puede usted detenerse en la casa Nro. 20 de<br />

Santo Domingo?<br />

CONDUCTOR: ¿En qué piso, señora?<br />

Posteriormente se contrató la construcción del ferrocarril<br />

hacia Puno y Cusco, con evidente beneficio económico para<br />

todas estas ciudades, con Arequipa preferentemente.<br />


En tanto se nivelaban y empedraban las calles de<br />

Arequipa una vez más. A las vías de comunicación fue a<br />

dar gran parte del ripio que dejó el sismo.<br />

Se puso veredas de granito, se hizo la ampliación de<br />

varios callejones y las mejoras fueron en aumento.<br />

El observatorio astronómico de la <strong>Un</strong>iversidad de<br />

Harvard que había venido funcionando en Chosica, fue<br />

trasladado a Arequipa, escogiéndose al pueblo de Carmen<br />

Alto como el más adecuado para su actividad.<br />

Aquí comenzó a funcionar en octubre de 1890, gracias a<br />

gestiones de don Juan López de Romaña. En enero de<br />

1891 vino como director el científico señor William<br />

Pickering y en mayo del mismo año el señor Solón<br />

Bailey. La mejor serie fotográfica del paso del cometa<br />

Halley cerca de la Tierra, en 1910, fue la lograda por el<br />

telescopio de Carmen Alto, por la claridad del cielo<br />

arequipeño. Las condiciones atmosféricas desmejoraron<br />

en nuestro medio, por lo cual las instalaciones se<br />

trasladaron al Africa en 1927, dejando de funcionar en<br />

Carmen Alto.<br />

Otra actividad destacable del Observatorio fue la<br />

instalación de la Estación Meteorológica Boyden, en la<br />

cumbre del volcán Misti, que pasó a ser la más alta del<br />

Mundo, en los primeros años del siglo XX.<br />

Historia de Arequipa 235<br />

Dos arequipeños fueron asistentes de los científicos<br />

norteamericanos, don Luis Duncker Lavalle, desde 1891<br />

hasta 1894, "trazando mapas celestes y observando<br />

metódicamente las estrellas" y don Nicolás Reynoso<br />

Vizcarra, que laboró durante los últimos cuatro años de<br />

existencia del Observatorio y aún en 1928, liquidando<br />

algunas remesas instrumentales a Harvard, habiendo sido<br />

el descubridor de la estrella Nova, de la Constelación<br />

Pictoric; años durante los cuales tuvo como director a don<br />

Pedro Antonio Paraskevoupolous. Muy amigo suyo y de<br />

Duncker Lavalle fue el compositor Roberto Carpio, del<br />

que tan poquísimo se sabe y que vivió en la casa de don<br />

Nicolás Reynoso, en la calle Misti, de Yanahuara.<br />

Telescu .%lto, dono,, astront,illicos los auxiliares mistianos Luis Duncker Lavalle y<br />

Nicolás Reynoso Vizcarra.


236 Historia de Arequipa<br />

Don Vi g<br />

or F. Lira donó al Asilo de Ancianos este hermoso edificio (arriba).<br />

Al Colegio de Educandas le sucedió el de los Sagrados Corazones (abajo).<br />

(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).


Historia de Arequipa 237<br />

~ación y Tranvíal lectr ti co<br />

La instalación del fluido eléctrico en Arequipa<br />

tuvo una rara historia que comenzó en Lima,<br />

donde don Francisco La Rosa y don Francisco<br />

Velazco suscribieron allí, ante el notario público doctor<br />

Carlos Sotomayor, el 31 de diciembre de 1896, un<br />

contrato para la instalación de la Empresa "La Rosa-<br />

Velazco" que tendría la exploración de luz eléctrica en<br />

Arequipa. Dicha empresa vino funcionando normalmente<br />

hasta que el 21 de octubre de 1902 el señor La Rosa<br />

vendió sus acciones a su asociado, que pasó a ser el único<br />

dueño (ARAR. Protocolo del Dr. José Sebastián<br />

Calderón, de fecha 21/X/1902, Fs. 959).<br />

Bajo la gerencia del único propietario Sr. Francisco<br />

Velazco, funcionó la Empresa hasta el 18 de mayo de<br />

1905, en que la vendió a la Sociedad Eléctrica de<br />

Arequipa, por convenio celebrado ante el notario Dr.<br />

José María Tejeda (ARAR, Protocolo de J.M. Tejeda, Fs.<br />

252); fecha desde la cual, según sus escrituras<br />

pertinentes, nos explota la citada Sociedad.<br />

El uso de la energía eléctrica requiere una más amplia<br />

explicación que no puede limitarse a firmas de contratos.<br />

Aprovechamos aquí datos que tuvo a bien<br />

proporcionarnos el periodista e historiador Dante<br />

Zegarra López.<br />

El primer generador que se usó en el sur del país fue<br />

adquirido por don Víctor Felipe Lira; benefactor y<br />

filántropo que dotó al Asilo de Ancianos el local que<br />

tuvo en la esquina formada por las calles Piérola y la<br />

Palma, (que hoy lleva su nombre). Dicho generador<br />

marca Thompson, de 75 voltios, de corriente continua,<br />

que se exhibió en la Feria de Lima, por la firma de<br />

Emilio Wagner, en 1884, importó 1,440 libras peruanas y<br />

se instaló en la hacienda Pampablanca, funcionando con<br />

rueda hidráulica.<br />

Por primera vez se iluminó la Plaza de Armas el 27 de<br />

julio de 1898, sólo por algunos días de Fiestas Patrias,<br />

pero el iluminado se generalizó a la Ciudad el 1 de<br />

noviembre de 1898.<br />

Ya dijimos que en 1905 la energía eléctrica pasó a<br />

pertenecer a la Sociedad Eléctrica.<br />

Se formó una empresa para la instalación del Tranvía<br />

Eléctrico, cuyos accionistas eran las personas más<br />

influyentes y económicamente fuertes de la Ciudad,<br />

empresa que el 18 de julio de 1913 comenzó a ser dotada<br />

Tren urbano o tranvía de sangre estacionado frente a la Estación del ferrocarril. Era carruaje por tracción animal,<br />

usado en Arequipa antes de la instalación del tranvia eléctrico. Postal de fines del siglo XIX.<br />

(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa)


238 Historia de Arequipa<br />

de energía eléctrica y que puso en vías al primer tranvía<br />

de la Ciudad.<br />

Por las principales calles de Arequipa se hizo el trazado<br />

de vías; viéndose luego la urgencia de extenderlas a<br />

Tingo, Paucarpata, Miraflores, Antiquilla y Yanahuara.<br />

Todos los coches constaban de dos compartimientos: de<br />

primera y de segunda, variando el precio del pasaje de<br />

diez a cinco céntimos. Aquel compartimiento iba siempre<br />

delante y, al comienzo se impedía llevar cajones y bultos<br />

grandes en él. En el sector de primera "se viajaba de<br />

frente" y en el de segunda "de perfil", a causa de que el<br />

asiento era una banqueta lateral a cada lado,<br />

prohibiéndose el ingreso de mendigos y vendedores<br />

ambulantes.<br />

Los accionistas de la Empresa del Tranvía Eléctrico, se<br />

dieron la gran vida con las utilidades anuales y muy poco<br />

se preocuparon del mantenimiento rodante, hasta que<br />

operaron los tranvías con pérdidas, aunque contando con<br />

el apoyo de la Sociedad Eléctrica.<br />

Cada cinco años se renovaba el convenio con la<br />

Municipalidad, que permitía en esta forma el monopolio<br />

del tránsito, de modo que los omnibuses de servicio<br />

público no podían ingresar a donde estaban establecidas<br />

las líneas tranviarias, con sus respectivos terminales.<br />

Los omnibuses de Characato y Sabandía dejaban sus<br />

pasajeros en el terminal de Paucarpata y los de Tiabaya<br />

hasta el de Tingo, frente al cuartel y la Estación del<br />

Ferrocarril, por ejemplo; salvo el "Carro de Colegiales"<br />

que tenía su paradero en la calle Zela, frente a la Plaza 28<br />

de Febrero, por donde no pasaba la línea del tranvía.<br />

Mediante la Ley Nro. 10233, se hizo la instalación de la<br />

Junta Transitoria Municipal, presidida por don Pedro P.<br />

Díaz y siendo la primera Vice-Alcaldesa doña Eva<br />

Morales. Los miembros de dicha Junta Transitoria la<br />

integraban el doctor Emilio Suárez Galdos, el Ing. Javier<br />

de Taboada y Bustamante, don J. Enrique Cárdenas, don<br />

Lizardo Berríos, los Drs. Luis F. Ponce, Carlos A.<br />

Ricketts, Clodomiro Chirinos Manrique, Oscar Alvarez<br />

Bisbal, César Gutiérrez, Ing. Ricardo Phillip, y Srs. José<br />

Luis Ruso, Agapito Pacheco, Aurelio Torres Rivas y Julio<br />

C. Vento.<br />

El 5 de octubre de 1945 la Municipalidad eligió al Dr.<br />

Suárez Galdos como Sindico de Gastos, quien estudiando<br />

el caso de monopolio tranviario y teniendo en cuenta que<br />

Primer vehículo de pasajeros, llamado "Góndola", que prestó servicio entre Tiabaya y Tingo.<br />

(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).


de conformidad con la Constitución Política del Estado<br />

que regía desde 1933 estaba prohibido todo tipo de<br />

monopolio, se tuvo el acuerdo de nulidad del contrato<br />

municipal con el Tranvía, en sesión de 25 de octubre de<br />

1945. Los diarios El Pueblo y Noticias del día siguiente<br />

hicieron conocer esta reivindicación popular arequipeña.<br />

El Tranvía Eléctrico tuvo que ingresar en etapa de<br />

competitividad, pero apeló del acuerdo tardíamente por<br />

lo que no tuvo efecto por extemporáneo escrito, de modo<br />

que el proceso terminó en Arequipa.<br />

En el mes de abril de 1952 fue retirada la circulación de<br />

tranvías a Tingo, suceso que se registró en la revista<br />

AREQUIPA, Año I, Nro. 5 de 21 de abril de dicho año<br />

que anunciaba "¡Adiós Tranvía a Tingo, Adiós!", de su<br />

página 6, publicación dirigida por el Dr. Eleazar<br />

Bustamante. Fue el comienzo del fin de dicho servicio.<br />

Para fines turísticos pudo dejarse varias líneas, como la<br />

de Parque Melgar a Tingo, la del circuito Av. Bolognesi-<br />

calle Misti, la de Cementerio de la Apacheta-Paucarpata,<br />

pero como la Empresa no abonó la compensación<br />

indemnizatoria por años de servicios, ni sueldos<br />

devengados, los trabajadores arrasaron con todo, porque<br />

el Estado no se comprometió mayormente a solucionar el<br />

justo reclamo de los "tranviarios".<br />

Fachada principal del Hospital Goyeneche, cuando aun<br />

no se había abierto la avenida del mismo nombre, ni la<br />

de Siglo XX.<br />

(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).<br />

En 1921 dos jóvenes deportistas adquirieron los primeros automóviles Ford V8.<br />

(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).<br />

Historia de Arequipa 239


Historia de Arequipa<br />

Arequipa tiene tal naturaleza<br />

que enriquece los pinceles de un<br />

paisajista, corno Carlos Trujillo<br />

(arriba) y caracteres humanos<br />

como el Deán Valdivia que<br />

permitió con su ceño y proceder<br />

inspirar la mejor estampa<br />

sicológica lograda por el<br />

retratista por excelencia Víctor<br />

Martínez Málaga (abajo), a<br />

quien en la especialidad sigue<br />

los pasos su hijo Marcelo<br />

Martínez Gómez, multifacético<br />

representativo del mistiano de<br />

bién.


242 Historia de Arequipa<br />

.-,■•■■•••••••••••°<br />

fui Mertiluo ue an Canit o<br />

Texto:<br />

Guillermo Galdos Rodríguez<br />

Digitación:<br />

Violeta Mendoza<br />

Diagramación:<br />

Franco Delgado<br />

Escaneo de fotos:<br />

Silver Romero<br />

Supervisión:<br />

Dante Zegarra López<br />

Edición:<br />

distribución gratuita<br />

AREQUIPA al DÍA<br />

N°16<br />

Portada:<br />

Casa del Moral<br />

(Foto del Archivo Regional de Arequipa)<br />

Antigua fachada del Mercado de San Camilo<br />

(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa)<br />

ya es sabido que después de funcionar en la Plaza Mayor de la<br />

Ciudad el mercado de abastos, cuando se produjo el terremoto<br />

de 1868 y se desplomó el techo del templo de San Camilo, se<br />

pensó seriamente en usar la plaza para instalar carpas para las familias<br />

que se habían quedado sin techo. Por tanto, se retiraron los escombros de<br />

la Iglesia citada y como las paredes aparentaban solidez, se utilizó el local<br />

como Mercado.<br />

En esas condiciones se esperó hasta que siendo las 2.00 p.m. del jueves<br />

8 de diciembre de 1910, en cumplimiento de acuerdo municipal y bajo<br />

la presidencia del Alcalde, Dr. don Eleodoro M. del Prado, se reunieron<br />

en la plazoleta de San Camilo junto con las autoridades municipales los<br />

Sres. Dr. Celso C. Pastor, prefecto del Departamento, el Obispo Fr.<br />

Mariano Holguín, el presidente de la Corte de Justicia, Dr. M. Belisario<br />

Soto, el presidente de la Junta Departamental don Manuel J. Revilla; el<br />

rector de la <strong>Un</strong>iversidad del G.P. San Agustín, Dr. Víctor N. Morales; el<br />

Dr. Carlos Hilburg, director del Colegio Nacional de la Independencia<br />

Americana y numerosas autoridades, catedráticos, profesores y público<br />

en general, para la ceremonia de colocación de la primera piedra e<br />

inauguración solemne de "los trabajos de la mencionada obra, que


manda construir el H. Concejo Provincial por su cuenta y con<br />

fondos comunales". Impartió la bendición el señor Obispo, sobre<br />

todo a la primera piedra que se colocaba por el Sr. Prefecto como<br />

representante del Presidente de la República.<br />

Al hacer uso de la palabra el Dr. del Prado hizo presente que en<br />

sesión de 18 de febrero de 1910 se acordó la realización de la obra<br />

y la aprobación de los planos y presupuestos referidos a ella hechos<br />

por los ingenieros Srs. Julio Andrés Arce y Oscar López Aliaga,<br />

habiendo contado con la autorización y aprobación del Gobierno<br />

por Resolución de 18 de marzo del mismo año y previas las<br />

formalidades de ley se celebró el respectivo contrato con la empresa<br />

que representaba el Sr. Cayetano Arenas, el 7 de diciembre del<br />

mismo año. Se leyó el acta inaugural, firmada por autoridades y<br />

muchos vecinos, la misma que fue depostada en la caja de piedra<br />

destinada para cimiento del edificio, entre aclamaciones populares,<br />

siendo las más ruidosas las de vendedoras del mercado.<br />

(Esta información la debo a un documento original que me dio el<br />

Sr. Walter Espinoza, que agradezco).<br />

La obra del mercado de San Camilo encontró apoyo y realización<br />

precisamente en varios alcaldes que estuvieron en la ceremonia<br />

oficial de colocación de la primera piedra, especialmente del que la<br />

puso, o sea el Dr. Eleodoro M. del Prado, que fue burgomaestre en<br />

1910 y 1911; el Dr. Arturo P. Linares (1912); Alberto Rey de<br />

Castro, durante sus dos periodos, de 1915-1916 y de 1934-1939;<br />

y quien le dio más impulso aún a los trabajos, que iban lentos por<br />

las penurias económicas municipales, fue el Dr. M. Belisario<br />

Soto, durante cuyo periodo (1932-1933) se hizo una ampliación a<br />

la construcción que se venía avanzando, en la parte norte, cuya<br />

bendición fue impartida por un historiador y canónigo, el Dr.<br />

Historia de Arequipa 243<br />

Santiago Martínez, de grato recuerdo por el volumen de su1<br />

producción historiográfica, que no se limitó solamente a la vida<br />

eclesiástica.<br />

En Arequipa no faltan los críticos "bamba" (para que nos<br />

entiendan ellos usaremos su replana), que a medida que avanzaba<br />

la obra del mercado ponían objeción a cuanto se hacía. A unos les<br />

parecía extremado el gasto que se venía haciendo durante el<br />

gobierno municipal de don Alberto Rey de Castro, de allí que el<br />

diario "Noticias" informara el 11 de julio de 1937 que estaban<br />

avanzando los trabajos de las tiendas (p. 12) y para acallar<br />

anuncios antojadizos, daba cuenta de que la plazoleta del mercado<br />

costaría en total S/. 13,430.00 (Ed. del miércoles, 26 de<br />

noviembre del mismo año).<br />

<strong>Un</strong> mes antes se había anunciado que en noviembre se entregaría<br />

el Mercado Central, ya que se había instalado hasta el 29 de<br />

octubre de 1937 la mayor parte de la techumbre (Ed. Noticias), y<br />

como cualquier zapatero quería opinar respecto a las estructuras<br />

metálicas del edificio, la Municipalidad decidió nombrar una<br />

Comisión Técnica para recibir la obra (Noticias, 19-IX-1937, p.<br />

3).<br />

Por fin, el Concejo acordó en sesión de miércoles 9 de febrero de<br />

1938 recibir la obra previa autorización del Ministro de Fomento.<br />

El título del periódico que venimos empleando fue el siguiente:<br />

"El Concejo acordó anoche proceder a recibir la obra del<br />

Mercado Central" (Ed. jueves, 10 de febrero de 1938).<br />

Los terremotos de 1958 y 1960, demostraron que lo más sólido<br />

del edificio fueron las estructuras metálicas, que hasta hoy<br />

permanecen. Los mejores arreglos fueron hechos en las fachadas<br />

y tiendas que lo rodean.<br />

Juegos Florales de 1912 en honor a Mariano Melgar. Reina: Señorita II


244 Historia de Arequipa<br />

al por el IV Ceridrktrei0<br />

,abíamu, que sólo se acuerdan de Arequipa cuando<br />

grandes tragedias le dañan el alma, o cuando se acercaba el<br />

festejo por el IV Centenario de su fundación. Haremos una<br />

enumeración de obras públicas que fueron solicitadas por el<br />

alcalde de la Ciudad, don Alberto Rey de Castro y por la<br />

Comisión Multisectorial de Festejos que se formó para apoyo<br />

de la Municipalidad. Era Presidente del Perú el general<br />

(después Mariscal) don Oscar R. Benavides, quien dio amplio<br />

apoyo para las obras proyectadas, como la iniciación de los<br />

trabajos preliminares para la construcción del nuevo puerto de<br />

Matarani (Noticias, 10 de febrero de 1938, p. 10); se dieron<br />

los primeros pasos para la construcción del Estadio (que se<br />

consideró "Modelo"), aunque para ello se pidió muy bajo<br />

presupuesto, porque el doctor Horacio Morales y demás<br />

integrantes del Comité no tenían siquiera idea de lo que<br />

podían solicitar para ese campo deportivo y en lo que estaban<br />

mejor informados era en los costos de construcción del<br />

Colegio Nacional de la Independencia en la Urbanización IV<br />

Centenario. Sobre el Estadio ver el mismo diario que nos<br />

viene dando información (18 de setiembre de 1937, p. 10).<br />

Otra obra necesaria para la Ciudad era la edificación del<br />

Teatro Municipal, con su bello bajo relieve del Escudo de<br />

Arequipa, que llegó a hacerse a tiempo; mejoras en la Plaza<br />

de Armas y se demandó la cooperación para la construcción<br />

de la alameda de Tingo a Tiabaya, rodeada de árboles, en<br />

tanto se informaba de la construcción del Puente de Tingo<br />

(Ibidem, 22 de setiembre de 1937, p. 11).<br />

En la edición del 15 de agosto de 1940, como homenaje a la<br />

fundación de la Ciudad (cuyos festejos se habían postergado<br />

como manifestación de duelo por el terremoto que había<br />

estremecido a Lima), coronel don Teobaldo Llosa y Rivera,<br />

presentaba un artículo titulado "Para completar la fachada de<br />

la Catedral", a causa de que faltaba añadirle el Tímpano que<br />

luce hasta la fecha.<br />

Al mismo tiempo que algunas obras eran hechas, otras eran<br />

deshechas. El monumento al héroe don Francisco Bolognesi,<br />

comenzó a ser trasladado "por partes" hacia la avenida del<br />

otro lado del Puente Grau (18 de agosto de 1940), lo que daba<br />

lugar a que el coronel Teobaldo Llosa y Rivera hiciera<br />

comentarios en su nota "El Coronel Francisco Bolognesi y<br />

sus monumentos" (Ed. 4 de mayo de 1940, p. 4).<br />

JUNTA DE REHABILITACION: OTRA HISTORIA<br />

Terremotos de 1958 y 1960 y se crea la Junta de<br />

Rehabilitación y Deb,,,iio que tanto hizo equipa,<br />

especialmente para dar vivienda a familias que lo habían<br />

perdido todo. Se crean nuevas urbanizaciones que no eran<br />

necesariamente "barriadas" y que se organizaron<br />

debidamente.<br />

El Centro Histórico de Arequipa y zona Monumental también<br />

participó de los beneficios que daba la Junta, igual que<br />

algunas iglesias que precisaron restauraciones; pero, esa<br />

actividad, creemos, requiere de una Historia particular, por la<br />

amplitud de la actividad emprendida que escapa a los límites<br />

de nuestro esfuerzo, en esta serie de suplementos.<br />

El Estadio Melgar se inauguró con el II Congreso<br />

Eucarístico Nacional en octubre de 1940.


LL<br />

as de Arequipa n<br />

Historia de Arequipa 245<br />

ciudadanía se ha manifestado siempre orgullosa de las hermosas residencias que engalanan su zona designada, con<br />

justicia, monumental.<br />

Edificios de los siglos XVI y, en parte, XVII son algunos templos como hemos visto; pero que de aquel queda muy poco que ver.<br />

Hasta la fecha no tenemos conocimiento de que haya vestigios arquitectónicos de residencias particulares del siglo XVII, aunque<br />

esa impresión nos da una construcción que carece de puerta a la calle, con un balcón relativamente ancho (para el que en nuestra<br />

ciudad se usa un arequipeñismo: balconería), situado en la calle Villalba, poco antes de la esquina que da frente a la Casa de la<br />

Moneda, con su verja no muy alta y cuyos sillares han sido tallados, aunque algunos no tienen bajo relieves por haber reemplazado<br />

a los originales, después de tantísimos terremotos. Más que un balcón, simula ser contrafuerte del edificio del fondo.<br />

Se nos ha informado, aunque no oficialmente, que la casa de la segunda cuadra de San Francisco, ubicada frente a la Subprefectura,<br />

que ha pertenecido a la familia Rivera Polar, también es antiquísima. El resultado de la investigación que al efecto hacen peritos<br />

deberá ser publicado una vez que ella concluya.<br />

Los propietarios de algunos edificios añosos han retirado, o calado, el sillar o sillares, donde se daba cuenta de su antigüedad;<br />

motivos egoístas que no faltan, por desgracia.<br />

Sospechamos que son muchas las casas cuatricentenarias, no documentadas, con adiciones, supresiones, refuerzos y<br />

restauraciones, pero que siguen prestando uso y alegría a sus poseedores.<br />

La Casa del Moral está en la calle del mismo nombre,<br />

siendo una curiosidad que fuera la casona la que dio<br />

nombre a esta. A todo un equipo de investigadores<br />

comisionó el Banco del Sur, que era su propietario allá por el año<br />

de 1994, para escribir la historia de este hermoso monumento<br />

arquitectónico mistiano, correspondió a nosotros determinar, a<br />

través de documentación quien la había construido y a quién<br />

correspondía el escudo que ostenta su barroco timbre, tarea difícil<br />

porque una argolla de la cadena posesoria se había roto al<br />

desaparecer un protocolo del escribano público Calixto A.<br />

Villanueva, desaprensivo funcionario que nos ha legado una<br />

colección escribanil capaz de avergonzar incluso a un<br />

sinvergüenza. Retomar la cadena posesoria de quiene§ siendo<br />

dueños vivían en ella era difícil.<br />

Pero, en el terreno de la investigación existe uñ elemento<br />

imponderable que se llama casualidad y otro que designamos como<br />

suerte. Después de revisar sin suerte varias docenas de gruesos<br />

protocolos, nos topamos con una escritura de la venta de un extenso<br />

solar situado frente al templo de San Agustín, que había<br />

pertenecido a don Juan de Sillerigo y Pancorvo, quien creó un<br />

vínculo y mayorazgo que no fue aprovechado, por lo que el solar<br />

estuvo abandonado y dando mal aspecto y pésimo olor frente al<br />

templo. La dueña doña Teresa Antonia de Sillerigo y Avendado y<br />

su esposo Gabriel Urtazán Pérez de Ugarte, pobladores del Cusco,<br />

decidieron vender el solar que daba precisamente a espaldas de la<br />

Casa del lv<br />

Casa del Moral y en sus linderos se consignó el nombre de su<br />

dueño: don Manuel Santos de San Pedro, a quien se le vendió el<br />

maloliente solar por ser "vecino de ella a quien sólo él podrá ser útil<br />

por estar contiguo a sus casas" (ARAR, Prot. Nro. 427, de<br />

Bernardo de Tapia, Fs. 71). La venta tuvo lugar el año 1736.<br />

Y fue así establecido que la Casa del Moral la hizo edificar don<br />

Manuel Santos de San Pedro, cuya ascendencia le permitía lucir<br />

escudo de armas que representaba a su propio apellido y a sus<br />

ascendientes. La secuela de poseedores que tuvo el inmueble puede<br />

ser investigada en el libro "La Casa del Moral" -<strong>Un</strong> hito en la<br />

Historia de Arequipa-, Ed. Banco del Sur, Talleres Gráficos Cuzzi<br />

y Cía S.A., 1996, más, como la curiosidad de historiadores, guías<br />

de turismo, genealogistas, y cuanto curioso hay en las faldas del<br />

Misti, se centra en el Escudo del tímpano de la casona, vamos<br />

ampliar la información contenida en él y, por supuesto de su<br />

propietario. Despejemos el interés común por tener acceso a tales<br />

noticias, con documentación que obtuvimos del Archivo Histórico,<br />

de Madrid, en nuestro viaje de 1996.<br />

Don Manuel Santos de San Pedro, nació en Valladolid en 1706. En<br />

su partida de bautismo se le cita como Manuel Bernardo Joachin<br />

Ignacio Javier, hijo de don Juan Francisco Santos de San Pedro,<br />

Oidor de la Real Cancillería y Consejo de S.M. y de doña Josepha<br />

Ortiz, quien era camarista de la reina doña María Ana. En algunos<br />

despachos se le ve figurando como Josefa María. Los abuelos<br />

paternos de don Manuel fueron don Juan Santos de San Pedro,<br />

1


246 Historia de Arequipa<br />

r<br />

Colegial Mayor del Arzobispo y Oidor de la Cancillería de<br />

Valladolid y de doña Juana María Velásquez, natural de Madrid.<br />

Abuelos matemos, don Diego Ortiz de Ocampo, Secretario del<br />

Rey y Ministro del Tribunal de la Contaduría mayor de Cuentas,<br />

de la Villa de la Parra, Obispado de Badajoz, y de doña Eugenia de<br />

Antequerra, camarista de la reina María de Austria.<br />

Los títulos representados en el Escudo de Armas, los encontramos<br />

en la certificación que otorgó el escribano del rey don Joseph Sanz<br />

del Río, en el expediente donde solicitó y logró el título de<br />

Caballero de la Orden de Calatrava, permitiéndosele vestir el<br />

hábito respectivo y llevar la adornada Cruz de la Orden. (En el<br />

expediente Nro. 2410, de las Ordenes Militares-Calatrava-, del<br />

Archivo Histórico de España, Madrid, figuran como ascendientes<br />

varios personajes que tuvieron sus propios títulos y Escudos de<br />

Armas, heredados por don Manuel Santos de San Pedro).<br />

Analizaremos: Su padre, don Juan Francisco Santos de San Pedro.<br />

que consiguió Hábito de Calatrava en 1694 y por estos apellidos,<br />

le correspondía a don Manuel, en el primer campo de oro un gallo<br />

al natural y en el segundo las llaves atravesadas, la una de plata y<br />

la otra de oro; además de una encina verde y tres flores de lis de<br />

oro. Por su madre y el apellido Ortiz, le correspondía león<br />

rampante rojo en campo azur (que no hizo incluir don Manuel en<br />

el timbre de su casa, para dar preferencia al león de oro empinado),<br />

Pruebas<br />

CALATRAVA<br />

que se observa en la parte baja del segundo cuartel, para honrar al<br />

apellido Antequerra, así como un castillo natural, en la parte alta<br />

del segundo cuartel. Más complicados eran los escudos de los<br />

Velásquez Minaya, por lo que tampoco ingresaron al escudo de<br />

don Manuel. Eran estos una faja dividiendo el escudo con trece<br />

roeles azules, aspas de oro y orla roja.<br />

¿Quiénes eran los personajes que acabamos de citar, relacionados<br />

con la Casa del Moral, o mejor dicho con su propietario?<br />

Porque su padre, don Juan Francisco, fue hijo de don Juan Santos<br />

de San Pedro y éste a su vez de don Alonso del mismo apellido y<br />

de doña Antonia de Escudero, natural de San Martín del Valle,<br />

Obispado de León.<br />

La madre de don Juan Francisco (su padre), era doña Juana María<br />

Velásquez Minaya, natural de la Villa de Madrid, en tanto sus<br />

bisabuelos eran, por el lado materno, don Francisco Velásquez<br />

Minaya y doña Catalina del Busto y Bustamante.<br />

Su madre, doña Josefa María Ortiz de Ocampo, tuvo por padres a<br />

don Diego Órtiz de Ocampo y doña Eugenia Antequerra, de la<br />

villa de Colmenar Viejo, Arzobispado de Toledo; esta a su vez hija<br />

de don Dionisio Antequerra, natural de la villa de Ocaña y<br />

Manuela Chacón y Vargas, que resultan bisabuelos matemos de<br />

don Manuel Santos de San Pedro. ¡Que lo entiendan los<br />

heraldistas!<br />

11- I T 4 l ag<br />

A<br />

a:a<br />

d e r OS<br />

Expediente N° 2410 de Don Manuel Santos de San Pedro, pidiendo el hábito de Calatrava


p ON<br />

FERNANDO, POR LA - GR ACTA DE DIOS;<br />

Rey de Caftilla, de Leon , de Aragon , de las dos Sicilías , de Jeru.:,<br />

alen , de Navarra , de Granada , de Toledo , de Valencia , de Galicia, de<br />

Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Cordova, de Corcega , de Murcia , dl<br />

> In , &c. Adminittrador perpetuo de la Orden, y Cavalleria de C ....,¿A'<br />

,,,, _. ...._ , por autoridad ApoOtolica,A vos 41_2 dx,jcy<br />

W Vfi ,j5..4,7?..!, reig.2.-74...- t97.-1- 1 '1' 1 "1/41-L ,¿12, -141> '740 -7 . '7Y21: 0 00...Z7-a^/ /1-1Z-,<br />

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250 Historia de Arequipa<br />

Don Domingo Carlos Tristán del Poso (sic) nació en<br />

Cádiz (España) y vino a Arequipa como Corregidor<br />

(1739-1744), contrayendo nupcias aquí con doña<br />

Ana María Carasas y Musquis. Compró el solar situado entre<br />

las propiedades de los jesuitas que daban hacia la primera<br />

cuadra de Mercaderes y el Seminario, en la calle San<br />

Francisco, a don Andrés de Rosas y sus hermanos, el 24 de<br />

junio de 1736, según información del Dr. Alejandro Málaga<br />

Medina, que es ratificada con la escritura que celebró el P.<br />

Francisco Xavier de Vergara S.J. Rector de la Compañía de<br />

Jesús, cuando vende un solar detrás del pasaje de las tiendas<br />

que tenían los jesuitas en la primera cuadra de Mercaderes a<br />

favor de don Matheo de la Torre, al señalar los linderos de tal<br />

"pedacillo", en esta forma:<br />

"...Linda por la cabecera con casas que fueron de don Antonio<br />

de Rosas y al presente de don Domingo Carlos Tristán del<br />

Poso; por el pie casas de don Joseph Pitai y guerta; por un<br />

costado casa y guerta de las Vallonas (Ballones?) y por el<br />

restante callejón del manejo de las tiendas" (ARAR, Prot.<br />

Nro. 427, del escribano Bernardo de Tapia, de 15 de<br />

setiembre de 1736; Fs. 248 ss.).<br />

No hemos tenido la suerte de encontrar el contrato de<br />

edificación de la casona de don Domingo Carlos Tristán del<br />

Pozo; pero, en la misma escritura que hemos venido citando,<br />

se dice que quien estaba a cargo de tal trabajo era don Matheo<br />

de la Torre. He aquí la frase:<br />

"...Porque dicho pedazo de solar sólo puede servir al dicho<br />

don Matheo y no a otra persona, para agregarlo a las casas<br />

que al presente está edificando de don Domingo Carlos<br />

Tristán del Pozo, en cuya conformidad he venido en ello por<br />

tanto en aquella vía que mejor haya lugar en Derecho"<br />

(Ibidem, Fs. 248 vta:) Y esto lo dice el rector del Colegio de<br />

la Compañía que estaba al tanto de lo que ocurría con los<br />

inmuebles cercanos a sus propiedades conventuales. Parece<br />

que don Matheo de la Torre no llegó a Cumplir los<br />

compromisos económicos que tuvo sobre ese "pedacillo de<br />

solar" que era parte de lo que fueron potreros de la casona, o<br />

sea el fundo de ella, en cuya obligación fue sustituido don<br />

Matheo con don Domingo Carlos, según anotación marginal<br />

que hizo el 11 de agosto de 1741, el Rector Beltrán Herbert<br />

que lo vendió a Tristán del Poso, a censo perpetuo<br />

irredimible, en 540 pesos y la renta de 27 pesos en cada año,<br />

según escritura celebrada ante Bernardo de Tapia (ARAR,<br />

Prot. Nro. 429, Fs. 219 vta.).<br />

O quizá, también, porque el callejón permitiría al constructor<br />

el paso y depósito allí de materiales de construcción que<br />

precisaba una casona de anchas paredes y fuertes estructuras.<br />

De lo que hay constancia es de la fecha de terminación de la<br />

obra que está señalada en el bajo relieve del zaguán que da al<br />

primer patio y dice: "DE 1738".<br />

La actividad de este caballero lo llevó incluso a hacer viajes<br />

a Chile, por lo que el 7 de abril de 1736, dio poder para que<br />

lo representen, a su esposa doña Ana María de Carasas y<br />

Músquis y a don Matheo de la Torre Cossío, de quien nos<br />

hemos referido anteriormente y que figura en este poder<br />

amplio de don Domingo Carlos, con su apellido materno<br />

(ARAR, Prot. 427, Fs. 107).<br />

<strong>Un</strong> día antes y, por lo visto, para ampliar el caudal de las<br />

adquisiciones que podía hacer en Santiago de Chile, adquirió<br />

dos créditos importantes, mancomunadamente con su mujer,<br />

el primero de don Bernardino de Adriazola, por la suma de<br />

11,600 pesos; y, el segundo de don Francisco Tirado de<br />

Cuenca, caballero de la Orden de Calatrava, por la misma<br />

cantidad; préstamos que fueron cancelados en las notas<br />

marginales de las escrituras respectivas el mismo día, o sea el<br />

10 de abril de 1738, por los señores Adriazola y Tirado<br />

(ARAR, Prot. Nro. 427, Fs. 103 y 104, respectivamente).<br />

A la muerte de don Domingo Carlos la propiedad pasó a<br />

poder de su hijo, el abogado de las Reales Audiencias don<br />

José Joaquín Tristán y Carasas.<br />

El 5 de mayo de 1778 el Obispo Abad y Llana (o Yllana)<br />

compró la casa para donarla a los Padres de la .Buena Buerte;<br />

operación que fue anulada porque pesaban muchas deudas<br />

por censos que había soportado a través de los años y en<br />

especial durante la posesión de don José Joaquín, lo que<br />

obligó a pedir su nulidad de venta a don Manuel de Paz<br />

Soldan, tesorero de la Caja Real y conjuez de la Junta de<br />

Temporalidades, porque don Raymundo Gutiérrez de Otero,<br />

satisfizo totalmente el valor de un censo que pesaba sobre el<br />

inmueble (ARAR, Prot. Nro. 392, Fs. 118 y 787).<br />

El coronel Gutiérrez de Otero, casó con doña María<br />

Magdalena Cossío y Urbicaín, cuya hija María Joaquina<br />

Gutiérrez y Cossío, contrajo matrimonio con el argentino don<br />

Juan Antonio Ugarteche, natural de Salta, el 6 de octubre de<br />

1939; y cuya hija María Magdalena Ugarteche y Gutiérrez<br />

Cossío contrajo nupcias con el prefecto del Departamento


Historia de Arequipa 251<br />

Coronel Mariano Ignacio Prado, después general y Presidente como a don Joaquín del Carpio y en 1887 la compró don<br />

del Perú, por lo que en los amplios salones de la casona se Roberto Reinecke, quien hubo de hacerle numerosas<br />

efectuaron alegres y suntuosos saraos, muy al gusto de refacciones, secuela del sismo.<br />

aquellas primeras décadas de la segunda mitad del siglo XIX. Pasó luego a don José Domingo Montesinos y sus herederos<br />

El inmueble se dañó considerablemente con el terremoto de la vendieron a Guillermo Ricketts e hijos el 5 de mayo de<br />

1868. Eran propietarios don Manuel Ballón, doña Juana 1917. '<br />

Gómez Ballón, según el periodista Oscar León Cavagnaro, así Ahora es del Banco Continental.<br />

Pasaje lateral a la casa de Tristán del Poso<br />

(Foto del Archivo Regional de Arequipa).


252 Historia de Arequipa<br />

wr=H__<br />

La calle de las Piedras, como se le llamó en el siglo<br />

asa de la Mine<br />

XVIII, a la parte de la Ronda (hoy Villalba) donde se<br />

encuentra el costado occidental de la casa que<br />

pasamos a estudiar, fue una especie de Ranchería de<br />

Collaguas y Cabanas en el siglo XVI. Son numerosas las<br />

escrituras mediante las cuales Dn. Francisco Castañeda (a<br />

veces figura como Francisco Rodríguez Castenda) vende<br />

solares a aborígenes de estos grupos étnicos que del Colca<br />

pasaron al valle del Chili y, entre otros lugares, se<br />

establecieron en la famosa calle de la Ronda que estaba fuera<br />

del trazo del "damero" citadino y debió su nombre al hecho<br />

de que corría casi al amor de la acequia Coa, preshispánica<br />

matriz del sistema de regadío de la banda oriental del río, es<br />

decir de la Ciudad propiamente dicha. Este Castenda, que en<br />

1557 actuaba en diligencias judiciales como lenguaraz<br />

(ARAR, Prot. Nro. 57, Fs. 73, 66 vta. etc. y Prot. Nro. 60, año<br />

1561, Fs. 617). acabó, no se sabe como, siendo heredero de<br />

solares en dicha calle, por beneficio que le hizo la aborigen<br />

Magdalena Pilco Ciza y como tal vendió un solar a indios<br />

plateros encomendados a los vecinos Noguerol de Ulloa y<br />

Francisco Retamoso, cuyos compradores eran numerosos, lo<br />

que hace suponer una suerte de Ranchería, en el año de 1564<br />

(ARAR, Prot. Nro. 62, 211X/1564, Fs. 137), quien se había<br />

reservado solar para su vivienda, por lo que figura en otras<br />

escrituras de venta (ARAR, Prot. 61, Fs. 622).<br />

Poco a poco las Rancherías fueron desapareciendo,<br />

compradas por criollos o mestizos. Así llegamos al siglo<br />

XVIII, cuando la parte del solar era de don Joseph Gonzales<br />

de la Fuente y Pacheco, que el 16 de setiembre de 1752 lo<br />

vende a doña Paula Poma Soto, su fiel ama y sirvienta<br />

(ARAR, Prot. 344, Fs. 257); cuya hija recibió en dote el solar<br />

por su matrimonio con Bernardino Gamero. Este, a su vez<br />

vendió el solar a don Rafael Chávez y doña Francisca Beltrán,<br />

en 1783, por ante el escribano Pedro de Figueroa, medio solar<br />

que quedaba frente a Santa Catalina y al costado del solar<br />

donde don Blas de Quiroz hizo su residencia, (ARAR, Prot.<br />

312, Fs. 1151 ss.) escritura que demuestra que las viviendas<br />

eran modestas con paredes de piedra y tijerales, igual que los<br />

ranchitos de alrededor.<br />

El 7 de enero de 1786 y por ante el escribano Rafael Hurtado,<br />

don Ignacio Muñoz Barriga, le arrendó a don Blas de Quiroz,<br />

el solar contiguo al que motiva este estudio, como lo han<br />

demostrado los arquitectos Víctor Dibán Rojas y René Muñiz<br />

Rodríguez, en su tesis de grado de 1984.<br />

El solar donde edificó don Blas de Quiroz era de doña<br />

Petronila Cabrera, hija de la mencionada doña Paula Puma<br />

Soto, y de Bernardo Gamero su esposo; pero ellos no tuvieron<br />

los medios para realizar diversas obras para el mejoramiento<br />

de la calle "del Golpe de Agua" (ahora Ugarte) y la Ronda<br />

(Villalba en nuestros días) y la Intendencia determinó ponerlo<br />

a la venta y fue adjudicado a don Blas de Quiroz, quien sí<br />

pudo efectuar las mejoras (ARAR, Prot. Nro. 623, Fs. 807<br />

ss.), constando ello en el testamento cerrado que hizo don<br />

Blas el 16 de mayo de 1798 y que se abrió recién a su muerte,<br />

ocurrida el 22 de junio de 1807, a pedido de su hijo y albacea<br />

Dr. Francisco de Paula Quiroz, abogado de las Reales<br />

Audiencias.<br />

Cuando los antiguos propietarios vieron la importancia de las<br />

obras realizadas por don Blas de Quiroz, iniciaron un pleito<br />

contra él, en su intento de conseguir una mejora del precio,<br />

pero, no tuvieron éxito.<br />

En ese solar invirtió el doctor Quiroz buenos fondos a los que<br />

su esposa doña Antonia Lutgarda Nieto y Zapater no aportó<br />

con nada, ya que ella fue al matrimonio con la ropa y alhajas<br />

que la adornaran, y los suegros de don Blas se hicieron los<br />

remisos para la entrega de la dote de 11,160 pesos, llegando<br />

incluso a enjuiciarlo para mayores postergaciones.‘ Suegros<br />

que se beneficiaron con legados y herencias recibidas por<br />

doña Antonioa Lutgarda, sin que ingresaran jamás al cúmulo<br />

Residencia de Don Blas de Quiróz, conocida como la<br />

Casa de la Moneda<br />

(Cortesía del Archivo Regionabile Arequipa).


L<br />

matrimonial, conforme a ley. (ARAR, Ibidem, Fs. 811 y 811<br />

vta.).<br />

Años después, el doctor Francisco de Paula Quiroz, albacea<br />

de su padre, firmaría una declaración perdonando a su madre<br />

por los insultos y ambiciones que tuvo con la correcta<br />

administración de lo bienes de don Blas.<br />

La minuciosidad de nuestro personaje llega al extremo, de lo<br />

que nos felicitamos, al describir cómo se edifició esta casona:<br />

"Item, declaro que durante nuestro matrimonio fabriqué a mi<br />

costa la casa que hoy habito con dinero propio mío y ninguno<br />

de Da. Antonia, ni de sus padres, pero doña Antonia fue el<br />

alma de toda la fábrica, pues, no contenta con llevar en<br />

compañía de don Agustín Velarde, el pagamento diario de<br />

jornaleros y albañiles, y el de los canteros, areneros, pedreros,<br />

ladrilleros, caleros y dueños de sillares y ripios, herreros,<br />

carpinteros, pintores y otros oficiales y de formar y sentar de<br />

su letra y de la de don Agustín los cuadernos de razones y<br />

cuentas, era ya sobrestante, ya mayordomo y ya vigía de<br />

todos" (ARAR, Ibidem, Fs. 812). Cabe una pregunta:<br />

"Qué papel jugó en la edificación don Agustín Velarde?<br />

El maestro carpintero Asencio Talavera que recibió más de<br />

1,000 pesos por solamente la mano de obra, dando Quiroz la<br />

madera, quiso cobrar más de lo que se le debía, pero tuvo que<br />

retractarse temiendo "resultar deudor en lugar de acreedor",<br />

como se expresa en el testamento.<br />

Ordenó don Blas que no se parta la casa y que sus hijos vivan<br />

en ella, dando algunas mejoras económicas a su hija Josefa<br />

Quiroz y Nieto, e incluso a sus sirvientes y esclavos, pidiendo<br />

que la hacienda de Huancarque, sea compartida hasta allí con<br />

los herederos de su hermano don José Isidro de Quiroz, a<br />

quien amaba entrañablemente.<br />

A la muerte de doña Antonia Lutgarda Nieto de Quiroz, en<br />

1812, crece la ambición de los herederos y varios de sus hijos<br />

pasaron a ser propietarios y sucesivamente se arrendó a don<br />

Narciso Benavides, al Dr. Manuel Fernández de Córdova,<br />

Deán de la Catedral, que la subarrendó a doña María del<br />

Carmen Salazar y posteriormente a Rafael López y su' mujer<br />

Antonia Salazar.<br />

La alquiló, luego el Estado para que funcione en ella la Casa<br />

de la Moneda, con que se le conoce. Allí se acuñó monedas y<br />

se fundieron metales preciosos, siendo los principales<br />

artífices y empleados el famoso inventor don Jacinto Ibáñez y<br />

los hermanos Juan de Dios y Toribio Espejo.<br />

Se conoce tal situación por el contrato que ellos celebran el 9<br />

de junio de 1836, ante el escribano José María Pastor, con el<br />

tesorero y Director de la Casa de la Moneda, don Evaristo<br />

Vargas. En "El Republicano" se anunció que se admitía a<br />

posturas para arreglo de la maquinaria de fundición e Ibáñez,<br />

con los Espejo se presentan y son admitidos, con aprobación<br />

del Prefecto del Departamento, don Anselmo Quiroz y Nieto,<br />

hijo de don Blas. Ibáñez y los Espejo debían armar el volante<br />

grande y debía construir "un cilindro para ponerse en<br />

máquina de agua o movido por mulas" (ARAR, Prot. Nro.<br />

758, de 9 de junio de 1836, Fs. 241 vta. ss.).<br />

Doña Baltazara Quiroz fue dueña de la casona hasta su<br />

fallecimiento, como lo expresa en su testamento (ARAR,<br />

Prot. Nro. 508, Fs. 473).<br />

Sabemos que en esta casona nació doña Agustina Quiroz, por<br />

tiempo cercano al terremoto de 1868, según tradición familiar<br />

que conserva el Sr. don Sabino Velásquez Velarde, su nieto,<br />

como lo son también don Miguel, don Juan Manuel '<br />

Velásquez Velarde y sus hermanas.<br />

Historia de Arequipa 253<br />

Casa de la Moneda, de fines del siglo XVIII.<br />

(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).


254 Historia de Arequipa<br />

Nombre que pusimos a la casa que actualmente<br />

, ocupa el Nro. 207 de la calle de La Merced y<br />

sa del Coro<br />

pertenece a la <strong>Un</strong>iversidad Católica Santa María,<br />

porque en la primera mitad del siglo XVIII la adquirió y<br />

mejoró don Francisco Abril y Maldonado, que tuvo tal cargo<br />

por nombramiento del virrey Marqués de Villagarcía, el 22 de<br />

noviembre de 1736, siendo recibido por el Cabildo de<br />

Arequipa el 4 de enero del año siguiente.<br />

En ese solar hubo varios propietarios que se vieron afectados<br />

por el terrible terremoto llamado de Santa Ursula, 'de 20 de<br />

octubre de 1687, por el temblor de 22 de agosto de 1715 y por<br />

el terremoto de 8 de enero de 1725, que alcanzó el grado VII<br />

en la Escala de Mercalli.<br />

Por eso las edificaciones estaban muy dañadas cuando<br />

pertenecían a don Francisco Xavier Pacheco de las Infantes y<br />

su esposa doña Petronila Pastor, quienes adeudaban a don<br />

Manuel de Vega García 2,000 pesos, la mitad de cuyo valor<br />

correspondía a un censo a favor del Cabildo, por lo que se<br />

hubo de rematar. El 10 de julio de 1738 el pregonero mulato<br />

de nombre Eugenio anunció el remate, desde la esquina de la<br />

Alcaltarilla, como era tradicional, el Corregidor don<br />

Francisco Abril y Maldonado la compró a censo en los<br />

mismos 2,000 pesos, valiéndose del testaferro Tomás Cornejo<br />

y Jaime, como consta de la escritura celebrada ante Bernardo<br />

de Tapia el 26 de setiembre de 1739 (ARAR, Prot. Nro. 428,<br />

Fs. 183-183 vta.).<br />

Don Francisco y su esposa, doña Josefa de Olazabal, hicieron<br />

construir habitaciones amplias por lo que cuarenta años<br />

después la casa valía 8,500 pesos. Con el transcurso de los<br />

años Abril y Maldonado fue regidor del Ayuntamiento y el 1<br />

de enero de 1755 juraba como Alcalde de vecinos.<br />

Para la adquisición de propiedades, los esposos Abril-<br />

Olazabal hipotecaron tanto esta casa como su chacra de<br />

Capistaca y la hacienda de cañaveral de Cocotea, ' en el valle<br />

de Tambo, recibiendo 4,000 pesos a censo, dinero<br />

proveniente de la fundación de Obra Pía paró Casa de<br />

Misericordia de expósitos hecha por el canónigo don Joseph<br />

Cavero y Francia, como referimos en la nota relativa al<br />

Orfanato (ARAR, Prot. Nro. 350, de 14/V/1760, Fs. 220).<br />

Don Francisco Abril y Maldonado falleció el 14 de diciembre<br />

de 1795, dejando numerosos hijos legítimos, de los cuales<br />

vivían 13, 7 mujeres y los demás varones.<br />

Los esposos Abril-Olazabal compraron, además, el solar<br />

colindante de la misma calle, o sea la segunda casa de esa<br />

segunda cuadra de La Merced, como lo acredita el testamento<br />

de doña Josefa Olazabal de Abril (ARAR, Prot. 406, Fs. 331<br />

vta. - 332); pero, pesaban varias deudas sobre las propiedades<br />

familiares, especialmente al Hospital San Juan de Dios y a la<br />

Catedral, cuando esta dama falleció el domingo 29 de marzo<br />

de 1801 (ARAR, Prot. 350, Fs. 327).<br />

Don Felipe de Olazabal y Caballero de las Llamosas, quien<br />

casó con su prima Francisca Javiera Abril de Olazabal, y<br />

llegó a ser Alcalde de la Ciudad los años de 1794, 1795, 1805<br />

y 1818, liberó la casona de las obligaciones económicas que<br />

pesaban sobre ella, al hacer en 1801 una transacción con el<br />

coronel Matheo Cossío de la Pedrera, mayordomo y tesorero<br />

de la Cofradía del Santísimo Sacramento de la Catedral,<br />

reduciendo la deuda original a sólo 2,000 pesos y<br />

comprometiéndose a abonar todo en el término de 10 años<br />

(ARAR, Prot. Nro. 638, Fs. 663), lo que cumplió en menos<br />

tiempo.<br />

Para los efectos del conocimiento del estado real de la casona<br />

es de sumo interés la tasación que hizo don Francisco Gámez.<br />

teniente de agrimensor mayor del reyno, en 1796.<br />

Figura allí con tres tiendas hacia la calle de La Merced (ahora<br />

esas puertas son ventanas .-nrejadas) y con un área de 1,976<br />

varas y media. Tenía portada de calle capialzada y puerta de<br />

dos golpes, con adorno de 128 clavos de bronce, picaporte,<br />

dados y portones con cerrojo de chapa y llave; zaguán de<br />

calicanto de seis varas de alto y tres y cuarta de ancho,<br />

semicírculo de la bóveda un arco con cenefa al patio y todo<br />

nuevo de calicanto, que evidentemente se había reconstruido<br />

después del terremoto de 1784, y no es difícil deducir que esta<br />

rehabilitación la hizo don Felipe de Olazabal. Hacia el<br />

interior estaban las salas, dormitorios, despensas,<br />

habitaciones de 22 varas y tercia de largo; corredor, oratorio<br />

y pieza larga con tres arcos de calicanto, más otro arco grande<br />

a umbrales, alacenita, cuarto de traspatio hacia el interior,<br />

despensa, granero y pesebre, cocina con horno. Tenía planta<br />

alta con paredes de calicanto, techo nuevo de tejas, barra con<br />

36 tijeras, cuatro portadas capialzadas; puertas de dos golpes,<br />

con dos balcones a la calle, de 4 varas de largo, con<br />

enmaderado sobre canes y basas, con "un corredorcito de<br />

cuatro pies parados, con basas, pretil y pasamanos de saucillo,<br />

pecho a media agua, con veintiun palos de pajarobobo"; más<br />

otro balcón hacia el primer patio, con canes y bases y<br />

balaustres hasta de vara y cuarta; escalerilla de 23 escalones,<br />

pasamanos, pilares, con un cuartito debajo del arco de la<br />


escala de calicanto. Casa que valía 9,777 pesos y seis reales.<br />

¡ Mucho de esto se conserva aún!<br />

Como dijimos, esta casa, que pasó a poder de los Sánchez<br />

Corbacho, estaba dividida de la anterior que también<br />

adquirieron los Abril-Olazabal, la cual pasó a ser de don<br />

Felipe de Olazabal, y fue heredada por su hijo Francisco de<br />

Olazabal y Abril, como consta de la escritura de 1 de marzo<br />

de 1830, ante el escribano Mathías Morales (ARAR, Prot.<br />

753, Fs. 47). Esta es ya la historia de otra casona bella de la<br />

calle de La Merced.<br />

Posteriormente la Casa del Corregidor pasó a ser propiedad<br />

de doña Manuela Abril de Olazabal, esposa de don José Ruiz<br />

de Somocurcio, tronco de esta familia (ARAR, Prot. 407, Fs.<br />

89 y 91 vta.).<br />

Sus descendientes vendieron la casa y se impuso una hipoteca<br />

sobre ella, que sucesivamente tuvo como poseedores a don<br />

Julián Lorenzo Ballón y su esposa doña María Antonia<br />

Beltrán de Ballón. Alquilada al Fisco el 19 de julio de 1918<br />

Parque infantil Miguel Grau<br />

(Cortesía del Archivo Regional de Arequipa).<br />

Historia de Arequipa 255<br />

(ARAR, Prot. de Abel I. Campos, 1918), Fs. 774 vta.) y<br />

después vendida a don José Miguel Gutiérrez Neira, el año<br />

siguiente, pasó a la familia Ruiz Huidobro-Ballón, a la<br />

Compañía de Seguros "La Positiva", según escritura ante el<br />

doctor Jorge González Grambell de 3 de enero de 1945, y<br />

finalmente la compró la <strong>Un</strong>iversidad Católica Santa María, el<br />

17 de octubre de 1980, ante la notaría del doctor Gustavo<br />

Correa Miller, de Lima. Estaba muy ruinosa por mal estado<br />

de conservación que la poseyó una escuela de niñas, cuyos<br />

directores, sin autorización alguna la depredaron, creyendo<br />

hacer mejoras.<br />

En la casa del Corregidor nació el prócer de la Independencia<br />

Nacional Dr. José María Corbacho, vivieron en ella los<br />

doctores Julián Lorenzo Ballón, el Dr. Ildefondo E. Ballón,<br />

Dr. D. Eduardo Gutiérrez Ballón que desempeñó con acierto<br />

la Alcaldía de Arequipa.


258 Historia de Arequipa<br />

Texto:<br />

Guillermo Galdos Rodríguez<br />

Digitación:<br />

Violeta Mendoza<br />

Diagramación:<br />

Franco Delgado<br />

Escaneo de fotos:<br />

Silver Romero<br />

Supervisión:<br />

Dante Zegarra López<br />

Edición:<br />

distribución gratuita<br />

AREQUIPA al DÍA<br />

N°17<br />

Portada:<br />

Ambiente de Santa Catalina de Sena.<br />

lférez General fue en época de la Colonia un regidor<br />

que, habiendo comprado el título al Gobierno en<br />

aproximadamente 5,000 pesos, era el abanderado de la<br />

Ciudad, con po - sibilidad de alcanzar la Alcaldía, si estaba vacante<br />

y si demostró bon obras que era capaz de desempeñarla. Aquí se le<br />

llamaba Alférez Real y tal nominación es equívoca, porque ese<br />

título dábase únicamente a quien llevaba el emblema del soberano;<br />

y no a otro.<br />

El terreno en el que se construyó dicha casona había sido<br />

propiedad del licenciado Juan Núñez del Prado, cuyos albaceas lo<br />

vendieron a don Nicolás Medrano y Juan González de la Fuente,<br />

el 30 de noviembre de 1699 y aquel cede sus derechos al<br />

copropietario, el 4 de diciembre de 1,700 (ARAR, Prot. Nro. 258.<br />

Fs. 489).<br />

Cuando fallece don Juan González de la Fuente, corresponde el<br />

solar a su hijo Pedro, al que se le cargaron varias imposiciones de<br />

censos, a favor, (uno de ellos) de la "Limpia Concepción de la<br />

Virgen" que se venera en el templo de San Francisco, por lo que<br />

las obligaciones del inmueble no respondían al capital que se pagó<br />

por él. Don Pedro González de la Fuente estuvo casado con doña<br />

Manuela de Barreda y Salazar, el 26 de enero de 1739. Se hace<br />

desde entonces sucesivas operaciones sobre el solar de don Pedro<br />

González de la Fuente, hasta que su hija doña Melchora Rosa del<br />

Costado de Cristo, profesa del Monasterio de Santa Rosa de Santa<br />

María la vende a don Juan Flores del Campo, el 18 de octubre de<br />

1781 (ARAR, Prot. Nro. 310, Fs. 728).<br />

Las construcciones tuvieron que sufrir el impacto sísmico de 1784,<br />

por lo que se precisó de restauraciones, en algunos casos, y de<br />

nuevas construcciones, en otros, cuyos gastos, según parece.<br />

fueron pagados por don Juan Flores del Campo. El costado de esta<br />

propiedad, con frente a la iglesia de la Compañía de Jesús y<br />

formando esquina en la Plaza, había sido propiedad de don Pedro<br />

Jacobo Pérez y su esposa María Romero, desde mucho antes (casi<br />

medio siglo) de la compra que hizo don Juan, que a su vez la<br />

adquirió, por su matrimonio con la hija de los dueños doña María<br />

Josefa Pérez Romero, primera esposa del señor Flores del Campo,<br />

el cual jamás fue regidor de Arequipa y menos aún Alférez<br />

General, aunque sí tuvo cargos directivos en la Villa de Camaná.<br />

Lo que sí está documentalmente probado es que su hijo don<br />

Manuel Flores del Campo y Pérez compró el título de Alférez<br />

General de Arequipa y lo presentó en su Cabildo el año de 1779,<br />

ejerciendo tal función hasta la Emancipación del Perú. Por el


mismo alferazgo y en vista del poder económico que<br />

representaba se le nombró Alcalde Ordinario de Primer Voto<br />

para el año de 1780: Justamente en este año y cuando don<br />

Manuel desempeñaba la alcaldía, su padre, don Juan, contrajo<br />

matrimonio con doña Gregoria Recabarren y Quintanilla, el 16<br />

de noviembre. Durante estas segundas nupcias fue cuando don<br />

Juan Martínez del Campo adquirió la propiedad del solar que<br />

después sería conocido como la Casa del Alférez, por tanto<br />

tuvo derecho a él su esposa doña Gregoria, por ser un bien<br />

ganancial.<br />

Don Juan no gozó de tranquilidad en los últimos años de su<br />

existencia y en cierto instante expresó que a su hijo Manuel le<br />

había entregado a cuenta de su legítima materna la cantidad de<br />

64,395 pesos, sin cargar los gastos del empleo de Alférez, con<br />

lo que dio a entender que el dinero que importaba tal oficio lo<br />

había pagado él y no su joven hijo en 1779.<br />

Pero, ¿en qué había gastado don Manuel Flores del Campo<br />

una cantidad tan grande, 64,395 pesos? En darse la gran vida<br />

y tener tan activa participación en la proclamación y<br />

juramento de Carlos IV, por muerte de Carlos III? En esos<br />

festejos participaron la Intendencia a cargo de don Antonio<br />

Alvarez y Jiménez y el Ayuntamiento cuyas alcaldías las<br />

ostentaban don Manuel Lorenzo Bustamante Diez Canseco y<br />

don Cipriano González Valdez y las solemnidades tuvieron<br />

lugar en noviembre de 1789, donde el Alférez Manuel Flores<br />

del Campo ofreció elegantes recepciones justamente en la casa<br />

que motiva este estudio, y para prestigiarse ante el soberano<br />

español, como se nota en los versos siguientes:<br />

Carlos IV, el mejor Sol<br />

baña de luz soberana<br />

a Arequipa y ésta ufana<br />

reluce con su arrebol<br />

este monarca Español.<br />

Que en sus plazas de jura<br />

anuncia nuestra ventura<br />

porque si en su CAMPO inspira<br />

y como FLORES nos mira,<br />

florecer nos asegura.<br />

Su adulación al monarca llegaba a extremos y en su casa se<br />

exhibió junto con la décima que elogia sus apellidos FLORES<br />

y CAMPO, esta otra:<br />

Carlos Cuarto rey amado<br />

de España e Indias señor<br />

de tu Arequipa el amor<br />

hoy te jura codeagrado<br />

sin político cuidado<br />

te de el Orbe su extensión<br />

y siendo en la perfección<br />

del cielo en todo dibujo<br />

pues lo sois en el influjo<br />

mediante la duración.<br />

Historia de Arequipa259<br />

La impresión que tenemos es que con posterioridad al<br />

terremoto de 1784 hizo varias mejoras en la casona el Alférez<br />

General don Manuel Flores del Campo, la que quedó expedita<br />

para ser escenario del famoso sarao en homenaje a Carlos IV.<br />

Lo que se ha comprobado es que el Portal de Flores se<br />

construyó a expensas suyas y lo dice un acucioso<br />

contemporáneo suyo y gran cronista, el Bachiller don Juan<br />

Domingo de Zamácola y Jáuregui, quien al relatar el terremoto<br />

de 1784 afirma que el portal del Regocijo se destruyó<br />

totalmente: "En el circuito de la plaza se experimentaron<br />

iguales averías en edificios, porque en la parte de arriba cayó<br />

enteramente el muy lucido y armonioso portal que fabricó el<br />

Alférez Real a todo costo, sin quedar de él cosa alguna para<br />

poderse remediar" (ZAMACOLA, 1951, p. 311). Se ignora<br />

qué institución o persona volvió a edificar este portal de sillar,<br />

mismo que sucumbió en 1868, ante otro terremoto, según<br />

informa el diario La Bolsa, el 25 de mayo de 1868: "En la<br />

Plaza Mayor, el portal nuevo del Regocijo se vino abajo todo;<br />

solamente queda de él unas cuantas columnas que atestiguan<br />

su pasada existencia".<br />

Los herederos de don Juan vendieron la casa de la esquina,<br />

frente a la Compañía, a don Antonio Lozano y su esposa doña<br />

Francisca Ballón, en 4,650 pesos, y se expresa en el<br />

documento de 2 de setiembre de 1806, ante el escribano José<br />

A. Gómez, donde firman la señora Gregoria Recabarren viuda<br />

de Flores del Campo, don Manuel Flores del Campo, sus<br />

albaceas y herederos, así como doña Ciriaca, doña Pascuala y<br />

doña Juana Flores, como hijas y la compradora doña Francisca<br />

Ballón (Lozano estaba ciego) y por entonces no se había<br />

reedificado el Portal de Flores.<br />

Doña Francisca Ballón, en segundas nupcias enlazó con don<br />

Anselmo Núñez del Prado, cuando recién se volvió a hacer el<br />

Portal, ya que en su testamento de 9 de julio de 1822, doña<br />

Francisca dice: "Declaro que el indicado mi segundo marido<br />

trajo al matrimonio la cantidad de 600 pesos de su propio<br />

peculio, con declaración que constante este matrimonio se<br />

fabricaron LOS ARCOS DEL PORTAL, lo que se tendrá<br />

presente para la separación de gananciales" (ARAR, Prot.<br />

Nro. 672, Fs. 364, V. tb. Fs. 365 vta.).<br />

1 •7~1..~111.11111111■1~1111••■■•■■


260 Historia de Arequipa<br />

Siendo doña Gregoria Recabarren de Flores una de las<br />

beneficiarias de la casona, por haber sido adquirida<br />

durante su matrimonio, tuvo preferencia en la propiedad<br />

de ella. Como tal testó el 3 de mayo de 1816, ante el<br />

escribano Jossef A. de Gómez (ARAR, 628, Fs. 182) y le<br />

tocó la casa al Dr. Gregorio Flores y Recabarren.<br />

Los futuros tenedores de la Casa del Alférez han sido<br />

doña Mercedes Flores España, sus nietos, una de las<br />

cuales era doña Mercedes Zereceda Flores, casada con el<br />

Dr. Lázaro Letona, quien compró los derechos de todos<br />

sus cuñados. A la muerte del Dr. Lázaro le tocó a su hijo<br />

José Aurelio Letona que casó con la dama limeña doña<br />

Renee Pazos Varela, a quien no pasó pensiones<br />

alimenticias, por lo que judicialmente se le condenó al<br />

pago de los acumulados por valor de S/. 53,285 para la<br />

esposa (que se divorció de él) y sus hijas.<br />

El 12 de mayo de 1942, ante el notario Dr. Enrique<br />

Osorio Franco, venden la Sra. Renee Pazos Varela de<br />

Letona y sus hijas Srta. María y Srta. Yolanda Letona<br />

Pazos a favor de la señora doña Rosa Tudela Tudela de<br />

Gerdt, a quien le heredó el señor don Fernando Gerdt<br />

Tudela.<br />

Calle de Santa Catalina, nombrada así por el<br />

monasterio del mismo nombre.<br />

)s onasterios de Arequin<br />

No es una casualidad que hayamos reservado el tema de los monasterios para el final de nuestra serie de<br />

Suplementos. Lo hemos hecho ex profeso por la circunstancia de que ellos son monumentos importantes de la<br />

Ciudad, por su novedosa arquitectura, por las joyas que la fidelidad católica ha depositado en ellos, porque<br />

dicen mucho a la imaginación y fantasía y promueven constantemente el ansia investigatoria dejas juventudes... de toda<br />

edad. Entonces son un reto para la gente interesada en escudriñar el pasado, con la mente fija en el porvenir, ya que<br />

quien vive solamente añorando lo pretérito, o está medio muerto, o no se ha dado cuenta que ya es difunto. Quien esto<br />

escribe está seguro de que cualquier tiempo futuro será mejor, aunque viejos adagios con marcado lastre subjetivo digan<br />

lo contrario.<br />

Hemos visto en la actividad de los monasterios todo aquello que da muestras de objetividad. tratando de desmistificar<br />

el relato, en aras de su veracidad.<br />

<strong>Un</strong> crítico del arte, el Dr. Luis Enrique Tord, ha mostrado el valor de las joyas de metal precioso, o pictóricas, que<br />

encierran los cenobios de la Ciudad Blanca, en su bello tratado "Arequipa artística y monumental", que auspició el<br />

Banco del Sur, cuando era presidido por el ingeniero Francisco Valencia Paz, que dio impulso a esa y muchas otras<br />

publicaciones muy recomendables para quienes deseen ampliar su conocimiento del valor y significación de Arequipa<br />

dentro del consenso nacional. No basta decir: ¡yo amo a Arequipa!; antes hay que demostrado y después decirlo.


S<br />

iguiendo<br />

esforzadísimo colega, primero en el periodismo y ahora en el<br />

nuestra costumbre de presentar al autor del<br />

mejor trabajo que se haya hecho sobre un convento o<br />

monasterio, nos es satisfactorio mencionar a un joven y<br />

campo de la historia, que ha dado a la estampa (usamos esta<br />

palabra porque queremos enfatizar sus aficiones personales) el<br />

libro "Monasterio de Santa Catalina de Sena de Arequipa y doña<br />

Ana de Monteagudo, priora”. Nos referimos al señor don Dante<br />

E. Zegarra López, a quien conocimos desde que no levantaba un<br />

metro de estatura y estaba ayudando ya a su padre, Luis, con lápiz<br />

y libreta en mano, en dar los resultados del fútbol guapo, amateur,<br />

de Primera División. Desde entonces mucho ha crecido.<br />

Es un magnífico libro el de Dante, por el apoyo documental y<br />

crítico que lo sustenta, alejándolo de otros del género que<br />

prefieren dar pábulo a la milagrería, a cuentos y mitos que se<br />

repiten, lo mismo en Arequipa, que en Cusco. Cajamarca, o en<br />

aldeas infinitesimales, lo que les quita verosimilitud. Además,<br />

hemos visto de cerca el génesis y desarrollo de su libro y. por el<br />

afecto que le tenemos, nos hubiera gustado también, ser partícipe<br />

del instante en que, de hinojos, lo ofreció al Papa Juan Pablo II, en<br />

febrero de 1985. cuando visitó la Ciudad Blanca y beatificó a Sor<br />

Ana de Monteagudo, para ser testigo del goce supremo que debió<br />

sentir un ferviente cristiano.<br />

Dante Zegarra López ha hecho una correcta división de las etapas<br />

del cenobio: 1) Primer monasterio titulado de "Nuetra Señora de<br />

Gracia". 2) El siglo del Patronato del Cabildo Secular, cuando<br />

comienza a ser designado como "Santa Catalina de Sena"; 3) Las<br />

visitas eclesiásticas y la Gran Reforma, emprendida por Obispos<br />

que, al final, no tuvieron buen resultado por la contumacia<br />

monjeril de llevar libertad de costumbres y no someterse a sus<br />

estrictas reglas monacales que habían jurado mantener, lo que<br />

obligó al Premostratense Miguel de Pamplona y al ejecutivo<br />

Pedro José Chaves de la Rosa, a retirarse del Obispado.<br />

renunciándolo. Ambos murieron en España sin poder entender el<br />

comportamiento de los canónigos de la Catedral que - apoyaron los<br />

caprichos de las monjas. ¡ ¡Las verdades tienen que ser dichas!!.<br />

Casi como una especie de Opúsculo, se ocupa Zegarra López de<br />

Sor Ana de Monteagudo, señalando con exactitud que fue la<br />

cuarta de ocho hijos conformantes de la familia constituida por<br />

don Sebastián de Monteagudo y doña Francisca de León (sic), lo<br />

que puede suscribir en apoyo de tal aserto quien haya hecho<br />

estudios de los siglos XVI y XVII en Arequipa. Existe el prurito<br />

de hacer figurar a la Beata arequipeña como Sor Ana de los<br />

„.1 •<br />

Catalina . ek•<br />

Historia de Arequipa 261<br />

Angeles Monteagudo y Ponce de León, lo que no es correcto. Su<br />

madre fue de León yno Ponce de León. Tal adición de Ponce,<br />

parte de la trasnochada creencia de que sólo la gente linajuda es<br />

digna de respeto y admiración y que el buen comportamiento<br />

muestra procedencia principesca como creían los románticos<br />

melenudos de comienzos de siglo XIX, o por lo menos de "casas<br />

i mportantes", lo que es una necedad más grande aún que el Misti<br />

y eso ya es decir algo. Sor Ana fue Monteagudo y de León -en lo<br />

que está de acuerdo Dante Zegarra López sin adición de Ponce,<br />

que no le toca.<br />

Las hijas de los fundadores y primeros habitantes de Arequipa, no<br />

podían ser monjas aquí, por carencia de monasterio. Debían ir a<br />

otros lugares. Los señores del Cabildo Justicia y Regimiento<br />

tuvieron conversaciones respecto a crear una Casa de<br />

recogimiento ya que tenían hijas algunos de ellos, las que se<br />

concretaron en sesión de 22 de octubre de 1568 (AMA, LAC.<br />

Nro. 3, Fs. 89 vta.), nombrando comisión para la compra de local,<br />

escogiéndose las casas en dos solares de una misma manzana.<br />

propiedades de Alonso Galleguillos y Cecilia de Villegas, su<br />

esposa; caballero que tenía problemas con la Justicia, por delito_<br />

cometido contra el vecino Diego Rodríguez Solís, que era :<br />

castigado con la pérdida de la mano derecha, por lo que estaba ,<br />

asilado en el convento de San Francisco, de Huamanga<br />

(Ayacucho).<br />

Adquiridos los dos solares de Galleguillos el Ayuntamiento<br />

compró dos fragmentos, propiamente dos ranchos, a sendas<br />

nativas, una natural de Canas y otra de Tumbes. Ya entonces se<br />

conocía al Monasterio con el nombre de Nuestra Señora de<br />

Gracia. •<br />

El Corregidor Juan Ramírez Zegarra, suscribió contrato para<br />

edificar con el maestro Gaspar Vaez, el 26 de febrero de 1569,<br />

debiendo darse a éste los materiales, herramienta, madera, etc. y<br />

el pago de 280 pesos de los que se le entregó 100 al comienzo<br />

(ARAR, Prot. Nro. 41, Fs. 61).<br />

El Ayuntamiento compró a Juan Crespo (Allepo le apellida<br />

Santiago Martínez) el cuarto de solar para completar la manzana<br />

del Monasterio en 500 pesos, de los cuales el vendedor hizo<br />

donación de 20 de ellos (ARAR, Prot. Nro. 41, Fs. 193), el 2 de<br />

diciembre de 1570.<br />

Nuestra Señora de Gracia recibió varios donativos, incluso el del<br />

virrey Francisco de Toledo, por una sola vez de 400 pesos.<br />

Dante Zegarra López ha dejado aclarado que "ya en 1576 se<br />

hablaba de la fundación del Monasterio de Santa Catalina de


262 Historia de Arequipa<br />

Sena" (1985, p. 36).<br />

En 1580 se produjo un suceso realmente desacostumbrado, sobre<br />

todo en esos años de profunda religiosidad. Se viola la clausura y<br />

precisamente fue un presbítero el profanador, cuyo nombre era<br />

Francisco Churrón de Aguilar, que acompañado de otras personas<br />

trepó los muros conventuales. No se han dado mayores detalles<br />

sobre tal delito, pero el Ayuntamiento, como Patrono, contrató los<br />

servicios del licenciado Luis Luz y del Procurador de la Ciudad,<br />

don Juan Tovar de Villegas, a quienes dio poder como a regidores<br />

que eran, ad honores.<br />

Al comienzo la autoridad eclesiástica que había asumido la<br />

función judicial anduvo lenta y remisa, lo que disgustó a las<br />

autoridades ediles de Arequipa, hasta que se le impuso a Churrón<br />

la condena de 2,000 pesos, y ahí comenzaron los atrenzos del<br />

desaprensivo clérigo. El 16 de febrero de 1582 se dio poder a Eco.<br />

de Almonte para cobrarlos, según sentencia del Arzobispo de<br />

Lima (AMA, LAC. Nro. 04, Fs. 158 vta.).<br />

Ello se debió a la presión que el Corregidor del Cusco, Capitán<br />

Jerónimo Pacheco, ya conocido nuestro por sus donaciones<br />

conventuales, y otros personajes ejercieron sobre el Obispo<br />

cusqueño Sebastián de Lartaún.<br />

Tanto Echeverría y Morales, como Málaga Medina y Zegarra<br />

López están de acuerdo en que dio mucho impulso a esta<br />

fundación doña María de Guzmán viuda del encomendero Diego<br />

Hernández de Mendoza, mereciendo ser la primera priora de<br />

Santa Catalina a quien el Obispo Lartaún, representado por su<br />

Vicario en Arequipa, Martín Abad de Usunsolo, le recibió la<br />

profesión de fe, al igual que a otras religiosas que le<br />

acompañaban, acabando el año de noviciado. En la ceremonia<br />

tuvo a su cargo el sermón el P. Juan Gómez S.J.<br />

Sor María de Guzmán, a su vez impuso la profesión a las MM.<br />

Sor Ana de Jesús y Sor Gutiérrez.<br />

Cierto es que el noviciado de las monjas catalinas comenzó el 13<br />

de setiembre de 1579, siendo reconocidos los días 2 y 3 de octubre<br />

de 1580 como fechas en que se dio velo a las religiosas<br />

mencionadas.<br />

Tal el origen del primer monasterio mistiano, cuyas vicisitudes a<br />

través del transcurso de los siglos han sido superadas, a pesar de<br />

que los terremotos obligaron en un momento dado a ser acogidas<br />

por cenobio del Cusco y de que las monjas sufrieron infinidad de<br />

penalidades; aunque se debe reconocer, al mismo tiempo, que<br />

recibieron muchas donaciones de fincas urbanas y haciendas en la<br />

ciudad y campiña.<br />

Monasterio de Santa Ten<br />

-1a ue el Dr. Francisco Javier Echeverría y Morales<br />

quien escribió la Historia de la fundación del<br />

Monasterio de Santa Teresa con el título de<br />

"Memoria de las religiosas del Monasterio de Carmelitas<br />

Descalzas del Señor San José en la Ciudad de Arequipa"<br />

(1804) y que publicó el Padre Víctor M. Barriga en la<br />

serie de Memorias para la Historia de Arequipa, Tomo IV,<br />

(Edit. Portugal, 1952), que aprovecharemos.<br />

Parece que varias vecinas de la Ciudad se habían<br />

incorporado al monasterio de Santa Teresa de Lima, en el<br />

siglo XVII, apenadas de que no hubiera en Arequipa otro<br />

de las Carmelitas Descalzas. Ellas, de paso a Chuquisaca<br />

llegaron a nuestra Ciudad en el año de '1665 y<br />

comprometieron a vecinos y parientes en especial, los<br />

Butrón, pero, por fallecimiento de "los que estaban<br />

prontos a la contribución, se volvió a imposibilitar la<br />

deseada consecución de este monasterio", según<br />

Echeverría, a pesar de que ya había llegado la Real<br />

Cédula, de 21 de mayo de 1684, que autorizaba el<br />

establecimiento del cenobio. Se avivó el afán de contar<br />

con éste e hicieron contribuciones, siendo importante la<br />

del Dr. Juan Múñoz Ladron de Guevara, de 50,000 pesos,<br />

para la edificación de iglesia y convento, en lugar t—egido<br />

por Mayordomos designados por el Cabildo con el<br />

favorable parecer del Obispo Antonio de León,<br />

prefiriendo el terreno donado por las señoras doña María,<br />

doña Catalina y doña Gabriela Arve, con fecha 24 de<br />

mayo de 1701.<br />

Otras contribuciones fueron las de don Francisco<br />

Goizueta, arequipeño que desempeñaba el Deanato de<br />

Cusco, por 30,000 pesos y del Dr. Josef Moscoso por<br />

20,000 pesos.<br />

Se fue levantando templo y dormitorio del claustro,<br />

aunque con lentitud, hasta que el Corregidor Bartolomé<br />

Sánchez Manchego, que llegó en 1707, dio impulso al<br />

trabajo, supervisando las labores hasta en los más<br />

mínimos detalles, además de apresurar la venida de<br />

monjitas del Cusco, que fueron las fundadoras, las cuales<br />

inicialmente se hospedaron en casa de don Francisco<br />

Butrón, en tanto se aceleraba la edificación del interior<br />

conventual, cuya primera piedra se había puesto el año de<br />

1701, por el Provisor Dr. Luis Cornejo y Calderón,<br />

(levantándose al comienzo una ramada donde se<br />

celebraban oficios religiosos, sobre todo misas).


El 14 de noviembre de 1710, recurrieron las Madres<br />

María de Cristo, Antonia del Espíritu Santo y Micaela de<br />

Santa Teresa, nombres de las que llegaron del Cusco, ante<br />

el Cabildo Eclesiástico Sede Vacante, pidiendo la<br />

posesión del monasterio, lo que se aceptó, señalándose el<br />

23 del mismo mes para dicha entrega, lo que se cumplió a<br />

las 4.00 de la tarde, con asistencia de autoridades,<br />

comunidades y público.<br />

La comisión visitó la casa de don Francisco Butrón,<br />

acompañando a las religiosas hasta la Catedral, donde el<br />

Deán Rodrigo de Villegas, abrió el Sagrario que contenía<br />

la Custodia del monasterio y bajo palio, con<br />

acompañamiento musical, llevaron las efigies de los<br />

santos en procesión, acompañando a las monjas<br />

fundadoras.<br />

Muchas personas se preguntarán por qué se escogió hora<br />

tan avanzada (las cuatro de la tarde) para una ceremonia<br />

tan importante entonces? Antes de proseguir el relato de<br />

los sucesos, debemos dar respuesta a la pregunta: Eran<br />

tan pocas las actuaciones de regocijo popular en esa<br />

época, que procuraban matizarla con vísperas y maitines,<br />

bailes, canciones, etc.<br />

Sigamos a las monjitas de la Catedral hacia la esquina de<br />

la Pontezuela, luego por la calle San Francisco, a cuyo<br />

templo ingresaron, para seguir hacia Santa Teresa, donde<br />

las Madres dieron disciplinaria obediencia al Cabildo<br />

Eclesiástico, por ausencia del Obispo. Se entregó la<br />

presidencia conventual a la Madre María de Cristo, quien<br />

quiso excusarse alegando vejez y enfermedad, pero los<br />

cabildantes exigieron que obedeciera disciplinadamente.<br />

La Madre María de Cristo sumisamente se hizo cargo del<br />

priorato y ante ella prestaron obediencia las Madres<br />

Antonia del Espíritu Santo y Micaela de Santa Teresa;<br />

siguiendo luego el desborde popular, con quema de<br />

castillos, fuegos artficiales, candelas y fuegos disparados<br />

hacia arriba e incluso horizontalmente, lo que ,producía<br />

revuelo de faldas y uno que otro tobillo expuesto a la<br />

curiosidad masculina. Venta de diana y emoliente<br />

calentitos, vino y aguardiente en profusión, y baile<br />

generalizado de las puertas del templo para afuera, pero<br />

en su interior eran celebradas constantes misas y los<br />

oradores se sucedían en elogios al nuevo monasterio y a<br />

las Carmelitas Descalzas del Señor San José (sic).<br />

Parece que ese 14 de noviembre de 1710, en que estuvo<br />

terminada la edificación del templo (como consta tallado<br />

en sillar en su fachada), no estaba concluido el convento,<br />

porque Echeverría afirma que "llevaron a las religiosas a<br />

Historia de Arequipa 263<br />

la portería y clausura que entonces sirvió el que hoy es<br />

refectorio y estaba bien adornado" (1952, p. 222).<br />

Desde esa época se han ido embelleciendo templo y<br />

monasterio.<br />

El Dr. Luis Enrique Tord, con su característica elegancia<br />

ha descrito templos y casonas de Arequipa, siendo uno de<br />

los primeros que no vistiendo hopalanda ha tenido<br />

autorización para ingresar al monasterio de Santa Teresa<br />

y ofrecernos esa joya que intituló "Arequipa artística y<br />

monumental" y hacer comentarios de los fornidos pilares<br />

de planta cuadrada, arquería y bóveda de arista del<br />

claustro mayor del cenobio carmelita, así como su coro<br />

bajo y admirable pinacoteca, cuyas más representativas<br />

muestras del arte cusqueño reproduce, igual que escenas<br />

de la serie de David triunfando sobre el gigantesco Goliat.<br />

Hay mucho que ver, mucho que visitar, mucho que leer,<br />

para entender el arte que albergan edificios religiosos y<br />

particulares de nuestra tierra. No nos dejemos influir por<br />

documentales de televisión que, a veces, sólo muestran lo<br />

que han hecho los gobiernos de turno... y nada más. Eso<br />

ya está resultando aburrido y hasta denigrante.<br />

Escudo del Obispo Juan Bravo de Rivero, que propulsó<br />

y bendijo el monasterio de Santa Rosa.


264 Historia de Arequipa<br />

Reveladoras callejuelas de Santa Catalina<br />

( Cortesía del Dr. Máximo Neira Avendaño ).


Restaurada torre de Santa Rosa ( arriba ) y fachada del Monasterio de Santa Teresa ( abajo ).<br />

(Fotos del Archivo Regional de Arequipa).<br />

52,15.1.18<br />

e<br />

Historia de Arequipa 265


266 Historia de Arequipa<br />

f iene también importancia, po como , Santa Catalina de Siena i<br />

Rosa de Santa Ma<br />

y como Santa Téresa, el último de los monasterios que se<br />

fundó en la Ciudad Blanca durante el periodo Colonial,<br />

por lo que recomendamos a nuestros lectores el estudio de los<br />

trabajos hechos por Ventura Travada y Córdova en "El Suelo de<br />

Arequipa convertido en Cielo" (1572), por Echeverría y Morales<br />

en "Memoria de la Santa Iglesia de Arequipa" (1804) y por<br />

Alejandra Málaga Medina, especialmente en "Historia General de<br />

Arequipa", entre otros historiadores eclesiásticos, a los que nos<br />

remitimos.<br />

Según informa Echeverría las donaciones hechas por don Josef del<br />

Alcázar y Padilla, en testamento de 1 de febrero de 1710 y de doña<br />

Ana María Peñaloza, de 5 de agosto de 1721, estaban destinadas<br />

para un templo dedicado a San José en Moquegua; pero el Obispo<br />

Juan Cavero de Toledo obtuvo licencia del rey, mediante Cédulas<br />

de 1 de setiembre de 1734, de 23 de octubre de 1736 y de 23 de<br />

febrero de 1740, para que se hiciera en la Ciudad Blanca dicha<br />

fundación, aunque Moquegua lo necesitaba más, porque en<br />

Arequipa había dos cenobios de religiosas.<br />

En lo que todos los autores están de acuerdo es que el diligente<br />

Obispo Juan Bravo de Rivero puso su mayor empeño en que se<br />

hiciera la construcción de la iglesia y el monasterio de clausura, a<br />

los que se puso la primera piedra el 30 de agosto de 1744, en lugar<br />

designado para templo, siguiéndose aceleradamente con la<br />

construcción, que tuvo el apoyo económico de dicho Obispo<br />

(como lo había hecho con el puente de Uchumayo).<br />

La obra se concluyó el 12 de junio de 1747, según Echeverría, que<br />

añade: "En el siguiente día pasó del monasterio de Santa Catalina<br />

a esta nueva casa a las Madres Ignacia de la Cruz Barreda, priora<br />

que era en aquel entonces, a la M. Juana de San Pascual Bailón y<br />

Pacheco, a la Madre Bernarda del Espíritu Santo y Moscoso y a la<br />

Madre Ignacia de Santa Teresa y Barreda, por fundadores. Celebró<br />

esta función con un octavario de misas solemnes y desempeño de<br />

,<br />

oratoria de los mejores sujetos de la ciudad, sin reparar ep costo<br />

alguno del mayor culto. Reconocidas las cuentas: de los<br />

mayordomos se halló que el costo del edificio materi .ál llegó a<br />

75,828 pesos y el del adorno interior del templo a 36,172 pesos"<br />

(1952, p. 41). Como se puede observar de la relación de fundadoras<br />

eran ellas de las familias más pudientes y apegadas a las esferas<br />

eclesiásticas.<br />

El rey había previsto que se diera preferencia a las aspirantes de la<br />

soleada Villa de Moquegua.<br />

* * *<br />

Por lo visto lucido papel de compilador le correspondió a don<br />

Ventura Travada y Córdova en el estreno del monasterio de Santa<br />

Rosa y de modo especial en el octavario literario que el día 14 de<br />

junio de 1747 inició el Obispo Dr. Dn. Juan Bravo de Rivero. Los<br />

poetas colocaron en "tarjas", dice el autor, sus creaciones en latín y<br />

castellano, en variada métrica y rima.<br />

Conserva el manuscrito travadense el recuerdo de los que él llamó<br />

"Cisnes arequipenses", como el Padre Juan José de Quiroz, fray<br />

Fernando Salas, el Dr. Nicolás Olaguibel y Loayza, el P. Lector<br />

jubilado fray Antonio Mariscal, fray Baltazar del Prado, el Dr.<br />

Diego de Zaconeta y el Padre Maestro Juan Dávila, que prepararon<br />

oraciones gratulatorias "para coronar a las Musas". Algunos versos<br />

fueron tan del agrado de la intelectualidad dieciochesca mistiana<br />

que no faltó quien desprendiera y hurtara muchas de ellas,<br />

condenándolas así a egoísta anonimato, ya que la posteridad no las<br />

conoció a través de la obra de Travada, que las compiló (como un<br />

anexo) al final de su Historia.<br />

Tienen especial significación por su influencia sobre él, los poetas,<br />

o diremos mejor versificadores, don Manuel Hermenegildo de<br />

Rivero y Salazar, Maestre de Campo y regidor perpetuo del<br />

Cabildo arequipeño y el abogado de los estrados judiciales Dr. Dn.<br />

Manuel de Araníbar, ambos ascendientes de próceres de la<br />

Independencia Nacional. De aquí toma la nominación de "cisnes"<br />

con que moteja a los bates:<br />

"Como el torpe discurso de mi musa<br />

en la Tabla del Númen tan pequeña,<br />

cuando cantan sus glorias bellos Cisnes,<br />

copiara de ese asombro las grandezas".<br />

Empleando la figura literaria del Maestre de Campo don Manuel<br />

H. de Rivero y Salazar, dirá Travada en fluida prosa "muchas<br />

coronas de rosas, merecieron los Cisnes del Caistro arequipense"<br />

como premio a su poemario.<br />

Del doctor Araníbar aprovecha la metáfora de elevar su suelo hacia<br />

las etéreas del espacio que da origen al nombre de su producción<br />

historiográfica. Veamos como este poeta da origen a la titulación<br />

de "El Suelo de Arequipa convertido en Cielo", mediante el'uso de<br />

la parte final del soneto de Araníbar:<br />

"Y dudando si es Monte o es Athlante<br />

el que se echó a los hombros tanto Cielo<br />

se hallara ser un Príncipe gigante,


que si acaso le dio por cuna el Suelo<br />

fue sólo pa criarlo Empino Infante".<br />

Finalmente diremos que como el homenaje literario era para Santa<br />

Rosa de Lima, la más breve redondilla, dice:<br />

"Es colmena y es vergel<br />

este santuario de rosas<br />

que serán flores vistosas<br />

y abejas que den la miel"<br />

Y son muchos más los versos que ofrece la obra travadense que<br />

requieren de un estudio especial.<br />

También Travada, al describir el templo, da muestras de su<br />

elegante estilo, cuando se refiere al sillar de que se hicieron los<br />

edificios de Santa Rosa:<br />

"Es la materia de esta obra una especie de piedra de cuyas canteras<br />

abunda tanto la Ciudad que, sin que quedasen agotadas, pudera dar<br />

materiales para que se fabricasen de su materia todas las Ciudades<br />

de este Reyno y tengo el consuelo de que los que las han notado<br />

me culparán de corto en lo que he dicho; porque querran dar<br />

Hy<br />

as reflexiones<br />

biéramos querido ampliar esta obrita, sin embargo nos<br />

lo han impedido ciertas contingencias de carácter laboral<br />

la multiplicidad de tareas que nos hemos impuesto, en<br />

una franca rebeldía contra los años que nos acompañan<br />

inexorablemente, como el yugo a la yunta, como el sortilegio al<br />

mago, o como la languidez al vagabundo; y para no asemejarnos<br />

a éste recargamos nuestra actividad indebidamente, hasta sentir<br />

fatiga.<br />

El fundamento de la historia del área monumental de la Ciudad,<br />

está escrito y en el caso de ciertas instituciones, que no hemos<br />

tratado, o de un edificio antiguo que no describimos, o de un<br />

puente, cuya documentación ... no encontramos, hemos procurado<br />

suplir su ausencia con una ilustración, o una referencia secundaria.<br />

Tenemos confianza en nuestros paisanos que, algún día, ampliarán<br />

éste y muchos otros temas del quehacer citadino.<br />

También hubiéramos deseado ocuparnos de los arequipeños<br />

ilustres, muchos de ellos famosos en el mundo entero, como el<br />

doctor don José Luis Bustamante y Rivero, como el Dr. don Víctor<br />

Andrés Belaúnde, como el Dr. don Mariano Eduardo de Rivero y<br />

Ustariz, pero cada uno de ellos merece un tratado especial. Nuestro<br />

afán también hubiera estado dirigido a ocuparnos de politicastros<br />

que han dejado exhaustas a las instituciones que presidieron,<br />

aceptando ellos aquella inmoral frase: "Robaron, pero hicieron<br />

Historia de Arequipa 267<br />

materiales a otros Reynos. Tiene esta piedra para la hermosura, la<br />

blancura del alabastro, para la duración tiene una rara propiedad,<br />

que cuanto más la combate el tiempo engastada en el edificio, con<br />

las aguas y los soles, se va endureciendo más: peregrina propiedad,<br />

pues, cuanto los siglos apuestan a consumir todo lo sublunar, esta<br />

piedra ni la roe ni la consume el voraz diente de los tiempos. Luego<br />

que la sacan de la cantera tiene tal docilidad que con menos costo<br />

y más facilidad se labra de ella un Retablo de Orden Compósito<br />

para la fachada de una Portada, que del más dócil cedro. Las<br />

canteras que dan estas piedras, que se trabajan a diferencia de otras<br />

que hay en el sur, tienen la propiedad del Diamante, que ni se<br />

derriten, ni escaldan con el fuego. Enterrada esta piedra se<br />

consume y se desmorona, porque no la crió Dios para que<br />

feneciese enterrada, sino para que viviese eternidades construidas.<br />

La liga que es la cal es tan buena como las mejores del Reyno y si<br />

aciertan con su mezcla, no la mellarán los Arietes".<br />

Con este bello elogio que hace el primer historiador de Arequipa,<br />

y arequipeño, al material que se ha usado y sigue empleando en la<br />

ejecución de edificios que le han dado el título, sin que se lo de un<br />

rey o un presidente, de Ciudad Blanca, queremos dar término a<br />

obra", olvidándose de que robar es un delito. O de las entidades de<br />

servicios públicos, que tienen bien pagada a su gente amañando<br />

los medidores para que marquen más de lo que en realidad<br />

consume el usuario, que jamás tiene la razón... para ellos. Y habría<br />

que investigarlos... pero, ¿con quién?, si casi todo está podrido.<br />

***<br />

Son muchas las personas que merecen nuestro agradecimiento y<br />

que nos han alentado y estimulado constantemente en la<br />

realización de este trabajo que lo hemos hecho, como &cese<br />

constantemente, contra el reloj.<br />

En primer lugar, nuestro reconocimiento al directorio de<br />

"AREQUIPA AL DIA", representado por don Enrique Mendoza<br />

Núñez y a su plana directiva, encabezada por don Carlos Meneses<br />

Cornejo y personal que ha brindado su capacidad para la mejor<br />

presentación de todos y cada uno de los suplementos; al alcalde Dr.<br />

Dn. Juan Manuel Guillén Benavides y a todos los miembros de la<br />

Superintendencia para el mejoramiento del Centro Histórico y<br />

Zona Monumental de la Ciudad; a la <strong>Un</strong>iversidad Nacional de San<br />

Agustín y Rector Dr. Dn. Rolando Cornejo Cuervo; a la Facultad<br />

de Ciencias Histórico Sociales; al Archivo Regional de Arequipa,<br />

cuyo personal siempre nos brindó apoyo, así como a su Sección<br />

Iconográfica, creada gracias a las donaciones que le han hecho don<br />

Manuel Jesús Glave, doña Carmen Arboleda Viñas, don Edgardo


268 Historia de Arequipa<br />

Mendoza del Solar, doña Ana María Sardón de Carpio Azcuña, y<br />

el INC, en un volumen sobre restauración catedralicia y fotos del<br />

arquitecto Luis Germán Espinoza Salas, siendo directora doña<br />

Isabel Chirinos Soto.<br />

También nuestro reconocimiento a los profesionales que nos han<br />

proporcionado fotografías para ilustrar artículos especiales, cuya<br />

cortesía hicimos constar en las leyendas respectivas; y al empeño<br />

contagiante del periodista Dante Zegarra López, que siempre nos<br />

impulsó hacia la culminación de esta Historia.<br />

De modo especial deseamos agradecer a dos amigos que nos han<br />

acompañado en las vicisitudes de este trabajo, con su consejo y<br />

estímulo entusiasta, el Dr. Dn. Máximo Neira Avendaño y el Dr.<br />

Dn. Héctor Ballón Lozada, de cuyo afecto nos preciamos.<br />

Y a ustedes, constantes y sufridos lectores, que han seguido con<br />

fidelidad estas notas, hasta que les ponemos fin aquí, esperando un<br />

reencuentro.<br />

(Se terminó de escribir el martes<br />

19 de setiembre del año 2000)<br />

NOTAS<br />

(1) El historiador, profesor Helard L. Fuentes Rueda, descubrió el<br />

documento existente en el Archivo Regional de Arequipa,<br />

correspondiente a la Serie Intendencia, Subserie Administrativa,<br />

de 81VII/1806, donde se da cuenta de que en el folio 1 del<br />

protocolo de Luque, traía el nombramiento que hizo Fr. Vicente de<br />

Valverde de Alguacil Mayor a favor de Lorenzo Picado, en el<br />

poblado de Camaná, con fecha 4 de junio de 1539 (FUENTES<br />

RUEDA "Orígenes de la Escribanía Pública en Arequipa". Diario<br />

El Pueblo, 1 de enero de 1983).<br />

(2) "Cedulario Indiano" recopilado por Diego de Encinas. Estudio<br />

e Indices por A. García Gallo, Ed. Cultura Hispánica, (Madrid.<br />

1945-1946, T. IV, p. 229).<br />

(3) <strong>Un</strong>a de las chacras de Chilina. de dos topos,; que estuvo<br />

sembrada antiguamente por los Ubinas (del Ccollisuyu, donde se<br />

hablaba el Puquina) fue solicitada al Cabildo de Arequipa por don<br />

Pedro Pizarro, el 29 de enero de 1541, y se le dio posesión de ella<br />

el 3 de febrero del mismo año, siendo alguacil don Francisco<br />

Madueño y alcalde don Juan de la Torre. Lo curioso es que aunque<br />

sólo pidió dos topos don Pedro Pizarro, se le concedió "ocho<br />

fane g as de sembradui a" (BARRIGA, T. III -1955-, p. 245 ss.).<br />

(4) MELENDEZ, Juan. "Tesoros verdaderos de las Indias". En la<br />

Historia de la gran Provincia de San Ivan Bautista del Perú. de la<br />

Orden de Predicadores (Roma, Imp. de Nicolás Angel Tinassio,<br />

1681-2), 3 tomos.<br />

(5) En el Diccionario de la Lengua Castellana, de Vélez de<br />

Aragón, Duodécima Edición (1891), se define Mollejón: m. met.-<br />

Hombre muy gordo y flojo, o muy blando de genio. En Arequipa,<br />

se designa mollejón a la piedra de afilar navajas, puñales o<br />

cuchillos, o con la que se les quita el óxido. Se dice Loncco, a lo<br />

carente de filo y de brillo y, por extensión, es loncco o Loncca la<br />

persona sin cultura ni preparación, o que es muy rudimentaria en<br />

ella. Por eso a ciertos escribanos o secretarios que prestaban<br />

conocimientos de los que carecían sus jefes, o superiores<br />

jerárquicos, se les dice mollejón. Expresiones de nuestra tierra!!!<br />

(6) Obsérvese la terminología de estos magníficos carpinteros, en<br />

especial ahora cuando cualquier gañán se mete a carpintero, sin<br />

serlo. No conocen el uso de la cola y a todo le meten clavo, lo que<br />

es gravísima falta para un verdadero maestro de carpintería, que<br />

por felicidad aún existen. Pocos, pero superviven.<br />

(7) ZAMACOLA Y JAUREGUI, Juan Domingo de, "Relación<br />

puntual y verídica de los estragos que causó en la Muy Noble y<br />

Muy Leal Ciudad de Arequipa el espantoso terremoto acaecido el<br />

día 13 de mayo de 1784", en Los Terremotos en Arequipa por<br />

Víctor M. Barriga, Imp. La Colmena S.A., 1951, pp. 308 ss.<br />

(8) ARCHIVO GENERAL DE INDIAS (Sevilla). "Visita de la<br />

Provincia de Arequipa..." (1787-1795). Audiencia de Lima, Cartas<br />

y Expedientes. Nro. 805. En el mismo repositorio sevillano se<br />

conservan descripciones de la Ciudad de Arequipa, remitidas a<br />

especiales funcionarios de la Corte de España por el Intendente<br />

don Antonio Alvarez y Jiménez, como describe Rubén Vargas<br />

Ugarte S.J. en "Manuscritos peruanos en las Bibliotecas y<br />

Archivos de Europa y América" T.V. (Buenos Aires, 1947, p.<br />

106); "Manuscritos peruanos en las Bibliotecas de América", T.V.<br />

(Buenos Aires, 1945, pp. 91 y 94j y "Manuscritos peruanos del<br />

Archivo de Indias" (T. II, Lima, 1938, pp. 372-373, y 377-378).<br />

(9) Parece referirse la Relación Anónima al capitán Jerónimo<br />

Pacheco, quien con su mujer Lucía de Padilla hizo numerosas<br />

donaciones a instituciones religiosas. Jerónimo Pacheco fue<br />

encomendero de parte de los Aruni (o Arones, para los' españoles),<br />

incluidos los de Ocoña, a quienes supo explotar finamente para<br />

luego hacer valiosas donaciones a favor de conventos y<br />

monasterios para la salvación de su alma.<br />

(10) El Archivo Regional de Arequipa conserva un expediente de


las propiedades que habían sido de los jesuitas en Arequipa, y que<br />

corresponde al año de 1771. Allí se pormenoriza la forma como<br />

adquirieron ellos diversas fincas rústicas y urbanas (ARAR, Prot.<br />

Nro. 303, Fs. 1 y siguientes).<br />

(11) Esta Relación anónima de tan candorosa y difícil redacción,<br />

data de 1601, como que el autor expresa: "Más este (terremoto de<br />

1582) que decimos de Arequipa existía tan sin comparación a todos<br />

los que han habido en este reino después que han habitado<br />

españoles en él, le hizo tal destrozo en la Ciudad que hasta hoy que<br />

han pasado ya 19 años, no han podido levantar cabeza" (p. 23).<br />

Total: 1582 + 19 = 1601.<br />

(12) El ingeniero del Estado don Teófilo M. Fioretti era miembro de<br />

la Junta Directiva de Obras Públicas, con don Manuel Bejarano y el<br />

Arquitecto del Estado don Lucas Poblete, además de autoridades<br />

como el Prefecto y el Alcalde de la Ciudad.<br />

(13) En ciertas piezas de los restaurantes que ocupan los altos del<br />

Portal de San Agustín, se conservan todavía antiguos empapelados<br />

en paredes que otrora fueron salones de recepción.<br />

(14) ARAR, Prot. Nro. 271, del escribano Adrián Ufelde, de 1614.<br />

Fs. 275 vta. "La Ciudad. Concierto de la obra de los Corredores con<br />

Juan Ochoa, maestro". V.tb. Fs. 347 y 349.<br />

SIGLAS Y ABREVIATURAS<br />

A.A.A. Archivo Arzobispal de Arequipa<br />

Adm in. Administrativa (Subserie)<br />

A.G.I. Archivo General de Indias (Sevilla)<br />

A.G.N. Archivo General de la Nación (Lima)<br />

A.M.A. Archivo Municipal de Arequipa<br />

ARAR Archivo Regional de Arequipa<br />

A.R.M. Archivo Regional de Moquegua<br />

B.N.E. Biblioteca Nacional de España (Madrid)<br />

B.N.P. Biblioteca Nacional del Perú (Lima)<br />

Correg. Corregimiento (Subserie)<br />

Intend. Intendencia (Subserie)<br />

LAC. Libro de Actas del Cabildo<br />

LCRP. Libro de Cédulas, Resoluciones y Provisiones<br />

P ó pp. Página o páginas<br />

Prot. Protocolo<br />

PUCP Pontificia <strong>Un</strong>iversidad Católica del Perú<br />

UNMSM <strong>Un</strong>iversidad Nacional Mayor de San Marcos<br />

UNSA <strong>Un</strong>iversidad Nacional de San Agustín<br />

UCSM <strong>Un</strong>iversidad Católica Santa María<br />

Ver, o vea.<br />

Historia de Arequipa 269<br />

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CONTENIDO<br />

HISTORIA DE AREQUIPA.- El Centro Monumental de la<br />

Ciudad, pág. 1.- Situación, 2.- Introducción, 3.- Presencia<br />

del hombre primordial. 6.- Ruta de grupos andinos a la<br />

Chimba. 11.- Arequipa no tuvo fundación Inca. 13.- Falsa<br />

Crónica. 18.- Los Yarabaya: autóctonos mistianos. 19.-<br />

Erupción que casi acabó con esta etnia. 20.- Cómo vivían<br />

los Yarabaya. 21.- Circunstancias que motivaron la<br />

fundación de Arequipa. 22.- Viviendo en las chozas de los<br />

Yarabaya. 23.- Protocolo de Luque. 26.- Cumpliendo la<br />

provisión de Pizarro. 27.- Autoridades de Camaná. 28.-<br />

Cabeza de puente para la conquista de Chile. 30.-Buscando<br />

nuevo asiento en el Chili. 34.- Fr. Pedro de ,Ulloa y la<br />

Vicaría. 36.- Supuesto fundador. 38.- Fundación de<br />

Arequipa. 39.- Trazando el "damero". 43.- La Ranchería.<br />

46.- Juan de la Torre. 47.- Plaza de Armas: Corazón de la<br />

Ciudad. 50.- La Alcantarilla y los remates. 51.- Atención<br />

escribanil. 52.- Preocupaciones vecinales. 54.- La Iglesia<br />

Mayor. 55.- El primer Organo. 60.- Antiguo hospital. 61.-<br />

Casas del Ayuntamiento. 62.- Su reconstrucción. 66.-<br />

Santo Domingo. 70. Alcaldes. 82. El vino. 87.- El<br />

Pabellón carmesí. 91.- Alferazgo General. 93.- Otros<br />

Historia de Arequipa<br />

ZEGARRA MENESES, Guillermo<br />

1956 Labor desatollada en la Inspección de Cultura del<br />

Concejo de Arequipa, Imp. Portugal S.A., Arequipa<br />

1961 Historia del Colegio de Abogados y Apuntes para la<br />

Historia de Arequipa Suplemento de El Derecho.<br />

1971 Arequipa en el paso de la Colonia a la República<br />

Visita de Bolívar. Ed. Bando del Sur, Imp. Cu77i y<br />

Cía S.A., Arequipa.<br />

Erratas notables:<br />

Pag 57. (En la leyenda del retrato). Dice: fray. Debe decir: Pbro.<br />

(Presbítero).<br />

Pag 146, linea 9. Dice: 1690. Debe decir 1698.<br />

Pag 150. (En leyenda). Dice: 1690. Debe decir 1698.<br />

Pag 223, linea 8. Dice: 1880. Debe decir: 1780.<br />

Pag 233, linea 4. Dice: 1821. debe decir: 1921.<br />

Las ilustraciones de cabecera de los primeros<br />

Suplementos de esta Historia, se deben a la<br />

pluma del hábil artista don Nataniel Delgado<br />

y fueron creadas a mediados de los años 30 del<br />

sigloXX.<br />

títulos. 95.- Guerras civiles. 98.- Arequipa defiende sus<br />

privilegios. 100.- El Volcán: Heráldica y nombre. 104.-<br />

Corregimientos. 106. El matadero. 108. Elogios de<br />

Cervantes. 111.- La Merced. 114.- San Francisco. 119.-<br />

Tercera Orden, 124.- San Agustín. 125.- Puente viejo.<br />

130.- Compañía de Jesús. 146.- La Catedral. 162.-<br />

Restauración de una torre. 178.- Tímpano antiguo y<br />

moderno. 181.- Siglo XVII. 186.- Santa Marta. 186.- Los<br />

Portales. 188.- San Antonio Abad. 197.- El "Tuturutu".<br />

198.- Siglo XVIII. 202.- Casa de Expósitos. 205.-<br />

,<br />

Cementerios fuera de templos. 206.- La Apacheta. 207.-<br />

Rebelión de los Pasquines. 210.- Melgar y la Tertulia<br />

Literaria. 214.- <strong>Un</strong> arequipeño en los Húsares de Junín.<br />

220.- Siglós XIX y XX. 221.- Caudillismo militar. 226.- El<br />

Ferrocarril. 230.- La Ciudad se moderniza, 234.-<br />

Iluminación y Tranvía. 237.- Mercado de San 'Camilo.<br />

242.- Obras del IV Centenario. 244.- Residencias. 245.-<br />

Casa del Moral. 245.- Casa Tristán del Pozo, 250.- Casa de<br />

la Moneda. 252.- Casa del Corregidor. 254.-. Casa del<br />

Alférez. 258.- Monasterios. 260.- Santa Catalina 261.-<br />

Santa Teresa. 262.- Santa Rosa. 266.- Ref .2.,s y<br />

agradecimientos. 267.- Notas. ' 268.- Bibliografía. 269.


- '72 Historia de Arequipa<br />

Urit raz1<br />

expresión de arquitectura moderna del edificio -El Peral", propiedad de Don Sabino Velásquez Velarde.<br />

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